KO «s CUADERNOS H'- SERIE ASIA
JAPON (1900-1929)
Dra. Judith BaquésCONTENIDO
Introduccién
El imperialismo japonés y su politica agresiva en China
La guerra ruso-japonesa
Japon (1914-1918)
Las veintiune demandas
Industria y agrieultura (1914-1932)
La conferencia de Washington y la agudizacién de las con-
tradicciones en el Océano Pacifico
EL acuerdo soviético-nipén, del 20 de enero de 1925
DOCUMENTOS
Tratado anglo-japonés del 30 de enero de 1902
Conyvenio entre Japén y el Reino Unido del 12 de agosto
de 1905
El Tratado de Paz de Portsmouth
Las «veintiuna demandas» presentadas por Japén a China
el 18 de enero de 1915
El acuerdo soviético-nipén del 20 de enero de 1925
Apéndice I
Apéndice Ii
Cronolagia
13
17
21
27
29
45
49
59
63
71
17
$1
82
a5INTRODUCCION
En Ios albores del siglo xx, Japén se convierte en una potencia
de caracter mundial, y muestra la yuxtaposicién de la iéenica
mas moderna con el nacionalismo racial simbolizado en Ia ideo-
logia del Tenno.
La eleccién de Jos temas que aparecen en este cuaderno tiene
como objetive, mostrar el desarrollo del imperialismo japonés.
Aparece, en primer término, el aniilisis de la agresién del Japén
contra cl decadente Imperio Celeste, Ia «hipocolonian de Sun
Yat-sen, cuya finalidad es extraerle los valores (oro y plata) en
forma de pago por los gastos de guerra que le permitan a seme-
janza del modelo prusiano, Ja acumaulacion originaria. La indem-
nizacién pagada por China (Tratado de Shimonoscki), robustece
y amplia el proceso capitalista en Japén, donde las clases domi-
nantes verén aumentiados los recursos extraidos de las masas cam-
pesinas y obreras con el botin de tas conquistas militares; por
otro Jado el surgimiento de una industria bélica, propiciara
el fortalecimiento de la casta militar, Jos antiguos samurai, quie-
nes ahora dirigirén su agresividad contra los «enemigos» exter-
nos que impiden el desarrollo del Japén. Los Jemas chauvinistas
del cespacio vital» para un Japon empobrecido serén aprovecha-
dos; tanto por los militares de procedencia campesina, que as-
piran a dejar intacta la estructura feudal de propiedad en el
campo y encontrar habitat para la superpoblacién agraria, que
presiona sobre el esqucma del sistema socio-econémico, come por
los crendores de los zaibatsu (monopolios), quienes verdn en estas
«aliados> la posibilidad de obtener en tierras continentales las
fuentes de materias primas, y el mercado para su industria ma-
nufacturera de exportacién.
Esta alianza entre industriales, financieros y militares, cona-
cerd momentos de sélida unién, en especial, cuando se obtiene el
botin de las conquistas militares, y momentos de discrepancias
cuando la agresividad «militar» contra los imperios colonialeseuropeos, hace temblar al capital financiero por la pérdida de
sus posesiones conquistadas.
Uno de los trabajos incluidos cubre la guerra ruso-japonesa,
que ilustra perfectamente el juicio leninista sobre la época del
imperialismo: ha coneluida el reparto del mundo entre las po-
tencias imperialistas y las asocinciones monopolistas, surgiendo
ahora luchas por un nuevo reparto entre los viejos imperios y’
jos emergentes. La Rusia zarista era la mas débil de las potencias
eon intereses en el drea del Pacifico. El] imperio ruso, verdadera
prisién de pueblos, apoyado por el capital financiero francés, cons-
tituia una barrera al expansionismo japonés en Manchuria, con-
siderada por Japén como su traspatio, extenso territorie rica en
tierras arables para admitir los colonos excedentes del «super-
poblado» archipiélago, pero sobre todo un venero de carbén y.
hierro, para Ja industria manufacturera japonesa.
La guerra no se hizo esperar, y Japén, apoyado por Inglaterra,
derroté a los ejéreitos del imperio ruse, constituyendo esta vic-
toria, independientemente de las limitaciones que le obligaron a
aceptar las restantes potencias, un éxito que arrojé los siguientes
resultados:
1) derrota de una potencia «blanca», 51 afios después de
los cafionazos del almirante Perry on la bahia de Tokio;
2) dominio irrestricto de las vias y los territorios de Man-
chukuo.
El ltimo de los trabajos se oeupa del papel jugado por Japon
en Ja Primera Guerra Mundial. Espectador aprovechado del con-
{licto europeo, «cooperé» con los aliados de la Entente, apoderan-
dose de Jas colonias alemanas en el Pacifico y en China y obtiene
de esta manera sin grandes esfuerzos un botin que era disputado
en los campos europeos. .
En 1915, cuando las potencias europeas estaban dedicadas de
Heno a Ja guerra y no podian atender «militarmente» sus pose-siones en China, Japén se dedica al incremeuto de sus posiciones
en el saqueo a China y plantea las «veintiuna demandas», yio-
Jenta exigencia que produjo como reaccién el surgimiento de un
profundo sentimiento antijaponés, que unido al odio contra los
explotadores europeos, condujo de hecho al despertar en las masas
chinas y en su vanguardia los sentimientos antimperialistas. Las
causas y condiciones en que se impusieron Jas aveintiuna de-
mandasy muestran la politica del imperialismo japonés en su
pretendida hegemonia sobre el «irea de cooperacién asidticas,
que fundamentaran posteriormente los idedlogos del Japéu fascista.
El contenido de estos trabajos ha sido elaborado, fundamen-
talmente, a partir de Ja informacién recopilada por los historia-
dores soviéticos, y los eseasos eseritores asidticos traducidos al
inglés o al francés; en los que puede ser detectada fa influencia
de ideologias proimperialistas o chauvinistas.
Lamentablemente, Ja historia de Japén y de sus expansiones
ha Hegado a nosotros a través de escritores norteamericanos o
ingleses, que tratan de demosirar con un sentido maniqueo que
desde sus inicios Japén se disponia a destruir toda la «civiliza-
cidn» creada por Inglaterra y Estados Unidos en China y en las
calouias asidticas; verdaderas apologias que describen Ja derrota
de Japén, Hiroshima y Nagasaki, como castigos merecidos por
el «pérfide» Japén.
