CRITICA E INTERPRETACION
DEL ESCEPTICISMO EN EL
ARTICULO DE HEGEL RELACION DEL
ESCEPTICISMO CON LA FILOSOFIA!, DE 1802?
Daniel A. Attala *
RESUMO: 0 artigo analisa a interpretagéo hegeliana do ceticismo
particularmente em confronto com as de Dumont e de Schulze.
ABSTRACT: This article analyses Hegel’s interpretation of philosophi-
cal scepticism as opposed to Dumont’s and Shulze’s.
Palavras-Chave: Hegel, dogmatismo, interpretagao.
1. Algunos autores que se ocupan de la relacién de Hegel con el escepti-
cismo se interesan sobre todo en la ‘apropiacién’ que hace Hegel, para su
filosofia, de ciertos elementos de la tradicién escéptica tal como él la véia. Asi,
el concepto de negatividad es elaborado por Hegel, en parte, a la luz de la
tradicién escéptica. Inversamente, muchas veces se deja entrever que cuando
Hegel se dirigia a los textos de la tradicién filoséfica para narrarlos como
elementos de la historia de la filosofia, no hacia mas que buscar la confirmacién
de sus preconceptos 0, en el mejor de los casos, de su propia filosofia.
CONICET - Universidad Nacional del Litoral
1 Verhalinis des Skeptizismus zur Philosophie. Darstellung seiner verschiedenen Modifikationen und Verglei-
chung des neuesten mit dem alten, en Kritisches Journal der Philosophie, 1802.
2 Deseo agradecer de las sugerencias y criticas que amablemente me fueron realizadas por los profesores
Ezequiel de Olaso, Osvaldo Porchat y Julio De Zan, para la presente ponencia.
KRITERION, Belo Horizonte, n° 93, Junho/96, p.123-133124 Daniel A. Attala
Otros lo denuncian abiertamente, como J.-P. Dumont, quien en su intro-
ducci6n a la traduccién francesa de Relacién del escepticismo con la. filosofia’,
critica a Hegel en los seguientes dos puntos, que juzga interdependientes: la
interpretacién global del escepticismo expuesta por Hegel en el articulo men-
cionado, y la manera de abordar la tarea de historiador de Ia filosofia. Los dos
puntos dependen uno del otro ya que segtin Dumont la errénea interpretacién
del escepticismo por parte de Hegel es la consecuencia de su modo de concebir
la tarea de la historia de la filosofia. Por lo demas, Dumont se declara a favor
de la lectura que de los escépticos hace Schulze, a quien Hegel desea refutar.
Segtin Dumont, puede parecer que hay «dos modos de escribir la historia
del escepticismo, y tal vez atin la historia de la filosofia»*. Uno de ellos es el
de Hegel, al que Dumont Ilama ‘historia’ (el otro seria un ‘periodismo’, objetivo
e imparcial). La ‘historia’ hegeliana mira las cosas desde lejos, y se sabe, dice:
Dumont, que una torre cuadrada de lejos se ve redonda. «La visién histérica es
esencialmente unitaria y totalitaria»*: mata lo particular para hacerdo renacer
en lo universal. Mata al escéptico Arcesilao, y al escepticismo mismo, limando
sus diferencias con los dogmiticos, para hacerlos renacer transfigurados en la
conciencia general de la filosofia. Ambas perspectivas tienen defectos segtin
Dumont, pero el de la historia, quizd mas grave, es el de que, siempre dvida de
adeptos, tiende a embarcar a todos en la misma nave.
Es claro que para Dumont lo erréneo del proceder de Hegel puede verse
en la inadecuacién de sus interpretaciones (productos de ese proceder equivo-
cado), con los textos de la tradicién escéptica. B. Fouquet, traductor al francés
y comentador del texto de Hegel mencionado, fiel a la perspectiva de Dumont,
intenta mostrar a lo largo del texto cémo lo que dice Hegel no se adecua a los
testimonios, y sf lo hace, en cambio, la visén del mencionado Schulze.
