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It 3 ~ eso ® ( i eI ; Boeoee (2 airs eo egaa o Ey y Hl a 9 s 5 yeomanry de Manchester haciendo campatia para que se transfirié= ‘en escafios de los rotten boroughs a Manchester:®" Hombres como estaban empezando a pensar en la necesidad de hacer algtin de alianza entre los intereses fabriles y de los terratenientes, y en contra de la clase obrera Pero la perdurable influencia de Peter tible horror hacia los sucesos de aquel dia. En 1819 la 4e los legitimistas encontré muchos defensores en su propia clase. Diez afios més tarde era un hecho que se Ja gentry, con sentido de culpabilidad, Seta siguiente como una masacre y como «Peter-Loo». ¥ debido al odio ‘que acompané a este suceso, podemos decir que en los anales del «inglés libre por nacimiento>, la masacre fue en cierto modo, y sin embargo, una victoria, Incluso la «Vieja Corrupcién» sal el fondo, que no se atreveria a repetirlo, Puesto que el consenso, ‘moral de la nacién proscribia el atropello y el acoso a sablazos de uuna multitud indefensa, se seguia el corolatio de que el derecho de reunién publica se habfa ganado. En lo sucesivo, los huelguistas las pudieron ser reprimidas 0 dispersados con cia pero desde Peterloo, jamés una autoridad britanica seha atrevido a utilizar una fuer ter. Samuel Bamford, después de buscar ansiosamente a su espose, fomé un camino en direccién a su casa, por el cual salfan en des: orden cientos de personas que las tierras altas. En Harpurhay alcanz6 a un gran srupos procedentes de Middleton y Rochdale: «Me re con mis camaradas, y formando con un centenar de ellos una fila, ‘os pusimos en camino al son del pifano y eltambos, ondeando la Ainica bandera que nos quedaba, y de esta guisa volvimos a entra enla ciudad de Middleton.» FI Vise Di Read, apt, cop. 760 16 La-conciencia de clase 1. La cultura radical [ a década de 1820 parece extrafiamente tranguil frada con los afios radicales ‘artistas que la siguieron: una de paz soci préspera. Pero muchos afos después un vendedor Londres advertia @ Mayhew: «La gente se imagina q todo esté tranquilo, todo esta paralizado. Asi y todo se sigue ha- ciendo propaganda. Cuanda todo s0s tranquilos afios fueron los afios de la lucha de Richard Carlile en favor de la libertad de prensa: de la creci fuerza de las trade y dela revocacion sarrollo del libre y de la teoria owe Jos individuos como los grup. as gemelas que he rncia del radicalismo popular insurgente y final de la década, cuando se produjo el io de la lucha entre la «Vieja Corrupciéa» y la refor- ‘ma, se puede hablar de tna forma nueva porlo que se refiere ala onciencia de la poblacién obrera en cuanto a sus intereses y st condicién como clase. En cierto modo podemos describir el radicalismo popular de 808 atios como una cultura intelectual. La conciencia articulada del autodidacta era, por encima de todo, una conciencia politica, porque la primera mitad del siglo-xrx, cuando la educecin for. mal de una gran parte de la poblacién suponia poco mas que el aprendizaje de ro reglas,?de ningiin modo fue un per de atrofia intelectual. Las ciudades e incluso los pueblos bullian Mayes opt p.2a a ‘The The ses cr ses Re Roding nda). (M dee) fa desplegada por los autodidactos. Una vez aprendi nentales de la lectura y la escritura, los peones, tenderos, oficinistas y maestros de escuela procedian a yy fuese individualmente oen grupos. ¥ muy a menudo, los profesores eran los que la opinién reformadora aprobaba. Un zapatero, que hubiese aprendido a leer en el Antiguo ‘Testamento, avanzaria penosamente leyendo La edad de la raz un maestro de escuela, cuya educacién