Esperamos que estos materiales, Jas derivaciones que de los
mismos se produzean ——seminarias, investigaciones colaterales,
eteétera—, permitan comprender con una dptica acertada, los
aspectos sobresalientes del curgimiento y estabilizacion del capi-
talismo en un pais tan complejo y leno de contradicciones como
es el Japon de nuestro siglo.
JunitH BaqutsEL IMPERIALISMO JAPONES ¥Y SU POLITICA
AGRESIVA EN CIIINA
La extensidn de las «zonas de influenciay de Tos imperialismos
‘europeos encontré en las tierras continentales de China, e] punto
de conflicto con los dos nuevos colosos que aspiraban al reparto
del mundo: Estados Unidos y Japén.
Para precisar el contexlo histérico en que se produce el con-
flicto entre e] imperialismo autocratico-militar de la Rusia zarista
y el imperialismo mifitar-plutéerata del teocratico Japén es con-
veniente examinar los intereses que confluien en esta zona a
principios del siglo xx.
En primer lugar, Inglaterra a partic de 1839-1842 —Primera
Guerra del Opio— habia establecido Ja supremacia en Ja explo-
tacién comercial y en el dominio politico de las euestiones de
China, spoyada en su hegemonia maritima. En el norte, el im-
perio zarista buscaba el aseguramienta de un puerto de «aguas
calientes» que sirviera como término al ferrocarril trausiberiano,
que se habia empezado a construir en 1891 con la ayuda del ca-
pital fivanciero francés, y que constituia la base de In explotacidn
capitalista de los recursos siberianos y manchurianos. Con ello
ol imperio zarista trataba de convertirse en una potencia del nor-
deste asidtieo. En el sur del continente, la propia Francia con la
adgquisicién de Indochina, y con el auxilio del imperialismo zarista
en el norte, apretaba entre dos pinzas las posesiones inglesas en
el rico valle del Yang Tse. Inglaterra y Francia eran rivales por
el dominio del sur de China.
Los métodos de explotacién del immenso venera de riquezas
que era el territorio asidtico, estaban en funcién del desarrollo
de Tos relaciones de produccién del imperialismo que ejercia la
dominacién, Esto se demuestra al examinar 1a actuacién de las
potencias imperialistas presentes en China: Inglaterra, el pais de
mayor desarrollo, que habia adoptado el librecambio primero que
todas Jas nacinnes capitalistas, favorecia la politica de libertad deeomercio dado que ella detentaba ya mayor parte del comercio
exterior chino. De otro lado, el imperio zarista, feudal y pene-
trado por el capital financiero francés, sin desarrollo industrial,
favorece la amputacién de las dreas que quiere explotar directa-
mente y adopta Ja politica proteccionisia en estos territories.
En 1894, con la irrupeién de Japén —que répidamente emer-
gid de su pasado feudal adoptando las téenicas més modernas del
capitalismo de su época— Ia correlacién de fuerzas en los pro-
blemas de China cambié de forma stibita. El Tratado de Shimo-
noseki (17 de abril de 1895), que puso fin a la guerra con China,
permitié a Japén obtener tres ventajas que a la Jarga gravitarian
contra la mas débil de las potencias europeas que se disputaban,
Jas riquezas de China: Rusia. De su examen se puede deducir,
cémo las concesiones obtenidas por Japén limitaban los faturos
avances rusos y no obstaculizaban los intereses briténicos ni los
intereses directos de Francia:
a) la cesién o Japén de la provincia de Liaotung y, lo que
es mds importante, de Port Arthur, que se convertia en.
una base de operaciones contra Ia espina dorsal del tran-
siberiano y de la futura expansién rusa sobre Manchuria;
b) el reconocimiento de nacién mds favorecida, lo que equi-
yalia de hecho a encontzar un nuevo competidor para el
escaso margen de gamancies que dejaba el dominio inglés
sobre el comercio exterior de China;
c) Ja independencia de Corea y por consiguiente su conver-
sién en un territorio bajo el mandato de Japén, eliminaba
la posibilidad de que una potencia europea se apoderase
de una posicin estralégiea cerea del archipiélago japonés,
y obtuviera la explotacién de los recursos minerales y de
Ja tierra fértil de Corea.Jopén también insistié en que se Te concedieran todos los pri-
vilegios de que gozaban las potencias curopeas, inclusive la extra-
territorialidad.
Rusia, en unién de Alemania y con el apoyo de su aliada,
Francia, impnsieron a Japon la devolucién de la peninsula de
Liaotung, a China, a cambio de una indemnizacién adicional.
Japon comprendié que su estrategia futura estaria destinada a eli-
minar esta coalicién que se oponia a sus designios. Como veremos,
esto Io logré en 1905 al derrotar a Rusia y en 1914 al apoderarse
de Ias colonias alemanas.
La continvacién de esta alianza —ruso-alemana-francesa—,
independientemente de la discrepancia que en los problemas enro-
peos tenian entre si, estaba destinada a enfrentar el predominio
britdnico en et continente asidtico. Basada en Ia fuerza de esta
alianza, Rusia obtuvo la construccién del ferrecarril oriental de
China, que facilitaba su penetracién en Manchuria; Francia las
concestones ferrocarrileras en Hunan y Kiaochow a disposicién
de Alemania. Rusia persistié en sus propésitos de obtener una
salida al mar y consignié de China, coacciondndola, el arriendo
por 25 afios de Ja base naval de Port Arthur y el puerto comercial
de Dairén, el cual habia evitado anteriormente que fuera anexio-
nade por Japén.
La concesién de ferrocarriles y de areas de influencia era el
método que existia para extraer Jas riquezas de regiones atrasadas
a inexplotadas. Debe reeordarse que el ferrocarril constituia la
infraestructura fundamental que permitia:
a) transporte a bajo costo de materias primas a granel para
la exportacién y de productos manufacturades procedentes
de la importacién; _
b) provocaba Ja aparicién de economias de mercado en areas
tradicionalmente feudales;
ce) propiciaba directa e indirectamente el surgimiento de un
mercado cousumidor de productos industrializados.Por otro lado, Ta concesién de franguicias en los puertos del
literal o sobre Tas vins fluviales permitia la exportacién e impor-
tacién sin pagos de impuestas, lo que impedia de hecho la apli-
cacién de una politica proteccionista que amparase al pais y evi-
tase el drenaje de sus riquezas.
