Una carta de Tolstoi

PorBlas Matamoro - Publicado el 31 Mayo 2012

El 16 de enero de 1905 Len Tolsti escribe a su mujer Sofa: La msica es la

estenografa de los sentimientos. Cuando hablamos mediante la elevacin, la
disminucin, la fuerza, la rapidez o la lentitud de la sucesin de somidos emitidos,
expresamos aquellos sentimientos que acompaan lo que decimos: los pensamientos,
las imgenes, los acontecimientos que verbalizamos. La msica transmite slo la
progresin y la composicin y la sucesin de esos sentimientos sin pensamientos, ni
imgenes, ni acontecimientos. A m esto me explica lo que siento cuando escucho
msica. (traduccin de Selma Ancira)

Es curioso que Tolsti, un escritor, compare la msica con la taquigrafa, con esa
escritura contrada que sirve para tomar nota de la palabra hablada, y que le atribuya
la capacidad de estenografiar nuestra vida afectiva. A la vez, hace de la msica el
recipiente sin contenido del habla misma, la pura sonoridad de la voz. Mientras el
taqugrafo puede traducir sus signos a palabras escritas con el abecedario corriente, el
msico conserva en sus sonidos progresivos, compuestos, sucesivos, segn apunta
Tolsti como tales sonidos, intraducibles.

Quiz lo que el escritor ha intentado decir es lo contrario de lo que dijo, o lo mismo

pero al revs, o sea que la msica es la que nos permite reconocer nuestros
sentimientos, que ocurren en nuestro interior pero que responden a signos externos,
los signos musicales. El parecido con la estenografa consiste en que ambas son
esquicios de lenguaje y no lenguajes plenos, por lo que no llegan a ser palabra, a la vez
que la exceden. Ciertamente, quien no conozca la clave taquigrfica no entender un
texto estenogrfico. Paralelamente, quien no entienda la msica, en el sentido de
su pleno Sentido y en el reino de un sentido tan decisivo como lo es el odo, se quedar
fuera de ella, vctima de cierta sordera sentimental. No es que no experimente
sentimientos sino que no sabr en qu consisten. En cambio, el melmano podr, al
menos, como el personaje de Proust, sealar a la mujer que ama indicando que, en ese
preciso momento, suena la msica de su amor.