Está en la página 1de 68
Presente. mi General César Aguirrezabala ' | LECTURAS Abad, Placido: “Emancipadores del Pueblo Oriental”, 1937; Aceve- do, Eduardo: “José Artigas, Alegato Historico”, 1933. “Manuel de Historia Uruguaya, Artigas”, 1942; Ardao, Maria Julia — Aurora Capillas de Castellanos: “Archivo General de la Nacién”, “Correspon- dencia de Artigas”, 1946; Barbagelata, H. D.: “Sobre la Epoca de Ar- tigas”, 1930; Barbagelata, Lorenzo: “Estudios Histéricos”, 1966; De Maria, Isidoro: “Hombres Notables de la Republica O. del Uruguay”, 1939. “Montevideo Antiguo”, 1957; Diaz, Antonio: “Historia de las Republicas del Plata”, 1879; Larrafega, Ddmaso Antonio: “Viaje de Montevideo a PaysandU”, 1930; Maeso, Justa: “Estudio sobre Artigas y su Epoca”, 1885. “Los Primeros Patriotas Orientales de 1811”, 1888; Martinez, Miguel Victor: “Andresito, Caudillo Guarani“, 1949; Patino, Enrique: “Los Tenientes de Artigas”; Ramirez, Carlos Maria: “Artigas”, 1885; Zorrilla de San Martin, Juan: “La Epopeya de Artigas”, 1910. Y hermano Damaceno, brillante y laborioso historiador con quien aprendimos desde los primeros afios. “... qué Aspero es ef camino de la virtud mas, cudnt dulce es ef nom- bre de la Patria. José Artigas. — 186 — Nacid en Montevideo, el 19 de junio de 1764; recibid su bautismo en la Iglesia Matriz, tres dias después de su nacimiento, el 22 del mismo mes y aijio; fueron sus padres don Martin Artigas y dofia Francisca Antonia Pascual; le educeron en el Convento de los Fran- ciscanos, ubicado, entonces, en la manza- na que forman las calles Cerrito, Zabaia, Piedras y Solis; en sus afios mozos se asocid en Queguay, para dedicarse a la faena de volteo ae animales cerriles; por el afto 1797, ano de su creacién, in- gresé como teniente al Regimiento de Blandengues; y en el mismo afio ascendié a capitan de milicias, culminando, después, su carrera con el grado de Capitén de Blandengues, el grado mas alto a que podian alcanzar los militares de origen nativo... El 31 de diciembre de 1805 contrajo en- lace con Rafaela Villagran, prima herma- na suya. Expiré el 23 de setiembre de 1850 en Asuncién del Paraguay... A ratos perdidos, cortaba la calma el clarin tajante del Fuerte Espajiol, y haciéndole coro de notas salvajes, vibraban las aves su ingenua cancién... Y fue en un instante de aquellos... las mismas orquestas aladas y el pregén marcial, juntas repitieron, al alumbramiento, su més encendida confusién coral. Los salmos del rio, las voces del viento, saltando los muros del recinto aquel clamaron jhossanna!, prelusién de bien, y la roja sangre del alumbramiento, en la nueva frente dibujd un laurell... t Los recios baluartes de la Ciudadela tutelaron fieles su primera edad. Sus claros cabellos, sus ojos radiantes perlaron de lumbre su senda auroral. — 138 — ACAPITE Valgame la luz que encierra la belleza, donde la hay... Y la Historia de mi Patria, la Oriental de! Uruguay; La gloria que conquistaron sus hijos... (los de otra edad) legdndonos, con su sangre, el bien de la Libertad; Los de las botas de potro y chiripa y nazarenas, diestros jinetes de 1azo, vinchas y ivengas melenas; los de las canas tacuaras con tijeras enastadas, los de sable y carabina y boliadoras trenzadas; Los que rodearon al HEROE del pabellén tricolor, blancos, negros o mulatos, que aqui no cuenta el color... Ellos hicieron la Patria, fa Patria le haga honor! 