La lucha desarrollada por cl reparto de China en zona de
influencia provocs, en primer lugar, la oposicién de Estados Unix
dos, que embarcarlos en la aventura de arrebatar a Espaiia sus co«
lonias y sin tener todavia los recursos de capital y, lo que es
mas importante, el pedcrio militar suficiente para lograr una de-
cisién, enarbolaron Ia politica de «puertas ahiertas» (el «yo tam-
hién quiero»), es decir, que el comercio dentro de cada «zona
de influenciay o cicrritorio en arriendo», fuera abierto para todos
en igualdad de condiciones.
En segundo lugar, el crecimiento del sentimiento nacionalista
chino frente al desmembramiento del pais. En efecto, en 1898.
surgié en la provincia de Shantung un movimiento de campesinos
y artesanos, conocido por los chinos con el nombre de Yi-Ho-Tuan
y por los imperialistas por el de Boxers, ya que los mismos practi-
eaban una suerte de pugilato parecido al boxeo. Este movimiento
estaba formado por una sociedad secreta del tipo de las tradicio-
nales asociaciones de culto supersticioso, cuya Iucha perseguia el
derrocamiento de la monarquia manchi y el cese de Ia interven-
cién extranjera. La rebelién se extendié per todo el norte de
China, Hegando a ocupar la capital (Pekin) inclusive. El. poder
mancht se plegé inmediatamente, y reconocié Ia autoridad del
movimiento de los Yi-Ho-Tuan. En junio de 1900 el gobierno
mancht. declaré Ja guerra a las potencias imperialistas. Segui-
damente en agosto, fuerzas militares de Gran Bretafia, Francia,
Estados Unidos, Japén y Alemania desembarcaron en Tien-Tsin
y avanzaron hacia Pekin procediendo al cerco, asalto y toma de
la ciudad, y @ la maeacre y asesinato en masa de los participantes
en la lucha antimperialista.La egresién y ocupacién militar terminé con el «Protocole
Yo 1901», que estipulaba Ja obligacién del gobierno chino de
pagar a las potencias imperiolistas una indemnizacién de 450
inillones de faeles (onzas de plata chinas) en el plazo de 40 afioa,
ton intereses; garantizando el pago de Ja denda con los impuestos
kduanales, internos y sobre todo con cl famoso impuesto sobre
la sal. Ademés, el gobierno chino se comprometia a no permitir
ningtin tipo de actividad antimperialisia en territorio chino.
pA GUERRA RUSO JAPONESA
Japén intenté Uegar a un acuerdo con Rusia sobre Ja base del
reconocimiento por parte de ésta de los intereses japoneses en
Corea, a cambio del respeto por parte de Japén, de los intereses
rusos en China. La Rusia zarista que habia conquistado Man-
huria y se consideraba una potencia militar de primer orden,
upoyada por Francia, no acepté las proposiciones japonesas. El
fracaso de la politica de conciliacién con Rusia fue compensado
al concertarse Ja alianza con Inglaterra en 1902. Inglaterra acep-
taba este acuerdo en husca de proteccién a sus intereses imperia-
lista en el continente asidtico. El predmbulo del tratado suscrito
entre ambas potencias, se referia hipécritamente a la «paz en el
Extremo Oriente» y al «manteuimiento de la independencia y le
integridad territorial» tanto de China como de Corea. Pero su
primer articulo especificaba «los intereses materiales» y el «de-
recho» de intervencién armada de Inglaterra en China, y de Japon
en Corea,
Japén con el respaldo de Inglaterra aguardé el momento opor-
tuno para iniciar las hostilidades. En efecto, el 8 de febrero de
1904, sin previa declaracién de guerra, los japoneses atacaron Ia
escuadra rusa en Port Arthur. Los rusos tomados por sorpresa
perdieron e] dominio del mar, y sufrieron’ una serie de reveses;Port Arthur cayé el 2 de enero de 1905, después de 7 meses dd
sitio, Mukden fue capturado en marzo de 1905; y la escurdrg
rusa del Baltico Inego de navegar la mitad del mundo hacia el
Mar de la China, fue aniquilada el 27 de mayo en la batalla dé
Tsushima. La guerra demostré que el zarismo era un giganta
con pies de barro, una verdadera prisién de pueblos.
Al desastre de su maquinaria de guerra en el Pacifico, el
zarismo afiadia Ia conmocién interna de febrero de 1905. Urgide
de aplastar la revolucién, el zarismo acepté la mediacién del pre-
sidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt’ para concluir
la guerra ruso-japonesa. Fl tatado de Portsmouth (New Hanmps-
hire) se firmé el 5 de septiembre de 1905, obteniendo Japén como
botin de guerra el sur de la isla de Sajalin, la peninsula de Liao-
tung con Port Arthur y una total libertad de accién en Corea.
Ademés, Rusia evacuaba el sur de Manchuria y cedia el tramo
de ferrocarril que egaba a Port Arthur. Japén limitaba sus
reclamaciones de indemnizacién de guerra, y con ello facilitaba
el Acuerdo de 1907 para la divisién de Manchuria entre Rusia
y Japén en esferas de influencia.
Esta guerra fue explotada por los chauvinistas japoneses para
demostrar que una potencia asidtica podia también derrotar con
sus mismas armas y téenicas a una potencia europea, tema pre:
ferida en sus futuras campaiias de proselitismo bajo el lema de’
Asia para los asidticos» que en realidad se traducia en «Asia
para los japoneses.»
Junitn Bagues
1 Theodore, Roosevelt. (1858-1918). En vispera de Ia guerra contra Es-
pais, fue nombrado subsecretario de Marina; orgenizé un cuerpo de volun:
larios (Jos roughriders), y al estalar In guerra, vino con ellos a Cuba.
‘Mas tarde fue elegido gohernador y seguidamente vicepresidente, y al moxir
asesinado MacKinley en 1901 asumid Ja presidencia, la que ocupé hasta el.
afio de 1909. Precisamente par haber conseguido la firma del tratedo de Ports-
mouth, fevarable al victorieso Japén, Theodore Roosevelt recibié rl Premio
Nobel de Ia Paz.‘pIBLIOGRAFIA
Somxov, H. A. y otros, Historia contempordnea de lox paises del Oriente.
(En xuso). Universidad Estatal de Lomonosov, Mosed, 1954.
