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KO «s CUADERNOS H'- SERIE ASIA JAPON (1900-1929) Dra. Judith Baqués CONTENIDO Introduccién El imperialismo japonés y su politica agresiva en China La guerra ruso-japonesa Japon (1914-1918) Las veintiune demandas Industria y agrieultura (1914-1932) La conferencia de Washington y la agudizacién de las con- tradicciones en el Océano Pacifico EL acuerdo soviético-nipén, del 20 de enero de 1925 DOCUMENTOS Tratado anglo-japonés del 30 de enero de 1902 Conyvenio entre Japén y el Reino Unido del 12 de agosto de 1905 El Tratado de Paz de Portsmouth Las «veintiuna demandas» presentadas por Japén a China el 18 de enero de 1915 El acuerdo soviético-nipén del 20 de enero de 1925 Apéndice I Apéndice Ii Cronolagia 13 17 21 27 29 45 49 59 63 71 17 $1 82 a5 INTRODUCCION En Ios albores del siglo xx, Japén se convierte en una potencia de caracter mundial, y muestra la yuxtaposicién de la iéenica mas moderna con el nacionalismo racial simbolizado en Ia ideo- logia del Tenno. La eleccién de Jos temas que aparecen en este cuaderno tiene como objetive, mostrar el desarrollo del imperialismo japonés. Aparece, en primer término, el aniilisis de la agresién del Japén contra cl decadente Imperio Celeste, Ia «hipocolonian de Sun Yat-sen, cuya finalidad es extraerle los valores (oro y plata) en forma de pago por los gastos de guerra que le permitan a seme- janza del modelo prusiano, Ja acumaulacion originaria. La indem- nizacién pagada por China (Tratado de Shimonoscki), robustece y amplia el proceso capitalista en Japén, donde las clases domi- nantes verén aumentiados los recursos extraidos de las masas cam- pesinas y obreras con el botin de tas conquistas militares; por otro Jado el surgimiento de una industria bélica, propiciara el fortalecimiento de la casta militar, Jos antiguos samurai, quie- nes ahora dirigirén su agresividad contra los «enemigos» exter- nos que impiden el desarrollo del Japén. Los Jemas chauvinistas del cespacio vital» para un Japon empobrecido serén aprovecha- dos; tanto por los militares de procedencia campesina, que as- piran a dejar intacta la estructura feudal de propiedad en el campo y encontrar habitat para la superpoblacién agraria, que presiona sobre el esqucma del sistema socio-econémico, come por los crendores de los zaibatsu (monopolios), quienes verdn en estas «aliados> la posibilidad de obtener en tierras continentales las fuentes de materias primas, y el mercado para su industria ma- nufacturera de exportacién. Esta alianza entre industriales, financieros y militares, cona- cerd momentos de sélida unién, en especial, cuando se obtiene el botin de las conquistas militares, y momentos de discrepancias cuando la agresividad «militar» contra los imperios coloniales europeos, hace temblar al capital financiero por la pérdida de sus posesiones conquistadas. Uno de los trabajos incluidos cubre la guerra ruso-japonesa, que ilustra perfectamente el juicio leninista sobre la época del imperialismo: ha coneluida el reparto del mundo entre las po- tencias imperialistas y las asocinciones monopolistas, surgiendo ahora luchas por un nuevo reparto entre los viejos imperios y’ jos emergentes. La Rusia zarista era la mas débil de las potencias eon intereses en el drea del Pacifico. El] imperio ruso, verdadera prisién de pueblos, apoyado por el capital financiero francés, cons- tituia una barrera al expansionismo japonés en Manchuria, con- siderada por Japén como su traspatio, extenso territorie rica en tierras arables para admitir los colonos excedentes del «super- poblado» archipiélago, pero sobre todo un venero de carbén y. hierro, para Ja industria manufacturera japonesa. La guerra no se hizo esperar, y Japén, apoyado por Inglaterra, derroté a los ejéreitos del imperio ruse, constituyendo esta vic- toria, independientemente de las limitaciones que le obligaron a aceptar las restantes potencias, un éxito que arrojé los siguientes resultados: 1) derrota de una potencia «blanca», 51 afios después de los cafionazos del almirante Perry on la bahia de Tokio; 2) dominio irrestricto de las vias y los territorios de Man- chukuo. El ltimo de los trabajos se oeupa del papel jugado por Japon en Ja Primera Guerra Mundial. Espectador aprovechado del con- {licto europeo, «cooperé» con los aliados de la Entente, apoderan- dose de Jas colonias alemanas en el Pacifico y en China y obtiene de esta manera sin grandes esfuerzos un botin que era disputado en los campos europeos. . En 1915, cuando las potencias europeas estaban dedicadas de Heno a Ja guerra y no podian atender «militarmente» sus pose- siones en China, Japén se dedica al incremeuto de sus posiciones en el saqueo a China y plantea las «veintiuna demandas», yio- Jenta exigencia que produjo como reaccién el surgimiento de un profundo sentimiento antijaponés, que unido al odio contra los explotadores europeos, condujo de hecho al despertar en las masas chinas y en su vanguardia los sentimientos antimperialistas. Las causas y condiciones en que se impusieron Jas aveintiuna de- mandasy muestran la politica del imperialismo japonés en su pretendida hegemonia sobre el «irea de cooperacién asidticas, que fundamentaran posteriormente los idedlogos del Japéu fascista. El contenido de estos trabajos ha sido elaborado, fundamen- talmente, a partir de Ja informacién recopilada por los historia- dores soviéticos, y los eseasos eseritores asidticos traducidos al inglés o al francés; en los que puede ser detectada fa influencia de ideologias proimperialistas o chauvinistas. Lamentablemente, Ja historia de Japén y de sus expansiones ha Hegado a nosotros a través de escritores norteamericanos o ingleses, que tratan de demosirar con un sentido maniqueo que desde sus inicios Japén se disponia a destruir toda la «civiliza- cidn» creada por Inglaterra y Estados Unidos en China y en las calouias asidticas; verdaderas apologias que describen Ja derrota de Japén, Hiroshima y Nagasaki, como castigos merecidos por el «pérfide» Japén. Esperamos que estos materiales, Jas derivaciones que de los mismos se produzean ——seminarias, investigaciones colaterales, eteétera—, permitan comprender con una dptica acertada, los aspectos sobresalientes del curgimiento y estabilizacion del capi- talismo en un pais tan complejo y leno de contradicciones como es el Japon de nuestro siglo. JunitH Baquts EL IMPERIALISMO JAPONES ¥Y SU POLITICA AGRESIVA EN CIIINA La extensidn de las «zonas de influenciay de Tos imperialismos ‘europeos encontré en las tierras continentales de China, e] punto de conflicto con los dos nuevos colosos que aspiraban al reparto del mundo: Estados Unidos y Japén. Para precisar el contexlo histérico en que se produce el con- flicto entre e] imperialismo autocratico-militar de la Rusia zarista y el imperialismo mifitar-plutéerata del teocratico Japén es con- veniente examinar los intereses que confluien en esta zona a principios del siglo xx. En primer lugar, Inglaterra a partic de 1839-1842 —Primera Guerra del Opio— habia establecido Ja supremacia en Ja explo- tacién comercial y en el dominio politico de las euestiones de China, spoyada en su hegemonia maritima. En el norte, el im- perio zarista buscaba el aseguramienta de un puerto de «aguas calientes» que sirviera como término al ferrocarril trausiberiano, que se habia empezado a construir en 1891 con la ayuda del ca- pital fivanciero francés, y que constituia la base de In explotacidn capitalista de los recursos siberianos y manchurianos. Con ello ol imperio zarista trataba de convertirse en una potencia del nor- deste asidtieo. En el sur del continente, la propia Francia con la adgquisicién de Indochina, y con el auxilio del imperialismo zarista en el norte, apretaba entre dos pinzas las posesiones inglesas en el rico valle del Yang Tse. Inglaterra y Francia eran rivales por el dominio del sur de China. Los métodos de explotacién del immenso venera de riquezas que era el territorio asidtico, estaban en funcién del desarrollo de Tos relaciones de produccién del imperialismo que ejercia la dominacién, Esto se demuestra al examinar 1a actuacién de las potencias imperialistas presentes en China: Inglaterra, el pais de mayor desarrollo, que habia adoptado el librecambio primero que todas Jas nacinnes capitalistas, favorecia la politica de libertad de eomercio dado que ella detentaba ya mayor parte del comercio exterior chino. De otro lado, el imperio zarista, feudal y pene- trado por el capital financiero francés, sin desarrollo industrial, favorece la amputacién de las dreas que quiere explotar directa- mente y adopta Ja politica proteccionisia en estos territories. En 1894, con la irrupeién de Japén —que répidamente emer- gid de su pasado feudal adoptando las téenicas més modernas del capitalismo de su época— Ia correlacién de fuerzas en los pro- blemas de China cambié de forma stibita. El Tratado de Shimo- noseki (17 de abril de 1895), que puso fin a la guerra con China, permitié a Japén obtener tres ventajas que a la Jarga gravitarian contra la mas débil de las potencias europeas que se disputaban, Jas riquezas de China: Rusia. De su examen se puede deducir, cémo las concesiones obtenidas por Japén limitaban los faturos avances rusos y no obstaculizaban los intereses briténicos ni los intereses directos de Francia: a) la cesién o Japén de la provincia de Liaotung y, lo que es mds importante, de Port Arthur, que se convertia en. una base de operaciones contra Ia espina dorsal del tran- siberiano y de la futura expansién rusa sobre Manchuria; b) el reconocimiento de nacién mds favorecida, lo que equi- yalia de hecho a encontzar un nuevo competidor para el escaso margen de gamancies que dejaba el dominio inglés sobre el comercio exterior de China; c) Ja independencia de Corea y por consiguiente su conver- sién en un territorio bajo el mandato de Japén, eliminaba la posibilidad de que una potencia europea se apoderase de una posicin estralégiea cerea del archipiélago japonés, y obtuviera la explotacién de los recursos minerales y de Ja tierra fértil de Corea. Jopén también insistié en que se Te concedieran todos los pri- vilegios de que gozaban las potencias curopeas, inclusive la extra- territorialidad. Rusia, en unién de Alemania y con el apoyo de su aliada, Francia, impnsieron a Japon la devolucién de la peninsula de Liaotung, a China, a cambio de una indemnizacién adicional. Japon comprendié que su estrategia futura estaria destinada a eli- minar esta coalicién que se oponia a sus designios. Como veremos, esto Io logré en 1905 al derrotar a Rusia y en 1914 al apoderarse de Ias colonias alemanas. La continvacién de esta alianza —ruso-alemana-francesa—, independientemente de la discrepancia que en los problemas enro- peos tenian entre si, estaba destinada a enfrentar el predominio britdnico en et continente asidtico. Basada en Ia fuerza de esta alianza, Rusia obtuvo la construccién del ferrecarril oriental de China, que facilitaba su penetracién en Manchuria; Francia las concestones ferrocarrileras en Hunan y Kiaochow a disposicién de Alemania. Rusia persistié en sus propésitos de obtener una salida al mar y consignié de China, coacciondndola, el arriendo por 25 afios de Ja base naval de Port Arthur y el puerto comercial de Dairén, el cual habia evitado anteriormente que fuera anexio- nade por Japén. La concesién de ferrocarriles y de areas de influencia era el método que existia para extraer Jas riquezas de regiones atrasadas a inexplotadas. Debe reeordarse que el ferrocarril constituia la infraestructura fundamental que permitia: a) transporte a bajo costo de materias primas a granel para la exportacién y de productos manufacturades procedentes de la importacién; _ b) provocaba Ja aparicién de economias de mercado en areas tradicionalmente feudales; ce) propiciaba directa e indirectamente el surgimiento de un mercado cousumidor de productos industrializados. Por otro lado, Ta concesién de franguicias en los puertos del literal o sobre Tas vins