Está en la página 1de 3
La novia del pececito —No. No me lo han dicho. —Pues yo te lo digo. Te pareces ala flor que existe en la profun all{ adonde s6lo yo puedo entrar... {Me sueltas? —Si —dijo Blanca— Pero... {Te veré de nuevo? Cuando quieras —respondis el pez—. Solo tienes que llegar, y asi: "Aqui estoy, Juino mio; Juino mio, estoy aqut". Entonces la muchacha ech el pez en el charco y éste se empiné ‘maromas y galanteos. Luego, se escondis tr suspir6. Enseguida tom6 el agua y subié hacia Blanca despert6 temprano esa mafiana. Tenfa que hacer la faena de todos los dias: barrer la casa y los patios, iral arroyo a lavar, cargar agua, dos afos. Su padre se cas6 de nuevo-y la a. Esta, desde el principio, maltraté a la se sintié furiosa porque su primera hija no como la hermana. Ahora Blanca cumplia dieciséis afios, y se reflejaba en sus ojos amortecidos, al escuchar el cantio de los —dPor qué tardaste tanto? —pregunté la madrastra. Es que. es que Y la madrastra, con los ojos como dos lamaradas, le regafi abofetes. Pero al otro dia, Blanca se levanté més temprano y fue al arroyo. —aPensaste en mi? —le pregunté el pez. Si... mucho. 2¥ bi? No hice otra cosa. Blanca enrojeci6 y miré los ojos del pececito. Y sin saber cémo, ios sinti6 el primer beso de amor. —2Qué has hecho? —dijo la muchacha, muy sorprendida. —Lo que hacen todos los novios... 2 sacarlo descubrié que adentro habfa un pez. Este era un verdadero hallaz 0, ples en ese arroyo nunca vivieron peces. Lo atrapé con ambas manos, : pero cote yeatuvo a punto de resbeldrace lato apret6 con fuerza y nl pocesto y ata vice, se apresus ae entonces, jadeante, el pez habl6: anterior, la madrastra le pregunt6: —ePor qué no me d libertad, : a ae ee eee . la madrast dicho que eres muy linda? , ae tat 7 mnzas de la muchacha se repitiero Buea, gue inno fable couched hablar de amor il a ed uae tie medio temblorosa, dijo: emoras. Y una mafiana enviaron al mas pequefio de los hern "bn: ipa paca gn In siguiera. Y ella lege a la orilla del charco y cant6 primorosamente: —Aqu{ estoy, Juino mio; Juino mio, estoy aqui El pececito salié a la superticie, y se inici6 el didlogo de siempre, lleno de promesas y juramentos de amor. Después, con el rostro radiante, Blan- ca vio a su novio sumergirse en el agua, y le cant6: Ay, adiés te doy, Juino mfo; Juino mio, adiés te doy. EI nifto, tan sorprendido como asustado, corrié a contar la nueva a sus padres. Entonces, la madrastra ides un plan malvado. Habl6 con la madrina de la muchacha, ‘1 domingo en su casa. Blanca quiso rehusar, muy complacida, y dijo que si, que a la acept6, Era la primera vez que saldria de paseo. Pero antes fue al arroyo a ‘comunicérselo al novio. Y ambos estuvieron muy contentos. Al mediodta baj6 Ia familia al arroyo, y el primero en cantar fue el padre: —Aqut estoy, Juino mio; Juino mio, estoy aqui Pero el pececito no sali6. Y cantaron la madrastra y tres de los herma- nos de Blanca. Y nada, Entonces, el més pequeio se acercé a la orilla y su ‘vor se oy6 tierna, muy tiema: . —Aqui estoy, Juino mio; Juino mio, estoy aqui. Y el pez. salié a la superficie mas alegre que nunca, momento que apro- vveché la madrastra para arrebatar el machete al marido, y lanzar un golpe Sobre el indefenso pececito. Luego otro, y otro. Y cuando el charco se tranquiliz6, el pez habia desaparecido. Algunas escamas flotaron en el ‘agua, y la mujer ri6 satisfecha. Los demés bajaron la cabeza entristecidos. Cuando Blanca regres6 en la tarde, la madrastra le orden6 ir por agua al arroyo. La muchacha corrié cuesta abajo; desde antes de llegar, cantaba ‘su melodia: —Agqui estoy, Juino mio; Juino mio, estoy aqut. Pero el pececito no apareci6. Blanca cant6 de nuevo, y tampoco sali. Entonces, se meti6 en el agua, y cuando ya se hundia, su voz soné casi —jAy!, adi6s te doy, Juino mio; Juino mio, adiés te doy. YY desapareci6 en lo mas hondo del charco. impacienté la familia y lo que vieron todos, les dej6 boquiabiertos: hallaron el bidén vacio, y en el charco, dos p plateados hicieron maromas y se escondieron tras la chorrera Desde entonces, se ve a la madrastra acechando los movimie charco, El marido la abandon6 y se llev6 los hijos. Y ella, enloc machetea y machetea las entrafias del arroyo. Orden de sucesos Contesta oralmente las siguientes preguntas. 1. ¢Después de qué suceso a madrastra ataca al pececito con el machete? 2. {Cudndo va Blanca de paseo a casa de su madrina? 3. {Por qué enloquece la macirastra? 4. {Cusndo desaparece Blanca en lo mas hondo del charco? Detalles 1. Seftala un pasaje del relato en que se utilice el dislogo, 2. Seftala un pasaje del relato donde el narrador informe sobre alguna ‘acci6n realizada por un personaje. 3. Sefiala un pasaje del relato donde se describa el aspecto de un perso- naje. [ranuerDerToRO | tne = _

También podría gustarte