1808-1820 puso en odio a los nativos y enervé su autoridad. Pues, el rigor del dominio arrecié en los avatares . Todos sabemos que Espafia, con tozuda necedad, de los tiranos civiles y déspotas militares. .. \ Cosectha, Industria, Comercio y palenque del saber era, todo, patrimonio de los amos del poder. Contaron, asi, tres siglos de inhdéspita potestad; y es claro que la violencia engendra rivalidad... Gobernaba, por entonces, a titulo de Virrey con asiento en Buenos Aires, e! buen Santiago Liniers. En tanto que en esta Banda, tozudo y noble Sefior, Francisco Javier de Elio actuaba en Gobernador. Moraban allende el rio jerarcas de direccién, lideres, gacetilleros y gentes de relumbrén... (°) En cambio, en Montevideo primaba la sencillez, bajo la norma espafiola de invariable rigidez. | 18) Bpocas en que el Sefiorio Ge Buenos Aires, s¢ ejercia sobre ls Banda Oriental. — 143 — : : Este vivir sin concierto, desquicié la voluntad consubsianciando en las almas un dejo de inamistad. Desde entonces derivé la primera coyuniura, la eiapa que se encamina cel despego a la conjura. Después... se dieron ejemplos de trascendencia mundial, cemy ef de Estscios Unidos en su empefo liberal. Pues era cosa sabida que aquella joven nacion, a fuerza de sangre y fuego gané su emancipacién. Y que sus trece colonias, en una jysta inmortal, lidiaron firmes y fuertes bajo ei pendén federal, Hasta que triunfé el colono y fue suya la Heredad, como suyos sus derechos y suya la libertad... (°) Tras este lance, otro lance auspicis Ia sedicién: la toma de la Bastilla, de vasta repercusién. Puesto que en tal insuceso, de positive renombre, se retirmé el ideal de los derechos dei Hombre... (' Afios desuués se adijaron on la cuenta de esta historia, las Invasiones Inglesas, en accién demeritoria. . . eulembre dy 1783 4 de guko de 1739 Las que a un lado el contender sobre quien batié al inglés, nuestros paisanos ganaron confianza en su intrepidez...(*) Y al fin, remato en los hechos ia histeria de Napoicon, al invadir en Espafia, cegado por la aibicién! A tal punto, que invité al Rey Fernando a Bayona y alli, desleal, lo arresté y arrebaté su corona. De tan infame traicién al monarca sin mancilla, derivé la instalacién de Ia Junta de Sevilla. Y, entonces, Javier de Elio, descreyendo en la adhesién de don Santiago Liniers, le exigiéd su dimisién. () Irguiése, al punto, el Virrey y, herido en su pundonor, dispuso que Michelena supliera al Gobernador... Pero el Cabildo y el pueblo desoyeron a Liniers, pues todos lo sospechaban como enemigo del Rey (°) E hicieron Cabildo Abierto en funcién de su albedrio, concluyendo en una Junta que rigid Javier de Elio. (°) La misma que resolvié en acuerdo memorable, Separar nuestro poder del poder de Buenos Aires. (9) Afios 1806_1807 (9) Nacido en Francia, dudaron de su lealtad. () 1808, 21 de settembre, — 145 — . $us actas yacen suscritas por primaces de valia, entre ellos lila, Murguiondo, Ortega, Gomez, Garcia, Diago, Cordero, Carbalio, Costa, Ponce, Zubillaga, Magerifos, San Vicente, Vilardebé, Larrafaga, Soria, Veretal, Murillo, Prego, Pérez Castellano, Cardozo, José Gird y Ramirez de Arellano... Sumaban cincuenta y cuatro los ases de esta reuniéa, cincuenta y cuatro almas libres dignas de veneracién. Suceso de tanto vuelo desbordé nuestra Heredad, diseminando en América el germen de Libertad! Cabiidos y Regidores dieron reto a los virreyes, dispuestos a se matar o dictar sus propias leyes. . . Asi sucedié en Dolores, en Cartagena y Caracas, en Bogoid y en Santiago, en Quito y en Chuquisaca. Tragico fin en La Paz y Cochabamba tuvieron los rebeldes que, en entonces, con martirio perecieron! Por su parte, Buenos Aires dis en aventar su estrecherx a fines del mes de mayo de mil ochocientos diez. — 146 — En plena plaza Victoria cl pueblo se