Academia de Ciencias de la URSS, Historia universal. (En uso.) Tomo VIL,
Literatura econémica-social, Mosed, 1959,JAPON (1914-1918)
(Fragmento)
En 1912 murié en Ja cumbre de la gloria de sus realizaciones el
:mperador Meiji, que habia sido testigo del paso de Japon del
fislamiento fendal a una posicién de autoridad y fuerza sin pre-
bedentes. Japén gozaba por aquel entonces de gran prestigio in-
ternacional y las patencias occidentales no manifestaban una no-
joria desconfianza por su politica. En realidad, estaban tan fir-
Pemene convencidas de que su propia posicidn era inexpugna-
le, que saludaron, mas que temieron, la entrada de Japon en la
feta de la diplomacia internacional como a un igual y como a
gran potencia, Con condescendiente amabilidad y aprecia,
Gren Bretafia estimulé a su aliado del este a que fortaleciera su
posieisn para equilibrar la potencia de Rusia, por lo que aprobé
anexién de Corea y el paso a manos de Japén de las prerro-
Rativas que tenian los rusos en Manchuria, Aunque el entendi-
miento anglo-ruso de 1907 debilité el propésito original de la
tlianza, el empeoramiento de Ja situacién internacional que siguid
MI surgimiento de Alemania como potencia naval aumenté,
lugar de disminuir, el valor que para Gran Bretaiia tenia su
lianza con Japén. Alemania se habia construido una posicién
le considerable firmeza en Kiaocheu y tenia también grupos de
islas en el Pacifico y un gran territorio en Papua. En caso de
bna gran guerra europea, la situaciéa en el Pacifico podia tor-
arse amenazante para Gran Bretafia. Por eso la alianza anglo-
faponesa pasé a tener una significacién especial para Ja defensa
‘entual de los intereses britdanicos en el Lejano Oriente.
Cuando estallé la guerra, Japén comprendié rapidamente que
le ofrecia una oportunidad, en virtud de los términos de Io
enza, de presentarse como el defensor de la paz y de erigirse
nel Lider del Lejano Oriente. Japon declaré la guerra a Ale
‘ania con el renuente consentimiento britdnico: las autoridades
mndinenses estahan intranquilas en Jo relativo a los aleances dela accién japonesa. En esta etapa, Gran Bretafia sdlo desea
que Japén eliminase el poderio naval y militar alemén en Chigan
pero que no extendiera sus operaciones més al sur, so pre!
de evar adelante Ja guerra contra Alemania. Para calmar
alarma experimentada por otros paises, el Foreign Office publ
una declaracién que decia: «Queda sobrentendido que la acci
de Japén no se extenderd en el Pacifico mas alla de los mares
China, excepto en la medida en que sea necesaria para prote;
Ins compaiiias de navegacién japonesas en el Pacifico, ni mas
de las aguas asidticas que estén al oeste de China, ni a ni
territorio extranjero aparte de los territories que ocupe Alema:
en el continente de Asia oriental.» Pero los japoneses no co:
deraron que esta declaracién unilateral los obligara a nada y
escuadra japonesa aparecié ante el grupo de islas alemanas
Pacifico sur, con la excusa de combatir con Ia flota alemana
Lejano Oriente comandada por el almirante Maximilian vou
Después de Ia campasia de Shantung, cuyos resultados fuer
la captura de Tsingtao y la eliminacién de 1a influencia alem
en China, Japén, como ya hemos visto, se dedicé a obtener
posicién de supremacia en China! Pronto comprendié que
1 Japén sonsideraka Uegado el momento de hacer de teda China una
lonia suya. Esta fue la razén que impulsd a Japén a entrar en Is gue
contra Alemania. La sociedad secreta Kokuryuiai,* asociaeién militarista
ponesa, lo explies en un memorénudum publicado en 1915. En él se decia:
«Cuando haya terminado la guerra europea ¥ la paz haya sido restablech
no nos preacupa tanto si es la doble monarquia (Alemania, Austria) o
triple inteligencia (Inglaterra, Rusia, Francia) la que sale victoriosa;
preocupa la cuestién de si ef gobierno imperial de Japdn, antieipdndose
la futura expansién europea en los continentes europeo y asiitico, debe o
vacilar en usar la fuerza para contener esta accidm antes de que se produz
Ahora es el momento oportune para que Japén resuelva répidamente la cus
tidn china. Una oportunidad semejante no se presentard en cientos de afios.
* Kokuryukai, Los autores occidentales la Unman «Sociedad del Dr:
Negro». En’ efecto, la designan dos ideogramas que, tomados por se]
significarian adragén y «negro», pero que en geagrafia, designan sipaciones europens, aunque empeiiadas en una lucha mortal en
v1 aeste, estaban unidas en su oposicién a los avances japoneses
y que inclusive su «aliada» no estaba favorablemente dispuesta
hacia aquél, si bien Gran Bretafia no se hallaba en condiciones
de oponerse abiertamente a Ja politica jeponesa. Entonees Japén
se embared en una frenética actividad diplomitica en todas las
capitales europeas para asegurarse, por separada, la aprobacién de
las potencins occidentales a su accién en China o para recibir
una especie de «sancién pragmética» de sus ambiciones. Después
de Uegar a un acuerdo con las pofencias europeas, Japon dixigid
su atencion a Estados Unidos. Fue enviada una misién especial
eneabezada por el vizconde Ishii y se Hegé a un acuerdo* por
el cual, aunque se reafirmaba la adhesién de ambos paises a la
politiea de «puertas abiertas» y su oposicién a Ia obtencién de
derechos especiales o privilegios que afectaran la independencia
o la integridad territorial de China, se reconocia «que ta proxi-
mmidad territorial crea relaciones especiales entre jos paises y, por
consiguiente, el gobierno de Estados Unidos admite que el Japén
tiene intereses especiales en China, particularmente en las partes
eontiguas a sus posesiones». Las contradicciones implicitas en
este acuerdo Uevaban las simientes de la amarga hostilidad que
surgié entre América y Japén en los afios que siguieron a la
2 El acuerdo Lansing-Ishii, del 2 de noviembre de 1917, estaba dirigido
no sélo contra China sino también contra Rusia, entonces sumida en la re-
volucién. Las zonas de China en Ias que Estados Unidos reeonocia Ios ainte-
reses especiales» de Jupén, eran las més préximas a fa frontera rusa. (Nota
del traductor.} '
mente el Rio Amur (en chino, Heilongkiang, que significa, literalmente,
Rio del Dragén Negro). Como ocurre con todos los nombres geogrificos de
China y Japén, el sentida propio de Jos ideogramas empleados es completa-
menie secundariv. La cleccion del nombre del Amur para esta sociedad se-
crela refleja sus preocupaciones expausionistas on direceién al centinente-
(Nota del traductor.)
poe McNuir, H. F., Modern Chinese History, Selected Reading, Shanghai,a las pretensiones de Japén., Si bien Gran Bretafia y Francia, es-
taban dispuestas a sacrificar la libra de carne y dar su apoyo,
aunque a regaiiadientes, a los reclamos de Japén, el presidente
estadounidense expresé claramente que Ios consideraba éticamente
incorrectos y politicamente inicuos. Nominalmente, Japén gané
la controversia con el Spoyo de sus aliados, pero come ‘China, es-
timulada por Estados Unidos, se negé:a firmar el tratado, era
obvio que la cuestién no estaba resuelta y que Estados Unidos
volveria a plantearla.en Ja primera oportunidad.