alcanzase poco més allé de las homilias respetables, Jos locales de reunién se leia el diario y en las reuniones politcas se dedicaba mucho tiempo a leer discursos y a aprobar largas retahilas de resoluciones. Elradical apasionado podia incluso atribuir una vir- td talismania a ciertas obras predilectas que atesoraba, aunque no siempre pudiera leer por si mismo. Un zapatero de Cheltenham que __ scudlia puntualmente cada lunes a casa de W.E. Adams para que le leyese la ucarta de Fearguso, era sin embargo el orgulloso poseedor bros de Cobbett, que tenia guardados cuidadosa- ‘mente en una caja forrada de piel Estudios recientes han aclarado muchas cosas acerca de la con- icin del lector de la | ficar una discusidn dif se obrera durante e50s afios.* Para simpli- ydemos decir que més 0 menos dos de ‘que se leyese en vor ata y se discutieseel editorial de Cobbett. De este modo los obreros se formaron una imagen de la orga- nizacién de la sociedad, a partir de su propia experiencia y coma ayuda de una educacion desigual y conseguida a duras penas: una imagen de la sociedad que era, ante todo, politica. Aprendieron a eran; ederrumbaremos ls prisiones y asesinaremos al juez cuando duerina? No se trata s6lo de una diferencia de estilo ~nos dirén los. cos— sino también de sensibilidad, Podemos suponer quel pi texto fae escrito por un artesano canoso y con gafas, un zapatero remendén —o un sombrereto 0 constructor de instrumentos~ sm Ogden, impresor ibié a su esposa desde la prisidn: eaungue eve grilletes, haré frente a mis enemigos como elGran Caractacus, ‘cuando se encontré en la misma situacion»; Joseph Mitchell, ot70 eréemé; quetido mio, st. 10 hay un solo dia ni une hora tésmds © menos ocupada pen- 0 para airmar que es cierto y, ‘cuando me retro a descansar, le rezo a Dios pura que perdone a tog0s ‘mis enemigos y cambie sus corazones. "7 Ora cata de Bln Tadd al everendo W.R. Hay, de mayo de 82) empl bien a soi alten de Amt ec desoas,p.an ‘Hampden y las pol des de lectura> y 1 de periddicos 0 dé «ra 8%d, y como el impuesto de sellado era de 4, resultaba dema- siado caro para un crispin”® mal pagado.»# La tirada de la prensa radical fluctuaba notablemente. El segundo Register de Cobbettoscilaba, en su momento de auge, de octubre de 1816 a febrero de 1817, entre aproximadamente cuarenta y sesenta mil ‘jemplares a la que estaba muy por encima de la de ‘cualquier compet lack Dwarf alcanzaba unos doce mil en 4819, aungue esta cifraprobablemente aument6 después de Peterloo, Después, el impuesto del timbre —y a recesién del movimiento— restringieron severamente la circulacién, aunque los periédicos de Carlile se mantuvieron en a cifta de los miles durante la mayor parte dela década de los veinte. Con la agitacidn relativa al proyecto de ley de reforma, la prensa cadical pas6 a tener tna vez més una mayor tirada; tanto el Voice of the People de Doherty, como The Pioneer tuvieron tiradas que superaron los diez mil el Gauntlet de Carll, 1 Poor Mans Guardiass de Fietherington, asi como una docena de priédicos menores, como el Destructive, legaban a varios miles. El descenso en la venta de los costosos semanarios, curyos precios iban de1dais durante le década del impuesto del timbre, ce subsanado en gran medida por el aumento de las ventas de libros baratos y folletos individuales, que abarcaban desde The Political House that Jack Built ~cien mil, hasta el Cottage Economy de Cobbett —cin- ‘cuenta mil entre 1822-1828, History ofthe Protestant «Reformation» 4 Sermons —doscientos once mil entre 1821 y 1828—. Fn el mismo Perfodo, en la mayor parte de grandes centros urbanos habia uno o més yen Londres, una