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—= RIC ARTICULO ORIGINAL Conductas alimentarias de riesgo en adolescentes mexicanos. Datos en poblacién estudiantil del Distrito Federal! Claudia Unikel Santoncini,* Jorge Ameth Villatoro Velazquez,” Marta Elena Medina-Mora Icaza,"* Clara Fleiz Bautista,” Eva Naty Alcantar Molinar,” Suhaili Abigail Hernandez Rosario* " Fnanciad através del proyecto No. 431P-H del Consjo Nacional de Ciencias y Tecnologia. *tnvestigadores del Divison de Invenigaciones Epidemiologicasy Sociales, Instituto Mexicano de Piqua, "+ Jefe de a Division de Investigaciones Epidemiolopcasy Sociale. lsuto Mexicano de Piguats, Risk eating behaviors in Mexican adolescents. Data from Mexico City student populations ABSTRACT ata of the Drug and Akcobo! Prevalence In Student Population ‘of Mexico City Survey 1997 were used t achieve knowledge about ‘the presence of risk eating behaviors, characteristic of eating dis- ‘orders in the student population of Mexic city (N= 10.173). The ‘Sample was conformed by boys (47.9%) and girls (52.1%). with a ‘mean age of 14.5 years (SD ~ 1.8). The identification of the dif ‘erences between boys and gicls, and age groups in two occur- ‘rence categories of risk eating bebavior (ever and two or more “mes per week) were among the main objectives. An eleven lems Scale With three answering options about eating behavior during the last three months was used. The BMLP distributed normally, with greater percentage of overweight, shan underweight In both sexes A greater percentage of risk eating behaviors were found ‘among girls, excluding hard exercising and binge eating, a5 well 8s silar percentages of laxative and enema use In both sexes. ‘The analysts held by age groups for risk eating behaviors showed Significant differences in binge eating, self induced vortting pills ard enemas se among boys. while girls showed difeences {in almost all ofthese practices, being the group of 18 and 19 ‘years where the greater percentages were found. Key words, Adolescents. Eating disorders. Body image. INTRODUCCION El estudio de los trastornos de la conducta ali- ‘mentaria es un drea de investigacién relativamente nueva en México. Se han iniciado una serie de inves- RESUMEN Para conocer la presencia de conducts alimentarias de riesgo pro- plas dels trastornos de la conduct alimentarlaen Ia poblacén es. {udlantl de la cludad de Mexico, se utilizar los datos reopilados por Ia Encuesta sobre la Prevalencia del Consumo de Drogas y Al ohol en la Poblacin Estudiantl del Distrito Federal de 1997 (N = 10,173). La muestra se conforms de hombres (47.99), y mujeres (62.18), com una media de edad de 14.5 fos (DE = 18) Se invest faron diferencias por sexo y edad en dos eateorias de ocurrencia {alguna vez y dos o mas veces en una semana) de conducts alimen: {arias de riesgo. Se uli una esala de once reactivas con tres op clones de respuesta para indagar acerca de la presencia de dichas ‘ondctas en los Utimas tres meses, Se encontré uns distribucn rormal del IMC:P. con mayor porcentaje de sobrepeso que de peso por abajo del normal. Las mujeres reportaran mayor proporcicn ‘de condictasalimentarlas de riesgo, can excepcion dela préctica de ‘erccio de camer compulsivamente, ast amo poreentajes simi Fes alos hombres ene! uso de laxantes y enemas, suposiorios y la ‘vativas. Los andlisis por edad mostraron diferencias significtivas al interior del grupo de varones en comer compulsivarente. vémito ‘autolnducldo,pastillsy enemas, mientras queen las mujeres estas ‘iferencas se presentaron en cast todas las conductas, send las ‘adolescents de 18 y 19 os las mas afectadas. Palabras clave. Adolescencia, ‘Trastomnos de la conductaalimentarla, Imagen corporal tigaciones en diferentes poblaciones de manera