K. M. PantxxarBIBLIOGRAFIA
Panmkkar, K. M., Asia and Western Dominance A Survey of the Vasco d
Gama of Asian History (1498-1945). George Allen & Unwin Ltd,
London, 1959,LAS «VEINTIUNA DEMANDAS»
El estallide de la Primera Guerra Mundial, como resultado de
la agudizacién de las contrailicciones entre las potencias imperia-
listas fue aprovechado por el Japén, quien exigié del gobierno
chino el traspaso a sus manos de todos los privilegios y conce-
siones que poseia Alemania en la provincia china de Shantung.
‘Ademés la burguesia imperialista nipona, sacando partido de Ia
ausencia momentanea de China de Jas potencias imperialistas eu-
rapeas, que se encontraban enfrascadas en la guerra y tenian que
concentrar todos cus esfuerzos en los campos de batalla de Europa,
intenté desplazarias en la explotacién de la misma. A tal efecto,
precenté el 18 de enero de 1915 al jefe de gobierno chino, ge-
neral Yuan Shi-Kai, una nota diplomatica en Ja que se formulaban
«veintiuna demandas» que revestian una gravedad excepcional.
Las «veintiuna demandas» expuestas por los jeponeses se sub-
dividian en cinco grupos:
El primer grupo establecia que la provincia de Shantung pa-
saria de manos de los alemanes a manos de los japoneses, conside-
randosela como zona de influencia de estos. Los japoneses obten-
drian también, el derecho de construir nuevos ramales de ferro-
carriles, explotar minas, etc,
EL segundo grupo disponia que Manchuria meridional y el
interior de Mongolia pasarian a la esfera de influencia japonesa.
En Manchuria meridional, donde Jos japoneses poseian, desde
1905, ek ferrocarril principal y la mayor parte de Jos ramales, y
donde cenpaba, a titulo de arriendo, el territorio de Port Arthur
y Dairén, Ia dufacién de esas concesiones se fijaria en noventa
afios, en lugar de veinticineo; ademas, los sabditos japoneses
podrian adquirir tierras, comerciar y dedicarse a actividades in-
dusiriales, construir caminos, explotar minas, etc.
El tercer grupo se referia a la compaiiia metaltirgica china
de Han Yeh Ping, donde participaban ya capitales nipones. Japénreclamaba la entrega de esta compaiia, disimulada bajo una di-'
receién mixta chino-japonesa. China no podia ceder Ia empresa
fA ofros paises.
El cuarto grupo disponia que el gobierno chino debia prome-
tGr no enajenar o ceder en el futuro cualquier parte de su litoral
(golfos, bahias o islas) a oa tercera potencia sin el consentimiento
de Japén; esta precaucién, adoptada contra los estados europeos,
eoncordaha con la prioridad otorgada a Jos japoneses en la provincia
de Fukien, situada frente a Formosa.
El quinto grupo establecia que el gobierno chino Hamaria a
japoneees en calidad de consejeros para diversas cuestiones, como
por ejemplo, la orgaliizanién de una policia unica chino-japonesa,
la constitucién de oficinas militares con una direccién comin, la
apertura de escuelas japonesas, ete.
El gobierno de Yuan acepté finalmente estas demandas el 9
de mayo de 1915 después del ultimdtum nipén, apoyado por mo-
vimientos de tropas en Manchuria y por el envio de una escuadra
ante las costas de China central; no obstante, por ja presién de
las masas populares que se Janzaron a las calles indignadas contra
el titere Yuan, Japén tuvo que renunciar; por lo menos provisio-
nalmente, a las demandas contenidas en el quinte grupo, que
eran las mas peligrosas para la independencia de China.
El imperialisrmo norteamericano, que actuaba como reserva de
os paises en conflicto, movilizé a sus agente¥ dentro del gobieriio
chino al objeto de impedir que Japén desplazara a las demas
potencias imperialistas en Ia explotacién de China, inclusive #
ellos mismos.
JunitH BaguisINDUSTRIA Y AGRICULTURA (1912-1932)
(Fragmento)
Et desequilibrado desarrollo que tuvo lugar entre 1914 y 1919
dejé a Ja industria japonesa un legado de problemas de ajuste,
que los conflictos financieros de los afios inmediatos siguientes
a 1920 no contribuyeron a resolver. Los mismos industriales
japoneses se inclinaban en aiios posteriores a considerar toda esta
década como un periode de estancamiento. A pesar de tede, el
progreso fue considerable, aunque con altas y bajas en los dis-
tintos campos de actividad. Ademis, el desarrollo que tuvo lugar
en la industria y en la organizacién permitid concebir grandes
esperanzas para el futuro. En la década de la posguerra algunas
ramas de Ia industria tuvieron un gran desarrollo, y otras se pre-
pararon para el que vendria después. Desde este momento en
adelante, la informacién estadistica es més abundante que en el
periodo anterior al emperador Taisho. y los censos de 1920 y 1930
nos facilitan por primera vez los datos adecuados sobre la distri-
bucién de Ia poblacién por profesiones, asi come también los
jntentos hechos con el fin de medir el progreso econémico general
aleanzado durante este periodo de tiempo. Es conveniente, pues,
comenzar este capitulo con una referencia a los hechos més im-
portantes que nos presentan estas investigaciones.
Entre 1914 y 1930, la poblacién totel de Japén, propiamente
dicha, crecié de 51 millones a 64, es decir, mas de] 25 por ciento.
