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El medinismo Oscar Battaglini Monte Avila Editores Latinoamericana edicién, 1997 2*edicién, 2008 FOTOGRAFIA DE PORTADA Jaime Albaez (tomada del libro Le ewrbanizaciin de «EI Silencio». Caracas: Ernesto Armitano, 1988) © Monte Avia Enrrores LATINOAMERICANA C.A., 1997 Apartado postal 70712, Caracas, Venezuela Telefax (58-212) 263.85.08, maelea@telel net.xe Hecho el Depésito de Ley Depésito Legal N*1f5002004800621 ISBN 980-01-1197-2 AGRADECIMIENTOS ~ QUIERO AGRADECER, muy especialmente, a la doctora Nora Bustamante Luciani, por todo lo que de ella esta conte- nido en la elaboracién y resultado final de esta investigaciér el estimulo que significa el aporte de su propia investigacién sobre el tema, el empefio con que se ha enfrentado, en esa actividad, alas adversidades de un ambiente cultural, politi- €0 ¢ historiogréfico dominado por el enfoque de la «histo- ria octubristan; y los materiales, las fuentes documentales, aportados por ella a esta investigacién con la mayor esplen- didez y generosidad. = A la Hemeroteca Nacional, en las personas de la doctora Marina Miliani de Mazzei y Janemar Cabré, quie- nes como directora y trabajadora, respectivamente, de esa invalorable institucién, me aportaron, en su oportunidad, su mas amplio, generoso y diligente apoyo. ~ A la profesora Xiomara Martinez Oliveros, mi esposa, quien con su afecto insustituible como siempre, y quitindole Q1-bgnet a SEGUNDA PARTE EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO LA SITUACION ECONOMICA IMPERANTE : j CUANDO EL MEDINISMO asume la direccién politicadel Estado, la economia venezolana presenta las caracteristicas ‘que ya para aquel entonces habian sido generadas por la di- rndmica del petréleo: 1) la de ser una economia rentistica, bbasada en la disponibilidad «...de un excedente econémico extraordinario no producido nacionalmente»!; y 2) su natu- raleza parasitaria, es decir, la de una economia regida, pre- dominantemente, por las actividades del sector tereiario (en especial banca y comercio de importacin), las cules se hax } | } j dos y distribuidos internamente por el Estado por medio de Jos mecanismos del gasto presupuestario”. ‘Una buena sintesis de la situacién econémica general, ya imperante, es la que nos proporciona, sobre el propio te- reno (1941), el doctor José A. Mayobre: ELMEDINISMO «la situacién econdmica venezolana se caracterizaba por Jos siguientes factores: 4) la industria petroleraextranjera constituye el renglén principal de nuestra produccién y nuestras exportaciones; ») los productos de la egricultura y la ganaderia, eunque en ffanca decadencia desde hace varios lustos, forman toda- vil Beg mayor de las exportacionesveiadement nacionalesy son la principal fuente de trabaj le aoe ee «) la mayor parte de ls necesidades de consumo se abas- tece por mercancias importadas; 4) el Fisco Nacional, que tiene sus principales fuentes de ingresos en los derechos sobre ls importaciones y en Jos impuestos petroleros, ha ido inerementado su impor- tancia en la vida evonémica interna hasta constitu la base de la subsistencia para un gran nimero de cconsumidores hasta de productores® ons ‘Veamos esta situacién en algunos di 4 ° le sus rasgos caracteristicos Do PETROLEO Al inicio de la década de los cuarenta, Venezuela exhi- bbe las caracteristicas de uni pais de economia petrolera bajo el absoluto control del capital extranjero. Para 1939 —afirma J.A. Mayobre— el petréleo y sus deri- vvados representaban el 93,9 por ciento(...) de nuestras ex- Portaciones totales. Pero el producto integro de esas exportaciones petroleras no regresa al pais (...). Es pues a las compaiiias extranjeras a quienes corresponden los be- neficios de la explotacién’. [EL PROVECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 35 Tanto es asi, que en esa fecha se calcula en 25 6 30% la par- ticipacién de Venezuela en su produccién petrolera®. Se perci- be claramente que no se habia modificado la imagen que tenia Alberto Adriani al calificar los resultados econémicos ‘generados por el petréleo como una cosa precaria y ajena®. Pero a pesar de la desproporcién porcentual de lo perci- bido por la exportacién petrolera, 1a economia nacional se ha- ce ributaria, casi exclusivamente, del ingreso petrolero’, De él pasan a depender no solo el gasto estatal corriente’, sino tam- bién un conjunto de actividades parasitarias generadas por la ‘economia nacional: el cubrimiento del déficit econdmico que desde 1920 venia experimentando la balanza comercial del pais por la progresiva caida de los valores exportables propia- ‘mente nacionales’; el crecimiento espectacular del comercio de importacién y de la banca comercial; el pago de primas a las exportaciones de café y cacao”; el alto poder adquisitivo del bolivar en los mercados internacionales'?, ete. Contrariamente, son las actividades propiamente pro- ductivas (agricultura e industria) las que casi no reciben nin- iin tipo de apoyo financiero para su desarrollo. De esto nos da cuenta, para la época (194 1), el doctor Arturo Uslar Pietri cuando afirma que «...nuestros Presupuestos de Gastos tra- ducen la ausencia de preocupaciones econdmicas y sociales de nuestros gobiernos»?. BANCA Y COMERCIO DE IMPORTACION En Venezuela, la dindmica del petr6leo, antes que ge~ nerar e! impulso de una economia basada en la promocién de los sectores productivos, lo que provoca es el surgimiento y desarrollo de una estructura econémica totalmente dlistor- ‘sionada; dominada, como ya se ha sefialado, por las activida- des del sector terciario: banca y comercio de importacién 36 BL MEDINISMO preferentemente. Se trata de una condicién que progresiva- mente se agrava por el hecho de que dichas actividades no estardn orientadas hacia la realizacién de un proyecto econd- mico de base reproductiva'® sino hacia el objetivo simple de apropiarse parasitariamnente de los recursos financieros pues- tos en circulacién por el Estado y por las propias compaitias petroleras. Esta propensién parasitaria Ja manifiesta muy claramente la banca privada cuando ya para dquel entonces se muestra sumamente reacia y contraria a emplear su base financiera para la promocién de los sectores econémicos Teproductivos'*, no obstante los ingentes recursos que percibe ppor concepto de las colocaciones bancarias provocadas por el auge de'las actividades petroleras'’. En lugar de esto, refuerza su Vieja préctica de funcionar como simple intermediaria de Jas transacciones comerciales en proceso de ampliacién, y co- ‘mo instrumento de crédito a corto plazo con intereses usura- tios. De esto iiltimo nos informa un memorandum de una dependencia del mri, en 1940: «--108 altos tipos de interés que ha venido financiando la banca privada con la concesién de eréditos no se compagi- na con la urgencia del desenvolvimiento de nuestras indus- trias urbanas y rurales(...)'6 La constatacién de esos hechos, en esa fecha, pone de manifiesto que seguia teniendo vigencia la situacién que en 1936 habia hecho exclamar a Arturo Uslar Pietri que «Las incongruencias de nuestro sistema bancario, si bien muy provechosas para una privilegiada minoria, no han sido en nada beneficiosas a la economia nacionaly!”. En una intima relacién con el crecimiento anormal de Jas actividades bancarias, se desarrolla un inteuso, desmesu- ado ¢ irrestricto comercio de importacién, el cual se ve al- tamente estimulado por varias circunstancias: EL PROYECTO BCONOMICO DEL MEDINISMO 7 a) Por la baja capacidad del aparato procuctivo nacional b) Por la creciente disponibilidad de tna masa de capi- tal-dinero en manos de los sectores mereantiles y bancarios'®. ©) Por la ripida ampliacién del mercado interno, en lo {que se refiere a la demanda de bienes de consumo masivo e inmediato por parte de crecientes sectores de la poblaci también de bienes suntuarios, propios del consumo conspicuo de las minorias sociales privilegiadas por el auge petrolero”. d) Por la elevada convertibilidad del bolivar con res- pecto a las monedas extranjeras, lo que significaba precios bajos para los productos comprados en el exterior y una alta rentabilidad al ser colocados en el mercado interno”. Es bajo el influjo de esas poderosas premisas que el comercio de importacién se ubica tempranamente (junto con a banca), como una de las actividades fundamentales del proceso econémico generado por el petréleo. En su conjunto representan, al mismo tiempo, el mais fuerte de los estimulos el carécter wextrovertido» de ese proceso, y el mas serio de Jos obstaculos para el surgimiento de una «economia nacio- nal, aut6noma y préspera», tal como lo plantea, insistente- mente, Alberto Adriani en su época, y se replantea durante el periodo medinista. Los primeros saldos apreciables de la esencia importa- dora desarrollada por la economia venezolana (rasgo inheren- te'e inequivoco de su caricter «extrovertido») se registran en el afio 1926, cuando las exportaciones petroleras comienzan a hacerse dominantes. A partir de esa fecha se observa cémo el monto de nuestras importaciones aleanza, progresivamente, proporciones realmente descomunales: _cbasta considerar que en los cuatro afios anteriores a 1940 importamos, por término medio, unos Bs. 285.810.000"" anuales; que ocupdbamos el tercer lugar entre los paises impor- tadores de América del Sur; ue figurébamos inmediatamente 38 EL MEDINISMO después del Brasil que tiene una poblacién diez veces ma- yor que la nuestra, y Ia Argentina, que cuenta con 10 millo- nes de habitantes més que Venezuela; y que si tal era el puesto que lensbamos en cuanto al valor de las importacio- nes, relaciondndolas per cépta, estébamos en primer lugar, SITUACION INDUSTRIAL, _Debido a los rasgos considerados, se desarrolla una actividad industrial que ocupa la parte més débil y angosta ide la estructura sectorial del pais’; cuestién que se eviden- cia muy claramente en el Censo Industrial te 1936, y que todavia no se habia modificado cualitativamente a princi- pios de la década de los cuarenta. En realidad se trataba de una actividad que atin no habia rebasado los limites de la peosioiin arisnalrealizad en pestis talleres de pre- sicién de capital fijo y de mi i Viethen sn tierce net rieente sl ‘Veamos la descripcién que de esa situacién nos hace, de tun modo grifico, el profesor Roberto Moll en sus Lecciones de economia venezolana publicadas en 1944: Para 1936 se contaban 8,025 empresas con 47.000 emplea- dos, es decit, un promedio de menos de 6 empleados por empresa. El capital invertido llegaba a 295 millones de Bs., es Aecir, un promedio de 36.000 Bs. por empresa. ara 1940 se registraban tres veces més empresas, 0 sea 22,640 con 43.000 obreros, es decir, un promedio de 15.000 Bs. por empresa”®, Un complemento negativo de todo eso lo constituia el hecho de que aiin en la Ley de presupuesto de 1940-41 —en [EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 39 Ja parte correspondiente a las asignaciones de! Ministerio de Fomento— apenas se destinaba un millén de bolivares al desarrollo» de la industria nacional’. Esas cifras, por su elocuencia, ponen de manifiesto varias cosas a) La comprobacién de la precaria o escasa capacidad productiva del «aparato industrial» entonces existente; 1o que determinaba, dentro de las condiciones seftaladas, la alta, propensién importadora de bienes de origen industrial que ya exhibia la economia venezolana. 'b) Una bajisima participacién del sector industrial en Ja composicién del Ingreso Nacional (iw) y del Producto Territorial Bruto (PTB). ¢) La ausencia, casi absoluta, de un «...sector empre- sarial comprometido con una politica de industrializacién Gy, 4) Igualmente, la inexistencia o indefinicién por parte del Estado, de un proyecto dirigido a fomentar el crecimien- to industrial —y econdmico en general— con base en la apli- cacién reproductiva de los recursos derivados del petréleo. SITUACION DE LA AGRICULTURA La situacién de la agricultura (incluida la ganaderia) era muy semejante a la de la industria cuando finaliza la dé- cada de los treinta. En lo fundamental, el paisaje agrario del pais continuaba bajo el dominio de la atrasada estructura lati- fundista heredada del gomecismo™’, En particular se mante- nian vigentes: 1) la prictica de la aparceria, el peonaje, la ‘ocupacién y el arrendamiento como las relaciones de produc- cién basicas en cl campo°!; 2) el monopolio de la tierra culti- vable por un reducido sector de propictarios privados, gran parte de la cual era mantenida en condiciones de ociosidad; EL MEDINISMO_ 3) un gran atraso técnico y una exigua inversién y acumu: lacién de capital en el conjunto del sector; y 4) como con. Secuencia de ‘odo lo anterior, la persistencia de una bajisima ‘capacidad productiva’®, que progresivamente se acentia a me. dida que disminuye el interés por las actividades econémi. cas del campo —y productivas en general—, toda vez que {a dindmica del petréleo convierte a las del sector terciario en las de més facil y segura realizacién, y también en las més rentables', De la incapacidad productiva de la agricultura de ese eriodo dan cuenta tanto los indices de las exportaciones Como los relacionados con las importaciones de este tipo de biengs. Veamos, Hasta 1925 —como es bien conocido— las exporta- Ciones agricolas (café y cacao principalmente) ocupan un lugar preeminente en la composicién de las exportaciones globales de Venezuela: representan exactamente 81,2% del total’. Esta tendencia favorable —pese a que el pettdleo ya ‘aparece en el primer lugar de nuestros productos exporta- bles— se mantiene relativamente y con oscilaciones hasta 1930°*, afio en que por efecto de la crisis capitalista mun. dial, sus indicadores se colocan en apenas 12,2% del total?®, Cuando nos aproximamos al final de la década de 1930-1940, las ciffas correspondientes a las exportaciones agricolas Pueden ser calificadas de declinacién casi absoluta. Los in. dices de 1938, 1939 y 1940 se ubican en 4,5, 3,4 y 3,5 res. Pectivamente*”. Lo tinico que puede explicar que en tales Condiciones se mantuviera esa producciGn y exportacién de subsistencia eran las primas que ésta recibia del Estado por ‘un monto anual de Bs. 20,000,000, tal como se ha dicho. El estado de postracién que en esos momentos ostenta la agricultura venezolana, lo describe una Misién norteameri. cana que hizo una evaluacién sobre nuestra situacién general [BL PROYECTO ECONGMICO DEL MEDINISMO at é iui snado ni la agri- Jos términos siguientes: «Ni la eria de ga mg se encuentran en estado préspero y saludable»**, y agrega mis adelante: 1 igual que en los otros paises tropicales, la agricultura ves a esa pt on grenn ae ciendas; y de otra parte, por el esfuerzo de pequeiios agricul- tores, cada uno de los cuales cuida una pequefia parcela, y Jos cuales carecen de capital, y de herramientas, a no ser el ‘machete que munca falta y uno que otro rudimentario ara~ do de madera que apenas alcanza a remover la capa supe- rior del suelo. La mayoria de estos agricultores trabaja para viv pens, contibuye muy poco relatives ui nistro de productos alimenticios para el resto del pais, 0 @ la economia productiva del pais En esas condiciones, laimponscin de bene agvcoas {especialmente alimenticis), los cuales son fuertemente de Iandados en un mereado interno en proceso de ampliacién, se coloca —por las razones ya teferidas— como la opcién Ids fc pelacin fet a a poibilida de que ese sumen- to del consumo se trachzea en un crecimiento proporcios Ja agricultura y de las actividades industriales relacionadas fic: ts resea que de esa situacién nos proporciona la mencionada Misién norteamericana, resulta por demas ilus- trativa y,convincente a este respecto: La importacién a Venezuela de productos alimenticios que pudieran producirse en el mismo pais, muestra la sein de desarrollo de las industrias de agricultura y cria. El siguiente indica el valor de las importaciones de. sical productos alimenticios y productos de origen animal que a EL MEDINISMO pudieran producirse en Venezuela en cantidad suf Para toda la poblacién; ‘VALOR DEL GRUPO ESPECIAL DE IMPORTACIONES (en miles de bolivares) ‘Ao 1936 1937 19381930" Leche ‘condensada L093 2407 4943 3918 ¥en polvo Queso a 7 1.026 856 Manel 558 1.109 1.088 1.524 Grasas animales 400 453 S47 im [Manteca 70 840 1046 926 Arroe 2377 2.130 2162 1.365 Papas (excluyendo 706 os foes m3 4 semills) Towa 5776 8350) soa] 9.0434 Primer Semeste OBJETIVOS GENERALES DEL PROYECTO __ Sobre la base de una clara y cabal comprensién de la realidad antes desrita, el medinismo define y comienza a de. sarrollar un proyecto de modernizacién de la economia nacio- nal, que tiene entre sus objetivos generales (y fundamentales) Jos siguientes: 1) la superacién del caricter parasitario y dis- torsionado de la economia interna, por efecto de la dinamica del rentismo petrolero; y 2) la construecidn de una economia “EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO “8 capitalista normal: de base reproduetiva, auténoma y emanci- ‘pada tanto de los efectos perversos del rentismo petrolero, co ‘mo de la vulnerabilidad de la monoproduccién de una materia prima sometida a las contingencias de la politica internacio- nal de un mundo signado por la guerra, y por la dinémica de ‘un mercado petrolero que ya para aquel entonces escapaba a toda forma de control por parte de los paises productores*!, Para la realizacién de este proyecto, el medinismo se raza una estrategia que —en aparente paradoja— se propo- ne sacarle el mayor provecho al modelo rentistico que regia Jas relaciones econémicas entre el Estado y las concesionarias petroleras extranjeras, con el propésito de crear una fuente de financiamiento segura y poderosa que fuese la base inicial (acu- ‘mulacién originaria) del desarrollo econémico nacional perse~ guido, Pero el éxito de este proyecto econémico requeria no sélo de la aplicacién de esa estrategia, sino también de que surgieran en su desarrollo amplios, variados y crecientes cam- pos para la inversion reproductiva,iinica manera de evitar las incidencias 0 efectos perversos de un excedente petrolero ex- {raordinario que, dentro de las condiciones econémicas impe- rantes, sobrepasaba la capacidad de absorcién de capital de la economia nacional. Sin el fomento de nuevas actividades ppara la inversién reproductiva se hacia inevitable que el exce~ dente petrolero se orientara al atesoramiento, al gasto impro- ductivo o a su consumo directo por parte de la poblacién, tal como se ha registrado en el punto anterior de esta investi- gacién, Alli vimos, es preciso remarcarlo, que en lugar de una realidad econémica regida por las actividades producti- vvas lo que surge y se desarrolla, impulsada «...por la via del consumo de la renta petroleran®, es una MODERNIZACION ECONOMICA posTizA: de banca, de comercio, de usura y de ciudades» que se nlimentan parasitariarnente del petréleo, de un mercado interno surtido con importaciones de todo ti- po, etc. En fin, de una economia en la que paradéjicamente . 