siste- ‘matica, como son: pre-adolescentes! adolescentes y adultos?” poblacién clinicamente diagnosticada con trastornos de la conducta alimentaria,** y grupos de alto riesgo, en los que existe un interés focalizado en. 140 La Revista de mvestigacion Curia / Vol $2, Num. 2 / Marzo-Abr 2000 pp 140147 el peso, tamaio y forma del cuerpo. entre ellos, de- portistas, bailarines y modelos." Hasta la fecha, no se han realizado estudios con muestras representati- ‘vas de la poblacién mexicana, ni con instrumentos, estandarizados comparables con los utilizados en ‘otros paises. Sin embargo, los datos recopilados, dan ‘cuenta de la presencia de los trastornos de la conduc- ta alimentaria en el Distrito Federal, y de porcenta- Jes importantes de précticas alimentarias de riesgo o conductas dirigidas hacia la disminucién del peso corporal como efecto de una preocupacién desmest rada por la figura y el peso. Los trastornos de la conducta alimentaria (ano rexia y bulimia nervosas) son enfermedades que se desarrollan en la adolescencia y 90 a 95% de los ca- 50s son mujeres, Las estadisticas sefalan que la pre valencia de anorexia nervosa fluctua entre 0.2% y 0.5%, y la de bulimia nervosa entre 2% y 3%."® mien- tras que la prevalencia de los trastornos de la con: ducta alimentaria no especificados, es del 3 al 5%."*5 La relacién hombre-mujer de anorexia nervosa es de 1 por cada 20 easos,"® mientras que esta relacién es de 1 por cada 10 casos de bulimia nervosa."? La importancia de desarrollar investigacién en esta drea radica entre otras razones, en las graves complicaciones clinicas y psicoldgicas que conlle- van estas enfermedades, tales como las secuelas de la mala nutricién, incluyendo el compromiso car: diovascular, el retardo en la maduracién sexual y cel desarrollo fisico general en pacientes preadoles centes; los efectos de la amenorrea protongada, ‘como son la osteopenia y las fracturas patoldgicas, las alteraciones electroliticas, los desequilibrios de minerales y fluidos, y 1a irritacién y sangrado del esofago, entre otros.i#20 Los hallazgos de investigacién mencionan que los trastornos de la imagen corporal y de la conduc- ta alimentaria, se inician en las nifias alrededor de los 10 aos y se incrementan dramaticamente con la transicién a la escuela secundaria.*!#2 Los prin- cipales factores de riesgo involucrados en el desa- rrollo de problemas de la conducta alimentaria son los cambios caracteristicos de la pubertad. el inicio de las relaciones de pareja, el incremento en las cexigencias académicas, y la presién de la familia, companeros y el medio social para alcanzar un cuerpo idealmente delgado.” El seguimiento de dietas para bajar de peso es comin entre las ado- lescentes, aun cuando su peso corporal sea normal © inclusive bajo, y el uso de otras practicas alimen- tarias de riesgo, como el v6mito autoinducido, abu- so de laxantes y diuréticos se presenta en porcen- tajes preocupantes. Algunos estudios realizados en México, reportan que el 60% de mujeres adolescen: tes estudiantes de escuelas privadas llevan a cabo dietas para bajar de peso, y entre el 2.5 y 12% uti- liza el vomito autoinducido, laxantes 0 diuréticos con este mismo fin?!" Estudios de corte longitudinal con 1-2 afios de duracién®*?5 han mostrado evidencia acerca del agravamiento de la patologia alimentaria en algu- nos individuos. Estos estudios informan que el 20- 30% de mujeres que realizaban dietas para bajar de peso de manera patoldgica, desarrollaron un sindrome parcial 0 completo y el 15% de los sujetos con un sindrome parcial evolucionaron hacia un sindrome completo. La presente investigacién forma parte de la En. ‘cuesta sobre la Prevalencia del Consumo de Drogas y Alcohol en la poblacién estudiantil del Distrito Fede ral de 