docena— diarios o semanatios que, aunque no eran reconocidamente «radicales, sin embargo iban ditigidos a ese amplio pablico radical. Grupos tan inflayentes como la Sociedad ‘para a Promocién del Saber Cristiano y la Sociedad para la Difusion, del Conocimiento Utilzeconocieron especialmente el crecimiento de ‘este amplio piblico de lectores, de cardcte petit-bourgeoisy obrero, ¢ hicieron esfuerzos extremos y fueron prédigamente subvencionados para dirigiralos ectores hacia asuntos més sludablesyedificantes > ‘por embriaguez, Cada tarde se eleian pabl {as de Londres, Seg Joseph Mitchell en ay sales de la union de Stockport en 1818, Ios lunes por la noche habia reunién de los jefes martes, slecturas morales y politicasy; los mié Sociedad Femenina en favor de la Reforma se comprometieron «a cer el maximo esfuerzo para inculcar en el espiritu de nuestros hhjos un odio profundo y enraizado hacia nuestros corruptos yt nicos gobernantes». Uno de los medios utilizados para ello era «El ‘mal alfabeto para el uso de los hijos de las mujeres reformadoras: la B era de Bible, Bishop y Bigotry: la K de King, King’s evil, Knavey Kidnapper; la W de Whig, Weakness, Wavering y Wicke ‘A pesat de la represin que se produjo después de 1819, la tra- dicidn de tener estas salas de periddicos, que algunas veces esta- ban contiguas ala tienda de algin librero radical, siguié durantela década de 1820. En Londres, después dela guerra hubo un boom de Jos cafés, muchos de los cuales tenian esta doble funcién. Hacia el iso 1833, en el famoso Coffee and Newsroom de John Doherty anejo a su libreria de Manchester, cada semana por lo menos noventa y seis periédic legales unstamped.” En las ciudades més pequesas y en los puel eran menos formales, pero no por ello eran menos importantes. Se reunian a veces en las tabernas, hos ilegales» 0 en casas privadas; algunas veces el periédico se lefa y discutis en-el taller Bl elevado coste de los periédicos,en Ja época en que subi ron los «impuestos sobre los conocimientos», hizo que cientos de lesy se asociasen para agitacién en favor del proyecto de ley de reforma, Thomas Dunning, un zapatero d i6 con sus compafteros de taller y «nuestro mini 108 al Weekly Dispatch, cuyo preci ones rads de lactis iss A. Aspinl 95396 Weatmoshy op Police andthe Pres bible ishap, obispo: Bigotry, intolerance: King, ey; King el, maldad res do. (Nels T) sia timbrecfcal porque noha pagzdolaeimpueser coresponntes (N. dele) Esta era la cultura —con sus vehementes disputas alrededor de Jos puestos de los libreros, en las tabernas, talleres y cafés— que Shelley saludé en su «Cancién para los Hombres de Inglaterra» yen el seno de la cual madurs el genio de Dickens. No obstante, quivocado considerar que habla un «piblico lector» tnico & ierenciado, Podemos afirmar que habia varios «puiblicos» dis- tos que se influian y se solapaban mutuamente, organizados, sin embargo, segtin principios diferentes. Entre el mas importante se encontraba el pablico comercial, pura y fe muerte»—, per el simple criterio de la rental iblicos més 0 menos organizados alrededor de tos de trabajadores manuales; por otro lado, el pliblico al que las sociedades edificantes intentaban captar y redi- por itimo, el piblico activo, el radical, que se organizaba a la implantacién de las Six Acts y de los impuestos sobre imiento. cha por crear y mantener a este ‘ltimo tipo de piiblico se ‘encuentra admirablemente explicada en la obra de W.D, Wickwar ‘The Struggle for the Freedom of the Press Quiaés en ningin otro pais del mundo se produjo un: derechos dea prensa tan encarnizada, tan claramente victoriosa y tan particularmente ‘dentiicada