Quisiera sugerir que no es evidente que Hegel, haciendo una historia
totalitaria del escepticismo, por un lado, imponga a los textos, en segundo lugar,
una interpretacién equivocada o incorrecta.
Antes, sin embargo, es menester sefialar que ambas partes del siguiente
desarrollo — infra § 2, por un lado, y § § 3 y 4 por otro — difieren en su punto
de vista, por lo que pueden dar lugar a confusién. Si Hegel no es culpable de
3 Hegel, La relation du scepticisme avec la philosophie, suivi de L'esence de la critique philesophique,
Introduccién de J.-P. Dumont, traduccién y notas de B. Fauquet, ed. J. Viin, Paris, 1972. La paginacién de
las citas de estos dos articulos estara referidaa la edicién alemana, Hegel, Werke in zwanzig Banden. Jenaer
Schriften, 1801-1807, Shurkamp, Franklurt am Main, 1970.
Op. cit, p. 13.
5 Ibidem.
sCRITICA E INTERPRETACION DEL ESCEPTICISMO EN ELARTICULO DE HEGEL, 125
hacer historia totalitaria del escepticismo — infra § 2 — es porque Hegel no hace,
ni pretende hacer, historia en el sentido en que Dumont cree que deberia hacerse®,
es decir, apegado, por asf decir, a la ‘letra’ del texto. Con respecto a este tipo
de historia reivindicado por Dumont, no puede desconocerse que Hegel preten-
dia que su actitud era la de una ‘critica’ de los textos, mas bien que un tipo mas
bien positivista de historia al que quiz4 Hegel considerara como servilismo a
una ‘supuesta’ letra de los textos (ademas que como una actitud ingenua frente
a ellos). En este sentido no se puede exigir a Hegel ‘fidelidad’ a los ‘textos’.
Sin embargo, si la critica de los textos a la que Hegel se aboca puede
considerarse también como una historia de la filosofia, y si se dispone de una
noci6n de texto tal que no pueda hablarse de él segtin una instancia (la ‘letra de
los textos’ 0 ‘los textos mismos’) reconocible inmediatamente, es decir sin la
necesidad de algiin tipo de ‘interpretacién’ siempre dudosa, puede decirse que
la interpretacién que de los textos escépticos ofrece Hegel es mascercana a los
textos que la que ofrece Dumont (0 Schulze), al menos en el sentido débil de
que la lectura de Hegel coincide en algunos puntos con lecturas contemporaneas
bastantes difundidas y compartidas — infra § § 3 y 3. Eneste sentido se puede
exigir (y encontrar en Hegel) ‘fidelidad’ a los ‘textos’ escépticos.
2. Hegel no hace tanto una historia del escepticismo cuanto la critica del
mismo. O, se se quiere, se historia es en verdad una critica. Hegel aclara
expresamente cual es su procedimiento y cuales los presupuestos de los que
pretende partir, por lo que no se puede decir, a este respecto, que su manera de
tratar los textos sea ingenua ni, en el peor de los casos, deshonesta. Tampoco
se puede culpar a Hegel de no hacer algo que nunca se propuso hacer. Hegel
declara abiertamente cual es la tarea que se propone respecto del escepticismo:
en ningtin momento confiesa su apego a alguna pretendida ‘letra’ o ‘texto’ de
la tradici6n. Propone expresamente que su tarea es una critica.
Esto no es tenido en cuenta comtinmente por los autores que exponen la
interpretacién hegeliana del escepticismo. Esta interpretacién es 0 pretende ser
el producto de la critica del escepticismo, tal como Hegel entiende en 1802 lo
que llama critica filos6fica.