1997, cuyo principal objetivo fue evaluar las prevalencias del uso de drogas, alcohol y tabaco, asi como las tendencias del consumo en la poblacion de estudiantes de ensefianza media y media superior. Dicha encuesta incluy6 por primera ocasion pregun- tas de informacién sobre la conducta alimentaria, peso, estatura y autopercepcién del peso corporal. El objetivo de incluir esta seccién de preguntas fue co- nocer el grado en el que se presentan las conductas alimentarias de riesgo en esta poblacion. METODO Poblacion y muestra La unidad de andlisis sobre la cual se obtuvo la in- formacién fueron los estudiantes de ensefianza me- dia y media superior inseritos en el ciclo escolar 1997-1998 en las escuelas publicas y privadas del Distrito Federal. Se consideraron tres dominios de estudio: a) estudiantes de secundaria, b) estudiantes de bachillerato y c) estudiantes de escuelas téenicas y comerciales. Por razones de tipo operativo se exclu- yeron las escuelas militarizadas y las de arte La muestra se elaboré con base en los registros oficiales del ciclo escolar 1997-1998 de la Secretaria de Educacién Publica. El marco muestral se validé y depuré mediante un muestreo aleatorio del 10% de las escuelas de cada dominio de estudio, para dis- poner de informacién lo mas conflable posible. Con: forme al marco de muestreo utilizado, se calculé un promedio de 36 alumnos por grupo, lo que permitié establecer el ntimero de total de grupos por selec: cionar (338). El disefio de muestra se determiné autoponderan: do al nivel de cada Delegacin Politica para grupos y Une SC wa Condcts amet de riesgo en adlescontes mexkcaros Rev Invest Cn 2000 $22): 140-147 1 alumnos, yestratificado por tipo de escuela: prepara. toria, secundaria y téenico comercial, con dos etapas de seleccién: 1) escuela y 2) grupo escola Sujetos La muestra seleccionada para el presente trabajo, se constituyé por los sujetos de ambos sexos con eda- des comprendidas entre los 12 y 19 afios (N = 9,755). Se seleccionaron estas edades para considerar tinica. ‘mente personas en la etapa adolescente. La muestra ‘quedé formada por 4,676 hombres con una edad pro- ‘medio de 14.5 anos (DE = 1.8) y 5,079 mujeres, con una edad promedio de 14.4 afios (DE = 1.7). Instrumento La seecién relativa a las conductas alimentarias de riesgo fue elaborada especificamente para la pre- sente investigacién, con base en los lineamientos propuestos por e! DSM-IV.” Se incluyeron 11 pre- ‘guntas relativas a la conducta alimentaria: preocu- pacién por engordar, comer compulsivo y sensacién de falta de control al comer, dietas, ayunos, eercicio {y vOmito autoinducido: uso de laxantes, diuréticos 0 pastillas para bajar de peso. y uso de enemas, suposi- torios o lavativas. Las preguntas se refieren a la préctica de dichas conductas en los tres meses pre- vios a la realizacién de la encuesta, con tres posibili dades de respuesta: 1) No, 2) Algunas veces y 3) Dos ‘o més veces en una semana. Se pregunté la propia percepcién del peso y la es: tatura para calcular el Indice de Masa Corporal-Per- cibido (IMC-P) con la formula peso/estatura®. Asi- ‘mismo, se incluyé una pregunta acerca de la auto- percepcién del peso corporal en una escala de 1 a 5, desde muy delgado hasta muy gordo, pasando por la opcién “ni gordo ni delgado”. previamente utilizada cen otras investigaciones realizadas en México.!5"" La distorsion de la imagen corporal, se conoce ‘como el menor © mayor alejamiento concreto del peso imaginario con respecto al peso reportado por el sujeto. Para conocer la distorsién en la imagen corporal, se utiliz6 la férmula IMC-P - autopercep- ‘cién del peso corporal. La operacién se llev6 a cabo con los valores del IMC-P convertidos en las catego: rias de peso arriba mencionadas y sus equivalentes para la pregunta sobre autopercepcién del peso cor- poral. La diferencia positiva que resulta se expresa en términos de sobrestimacién, y la diferencia nega tiva como subestimacién; una diferencia igual a cero se interpreta como la ausencia de distorsién en la imagen corporal.