fluviales permitia la exportacién e impor- tacién sin pagos de impuestas, lo que impedia de hecho la apli- cacién de una politica proteccionista que amparase al pais y evi- tase el drenaje de sus riquezas. La lucha desarrollada por cl reparto de China en zona de influencia provocs, en primer lugar, la oposicién de Estados Unix dos, que embarcarlos en la aventura de arrebatar a Espaiia sus co« lonias y sin tener todavia los recursos de capital y, lo que es mas importante, el pedcrio militar suficiente para lograr una de- cisién, enarbolaron Ia politica de «puertas ahiertas» (el «yo tam- hién quiero»), es decir, que el comercio dentro de cada «zona de influenciay o cicrritorio en arriendo», fuera abierto para todos en igualdad de condiciones. En segundo lugar, el crecimiento del sentimiento nacionalista chino frente al desmembramiento del pais. En efecto, en 1898. surgié en la provincia de Shantung un movimiento de campesinos y artesanos, conocido por los chinos con el nombre de Yi-Ho-Tuan y por los imperialistas por el de Boxers, ya que los mismos practi- eaban una suerte de pugilato parecido al boxeo. Este movimiento estaba formado por una sociedad secreta del tipo de las tradicio- nales asociaciones de culto supersticioso, cuya Iucha perseguia el derrocamiento de la monarquia manchi y el cese de Ia interven- cién extranjera. La rebelién se extendié per todo el norte de China, Hegando a ocupar la capital (Pekin) inclusive. El. poder mancht se plegé inmediatamente, y reconocié Ia autoridad del movimiento de los Yi-Ho-Tuan. En junio de 1900 el gobierno mancht. declaré Ja guerra a las potencias imperialistas. Segui- damente en agosto, fuerzas militares de Gran Bretafia, Francia, Estados Unidos, Japén y Alemania desembarcaron en Tien-Tsin y avanzaron hacia Pekin procediendo al cerco, asalto y toma de la ciudad, y @ la maeacre y asesinato en masa de los participantes en la lucha antimperialista. La egresién y ocupacién militar terminé con el «Protocole Yo 1901», que estipulaba Ja obligacién del gobierno chino de pagar a las potencias imperiolistas una indemnizacién de 450 inillones de faeles (onzas de plata chinas) en el plazo de 40 afioa, ton intereses; garantizando el pago de Ja denda con los impuestos kduanales, internos y sobre todo con cl famoso impuesto sobre la sal. Ademés, el gobierno chino se comprometia a no permitir ningtin tipo de actividad antimperialisia en territorio chino. pA GUERRA RUSO JAPONESA Japén intenté Uegar a un acuerdo con Rusia sobre Ja base del reconocimiento por parte de ésta de los intereses japoneses en Corea, a cambio del respeto por parte de Japén, de los intereses rusos en China. La Rusia zarista que habia conquistado Man- huria y se consideraba una potencia militar de primer orden, upoyada por Francia, no acepté las proposiciones japonesas. El fracaso de la politica de conciliacién con Rusia fue compensado al concertarse Ja alianza con Inglaterra en 1902. Inglaterra acep- taba este acuerdo en husca de proteccién a sus intereses imperia- lista en el continente asidtico. El predmbulo del tratado suscrito entre ambas potencias, se referia hipécritamente a la «paz en el Extremo Oriente» y al «manteuimiento de la independencia y le integridad territorial» tanto de China como de Corea. Pero su primer articulo especificaba «los intereses materiales» y el «de- recho» de intervencién armada de Inglaterra en China, y de Japon en Corea, Japén con el respaldo de Inglaterra aguardé el momento opor- tuno para iniciar las hostilidades. En efecto, el 8 de febrero de 1904, sin previa declaracién de guerra, los japoneses atacaron Ia escuadra rusa en Port Arthur. Los rusos tomados por sorpresa perdieron e] dominio del mar, y sufrieron’ una serie de reveses; Port Arthur cayé el 2 de enero de 1905, después de 7 meses dd sitio, Mukden fue capturado en marzo de 1905; y la escurdrg rusa del Baltico Inego de navegar la mitad del mundo hacia el Mar de la China, fue aniquilada el 27 de mayo en la batalla dé Tsushima. La guerra demostré que el zarismo era un giganta con pies de barro, una verdadera prisién de pueblos. Al desastre de su maquinaria de guerra en el Pacifico, el zarismo afiadia Ia conmocién interna de febrero de 1905. Urgide de aplastar la revolucién, el zarismo acepté la mediacién del pre- sidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt’ para concluir la guerra ruso-japonesa. Fl tatado de Portsmouth (New Hanmps- hire) se firmé el 5 de septiembre de 1905, obteniendo Japén como botin de guerra el sur de la isla de Sajalin, la peninsula de Liao- tung con Port Arthur y una total libertad de accién en Corea. Ademés, Rusia evacuaba el sur de Manchuria y cedia el tramo de ferrocarril que egaba a Port Arthur. Japén limitaba sus reclamaciones de indemnizacién de guerra, y con ello facilitaba el Acuerdo de 1907 para la divisién de Manchuria entre Rusia y Japén en esferas de influencia. Esta guerra fue explotada por los chauvinistas japoneses para demostrar que una potencia asidtica podia también derrotar con sus mismas armas y téenicas a una potencia europea, tema pre: ferida en sus futuras campaiias de proselitismo bajo el lema de’ Asia para los asidticos» que en realidad se traducia en «Asia para los japoneses.» Junitn Bagues 1 Theodore, Roosevelt. (1858-1918). En vispera de Ia guerra contra Es- pais, fue nombrado subsecretario de Marina; orgenizé un cuerpo de volun: larios (Jos roughriders), y al estalar In guerra, vino con ellos a Cuba. ‘Mas tarde fue elegido gohernador y seguidamente vicepresidente, y al moxir asesinado MacKinley en 1901 asumid Ja presidencia, la que ocupé hasta el. afio de 1909. Precisamente par haber conseguido la firma del tratedo de Ports- mouth, fevarable al victorieso Japén, Theodore Roosevelt recibié rl Premio Nobel de Ia Paz. ‘pIBLIOGRAFIA Somxov, H. A. y otros, Historia contempordnea de lox paises del Oriente. (En xuso). Universidad Estatal de Lomonosov, Mosed, 1954. Academia de Ciencias de la URSS, Historia universal. (En uso.) Tomo