44 EL MEDINISMO se consume pero no se produce, por hallarse frenada en su desarrollo intemo por las determinaciones del parasitismo rentistico imperante®, y por la persistencia de relaciones econdmicas tradicionales. Desbloquear esa situacién, es el problema crucial que se propone enfientar y resolver el medinismo con la realiza- cidn de su proyecto econdmico. Por eso, ante la imposibili- dad de darle el empuje a que inicialmente se aspiraba —por la resistencia mostrada por los factores nacionales y extran- jjeros que se oponen a su realizacién—, y para el cual se es- taba preparado, se toma la decisién, en primer lugar, de postergar su realizacién en Jos términos deseados y, en se- gundo ugar, se apela a medidas intervencionistas que tienen expresién en la esterilizacién paulatina de montos elevados de los crecientes recursos fiscales aportados por la renta pe- trolera“, y en la aplicacién de un conjunto de regulaciones dirigidas a entrabar e impedir el libre desenvolvimiento de Ja dindmica impuesta por el rentismo petrolero: La imtervencién ha sido necesaria para garantizarle a Vene~ zuela un minimum de economia normal y mientras la in- dustria peirolera subsista en proporcién tan desmesurada con respecto al resto de nuestras actividades, la interven- ci6n del Estado continuard siendo necesaria para asegurar un equilibrio econémico artifical, que pueda transformar- se paulatinamente en el equilibrio econémico sano y es- pponténeo de una nacién normalmente desarrollada, cuando la hipertrofia del petréleo se reduzca por si misma 0 en ra- z6n del incremento y progreso de otras ramas de nuestra actividad econdmica*. Estas decisiones del medinismo, y su determinacién de ‘mantenerlas mientras se espera la llegada del momento propi- cio para la adecuada y cabal realizacién de su proyecto eco- [EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 4s némico*, demuestran que no era fatal (trégico) que el pais continuara deslizéndose hacia el parasitismo rentistico-petro- lero, como parece ser la.conclusién a que Hegan Bernard Mommer y Asdribal Baptista cuando afirman: La renta petrolera Ileg6 a niveles entonces sin paralelo, con Jo que las expectativas de Uslar de revert la tendencia se vieron muy pronto frustradas. La disparidad entre los re- ‘cursos excedentes y la capacidad de absorcién de capital se habia hecho poco menos que abismal”. Distinto a lo afirmado por estos autores, queremos pun- tualizar lo siguiente: parece estar suficientemente claro que lo que firustra «las expectativas de Uslar» y de todo el medinis- mo respecto a la cuestién econdmica no es la disparidad que cfectivamente se registra durante ese periodo «...entre los re- cursos excedentes y la capacidad de absorcién de capital...» por el conjunto de la economia (que como hemos referido es- taba siendo enjugada por las medidas de emergencia tomadas por el Estado, y a las cuales alude Uslar cuando habla de la necesidad de «asegurar un equilibrio econémico artificial»), sino el conjunto de factores —nacionales e internacionales — que obligan al medinismo a redimensionar los alcances de su Proyecto, en esos momentos, y a procurar hallarle en el futu- ro inmediato una salida a esa situacién; aspiracién que seria, definitivamente bloqueada por el golpe de Estado del 18 de octubre de, 1945. En tal sentido puede afirmarse que lo que provoca la «hiperdisparidad» que se produce durante el régi- ‘men medinista (y que después se haria crénica y permanente tuna vez derrocado éste) no es tanto el quanaum de los recur 505 fiscales percibidos por el Estado, por efecto de la Refor- ma Petrolera del 43 y de la implementacidn del Impuesto sobre la Renta, sino la imposibilidad que se tiene (es necesario insistir) de canalizar esos cuantiosos recursos hacia la inver~ EL MEDINISMO siénrprodiva yen canta qu ei e desarollo eeonGmico sical (en gener) du ae el queso oe lo 0 casi todo. Ante esta perspectiva, no es fel ede almpuso de preguntas acre del ‘mono de los feeusos que, ea fis inal en su corespondiente visién tage, se necesitaban para adelantar (solamente) el de- sarollo industrial del pas y la modernizacién desu este graria bajo la orientacién de la Ley de Reforma Agri propusa pore! Estado, a otra parte, es preciso recordar que dicha «di a : que dicha «dispari- dad es un fendmeno propo del epitalismo renastiog® y | Rodel ecapitalismo normab®, uyoextsblecimiena const tui lin supremo det proyecto moderizador del medinis- to, el etal easy expresin econémiea le sign al Estado Ja funein de eplar el grado y a forma en qu los recursos extraorinarios aprtados por la rentapetroera debian in en la dinimica general de la economia, para evitar © atenuar progresivam: sence ente el problema de Ia wdisparidady ORIENTACIONES BASICAS DEL PROYECTO En la realizacién efectiva del proyecto se defi cl nat de partial aspect que un todtranted iorizado por Art editorial del diario vicky, tinea trouser aieate, Es menester Pemeneste: scar la mayor renta de las minas par invert {otalmenie en ayudes,faciidads y estimuls ai agri- cultura, la cria y las industrias nacionales®, r En este planteamiento, 9, convertido por fin en el prinei~ Pio rector de la politica econdmica del Estado (asi se tevistra FEL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 47 insistentemente en el discurso y en la prensa oficial), se rest me la firme disposicién del medinismo de iniciar el proceso de superacion de la condicin de «pais improductivo, ocioso y ‘pardsito de) petréleo» que ya presentaba Venezuela y de mat- ‘har en la direccién de transformar los recursos aportados por Ja renta petrolera «...en riqueza permanente y reproductiva de los campos y de las fabricas. Es decir, financiar con la ri- queza petrolera el programa de desarrollo nacionaly*!. Estas orientaciones no contienen —como impropia- ‘mente sostienen algunos autores—* el propésito de estable- ‘er una modernizacién «elitista», interesada en Ia exclusion “de los sectores populares 0, més concretamente, interesada en «dejar de lado cualquier referencia a los mecanismos eco- nomicos y politicos por los cuales también los trabajadores habrian de beneficiarse del progreso material del pais»—*. Simplemente contienen la disposicién de incorporar a los trabajadores y al conjunio de los sectores populares al «pro- greso material del pais» por otra via, es decir por la via de ‘a estructuracién y desarrollo de una economia capitatista normal, de base reproductiva y redistributiva. Por eso resulta igualmente errénea. la apreciacién del politélogo Arturo Sosa, cuando asegura que lo que diferencia {a estrategia modernizadora del medinismo de la betancou- rista que él denomina «democritico-populista») ¢s la poit- ta social; es decir, la supuesta ausencia de este contenido en la estrategia econémica del medinismo: La politica social es (...) la caracteristica que diferencia es- ta estrategia modernizadora (la adeco-betancourista] de la que hemos: denominado elitista®*. Contrariamente al contenido de esta afirmacién, debemos decir que la diferencia sustancial entre estas dos estrategias mo- dernizadoras es que mientras la primera —la betancourista— EL MEDINISMO representa una opcién (aunque en el discurso aparente otra co- 8a) a favor de la conservacién del capitalismo rentistico impe- ante, la segunda toma partido por la superacién de ese orden y por la implamacién de la dinémica general propia del capitalis- ‘mo normal, al como se ha sefialado’S, Esto equivale a decir que, mientras la primera represen- ta —paradgjicamente— una opeién modernizadora conserva- dora del orden existente®, la segunda se muestra partidaria de Su transformacién; lo que significa que se est4 ante dos pro- yyectos de modernizacién diametralmente opuestos. En esto Consiste, es necesario insistr, la verdadera diferencia, PRINCIPLES MEDIOS PARA SU EJECUCION: LA INTERVENCION DEL ESTADO La indisposicién y la incapacidad demostradas por los sectores propietarios privados, vinculados poderosamente a la banea comercial, al comercio de importacién y a la pro- piedad territorial, para aceptar e incorporarse a la realiza- cién de un proyecto econémico de esa naturaleza, lleva al ‘medinismo al firme convencimiento de que el Estado debia asumit, de manera irrestricta, la direccién de la actividad econémiica en general: Este es principalmente el camino que ha tomado el Gobier- no de la Nacién. Este es el camino que ha tomado el pov, y con él la inmense mayoria de los hombres que en Venezuela Ponen el interés nacional mucho mas alla de un mezquino «€ inmediato interés personal mal entendido™, Sin embargo, esta decisién no significaba, en modo alguno, la determinacién del Estado de suprimir o desplazar a la inversion privada de la actividad econémica®, sino el in- "EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 49 de promover su més amplia y activa participacién en el tise de sqvelas reas productivas que resultaran mas ‘eonvenientes al desarrollo econémico interno. Asi lo deja ‘muy claramente establecido el Ministerio de Fomento en un memordndum de abril de 1942: «La produccion debe ser ‘obra especialmente de particulares bajo la direccién y con la ayuda del Estado»; y agrega: {los particulares}, drigiendo el esfuerzo de sus actividades y capital en a forma msi para el pas y de acuerdo con ls di rectivas generales trazadas por los organismos competentes®, Pero la concepcién intervencionista del «Estado medi- nista» no se detiene en estos contenidos, ni tiene una naturale- za parcial. Por el contrario, contiene aspectos coyunturales, impuestos por la dindmica de la Segunda Guerra Mundial; de ‘mis largo plazo ¢, inclusive, de cardcter estructural. Es impor- tante sefalar, ademis, que los aspectos de largo plazo y es- ‘ructural —que constituyen el ¢je fundamental de esa politica intervencionista— son determinados, en primer lugar, por la necesidad de crear las condiciones societales (politicas par- ticularmente) que facilitaran la realizacién normal del pro- recto econémico en proceso de ejecucién, cuestiones que s6lo podian lograrse en un plazo més o menos prolongado; y, ‘en segundo lugar, por el convencimiento que tiene-el medi- nnismo de que la interyencién del Estado se habia hecho ine- vitable, debido a la quiebra experimentada, a escala mundial, por el liberalismo en la orientacién general de la economia: ‘Cada dia son més los paises que abandonan el libre cambio para crear barreras protectoras del mercado nacional, y €a- dda dia son més los paises que regresan a un concepto mis nacional del fendmeno econémico....; el ineremento de la intervencién del Estado por medio de tarifas aduaneras 50 ELMEDINISMO Proteccionistas, determina el alejamiento cada vez mayor del principio liberal irrestricto™, -..el edificio del liberalismo econémico a cuya entrada se {eia la fommula magica del laissez faire, y que se caracteriza- ba por la abstencién gubernamental en materia econdmica y comercial, y la dedicacién exchusiva del Estado a proteger la propiedad privada y la «libre» celebracién de los contratos, haa sellado definitivamente sus puertas. Seria insensato tratar de reabritias®", ‘ASPECTOS COYUNTURALES. DE LA INTERVENCION ESTATAL Como hemos sefialado, esta parte de la intervencién ‘econsmica del Estado se corresponde con la situacién de ‘emergencia creada en el pais por la Segunda Guerra Mundial ¥, mds concretamente, por la entrada en ella de Estados Uni- dos, pais del que ya dependia, en lo fundamental, el abaste~ cimiento externo de Venezuela’, Se trata, basicamente, del establecimiento de un con- Junto de medidas econémicas extraordinarias dirigidas a im- edit, por un lado, que las dificultades del abastecimiento ‘eneradas por la guerra y por las deficiencias de la produc- ci6n interna se tradujeran en alzas inmoderadas de precios ¥ en acaparamiento de los articulos de primera necesidad; y, Por otro, a favorecer la normal circulacién y distribucién de los bienes disponibles (nacionales e importados), tanto para el consumo inmediato de la poblacién, como para la activi- dad productiva considerada por el Estado como prioritaria, Estas medidas de regulacién y control las cumple el Es- ‘ado por medio de la Junta Nacional Reguladora de Precios, EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 3 instituida en 1939 y reformada mediante el Decreto n° 142 del 7 de julio de 1943, y la Junta Nacional del Transporte, instituida también en 1939, Es preciso sefialar que el «Estado medinista», por in- termedio de algunos de sus més destacados representantes, siempre reconocié la perentoriedad de esos controles™; por eso, a medida que se aproxima o se hacen visibles los signos que anuncian la culminacién de la guerra, comienza ‘a mani- festarse en la conducta del Estado la tendencia a poner el acento en la derogacién progresiva, cautelosa y discriminada de tales controles®®, ASPECTOS DE LARGO PLAZO DE LA INTERVENCION ESTATAL Legados a este punto, se comprende perfectamente que Ja «intervencién a largo plazo» del Estado en la economia hae ‘ya devenido en uno de los medios mas efectivos para la reali- zacién del proyecto econémico del medinismo. Es evidente que los representantes politicos de éste, en la direccién del Estado, tenian suficientemente claro el cambio radical que se habia producido en la relacién Estado-economia, en un con- texto mundial-nacional afectado por la guerra y donde los nuevos desarrollos econémicos se caracterizan «...no s6lo por la elevacién de las murallas aduaneras sino més bien por Ja intensidad del intervencionismon® En Venezuela, los primeros intentos para aplicar esa Politica se encuentran —tal como se ha sefialado— en las definiciones econémicas generales hechas por Alberto Adriani como ministro de Hacienda y, mas especificamente, ‘en su proyecto de Ley de Aduanas aprobado por el Congreso y publicado en Gaceta Oficial del 23 de octubre de 1936°7. Se trata de un proyecto de control fiscal de claro contenido 82 BL MEDINISMO proteccionista «...que intenta revisar y descontinuar la politi- ca comercial de corte liberal prevaleciente hasta 1936..., con el fin de estimular a los sectores productivos nacionales y re- ducir el desequilibrio de la balanza comerciaby®. Un aspecto importante del contenido proteccionista de esta nueva Ley de Aduanas es la implantacién, en 1938, de acuerdo con su articulo 17, del sistema de contingemes de importacién, que legal y formalmente le confiere al Ej Cutivo la facultad de estabiecer prioridades y de fijarle limi tes a las importaciones, requisites que sin embargo no se observan ni se cumplen cabalmente dada la laxitud con que esta medida es eplicada por el gobierno de Lopez Contreras, al admitir expresamente que «...mientras nuestra necesidad de consumo y nuestra capacidad de produecién (sic) adqui- sitiva superen nuestra capacidad de produccién, ser necesa- rio tolerar un déficit de nuestra balanza que se salda con las ivisas del petréleo»®, Un caso similar se presenta en relacion a la creacién y puesta en vigencia (03/02/1937) de la Oficina Nacional de Centralizacién de Cambios, que, segun la opinién de Arturo Uslar Pietri en memorindum del 13 de mayo de 1938, «fue impuesta por la necesidad de defender la cotizacién del bolivar, que se veia amenazada por la cteciente deman- da de divisas, debido en parte, alas nevesidades del merca- do y en parte, a la exportacién de capitales, especulaciones cambiarias y otros manejos”. Ante esa situacién se recomienda: El establecimiento de una forma més eficaz de control [pa- +4 aleanzar} prineipalmente (...) los siguientes objetivos: 1° Asegurat Ia estabitidad del cambio. BBL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 33 2° Establecer cierta direccién de las importaciones y de los demas elementos del pasivo de la balanza de pagos, en cl sentido de limitar las importaciones y los pagos que no interesan a nuestro desarrollo econémico y que pueden con- siderarse més como una pérdida neta”, Pero, como en el caso anterior, de nuevo el gobierno de Lépez Contreras se pierde en justificaciones extraidas de Jas limitaciones y precariedades de la situacién econémica interna para no darle, en definitiva, cabal cumplimiento a las orientaciones y medidas de cardcter proteccionista emanadas de los organismos de direceién econémica del Estado. En es- ta oportunidad el Gobiemo comienza por declarar «...que no se deseaba (...) establecer un estricto control mediante un tigido bloqueo de divisas... »”, puesto «que, dadas las limitaciones de la estructura productiva del pats, el logro de una «patidad absoluta» no era «inme- diatamente realizable» (...), Exigir la estrictay efectiva pa- ridad, se decia, equivaldria a establecer como limite a la satisfaccién de las necesidades del pafs, la medida de mues~ tra produccién. Esta base del céilculo habria perturbado profundamente a la economia nacional”® En la liberalidad de estas formulaciones radica, precisa- ‘mente, la razén por la que hasta el final de la administracion Jopecista se mantenga la realizacién de un comercio de impor- tacin de naturaleza irrestricta y de magnitudes hipertrofiadas. Esta situacién anormal llega a tales extremos —antes y des- pués del estallido de la guerra—, que obliga al Gobierno a crear una Comisién de Control de Importaciones (25/10/40) y 4 contratar un crédito en délares con The National City Bank of New York para suplir el pago de nuevas importacio- ‘nes y para cubrir una deuda por ese mismo concepto™, 34 EL MEDINISMO Los importadores venezolanos (...) adquirieron a crédito, cen su mayor parte, mereancias de todo género; y a causa de los temores ocasionados por la guerra se importaba de una ‘manera desmedida para proveerse a largo plazo(...). La esca- sez de divisa frente al volumen de las importaciones hechas, Ja cuantfa de las érdenes ya colocadas para su entrega en nuestro mercado y demas obligaciones de intercambio co- ‘mercial, originé una mora que fue en aumento progresivo hasta el punto de que, para el 25 de octubre de 1940, el ‘monto externo de nuestra deuda comercial ascendia a la cantidad de $ 54,733.341,41 (...)