con la causa de los artesanos y los obreros. Joo, por uns paradoja de los sentimientos, establecié a de manifestacion put ganaron en una cam ‘Que no tiene parangén en cuanto a su testaruder, su virulencia y su atrevimiento indomable. Carlile, un hojalatero gu bido un aio o dos de educacién en una escuela de Ashburton (Devon), percibié correctamente que la represién de 1819 convertia los derechos de la prensa en el punto de apoyo del movimiento radical. Mas Carlile, a diferencia de Cobbett y Wooler, que camblaron de tono para enfrentarse a las Six Acts a largo plazo —de modo que perdieron puiblico—, enarbol6 la bandera negra del desafio incondicional y pirata, arremetié derecho hacia el centro de las flotas combinadas Sut, qe aba l pido saz, etd dediado principal fase de batalla ~el derecho de publi asocads pata We La segunda ft, a ach dels «Grandes Unstompede (830 socida alos aores de Carpenter, Hetherington, Wao. Cle . sa histori, aunque se puede ver C.D. Cl, sto ofthe Ts oF ‘ond, ediciin d 3,ca 7 AG Bark, Howry Hotham, in ha. 770 del Estado y la Iglesia. Ahora bien, al comparecer en un juici, fen las secuelas de Peterioo —por publicar las obras de Paine—, toda la prensa radical saludé su valentia, pero le dio por perdido. Cuando por fin aparecio, tras afios de encarcelamiento, las flotas combinadas habian desaparecido desordenadamente por el hori- onte. Habia logrado que el gobierno agotara sus municiones y habia convertido a éste en el hazmerzeir por sus informaciones ex officio y sus jurados especiales. Habia hundido claramente las sociedades de acusacién privadas, la Asociacién Constiticional (0 «Grupo de Bridge Street») y la Sociedad contra el Vicio, que se tenfan gracias al patrocinio y alas aportaciones monetarias de ispos y Wilberfor este triunfo por si 817, cuando se hci elo blasfemo y dieci por los represe! os laureles de la ron veintiséis proce sis informaciones ex legales de la Corona” En aquel ai les cortespondieron a Wooler y Hone, ‘que se negaron a condenarlos. Wo su propis era un orador dotado, con cierta experiencia en los se defendi6 con habilidad utilizano el estilo ibertario grandilo- cuente. Los resultados de 10s dos juicios contra él el 5 de junio de 1817, fueron: un veredicto de «lnocente» y un confuso veredicto con la objecion de tres jurados, que més tarde fue el tribunal de la jurisdiccion real Los tres proce- iam Hone, en diciembre de 1817, son unos de los mis divertides procesos legales que james se han registrado. Hone, un r0 y antiguo miembro de la S.C. L., fue encausado por clos blasfemos, en forma de parodias sobre el cate- I eredo. De hecho, Hone slo era un expo- je una forma de sétira politica que existia desde hacia mucho tiempo entre los vendedores de peridicos y los chazlatanes, que escribian en el Anti-Jacobin, Desde luego, Hone no pensaba ue sus parodias fuesen dignas de poner en peligro su libertad. Cuando empezé la represién de febrero de 1817, intents desha- fue Carlile al volverlas a publica, quien obligé al gobierno a actuar. Aqui hay una muestra: sg para a forma parivrmen- eco, que permis valent "he To Trials of I, Wooler, 8 ‘no perdonar a aquellos gue actéan contrat, No nos Pensiones y de Abuodancig;yHbranos del Puebl, Ameo, Hone estuvo en prisién, con poca salud, diciembre, porque no pudo conseguirla fianza demillibras. Cuando se supo que pretendia dirigir st propia defensa no se tuvieron muchas esperanzas, Pero Hone se habia estado preparando durante in, recogiendo ejemplos, del pasado y eltiempo que estuvo en del presente, de otros esc morado Lord Chief Justice Ellenborough en persona. Las péginas na tras otra, estén lienas de