amotiné, y al cabo de una semana e! Virrey se sometid... (%) Y se entablaron debates sobre normas y estructuras de gobierno...y gobernantes...y la mar de conjeturas Hasta que French y Beruti, dos honorables vecinos de la ciudad, propusieron una Junta de argentinos. E impuesta esta solucién de pluralisimo fallo, sin sangre, se consagro la Revolucién de Mayo. (' En cuanto al pueblo oriental, sin darse prisa ni pausa, iba agitando sus mientes en pro de la misma causa. Porque en secretos concilios conjuraban, a la vez, Manuel Pérez, Monterroso, Joaquin Suarez, Otorgués... Y con ellos en la brega, sumando prestigio y fama, los Barreiro, los Araucho, Larrafiaga, Hidalgo, Lamas; Pefia, Bicudo, Fernandez, Pintos, Vazquez, Pedro Viera, : Basualdo, Gallegos, Ramos, Laguna, Félix Rivera... Y aliada, de corazén, a tantas almas amigas, hailabase fa brillante prosapia de los Artigas. (2) Baltasar Hidalgo do Cisneros, Virrey del Ifo de la Plata, desde el mes de Jullo dé 1809. io) 25 de mayo de 1€10 (Bn 18 de abril da 1810 volviése a Espafia Javier de Elio, dis. corde con la uctitud del Virrey! — WT i { i Entre ellos... el Capitan de Blandengues. Adalld de la causa liberal, deslumbrador como el Cid. Caudills y genial Sefior, précer del pueblo oriental, hijo de Martin Artigas y de Francisca Pascual. Varén de rubies cabellos, blanca tez y rostro oval, alta nariz, verdes ojos... heraldos del Ideal. Vestia chaqueta azul, pantalén americano, botas altas, poncho, sable y sombrero de paisano. Por su centrada atencién y sus designios cabales, dieron pronto en titularle Jefe de los Orientales. Revolucienario heroico de la inclemencia social, actor de esperanzas nobles con voluntad substancial. . . Por la verdad que flagela al pobre de condicion, sobre su corcel de guerra exprimié su corazénl Misionero redentor, combatio para la grey la ley de las injusticias, la injusticia de la ley. Al paso de sus eventos, ya vencido o vencedor, de todos fue el agredide, de ninguno el agresor... Tras de cus ansias rondaren las negras sombras que dan escuridad a las cumbres que coronan el volcan. — 148 — La calle de la amargura, sus espinas y su cruz también las tuvo, por. bueno, como el divino Jesus. Gobiernos y més gobiernos y pueblos en profusién, le rinden, hoy, su homenaje de suprema estimacién ...imagen de la demozracia y expresién encarnada de la soberania proclamada por la revolucién, dijo de él Juan Bautista Alberdi. Manuel Blanes, e! insigne pintor de inmortal estela, lo pints, como Dios manda, al pie de la Ciudadela. Salve!... a los sabios varones que vindicaron su credo, a Maeso y a Ramirez, a Zorrilla y Acevedo... Hoy esté su efigie, en bronce, en Ia plaza principal, si me oyera le dirfa: PRESENTE, Mi GENERAL! ...¥ ya veis... después de muerto, igual que el Cid Campeador, vuelve ganando batallas por los campos del Honor! Cuenia Zorriila de San Martin que Vicente Fidel Lépez, hizo el re- trato de Artigas para su Historia Argentina, en sustitucion de otro que acababa de imaginar y escribir, en momentos en que entraba a°su gabinete de estudio el General Antonio Diaz. — Hombre, liega usted a tiempo, le dijo Lépez suspendiendo su tarea. gConocid usted a Artigas? — i¥ tanto!, le contesté el recién tegado. Lopez leyd la sem- blanza que habia escrito: era la de un hombre cetrino, de ojos y cabellos negros, de mirada penetranie y fiera, de mus- culatura férrea, un fiero personaje. ° — !Qué a de ser esol, grité con una carcajada. Si Artigas era todo lo contrario: blanco, rubio, de ojos claros, mds bien dé- bil que fuerte, de mirada y modales afectuosos... El historiador