% Cabe destacar, finalmente, que el establecimiento de la Comisién de Control de Importaciones, no obstante la gravedad de los hechos que provocan su creacién, tampoco se constituyé —bajo la administracién lopecista— en un factor de control real y efectivo de la situacién econémica en cuestionamiento. Asi lo registra muy claramente el Banco Central de Venezuela en su Memoria anual de 1941: Analizando las cantidades de cambio puestas a la orden de Ja Comisién de Control de Importaciones y las que sus li- cencias totalizan, se observa que dicho organismo, més que ‘un control de importaciones, ha sido el ordenador de ellas. esto se debe el que al tetminar el afio 1941, nuestros im- portadores estén en posesiGn de licencias por més de $ 39,000,000, lo que representa un valor superior al de las importaciores de todo un semestre”®, Es con el advenimiento de la administracién medinis- ta cuando se comienzan a aplicar, real y efectivamente, las definiciones de cardcter proteccionista («de defensa ecandmi- ca») que se venian haciendo desde 1936. Es con esta adminis- tracién que los distintos organismos econémicos del Estado FL PROVECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 35 (incluidos los que se crean especificamente con ese propési- to) comienzan a realizar una enérgica politica de defensa y promocién de las actividades econémicas internas, conside- radas prioritarias e indispensables para el desarrollo econé- mico nacional. Entre los componentes fundamentales de esa politica destacan los siguientes. Supresién de las primas alas exportaciones agricolas La primera medida importante que se toma en esa di- reccién es la eliminacién de las primas a las exportaciones agricolas, que consumfan, aproximadamente, Ia mitad del presupuesto asignado al Ministerio de Agricultura y Cria”?, En su lugar, el Estado instituye (el 23/07/41) un tipo de cambio diferencial para las divisas provenientes de esas ex- portaciones y que se va a conocer como el «délar fruto»”®. Con la aplicacién de ese mecanismo cambiatio, el Esta- do procura no s6lo reducir los subsidios percibidos por los productores y exportadores de esos renglones, sino que busca inducir a los propietarios agricolas a modernizat sus haciendas ‘ya mejorar la calidad de la produecién: Es cierto que en lo sucesivo los productores de café y cacao de tipo inferior recibirén uns cantidad menor por eoncepto de subsidio gubernamental; pero desde el punto de vista de las conveniencias nacionales y sobre una base de moral, no era justo que ellos disfrutaran de idéntico apoyo que el que se dis- ppensaba a los productores de tipo finos, como venfa sucedien- do con el sistema de primas que acababa de ser derogado”. ..con e! aliciente de una mejor remuneracién los hacenda~ dos de café y de cacao se estimularin para modernizar sus = EL MEDINISMO miétodos de cultivo y para producirtipos finos que gocen en Jos mercados del exterior del crédito que tradicionalmente ha, corresponcido a esos frutos venezolanos™, Es de hacer notar que ésta no constituye la tinica modi- ficacién hecha por el Estado en relacién a este mismo asun- to. En efecto, el 8 de junio de 1942, por resolucién del Ministerio de Hacienda, se toma una nueva medida cambiaria que reduce ain mas los beneficios percibidos —via subsi- dio— por estos agentes econémico-sociales*!, Otra decisin de gran trascendencia relacionada con ) esta cuestidn, es la resolucién de los ministerios de Hacienda y de Agricultura y Cria —aparecida en Gaceta Oficial del 3 de noviembre de 1942— mediante la cual el Estado decide asumir por cuenta propia e! mayor porcentaje de las exporta- iones de café: «De importancia suma para el comercio cafe- tero —dice una declaracién de los comereiantes—resultaban Jas nuevas disposiciones de esta Resolucién». Las actividades comerciales de los habituales exportadores eran reducidas a un minimo, concediendo al Banco Agricola y Pecuario casi la totalidad del cupo efectivo americano de café al ejercicio de octubre de 1941 a septiembre de 1942 la distribuci6n real del cupo americano resultaba ser de 75% para el Banco Agricola y Pecuario, 5% para exportado- tes productores através del Instituto Nacional del Café y ape- ‘nas un 20% para los comerciantes exportadores del fruto™. Aumento del tipo de cambio a las importaciones Coincidiendo con la resolucién anterior, y en la misma fecha (23/07/41), cl Banco Central de Veuezuela toma la deci- sién de elevar intempestivamente el tipo del cambio del délar para las importaciones, el cual se modifica de Bs. 3,19 a Bs. EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 7 3,35 por délar. Evidentemente se trata de una decisién que no s6lo afecta en una medida importante el margen de beneficio inmediato del comercio importador, sino que deja planteada la posibilidad de que resoluciones similares pudieran tomarse en el futuro. Esta preocupacién la hace explicita la Camara de Co- ‘mercio de Caracas en la comunicacién que le dirige al Ministro de Hacienda, a nombre de todo el comercio importador del pais, para protestar por la medida tomada por el Gobierno: ‘A esta Cmara han Tlegadodistntas comunicaciones de impor tadores manifestando el perjuicio que suff con la elevacién vViolenta del tipo de cambio del d6lar, que de Bs. 3,19, bajo cu ya base solicitaron y obtuvieron las licencias respectivas de la Comisin de Control de Importaciones, ha sido elevado a Bs. 3,35 por Resolucion del Banco Central de Venezuela, de fecha. 23 del corriente (...) se ha ereado wn ambiente de incertidum- bre por esa violenta modificacién del cambio, pues como usted bien lo apreciard se teme que para el futuro no se cuente con estabilidad (...), lo eual podria remediarse con una deelaracion. de los propésitos del Gobierno en ese sentido® ‘Control de cambio Esta resolucién, puesta en vigencia con la creacion de Ja Oficina Nacional de Centralizacién de Cambios (1937- 1938), comienza a dar algunos resultados —no muy efecti- ‘vos por cierto, tal como se ha visto— cuando se crea el Banco Central de Venezuela y se le entrega el manejo o control gene- ral de las divisas que ingresan al pais. A partir de este momento se pone en ejecucién una politica de divisas controladas, guia- da, fundamentalmente, por el interés de corregir, por un lado, . tna balanza de pagos notoriamente desfavorable, con secuencia légica de una desmedida importacién de toda $8 EL MEDINISMO clase de efectos principalmente suntuarios y superfluos..., sin una compensacién 0 equilibrio con nuestras exportacio- nes que, lejos de aumentar 0 mantenerse siquiera estables, disminuian...**; Y por otro lado, de poner la disponibilidad de recursos en mo- néda extranjera al servicio del desarrollo econémico interno. Pero sera también durante la administracién medinista cuando estas disposiciones comiencen a cumplirse cabal- mente. Lo primero que hace el Estado —por medio de la Comisién de Control de Importaciones— es modificar el ‘ctiterio irrestricto que venia rigiendo la distribucién del pre- supuesto de las divisas del pais*®; en segundo lugar, se atri- buye la prerrogativa de introducir otras modificaciones en relacién a esta misma cuestidn, siempre que «las circuns- tancias lo hicieran nuevamente necesarion®; y en tercer lugar, tatifica su disposicién de aplicar la medida de control de cam- bio como parte esencial de su politica intervencionista. Esto se puede ver muy claramente en el decreto por el cual se mo- difica la Comisién de Control de Importaciones en mayo de 194287; en la Memoria de Hacienda de 1943, en la que se lee: .-este gobierno, tomando en consideracién que las reser- vvas de divisas debian ser razonablemente empleadas para ‘garantizar al pais su abastecimiento normal y la adquisi- ‘cién de los equipos indispensables para el desarrollo de su industria, agricultura y cria {considera que} la elimin de las restricciones de importacién podria significar que el ‘pais malbaratase en corto tiempo recursos que invertidos en forma consciente y justa resultarian de inmenso beneficio para su desarrollo y progreso*., ¥; por ultimo, en el Decreto 293 del 15 de septiembre de 1945, en el cual el Estado confirma categoricamente su dis- EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 99 posicién de darle continuidad a su politica general de defensa econdmica™, no obstante encontrarse 1a Guerra Mundial en su fase final y pese a las exigencias hechas por Fedecdmaras yylos propios Estados Unidos, quienes aspiraban al restableci iento en Venezuela de una politica econdmica regida por el libre comercio™. Reforzamiento y ampliacién de los organismos y mecanismos especiales de control y promocién econémica del Estado La contradiceién existente entre la necesidad de que el Estado asumiera la direccién efectiva de la transformacién econémica planteada, y la ineficiencia mostrada pot los or- ganismos estatales encargados de regular y orientar la acti- vidad econémica interna hacia ese objetivo fundamental, eva a la administracién medinista a introducir reformas im- portantes en los mecanismos especiales de control y'a crear ‘otros con el propésito de fortalecer y hacer més eficiente la politica de defensa y promocién econémica del Estado. Ese es él sentido y el contenido de los decretos 105 del 18 de mayo de 1942, 142 del 7 de julio de 1943, 176 y 269 del 15 de agosto y 17 de noviembre de 1944, por los cuales se modifi- ca la Comisién de Control de Importaciones, se reforma la Junta Nacional Reguladora de Precios y se crean; respecti- ‘vamente, la Comisién Nacional de Abastecimiento y la Junta para el Fomento de la Produccién Nacional”. En esa direccién, al mismo tiempo que se mantienen altas las tarifas arancelarias a las importaciones”, se implementan otras medidas que refuerzan aiin més los mecanismos de control econémico del Estado. Entre las mis importantes destacan: 1) la implantacién —por resolucién del Ministerio de Hacienda del 15 de marzo de 1943— del requisito de la «licencia previa pa- ra las importaciones de los Estados Unidos»; 2) la imposicién 6 EL MEDINISMO. —Ppor resolucién de ese Ministerio del 1° de abril de 1943— «de una lista elaborada por la Comisién de Control de Importa- ciones, contentiva de los articulos considerados de primera necesidad para-los cuales podian solicitarse licencias de im- portacién’; 3) el total sometimiento 0 adecuacién del régimen del comercio exportador de Estados Unidos con Venezuela, a los requerimientos de las resoluciones anteriores. En este orden se acordé agrupar las recomendaciones para exportar de dicho régimen, en tres categorias: 1. La dearticulos sometidos a cupos de exportacién. 2. La demercancias incluidas en el denominado «Plan de Materiales Controlados», que comprendia numerosos ar- ticulos de exportacién limitada en Estados Unidos. 3. La de mercancias llamadas de «Libre Abasteci- mientoy®, Hecho esto, y dado que las cantidades asignadas por el «Plan de Materiales Controlados», que eran los de mayor ne- cesidad, no fueron aumentadas en las listas de exportacin de Estados Unidos, se procedié a otorgar licencias por cantida- des limitadas, «...tratando de llenar primordialmente las ne- cesidades del Gobierno, servicios piiblicos ¢ industrian®S, Como puede observarse claramente, se trata de la imple- mentacién de un conjunto de medidas restrictivas del comercio de importacién que de hecho oficializaba el no cumplimiento, por parte de Venezuela, de las estipulaciones del «Tratado de Reciprocidad Comercial» firmado con Estados Unidos en 1939. Asi se desprende expresamente del contenido de la men- cionada resolucién del 15 de marzo de 1943: A partir del I de abril de 1943, todas las mercancias que se deseen importar a Venezuela, provenientes de los Estados Unidos de América, o por via de dicho pais, quedan some- tidas al requisito de licencia previa que, para cada caso y ‘con vista de los intereses de la economia nacional, otorgaré [EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO 6 la Comision de Control de Importaciones, previo el cum- plimiento de las formalidades y condiciones que dicho or- ganismo establezca, de acuerdo con las instrucciones que Je communique este Ministerio”, Posteriormente, ms concretamente el 3 de septiembre de 1943, el Consejero para Asuntos Econdmicos de la Em- bajada americana en Caracas, Lawrence Groves, le hace en- trega al Ministerio de Hacienda y a la Comisién de Control dde Importaciones de un memorindum en el que el Departa- ‘mento de Estado le expresa al Gobierno venezolano su de- seo de «...dejar exentas de Recomendacién para importar a partir del I de octubre, todas las exportaciones de aquel pais dde mercancias no comprendidas en “cupo” y “Plan de Mate- riales Controlados"»’”. En su respuesta, el Gobiemo adems de sefialar que «...la aceptacién del proyecto en referencia equivalia a la supresién de todo control de nuestras importa- ciones, especialmente en su aspecto constructivo para mues- tra economia...»°8, se muestra «...dispuesto en principio a aceptar las sugerencias propuestas...»”, siempre que éstas se sujetaran a lo dispuesto por el Estado venezolano en lo refe- rente a comercio de importacién. Con ese fin, le propone a Ja Embajada norteamericana una lista de 96 articulos de pri- ‘mera necesidad que podian entrar al pais libres de toda traba, ‘de importacién, pero manteniendo el requisito de exigir la Li- cencia Previa para todos aquellos renglones que estando ‘bajo Licencia General en los Estados Unidos de América», no estuvieran incluidos en dicha lista. Regulacién de la inversion extranjera La politica puesta en préctica por el Estado en materia de inversiones extranjeras, en nada difiere de la que se aplica en relacién al comercio de importacién con Estados Unidos @ EL MEDINISMO y el resto del mundo. En ese sentido puede afirmarse que también en este aspecto el proyecto econémico del medinis- ‘mo constituye una verdadera y radical ruptura no s6lo con el «status legal ehistérico que, hasta esos momentos, habia ca- racterizado la conducta del Estado venezolano», sino tam- bién con respecio a los lineamientos econémicos (liberacién comercial, arancelaria y de inversiones, ete.) trazados para to- do el continente por la diplomacia de Estados Unidos en la Conferencia Interamericana de Montevideo de 1933, y que serian reafirmados, recurrentemente, en subsiguientes reu- niones de este tipo y de estricta naturaleza econdmica que se realizgn bajo su hegemonia!®! Durante este periodo el Estado se coloca, objetivamen- te, en una situacién desde la cual aspira a negociar con el capital extranjero en condiciones de pleno ejercicio de su soberania. De ahora en adelante se deja claramente estableci- do que las condiciones de la relacién capital extranjero-Es- tado serian determinadas, en iltima instancia, por este tiltimo, Esta determinacién, que como hemos visto esté ya presente en la politica comercial dirigida por el Estado, la hard valer el propio Medina Angarita cuando denuncia y exige como mi- ximo representante del Poder Puiblico —y de manera unilate- ral— la revisién de toda la politica petrolera en vigencia desde los tiempos de la dictadura gomecista. Al manifestar que el Gobierno esperaba la solucién de Ia situacién plan- teada por el camino del «convencimiento 0 el de los medios legales», advierte, con gran resolucién, que si lamentablemente, del primero no se obtienen todos, ab- solutamente todos los resultados que esperamos, el Gobierno abandonari las razones de equidad y, armado con incontro- vertible fuerza juridica y moral, procederd en nombre de la Repiilica a reivindicar lo que en derecho le corresponde'™, EL PROYECTO ECONOMICO DEL MEDINISMO & La otra oportunidad que tendra Medina Angarita de cexpresar esta posicién autonémica frente al capital extranjero es con motivo de su viaje a Estados Unidos en 1943, Alli, ‘ademds de formular criticas al peligro de un «liberalismo de- masiado libre y agresivo»', en boga entre los circulos eco- némicos dominantes de ese pais, se pronuncia a favor de una ‘ampliacién de las relaciones econémicas entre los dos paises ‘en el periodo de posguerra: «La época presente y la de pos guerra offecen extraordinarias oportunidades para esa accion ‘complementaria, pero ello silo ser posible y deseable, bajo severos principios de igualdad, mutua conveniencia y respe~ to de las soberanias de los altos intereses nacionales»'™ (cursivas nuestras). i Es bajo la guia de estos principios que la administracion medinista se opone, tiempo después, a darle un estricto cum- plimiento a las «nuevas» recomendaciones trazadas para la ‘América Latina de posguerra en la Conferencia Interamerica- na de Chapultepec (1945)!°8 y un poco antes, en la Conferen- cia de Bretton Woods (1944)! en Ja que se institucionaliza el orden monetario, financiero y comercial que regiré al mun- do capitalista hasta comienzos de la década de los setental””. ‘Conviene sefialar que esta insistencia del régimen me- dinista en la afirmacién y reafirmacion permanente del inte- rés nacional en el curso de sus telaciones econémicas con el capital extranjero (que aleanza su méxima expresion —como ‘veremos— con la Reforma Petrolera de 1943), demuestra que se trata de un régimen burgués que, por supuesto, no ‘busca obstruir sino favorecer la participacién del capital ex- tranjero en el proceso econdmico del pais!°*, pero no en las condiciones de sometimiento antinacional que habian regido en el pasado y que en una gran medida aiin se encontraban vigentes, sino intentando sacarle el mayor provecho para el impulso de sus propios planes de desarrollo capitalista auto- nomo y de base reproductival”. 110 180 181 EL MEDINISMo, tabla DIE Maza Zavala», en Agustin Blanco Mutor, Henezuela: hise ‘ori de una frstracin, Caracas, UCV, 1986, p. 99, {Lo afirmado por el doctor Maza Zavala puede corroborarse con al- ‘gunas cifras porcenuales que elaboramos a pati de un euadro donde s¢ Seite de esa actividad: ln industria manufacturera, de representar 5.9% del Pra total en 1945, desciende a 4,8% en 1948, El sector agropecuaro, de 13,5% en 1945, desciende 9,1 Yen 1948, En cambio, el inico sector que crece es el sector comerci, el eual basa de 16.9% en 1945 a 21,2% en 1948 (ef. Sengio Aranda, La econ. ‘mia venezolana, Bogots, Siglo xx, 3edicign, 1979, p. 147) TERCERA PARTE PRINCIPALES CONTRADICCIONES ECONOMICAS Y POLITICAS GENERADAS POR EL PROYECTO MEDINISTA 174 EL MEDINISMO, stechan sus relaciones con las fuerzas econmicas y pli A. opuestas al medinismo;y 3) en la medida en que as diza su confrontacién con los comunistas por el contol dl nientoobrero-sindical y popular en geneal™, ’ japon luestra representativa de que el elemento antico- Tas esti presente en la definicién de la posicion politica 5 AD fespect al proyecto medinista!™ son las elecciones Tunicipales de 1944, en las que los comunistasy el medi amo partcipanunifiados. En estas cleciones —de enor- ificacién por el efecto que ellas debi a ‘ = ‘ asic Suvesion presidencial de 1946—AD se coloca como ls op. a in palate del conjunto de los sectores sociales que se oponen al medinismo de it se opo sde una cerra Arsh posi anicominis Eso lo expres may cars mente el davio La Esfera (uno de los Srganos de ae ncipales de estos sectores), el cual al acuiiar cot dinismo las expresiones «ped ‘nm tars ‘gubernamentab», etc. declara su apoyo a este partido y llama a votar or sus candidatos, en de su anticomunismo manifiesii® sss # nombre lecomunista», «coalicién marxis- CONTRADICCIONES CON LOS SECTORES POPULARES NUEVO ASCENSO DEL MOVIMIENTO OBREROY POPULAR Lag a mmo eng tertus democritca que seinicia con el medinis- iho gis condiciones poitieas que favorecen el despunte oe pure gomlenza a experimentar el movimiento obre- Bo pola: nla nueva stuacién, aunque todavia tenien- SQ.aue enffentar severas restrictions, las fuerzas populares © progresivamente su legalidad si a; lo que les devuelve su capacidad para em; nes en defensa de sus reivindicaciones econdmicas y por la PpRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS, 15 reafirmacién y ampliacién de sus derechos democriticos ‘mas generales. De esto son expresién: ‘) La reorganizacién de los sindicatos, los cuales ¢0- ‘mienzan a realizar «...acciones de defensa econémica y s0- tial. Hay un franco ascenso. Los viejos sindicatos vuelven a ser organizaciones de masas»'®. 