6 Se trata del tercer tipo posible de hacer historia de la filosofia segdn Dumont, Aunque este autor esta mas,
del lado del ‘periodismo' mencionado, piensa que es mas inviable que lo que él lama historia. El tercer tipo,
cuyo modelo podria ser «suministrado por el fenomenismo y el pirronismo... consiste en no dejar de buscar
lo que, en a lectura de un filésofo por otro flésofo, depende tanto del texto de uno, como de los presupuestos
del otro. Esta actitud, la nica legitima que resta, viene a intentar poner en practica el proyecto de una historia
de la historia de la flosofia», Dumont, op. cit, p. 13.126 Daniel A. Attala
En la misma publicacién’ donde aparecia por primeira vez, en marzo de
1802, el texto Relacién del escepticismo con la filosofia, aprecié, en enero de
ese mismo aiio, un pequefio articulo que desifiaba Ja estrategia que seguirian
sus autores, Hegel y Schelling, en la tarea critica que se proponjan. Se trata de
Introduccion de la esencia de la critica filoséfica’.
Alli Hegel plantea que toda critica exige un patrén independiente tanto del
que juzga como de aquello que es juzgado. Dicho patrén no puede ser inducido
empiricamente ni postulado por el sujeto: sdlo el modelo eterno e inmutable de
la cosa misma, dice Hegel, puede ser ese patron. Asif como la critica de arte
presupone (vorausgesetzt) la idea de las bellas artes, la critica filosdfica tiene
como condicién (Bedingung) y presuposicién (Voraussetzung) la idea de filo-
sofia. Sin esta idea las diversas filosoffas no serfan mas que subjetividades
chocando exteriormente con subjetividades, y la critica seria un mero recaba-
mento de opiniones subjetivas contrapuestas exteriormente. Por el contrario,
las diversas filosofias lo son por su referencia comin a la idea de filosofia. La
critica de la filosoffa no podra definirse mas que como la puesta en relacién de
esa idea con las diversas filosofias. Descubriendo la idea allf donde esté, la
critica debe poner en evidencia cémo y en qué medida ella se manifesta’.
Dada una filosofia objetiva, es decir un lugar donde la idea de filosofia
toma alguna forma, la critica debe mostrar lo auténtico en ella separandolo de
aquello que no hace a Jo esencial. El criterio que permitird esta separaci6n, esta
critica, es Ja idea de filosofia. Asf, tratar una filosofia histérica como filosofia
nos es otra cosa que criticarla: esto es, ponerla en relacién con aquello que la
determina en su ser, ponerla en relacién con la idea de filosofia.
Ahora bien, Hegel no recomienda olvidarse del material legado por la
tradicion. Por el contrario, la critica filoséfica esté pensada como un método,
por asf decir, para tratar con los textos. Pues los textos deben ser interpretados
necesariamente: traducidos, recontruidos, contextualizados, cubiertas sus lagu-
nas, etc.
Se puede criticar que Hegel se crea el poseedor de la tinica idea de filosofia
valida, 0 del tinico criterio valido para criticar los textos, pero es muy dificil
probar que es posible otro tipo de historia de la filosofia que no haga critica de
los textos en base a ciertas ideas que funcionan como criterios, y que estos
criterios sean de alguna manera exteriores a los textos mismos. Como no es este
7 Kitisches Journal der Philosophie, publicado en Jena por Schelling y Hegel durante 1802-1803.
8 Einleitung Uber das Wesen der philosophischen Kritik Gberhaupt und ihr Verhaltnis zun gegenwartigen
Zustand der Philosophie insbesondere, Hegel, Werke, op. cit., pp. 171-187.
9 Hegel, Werke, op. cit, pp. 171-172.CRITICA E INTERPRETACION DEL ESCEPTICISMO EN EI. ARTICULO DE HE’ 127
el lugar para plantear este problema, sélo diré que cuando Dumont dice por
ejemplo que «el verdadero rostro del pirronismo se reconoce casi trazo por trazo
bajo la mascara del positivismo moderno»'®, 0 que «no es en términos de
historia de la filosofia como conviene interpretar la aparicién del escepticismo
pirroniano sino en términos de historia de las ciencias»'', no trabaja de un modo
diferente a como lo hace Hegel, sdlo qu elo hace a pesar suyo y de sus ideas de
una historia ‘objetiva’.