argentino borré entonces con pena su Artigas y nos dejd el otro... Vuelve de nuevo Ia rima, después de esta digresién. .. Tal vez sirva de resuello para aguantar el firén. Meses més tarde estallaba en nuestra Banda Oriental, la sedicién que anhelaba la concioncia nacional. Un entredicho con Muesas, Gobernador Militar de Colonia, hizo que Artigas abandonara el! lugar: (%) Segiin Bouzd, “fue el aviso de la insurreccién, no mas...” Y onfilé montes y rios superando el rubicén, camino de Buenos Aires pare informar su adhesin. Habido este franco enlace, de suyo coordinador, fa montonera de Asancic dio su grito campeador (%) 1®) 18 de febrero da 1011 19) 26 do febrero de 1811 con respeido ce! Comanaante Mistar de Soriano, don Ramon Fornindes, dilecto amigo de Artigas. — 0 — Don Venancio Benavidez y Pedro o Perico Viera, fueron los dos Capitanes de aquella irrupcién primera. Ella fue el grito de gloria que a las armas convocé, el fulgor de una epopeya que desde alli comenz6. Y:hubo un ajustar de vinchas y plateados tiradores, con un revolear de ponchos y chiripdes de colores... Tejera, Duarte y Bauzd, Garcia de Zuniga y Suarez listaban en Canelones, adeptos por centenares. Lo mismo en Arroyo Grande, fieles a Miguel Quinteros, Baltasar y Marcos Vargas agrupaban parcioneros. En Lunarejo, Basualdo alzaba su montonera, en Belén, Julian Laguna y en el Yi, Félix Rivera. En la regién del Queguay pugnaba Viera ensamblado con los hermanos De! Cerro, con Bicudo y con Delgado (°) Mientras tanto, Benavidez arrebataba el control del Colla, a los veteranos del Ejército Espafiol. Y diz que, en esta jornada, formaba en la divisién de los patrictas, don Frutos, en su primera actuacién. (a) Pdzo Pascual Delgado En Cerro Largo, Delgado, a ta revuelta adhirié, Q lo mismo que Baltasar Ojeda, en Tacuaremb6. Don Manuel Francisco Artigas, Pablo Pérez y Machado, con Francisco Bustamante, sublevaron Maldonado. . . Y por San Carlos y Minas araba en hondo la reja de los amores pairicios, Juan Antonio Lavalleja; El Héroe que en la Agraciada, a pie firme y brazo fuerte, alzé su ensefia sagrada, juré Libertad o Muerte! El mismo que, en Sarandi, dijo en detonante fabla a sus tropas: “Sable en mano y carabina a la espalda” Arrestos de San José, Pantanoso y Casupa... Lides de Artigas y Vazquez, Otorgués, Sudrez, Baurd... Y es fuerza decir aqui, como don Manuel Artigas fue victima, en San José, de las fuerzas enemigas. La Soldadesca espafiala se hallaba en Paso del Rey con Geyén y Bustamante, comandante del Virrey. Estaba alli por mandato del propio Javier de Elio, para evitar que los criollos hicieran a su albedrio. (©) Pranciaro Antonio Delgado — 152 ~ Stpolo ef HEROE y, al punto, sin hesitar en su fe, ordenéd a Manvel Artigas la toma de San José. Llegado a Paso del Rey, con su acendrado valor, dio en el hecho de vencer y arrollar al contendor... (°) El espanol, en derrota, se refugié en San José, lugar donde fue sitiado muy pocos dias después. A cuatro horas del asedio, despuntando el nuevo dia, se dio la exitosa carga de nuestra cabalieria... La resistencia al ataque ni diez minutos durd, porque la hueste enemiga a discrecién se rindid. (°) Cuando restalla la guerra con su feroz impiedad, los acaeceres repiten sangre, duelo y orfandad! Mal haya la suerte ingrata que a den Manvel asistié! La Patria gané la plaza pero, él fue herido y murié... (°) ; Glorificando senderos en su transito inmortal, nuestro Artigas se encamina a expugnar la Capital. Pero, guardando la plaza a no mas de cuairo leguas, estaba José Posadas acantonado en las Piedras. (9) 21 de abril de leit (9) 28 de