'b) La legalizacién de Accién Democritica y los co- munistas como partidos politicos. ‘Un rasgo caracteristico y de gran significacién histori- ‘ca de este proceso de recuperacién de los sectores popula es, sobre todo en Jo que se refiere al movimiento obrero, es que el mismo se da, en lo fundamental, bajo la orientacién politica, ideolégica y organizativa de los comunistas!s”. Bs- to explica por un lado, el creciente esfuerzo desplegado por ‘AD enel seno de los trabajadores (de las ciudades y campa~ ‘mentos petroleros) dirigido a desplazar a los comunistas de Jas posiciones conquistadas'**; y, por otro, el cardcter ex- tremadamente complejo y contradictorio (signado alternativa- ‘mente por el acuerdo y el conflicto) de las relaciones politicas que se establecen entre el medinismo y los comunistas. Para el proyecto betancourista era de vital importancia arrebatarle a los comunistas la hegemonia en el movimiento “obrero, a fin de convertir ese poder politico-ideol6gico sobre Jos trabajadores en el medio mas efectivo de su eapacidad de negociacién con Fedecimaras!®, los terratenientes latifundis- tas y la estrategia norteamericana de posguerra!®, La realiza- cién de este objetivo era igualmente crucial para AD y para el bloque politico del cual pasa a formar parte, porque por esta ‘via se lograba enajenarle apoyo popular al proyecto medinis tay al mismo tiempo, desviar al movimiento obrero —y Po- pular en general— de la posibilidad de constituirse en una fuerza social y politica independiente (con un proyecto politico auténomo) frente a las clases propietarias y el propio Estado. 176 EL MEDINISMO El interés que también tiene el proyecto medini Pedir la materializacin de esta posibilidad, no pada seed {que conferirle un caricter sinuoso a sus relaciones politicas con los commnistas y con el movimiento obrero bajo su orientacién: ue en su conjunto representaban —paradéjicamente— las ini. as fuerzas 0 aliados confiables con los que el medinismo po- dia contar realmente en esos momentos, en medio del asedio Politico de un enemigo que se habia multiplicado”! PRINCIPALES ASPECTOS DE LA OPOSICION: PROYECTO MEDINISTA-MOVIMIENTO OBRERO Y POPULAR «Intento de corporativizacion del movimiento obrero-sindical por parte del Estado La tendencia o 1a disposicién a establecer un control regulador sobre la vida de las onganizaciones sindicales, asi como el intento de comprometer al movimiento obrero con la politica econémica del Estado, es un aspecto inherente del proyecto modernizador del medinismo. Se trata de una Propensién impuesta por el interés que tiene ese proyecto: a) De detener el desarrollo auténomo (orgdnico y po- lito) experimentado de nuevo por el movimiento obrero orientado fundamentalmente por los comunistas, atraerlo, fn conseueni, aia us posciones : ___b) De imponer la «paz social» en la relacién capital-tra- bajo, mediante la celiminacin de a lucha de clasco” ete™2 Para la realizacién de esos objetivos el «Estado medi. nista» apela.a varios expedientes, entre los que se destacan: ©) El intento reiterado de reformar de manera regresi- va la Ley del Trabajo en 1941, 1943 y 1944-45. A esto se enfrenta la dreceién del movimiento sindical, en cada opor. tunidad, con el despliegue de una intensa campaiia de des 'PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. ” nuncia entre los trabajadores y la propia opinién piiblica, que aunque no siempre logra —como en 1941—'" impedir Ja finalidad del Gobierno de recabar para si el control legal de las actividades sindicales y de convertir al Ejecutivo en el rbitro supremo de todas las cuestiones concernientes a Jas relaciones laborales'™, consigue, sin embargo, mantener en el dnimo de los trabajadores un estado de beligerancia y resistencia, que en la prictica dejaba sin efecto los propési- tos corporativistas del Estado. Una muestra de que eso es asi, es que habiéndose modificado en 1943 la Ley del Traba- {jo en la parte denominada «CONVENCIONES Y CONFERENCIAS DE TRABAJO», lo que implicaba la obligacién del movimiento de trabajadores de someter al examen del Ministerio del Tra- bajo el temario y las ponencias, asi como la facultad de este Ministerio para designar una representacién gubernamental que interviniera directamente en tales eventos, ete.'?°, no se registra su cumplimiento en la organizacién y desarrollo de la Convencién Obrera de marzo de 1944 que, como se ha sefia~ lado, fue disuelta por el Gobierno. En esa Convencién no se verifica la presencia de una representacién gubernamental; y en cuanto a los ottos contenidos de la referida reforma, el propio ministro del Trabajo, Julio Diez, se encarga de darnos tuna idea bastante aproximada de su no observancia en lo que de él hemos citado anteriormente. La prueba de que esa si- tuacién seguia planteada después de la disolucién de esta Convencién Obrera, son las nuevas modificaciones de la Ley del Trabajo introducidas por el Ejecutivo ante ¢l Congreso y que son aprobadas por éste entre 1944 y 1945!%, Pero tam- ‘ign en esta oportunidad, el movimiento organizado de los tra- bajadores pone en prctica una cerrada oposicién contra tales reformas, la cual se encuentra en pleno desarrollo cuando se produce el golpe de Estado del 18/10/45!” 4) El esfuerzo por crearle una base sindical al PDV, ‘esfuerzo que no logra prosperar significativamente porque EL MEDINISMo, da 5 debian Por otto lado, 1a persistencia de los elementos Wer, los dara Politica —sobre todo, eomo acabamos de mente antes 2 etabecer un control gubernamental alta, Que resting rt te® las organizacionessindcaes, as een ech Politicos de las mayorias popula- materiale ¥ disminuir aque efecto postive, hacian ns propenitn ppesible que el medinismo pudiera avanzar Tos trabajedany °° Constituirse en un polo de attacién para propia do alee’s ¥ POF ende, de generarse una base sindieal ‘guna importaneia. Por eso, y no obstante todos los class j.2ulon6mica frente als patronosy al Estate) y de . Por la via del «sindicalismo re yecto de modernizacién econémica del Esiador PY HPRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS... 179 Los sindicatos reformistas tratan de mejorar la condicién social de sus afiliados por vias legales y confian en la ac- cién del Estado con el cual estén dispuestos @ cooperar. Los sindicatos revolucionarios son partidarios de la accién directa rechazando toda cooperacién con el Estado. En mi concepto, debe estimularse dentro de los sindi ccatos la tendencia reformista y proscribir la tendencia re- volucionaria, [Puesto que} el Gobierno de la Republica no esti dispuesto a permitir el libre desarrollo del sindicalis mo revolucionario. Jo mas prudente, lo mis sano, para el mejor desen- volvimiento y auge de las asociaciones de trabajadores es el apoliticismo sindical!™. Pero al igual que sucede con las modificaciones intro- ducidas en la Ley del Trabajo, tampoco en este terreno el inte- és corporativista del «Estado medinista» alcanza un resultado realmente efectivo y satisfactorio. Lo cierto es —tal como ve- nia ocurriendo desde 1936— que los sindicatos no sélo conti- nuaron articulados a la dindmica politica de los comunistas (en sus distintas expresiones) y AD, sino que al tiempo que se enffentan al intento del Estado de sujetarlos al «apoliticismo obrero», mantienen una significativa injerencia en el debate y cn la actividad politica general del pais, pese a las disposicio- nes legales existentes que prohibian tal injerencia. Una eviden- cia de esta situacién la oftece en 1942 el ministro del Trabajo, Héctor Cuenca, en la comunicacién que le dirige piblica- ‘mente a la Federacién de Trabajadores del Distrito Federal: En representacion del ciudadano Presidente de la Reptibli- ca, asisti ayer al acto de instalacién de la Federacién de ‘Trabajadores, y debo significarles la profunda extrafieza i 180, ‘que me causé el hecho de que algunos oradores, colocando, la Asociacién al margen de la Ley, abordaron problemas completamente ajenos a las finalidades que constituyen la base de Ia existencia juridica de las organizaciones sindica- les; y, muy particularmente, el que los discursos abarcaran temas de orden estrictamente politico, No menos sorpresa, ‘me caus6 el oir expresiones en franca oposicién contra la jue risprudencia sentada pot la Corte Federal y de Casacién y ppor los Tribunales del Trabajo y en oposicién también contra el Reglamento de Ia Ley del Trabajo. ‘Todas esas manifestaciones condenadas por la Ley, cons- fituyen motivo de extralimitacién que el Gobierno Nacional ‘no puede permitir..2, ___ Ota evidencia de este mismo hecho, ta aporta el pro- pio Medina Angarita en su Mensaje al Congreso de 1944, a sélo un mes de los hechos que rodean la disolucién de la Convencién Obrera de ese aiio: EI Gobierno protege el movimiento sindical (...) cuando es~ ‘i onganizado bajo bases sanas. Lo que el Gobiemo no sélo ho protege, sino ataca y atacaré con persistente energia y firmeza constante es el liderismo politico perturbando Ia ‘marcha regular de las organizaciones de trabajadores...2, El Gobierno (...) no permite que se haga escamio de las leyes, ‘i que los sindicatos (...) se desvien de sus fines para conver- tirse en agresivas dependencias de partidos politicos™2, ‘PRINCIPALS CONTRADICCIONES GENERADAS. 181 Oposicién del medinismo a democratizar, por via distributiva, la cuestién salarial y el gasto social Consecuente con su determinacién de no aumentar 4... poder adquisitivo de la poblacién por medios artificia- Ies...», el medinismo contrae. 0 pricticamente congela el gasto presupuestario destinado a la prestacién de los servi- cios pblicos que inciden directamente sobre las condicio- nes de vida de los sectores populares (salud y educacién por ejemplo)" y refuerza el bloqueo que en materia salarial ve- nian imponiendo el Estado y los sectores empresariales pri- * vados desde los tiempos del régimen lopecista (véase esta situacién en los cuadros anexos al final del trabajo). Lo que més llama la atencién de esta situacién, es que la misma se da —como se ha reseiiado— en medio de una abundancia financiera en poder de la economia que no se traducia en un mejoramiento de las condiciones de vida (sa~ lariales en primer lugar) de los trabajadores y el conjunto de Ja poblacién. Ernesto Peltzer, en su trabajo antes citado, nos trae la confirmacién de este hecho: «hasta ahora (diciembre de 1943] la expansién monetaria no ha producido una expansién de los ingresos [de los tra- bajadores|: los sueldos y salarios no se han elevado en los ‘iltimos afios.. 2% Es evidente que el medinismo tenia una clara com- prensién de ese contraste, pero se resistia, de acuerdo a las definiciones de su proyecto de desarrollo capitalista, a em- plear directamente la renta petrolera para atender o satisfa- cer las diversas demandas sociales planteadas. En su lugar, insiste en la necesidad de que el ingreso petrolero fuera orientado fundamentalmente hacia la inversion en las activi- dades econdmicas reproductivas®, estableciendo de paso, 182 EL MEDINISMO que sélo el rendimiento de esas inversiones, asi como el de- sarrollo general de la economia, se traducirian en el mejora- miento de los salarios y de las condiciones de vida de los trabajadores y el resto de la poblacién. De acuerdo con esto, sélo tendrian cabida las reivindicaciones contractuales que se correspondieren con el estricto cumplimiento de este requi- sito, En consecuencia, a él debian sujetarse la orientacién y las acciones del movimiento sindical; cualquier otra orienta- cién y accién asumida y desarrollada por éste a favor de los derechos econdmicos de los trabajadores (para no hablar de los derechos politicos, de los cuales les estaba expresamente prohibido tratar y hablar dentro y desde la estructura sindi- cal), quedaban autométicamente excluidos y deslegitimados ante la voluntad suprema de! Estado. Esta concepeién —que constituye la base ideolégica de los planes de «educacién obrera» y mis especificamen- te de los cursos y charlas sobre sindicalismo y accién sindi~ cal, economia, produccién y productividad, especializacién yy desarrollo técnico-laboral, ete.— implicaba, finalmente, la exigencia de de la poblacién continuaran postergando a sat sus necesidades econémicas mas urgentes, en medio de la expansion monetaria a que ya se ha hecho referencia. Al ‘mismo tiempo es de gran importancia sefialar que esta exi- gencia se hace cada vez més severa y gravosa para los sec- tores populares en Ia medida en que el medinismo se ve forzado, por las dificultades a que se enfrenta, a redimensio- nar los alcances inmediatos de su proyecto econémico en espera, como lo declara insistentemente, de una situacién so- ciopolitica mis favorable «...para fomentar un mayor desa- rrollo econémico de nuestra patria cuando desaparezcan las actuales dificultades». _ PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 183 Se intensifica la conflictividad obrero-patronal En ese contexto socioeconémico, regido por el signoy Ja dinémica de lo parad6jico™, comienza a manifestarse una fuerte confrontacién obrero-patronal, que se multiplica ¢ inten- sifica y que tiene como una de sus principales manifestacio- nes el conflicto huelgario, a pesar de privar en esos momentos en el movimiento sindical la linea de «no huelga»?®”. Podria decirse, que de esa confrontacién no escapa casi ninguna de las actividades que componen el cuadro econémico general del pais durante ese periodo, En esa confrontacién se regis- tra (sobre todo entre 1944-1945) la participacién, en algu- nos casos de manera recurrente, de los obreros, empleados y marinos petroleros, de los obreros de la industria de la cons- truccién, del transporte (autobuseros, ferrocarrileros, tran- varios), de los hilados nacionales, del cemento (Cementos La Vega), de las minas de Naricual, de Cauchos General, panaderos, cigarrilleros, jaboneros, tintoreros, obreros agricolas (sobre todo del estado Aragua),etc.2"*, En todos estos contlie- tos, que implican la defensa de los derechos econémicos y poli ticos de los trabajadores, las reivindicaciones salariales ademas de constituirse en el centro de tales conflictos, adquieren el ca- acter de una demanda imperiosa y urgente™”, que obliga al Es- tado —en no pocas oportunidades—a dictar decretos y otras resoluciones que, a pesar de su naturaleza parcial, satisfacen en algung medida esta aspiracién de los trabajadores""°. ‘Del conjunto de esos conflictos, cabe destacar la sin- ‘gular importancia que tienen los que llevan a cabo los obre- os petroleros, el de la Raymond Concrete Pyle Co., y el de los autobuseros del Distrito Federal; porque permiten, en primer lugar, medir la fuerza y la coherencia interna que de ‘nuevo habia alcanzado el movimiento obtero-sindical en stu proceso de recuperacin y defensa de sus derechos. La gran 184 EL MEDINISMO movilizacién y la solidaridad de clase desplegada en torno a sa confrontacién por la mayoria de los trabajadores organi- zados, es una clara demostraci6n de ese hecho”"'; y porque permiten, en segundo lugar, corroborar el significativo grado de autonomia politica que continuaban expresando los obre- 10s venezolanos frente a los patronos, el Estado y los propios partidos politicos que se disputaban su direccién orgénica ¢ ideolégica?!? Intento de recuperacién de la unidad obrero-sindical . Este intento de recomponer su unidad interna (sindi- cal y politica), lo inicia el movimiento obrero organizado a raiz de la convocatoria por la CTAL, del Segundo Congreso de Trabajadores de América Latina, el cual se realiza en la ciudad de Cali (Colombia) en el mes de diciembre de 1944. Representa este esfuerzo unitario otro ejemplo relevante del grado de autonomia politica que habia aleanzado y que seguia ejerciendo el movimiento obrero venezolano de ese period. En el documento (de fecha 10/12/44) presentado por la delegacién yenezolana que asiste a ese Congreso?! —y que constituye ademas la referencia o la base politica de esa iniciativa unitaria— se expone lo siguiente: No existiendo en la actualidad una unidad sindical s6lida se adelania un anilisis profundo de las causas que Ja han retardado con miras a superar los obsticulos presentes, siendo de esperarse un pronto entendimiento, por cuanto priva en todos el deseo de echar las bases de una verdade- ra unificacién®"*, res dias mas tarde este deseo se conereta formalmente enel Acuerdo Unitario, que comenzard a conocerse como el ‘PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 185 és de establecerse que «Pacto de Calin, y en el que después “c_solamente un movimiento obrero tnido puede entftentarse gxitosamente a los problemas del momento, y asegurar efec~ tivas mejoras para las masas laboriosas»”"*, se CONVIENEN entre otros objetivos los siguientes: evar rozamientos y choques que profundicen divisio- nes» (punto I) i or sear(..) érouls,planteamientos yconsignas de tucha, que, en lo posible armonicen las opiniones de tos diferentes sectores de trabajadores presentes en el Movi- tniento sindical, asegurando siempre, desde luego, todo faquello que signfique cuestin de principio en Ia lucha del oletarindo como clase (punto 2). aac adelantar conversciones con ls dirigentes de ow Jograr un entendi- nizaciones paralelas, encaminadag « log ; Tniento que haga posible la creaciOn de sindicstos tinicas ..) (punto 4). d eee consttiten lo sueesivo ninguna organizacion ica 4). Jndical paralela a otra ya existente (punto aes wopiciar la eeacion de centales obreres regionals y la Confederacion de Trabajadores de Venezuela, que ase- gure para el movimento sindical venezolano una direesion ‘iniea (punto 5). ee prear-un Comité de Unidad Sindical que coordine tas asividades necesarias para el logro del objetivo sefalado (punto 5). Bajo la guia de estas orientaciones, no tard en erea- se entre los trabajadores una tendencia francamente favora- ble ala reunificacién de la estructura sindical existent’; tendencia que se ve favorecida, ademés, por te necesidad que experimentan los trabajadores de unir sus on e conflictividad que en esos momentos desarrollan cont 186 EL MEDINISMQ, Patronos y el Estado. A ello responde la creacién del «Cox ‘mité de Unidad Sindical del Distrito Federal y el Estado Miranday>", el cual tendri una destacada