® Procedimiento El disefio operativo de la Encuesta incluy6 un coordinador central, 4 supervisores y 21 encuestado: res. El coordinador central fue el responsable gene- ral del trabajo de campo. Los supervisores se encar- garon de vigilar el trabajo de campo en una zona 0 delegacién politica especifica, y ayudar a los encues tadores a solucionar problemas como localizacién y permisos de entrada a las escuelas. Los encuestado res tuvieron a su cargo la aplicacién de los cuestiona- ios a los grupos previamente seleccionados. Se puso especial euidado en que los encuestadores supieran transmitir instrucciones que garantizaran a los alumnos la confidencialidad y anonimato de sus res- puestas. La informacion se obtuvo por medio de un cuestionario estandarizado que se aplicé de manera grupal en el salén de clases. La duracién promedio de aplicacion fue de 75 minutos. RESULTADOS Dadas las caracteristicas del cuestionario utiliza do, sélo es posible clasificar a los sujetos con alto riesgo y no con un diagndstico preciso. Debido a la importancia que tiene detectar a los casos en riesgo. se manejaron dos categorias de respuesta que fue- ron utilizadas para diferenciar a los sujetos que contestaron haber llevado a cabo practicas de riesgo alguna vez, y a los sujetos que las han llevado a cabo frecuentemente (opcién de respuesta “dos ve ces a la semana 0 mas”). Por otro lado, con el objeto de conocer el ntimero de indicadores clinicos, éstos se clasificaron como presencia de: a) sobrestimacién del peso corporal, b) preocupacién por engordar. «) practicas de tipo restrictivo: ayunos, dietas. ejerci io y uso de pastillas para bajar de peso. y d) practi cas de tipo purgativo: vomito autoinducido, uso de laxantes, diuréticos y enemas. Se hizo una sumato: ria del ntimero de indicadores presentes para reali zar el analisis. Se llevaron a cabo andlisis de x* para conocer las. diferencias entre grupos con respecto a la presencia de conductas alimentarias de riesgo por sexo y edad (subdividida en 4 grupos) y se efectuaron dos compa- raciones, una para cada categoria de respuesta de acuerdo con la ocurrencia de la practica alimentaria, Este mismo estadistico se utiliz6 para comparar las conductas alimentarias con las tres categorias de respuesta de la distorsidn de la imagen corporal. Por otro lado, se utiliz6 analisis de varianza de dos Facto: res (sexo y edad) para conocer las diferencias del IMC-P y del niimero de indicadores clinicos. 142 Unt SC tal Canta timers de esgo on adlescontes mecanos. Rev invest Clin 200; 52 (2): 140-147 Indice de masa corporal 15.4% de los sujetos encuestados no reportaron el dato de peso y/o estatura, por lo cual no se pudo calcu- larel IMC-P para los mismos. Los puntos de corte del IMC-P fueron calculados con base en percentiles por edad por ser mas precisos para nifios y adolescen- tes.28#" En acuerdo con Must2? se definié obesidad (percentil > 95). sobrepeso (percentil > 85). peso nor ‘mal (percentil 15-85). peso bajo (percentil < 15) y muy bajo peso (percentil < 5). Para el presente estu- dio se calcularon las categorias del IMC-P para los cuatro grupos de edad del estudio (12-13 aftos, 14-15, 16-17 y 18-19) Los datos del IMC-P obtenidos para la muestra in- dican una distribucién similar para hombres y muje- res. Debido a la construccién por percentiles, el 70% de los sujetos se ubicaron en la categoria de peso nor- ‘mal, mayor cantidad presentaron sobrepeso y peso bajo que peso muy bajo y obesidad. Los valores me dios