VIL, Literatura econémica-social, Mosed, 1959, JAPON (1914-1918) (Fragmento) En 1912 murié en Ja cumbre de la gloria de sus realizaciones el :mperador Meiji, que habia sido testigo del paso de Japon del fislamiento fendal a una posicién de autoridad y fuerza sin pre- bedentes. Japén gozaba por aquel entonces de gran prestigio in- ternacional y las patencias occidentales no manifestaban una no- joria desconfianza por su politica. En realidad, estaban tan fir- Pemene convencidas de que su propia posicidn era inexpugna- le, que saludaron, mas que temieron, la entrada de Japon en la feta de la diplomacia internacional como a un igual y como a gran potencia, Con condescendiente amabilidad y aprecia, Gren Bretafia estimulé a su aliado del este a que fortaleciera su posieisn para equilibrar la potencia de Rusia, por lo que aprobé anexién de Corea y el paso a manos de Japén de las prerro- Rativas que tenian los rusos en Manchuria, Aunque el entendi- miento anglo-ruso de 1907 debilité el propésito original de la tlianza, el empeoramiento de Ja situacién internacional que siguid MI surgimiento de Alemania como potencia naval aumenté, lugar de disminuir, el valor que para Gran Bretaiia tenia su lianza con Japén. Alemania se habia construido una posicién le considerable firmeza en Kiaocheu y tenia también grupos de islas en el Pacifico y un gran territorio en Papua. En caso de bna gran guerra europea, la situaciéa en el Pacifico podia tor- arse amenazante para Gran Bretafia. Por eso la alianza anglo- faponesa pasé a tener una significacién especial para Ja defensa ‘entual de los intereses britdanicos en el Lejano Oriente. Cuando estallé la guerra, Japén comprendié rapidamente que le ofrecia una oportunidad, en virtud de los términos de Io enza, de presentarse como el defensor de la paz y de erigirse nel Lider del Lejano Oriente. Japon declaré la guerra a Ale ‘ania con el renuente consentimiento britdnico: las autoridades mndinenses estahan intranquilas en Jo relativo a los aleances de la accién japonesa. En esta etapa, Gran Bretafia sdlo desea que Japén eliminase el poderio naval y militar alemén en Chigan pero que no extendiera sus operaciones més al sur, so pre! de evar adelante Ja guerra contra Alemania. Para calmar alarma experimentada por otros paises, el Foreign Office publ una declaracién que decia: «Queda sobrentendido que la acci de Japén no se extenderd en el Pacifico mas alla de los mares China, excepto en la medida en que sea necesaria para prote; Ins compaiiias de navegacién japonesas en el Pacifico, ni mas de las aguas asidticas que estén al oeste de China, ni a ni territorio extranjero aparte de los territories que ocupe Alema: en el continente de Asia oriental.» Pero los japoneses no co: deraron que esta declaracién unilateral los obligara a nada y escuadra japonesa aparecié ante el grupo de islas alemanas Pacifico sur, con la excusa de combatir con Ia flota alemana Lejano Oriente comandada por el almirante Maximilian vou Después de Ia campasia de Shantung, cuyos resultados fuer la captura de Tsingtao y la eliminacién de 1a influencia alem en China, Japén, como ya hemos visto, se dedicé a obtener posicién de supremacia en China! Pronto comprendié que 1 Japén sonsideraka Uegado el momento de hacer de teda China una lonia suya. Esta fue la razén que impulsd a Japén a entrar en Is gue contra Alemania. La sociedad secreta Kokuryuiai,* asociaeién militarista ponesa, lo explies en un memorénudum publicado en 1915. En él se decia: «Cuando haya terminado la guerra europea ¥ la paz haya sido restablech no nos preacupa tanto si es la doble monarquia (Alemania, Austria) o triple inteligencia (Inglaterra, Rusia, Francia) la que sale victoriosa; preocupa la cuestién de si ef gobierno imperial de Japdn, antieipdndose la futura expansién europea en los continentes europeo y asiitico, debe o vacilar en usar la fuerza para contener esta accidm antes de que se produz Ahora es el momento oportune para que Japén resuelva répidamente la cus tidn china. Una oportunidad semejante no se presentard en cientos de afios. * Kokuryukai, Los autores occidentales la Unman «Sociedad del Dr: Negro». En’ efecto, la designan dos ideogramas que, tomados por se] significarian adragén y «negro», pero que en geagrafia, designan si paciones europens, aunque empeiiadas en una lucha mortal en v1 aeste, estaban unidas en su oposicién a los avances japoneses y que inclusive su «aliada» no estaba favorablemente dispuesta hacia aquél, si bien Gran Bretafia no se hallaba en condiciones de oponerse abiertamente a Ja politica jeponesa. Entonees Japén se embared en una frenética actividad diplomitica en todas las capitales europeas para asegurarse, por separada, la aprobacién de las potencins occidentales a su accién en China o para recibir una especie de «sancién pragmética» de sus ambiciones. Después de Uegar a un acuerdo con las pofencias europeas, Japon dixigid su atencion a Estados Unidos. Fue enviada una misién especial eneabezada por el vizconde Ishii y se Hegé a un acuerdo* por el cual, aunque se reafirmaba la adhesién de ambos paises a la politiea de «puertas abiertas» y su oposicién a Ia obtencién de derechos especiales o privilegios que afectaran la independencia o la integridad territorial de China, se reconocia «que ta proxi- mmidad territorial crea relaciones especiales entre jos paises y, por consiguiente, el gobierno de Estados Unidos admite que el Japén tiene intereses especiales en China, particularmente en las partes eontiguas a sus posesiones». Las contradicciones implicitas en este acuerdo Uevaban las simientes de la amarga hostilidad que surgié entre América y Japén en los afios que siguieron a la 2 El acuerdo Lansing-Ishii, del 2 de noviembre de 1917, estaba dirigido no sélo contra China sino también contra Rusia, entonces sumida en la re- volucién. Las zonas de China en Ias que Estados Unidos reeonocia Ios ainte- reses especiales» de Jupén, eran las més préximas a fa frontera rusa. (Nota del traductor.