Los ingresos nacionales, si descontamos les cambios que experi-
menté el valor del dinero, aumentaron cuatro veces su valor
durante este mismo periodo; y teniendo en cuenta todes Jos
factores influyentes, sobrepasé en cantidad considerable el doble.
No es facil medir Ia forma en que fueron afectadas por este cre-
cimiento Ias distintas clases sociales de la comunidad. Japon se
aplicé durante todo este periodo a la creacién de un potente equipo
1 Ascendian » 12,72 millones de yens en 1930,industrial, y, por lo tanto, la parte de los ingresos nacionales ind
vertida anualmente en este esfuerzo era grande; pero, ademas, los;
gastos del gobierno en el ejéreito, aunque no aumentaron pro-
porcionalmente a Jos ingresos, fueron también importantes durante
este mismo periodo. Con todo, no hay duda de que los ingresos
de los trabajadores aumentaron sustancialmente. A este efecto, e}
profesor Uyeda ha caleulado que los salarios reales de Jos traba-
jadores industriales eran por todo el pais, en Hneas gonerales, en
1929, el 50 o el 66 por ciento mds elevados que on 1914. Es
verdad que los jornales agricalas crecieron mucho menos que los
salarios industriales; pero aun asi, los campesinos, especialmente
los establecidos en la vecindad de los centros industriales, estaban
en mejores condiciones que en 1914, excepto, naturalmente, du-
rante los afios malos.
gEn qué parte de la economia tuve lugar esta expansién? Los
estimados de Koide sobre la produccién de materias primas mues-
tran. un aumento de casi el 46 por ciento entre 1914 y 1930, es
decir, un 19 por ciento per capita, cuya mayor parte tuvo lugar
antes de 1924. El aumento se aprecié principalmente en los pro-
ductos de la industria pesquera, capullos y, en general, eu todas
Jas materias primas de origen agricola, mientras que Ja produc-
cidn de cereales fue relativamente pequeha. No se puede dispo-
ner de todos los indices de produccién industrial correspondientes.
a este periodo; pero los de Mitsubishi, aunque limitados en su
aleance, muestran un aumento de 110 en 1924, a 159 en 1929
(1921-1925 = 100), periodo este durante el cual el crecimiento
de la produccién de materias primas fue relativamente lento.
Las cantidades disponibles de determinados articulos manufactu-
rados que sefialan las estaiisticas, indican —partiendo a menudo
de pequefias ‘cifras— una expansi6n muy raépida durante todo este
periodo de 1914 a 1929. A continuacidn ofrecemos algunos de
ellos:ee
Hito de TeJido de lena
algod6n Seda cruda _-y_estambre
{millones Ibs) (mil kwan") (millones yds.)
1913 607,2 3741 81.2
1920 7268 5934 70.5
1925 974.7 8284 161,32
1928 1117.0 11-292 222.2
————
es,
Fertilizantes Oufmicos
Superfos- Sulfato
Acero fato de de Capac.
Carbén Acabado Cemento Calcio Amonio Energia
(millén (mil (mil (miles (miles Eléctrica
ton.) ton.) ton.) ton.) ton.) =~ [mil kw)
1913 213 255 645, _- ad 504
1920 29,2 533 1353 $09 80 1214
1925 31,5 1043 2508 674 131 2768
1929 34,3 2034 4349 947 234 4194
Estas cifras demuestran como aquellas industrias mannufacte-
reras, que antes de 1914 habian comenzado ya a ocupar un lugar
preeminente en el nuevo sistema industrial de Japén, es decir, el
algodén y la seda, aumentaron grandemente. También aleanzaron
durante este periodo un desarrollo considerable otras industrias im-
Pportantes de] Occidente, tales coma las quimicas, lanas y estambres,
maquinaria, hierra y acero, ete.; aunque su importancia en relacién
con la economia japonesa, en conjunto, permaneciese pequeia.
¥ste nipido avance industrial debe, desde luego. considerarse te-
niendo en cuenta el fondo econémico de Japén en general. En
1930, las manufacturas (incluyendo la construceién atm emplea-
ban menos de 1/5 de Ia poblacién trabajadora, mientras que las
faenas agricolas absorbian casi la mitad.
2 kwan: 8,27 lbs, 3,30 keg.Debemos, pues, considerar de nuevo lo que ocurré al camps.
sinsdo durante aquellas afes, antes de estudiar con detalle a
caricter de oto desarzollo mis asombroso en la industria many.
facturers. El mimero de familias campesinas durante este periods
se mantuvo peicticamente inmévil en los cinco millones y medi,
y los cambios, en cuanto a la distribueién de las tierras por le
texteusién de las propiedades, tampoco varié sustancialmente, sein
demuestra el eundro insertado a continuacién, aunque la poca
ia que hubo tendié por igual hacia los dos extremos.
‘CANTIDAD DE PROPIEDADES
(on miles)
Menos de Stn a
Mo Stan t eho eho Tot
1 2000 s016 1079 586 seu
to 1800 1916 tz st 5600
de los arendatarios,y al eumento en el de aquellos que en pare
postin Jas terra que labraban y em parte Tas errendsban. Fl
‘rz continus iendo l prineipal ealtivo, al que se dedicaba bas:
fante més de Ja mitad de las tierras de Tabor. La producea
anual de aor en Ios ttimas afios de Ia décads de 1920 silo ee
tlgo superior a lo prodcido antes de Ia Primera Guerra Mundisl
17 ya eatonees Japin comenzaba a depender cada ver mis de les
Importacions procedentes de Corea y Formosa para slimentar
s creciente poblacida, al mismo tiempo que reducia progresive
roente las importaiones del extranjero, por ser este arraz oc?