las interrupciones de Ellenborough, de las imperturbables reconvenciones de Hone 4 Te conducta del Chief Justice, la lctura de ridiculas parodias entre- sacadas de diversas fuentes y las amenazas del sheriff de detenet «a la primera persona que vea reir». A pesar de la inguebrantable acusacion de Ellenborough —wen obediencia a su conciencia ya su Dios, declaraba que aquello era un libelo extremadamente impio y profsno»— el jurado pronuncié dos veredictos mis de «Inocentes, on la consecuencia de que, segiin se cuenta, Ellenborough se retird a su lecho de enfermo para no volver a salir jamés. A partir de aquel momento —incluso en 1819 y 1820—- todas. ‘momento de los inicios del negocio. Seis aios mi beneficio cuando’ mundo no sabe of Judgersent forman parte de la misma esta Nunca se hal ridiculasnien términos tan odiosos como a decidido que estaban dispuestos air a le cércel, se superaban unos 42 otr0s con recursos nuevos para mostrar a sus oponentes bajo sus aspectos més ridiculos, La Inglaterra radical estuvo encantada —y Hazlitt més que nadie— cuando Sherwin resucit6 el Wat Tyler, ls impertinencia republican dela juventud de Southey. Southey, que ahora era poeta laureado, desempeiié un papel destacado en el .® Los artesanos que forma Jas mujeres que se presentaron a Carlile era, : ban fos nicieos de las «Sociedades de Investigacin», seyuidoras tamente desconocidos para é de Carlile asi como los de la posterior Rotunda— eran altemente 1 Tlegaban en carruaje desde sospechosos para una oficial que les habia excluido del Leeds, Procedian de una cultura determinada, Poder y el conocimiento, y que habia contestado con homilias y No se trataba de la cultura de los tejedores 0’ de los. tratados a sus protesta. ‘mineros de! Tyneside. Entre las personas més destacadas en la lucha’ De esta forma, un piblico lector de caricter crécientemente ‘encontramos oficinistas, dependientes, el hijo de un labrador; | obrero se vio ganizarse a sb mismo. Durante los aos ‘bowel zapatero convertido en libeero; dela guerra y los ‘ores hubo, por una parte, de Leeds que stenfe a su cargo un caballo de montar» en la tienda i prens@ radical. Durante tan droguero; James Mann, el tundidor que se habia hecho libero) la década de 1820 gran parte de la prensa de la clase media se liberd también de Leeds, La tradicién intelectual se derivaba en parte | de la influencia directa del gobierno y utilizé algunas de las ven- la época jacobina, el circulo que en un tiempo se habla: movi tajas que habian conseguido Cobbett y Carlile. The Times y lord alrededor de Godwin y Mary Wollstonecraft, 0 los mi Brougham, a quienes quizé disgustaba tanto la «prensa pobre» S.C.L, euyo auténtico portavoz —John Gale Jones— lord Eldon, aunque por razones diferentes, le confirieron ignificado completamente diferente al término «tadicalismo»: fueva, que debia ago a la crecienteinfluencia de Bentham y alga’ comercio, gobierno barato y reform Jos «crstianos librepensadores» y alos unitaristas, como Benjami to, aunque de ningiin modo por com i esa vigorosa subculturs) ‘media los maestros de escuela, médicos y tenderos les ylos conferenciantes | aiales en otro momento habian apoyado a Cob! despreciaban el Blackwood y ‘modo que hacia 1832 habia dos tipos de pabl estudiantes de medicina pob le'clase media, que anticipaba con placer la Liga contra las Corn ‘ funcionarios del Estado que leian a Byron, a Shelley y el Exam igs ni tories, sino que «acostumbraban a considera Era una «criatura abandonada» —epiteto convencio nal para las prostitutas— «que habia perdido toda la vergtienza, el miedo y la decencia propios de su sexo». Con su «horrible