} ' mente el Rio Amur (en chino, Heilongkiang, que significa, literalmente, Rio del Dragén Negro). Como ocurre con todos los nombres geogrificos de China y Japén, el sentida propio de Jos ideogramas empleados es completa- menie secundariv. La cleccion del nombre del Amur para esta sociedad se- crela refleja sus preocupaciones expausionistas on direceién al centinente- (Nota del traductor.) poe McNuir, H. F., Modern Chinese History, Selected Reading, Shanghai, a las pretensiones de Japén., Si bien Gran Bretafia y Francia, es- taban dispuestas a sacrificar la libra de carne y dar su apoyo, aunque a regaiiadientes, a los reclamos de Japén, el presidente estadounidense expresé claramente que Ios consideraba éticamente incorrectos y politicamente inicuos. Nominalmente, Japén gané la controversia con el Spoyo de sus aliados, pero come ‘China, es- timulada por Estados Unidos, se negé:a firmar el tratado, era obvio que la cuestién no estaba resuelta y que Estados Unidos volveria a plantearla.en Ja primera oportunidad. K. M. Pantxxar BIBLIOGRAFIA Panmkkar, K. M., Asia and Western Dominance A Survey of the Vasco d Gama of Asian History (1498-1945). George Allen & Unwin Ltd, London, 1959, LAS «VEINTIUNA DEMANDAS» El estallide de la Primera Guerra Mundial, como resultado de la agudizacién de las contrailicciones entre las potencias imperia- listas fue aprovechado por el Japén, quien exigié del gobierno chino el traspaso a sus manos de todos los privilegios y conce- siones que poseia Alemania en la provincia china de Shantung. ‘Ademés la burguesia imperialista nipona, sacando partido de Ia ausencia momentanea de China de Jas potencias imperialistas eu- rapeas, que se encontraban enfrascadas en la guerra y tenian que concentrar todos cus esfuerzos en los campos de batalla de Europa, intenté desplazarias en la explotacién de la misma. A tal efecto, precenté el 18 de enero de 1915 al jefe de gobierno chino, ge- neral Yuan Shi-Kai, una nota diplomatica en Ja que se formulaban «veintiuna demandas» que revestian una gravedad excepcional. Las «veintiuna demandas» expuestas por los jeponeses se sub- dividian en cinco grupos: El primer grupo establecia que la provincia de Shantung pa- saria de manos de los alemanes a manos de los japoneses, conside- randosela como zona de influencia de estos. Los japoneses obten- drian también, el derecho de construir nuevos ramales de ferro- carriles, explotar minas, etc, EL segundo grupo disponia que Manchuria meridional y el interior de Mongolia pasarian a la esfera de influencia japonesa. En Manchuria meridional, donde Jos japoneses poseian, desde 1905, ek ferrocarril principal y la mayor parte de Jos ramales, y donde cenpaba, a titulo de arriendo, el territorio de Port Arthur y Dairén, Ia dufacién de esas concesiones se fijaria en noventa afios, en lugar de veinticineo; ademas, los sabditos japoneses podrian adquirir tierras, comerciar y dedicarse a actividades in- dusiriales, construir caminos, explotar minas, etc. El tercer grupo se referia a la compaiiia metaltirgica china de Han Yeh Ping, donde participaban ya capitales nipones. Japén reclamaba la entrega de esta compaiia, disimulada bajo una di-' receién mixta chino-japonesa. China no podia ceder Ia empresa fA ofros paises. El cuarto grupo disponia que el gobierno chino debia prome- tGr no enajenar o ceder en el futuro cualquier parte de su litoral (golfos, bahias o islas) a oa tercera potencia sin el consentimiento de Japén; esta precaucién, adoptada contra los estados europeos, eoncordaha con la prioridad otorgada a Jos japoneses en la provincia de Fukien, situada frente a Formosa. El quinto grupo establecia que el gobierno chino Hamaria a japoneees en calidad de consejeros para diversas cuestiones, como por ejemplo, la orgaliizanién de una policia unica chino-japonesa, la constitucién de oficinas militares con una direccién comin, la apertura de escuelas japonesas, ete. El gobierno de Yuan acepté finalmente estas demandas el 9 de mayo de 1915 después del ultimdtum nipén, apoyado por mo- vimientos de tropas en Manchuria y por el envio de una escuadra ante las costas de China central; no obstante, por ja presién de las masas populares que se Janzaron a las calles indignadas contra el titere Yuan, Japén tuvo que renunciar; por lo menos provisio- nalmente, a las demandas contenidas en el quinte grupo, que eran las mas peligrosas para la independencia de China. El imperialisrmo norteamericano, que actuaba como reserva de os paises en conflicto, movilizé a sus agente¥ dentro del gobieriio chino al objeto de impedir que Japén desplazara a las demas potencias imperialistas en Ia explotacién de China, inclusive # ellos mismos. JunitH Baguis INDUSTRIA Y AGRICULTURA (1912-1932) (Fragmento) Et desequilibrado desarrollo que tuvo lugar entre 1914 y 1919 dejé a Ja industria japonesa un legado de problemas de ajuste, que los conflictos financieros de los afios inmediatos siguientes a 1920 no contribuyeron a resolver. Los mismos industriales japoneses se inclinaban en aiios posteriores a considerar toda esta década como un periode de estancamiento. A pesar de tede, el progreso fue considerable, aunque con altas y bajas en los dis- tintos campos de actividad. Ademis, el desarrollo que tuvo lugar en la industria y en la organizacién permitid concebir grandes esperanzas para el futuro. En la década de la posguerra algunas ramas de Ia industria tuvieron un gran desarrollo, y otras se pre- pararon para el que vendria después. Desde este momento en adelante, la informacién estadistica es més abundante que en el periodo anterior al emperador Taisho. y los censos de 1920 y 1930 nos facilitan por primera vez los datos adecuados sobre la distri- bucién de Ia poblacién por profesiones, asi come también los jntentos hechos con el fin de medir el progreso econémico general aleanzado durante este periodo de tiempo. Es conveniente, pues, comenzar este capitulo con una referencia a los hechos més im- portantes que nos presentan estas investigaciones. Entre 