El articulo de 1802 sobre el escepticismo posee un titulo muy claro e
insoslayable: su primer parte es una pardfrasis de la expresién ‘critica del
escepticismo’, a saber, Relacidn del escepticismo con la. filosofia’.
En efecto, el escepticismo es, para Hegel, una filosofia, y desea sacar las
consecuencias de esta afirmacién. (El hecho de que a comienzos del siglo
XVIII, J. F. Budde, segtin comenta C. Blackwe II’, se negara a considerar a los
escépticos como fildsofos, y que hace veinticinco afios Dumont pretendiera
tratarlos mas bien como parte de la historia de la ciencia y no de la filosofia,
hace que no podamos considerar ociosa esta relaci6n del escepticismo con la
filosofia que Hegel pretende hacer valer. Hegel dice explicitamente que si no
se tienen en cuenta las implicaciones involucradas en el hecho de que el
escepticismo es una filosofia, carecen de sentido desde las historias hasta las
ediciones de los textos de los escépticos"). La lectura de los escépticos por parte
de Hegel es el producto de esa puesta en relacién de su idea de la filosofia con
los textos.
Con esta critica Hegel se propone alcanzar lo siguiente: 1) la determinacién
de las distintas modificaciones del escepticismo a lo largo de la historia; 2) la
puesta en evidencia de la relacién del antiguo y del moderno escepticismo
(identificado aqui con E. Schulze); 3) el desenmascaramiento, por asi decir, de
quienes hicieron del escepticismo una mera férmula y alteraron la nobleza que
lo caracteriz6 en la antigiiidad.
No me propongo exponer la conocida visi6n general que Hegel ofrece de
Ja historia del escepticismo. Baste recordar aqui los puntos esenciales de esta
10 Dumont, op. cit. p.8.
11 Ibidem, p. 9.
12. Ct. infra nota n? 1
13. El texto de Budde citado por Blackdiwell, es Elementa philosophiae instrumentalis, publicado en 1703. Ct.
C. Blackwell, “Diogenes Leertius’s Life of Pyrmno”, en Scepticism and Inreligion in the Seventeenth and
Eigtheenth Centuries, editado pot R. Popkin y A. Vanderjagt, University of Groningen, 1993.
14. «Sin la determinacién de la verdadera relacién del escepticismo con la filosofia y sin la compresi6n de que
el escepticismo es uno en el fondo con Ia filosofia, que no es ni escepticismo ni dogmatismo, sino ambas
[cosas{ a la vez, todas las historias, las resefias, y las ediciones recientes del escepticismo pueden no
conducir, a nadam, Hegel, Werke, op. cit., p. 227.128 Daniel A. Attala
historia segtin el articulo de 1802, teniendo en cuenta que son el fruto no tanto
de un registro pasivo de los textos (si esto fuese posible), cuanto de una critica
de los mismos:
1) El escepticismo, como posicién filoséfica que se presenta a si misma como
tal esté ya plena y genuinamente desarrollado en Pirrén, a quien Hegel
atribuye los diez primeros tropos; 2) el escepticismo y la Nueva Academia
de Arcebilao y Carnéades no se distinguen en su esencia, sino sélo en
cuestiones inesenciales; 3) el escepticismo, como posicién ya no filoséfica
sino antifilos6fica, despunta en la antigiiedad en los tropos de Agripa, que
se dirigen contra la raz6n””, es decir, contra la filosofia; por lo tanto, 4) en
algunos aspectos, el escepticismo que se reconoce en los cinco tropos de
Agripa se distingue del primitivo en que éste no iba dirigido contra la
filosoffa (la raz6n), sino contra el dogmatismo de la conciencia comin
(entendimiento). 5) Hay, sin embargo, un escepticismo que no se presenta a
s{ mismo como tal, sino mas bien como uno de los lados de Ia filosofia como
totalidad: el ejemplo mis claro de este tipo de escepticismo es el que opera
en la filosoffa de Platén (mostrado claramente, segtin Hegel, en el Parmé-
nides). 6) La historia del escepticismo pasa pues, en la antigiiidad, por tres
etapas: a. el escepticismo como idéntico a la filosoffa (Platén); b). el
escepticismo como diferente de la filosofia pero no dirigido contra ella sino
contra el dogmatismo de la conciencia comin (Pirrén, pero también Car-
néades y Enesidemo); c. el escepticismo separado y dirigido contra la
filosofia (los tropos de Agripa). Por tiltimo, 7) existe un pretendido escepti-
cismo moderno, por ejemplo el de Schulze, que no tiene nada del antiguo
auténtico, pues se dirige contra la filosofia y se basa en aquello de que el
escepticismo antiguo se apartaba: el dogmatismo de la conciencia comin,
del entendimiento, que se atiene a lo finito.