influencia en la Conduccién del conflicto huelgario de la Raymond?!, en la es. tructuracién de la unidad que se da entre los obreros petroleros en el curso del conflicto de junio de 1945, y en la constitu. Ci6n (agosto de 1945) de la Federacisn de ‘Trabajadores del Distrito Federal y el Estado Miranda2!9, Es indudable que todo este esfuerzo unitario de los trabajadores, que coincide con la intensificaciSn de sus Iu. chas por la reivindicacién de sus derechos econmicos, en defensa de su autonomia sindical y de clase, es percibide Con gran preocupacién, tanto por el «Estado medinistan, co m0 por las fuerzas econdmicas y politicas que se aponen a éste, pero que también tienen interés en que se mantenga la desarticulacién del movimiento sindical. En este sentido Puede afirmarse que el golpe de Estado del 18/10/45 res. Ponde igualmente a este propésito. Asi se infiere de la ca. racterizacién hecha por Rodolfo Quintero de los efectos de ese acontecimiento politico-militar sobre las expectativas uunitarias de los trabajadores: ~--las perspectivas [unitarias) desaparecieron al ser sorpre= sivamente derrocado el gobierno de Medina Angarta, y ssaltado el poder por militares asociados a Rémulo Betan_ Court y otros civiles (..) Lo constituido a la sombra del Pacto de Cali se derrum- be, porque los ditigentes sindicales incorporados al partido Accién Democritica (...) desconocen compromisos con- traidos [y] los planes elaborados con sus compatieros de clase”, 7 "PALES CONTRADICCIONES GENERADAS, 18" NOTAS tem er i el Seti ech en ete Serene libre comercio multilateral en ¢| que debian suprimirse todas las a Searerenesrsereacntee trientes» (Ibidem, p. $08). Para una explicecion mas concreta ve Se eaeratee ea dos, véase Ibidem, pp. 506-568, y Harry Magdoff, «La Era del Impe- Se eeaeatemeeerartae se ge oo ferencs ias organizado por el Partido Democriico Venezolano), moe “ ate eee Saeaemnetnecenaenepeemei Xavier Lope Bello, quien defiende en esos momentos la neiiel See eee Someta nanan antes habia dicho: «Nos resistimos a Seman sla pueda sy enti rors es an ont ten} aoe Soe an ce gee en ne Se rere cpt clr sie atin mane sar Onecare eee Teen camo same eben nn Seneca meena air neers yea caertgee Uni ‘Caracciolo Parra Pérez Canciller de Vene- neh ac cea ace 188 EL MEDINIS) 7 Enrelacién a este ihimo aspecto, desde Washington ya habian Ie Noticias en el sentido de que «las dependencias del Gobierno de Estados Unidos estin acelerando los preparativos para disponer del ene ‘cedente de propiedades valoradas en miles de millones de délates Fesultan dela producein de materiales de Guerra (...)y se espera que para satisfacer las demandas pendientes de articulos, la mayoria de estos ene ccedentes se distribuyan en el extranjero, incluso fen} las repiblicay ‘americanas» (Revista Produccidn,n* 10, ao 1, agosto de 1944, p. 71), 8 _Eneste sentido, el Segundo Plenario dc las Asociaciones Americanay {de Comercio y Produccién, celebrado en Nueva York, en noviembre de 194, resolvié «Que Ia inversion de capitales en el exterior es funcign ‘exclusiva de los particulars y no de los Gobiernos...» (Revista Pro- duccién, 9, ato |, julio de 1944, p. 40). 9. Revista Comercio e Industria Idem. 10 La oposiciin a esta pretensién norteamericana la expresa Arturo Us itt en e10s momentos al afirmar que la especializacién econémi * condena al «.,.mundo a dividirse en dos o tes grandes paises indus- \riales y ura inmensidad de paises productores de materias primas que las colocarian precios viles, yen quienes su estructura econémica, se reflejaria en su mentalidad, porque un pais constituido por mineros ¥ agricultors solamente esté en condiciones de inferioridad respecto a paises constituidos por mineros, agricultoes,industrales, profesiona- les liberales, ete», (AUP, La libertad econdmica y la intervencién del Estado... p. 22) 11 Revista Comercio e Industria, n° 22, af junio de 1945, p. 21 12 Diego Mejia, «Los Controles de la Post-Guerran, diatio El Tiempo, Caracas, 6 de septiembre de 1945, p. 4 13 Tsaias Medina Angarita, «Mensaje Especial al Congreso de 1943», en Pensamiento politico venezolano del siglo 22... 1° 344:xp. 31, 14 Angel D. Aguerrevere, «Armonizacion de los Intereses del Estado Con los de la industria petroleran, Pensamiento politico venezolano del siglo xx... 0° 34...,p. 79. 15 Isaias Medina Angarita, «Mensaje... al Congreso Nacional de 1944», on Fensamiento politico venezolano del siglo xX. 1° 33... p. 182. 16 Mediante la firma de este Convenio, Estados Unidos e Inglaterra, ade- mds de poner de manifiesto ese propdsito, se reconocen mutuamente <1 dominio que ambos paises ejercen sobre las éreas petroleras del ‘mundo que en esos momentos se hallaban repartidas como sigue: ~Suramérica, 75% controladas por Estados Unides. Medio Oriente, 40% Estados Unidos, 60% Inglaterra, _PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 189 7 18 19 20 o> -Lejano Oriente (indonesia, ete,), 45% Estados Unidos, 55% Holanda. inna (eu Caen el Argan dato I Be Caracas, 25 de speed 1944, 9. ‘E Comenio Pel Ang Amarianon, ai La Eye, Cans, See oer de 1945p. Tbidem, p. 9 fdem. z wenio, CF. Mar- Tbidem, p. 1, sn. Para mayores detalles sobre este Convento, szarita Lépez Maya, Las relaciones de los Estados Unidos con Venezue- Sere See er EN ec Se creel SE ae a etn nen ne a ee Seo nelee geet ie eae a ete rie eee nt et ante eat se ner ea eee I ee ue eee Idem. pane, fbidem, p. 9. Esta apreciacién seri confirmada pocos afios ets Is ae ee cach ca ord cae nae ea ma rr rare accommo ie tet uae Se ae eee ee aera aoe eet eT eae eee Seeman aeyrcome ce enmerrate eae ~ EL MEDINISMO. 28 29 30 31 32 33 ‘esencial de suministro “seguro” de petréleo aun en el caso de emergen- cia bélica es insuperable» (Eduardo Machado, Las primeras agresiones Gi Unbera ajne Con cia Ri Lamus», . ‘I foes Ann a Laan sh Come ai Yess msde es garntas que pesenaban deve indi ‘propiedad sobre la tierra, la. ia ir resi tented = Ii etc gr ‘del medinismo at otras, ‘ler ie exropiin no proceed sia a arco pevi del Eccuvo; 2d expropiacin se venir non ictast oj ts cn llr anes no} pop se posi; Say Insti lias xenon ss {se} medi un ett previ el payed taco ees esblecinicl de ete unary clones, eset toc So ma pao a ny de ica ol roceimicns repeive enone brit lana de ia ela medida swab icra mismo t,o propio de fndosporexpropiee ade ete thos end el danco de sere ev allony ms face etfs expen ain ct doar depen Sco dscns de sein sls oe 0 ial tos Ando por expr einen spas aa jr deta ss ntes dina proper pod resem ls cienen, "es culties hast iit mini de cons hes tos de primerclascy cation terns de sep einen, #o(..) estar también xe del procedimint de expropasts so dh asus finds exinan speeds neeos elon sn ee rine aso lpg Indonninndo, po es pyulon qu somncoseoaele It pid de dominion (Aldo Tare Mra ea) Laaguicacié de exe ofc eens ene dono apo aan ; », como lo califica el doctor Joaquin Gabaldén Marquez en su tel 9 nds gun pol nue dels ano outa polit aga del edn se cease ie ‘comunista para climinar la propiedad privada»; que la Reforma ra dl Esa eb uid poralanrpctacin menor de ‘PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 199 nuestra realidad campesinay; que se queria eformar el patrimonio de {unos 6on el despojo de otros; quest buscaba llevar el ca0s al campo; aque la ..pretencda reforma agrarian es ms que otra maniobra para lanar al paisa una tragediairremediabl, ec 48 Cf. Salvador dela Plaza, I ploblema de la tierra, vol. 1, Caracas, UCY, 1980, p. 90. 79. Sobre la epentagonizacién» de los efrctos en América Latina, CE ‘Alain Rouguig, Et Estado Militar en América Latina, México, Siglo xo, 1984, pp. 146 ss 80. Cf. Angel Ziems, El gomeciomo ylaformacién de Ejército Nactonal, Caracas, Ateneo, 1979, p. 90. 81 CE. Oscar Batagln, oh ct, p. 73, nota a pc, n° 101. 2 Entre las determinaciones de este hecho debe considerrse iguslmente, cl proceso de «pentagonizacién» que experimenta el Ejéreito venezols- tn, como parte de la estategia general que Estados Unidos desarolla enoda Amétia Latina ante yen el curso mismo dela Segunda Gue- ‘ra Mundial, Vease el tratamiento de este punto en supr, pp. 135-139. 183 Ana Mercedes Pérez, La verdad int, 11 edicion, Caracas, Ernesto ‘Armitano, Editor, 1975, p. 54 84 Tbidom, p57. 85. Ibidem,p. 114. 86 El que esta orientacién politica auortaia no hays podido eonsoidar- se durante el «Trienion, por la accion democratizadors (autbnoma) de Jos sectores populares, es esto juico, una de is zones principa- Jespor las que se disuelve el pato politico AD-militares y se produce €l golpe de Estado del 24/11/48. A este importante aspecto nos refer Temos,enexteno, en el trabajo que actualmenteadelantaos sobre et ‘Trienion 45-48. 87 Vease la situaciGn de los secores populares en ln subpart tulads ‘«Contradicsiones con ls sectores populares» de este capitulo 88 Carlos Delgado Chalbaud (Entrevista), en Ana Mercedes Pérez, ob cit, pp. 14-115, 89. Ver supra pp. 11-21, Tanto fue as, que hasta propio Lépez Contre, quien durante su mandato encarcelay expulss del pas a dirigentes polticos populares eilegaliza a todas las organizaciones de este signo {iedidas represivas que niegan 0 borran tod posbiidad de eericio demoeritico —ef. Oscar Battagini, Legitimacién del poder... ob. cit-—), en esta ocasin se pronuncia, con el mayor desparpajo, a favor ‘del cabal cjercicio de estos derechos, jincluido el derecho del «...vo- to directo para la eleccién del Presidente dela Repiblicay...!(Cf. «Habla 200 EL MEDINISMO, el Gener! Lépez Contreras 1S ea oe ro hor, Cass, 25 de agosto de ‘efinen los sectores politicos y sociales que Tacas, 30 de agosto de 1945, p, 4; a 1 Seca ‘5, p. 4; Jacinto Fomibona Pachano, diario 1936. Esto expica, tanto la alta diecci ‘us teres inherentes. Enrelan ae imporane coe : tame cvs esa cron vera Rémulo Benoa sins lence ole poe a natio os Gbienola specie emcee os > (0b. cit., P. 352); y que en Venezuela hubo abe y : a hbo sper nds ‘social en gereral durante ese periodo (Ibidem, p. 361), yal naan - Po tener que reconocer la existencia de un con! or apes ‘ave, cnc dena : ier leguno gue eo se deve lx css is tao el movin [obese Samer ayer npn alcenes eso ,compleon en otsons con bs omnes a hapa 3,0) in sina onic cepa aon Pass yaiindsas,a aque tinben veers inate ee, ‘qu igulnene pret dea Gcendn qu sbsereeede anpains) 0 rapondaa notation pain ee as, siempre espetables, sino que expres Aidan Peabo qu expesaban encores indeendbesy PPRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 201 92 Mamie Caballero, «El 18 de octubre de 1945», Diario de Caracas, Caracas, 1979, 9.48. 93 Capitn Carlos Morsles, en Ana Mercedes Pérez, ob. cit p43. 94 Mayor Julio César Vargas, idem, .57- 95 Ct Rémulo Betancourt, ob. cit, p. 225 96. Cf Angel Zems, ob. ci, ry 90,85. 97 En las memorias del Ministero de Guerra y Marina dl pride lope- cista se precisa una reiterada informacion sobre ese particular: en ear cién a mejoras tencns, dotacién de armas; moramiento dela planta fsic, capactacién del pesonal mila, nluido el envio de oficiales al exterior a cumplir planes de especilizacion, etc. «Desde que en 1936 Lopez Contreras comenzé a referral Ejéreito como “nstiiién cas- tense, comenzaron a cer los tabs que impediansutecniicacién y desarrio. Es asi como en las postimerasun (sc) gobierno, algunos jvenesegresados ser eaviados al exterior formarse en academias militares prestigioss. Una de elas esl de Chorillos en Per. Del gri- po que se diige al, tres nombres se einen: Slo César Vargas, Mar- fin Mirguez Aiez, Marcos Prez Jiménez (..)» (Manuel Caballo, ob. cit, p. 24), Esta misma situacién a refiee el diario La jer, en los {erminos siguientes; «Desde el punto de vista material y fein, desde cl ngulo de lo equips y de los adelantos en el arte blio, hemos avanzado considerablementer (cf. «Nuestro Ministerio de Guerra y Marina, diario La Efe, Caracas, 4 de septembre de 1945, p.) 98 4.86 envié al exterior el mayor nimero de oficiales a hace cursos e- esas o de perfeccionamiento, eexviaron cadets para terminar sus studios a diferentes paises de América y 2 extimulé en general el de- Seo de superacin y cultura en exe grupo do oficiales, que tenia ya la preparacion general que era buena base para una cultura superion» (seias Medina Angsrita, Cuatro afas de democraca, Caracas, Pensa- mmieno Vivo, 1963, p. 17.) 99 Vere text compleio de este Convenio en Archivo Confidencil de a Ex ‘jada americana en Venezel, rll 0356, en microfilm, en espaol, 1943, Bibloteca Nacional, Sala de Libros Raros y Mauser; tomo de ‘Ana ula M Toledo, Las Fueras Armada de Venezuele:Susttucn dela infuencia militar exropea por a norteamericana, 1941-1948 (esis de pregradoen Fistria,imeo, Caracas, UCV, 1988, pp. 255.264, 100 Thidem,p. 267. Medina Angaria al eerie en l balance sobre os eut- tro aos de su gobierno aporta una valions informacion a este respect: “tAprovechando la Ley de Presta y Ariendo de los Estados Uni dos de América se compr la mayor cand de material béico diverso 202 EL MeDISMo. aque asta ess momentos se uber lead a fas Medi ‘Selnte gus mone uber lead a pe.» ar Meg Angin. tp. un conodimieno ms preciso yen dete ape eaceado con implemen dee omens CF. Mera del Minter de Gur y Mar de 193, 101 CE Nichols W. Cay (em Ibid, 1a Seattle Campus, «enon Bn. 267.268 403 idem, p.270, sn design 8.3 I desgnacin de esta Misi se hace mediante un {ever conplementriofimado por Corde Hal por el Gable neanecano yporelenbyndrDiégones Elan po lpr ve nezolana, ex Washington el 13 de enero de 1944, 4 Dicha Misin, que iniialmene estaba intgrade por cinco ($) miembros conezé legis Venza on abi dese miso sto sa in» denen ni ede Marcy re et acuerdo del Mn von fy Stem Maria de 1944 sence 104 CE Nichols W Campi ben pp. 27027; Menor el Misr de ary Marna (xpos de 9, Vi umento constitu de dicha Comisin, 10 Meredes Pérez, 3 Ane Mess lh p23 11,29 y 246 ape ‘ombres ara mencionados haba rl del ecm Lis Llovera Pez el dl subtree Tons Meson, auienes en 1981 son envados a Estados Unidos a realizar estos de ‘speciizain (cf Memoria del Minkerio de Guery Marinade 1981 4, Cab igualmentesefalar ac en este mismo ato feron emia dos a Zon del Cana de Panam 10 oficiales dela Armada s pest servicio a bo de undades nivale de ues de Estados Union (Idem —Epsicio— px). Ot tao cure on 10 plots de Aviacin emindosexta ve al propio eto near si 0 (ch 107 Cf Alain Romi, ob cit 108 Ct. Simén Séex Mérida, «Medion Angartay el Problema Milita, diatio El Universal, C a ec rsal, Caracas, 22 de octubre de 1992, p. 5, s.n. 110 Idem, IL Manuel Caballero, ob. cit, p.25, 112. Como es conocido, esa stuacién perduré dentro i situa dol Ejército hasta des- ppués del derrocamiento de Medina, y se ha mantenido vigente hasta PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 203, 113. «.,por primera vez se puso en vigenca la disposicién legal de retiro por limite de edad, lo que permitis ir regularizando los ascensos hasta el punto de que para octubre de 1945, puede decirse que se iba llegando a Ta deseada situacién de poder conceder el ascenso a quienes habiendo ‘cumplido el tempo limite para cada grado lenaran las demas condicio- ‘es legales...»(Istias Medina Angaria, ob. cit, pp. 146-147). Sobre es- te particular véase, igualmente, Carlos Cepriles Ayala, Pérez Jiménez y ‘su tiempo, Tt, Caracas, Editorial Dusa S.A. -£ pp. 175-177, 179-182. 114 CE. Edito José Ramirez R., El 18 de octubre, Caracas, Avila Arte, 1981, p. 153. 11S Memoria del Ministerio de Guerra y Marina de 1944, Documento 1 77, pp. 126-127, 116 Cf Memoria del Ministerio de Guerra,y Marina de 1944, Document #19, p.20, 117 Mhidem, Documento n° 77, pp. 126-127. }18. Edito . Ramirez R., ob. cit, p. 158. 119 Cf, Memoria del Ministerio de la Defensa de 1948. 120 Cf. Ana Mercedes Pérez, ob. cit. p. 57. 121 Edito J, Ramirez R., ob cit, p. 49. 122 Cf. Memoria del Ministerio de Guerra y Marina de 1944, Document 1° 19, p. 20. 123 Tbidem, Documento n° 77, pp. 126-127. 124 Ibidem, p. 115. 125 CF. dito . Ramirez R., ob. cit, p. 155. 126 Cf. Memoria del Ministerio de Guerra y Marina de 1942, p. 165. 127 Cf. Memoria del Ministerio de Guerra y Marina de, 1943 (Exposi- cidn),p. xi. 128 bidem, p. 116. CE entrevistas a cada uno de estos oficiales en Ana Mercedes Pérez, ob cit. De estas entrevistas resulta particularmente interesante la del iltimo de los oficiales mencionados. Cuando ta pe riodista le pregunta a Nucete Paoli: «Se dice que el Ejéreito(..) venia descoptento por los exiguos sueldas y por recientes inmerecidos ascen 505 (..). {Fue ello el motivo de esta revolucién? ‘eDe ninguna manera, me responde con energia. Ni los exiguos ‘sueldos ni los recientes ascensos fueron el motive de esta Revolucién» (Ibidem,p. 126) ‘Una respuesta similares dada por Mario R. Vargas, al afirmar que écano ora un movimiento de tipo gremial el nuestro» (Ibidem. p. 197) 129 Ministerio de Guerra y Marina, Memoria de 1944. 130 Cf, Capitén Carlos Morales, en Ana Mercedes Pérez, ob. city p49. 204 205 ea EL MEDINISME cqraues conTRADICCIONESOENERADSS ae f. Tre. Coronel Mario R. Vargas fe cconternpl re GF «Nesta sib Amada a Exon Ca yale de oe arnt sr meth) ‘rants er ting an Le 9 149 1 etoeun Milers vuhy M dnc ae Rees CO . sag it di Le fr Cares, depend 1945p y Ma) Manvel de mayo de 1945. P en acto de los por el teniente ret ail Ovie jones ordinarias la vg ated as Fras Armas (1994), indo all vito Rs, cr- | MH d nme 8s a nie Geta wenn uses a emgconmtinnamememmcames Stren aucrene nt | Temi ant ria del Ministerio de Educacin Nacional, proyecto - a sce re a lection io lan La formaclén del Estado populista en Amé realize de ea gus 8 Reale gal vod fh popula en méries Latina, se te ima cue 5 Maier de 198520. 10%. a esar de lo que levamos dicho se ha puesto de m: e vente Aczion DEMOCTINEN i ie de fet la diferencia us. [vas asst rexnnee® HUNT. a pcan ene Pe en contr tancial que separa al ue separa al medinismo del gomecismo y aun det lopecismo, 1 intransigente OPS pa dca jt Ickes sunaistespanmetence fn | SOT ee anne se que, antes que continuidad, lo que he at crea sn : wes ores tel metinonn ys os renee cece nh pia sac an weezer tae hecho dq toda a renin eeonénie y pon de = oy ele cent ron soma mia Bout yup, hgh meray fdas ea a= son karen domes has de heanaraceray | inc pl (eas ta i > funda era "muestran hasta donde habia llegado o jabra sidencial», Pensamlento 5 Siepecagmaneceeenrcs | tock ee sao fa delet ely po ton ne Diabet Te court, Memoria del iiltimo dest = ; saracas, : eee iis cect, Cunt Coa Caras rasan 2 der (Epiogoh = ilo Betancourt, Ibidem, \s (Siem i e Eo mi Be nbs et Hermanos, 1915 a adecos (Primers Parte). Cs Ed. 18S Ceasar sey 7-7 vas. Cf oan Baws $7 ian cone de Manvel ese ant res ole mia or opin seman 1 Cale. metiniia y bacon co ne eeu vente dicho (cf. infra, pp. 210-216). 