1914 y 1930, la poblacién totel de Japén, propiamente dicha, crecié de 51 millones a 64, es decir, mas de] 25 por ciento. Los ingresos nacionales, si descontamos les cambios que experi- menté el valor del dinero, aumentaron cuatro veces su valor durante este mismo periodo; y teniendo en cuenta todes Jos factores influyentes, sobrepasé en cantidad considerable el doble. No es facil medir Ia forma en que fueron afectadas por este cre- cimiento Ias distintas clases sociales de la comunidad. Japon se aplicé durante todo este periodo a la creacién de un potente equipo 1 Ascendian » 12,72 millones de yens en 1930, industrial, y, por lo tanto, la parte de los ingresos nacionales ind vertida anualmente en este esfuerzo era grande; pero, ademas, los; gastos del gobierno en el ejéreito, aunque no aumentaron pro- porcionalmente a Jos ingresos, fueron también importantes durante este mismo periodo. Con todo, no hay duda de que los ingresos de los trabajadores aumentaron sustancialmente. A este efecto, e} profesor Uyeda ha caleulado que los salarios reales de Jos traba- jadores industriales eran por todo el pais, en Hneas gonerales, en 1929, el 50 o el 66 por ciento mds elevados que on 1914. Es verdad que los jornales agricalas crecieron mucho menos que los salarios industriales; pero aun asi, los campesinos, especialmente los establecidos en la vecindad de los centros industriales, estaban en mejores condiciones que en 1914, excepto, naturalmente, du- rante los afios malos. gEn qué parte de la economia tuve lugar esta expansién? Los estimados de Koide sobre la produccién de materias primas mues- tran. un aumento de casi el 46 por ciento entre 1914 y 1930, es decir, un 19 por ciento per capita, cuya mayor parte tuvo lugar antes de 1924. El aumento se aprecié principalmente en los pro- ductos de la industria pesquera, capullos y, en general, eu todas Jas materias primas de origen agricola, mientras que Ja produc- cidn de cereales fue relativamente pequeha. No se puede dispo- ner de todos los indices de produccién industrial correspondientes. a este periodo; pero los de Mitsubishi, aunque limitados en su aleance, muestran un aumento de 110 en 1924, a 159 en 1929 (1921-1925 = 100), periodo este durante el cual el crecimiento de la produccién de materias primas fue relativamente lento. Las cantidades disponibles de determinados articulos manufactu- rados que sefialan las estaiisticas, indican —partiendo a menudo de pequefias ‘cifras— una expansi6n muy raépida durante todo este periodo de 1914 a 1929. A continuacidn ofrecemos algunos de ellos: ee Hito de TeJido de lena algod6n Seda cruda _-y_estambre {millones Ibs) (mil kwan") (millones yds.) 1913 607,2 3741 81.2 1920 7268 5934 70.5 1925 974.7 8284 161,32 1928 1117.0 11-292 222.2 ———— es, Fertilizantes Oufmicos Superfos- Sulfato Acero fato de de Capac. Carbén Acabado Cemento Calcio Amonio Energia (millén (mil (mil (miles (miles Eléctrica ton.) ton.) ton.) ton.) ton.) =~ [mil kw) 1913 213 255 645, _- ad 504 1920 29,2 533 1353 $09 80 1214 1925 31,5 1043 2508 674 131 2768 1929 34,3 2034 4349 947 234 4194 Estas cifras demuestran como aquellas industrias mannufacte- reras, que antes de 1914 habian comenzado ya a ocupar un lugar preeminente en el nuevo sistema industrial de Japén, es decir, el algodén y la seda, aumentaron grandemente. También aleanzaron durante este periodo un desarrollo considerable otras industrias im- Pportantes de] Occidente, tales coma las quimicas, lanas y estambres, maquinaria, hierra y acero, ete.; aunque su importancia en relacién con la economia japonesa, en conjunto, permaneciese pequeia. ¥ste nipido avance industrial debe, desde luego. considerarse te- niendo en cuenta el fondo econémico de Japén en general. En 1930, las manufacturas (incluyendo la construceién atm emplea- ban menos de 1/5 de Ia poblacién trabajadora, mientras que las faenas agricolas absorbian casi la mitad. 2 kwan: 8,27 lbs, 3,30 keg. Debemos, pues, considerar de nuevo lo que ocurré al camps. sinsdo durante aquellas afes, antes de estudiar con detalle a caricter de oto desarzollo mis asombroso en la industria many. facturers. El mimero de familias campesinas durante este periods se mantuvo peicticamente inmévil en los cinco millones y medi, y los cambios, en cuanto a la distribueién de las tierras por le texteusién de las propiedades, tampoco varié sustancialmente, sein demuestra el eundro insertado a continuacién, aunque la poca ia que hubo tendié por igual hacia los dos extremos. ‘CANTIDAD DE PROPIEDADES (on miles) Menos de Stn a Mo Stan t eho eho Tot 1 2000 s016 1079 586 seu to 1800 1916 tz st 5600 de los arendatarios,y al eumento en el de aquellos que en pare postin Jas terra que labraban y em parte Tas errendsban. Fl ‘rz continus iendo l prineipal ealtivo, al que se dedicaba bas: fante més de Ja mitad de las tierras de Tabor. La producea anual de aor en Ios ttimas afios de Ia décads de 1920 silo ee tlgo superior a lo prodcido antes de Ia Primera Guerra Mundisl 17 ya eatonees Japin comenzaba a depender cada ver mis de les Importacions procedentes de Corea y Formosa para slimentar s creciente poblacida, al mismo tiempo que reducia progresive roente las importaiones del extranjero, por ser este arraz oc? 9 eho: 10 un: 245 sees: 82,76 mi apreciado por el gusto japonés. Después del arror, los cereales ams importantes eran el trigoy Ia ecbada; pero el valor de la pro- duocién total de ett cereses apenas eguba 4 un sexto del valor del arvos, La produccign de ochada y de algunos otros cereles, ‘como el maiz, descendis en los aioe siguientes « 1920. Por otra parte, tanto In zona friguera como #u produceién después de des- tender hasta el aio 1925 aproximademente, volvié a elevare en los altimos aos de esto misme déeads. El trigo y Is ecbeda s¢ dlisputan el mismo terreno, pero ninguno de Tos dos lo hace con cl arror, ya que aquellos crecen durante el invierno en los arzo- tales, La cebada, coneumida principslmente por la poblacién de ferenaor reeuriot, enusa