Esta interpretacién es el producto autodeclarado de una critica de los textos.
Pero esto no significa que Hegel desestime los textos. Hegel critica la letra de
los textos a Ja Iuz de un esquema critico-interpretativo. Sin embargo, Dumont
y Fouquet afirman que por lo general los textos estan del lado de Schulze y en
contra de Hegel.
En lo que sigue intentaré mostrar que la lectura de Hegel acerca de un punto
en discusién se acerca, no diré que a los textos de la tradicién escéptica, pero
sial menos a lo que respetados intérpretes actuales han dicho sobre estos textos.
15. Hegel sostendré un apinién diferente en las Lecciones sobre a historia de la filosofia sobra este punto.
i
|
|
jCRITICA E INTERPRETACION DEL ESCEPTICISMO EN EL ARTICULO DE HEGEL 129
De este modo creo que puede quedar claro que no es en absoluto evidente que
los textos estén contra Hegel.
3. Se trata sobre todo de la interpretacién de Sexto Emplirico, H.P. 19-24.
A estas lineas remite Schulze en su Critica de la filosofia teérica como parte
de la justificacién de su tesis de que nada de lo que la experiencia ensefia pueda
ser objeto de duda ya que es de una certeza irrefutable, y de que de todas las
ciencias sélo las afirmaciones de la filosofia, tinica que pretende trascender el
campo de la conciencia, pueden ponerse en duda.
Hegel opone a Schulze su concepcién del antiguo escepticismo, segtin la
cual éste referfa sobre todo sus ataques a ese mismo campo de la experiencia
que para Schulze era el tinico saber confiable. En efecto, para este autor los
escépticos antiguos admitian que hay un conocimiento mediante los sentidos,
y que ese conocimiento nos suministra la conviccién de la existencia y de ciertas
cualidades de las cosas, permitiendo asi a todo hombre razonable dirigirse en
Ja vida practica.