abril de 1812 (1 24 de mayo de 1811 Con mil doscientos soldados, bien pertrechados, espera e] Capitin espafiol, esclavo de su bandera. Niebla gris. Llovizna y fango. Mayo 12, Canelones. Artigas acampa al frente de setecientos varones. Allj supo, por sus propios, que las fuerzas de Posadas doblaban sus efectivos y estaban muy bien armadas. .. Por eso, ordend a su hermano, e! bravo Manuel Francisco, que pronto Io reforzara con sus trescientos novicios. Y entre la humedad y e! frio, por caminos de aluvién, campé, a los tres dias y medio, en puntas del Canelén. Desde estas puntas de arroyo al campamento imperial, distaban sélo dos leguas cubiertas de lodazal... La tarde del diez y siete, al fronte de su escuadrén, Hegaba Manvel Francisco para su incorporacién. .. Y aquella gruesa columna que el diez y seis destacé Posadas para cortarle el paso, no lo logré. En cambio, invadié fa estancia del padre del Protector y, en ella, con cuanto habia arrasé ef adversador! Cuando despunté el diez y ocho, trayendo a rasiras el sol, nuestras pertidas oteaban cerca del campo espafiol... La divisisn de Posadas, emplazada a su eleccié6n, campaba sobre la loma dominando la extensién. “Que Antonio Pérez avance, — ordené Mi GENERAL, — mientras no lo alcance el fuego de la artilleria imperial”. Disposicisn que entrafiaba el bien concebido intento de hacer que José Posadas perdiera su emplazamiento. . . ...Y ante el aguerrido hispano, ya esté nuestra divisién con tijeras enastadas y dos piezas de cafén. Pero, alli formaban Svérez, Latorre, Otorgués, Rivera, Lavalleja, Valdenegro, Pintos, Alvarez, Tejera, Jesé Roo, Francisco Artigas, Prieto, Rosas y Calleros, Vazquez Feijé, Antonio Pérez con casi mil guerrilleros. .. Al desatarse el ataque, cargando a mas y mejor, hicieron que, en los realistas, aminorara el valor. Después, a empuje tenaz, las lineas encaramadas se dieron a maniobrar en premiosa retirada. Y cedieron posiciones abandonando un caiién y una pesada carreta cargada de municién. . . — 155 — Sin duda en pos de refuerzo se replegaba Posadas pero, la caballeria le corté la retirada. Y puesto asi, entre dos fuegas, e! valeroso espafiol, peled con feroz denuedo casi nasta ponerse el soll (Muy cerca del mediodia se dio inicio al entrevero y eran las cinco pasadas cuando se dijo “alto el fuego”.) Bandera de parlamento izaron los de Posadas, bandera blanca que dice de las armas derrotadas... Entonces, dispuso Artigas que el vencido Capitin depositara su espada en manos de un Capellan. (°) Muy luego, entrambos rivales, y en pugna de caballeros, concertaron el ejemplo de un canje de prisioneros.. . Y asi, camino adelante, en plenitud de ansicdad, Artigas llega al Cerrito para tomar la ciudad. Y rofirmando su fa, con dspero desafio, intima su rendicién al propio Javier de Elio (°). Mas, el hidalgo espafiol, concibiéndose humillado, echése al campo a pelear... pero, volvid derrotado. (2) Pray cos} Valenti &) Reine paz, feicr __ decile Artigas cn su intimacién, Ia paz que deseo: que nues tras ba: i | tas no vuclvan a tefirse cn sangre do nuestros hermanos y que estos | vecinos cuya felicidad anhelo disfruten de Ia unién que debe ligarnos’ } ‘ — 156 — De aqui que, en son de venganza, con un desmdn de villanos, expulsé de la ciudad a los paces franciscanos. Entre aquellos religiosos, prelades de honrada fama, contébanse Agiero, Lépez, Santos, Reyna, Pose y Lamas. Por el portén de San Pedro salié aquel bando de ilotas con direcciéa al Cerrito, campamenio de patriotas. .. Y no conforme con tanto, sobre el subsiguiente dia, el Virrey volvié, imprudente, a acentuar