absolutos correspondieron a la categoria de peso normal, tanto en hombres (media = 21.36, DE 5.4) como en mujeres (media = 21.23, DE = 4.4). El anélisis de varianza de dos factores (sexo y edad) para el IMC, mostré diferencias entre los grupos de edad (p < 000), pero no sefialé diferen- cias por sexo (p > .05). En relacién con la edad. encontramos que los valores promedio del IMP-P se incrementan de manera progresiva con la mis- ma, marcando diferencias significativas entre los adolescentes de 12-14 afios con los adolescentes de 15 afios o mayores (p < .0000). Al hacer este andi sis para hombres y mujeres por separado, se en- contraron diferencias significativas entre los varo- nes de 12 a 15 aftos, con los de 16 afos 0 mayores {p = 0000) y en las mujeres de 12-14 afos con las de 15 afios o mayores (p = .0000).. Conductas alimentarias de riesgo La presencia de conductas alimentarias de riesgo, se analiz6 por sexo. grupos de edad y por la ocurren cia de las mismas (alguna vez y frecuente). En cuanto a las diferencias por sexo en la précti- ca alguna vez, se observ que las mujeres presentan ™mayores porcentajes en todas las conductas alimen- tarias en comparacién con los hombres, con excep- cin de comer compulsivamente, la cual fue mayor cen hombres, y el uso de enemas, supositorios y lava tivas, en donde ambos sexos obtuvieron los mismos porcentajes. En lo que respecta a la préctica frecuente (Cuadro 1), también se observé mayor porcentaje en mujeres, con excepcién del uso de laxantes y enemas. en don: de ambos sexos presentaron porcentajes similares. y de la préctica de ejercicio y comer compulsivo, donde los hombres mostraron mayor porcentaje que las mujeres. En especifico, la preocupacién por engordar se presenté en una proporcién significativamente mayor en las mujeres, tanto en la categoria de res puesta “alguna vez” (71.8% por 46.5%) (p < .0000) como “frecuente “ (15.4% por 5.3%) (p < .0000). El andlisis por grupos de edad para los varones en. la categoria de respuesta “alguna vez", mostré dife- rencfas significativas en comer compulsivamente, v6 mito autoinducido, seguimiento de dietas y uso de enemas, supositorios y lavativas. En tanto, en la cate goria de respuesta “frecuente”, s6lo se encontraron ‘Cuadto 1, Distibucion de a muestra por conducts aimertrias de esgo, Dierencias por sexo (N = 9,755). Practica hecveme nicuadrada Hombres Mujores Conducta aimentaria 12467 125079 x o Preocupacion por engordar 53 154 250.74 0.0000 races de atracones 53 49 ‘oto ns ‘Sensacién de fata de conrl al comer 26 33 4a 0.0306 Pracies de vomto autondicido 06. 2 950 0.0020 Practica de ayunos 10 27 3835 0.0000 Sequimiento de cetas 20 40 sa 0.0000 Practica de ejercco para bajar de peso 13 150 37 ‘o.o0zs Uso de pastas 07 4 1079 0.0010 Use de duticos oa 08 538 0.0203 Uso de laxantes os, 0s ‘0.00043 ns Uso de enemas, suposovios ylavaivas oa 04 0.035 ns nel SC et a Conducts ainotaris do rlesgo on adlescntes moricaros Rev Ives Clin 200,52 (2: 40-187 143 Cuado 2. stibucion dela muestra por conducts alimentaras de riesgo, Olerencas por edad en hombres (N= 4,676) tod Chicuadrade Condsctaatimentaria Practica tecvente Ris WIS 617 18.19 x > Prescupacin por engordor 55 5087S om ons Practica de aacones 4300 446983 2006 0.0000 Sensacion de faa de cota al comer 2900 27k 451 ns Praciea de vomito atinducdo 0805s = 548 rs Practica de ayunos 130 08 «= 08 27 1s ‘Sequimiento de tas 270 2015 679 is Prdctca de jercicio para boar de peso eS 68 O07 394 1s Uso de pastes 120 080603. ) Uso de dirticos 06 05 389 ns so de laxartes os 06 3 468 1 Use de enemas, supastois yavativas os 03020 631 a CCuadro 3 Porentaje de conductas almentarias de riesgo Dilerencias por edad en mujeres (N = 5.079). tad Chicuadrace Conducta almentario Practeateevente 