Hegel opone a esto una serie de distinciones. En el siguiente texto de Hegel
se pueden reconocer los de Sexto y de Didgenes que Hegel implicitamente cita,
y a lo largo del cual interpola su lectura. Dice Hegel: “El hecho de que tal
conviccién (Uberzeugung) estaba dirigida s6lo a la vida pratica (téitige Leben),
implica inmediatamente que no tiene nada que ver con la filosofia; que esta
convicci6n y la conciencia limitada lena de hechos (Tatsachen), como principio
de una certeza irrefutable (unleugbaren GewiBheit), no estaban opuestas de un
modo general a la raz6n y a la filosofia, todavia menos las amenazaban, sino
que eran el tributo tan reducido como fuera posible, pagado a la necesidad de
una determinacién objetiva; nosotros, dicen los escépticos, no iremos a elegir
esto 0 a eyitar aquello, cuando se trata de cosas que estan en nuestro poder; en
cuanto a las cosas que no estan en nuestro poder, sino que dependen de la
necesidad, como el hambre, la sed, el frio, no podemos evitarias porque no se
dejan apartar por la razén ( Vernunft)'®. Pero a la conciencia que se une a estas
exigencias necesarias, el escepticismo antiguo estaba muy lejos de erigirla al
rango de un saber (Wissen) que es una afirmacién objetiva (objektive Behaup-
tung); nosotros vivimos, dice Sexto, acatando el fenémeno (auf das Erschei-
16 Didgenes Laercio, IX: «Los escépticos sostienen que el fin es la suspensién a la que sigue la imperturbabi-
lidad al modo de una sombra, como dicen Timén y Enesidemo. Pues en cuanto a lo que esté en nuestro
Poder no elegimos estas cosas ni ovitamos aquellas. Y en cuanto a las que no lo estan sino que se presentan
Por necesidad, no podemos evitarlas, por ejemplo sentir hambre, tener sed, experimentar dolor, pues no se
las puede eliminar por la sola fuerza de la razdn-, (trad. de Tomas E. Zwanck, supervisado por E. de Olaso)130 Daniel A. Attala
nende achtend), como vive todo el mundo, porque no podemos ser completa-
mente inactivos, sin emitir por eso ninguna opinién (Meinung) o afirmacién
(Behauptung). Para este escepticismo, no se trata de una convicci6n relativa a
las cosas y sus propriedades; el criterio del escepticismo, segtin Sexto, es el
fendémeno (Erscheinende) (parvduevov) por lo que nostros de hecho entende-
mos su representacién’’ (Erscheinung) (govtasiay ocrtov)'*, entonces lo
subjetivo; porque ella reside en la conviccién (metet, pero no una conviccién
referida a una cosa) y en una afeccién involuntaria, no hay aqui ninguna
investigaci6n; ella es 0.61706 (la expresién alemana ‘duda’ usada
por el escepticismo es siempre torcida e improtia)»" e.
Dejando de lado una de las cosas que Hegel pretende, a saber, que esta
Jectura de los textos mostrarfa que el escepticismo no se dirige contra la filosofia
sino s6lo contra la experiencia, pienso que de aqui pueden extraerse los
siguientes puntos:
1) Hegel considera que el escepticismo rechaza todo saber, es decir toda
afirmaci6n que pretenda tener un valor objetivo.
2) Considera por lo tanto que el escéptico no hace afirmaciones objetivas. Y si
Ja esfera practica exige resoluciones, y las resoluciones implican certezas 0
convicciones, el hecho de que las mismas sean una afeccién respecto de la
cual el escéptico se comporta posivamente hace que Hegel las considere
como pertenecientes a lo subjetivo. Si el escéptico esta compelido a admitir
que tiene hambre, por ejemplo, esta admisién no tiene que ser considerada
tedricamente comprometida con la verdade.
3) Hegel pone en funcionamento aqui na distincién conceptual: no hay conti-
nuidad entre saber y certeza. Hegel no niega lo que segtin él Schulze ama
‘certeza irrefutable’. Por el contrario, acepta que atin los escépticos estén
condenados a tener certezas irrefutables acerca de las cosas. Lo que no
acepta es que aqui haya algiin tipo de saber, ya que hay saber cuando hay
una afirmacién voluntaria con pretensién de objetividad. Una cosa es, pues,
la certeza y otra el saber.
4) Un orden es el de la practica y otro el de la teorfa. El escéptico puede estar
17 Traduzco Erscheinung por ‘representacion’, siguiendo al traductor francés, pero con la conciencia de la
inadecuacién de dicha palabra espafiola. Entiondase aqui por ‘representacién’, en todo caso, el modo
subjetivo y privado, por asi decir, en que se aparecen las cosas al sujeto; su ‘parecer’,
18 Sexto Empirico, H.P,, 19-24: «El criterio de la escuela escéptica es, pues, el fenémeno, con cuyo nombre
denotamos virtualmente fo que constituye su percepcién, ya que, por basarse ésta en la sensaci6n confiable
¢ involuntario, no es cuestionablen; en Cuadernos de Filosofia y Letras, Vol. X, enerodiciembre de 1989, p. 9.