su villania. Pues exilié de la plaza, sediento de sacrificios, casi a cuarenta familias de relevantes Patricios! Allé fueron los Artigas, los Trapani, los Arraga, los Luna, los Monterroso, los Vianqui y los Zubillaga. También fueron los Revuelta, los Balbin y los Vidal Y muchos otros vecinos de la familia oriental. En vano el Libertador reclamé contra el insano acometer del Virrey, odiosamente inhumano. .. Pero, a la postre, su exceso le redujo estimacién y buen némero de amigos se pasé a la rebelién. o Asi se daban las cosas, cuando, de intento, tleg> con efectivos de gyerra e) comandante Rondeau. (°) De allende el Plata venia para esta Banda Oriental, con orden de hacerse cargo del Comando General. - Injusta resolucion que dio en Ia hi 1 de violar ineluctables derechos de justicia militar. Sin embargo de este agravio, Artigas, ne hizo cuestion, sobre é1 estaba la patria, fuente de su inspiracion. . - Y el nuevo comando ansios© de rendir al espanol, ordend “fuego”, sin pausa, cargando de sol a sol. Pero.. andando en este france, de inndmeras explosiones, sin 4nimo de prever, agotd las municiones. Desdorada perspectiva apunté la realidad, tal cual si se deshojara e! laure! de la ciudad... De tan triste desazén, lo recuper la osada accion de la isla de Ratas, por ef capitan Quosada. (°) Era el bravo Capitan, destemido veterano, soldado de “pelo en pecho”, hijo del suelo entrerriano. 1 de junio de 1811 fey Juan José Quesads — 58 — Diz que contaban setenta los hombres que, mar afuera, se echaron a la conquista en una audaz montoneral Con tres lanchones armados, crudo mar y noche fra, iba Pablo Zufriategui salvando la travesia. Sorpresa y pavor cundieron ante aquella aparicién que a poco de haber llegado aplasté la guarnicién... (°) Con armas y municiones reaparecié el vencedor, y fue citado con gloria en el cuartel sitiador. Empero... insélito evento derivé poco después, porque el Virrey, azogado, pidié ayuda al portugués. Halldbase, entonces, en Rio, Carlota, la de Borbén, la Reina de Portugal que huyera de Napoleén... Y sin mediar dilaciones la ayuda se consumé, pues el feroz lusitano al punto nos invadié... (%) Los males que nos alcanzan no vienen en soledad, ' se arrachan y se suceden igual que en la tempestad. Carlota anhelaba extender sus dominios hasta el Rio de la Plata, je- jerarcas dirigentes como Sarratea, Belgrano, Pueyrredén, Nicolés Herrera y otros la alentaban y apoyaban. (9) 15 de julto de 1ea1 (2) 23 de Julio de 1611 — 150 - | | @ 2) om Noticiada del desastre de sus fuerzas ce Huaqui, La Junta de Buenos Aires arrié banderas de aqui. . Para ello, con el Virrey firms, de prisa, un tratado que puso fin al asedio y... lo pasada pisado! (°) Ni aconteceres de sangre ni motivacién moral, contaron para la suerte del herofsmo oriental... “Esto privaba de asilo —dijo nuestro GENERAL — a todas las almas libres de la provincia Oriental.” Y tal fue asi que, muy luego, esta tremenda verdad reafirmaba el despotismo y ahogaba la Libertad; Puesto que Diego de Souza, hollando nuestros caminos, no paraba en el acuerdo de espafioles y argentinos! Pero Artigas, en su estilo, nada teme a su rival y enfrentaré a Buenos Aires, a Espafia y a Portugal... De forma tal, que dispuso reunir una convencién y, en ella, ilustrar al pueblo y recoger su opinion. (°) Cabildo del Miguelete se intitulS esta reunién, donde hubo comtn consenso en pro de la insurreccién. Alto Perd. Derrota de las fuerzas cxpedicionarias, conocida en Buenos Aires a fines de 1811 22 da octubre de 1811 Congreso de octubre de 1811 — 160 — Fue alli que, Javier de Viana. rebatiendo .al Precursor, le objeté: “con qué recursos se batiria al invasor?. .” A lo que repuso Artigas asi, sin parar.en mientes: “si no hay armas, pelearemos con palos, ufias y dientes...” ..