del elevado presio del exroz del tipo ja ponés, Ie hacia’ competir con el arror de origen extranjero mis ‘que com el nacional, y, por To tanto, el descento en el consumo de ‘aquélla supuso un aumento en el nivel de vida, Durante estos sor, la agriultura aumeoté considerablemente el mimero de sus productos; se cultivaron las verduras, de las que se introdujeroa Aistntas voriedades, el mismo tiempo que se extondis tambiéo cl eultivo de frutas y Ta eria de aves, Pero si comparamos con cl arror todos estes nuevas actividades, vemos que continuaron teniendo poca importancia en el agro japonés, sunque si apa cidn y desarrollo son un sfatoma del sumento de ingresoe de los hhabitantes. EI cambio téenico principal introducido en la agri- cultura faponesa, en To que se refiere « lot principales fue el creciente uso de abouos artficales, sunque también hubo ‘otras mejoras en Tos métodos de eultive. Podria haberse esperado que las mejoras en Ia situasién eco: némiea del eampesinado hubiesen sido més sustancisles durante ste perfodo en que Ia poblacién urbana, con su dicta todavia spocializada, iba en eonstante aumento. Durante la Gran Guerra, cn efeeto, el arroz subié su precio a nivales muy altos, pero con 4] fin de la euforia sulié un tremendo desoenso —de 55 yens el koku, en encro de 1920 a 25,5 yens Ie misma medida, en marzo de 1921—, El gobierno promulgé entonces la Ley del arror, que autorizaba al ministro de Agricultura para: «ajustar la oferty la demanda» mediante el almacenaje del arroz, cuando los precios eran muy bajos, y su venta, cuando ocurria lo contrario, para Jo que se les concedié un fondo de 200 millones de yens. La tepe. ticién de varias cosechas malas y la ausencia total de, al menos, una muy buena, hizo que los precios del arroz se mantuviesen bastante altos hasta 1927; pero en aquel aio y en los siguientes hubo cuatro enormes cosechas sucesivas, especialmente la de 1930 que fue excepcional. A pesar de las compras del gobierno, segiin la Ley del plan de valorizacién, los precios, que ya venian bajando desde 1927, se hundieron prdcticamente. En agosto de 1930, eal koku valia 31 yens; pero en los cuatro meses siguientes descen- dié a 18, y, por lo tanto, los campesinos se vieron obligados a soportar duros golpes en sus intereses, precisamente en el mo- mento en que Ja crisis mundial estaba también a punto de destruir su otra fuente principal de ingreso: la seda bruta. Durante la primera década de la posguerra aparecié un nuevo factor en Ja produccién de arroz. Era éste la extensién a Corea y Formosa del cultivo del arroz japonés y la importacién de gran- des cantidades a la propia metrépoli. Cuando Corea fue anexio- nada en 1910, sus exportaciones de arroz recibian poca atencion, pero con el apoyo del gobierno japonés, que tenia una gran preo- cupacién con los futuros abastecimientos del pais, se llevaron a cabo mejoras en los métodos de cultivo, especialmente por media- cién de anticipos para regadios y por el empleo intensivo de ferti- lizantes. El costo de produccién descendié, aumentsé la extensién de tierras cultivadas, y con ello la produccién, que entre 1910 y 1929 habia aumentado en un 30 por ciento. En consecuencia, las exportaciones al Japén aumentaron durante la Gran Guerra, au- mento que continué progresando durante la década de 1920. El desarrollo de Formosa fue similar, en lineas generales, al que habia tenido lugar en Corea, aunque no alcanzé las mismas pro- porciones, y, de 1927 a 1929, estas dos colonias exportaron a Ja metropoli una cantidad equivalente al promedio entre el 12 y el 14 por 100 de la produccién nacional. Estas importaciones de las colonias permitieron a Japon hacer frente a la creciente demanda de su poblacién, y pudo mantenerse el consumo nacional por indi- yiduo durante todos estos diez afios. La produccién de arroz dentro del mismo imperio tenia naturalmente para Japén tanto ventajas estratégicas como econémicas. Pero este incremento de la produc- cin colonial supuso al mismo tiempo bien poco para el campesino japonés, que no podia obtener beneficios correspondientes a la cre- ciente demanda interior. Algunos grupos japoneses comenzaron a agitarse* en favor de las restricciones de importaciones de las co- lonias con el fin de proteger a la comunidad campesina de la metrépoli, considerada como «la espina dorsal de una nacién, la fuente de toda fortaleza militar y los guardianes de las virtudes tradicionales contra las influencias extranjeras»;° pero si se hu- biese prestado atencién a tales demandas, se hubiera dado lugar a conflictos en Jas zonas urbanas, ademas de haber puesto en peligro tanto el desarrollo industrial como las ventajas estratégicas. El segundo producto agricola japonés en importancia, es decir, la seda, tuvo también su periodo de asombroso desarrollo, aumen- tando su valor 13 veces entre 1914 y 1929. Este desarrollo re- percutié en el campo, ya que con él aumentaron tanto la demanda de capullos como la de hojas de morera. El niimero de granjas dedicadas a la erfa de gusanos se incrementé de una manera cons tante, y, hasta 1929, dos quintos de todas las familias campesinas hacian de esta actividad un segundo empleo. Al mismo tiempo, Puesto que los establecimientos de devanado tenian que estar cerca de las fuerzas productoras de su materia prima, aumenté también la demanda de mano de obra femenina, en su mayor parte pro- cedente de las familias campesinas. La venta de capullos y los Jornales ganados por las hijas de los campesinos en los centros de devanado contribuyeron a mejorar las disponibilidades en me- tdlico de aquéllos, ya que gran parte de la produccién de arroz * Especialmente la Sociedad Agricola Imperial (Teikoku Nokwai). 5 E. F, Penrose, The Industrialization of Japan and Manchukuo, p. 145. 