12134151617 18-19 x > Prescupacion por engordar ws 80189 7975 0.0000 Practica de avacones 4200 4362 m1 1.0004 Sensacion de fata de conta al comer 2 37 470 ns Practica de voto autindueo 13g 101 ns Practica de ayunas 200328 130s Sequimiento de cetas B17 SA voor ote Practica de ejteicio para haar de peso M2 53158 136 ns Uso de pastas awa 9730021 Uso de dureticas os 06 10 yeas 0.0003 Uso de laxantes 04 dG 1815 0.0027 Uso de enemas, supostorios avavas 06 03s 168 ons diferencias significativas en comer compulsivamente yen el uso de pastillas para bajar de peso. Se observ6 {que conforme avanza la edad es més frecuente la com- pulsidn por comer en la categoria de uso alguna vez ¥ frecuente. En tanto, en la categoria “alguna vez”, el vyémito autoinducido, los ayunos, el seguimiento de dietas y el uso de enemas, supositorios y lavativas, es ids frecuente en los sujetos de menor edad. El andlisis por grupos de edad en la categorfa “al guna vez en la vida para las mujeres”, indicé diferen cas significativas en todas las conductas alimenta- rias de riesgo, con excepcién del v6mito autoinduct do, la sensacién de falta de control al comer y del uso de enemas, supositorios y lavativas. Los datos mues- tran que la presencia de preocupacién por engordar, sensacién de falta de control al comer, comer com- pulsivamente, practica de ayunos, y uso de pastillas, diuréticos y laxantes es mayor a medida que se inere- menta la edad. En la categoria de uso frecuente (Cuadro 3). se present6 este mismo patrén (mayor porcentaje a mayor edad) en casi todas las practicas de riesgo. Las adolescentes de 18 y 19 aitos presentaron los porcentajes mas elevados, con excepcién del segui- miento de dietas y la preocupacién por engordar, los cuales fueron mayores en las adolescentes de 16 y 17 afos. Por otro lado, las adolescentes de 14 y 15 afos mostraron mayores porcentajes que las de 16, y 17 afos en la sensacién de falta de control al comer, en la préetica de ayunos y vémito autoinducido, Con: trariamente a lo esperado, las adolescentes de 12 y 13 afios informaron un porcentaje similar al de las ado: lescentes de 18 19 afios en el uso de enemas, suposi torios y lavativas. 4 Unt SC tt Conducts tment de riesgo om adlescentes meucanos Rev lvet Cin 200: 22): 140-147 Se llevé a cabo una comparacién entre las categortas de distorsion de la imagen corporal (Subestimacién, so- brestimacin y ausencia de distorsién), con cada una de las conductas alimentarias de riesgo, con la finalidad de reconocer aquellas respuestas dadas por deseabili- dad de aquellas relacionadas con la patologiaalimentaria. Los resultados encontrados mostraron que tanto cn la prictica alguna vez como frecuente, los porcen- tajes de conductas alimentarias de riesgo son mayores en los sujetos que sobrestiman su peso corporal, no asi el comer compulsivamente, que es similar en los tres grupos. Ademas, la practica de ejercicio para ba jar de peso, fue mayor en los sujetos que no distorsio- naron su imagen corporal. La prueba de z? no serials diferencias en comer compulsivamente en las catego: rias alguna ver ni frecuente, el uso de laxantes no fue significativo en la préctica alguna vez, y el uso de pas tillas para bajar de peso, diuréticos y enemas, suposi- torlos y lavativas, en la practiea frecuente (Cuadro 4). ‘Nuimero de indicadores clinicos En la categoria de andlisis alguna vez, fue mayor la cantidad de sujetos de ambos sexos que refirieron la presencia de algun indicador clinico en compar cign con los que no lo hicieron. En la categoria de andlisis frecuente, se encontré que el 36.2% de los hombres y el 43.5% de las muje- res reportaron la presencia de indicadores clinicos, de los cuales el 35.4% de los hombres y el 40.6% de las mujeres refirié un maximo de dos indicadores, mientras