9 eho: 10 un: 245 sees: 82,76 miapreciado por el gusto japonés. Después del arror, los cereales
ams importantes eran el trigoy Ia ecbada; pero el valor de la pro-
duocién total de ett cereses apenas eguba 4 un sexto del valor
del arvos, La produccign de ochada y de algunos otros cereles,
‘como el maiz, descendis en los aioe siguientes « 1920. Por otra
parte, tanto In zona friguera como #u produceién después de des-
tender hasta el aio 1925 aproximademente, volvié a elevare en
los altimos aos de esto misme déeads. El trigo y Is ecbeda s¢
dlisputan el mismo terreno, pero ninguno de Tos dos lo hace con
cl arror, ya que aquellos crecen durante el invierno en los arzo-
tales, La cebada, coneumida principslmente por la poblacién de
ferenaor reeuriot, enusa del elevado presio del exroz del tipo ja
ponés, Ie hacia’ competir con el arror de origen extranjero mis
‘que com el nacional, y, por To tanto, el descento en el consumo de
‘aquélla supuso un aumento en el nivel de vida, Durante estos
sor, la agriultura aumeoté considerablemente el mimero de sus
productos; se cultivaron las verduras, de las que se introdujeroa
Aistntas voriedades, el mismo tiempo que se extondis tambiéo
cl eultivo de frutas y Ta eria de aves, Pero si comparamos con
cl arror todos estes nuevas actividades, vemos que continuaron
teniendo poca importancia en el agro japonés, sunque si apa
cidn y desarrollo son un sfatoma del sumento de ingresoe de los
hhabitantes. EI cambio téenico principal introducido en la agri-
cultura faponesa, en To que se refiere « lot principales
fue el creciente uso de abouos artficales, sunque también hubo
‘otras mejoras en Tos métodos de eultive.
Podria haberse esperado que las mejoras en Ia situasién eco:
némiea del eampesinado hubiesen sido més sustancisles durante
ste perfodo en que Ia poblacién urbana, con su dicta todavia
spocializada, iba en eonstante aumento. Durante la Gran Guerra,
cn efeeto, el arroz subié su precio a nivales muy altos, pero con
4] fin de la euforia sulié un tremendo desoenso —de 55 yens
el koku, en encro de 1920 a 25,5 yens Ie misma medida, en marzo
de 1921—, El gobierno promulgé entonces la Ley del arror, queautorizaba al ministro de Agricultura para: «ajustar la oferty
la demanda» mediante el almacenaje del arroz, cuando los precios
eran muy bajos, y su venta, cuando ocurria lo contrario, para Jo
que se les concedié un fondo de 200 millones de yens. La tepe.
ticién de varias cosechas malas y la ausencia total de, al menos,
una muy buena, hizo que los precios del arroz se mantuviesen
bastante altos hasta 1927; pero en aquel aio y en los siguientes
hubo cuatro enormes cosechas sucesivas, especialmente la de 1930
que fue excepcional. A pesar de las compras del gobierno, segiin
la Ley del plan de valorizacién, los precios, que ya venian bajando
desde 1927, se hundieron prdcticamente. En agosto de 1930, eal
koku valia 31 yens; pero en los cuatro meses siguientes descen-
dié a 18, y, por lo tanto, los campesinos se vieron obligados a
soportar duros golpes en sus intereses, precisamente en el mo-
mento en que Ja crisis mundial estaba también a punto de destruir
su otra fuente principal de ingreso: la seda bruta.
Durante la primera década de la posguerra aparecié un nuevo
factor en Ja produccién de arroz. Era éste la extensién a Corea
y Formosa del cultivo del arroz japonés y la importacién de gran-
des cantidades a la propia metrépoli. Cuando Corea fue anexio-
nada en 1910, sus exportaciones de arroz recibian poca atencion,
pero con el apoyo del gobierno japonés, que tenia una gran preo-
cupacién con los futuros abastecimientos del pais, se llevaron a
cabo mejoras en los métodos de cultivo, especialmente por media-
cién de anticipos para regadios y por el empleo intensivo de ferti-
lizantes. El costo de produccién descendié, aumentsé la extensién
de tierras cultivadas, y con ello la produccién, que entre 1910 y
1929 habia aumentado en un 30 por ciento. En consecuencia, las
exportaciones al Japén aumentaron durante la Gran Guerra, au-
mento que continué progresando durante la década de 1920. El
desarrollo de Formosa fue similar, en lineas generales, al que
habia tenido lugar en Corea, aunque no alcanzé las mismas pro-
porciones, y, de 1927 a 1929, estas dos colonias exportaron a Ja
metropoli una cantidad equivalente al promedio entre el 12 y el14 por 100 de la produccién nacional. Estas importaciones de las
colonias permitieron a Japon hacer frente a la creciente demanda
de su poblacién, y pudo mantenerse el consumo nacional por indi-
yiduo durante todos estos diez afios. La produccién de arroz dentro
del mismo imperio tenia naturalmente para Japén tanto ventajas
estratégicas como econémicas. Pero este incremento de la produc-
cin colonial supuso al mismo tiempo bien poco para el campesino
japonés, que no podia obtener beneficios correspondientes a la cre-
ciente demanda interior. Algunos grupos japoneses comenzaron a
agitarse* en favor de las restricciones de importaciones de las co-
lonias con el fin de proteger a la comunidad campesina de la
metrépoli, considerada como «la espina dorsal de una nacién, la
fuente de toda fortaleza militar y los guardianes de las virtudes
tradicionales contra las influencias extranjeras»;° pero si se hu-
biese prestado atencién a tales demandas, se hubiera dado lugar
a conflictos en Jas zonas urbanas, ademas de haber puesto en
peligro tanto el desarrollo industrial como las ventajas estratégicas.
El segundo producto agricola japonés en importancia, es decir,
la seda, tuvo también su periodo de asombroso desarrollo, aumen-
tando su valor 13 veces entre 1914 y 1929. Este desarrollo re-
percutié en el campo, ya que con él aumentaron tanto la demanda
de capullos como la de hojas de morera. El niimero de granjas
dedicadas a la erfa de gusanos se incrementé de una manera cons
tante, y, hasta 1929, dos quintos de todas las familias campesinas
hacian de esta actividad un segundo empleo. Al mismo tiempo,
Puesto que los establecimientos de devanado tenian que estar cerca
de las fuerzas productoras de su materia prima, aumenté también
la demanda de mano de obra femenina, en su mayor parte pro-
cedente de las familias campesinas. La venta de capullos y los
Jornales ganados por las hijas de los campesinos en los centros
de devanado contribuyeron a mejorar las disponibilidades en me-
tdlico de aquéllos, ya que gran parte de la produccién de arroz
* Especialmente la Sociedad Agricola Imperial (Teikoku Nokwai).
5 E. F, Penrose, The Industrialization of Japan and Manchukuo, p. 145.08, 0, como en el cas0 de Tos ares,
en pago de la rents,
Las pequeas mejoras aleanzadas durante este periodo en ay
nivel de vids, a posar de todo, se deben principalmente a ly
‘nuevas oportunidades que tuvieron al emplearse en actvidada
industriales y, partiularmente, en su participacién en el ripidy
ineramento que habia tomado el eomercio de Ta sed.