19. Hegel, Werke, op. cit, p. 224.CRITICA E INTERPRETACION DEL ESCEPTICISMO EN BL ARTICULO DE HEGEL 131
convencido de muchas cosas en su vida diaria, pero esto no va contra su
escepticismo, que se refiere al valor objetivo de esas convicciones. Las
convicciones lo empujan a comportarse de algtin modo pero no pueden
empujarlo a juzgar sobre el valor objetivo de esas convicciones, ya que nada
lo compele a ello.
5) Lo subjetivo es athétetos. Hegel sefiala que traducir athétetos por ‘induda-
ble’ no est adecuado. Athétetos es lo que esta fuera de la cuestion discutida
0 de Ja investigacién, pero no porque sea un saber seguro sino porque no es
nada acerca de lo cual haya algo que saber. Hegel entiende que el fendmeno,
tal como lo entienden los escépticos no es otra cosa que la representacién
del fenédmeno, algo puramente subjetivo. Y que lo subjetivo sea athétetos
no quiere decir que no hubiera dudas, que allf todo fuera evidencia, sino que
esa representacién no puede ser portadora de verdad, que reside en lo
objetivo. No se investiga si a mi me parece que el horno quema, esto es
athétetos. Se investiga si el horno quema. Sobre esto dltimo el escéptico
suspende el juicio, atin cuando no deje de tener de certeza subjetiva, es decir,
no deje de parecerle, que el horno quema.
4, Para finalizar, no diré que esta interpretacién sea adecuada a los textos,
sino solo que, en algunos aspectos, me parece muy cercana a modernas
interpretaciones que de ningtin modo operan con las mismas herramientas
conceptuales que Hegel, pero que sin embargo tienen la intencién de ser
estrictamente fieles a los textos. Me refiero a lecturas como las de Burnyeat 0
Frede. Me referiré brevemente al articulo de Frede “Los dos tipos de asen-
timiento del escéptico y el problema de la posibilidad del conocimiento”™.
Atin cuando Frede, al comienzo de su articulo, s6lo acusa (sin argumentar)
a Hegel de haber interpretado los “argumentos [escépticos] casi literalmente”
y de haber dado por suspenso “que los escépticos pretendfan mostrar que nada
se puede saber” (interpretacidn del escepticismo que Frede refuta en su articu-
lo), creo que no es incorrecto decir que dicha acusacién dista de ser evidente.
Al menos en lo que se refiere al texto de Relacién del escepticismo con la
fil losofia’' » y dada la estrategia que debe desarrollar en su discusién con Schulze,
Hegel se ve obligado a tomar algunas direcciones que pueden apoyar esta
interpretaci6n. Pero si se desmonta esta estrategia (cosa que no puedo realizar
20 En Anales del seminario de metafisica, ed. Complutense, n 27, 1993, pp. 248-271. De Bumyeat, M., ver,
por ejemplo, "El escéptico en su lugar y su tiempo”, ibider, pp. 273-306.
21 Estoy convencido, sin embargo, de que esto es valido también para la visi6n del escepticismo de las
posteriores Lecciones sobre fa historia de la flosotia.132 Daniet A. Attala
ahora) se ver que Hegel hace ciertas distinciones que hacen que su interpreta-
cidn del escepticismo antiguo no sea de ningtin modo la de que los escépticos
pretendian sostener, es decir dogmaticamente, que nada se puede saber.
Hegel sostiene que es posible tener certeza de algo sin afirmar algo o
comprometerse con la verdad de ello. Para esto Hegel cuenta con la distincién
de lo subjetivo y lo objetivo, y siendo la certeza del escéptico puramente
subjetiva, en el doble sentido de estar limitada a la esfera practica y de estar
involucrada en un proceso involuntario, el escéptico, atin cuando pueda seguir
su vida, no esté comprometido con la verdad de aquellas afirmaciones que los
demas proponen como verdaderas: por més que haya muchas certezas que no
puede descartar pues se le imponen, no por ello debe afirmar su verdad o su
falsedad.