que tinicamente el 0.9% de los hombres y el 2.8% de las mujeres sefial6 3 indicadores clinicos 0 ‘mas (Cuadro 5). El analisis de varianza de dos facto- res (sexo y edad) para comparar el ntimero de indica: dores clinicos, mostré diferencias significativas tni- camente para el sexo (p < .000). Los varones reportaron mayor promedio de indi- cadores clinicos entre los 12 y 13 afios en ambas ca- tegorias, mientras que el mayor promedio para las mujeres se report6 a los 18 y 19 afios (Cuadro 5) DISCUSION A partir de lo datos presentados, se puede concluir que en la poblacién estudiada, existen las conductas ‘alimentarias de riesgo caracteristicas de la anorexia y ‘bulimia nervosa, prineipalmente en la poblacién feme- nina. Si bien es conocido que la prevalencia de estas ‘enfermedades es baja'®" los porcentajes de preocu- paacién por engordar y la practica de diversos métodos, de control de peso aqui reportados, colocan a una can- tidad importante de adolescentes mujeres, ante la po sibilidad de desarrollar una patologia més severa. La literatura sefiala que la edad de gestacién de estos trastornos, se ubica entre los 14 y los 18 afios,® lo que concuerda con los resultados arrojados por la presente investigacién, ya que fueron las ado Tescentes de 16 a 19 afios, las que presentaron el ma- yor porcentaje de indicadores clinic y, si bien se des- onoce el grado de patologia clinica, éstas se ubicaron enel extremo de mayor grado de sintomatol El analisis del ntimero de indicadores clinicos se ‘al6 un numero reducido de mujeres que no presen 16 sintomatologia en la categoria alguna vez, y un numero importante de sujetos que report6 por io me- CCuado 4. Comparacon ere conducias abmentarias de riesgo ydstorson de a imagen corporal . Frecuentemente Sin dstorsion Subestiacion Sobretimacion Conduct atimentari 124637 n=2890 2208 a Preocupacion por engordar 108 13 150 Practica de aacones. 51 52 50 Sensacin de ata de corto al comer 25 30 490 Pracca de vomito autoinducido 08 07 1s Practica de ayunos 15 15 33 Sequiierto de ditas 28 19 52 Prdcca de jercco para bajar de peso 188 130 152 Uso de pastas og 09 15 Uso de diéticos os 05 09 Uso de axardes os 4 09 Uso de enemas, supostoris yavavas 03 04 07 peo “peor pet nel SC ett Condctasainentaris dese en adeescontes meicanos. Re Invest Clin 200; 52 145 Cuadro 5. Dstibucion de la muestra po ndicadorescinicos de riesgo, Porcetaesy valores metas sbsoutos or sexo y edad (N « 9.755) Edad Hombres ‘Numero de indcadores cincos 12.13 14.18 16-17 18:19 Total 13 WIS 1617 18.19 Total Practica hecvente MAS 2167 w21067 9239 med ae TY ma 1$2F me L082 2291 025079 ° Sr 6425S BBS BRB $80 5639557585 1 33 5 B28 88 ws 1 mB m8 OT 2 60 60 «$8 «S458 93 98 106 «1788 3 1$ 04 08 038 170280323 i oo = ont os 03 0st Media 04s 0420410370 056 083 08306408 nos dos indicadores clinicos. Este iltimo grupo, al parecer representa a un sector de la poblacién ado- Iescente cuyas practicas alimentarias son normati- vas y no necesariamente patolégicas. De acuerdo con los criterios clinicos del DSM- IV.” se puede pensar que los sujetos que presenta- ron tres 0 més indicadores clinicos en la categoria de ‘ocurrencia “frecuente”, son aquellos que se encuen- tran ante un riesgo importante de padecer un sin: ‘drome subclinico 0 clinico de los trastornos de la con- ducta alimentaria, que de acuerdo con los resultados, ‘obtenidos fueron el 0.9% de los hombres y el 2.8% de las mujeres de la muestra. El andlisis de comparacién entre la distorsion de la imagen corporal y las diferentes conductas alimenta- rias de riesgo, indicé que los sujetos que sobrestima: ron su peso corporal, presentaron mayores porcenta: Jes de conductas de riesgo, lo que sefala la importan: cia en la deteccién adecuada de este indicador clinico. Los