CCualguie altraciia de curso que suftiera este comersio te.
Aria conseeuencias desastrosas para ellos, Durante la Guerra May
os s elevaron rapidamente y en 1920 el precio medie
de las 100 kin era de 1191 yens. Aunque huke
un descensoripido cuando sobrevino la repentina baja de preci
en la poogucrra, la vuelta a la normalided conocida durante d
conilicto fue rapide, y en 1923 el kin se situé a 2150 yens. Des
‘pués de 1925, con el aumento del valor del cambio del yen, lo
precios volvieron a bajar, y en abril de 1929 el precio de expor
taciin estaba en 1420 yens. Ain asi, era mejor que los promo.
dios de antes de la guerra, pues entonces los precios habian ve
riado entre 800 y 900 yens. Vino después el colapso del meresde
ameriano, y hacia octubre de 1930 el precio deseendié « 540 yeas
‘Ag sguiébajondo en los dos afios siguientes, y en juicio de 1932
lamente ascendis « 390. El resultado de todo esto fue Ia redve
én que los campesinos sufrieron en sus ingresos en metélen
sedaceién que coineidis con la baja de Tos precios del arroz. Ls
inguitad de Tas sons agricolas tavo desgraciadas consecuendi)
puliticas. Los campesinos atribuyeron al gobierno Ta responsabi
lide del fracasosufrido, y su deseontento se trasmitié al ejéciy
forméndose con ello la causa prineipal de In eaida del «gobi
Iiheraly y la transferencia del poder a los que propugnaban It
grein mailiter.
Por ora parte, foe ta industria peaquera una de 1s que iit
contribuyeron 2 sumentar la produccién de alimentos de Japéo
especialmente It de origen animal, que, Ia facilitaba desde hacit
‘mucho tempo. Fl indie de producciém maritima de Koide =fiala un aumento (1921-1925 = 100) de 42 en 1914, @ 127 en
1929. El desarrollo de todas las ramas de esta industria fue grande,
destacindose sobre todo el de las fdbrieas flotantes de eonservas,
ccuyas actividades se Ulevaban a efecto en aguas distantes del norte
del Pacifico y en el mar de Behring. Estas fibrieas estaban di-
rigidst por unes pocas empresas grandes, presentando eon ello un
fuerte contraste al compararles con las empresas en pequeia es.
tala de Jas pesquerias costeras, en las que también produjo eco-
nomias I introduecién de cambias téonicos, tales como el empleo
de motores de gacolina on sus embarcaciones.
Una vez examinadas la agricultura y 1a pesca, podemos ans-
lizar ahora Jos avances téenicos introducidos en las industrias ma-
aufactureras. Fueron las textiles, seda y algodén, las que alean-
zaron mayor desarrollo entre 1914 y 1929; aunque, en general,
todas las industrias japonesas realizaron considerables progresos,
ceuya significacién no pudo apreciarse del todo hasta Ia década
siguieate. Ya nos hemos referido a la gran expansién que expe-
vimonts la industsia de la seda brute; exponsién que estuvo rel
ciootda con el incremento que tomé la demanda americans pa
Ja fabricaciéa de articulos de esta materia, por un lado, y, por
‘otro, con Ia introduecién de métodos de produeciSn més efiesces,
debido a las investigaciones cientifieas que el gobierno de épocas
anteriores habia fomentado; entre las cuales estin ef eultivo de
las moreras, Ia erfa de gusonos de razas mejores, nuevos procesos
fn la produccién de huevos y de su tratamiento, Is introdueciéo
de maquinarias para el devanado mitiple de hilo y otras mejores
en los prosesos de febricacién y organizacién general.
También los tejidos de seda tuvieron su incremento durante
cate mismo periodo de tiempo. Las telas estrechas para la con-
feceién de vestides japoneses continuaron siendo fabricadas en pe-
quefos telares manusles instalades en su mayoria en reducidos
fstablecimientos, aunque durante los afos siguientes «1920, y
pata Ia fabricecin de ciertos géneros, los telares manusles fueron
fds en algunos de ellos por telares mecdnioos del mismoancho, Esta expansin general afectd también Ia fabricacién
‘mecinica de tejides de doble ancho, dedicada principalmente «
1a exportacidn, Dessparecié la antigua expecializacién en habutae
1 surgieron nuevas variedades de tejidos, telas como la seda Fuji
(hecha de seda hilada) y el erepé, los cuales ocuparon desde en.
tonces el lugar més importante, Esta seccién de la industria tre
bbajaba en escalas mayores que la dedicada al mercado interior,
ceomensando por entonces a aparecer las fébricas con més de $0
telares,
El eresimiento, que hebia tenido lugar antes de Ia guerra en
Ia industria del algodén, continus después de Ia contienda. El
niimero de husos se elevé @ 2415 000 en 1914, a 3.814 000 en
1926, y despuss del retroceso que ocasioné la destruccién de unos
00.000 husos, como consecueneia del sismo en Kwanto en 1923,
46 650 000 en 1929. Pero el nimero de fabricas y empresis de
dlicadas a esta industria no aumenté de forma proporeional a la
capacidad de produccién de las mismes, sino que fueron las em
press y fibrieas ya existentes las que aumentaron su tamaio!
Hubo ademés una marceda tendencia hacia la centralizacién y
hacia 1929 el 56 por ciento de los hnsos estaba en manos de siete
frandes empresas. Las hilaturas, como ya hemos visto, babian
faclitado hilo de exportacién a los tejedores nacionales, tanto ¢
Jos artesanos que utiizaban la fuerza de trabajo familiar, come
‘los pequedos talleres; pero mis tarde establecieron sus propint
talleres, en los que se dedicaron a tejer el hilo fabricado por ellos
rismos. Esta tendencia se identifi atin mas entre 1913 y 1929,
lUsgando a hacerse caractristia de un sector de Ia industria lg
doners japoness. Los telares propiedad de las hilaturas aumentarv®
de 24,000 en 1913, a 74.000 en 1929, y su produecién se euadr
plod; micatras que las bilaturas sélo se duplicaron, fenémeno de-
‘ido principslmente a la reduecién de Ins exportaciones de hilo
+ Ba 291, kha 44 competion con 152 faricasy on 1929, 59 con 241-
pred de hao pr fea de 16000 cn ‘000 en
Pym LUE Ae leigh bik