ejemplo» habia pervertido los espiritus de otras madres: «esos ‘monstruos con forma de mujer se levantan, con endurecidos rostros, en pleno dia, para dar su piblica aprobacién y apoya Por primera vez en la historia del mundo cristiano— ala blas femia grosera, vulgar y horrible.» Carlile escribié que era una mujer ede salud muy delicade y que era verdaderamente todo espitita, no materias,®? Las condenas mas largas que tuvo que suftir uni vendedor de periédicos probablemente fueron las que eumplié Joseph Swann, sombrerero de Macclesfield, Le detuvieron en 189 por vender folletos y un poema sedictoso: "La mayoria de os trabjadoes dl taller de Care tenian en nu podes lags fone ‘gic ae, potable cao ecraelo mia. *Véase Wieoranopic Trl of Susac Wright nap 8 445% ‘New Tine (6 de novi = 78 ‘Steals grilles, suet el yugo dela eslaitad; Aor ahora o nes, ‘puede romper tu cadena, evintate con rapide yasete cl glpe mortal Enviado de pris fue condenado fina sediciosa, a dos afios libelo sedicioso,a cumplir de manera consecutiva. Cuando se habian aprobado ya estas monstruosas condenas, Swann se quité el som- brero blanco y le pregunt6 al magistrado: «;Habeis acabado? ;Esto es todo? Pensaba que habiaistraido un trozo de cuerda y me ibais 2 igar» También su espose estuvo detenida por un breve espacio de 3pO por seguir vendiendo folletos, ella y sus cuatro hijos sobre Vivigton con un subsidio parroquial de 93 a las ayuda de Carlile y Cobbett. Cobbett, por cierto, se interes6 pa larmente por el caso de Swann y, cuando Castlereagh se suici dedicé a Swann sus tunfantes deshonras fiinebres:«jCastereagh se hhacortado el cuelio y esté muerto! Que este sonido te llegue ala pro- fundidad de tu mazmorra(..)y eve consuelo atu alma sufriente» Después de cumplir sus cuatro afios y medio, Swann «atravesé la puerta del Castillo de Chester (.,) con el espiritu tan inquebrantable como siempres y reanudé su ofcio de sombrerero. Pero todavia no habia acabado de cumplir todas las condenas. En noviembre de 1 Poor Mans Guardian informaba acerca de los procesos del tribunal del magistrado de Stockport, ante el que Joseph Swann estaba acu- sado de vender aquel wnstamped. Bl presidente del tribunal, capitin ‘Clazke, le pregunté qué tenia que decir en defensa propia 9, durante algn tiempo he estado sin tabs, ytam- ahora; familia ext muriendodebarbre(.)¥ por ‘tr ezin, la mis importante de todas los vendo por el bien de mis compatriias para que se den cuenta de lo mal ques es representa en el Palamento(.) Quiero que el pueblo sepa mo se le engati, ‘Tribunal Cllese un momento, Acusado (No pienso callarmel porque quero que todo el mundo lea estas pubicaciones ‘Trbunal Es usted muy trevid, por tanto queda condenado a tresmesis se crcl enel corzecional Ge Knutsford, a realizar trabajo forzado(.) Acusado: No tengo que agrodecerio nada; y cada ver que saga vlvere ‘venders. Y le advierto (dirgiéndase al capitan Clark) gue el Primer lugar donde réa vender esas cae (x) Ente levaron a Joseph Swann ala fasrza del banquilo de los seusados Of wih your fers pur thes Now, now or never can your chain Debyoks/ Sea ‘Ss Guardian de rviembre de); Lamayoria de estos hombres y mujeres han quedado olvidados entlaretdrica de a democracia del siglo xx porque eran descarados, vulgares y excesivamente fervorosos 0 «faniticos». A continuacién, los vehiculos de im» que estaban subvencionados, el Penny Magazin day Magazine, 2 cuyos vendedores nadie procesaba, entraron en juego, y mis tarde, la prensa comer- mayores, aungue no empez6 real- ‘mente a captar al pablico lector radical hasta los aiios cuarenta y

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