resultados sefialaron que tanto comer compulsi: ‘vamente, como el uso de pastillas, diuréticos; enemas, supositorios y lavativas. no son indicadores claros de patologia, puesto que no distinguen entre categorias de la distorsién de la imagen corporal en la practica frecuente. Sin embargo, debido a que el comer com- pulsivamente es uno de los indicadores clinicos nece- sarios para diagnosticar bulimia nervosa, seria impor- tante diferenciar su asociacién con la sensacién de fal: ta de control al comer, y con el vémito autoinducido, ‘ya que es una practica comin a hombres y mujeres de ‘todos los grupos de edad, asi como a sujetos que dis- torsionan y no distorsionan su imagen corporal. La practiea de ejercicio para bajar de peso, fue mas elevada en los sujetos que no distorsionaron su imagen corporal, resultados que pueden ser consecuencia de respuestas de deseabilidad, 0 debido a que un gran nui- ‘mero de sujetos realizan estas précticas como parte de una normatividad cultural. Seria necesario la distit cidn entre la practica cotidiana de ejercico, y la practi- ca excesiva del mismo con fines de reduccién de peso para identificar adecuadamente este indicador linico. Por otro lado, queda claro a partir de los resultados, que las practicas del vémito autoinducido, ayunos. die tas y laxantes son indicadores clinicos especificos de los trastornos de la conducta atimentaria, lo cual es un in- dicador de la validez de la informacién recopilada. Es importante considerar las complicaciones que son ‘consecuencia de la distorsién de la imagen corporal. En tal sentido, se observé que los sujetos que sobrestimaron, ‘su peso, presentaron mayor porcentaje de conductas alt mentarias de riesgo y son los que se encuentran ante mayor riesgo de desarrollar una patologia. La literatura internacional seftala que la tendencia de los sujetos es sobrestimar su peso corporal. influenciado por la co nocida intencién de alcanzar una delgadez idealmente impuesta por las normas sociales. La presencia de sobre- ‘peso es menos aceptada en la mujer que en el hombre, y la respuesta de hombres y mujeres ante esta misma con- dicién, se encuentra matizada culturalmente: esto es, para los hombres es una caracteristica aceptable y en ‘casiones descable, mientras que para la mujer es una condicion estigmatizante.** Es importante resaltar que la presencia de rasgos caracteristicos de los trastornos de la conducta ali mentaria, como son la sobrestimacidn del peso corpo- ral ola presencia de précticas alimentarias de riesgo, en simismas no conducen al desarrollo de una patolo sia clinica, es necesario que se presenten un conjunto de rasgos y una serie de circunstancias antecedentes, precipitantes y mantenedoras de la enfermedad. Ante ello, es preciso remarcar la necesidad de llevar a cabo ‘mas trabajos de investigacién que permitan continuar avanzando en el conocimiento de estos padecimientos hasta ahora poco estudiados en nuestro pais, utilizar 146 nue SC tal Canta atmenares de spoon adolescents mencanos Rev invest Clin 200; 52 (2) 140-147 ‘instrumentos de medicion que permitan conocer la prevalencia e incidencia de los sindromes subelinicos. ¥ clinicos, asi como de los factores de riesgo asociados, ‘de manera que sea posible desarrollar estrategias pre- ventivas y de tratamiento adecuadas. La presente investigacién es una contribucién im- portante en el estudio de los trastornos de la conducta alimentaria ya que brinda un panorama sobre la si- ‘tuaciGn que estos padecimientos guardan actualmen- te en la poblacién adolescente del Distrito Federal. [AGRADECIMIENTOS ‘Agradcemos sls Lic. Vitotia Holts Kaminsky por la revisin deb ‘nig nical de as regu sobre conduct aimentara REFERENCIAS |. Gime Perm G. 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