7 Sind na ms sn ne ae = hiaggini, «Programa...», diario El Universal, Ce nei mm se = SiGe Wamcemurcmcnae | atguantemteaaer racine nctiecnienecre™ fT a peeiciemnlanic meas isgonry: yd se ue seme ‘como Io heros cexpresado, 9 PoP nador Manuel R. Egaita— de nombrar una Comisién qu i sien que «..estudiara 206 EL MEDINI transformacién econsmica que culminase con la superacin de las cine rouse nest economia por a dna dl capi : el parastismo improduetivo y con sumista, a res aero Saaremaa re rot cline cogent oar Eecce dopo et a sela que va del 18/10/45 con su secucla de mal ie en ig penton apc en eleipe Sere a or - Imente estos dos proyectos; a cllos nos referiremos en i 1 Cf. Rémulo Betancourt, Memori coer 152. Ibidem, p. 101, 7 eae mine cae sawrle qa es cota eee * Petrdleo, banqueros defensores de los “sagrados princi ox de ibe. tinea a omens fom ap aout cape et © soa tc ep oe st fieisseoee eoraegse re - Ries Deacon Taper tvs. 9. No resulta dificil eviden= impuesto por Accién Democnitica, onan (580 men bc wpe ae lapilen ato cts papa nl rp dha am enicayep 1 ech cin ting ee ble de base econdmica reproductiva que el medi oe itn See a Spec iocriitico (rentista-populista) que el ica 208 y igpataneton te nage ee Seathattbasnusptscm pre ponies jail acc ge on Sexes an ane “pRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS.. 207 ‘como hecho edueativo (formative de la condicién personal y ciudada~ tx) como fimbito de lo politico y de a polities, y como ella de le Tealizacign conscient del interés pblico, del interés colectvo, ete. 158 Cf. semanario Accién Democritica, Caracas, 9 de mayo de 1942, p. 15. 139 La labor de la Convencién de Cémaras y Asociaciones de Comercio y Produeciény, diario ET Pais, Caracas, 27 de julio de 1944, p. 4 160 Cf. Samuel Moncada, ob, cit, pp. 128-134. Tel. eDeclaracin del Comité Ejocutivo de Acsion Democritica, diario EY ‘pas, Caracas, 9 de agosto de 1944, p.S. Esta redefinicin dela polit- cade AD en esta materia y en favor de Fedecimaras i precisa tot Sia mis Romulo Betancourt en Tos editoriales del diario EY Pais del 18/04 y 209144, y en la conferencia «El Estado Interventor, dictada pore en a sede de Fedecmars en junio de 1945 (CF diario £1 Pais Caracas, 20/6145). 162 Cf Inocente Palacios (Carta a la Direcei6n de AD), en Pestsamienton politico venezolano del siglo XX. 1° 46. Pp. 421-422. 163 wAccién Democriica y el Problema Petroleto» (Declracion Politics {A Directorio Nacional), diario Ahora, Caracas, 17 de noviembre de 1942, p.2. 164 CE Romulo Betancourt, «Chorres de Petree y de Délares», diario EI Pais, 25 de agosto de 1944, p. | 1465 Como se recordar, este personaje estuvoinvoluerado activament, 6 sno reprecentante del Departamento de Estado, en Is discusiones tt Ty Estado venezolano y las compafias petroleas que culminan con le firma y puesta en vigencia de la Ley Perolera de 1943. 166. Funnes, Seceién Fotocopias, ao 1946. Tomado de Nora Bustamante, Isaias Medina Angarita, aspectos histéricas., p-30 1- 167 Bernard Mommer, La cuestin petrolera... p- 89. 168 Ibidem, p. 93, 169 Idem, 170 Tbidem, p. 94. Véase, igualmente, mperalismo petroler ya ro tein venezolana, T.2, Caracas, Ed. Rupture, 1977, pp. 203 ¥ ss 171. Cf aPlan de Barranquilla» y «Tess Politica y Programa det PDN (Te- fal en Naudy SuirezF Programas plticos venezolanos dele Pi> ao mitad del siglo xx, Tomo 1, Caracas, Colegio Universitario Francisco de Miranda, 1983,pp. 98 y ss. ¥ 235 ys. 172. ubiveuso de Rémulo Betancourt» (Asamblen Popular de AD), diario “hhora, Caracas, 1 de junio de 1942, 4. 173 Rémulo Betancourt, «En Tomo a la Reforma Agrarian, 24 de junio de 1945, p. 1 diario El Pats, ath EL MEDINISMO_ 174 Rémulo Betancourt, «La Reforma Agraria al Trashuz», diario El Pais, 27 de junio de 1945, p. 1 (mayisculas en ol original). 175. Rémulo Betancourt, Trayectoria.. p. 20, 176 tbidem, pp.29, 30,55, 69, 70, 126, 127, 187,213. 177 Ibider, p. 21. 178 tbidem, p. 56, 179 idem, p. 20. 180) Domingo A. Rangel, ob cit, p. 322. 181, Ibidem, p. 321. 182. En relacion a este aspecto y al contenido en el punto n° 1, véase més, adelante la parte tulada «Contradiceiones 2on los sectores populares de este capitulo. 183 El anticomunismo era ya para aquel entonces el rasgo més caractersti= code! deslinde que existia entre los sectores sociales y politicos intere~ )sados en un desarrollo societal auténomo (soberano) y progresista de ta nacién.venezolana, y los sectores que se oponen a ello, en nombre ddl anticomunismo y de la adhesion antinacional ala geopolitica nor= teamericana al temino de la Segunda Guerra Mundial. 184 Cf, Pensamiento politico venezolano del siglo... 8°44, p. 262. 185-Ibidem, pp. 240-241. 186 Cf, Rodolfo Quintero, Hacia el renactmiento obrero en Venezuela, Ci ‘acas, UCV, 1980, p, 62. Coincidentemente con esta opinién de Quinte 1, Pedro B, Pérez Salinas declaraen 1941 lo siguiente: «En Ia actualdad existe un gran flujo sindical que nos hace abri- gar las mejores esperanza. Los trabajadores podemos afirmar que hemos llegado aun estado de madrezindiscutble...» (PBPS, «Resurgi- mento Sindical», diario Ahora, Caracas, 8 de junio de 1941, p. 1D, Cr. también «fl Movimiento Sindical en Venezuela», diario Ahora. Caracas, 21 de enero de 1944, p, 5. 187 «Previo al trienio (1945-48) los comunistas constituian la fuerza domi ante en este naciente movimiento, »Evidencias se observan en la composicién de los delogados y sin- dicatos representados en el Congreso de Trabajadores de marzo de 194, También lo meonocen informes vinculados a las petrolerasn(Me- ‘mo del Ministry of Fuel and Power Revolution: Position of Oil Compa nies, FO371-46153, AS; 27-10-45), en Héctor Lucena, El movimiento obrero petrolero, Carecas, Ed. Centauro, 1982, p. 301), 188 Para una apreciacisn detallada y objetiva dela disputa AD comunis tas por el control del movimiento obrero, véase: Steve Ellnet, Los par= 1idos politicos y su disputa por el control del movimiento sindical en PPRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 209 189 190 191 Venezuela, Casas, UCAB, 1980, p65. y Hésor Lucene, b a a Elim dese proyecto de pata on Fdesimans, undo props ancomursno, lo exea my crete Remo Betecouen su acters delarsciOnen ae fia: Enel cst eins dena el movie poplar y Secon nds ents sere bp pmos ena me ber lamodn “una con x comnis (-) remo tras snp ala edeocien de ClmarsyAsoacones de Cone Soy Prodi)» (RB enor. pp. 10-100 La Zonfmacin de us ete proposal poten de AD‘en el mmovimion ool poral ender de Estados Unio, Frank Corgan ene! nfome diol Serer de Esta, Me Byres dnl con de a posiin de Réml etna (como presen tee RO) ropes a souridad des nereses near posen veretl: Jon iuaes de os Estados Unidos oo tenen mia que ener ded dela Tua, us tan silo epera qu aprisbn alguns poss $ igen conan pa ls tapos ye que de donde par Yoda buem par del apy polio» Hear Leena, iy 02309). Prete, ene desl des conic cera cnt so ‘rue loadvena mo pda dj de sian go posi para Tr cublad dl over igen extend un movie ober “sma pts commis Poros reais cones det Sinn coos sabe por cocs rane intracoles— ah Ghicen detec paipo un crise vacant cclado¥couunl Deal que mancner ya ls comunisas ene movie oreo ‘era parte sustancial del proyecto politico global del medinismo y, parti- Stlumen, dela eliza oleh pas en elcome eo Stn Ex ine ove ermine a onli gu se oe {nme mdninmo AD pr vera «Comencin Obrerade 1946» Ys inmedia epiacion de ssn xo eran comi- Tit Dees da caci propio inn dl Tbsp, Jo Diz en os trninos sigue 1 SE gue me eal sta cold as orion sin csc. osc omnis) uns gros ters de Aion Demorionsuniitaon ; llc un cndro de puns os nombres eos diigets (..) Rama Qujadn, Cait Eduard Noda, Cio Brea, Luis Tear 210 au ELMEDINISMO | PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. +) La disposicin por lacus se dejaba al libre arbitrio del Inspector {yet Ministo del Trabajo Ia legalizacién ono de un sinicat. De acuerdo en esto, quedaba sin efecto el anterior procedimiento que requeria de Ia ola consignacin de los Estautos y demés docymentos en ra. ‘) Estitareglamentaci6n del qudrum de Tas asambleas, as cuales ‘no podian celebrarse ni ser legals sino con [a asistencia de Ia mitad nas uno de los miembros insrito en el sindicato. “El intent de reglamentar el uso de los fondos de sindicatoy de bloquear su retro de los bancos en caso de conflico huclgario. ® La limitacin del periodo de las Suntas Directv, la potestad de decidic quiénes debian formar parte de elas, e etablecimiento de no reeleccién de los dirigentes sindicales. 1) La pérdida de la condicién de miembro del sindieato por retro ‘del trabajo, con To cual se busca impedir que los dirigentes obreros sdespedidos continuaran al frente de los sindicatos. 197 Para un conocimiento cabal y preciso de este dltimo intento corporati- vista del estado medinista, y de la oposicién desplegada en su contra por el movimiento de los trabajadores, ef: No es una Reforms Reas- Pronaria dijo el Ministro Diez...» diario ET Nacional, 26 de mayo de 1944, p11; wlnteresantes Decaraciones del doctor Julio Diz. >, dia- ‘to El Heraldo, 26 de mayo de 1944, pp. | y 3; Femando Negrett, ‘eante las Reformas de la Ley del Trabajo», diario El Nacional, 27 de ‘rayo de 1944, p. 7 Salvador dela Plaza, «Las reformas den Ley de} ‘Trabujon, diario El Nacional, $ de junio de 1944, p. 7: «La reforma ale Ley del Trabajo, diario El Pas, 14 de junio de 1944, p. 4 «El STP ¥ ti Reforma de la Ley del Trabajon. diario Et Heraldo, 18 de mayo de 1945, pl; Peo Ortega Diaz, «Disposiciones Reatvas a las Organ zacicnes Sindicales», diario E! Nacional, 9 de julio de 1945, 7- 198 Cf. ullo Diez, semanario En Marcha, Caracas, 27 de febrero de 1944, pel. 199 CF. Julio Diez, «Conferencia Dictada...», ob. cit. 51 2300 Cf. aEl Minit dl Trabajo daro.», El Tiempo, 11 de noviembre de 1942, p.6. 201 Pensamiento politico venezolano del siglo X33, p. 207. 302 Toidem,p, 208. Cabe recordar que mientras ef medinismo profirs aarscrdena eatepérica contra le paridizacién de I actividad sinical, ton prctice tabajaba intensamente para hacerse de una base sindical fry fu influenca partici réase supp. 23, nota 12) y West Ganbos. in el encanto his tia fhe cladorar el texto de la correspondiente resolucir * Cet Nor oe ante, ob. cit., p. 194), oe a amet pinion gpm eno in Speen cui mis i re Lienome ‘movido por la presidn de las fuerzas reaccionarias», = “ specto son muy ilustrativas unas reflexiones hechas i jezen 1941, antes de ser Ministro de! Trabajo: nace cease ng bl opin i ines mia opis) pra pons tres pan cn jos snap tae sams te na ont os com ds mt dep cal one ar al wee mn aoe ee 27 de octubre de 1941, p. 6,5.n.). 7 Ct Eni Gt Sin ite uh ohn a dh 2 Sy 20 ivan eel isto irateeatieentas tin Sac Sn cre om nn £3 comand en ois Telos Bra nn dre din 2d mae py Cats DA ss saps Romer te, tos ae de mayo de 194 1, p, 10. o a oa ci dn Ta lo Dela dun tndemarnqeé Goramape ee parte del Estado» (of. «Noes una Reforma Resccionaian, dara i pnmmee 26 de mayo de 1944, p. 11). aie ‘Lou Tina et Dison Pra se Oponenn, Se sia tlre oie ds inprses oi side I ay el boos ue son ane os sara los recs er venti ei ena cane lee inate at ang a Soh ee podian ser empleados oalan ser empleados pore patron aquellos tabsjadoresaflados 212 ELMEI 203. Esto se percbe claramente a través del seguimiento de los montos de Presupuesto que se destinan a esos dos Departamentos en los aos ‘econdmicos que van de 1938-39 a 1945-46: Ao 193839 ~Educacién 23.056.192 ~Sanidad y Asistencia Social___18.956.400 Fuente: Ley de Presupuesto 1938-1939. Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela, r* Extraordinario, «flo Lxvi, mes x, Caracas, 30 de junio de 1938, p. 230. pun ini i sists Sided” 9989750 Fuente: Ley de Presupuesto 1939-1940. Gaceta Oficial... n* Extraordinatio, aio LXV, mes x, Caracas, 1 de Julio de 1939, p. 303, Affo 1941-42 Educacién 22.296.695 Sanidad 14941971 Fuente: Ley de Presupuesto 1941-1942, Gaceta Oficia.., n° Extraordinario, alo xix, mes 1x, Caracas, 28 de junio de 1941, p. 286. Ato 1942-83 ean nasmai8 Saige 16818798 Fuente: Ley... 1942-1948. Gaceta Oficial... n° Extraordinario, aio LXx, mes vill, Caracas, 30 de junio de 1942, p. 306 _PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 213 Alo 1943-44 ~Educacién 28.830.383 Sanidad 20,870.382, Fuente: Ley... 1943-1944, Gaceta Oficial... n° 4 (Extraordinario), ato Lxx1, mes , Caracas, 30 de junio de 1943, p. 242 ‘Afto 1944-45 27.000.000 2.643.686, 1944-1945, Gaceta Oficial... n° 82 (Extraordinati), alo LXXIL, mes 1X, Caracas, 30 de junia de 1944, p. 254, Afio 1945-46 —Bducacién 38.710563 Sanidad 28,850.136 Fuente: Ley... 1945-1946. Gaceta Oficial... 1° 136 (Extraondinari), affo LxXn, mes rx, Caracas, 30 de junio de 1945, p. 250. 204. Emesto Pelzer, ob. cit, p. 26. 205 Se corresponde esta orientacién con el principio ético-econdémico asu- ido por el medinismo en el sentido de que la renta petrolera no fuera sgastada o distribuida de manera improductiva, sino que se invirtierafn- tegramente con el propésito de comenzar a crear un pais con wna eco ‘nomia teal; es decir, con una base productiva efectiva y nacional 206 Entre {as més importantes paradojas implicadas en ese contexto pue- ‘den anotase las siguientes: ‘) La constituida por la existencia de una sostenida expansién mo- netaria que, como se ha dicho, no redunda en beneficio del salario de 10s trabajadores y en el mejoramiento de las condiciones generales de ‘vida de los sectores mayoritarias de la poblacin, ') La paradoja de que esos inmensos recursos financieros en po- er del Estado y de las clases propietarias privadas, antes que s vertidos, como es del interés del proyecto econémico del medinismo, 214 ELMEDINISMO 207 208 209 sean esterlizados por el Banco Central (mediante su conversion en ‘bras de oo), Io que determina una mayor contraccin del crecimien- to unitrio (general) de Ia economia nacional; él esfuerz0 productive interno y de la produetividad, como nos informa Ernesto Peltzeren su trabajo ya ctado «€)Laparadcja de un Modelo Econsémico que funda, formalmente, su relacin contractual con Tos trabajadres, en el criterio de que las com- ‘pensaciones socioecondmicas de éstos debian derivarse del crecimiento ‘general de la ecanomia (del producto o excedente interno) y de los nive- les de productividad tod lo cual seve entrabado en su realizaci por la situacién de bloqueo a que es sometido el esfuerzo productivo nacional propiamentedicto. Esta linea, asuda y promovida por los comunistas en el movimiento ‘obrero, es practcada también, a su manera, por AD. En relacién a esto, ‘Héctor Lucena afirma lo siguiente: «... Accién Democritica en el pla- ‘no sical {mantuvo] una actuacién discret, ya que sin decclo man- tuvieron una poitica de no huelgn» (HLL., ob it, p. 224). ‘Una amplia informacin sobre el conjunto de estos conflctos puede ser ubicada en lis siguientes fuentes hemerogrificas: Diario £1 Heraldo, de marzo de 1942; de noviembre de 1943; de junio, julio y noviembre de 1944 Diario Ahora de febrero de 1942; de junio, agosto de 9; de ote novembre dnb de coe mars y abril de 1945. Diario El Nacional, de febrero unio, agosto, septiembre y no- viembre de 1944; y junio de 1948. Seeydiatond, Diario El Pais, de junio y noviembre de 1944; y de Febrero, mar= 20, abril, mayo y junio de 1948, Diao Pomroma (Maren), ei de 194 de fbr y junio de 1945, Semanario Agu Evid, de febrero, junio y octubre de 1945. { ltimamente todos os sectores aborantes de la nacin se han movi lizado alrededor de la consigna: aumento de salarios. Los conflictos de auiobuseros, jaboneros,tintoreros, los representados por varias seccio nales del Sindicato industrial del vestido, el de los obreros de Caripito y Jas lucas de paraderos que culminaron con el decreto del dia diez, son tuna prucha de que la aspimacin de una mayoria en est sentido se gene- raliza, porque s sente su necesidad en masas més amplias, cada veo» («Posicién de Nuestros Trabajadores ante el Salario Minimo», diario Ahora, 22 de noviembre de 1944, p. 11). [PRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS... 215 210 Entre algunos de los casos ante los cuales el Estado se ve forzado a in- tervenir en favor de éstay otras demandas obreras, pueden sefalarse los siguientes El conflicto autobusero de septiembre-agosto de 1944 (ef. «lm- portantisimas Medidas del Ejecutivo con Relacién al Conflicto Au tobuseron, diario El Nacional/ 9 de agosto de 1944, p. 1. CAL. «Significado del Deereto Autobusero», diario E? Nacional, 12 de agosto de 1944, p. 7). El conflicto de Cementos «a Vega» (ef. «El Ejecutivo ha Puesto CCese a la Huelga de los Obreros del Cemento», diario Ahora, 9 de sep- tiembre de 1944, p. 12). El conflicto de los obreros petroleros de El Tigre (eft «Soluciona- do el Conficto de El Tigre», diario Ahora, 11 de noviembre de 1944, p12). £1 conflicto de los obreros panaderos (ef. «lmportantes Disposi- ciones del Ministerio del Trabajo», diario Alora, 11 de noviembre de 1944, p.2). “=El conflcto de los obreros de la Raymond Concrete Pyle Company (cf «Solucionado el Conflicto del Trabajo de La Guaira, diario Ahora, 19 de abril de 1945, p. 2; y, «Cesd Ayer la Huelga de la Raymond», diario Ei Pais, 19 de abril de 1945, p. 8). El eonflicto de los obreros petroleros del Zulia, de junio de 1945 (ef, eos Obreros Petroleros del Zulia...», diario ! Nacional, 16 de junio de 1945, p. 1S; «La Gran Jomada de los Trabajadores Petrole- ros», semanario Aqui Est, 27 de junio de 1945, p. 13; «La Gran Ba- talla Librada exitosamente por el Proletariado Petroler.. semanario ‘Aqui Esté, 27 de junio de 1945, p. 12) 211 Aste respecto véase: «Amplio Respaldo Sindical a los Obreros de El ‘Tigre», diario Ahora, 10 de noviembre de 1944, p. 12; «Un Grandioso -Mitin de Unidad Sinica ...)», diario Ahora, 16 de enero de 1945. 12; ‘«Gran Reunién Tuvieron los Huelguistas de Maiquetian, diario Ahora, 19 de marzo de 1945, p. 12; «Solidaridad Obrera..», diario Ahora, 19 de marzo de 1945, p. 7; , diario Ahora, 15 dde marzo de 1945, p. 7; «En Huelga los Obreros de la Raymond...» “pRINCIPALES CONTRADICCIONES GENERADAS. 27 diario Ahora, 27 de marzo de 1945, p. 12; Rodolfo Quintero, «Unidad de Jos Obreros Petrolros..» diario Et Nacional, 14 de junio de 1945, p.9. 219 Cf. Rodolfo Quintero, Hacia el renacimiento obrero en Venezuela, Caracas, UCV, 1980, p. 64 220 Idem. / CUARTA PARTE CRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 242 ELMEDINISMO. ‘cRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA, 24) Eso explica que los comunistas aparezcan hasta ultima Jitica planteada por la via del golpe de Estado que la «Union hora o cuando yas inminente la realizacién de esa accidn ar- altar Patrigicay veala ongmient) nel seno del Ejército. mada, centrando su atencién politica y sus ataques principales En ese sentido, dicha propuesta —fundada en la Logica de que sePhcamnegnmcteeelnce per cone fuera lo menos aceptable para e! medinismo lo que buscaba en ellos consderan,simultineamente: jel ceje de lareaceién na- definitiva era procurarle una nueva justificacién al golpe de ional», y el jefe de a «revuelta armada en preparacién!»’