08, 0, como en el cas0 de Tos ares, en pago de la rents, Las pequeas mejoras aleanzadas durante este periodo en ay nivel de vids, a posar de todo, se deben principalmente a ly ‘nuevas oportunidades que tuvieron al emplearse en actvidada industriales y, partiularmente, en su participacién en el ripidy ineramento que habia tomado el eomercio de Ta sed. CCualguie altraciia de curso que suftiera este comersio te. Aria conseeuencias desastrosas para ellos, Durante la Guerra May os s elevaron rapidamente y en 1920 el precio medie de las 100 kin era de 1191 yens. Aunque huke un descensoripido cuando sobrevino la repentina baja de preci en la poogucrra, la vuelta a la normalided conocida durante d conilicto fue rapide, y en 1923 el kin se situé a 2150 yens. Des ‘pués de 1925, con el aumento del valor del cambio del yen, lo precios volvieron a bajar, y en abril de 1929 el precio de expor taciin estaba en 1420 yens. Ain asi, era mejor que los promo. dios de antes de la guerra, pues entonces los precios habian ve riado entre 800 y 900 yens. Vino después el colapso del meresde ameriano, y hacia octubre de 1930 el precio deseendié « 540 yeas ‘Ag sguiébajondo en los dos afios siguientes, y en juicio de 1932 lamente ascendis « 390. El resultado de todo esto fue Ia redve én que los campesinos sufrieron en sus ingresos en metélen sedaceién que coineidis con la baja de Tos precios del arroz. Ls inguitad de Tas sons agricolas tavo desgraciadas consecuendi) puliticas. Los campesinos atribuyeron al gobierno Ta responsabi lide del fracasosufrido, y su deseontento se trasmitié al ejéciy forméndose con ello la causa prineipal de In eaida del «gobi Iiheraly y la transferencia del poder a los que propugnaban It grein mailiter. Por ora parte, foe ta industria peaquera una de 1s que iit contribuyeron 2 sumentar la produccién de alimentos de Japéo especialmente It de origen animal, que, Ia facilitaba desde hacit ‘mucho tempo. Fl indie de producciém maritima de Koide = fiala un aumento (1921-1925 = 100) de 42 en 1914, @ 127 en 1929. El desarrollo de todas las ramas de esta industria fue grande, destacindose sobre todo el de las fdbrieas flotantes de eonservas, ccuyas actividades se Ulevaban a efecto en aguas distantes del norte del Pacifico y en el mar de Behring. Estas fibrieas estaban di- rigidst por unes pocas empresas grandes, presentando eon ello un fuerte contraste al compararles con las empresas en pequeia es. tala de Jas pesquerias costeras, en las que también produjo eco- nomias I introduecién de cambias téonicos, tales como el empleo de motores de gacolina on sus embarcaciones. Una vez examinadas la agricultura y 1a pesca, podemos ans- lizar ahora Jos avances téenicos introducidos en las industrias ma- aufactureras. Fueron las textiles, seda y algodén, las que alean- zaron mayor desarrollo entre 1914 y 1929; aunque, en general, todas las industrias japonesas realizaron considerables progresos, ceuya significacién no pudo apreciarse del todo hasta Ia década siguieate. Ya nos hemos referido a la gran expansién que expe- vimonts la industsia de la seda brute; exponsién que estuvo rel ciootda con el incremento que tomé la demanda americans pa Ja fabricaciéa de articulos de esta materia, por un lado, y, por ‘otro, con Ia introduecién de métodos de produeciSn més efiesces, debido a las investigaciones cientifieas que el gobierno de épocas anteriores habia fomentado; entre las cuales estin ef eultivo de las moreras, Ia erfa de gusonos de razas mejores, nuevos procesos fn la produccién de huevos y de su tratamiento, Is introdueciéo de maquinarias para el devanado mitiple de hilo y otras mejores en los prosesos de febricacién y organizacién general. También los tejidos de seda tuvieron su incremento durante cate mismo periodo de tiempo. Las telas estrechas para la con- feceién de vestides japoneses continuaron siendo fabricadas en pe- quefos telares manusles instalades en su mayoria en reducidos fstablecimientos, aunque durante los afos siguientes «1920, y pata Ia fabricecin de ciertos géneros, los telares manusles fueron fds en algunos de ellos por telares mecdnioos del mismo ancho, Esta expansin general afectd también Ia fabricacién ‘mecinica de tejides de doble ancho, dedicada principalmente « 1a exportacidn, Dessparecié la antigua expecializacién en habutae 1 surgieron nuevas variedades de tejidos, telas como la seda Fuji (hecha de seda hilada) y el erepé, los cuales ocuparon desde en. tonces el lugar més importante, Esta seccién de la industria tre bbajaba en escalas mayores que la dedicada al mercado interior, ceomensando por entonces a aparecer las fébricas con més de $0 telares, El eresimiento, que hebia tenido lugar antes de Ia guerra en Ia industria del algodén, continus después de Ia contienda. El niimero de husos se elevé @ 2415 000 en 1914, a 3.814 000 en 1926, y despuss del retroceso que ocasioné la destruccién de unos 00.000 husos, como consecueneia del sismo en Kwanto en 1923, 46 650 000 en 1929. Pero el nimero de fabricas y empresis de dlicadas a esta industria no aumenté de forma proporeional a la capacidad de produccién de las mismes, sino que fueron las em press y fibrieas ya existentes las que aumentaron su tamaio! Hubo ademés una marceda tendencia hacia la centralizacién y hacia 1929 el 56 por ciento de los hnsos estaba en manos de siete frandes empresas. Las hilaturas, como ya hemos visto, babian faclitado hilo de exportacién a los tejedores nacionales, tanto ¢ Jos artesanos que utiizaban la fuerza de trabajo familiar, come ‘los pequedos talleres; pero mis tarde establecieron sus propint talleres, en los que se dedicaron a tejer el hilo fabricado por ellos rismos. Esta tendencia se identifi atin mas entre 1913 y 1929, lUsgando a hacerse caractristia de un sector de Ia industria lg doners japoness. Los telares propiedad de las hilaturas aumentarv® de 24,000 en 1913, a 74.000 en 1929, y su produecién se euadr plod; micatras que las bilaturas sélo se duplicaron, fenémeno de- ‘ido principslmente a la reduecién de Ins exportaciones de hilo + Ba 291, kha 44 competion con 152 faricasy on 1929, 59 con 241- pred de hao pr fea de 16000 cn ‘000 en Pym LUE Ae leigh bik

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