Frede sostiene que “hay una diferencia sustancial entre tener una idea, una
impresi6n, por un lado, y adoptar una postura, sostener una tesis, por el otro”.
Creo que esta distincién es semejante a la que acabo de adjudicar a Hegel de
‘tener una certeza’ y ‘afirmar algo objetivamente’. Los motivos que llevan a
uno y otro autor a hacer tal distincién no son los mismos. Pero eso no alcanza
para negar que las dos distinciones sean equiparables. En efecto, Frede hace
esa distincién para diferenciar dos tipos de escepticismo, uno que llama dog-
mitico por cuanto afirma la tesis de que nada se sabe, y otro ‘clsico’ que no
sostiene tesis alguna, sin dejar por ello de tener la impresién de que nada se
sabe y tal vez de que nada pueda saberse. Por el contrario, Hegel elabora su
distincién para oponerla a lo que é1 también llama un escepticismo dogmatico
(el de Schulze), que pretende que los escépticos pueden saber algo, es decir,
aquello dado a la experiencia inmediata de Ja conciencia. A veces Hegel se ve
llevado a hacer afirmaciones chocantes para quien est4 embarcado en otro tipo
de disputa. Por ejemplo, en las Lecciones sobre historia de la filosofia, Hegel
afirma que el escepticismo tiene la certeza de la no-verdad ( Unwahrheit)”. Si
se contextualizan este tipo de afirmaciones en el marco de la discucién que la
produjo, y si se tienen en cuenta las distinciones anteriormente sefialadas,
afirmaciones como estas pueden superar la critica de Frede de que Hegel
interpretaba al escepticismo dogmaticamente, o aquella otra critica de Dumont
22. «Der alte Skeptizismus zweifelt nicht, sondern er ist der Unwahrheit gewi?; er irlichtert nicht nur mit
Gedanken hin und herm die die Maglichkeit lassen, da(} dies doch noch wahr sein kénnte, sondem er beweist
mit Sicherheit die Unwahrheit», Hegel, Werke, op. cit, t. 19, Vorlesungen tier die Geschichte der Philosophie
I, p. 362. Una explicacién de este texto en términos de ‘sobrecramatizacién’ de la propia posicién de Hegel,
en M. Forster, Hegel and Skepticism, Harvard University Press, Massachusetts, 1989, nota 42 del cap. |, p.
192,CRITICA F INTERPRETACION DEL ESCEPTICISMO EN EL ARTICULO DE HEGEL 133
de que Hegel pasaba por alto los textos de la tradicién escéptica y proponfa su
propia teorfa de lo que debia haber sido el escepticismo.
En fin, creo que la acusacidn que a menudo se lanza contra los interpretes
de los textos de filosofia de otras épocas, de que no se atenfan en nada a ellos,
corren siempre el riesgo de caer rapidamente en descrédito, ya que lo que se lee
en los textos suele estar tan relacionado con las disputas del momento, que a
pocos afios de que Dumont pretendiera ensefiar las cosas que todo el mundo
debfa saber acerca de los escépticos”’, luego de textos como el de Frede y otros,
nos parece que lo que todo el mundo debe saber de los escépticos es algo
totlamente diferente de lo que Dumont pensaba. En esa rueda de las interpreta-
ciones, creo que por esta vez quizd se esté cerca de ciertos puntos de la
interpretacién hegeliana del escepticismo.
23. Para Dumont todo el mundo debia saber que «los escépticos griegos antiguos, como Pirrén y Timén, o més
recientemente, como Sexto Empirico, no han puesto jamas en duda la validez, de nuestras representaciones
subjetivas, de nuestras impresiones sensibles o todavia de los fendmenos», op. cit, pp. 7-8.