® Estado en preparacién”®. Esto se cumple, efectivamente, en ‘Demis esti decir que a esa falta de visién y de mane- Ja medida en que el medinismo se niega a someterse, por se- jo concreto de la situacién politica planteada se debe, sin lu- gunda vez, a una maniobra politica que de nuevo pretende gar a dudas, la confusién que experimentan los comunistas Solocarlo ante la situacion de ser desplazado de la direccion en los momentos iniciales del golpe de Estado”® y la total {del Estado, sin que pudiera hacer nada para evitarlo; todo ello, incapacidad en que se encuentran para desarréllar alguna con grave dafio para la continuidad del proyecto de reforma aceién significativa que pudiera contrarrestarlo. » societal que venia tratando de impulsar desde el poder. ‘Cabe sefialar, por otra parte, que ese designio de Acci6 ‘Democritica se cumple, acemés, por el hecho de que este par EL GOLPE DE ESTADO tido formula su propuesta sobre la «candidatura nacional», if procurando haceria aparecer como expresién del sentimiento EL MEDINISMO SE AISLA EN EL PODER Femocritico existente en la conciencia popular y nacional y, al mismo tiempo, intentando presentar al medinismo como ____ El descartede la candidatura de Escalante libera al me= contrario a ese sentimiento. dledao doiaainacién compromnettn on quay nba cabin Es sobre la base de esa «jugada» politica, que Romulo dol seine apnior osetia por AD, of Depsisoto dp Betancourt, poniendo de manifiesto su proverbial «viveza», y la «fraccién pentagonista» del Ejército. Pero al mis- plantea que: ‘mo tiempo lo obliga a cerrar toda posibilidad de transacci6n politica con ese sector y con el conjunto del bloque opasitor”. La designacién y mantenimiento de la candidatura de Biaggi- _-Ja solucién venezolana, nacional, a un problema (el de la ‘gucesiGn presidencial] que no es silo de partido, sino un pro~ spa e interes a toda Ja nacion”. ni, a pesar de las invectivas de la oposicién (en particular ema que inquieta, preocuy puestas a circular por Rémulo Decora ia enlaces cecal oe Lépez Contreras y la definicién, por par~ ‘Ante esa situacién, y dada la imposibilidad de dar otro tede Accién Democtitica, de la denominada «candidatura na- tipo de respuesta, el medinismo se ve empujado y sometido a cional», son expresiones de la ruptura radical y definitiva que ‘una situacién de aislamiento politico que lo pone a la defensi- se produce entre el medinismo y sus oponentes politicos en el ‘va frente a un adversario miiltiple™, que dispone completamen- contra todas las te de la iniciativa politica y que desarrolla en suc formas de lucha, incluida la «putschista», dirigidas deliberada- ‘mente a provocar su desplazamiento inmediato del poder. curso de la disputa por la sucesién presidencial de 1946. La propuesta de Accién Democratica, es evidente, tiene ya el deliberado propésito de buscar la superacién de la crisis EL MEDINISMO, ACCION DEMOCRATICA Y LA PRENSA ANTIMEDINISTA INTENSIFICAN LOS PREPARATIVOS GOLPISTAS __ Con el fin de crear el maximo de condiciones que «jus- tificaran» el derrocamiento violento del Gobierno, AD y la prensa de oposicién llevan a cabo una intensa campaiia de opinién centrada en la manipulacién efectista y deformada de importantes aspectos de la situacién politica de ese momento, Rémulo Betancourt y La Esfera hacen el elogio del Ejército \ « Se dice por ahi, a la sordina, como quien transmite una con- signa pavorizadora, que el Ejército no admitiria (en) el 46 ‘no un gobernante salido de sus filas, un General-Presidente. (Quienes asi hablan le estan infiriendo una ofensa tan grave como gratuita a las fuerzas armadas de la Repiiblica (...)*. pot la mente y el corazén de la oficialidad, de los cabos ¥ de los soldados de la aviacién, de la infanteria y la mari na circula ese mismo anhelo de dignificacién politica y de superacién democratica del pais (...)®. [El Ejército es} la nica instituci6n solida, moralizadora y patriétice que nos resta en nuestra vida piblica®® ‘Una participacion activa del Ejército en los : problemas nacio- nales se hace indispensable; la unidad nacional tan hondamen- te anbelada por todos, no ser realidad efectva sino involuera dentro de si al Ejérito, vértebra y nervio de la nacién®, “oRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 245 En estas citas se evideneia el interés que tiene el bloque antimedinista de forjar una imagen del Ejército (al que la opi- ‘i6n popular seguia asociando a la tradicién gomecista y dicta- torial), que fuera favorable a la accién golpista en gestacién®; yy también el propésito de que el Ejéreito se constituyera de huevo, asi fuera de manera compartida, en representacion directa y expresa del poder politico®®. En relacién a esa cuestién, llama poderosamente 1a atencién el contraste que surge entre esta posicién de Romu- Jo Betancourt-ap y el resto de la oposicién antimedinista, que promueven y validan esta ambicién del estamento mili- tar, y la posicién del medinismo que en su interés de modificar ‘y ampliar la base institucional del poder politico y del Esta- do, procura asignarle al Ejército un lugar distinto del que tradicionalmente habia ocupado en la dinémica sociopolitica del pais™. Rémulo Betancourt y AD se abanderan del «ideal civilista» En linea con lo anterior, Betancourt y su partido se abanderan del «ideal civilista» que desde 1936 habia inspi- ado las luchas que los sectores populares venfan desarro- lando por la conquista de derechos democriticos. Pero en esta oportunidad —curiosamente—, el «civilismo» de Be- tancourt y Accién Democratica ya no constituye la antitesis del Mititarismo: como exclusién de lo militar, que era 1a for- ma como se habja expresado esta contradiccion antes y des- pués de la muerte de Gémez*®, sino que ahora «...este aanhelo es compartido por los cuadros técnicos y por la ofi- cialidad de escuela de nuestras instituciones armadas»® To importante a destacar aqui es que, mientras el adequismoy se reconoce «civilista» y le confiere ese mis- mo cardcter a la fraccién de! Ejército con la que conspira sal ERISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA. 247 EL MEDINISMO. de la posicién del sector lopecista, aportados por su drgano de prensa mas representativo; una vez que Medina y el Direc- torio Nacional del pedevismo deciden oponerse a la candi- datura del ex Presidente: para derrocar a Medina®, pretende negarle esa misma con. dicién: por un lado, a un regimen que progresivamente (tanto Por su propia dindmica democratizadora, como por las pre. siones que sobre él se ejercian desde afuera en esa misma direccién) venia efectuando én) v una serie de reformas, politi Yconstitucionales, que habian comenzado a afectar signifi, ativament el adicional contenido autoritario y miltarizado lel poder y del Estado venezolano; y, por otro, a un candidato ci (Biaggin)) de quien, con base en una argumentacién tebuscada e infundada, se asegura que i uedarbajotuela militar" Nen# obtgado a Se acusa al medinismo de continuismo Probablemente éste sea el ex ds important aue el bloque opsitor vans contecl seca Pefio de erear las condiciones politcas que favorecierany fa. cilitaran su derrocamiento. No por castalidad, en este punto coinciden y convergen las fuerzas politicas enfentadas al me. dinismo e interesadas expresamente en su expulsion del poder, Asi se verifica en el contenido de los ataques que, aeste res. Pecto, todas esas fuerzas dirigen en su contra: veamos: El régimen actual ha llegado a un punto en que tiene que tomar una determinacién trascendental: se somete al que- rer de la nacién o termina imponiéndole su voluntad irres- trictamente, por una via antidemocritica”?, ‘La candidatara del doctor Angel Biaggini, expresién del ansia ‘continuista de un régimen decidido a i : Perpetuarse contra las categéricas manifestaciones de la voluntad venezolana (...)¥. Hasta aqui, algunos de los as; cid d a spectos de la posicién de Accién Democritica y La Esfera; veamos ahora aapectos desde ahora; ya Venezuela sabré que el préximo Presi- dente de la Repiiblica es el punto de la violencia, de la im- posicién por Ia fuerza y de todos los medios puestos en juego por el Presidente de la Repiblica (...). El actual Presidente de Venezuela ha resuelto designarse un sucesor, escogido por él entre allegadizos y aspira a que el Congreso realice la consagracién”®. Lo primero que conviene precisar en relacién a estos planteamientos, es que el medinismo comienza a ser acusa- do de «continuista» s6lo en el momento en que designa a Biaggini como su nuevo candidato a la Presidencia de la Re- piiblica, y cuando decide, en consecuencia, afianzarse en sa candidatura por las razones que se han dado y explicado con anterioridad. ‘Alo dicho habria que agregar que esa acusacién no se hace o no se formula cuando Escalante aparece como la «candidatura oficial» del medinismo; lo que, formalmente, significaba la «ontinuidad» de éste en la direccién del Esta- do. Obviamente, los representantes de la oposicién golpista, de a que formian parte Betancourt y su partido, no le hacen, en esa oportunidad, el cargo de «continuista» al medinismo debi- do al pacto politico-electoral que se constituye alrededor de la candidatura Escalante y, fundamentalmente, por la seguri- dad que tenian de que éste en la Presidencia de la Repiblica intentaria marchar en una direccién contraria a la del medi- rnismo, A esto también nos hemos referido, suficientemente, en otra parte de esta investigacion. 8 ELMEDINISMO, La segunda circunstancia que motiva esta acusacién en contra del medinismo es su determinacién de oponerse radicalmente a la candidatura de Lépez Contreras: por con- siderarla un paso atrés en la evolucién general que el pais venia experimentando; por ser éste un fiel exponente de los sectores socioecondmicos tradicionales mis decididamente 9puestos a su proyecto de reforma econémica y politica; y Porque esa candidatura podia ser interpretada —precisa- mente— por Ia opinién nacional como una maniobra conti- nuista del Gobierno: ‘Medina no estuvo de acuerdo con este propésito [el de la candidatura de Lipez Contreras] por muchos motives, en- tre los cuales no era el menos su conviceidn de que ambos aparecerian ante la opinién piiblica y la historia como cémplices de una maniobra de continuismo politico, a base de la altemacién en el poder, que estaria en abierta contra- diccién coa su decidido propésito de ampliar y asegurar el proceso de afirmacién democritica del pais. Otro aspecto que debilita considerablemente el cargo de «continuismo» que el bloque opositor le hace al medinis- ‘mo, es el compromiso que éste habia contraido—como par- te fundamental del pacto politico en torno a la candidatura Escalante— de propiciar conjuntamente con todas las fuer- as politicas y democriticas del pais, un proceso electoral en 1951 con apego al libre ejercicio del suffagio directo, univer- sal y secreto, Nada hace suponer que este compromiso no se hubiese cumplido asi, si se tiene en cuenta la fuerza y la cali- dad de las presiones democraticas contenidas en la sociedad venezolana de entonces. (CRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 249) El «adequismo» responsabiliza al «medinismo» yal «lopecismo» de propiciar la guerra civil El desconcierto y la confusién dominan los animos, y se ccierne sobre el horizonte la perspectiva de que este estado de cosas pueda desembocar en violentos choques entre las dos facciones en que se ha fragmentado el régimen politico imperante™”. Si bien este planteamiento contribuye también al lo- gro de los objetivos golpistas de Accién Democritica, no por ello encuentra justificacién en los hechos histéricos. Es cierto que las contradicciones entre el lopecismo y el medi- nismo alcanzan un alto grado de agudizacion, sobre todo en Ja fase de la disputa por la sucesién presidencial —tal como hemos podido verificar—, pero no llegan a determinar en el comportamiento de esos dos agrupamientos politicos accio- nes o preparativos (civiles y/o militares) visibles que leven pensar que se encaminaban a una confrontacién armada entre ellos, con capacidad para desencadenar una guerra civil en el pais. 5 En el caso particular de Lépez Contreras, lejos de ¢s0, Jo que se observa en su conducta politica, a pesar de sus profuundas contradicciones con el régimen medinista, es un apego dogmitico al orden politico-juridico vigente: ‘Como soldado fiel a su deber repruebo todo acto subversi- ‘vo que ponga en peligro el Estado, sus instituciones y el gobierno legitimamente constituido, ya sean aquellos actos provocados por golpes de cuartel, por turbas armadas, 0 por movimientos sindicalistas (...)"*. Las tinicas manifestaciones del lopecismo que pudieran tomarse como amenazantes de la estabilidad del régimen, ” ELMEDINISMO son: 1. la declaracién en la que Lépez Contreras afirtna que «La situacién general del pais es favorable, pero pronto en- traremos en ura encrucijada peligrosa»”, afirmacién que or su cardcter ambiguo provoca en el editorialista del diario Bubernamental El Tiempo el siguiente comentario: En qué consiste el peligro que vaticina el general Lépez? No lo aclara en ninguna parte y asi no sabemos si atribui- ‘mos a sus sibilinas palabras una intencién politica o una royeccién econémica en relacién con las previsiones de los (sie) postguerra!®, 2. Los editoriales del diario Ahora", en los que el lope- cismo expresa, de manera amenazante, su descontenty con la posicién de Medina y el medinismo de oponerse a Ia ¢andida- ‘ura del ex Presidente. Como se veré al final, tales editoriales ‘antes que servirles a una conspiracién golpista propia del lo- ecismo, como llega a creer el medinismo!®, terminan sit- vigndole a la que verdaderamente fraguaban la «fraccién entagonista» del Bjército y Accién Deniocratica. El medinismo, por su parte, no obstante sus alertas y advertencias sobre «...un posible atentado contra la Repiibli- ‘ca» sobre «...1a obscura conspiracién que se viene urdiendo €n secreto», y de llamar la atencién sobre la necesidad de «...redoblar la vigilancian, etc.!® a ese respecto, no toma, 4 tiempo, ningura decisién politica, ni lleva a cabo ninguna ‘movilizacién militar que, al intentar conjurar tales amenazas, Provocaran una confrontacién violenta con el lopecismo 0 con cualquier otto factor del bloque opositor. En suma, lo que demuestra la informacién disponible 8 que estas dos corrientes politicas habian decidido, a pesar de sus radicales contradicciones y ataques mutuos, someterse ala prueba de las elecciones parlamentarias, de tercer grado, ara resolver —pacificamente— el problema de la sucesién, presidencial de 1946, [CRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 251 La forma como es detenido Lopez Contreras en pleno desarrollo de la insurgencia golpista del 18 de octubre, sin que se produzca ninguna reaccién armada de sus seguidores civiles y militares; las circunstancias en que es hecho prisio- nero Arturo Usa Petri minisro de Relaciones Interiors y sobre todo, el desconcierto y la dope re mnifiesto por el Gobierno en la ejecuci - ‘ones que logra articular en su defensa, son indicadores que desinienten categéricamente a tess de a agurtacivib ro- Piciada por «lopecista» y «medinisas»'™, Cntariamente a lo sostenido por esta tesis, es precisamente la «aceién gol- pista octubrista la que pudo haber provocado la guerra ce vil en el pais, la cual efectivamente no se produce por la rendicién —prematura— del presidente Medina Angarita, como lo registra Arturo Uslar Pietri: ...cuando el presidente Medina llego prisionero a la Aca- demia [Militar], dijo a los oficiales insurrectos que lo acompaiiaban unas palabras firmes y serenas, que podrian resumirse del siguiente modo: ) A pesar de contar con fuerzas suficientes para enfrentar 1a insurreccién prefiero hacer el sacrificio de mi persona antes que exponer al pais a las muy graves consecuencias de una guerra civil, en la que podria ponerse en peligro hasta gu propia soberania'®*, La Esfera y El Universal reactivan : nts el medinim el expedient anticomonista limitaciones le La reforma del Inciso vi, que pese a sus otorga alos comunisias el derecho de acta ibremente en a vida politica del pats, y I legalizacion formal del Part Comunista de Venezuela —hechos que ocurren en plena 252 disputa por la sucesién presidencial-—, le sirven de pretexto al bloque opositor para reactivar e intensificar sus ataques ane ticomunistas en contra de la politica medinista. Pero en esta oportunidad, ademas de reiterar sus acusaciones acerea de la «complicidad del gobierno con los comunistas», y de afirmar «...que al gobierno le es indiferente que el pais se comuni- ce; ya que la ley ampara ahora a los comunistas (...)»!®, se pone en prictica la maniobra de hacer aparecer, por un lado, a Medina y al PDV en «evidente discrepanciay por el trata- miento que debia darsele a los comupistas!”; y, por otro, al PDV en un pacto estratégico con ests Para ello se acude ) al mensaje donde los comunistas le manifiestan al pedevis- mo su deseo de «continuar sin restricciones» su colabora- cidn con el régimen'!™: .para el mas lerdo —apunta el editorialista de El Univer- sal—, esto quiere decir que el PDV y el Partido Comunista continuarin asociados con el objeto de repartirse, en la proporcién que el primero fije, los cargos representativos y que el segundo haya de influir de una u otra manera en el manejo de la cosa publica’. Es evidente que toda esa prédica perseguia crear la sensacién de que la politica medinista estaba generando las condiciones para una «...segura y répida propagacién del co- munismo en el pais»!!®, y que por eso «la nacién venezolana [estaba obligada] a prevenirse de [tal] amenazay!", Cuando se cotejan estos seitalamientos con la orienta- cién que en esos momentos sigue la politica medinista fren- te a los comunisias, ripidamente se manifiesta lo infundado de los mismos. Para el medinismo, nunca dejé de constituir una preocupacién importante la posibilidad de que los co- smunistas aleanzaran un desarrollo mayor del que ya tenian en el escenario politico nacional!'. La vigencia prolongada, EL MEDINISMO, {CRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 283 durante este periodo, de la normativa que prohibia y/o limi- taba la actuacién legal de éstos en la vida politica del pais, asi lo demuestra. 4 Lo importante a considerar ahora, de la politica me~ dinista, respecto al comunismo, es que manteniendo su posi cién de tratarlo como «...un adversario de consideracién (..)»s razén por la que ratifica su disposicién a «...comba- tirlo——cuando sea menester hacerlo—y!, se atreve, sin em- argo, respondiendo a sus impulsos democratizadores', a realizar una reforma constitucional que le confiere'a los co- munistas venezolanos el derecho de organizarse como tales: El Partido Democritico Venezolano propugné Ia elimina- cin de los dos iltimos apartes del Inciso 6° del Art. 32 de la Constitucién Nacional por considerarlos una traba anti- democritica a la libertad de expresidn. Esa eliminacién (..), garantiza a todos los venezolanos sin excepcién, su derecho a pensar libremente y a profesar el credo politico ‘que a bien tengan, erradicando de nuestro méximo docu- mento piblico esa odiosa discriminacién inquisitorial que se hallaba en abierta pugna con el espiritu mismo de nues- tra constitucién. El Partido Comunista podri, en conse cueneia, y una vez sancionada efectivamente la Reforma Constitucional, presentarse libremente como tal y laborar politicamente al igual que los demas partidos!'*. Nada hace suponer que ésta no fuera la misma posicion politica del Presidente de la Republica sobre esta materia''®; pposicién que el medinismo diferencia radicalmente de la del loque opositor, alegando que el anticomunismo defendido y practicado por éste se inseribia dentro de las posiciones as del fascismo!!7. Y aro Finalmente, no pasa de ser un recurso burdoy efectis- ta la pretensién de hacer aparecer al pedevismo en un pacto 284, EL MEDINISMO politico permanente con los comunistas. Sobre todo, por la propia naturaleza de ambos proyectos, y por el convenci- miento que pedevistas y comunistas tenfan acerca del cardic- ter coyuntural de la alianza o entendimiento politico que entre ellos se habia establecido!*. En esto no habia ni podia haber ningiin tipo de equivoco. Asi lo dejan definitivamente gclarado Juan Bautista Fuenmayor, secretario general del PCV, en el mitin inaugural de este partido en el Nuevo Cir- 0 de Caracas, el 16 de octubre de 1945!"°, y el PDV en su Tespuesta ante el sefialamiento en referencia: El tnico entendimiento que subsiste y que subsistiré mien- tras no cambie el comin respaldo que otorgan unos y otros al ‘actual gobierno, es el que se deriva de la coincidencia de opi- nidn a ese respecto (...). Mientras esta coincidencja se pro- duzca en tomo a la Reforma Constitucional, a la Reforma Agraria, ala Reforma Tributaria, al Seguro Social Obliga- torio, al Decreto Ejecutivo Sobre Predios Risticos, y otras realizaciones similares, no habri peligro alguno para la democracia (...) 29 LA aFRACCION PENTAGONISTA» DEL EJERCITO ORGANIZAY EJECUTA EL GOLPE DE ESTADO. Se crea la «Unién Militar Patristican La decision de crear este instrumento politico-militar Ja toma esta fraccién del Bjército desde la perspectiva de los intereses socioeconémicos y politicos tradicionales (nacio- nales y extranjeros) que se sienten seriamente amenazados Por el proyecto modernizador del «Estado medinistan. Es evidente, por otra parte, que su creacién se produce cuando ya.existe en esta corriente militar, y en el grupo opositor del CCRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 255, que forma parte, la determinacién de desplazar por la fuerza al medinismo de la direccién del Estado, con el deliberado propésito de preservar dichos intereses y de devolverle al jército la posicion que en el pasado éste habia ocupado como soporte y drbitro principal del poder, y que en el presente se habia debilitado —significativamente— por efecto de las refor- ‘mas politico-institucionales introducidas por el medinismo en fa estructura y en la dindmica general del poder y del Estado, Esas, que constituyen las motivaciones principales de la conspiracién y del golpe de Estado que esta fraccién militar lleva a cabo contra la administracion medinista, son expresa- das en el Acta Constitutiva de la UMP de manera indirecta y subrepticia. Es, sin duda, con esos propésitos que en ella se alude: =a «...la necesidad en que se encuentra el pais de te- novar sus instituciones y métodos de Gobiemon. Plantea- miento que se relaciona a las ideas de «democracia», «voto universal y directo», y a la idea de «progreson; =a las nociones de «patria», «patriotismo» y «naciémy; a los problemas del peculado; ~«..¥ ala creacion de un ejéreito verdaderamente profesional...»!2! De estos planteamientos se derivan, por lo menos, tres consideraciones importantes: En primer lugar, la confirmacién de que lo que determi- na la accién golpista de esta fraccién castrense no es, como tradicionalmente se ha sostenido, la reivindicacién de los in- tereses especificos ¢ inmediatos del estamento militar, sino fundamentalmente: la definicién de una posicidn politica elaborada y asumida desde la perspectiva de los intereses que se antagonizan con el proyecto medinista. En segundo lugar, el cardcter descontextualizado ¢ in- fundado de esos planteamientos. Obviamente, éstos se for- ‘mulan desde una intencionalidad critica frente al medinismo, id EL MEDINISMQ_ {que no encuentran, sin embargo, un asidero firme en la realie dad; €s decir, no encuentran una real justificacién cuando se {as refiere al contenido conereto de la politica general que el medinismo venia intentando desarrollar. Tal como hemos po- dido verificar en el curso de esta investigacién, ni uno solo de los problemas contenidos en esos planteamientos escapa al interés del proyecto politico medinista. De ello dan cuenta: Jas reformas constitucionales puestas en vigencia, la legali- zaciéin de partidos politicos y la plena libertad de que dispo- nen para la realizacién de sus actividades, el compromiso concertado de establecer la plena vigencia del «voto univer sal y directo» a partir de 1951, el kenacimiemto que experi ‘mentaba el movimiento obrero-sindical a pesar del intento corpdrativizante del Estado y la disolucién de la Convencién Obrera de 1944, el inusitado vigor alcanzado por el perio- dismo politico, la determinacién de liquidar el rentismo el parasitismo petrolero, la determinacién de eliminar el lati Jundio y de impulsar la industriatizacion del pais, la politica econdmica progresista y de afirmacién de la soberania na- cional: en materia petrolera y en el ambito de la inversién y el comercio internacional (oposicién a aplicar las resolw- ciones de Bretion Woods y de los contenidos de la Carta Econémica para las Américas, emanada de la Conferencia de Cancilleres de Chapultepec), la puleritud con que son ‘manejados los bienes de la Hacienda Publica, la moderni- zacién que se venia operando en las FAN, etc: Y, en tercer lugar, el sentido formalista y oportunista de tales planteamientos; no sélo por lo sefialado anteriormente, sino bisicamente por la rapidez con que se pone de mani fiesto en la préctica la escasa o mula identificacién que existe entre esta corriente militar y su propia «declaracién de prin- cipios». Los indicadores mas evidentes de que esto es asi ‘son, en una secuencia perfecta, el golpe de Estado del 24 de noviembre de 1948, mediante el cual se intenta bloquear el (CRISIS POLITICA DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 257 arrollo de las tendencias democratizadoras que se venian Sedat desde 1936; y la implantacién de un nuevo ré- gimen dictatorial, extremadamente antinacional y corrupto'*, Articulacién de los militares golpistas con Rémulo Betancourt-AD La decision de articularse politicamente a Rémulo Betancourt-AD la toman los militares golpistas pe adios, ante todo, de que el pais —dadas las tensiones politicas pl ai teadas— no admitiria pasivamente que el detrocamiento ‘Medina Angarita se trocara en la implantacién de una pein dictadura militar’. La clara nocién que de esto se tiene deter- mina, en una gran medida, que el golpe de Estado se fini te fundar en la «democracio» y se realice a nombre 1 ella'?*, Por eso se acude al concurso de Accién a a, y no precisamente por «eliminacién» (por ecards Jos otros partidos existentes, o por estar «redo» eon los principiosinsitucionales de los militares golpistas «el so- Jo pensamiento de formar un gobierno militar..», ¢0 sostiene el tenientecorone! Mario R. Vargas sino porque los intereses politicos inmediatos de ese partido concue perfectamente con los de esa corriente militar: El contacto realizado por nosotros con los hombres de la Unién Patridtica Militar, desde hacia muchos meses, nos habia convencido de que existia afinidad de pensamiento entré nosotros (...)!?° Es, enfones, sobre la base de esta identifies de nte= ress que comienzaa ees la tram conspiratve que neu, ia venezol 0, un grupo de oficiales de la Arma Bins Sasa oe one par ene to culminante en la famosa reunién en la que Pérez Jiménez, 258 BL MEDINISMO a nombre de la «Unién Militar Patriétican, le informa a Betan- court sobre los preparativos golpistas que se venian adelantando en el Ejército, y le ofrece presidir el gobierno qu esa acci6n armada. Aer cee we Articulacién del Pentigono de Estados Unidos con los militares golpistas __ Lavinculacién del Departamento de Guerra de Estados Unidos con los militares que en Venezuela organizan y reali- zan el golpe de Estado del 18/10/45, es una realidad objetiva. Ello es parte de la nueva estrategia politico-militar que Esta- dos Unidos comienza a ejecutar al inicio de la presidencia de ED. Roosevelt (1933) con el propésito de colonizar las es- ‘ructuras militares de América Latina, las cuales —hasta esos momentos y en lo fundamental— habjan permanecido bajo influencia europea, Una muestra temprana de ese propésito (abril de 1938), es el documento secreto —elaborado por el Penta- gono en concertacién con el Departamento de Estado— en el que Estados Unidos manifiesta su interés de rs aia al maximo el potencial militar de América Latina y la instalacién de [bases] navales y aéreas para ase, sgurar la estabilidac politica de esta regién del mundo, crear un cli- ‘ma favorable a los objetivos de los Estados Unidos y con- trolar toda libertad de acceso a las fuentes de materias primas estratégicas'™ Después, poco antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial y, sobre todo, con la incorporacién @ ella de Esta- dos Unidos (1941), se produce una verdadera ocupacién de los ejércitos de la regién por el de esa potencia continental: CRISIS POLITICAY DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 259 En Ia Conferencia de Lima (1938) (8* Interamericana) Cordell Hull, sin que USA estuviera en guerra o'en neutra~ lidad declarada, logré una «declaracién conjunta de solidari~ dad continental y resistencia nacional a la intervencién extranjeran, que facilité nuevos compromisos militares. En ese mismo aio se instala la Unién Militar USA en Colom- bia, luego de que el gobierno de Estados Unidos habia es- tablecido una misién naval en Peri. En la Conferencia de La Habana, 1940, (...) se produce una declaracién de asistencia reciproca, lo que implicaba para América Latina dar fcilidades en su tertitorio para ins- talaciones militares, para recibir misiones militares nortea- ‘mericanas y expulsar a las similares europeas existentes, etc. De ese modo, América Latina seri poblada de misiones militares, vendrin luego los compromisos armamentisias ¥ Jos 400 millones de délares para adquisiciones bélicas de Ia Ley de Préstamos y Arriendos, la creacién de la Junta Intera-~ mericana de Defensa —Estados Unidos ya esté en guerra, 1942— que seré un Estado Mayor Hemisférico con repre- sentacién de cada uno de los ejércitos latinoamericanos bajo direecién norteamericanal™?, En Venezuela se comienza a cumplir esa estrategia, con el establecimiento en 1941 —tal como se ha sefialado— de ‘una misin naval norteamericana, y con la firma por el Estado venezolaho en 1942, de los convenios que oficializan interna- mente la aplicacién de la Ley de Préstamos y Arriendos!” cuya iltima expresin, durante el gobierno de Medina Angari ta, es la ubicacién, a prineipios de 1944, de una misiOn aero- niutica del mismo origen en la base militar de Maracay'*. ‘Como es sabido, este proceso de penetracién militar norteamericana en cada pais —y el caso nuestro no fue 7 EL MEDINISMO Ja excepcién— implicd «...no s6lo la homogeneizacién cre. ciente de las fuerzas militares del continente, de acuerdo a os modelos de armamento de sus homélogos norteamerica. nos [...]»!9° y el «...entrenamiento de las distintas fuerzas militares latinoamericanas...»"6, sino también un fuerte adoctrinamiento de orientacién bisicamente anticomunista y pro norteamericana!37, Una de las consecuencias més importantes e inme- diatas de ese proceso de «pentagonizacién» de los ejércitos latinoamericanos ¢s la constitucién, en su propio seno, de agrupamientos militares que comienzan a proponerse tanto el fortalecimiento de la posiciéntnstitucional de los ejérci- tos dentro del Estado, como la participacién directa de los ‘mismos en los asuntos politicos de cada pais". Es evidente Que las misiones militares norteamericanas y los convenios ‘de Préstamos y Arriendos, desempefian el papel de verdade- ras avanzadas en la promocién y realizacién efectiva de esos ropésitos durante el periodo de los afios cuarenta. En el caso venezolano —y mis coneretamente en lo ue se refiere al derrocamiento del régimen medinista— exis- ten suficientes elementos que denuncian la presencia de esos agentes ex6genos en la determinacién de la posicién politica del sector militar que participa como actor principal de ese he- cho, En tal sentido, no se trata s6lo del contenido de la Ley dde Préstamos y Arriendos, de sus implicaciones y de la forma como ella se implementa en Venezuela, o del informe del di- rector del FBI ya referido, sino también del registro de algu- hos indicios que resultan sumamente ilustrativos a los fines aqui perseguidos; veamos: 1. El hecho de que la mayoria de los oficiales que participan en le direccién y ejecucién del golpe de Estado habian tenido o tenian vinculos organicus con las institucio- nes militares del Pentégono; vinculaciones contraidas por esos oficiales mediante los planes de estudios cumplidos ‘CRISIS POLITICA Y DERROCAMIENTO DEL REGIMEN MEDINISTA 261 —o en proceso de realizacién— en Estados Unidos, en la Zona del Canal de Panama, y en Venezuela, bajo la expresa direocién y supervision de las misiones norteamericanas es tablecidas en la Fuerza Aérea con sede en Maracay, en Fuerza Naval con sede en Puerto Cabello y La Guaira, y en Terrestre. eet date importante relacionado con todo eso es la funcién relevante que cumplen las armas puestas bajo et mando de e0s oficiales —por la aplicaién en Venezuela de la Ley de Péstamos y Arriendos— en el desenlace de ln ac~ cin gopista dl 18/10/45. este respecto, vale le pen nocer la opinién que en esos momentos tienen algunos diplomiticos britdnicos sobre ese hecho: Lord Halifax, Embajador Britinico en los Estados Unidos, Juego de realizar las pertinentes consultas lleg6 a la eee sin [de] que Romulo Betancourt habia contado con el ‘apoyo de «aviadores venezolanos entrenados recientemen- te en los Estados Unidos»! A esa conclusién llega el embajador Half, sin gue ello le impida asegurar —curiosamente— que «el 18 de 0¢- tubre no bia existdo ninguna intervencinnorteamerica- na»l, Por su parte, el embajador en Caracas, Forbes, ofrece la siguiente versién: En'una comunicacién que envi6 e123 de noviembre al Fo- reign Secretary, puntualiz6 que si bien el uso de exe ea pamiento hab tenido poca importancia y no habia sido deisivo en el gope de Estado, el hecho de que varios de> res militares y miembros de a aviaién habia sido ene» nados por lus Estados Unidos habia contribuido en g medida a su éxito! sal ELMEDINISMO Finalmente: Emest Bevin, Secretario de Asuntos Forineos de Gran Bre- tafia, en cambio, sostenia categéricamente: «La revolucién fue ganeda por medio del equipamiento Lend Lease de las Fuerzas Armadas Venezolanas, con el mismo tipo de jove- nes oficiales como los que lucharon y vencieron en la revo- lucién boliviana de 1943»! 2. El regreso que se produce al pais} poco antes del golpe de Estado o en pleno desarrollo del mismo, de muchos ) de esos oficiales que seguian estudios en el exterior. Se cuen- tan entre ellos, los ya mencionados capitén Antonio de Rosa, teniente de Aviacién Gregorio Lépez Garcia, mayor Enrique Rincén Caleafo y otros, El caso de este tiltimo es el que més llama la atencién, Segin su propia versién, regresa de Esta- dos Unidos, de Fort Leavenworth, Kansas, un dia antes del golpe y, supuestamente, con un total desconocimiento de su existencia. Y sin embargo, el propio 18 de octubre se incor- ora a su desarrollo y despliega una gran actividad en opera Ciones ofensivas contra la resistencia del Gobierno, y en la " ‘Usted sigue considerando que la Venezuela de Santos Luzardo y la «de Juan el Veguero es Ta Venezuela qué le hace oposicién al gobierno de turmo, asi el gobierno de turno se haya echado a andar por fos eaminos de Santos Luzardo y comicnce a estudiar las necesidades de Juan el Ve ‘goer, olvidadas secularmente a lo largo de nuestra historia. Y para ser Teal Sus personajes que se rebelaron contra Pernaete, se queda usted ‘enatdecido en la oposicion, sin observar que Pemnalete ha comenzado a ser oposicién en Venezuela (..). Como yo Io considero a usted mas no- velista que politico, me agradariaverlo analizando la ubicacién de sus personajes simbélicos en la Venezuela de hoy y rechazando indignado Ja simpatia que Pernalete y Mufiquita estan demostrando por su parti- do» (cf Gallegos, Materiales para el estudio de su vida y de su obra, 2a. edicin, T. 1, Caracas, Ediciones Centauro 80, 1980, p. 194), Cf, «Rotunda Victoria sobre el “lopecismo” en Toda ta Repiilican, diario El Nacional, Caracas, 20 de enero de 1945, p.dltima. El que estas sectores rompan posteriormente con este réyimen —por razones que no son del easo sefialar aqui—no invalida, en lo més m= fimo, la comunidad de intereses que esas dos corrientes politicas de- fionden frente al medinismo. En ateneidn alo expuesto, puode afrmarse que antes que identidad lo que ‘se produce paulatinamente entre el lopeeismo y el medinismo es una si- tuacié de ruptua, la cual se profundiza a medida que éste perssteen ‘mpalso de un proyecto modernizador que afecta los intetesestradicional- ‘mente dominantes, ya medida que se aproxima y se pone al «rojo vivo» ‘el problema dela sucesién presidencial. Por eso cuando el medinismo es derrocado, ya no es en lo fundamental —si nos atenemos, sobre todo, al contenido de sus orientaciones econémicas bisicas— ni gomecista, ni Jopecista, Porlo tanto, ya no vive o padece el drama de sus origenes. Cf, Marco Aurelio Rodriguez, «Bajo el Signo del Caigrejon, Pensa :iento politico venezolano del siglo x... 1" 46... p. 346, La califica- cién de «traidor» que el lopecismo le hace al medinismo, obedece, sin ‘luda, al hecho de haberse comprometido ése inicialmente a marchar en la direecién del primero, lo que después no se cumple por el viraje {que progresivamente el medinismo le imprime a su politica general Cf. Guillermo Meneses, «Errores, Equivocaciones y Olvido», Pensa ‘mento politico venezolano det slo 1... 45... 483. Son miitiples lo testimonios que dan cuenta de este apoyo; veamos algunos: eecAyer a las res de a tarde se Mev a efeeto en La Quebrada, resi dencia del Gral, Lopez Contreras, a reunién de numerosos comerciantes

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