-Y dos caminos se abrieron: uno, de vivo esplendor, y el otro, triste y vacio, sin luz sin ave y sin flor. Por el deslustrado atajo, el ejército auxiliar volviése por donde vino, sendero al portefio far! En cambio, salvando rios, abras, cuestas y brefiales siguieron, en pos de Artigas, diez y seis mil orientales. .. Pueblo patriota, abnegado, que honraba su inspiracién con un andar de leyenda que ensanchaba el corazon! “... yo Ilegaré a mi destino con este pueblo de héroes”, decia nuestro Artigas. - Y all4 va la Patria en armas, bajo un cielo de zafir... Artigas la leva en hombros labrando su _porvenir! Va al resplandor de su gloria, todo lumbre y dignidad Y acampara en el Ayui, rebelde a la iniquidad... — 161 — a Dos meses duré este trance de gloriosa expatriacién, sacrificio de almas nobles y encendido coraz6n. Diz que por el Salto Chico, pisando en el roquedal, desestimando Ia muerte, cruzaron el Uruguay! “Toda la Banda Oriental —repetia Artigas desde el Exodo— me si- gue en masa, resueltos todos a perder mil vidas, antes que gozarlas en la esclavitud...” Pocos hechos, en la Historia, acusan tal dimensién, asf que su resonancia fue de justa estimacién. Y acallar tanto herofsmo, tanta Gloria y esplendor, hubiera sido mostrarse de un sentimiento inferior. .. Por tanto, de tal suceso, hizo la Junta caudal para rendir homenaje al mAs insigne oriental: Designdbasele Jefe de los Orientales —titulo que ya posefa por actlanacién del pueblo— y Teniente Gobernador de Yapeyt y las Misiones. ‘Era un simple paréntesis en la campafia contra el Je- fe de los Orientales...” al decir de Acevedo. Y... asigndéndole blandengues, cafiones y municiér los hombres de Buenos Aires doraban su expatriacién... Pero, aquel pacto de octubre, pese a su formalidad, mostraba a los signatarios en sangrienta deslealtad. £l portugués que se hallaba en estricta obligacién de abandonar nuestro suelo, se dispersé en la regiénl | — 162 — Al punto que en hostigar al Exodo soberano, criminoso y saqueador se reveld eJ lusitano. .. . Aunque, los gauchos de Artigas, patriotas de corazén, los enfrentaron doquiera que se les dio la ocasién. Asi sucedid en Mercedes, en Concepcién y Belén, tal en Curuz6-Cuatia y en Mandisovi, también... En Arapey peled Pintos, Ojeda en el Yapeyd; Bicudo, con mala estrella, los resistis en Paysandél.. (°) Sin que portefos ni hispanos tomaran, en relacién, medidas contra las fucrzas de Carlota de Borbén. Entonces, Javier de Elio dolido al fin de luchar, resolvié volverse a Espafia, a solas con su pesar.. .(°) Y en su reemplazo, con rango de Capitan General, don Gaspar de Vigodet tomé e! comando imperial. En tanto, Alegrete y Chagas desolaban las Misiones, destruyendo y arrasando en todas las poblaciones... Ante tamafios desmanes, Artigas puso en accién a don Fernando Otorgués, con su intrépido escuadrén. Pero, ocurrié que con armas y en nUmero superior, lo derroté el lusitano, campeando duejfio y sefior. (@) ‘Muerte de Francisco Bicudo (8) 18 de noviembre de 1811 19) Entonces... recién entonces!.. la Junta vio a Portugal, en desdén de lo pactado con despego criminal... Y regresé a sus halagos, en bien de los orientales, haciendo aporte de fuerzas y oficios reverenciales! Esto enfadé a Vigodet que, entre hesitacién y alarma, renegé del armisticio y puso su gente en armas. (°} Pero, la Junta portefa ignoré su irritacién, y firmé con Portugal una nueva obligacién... (°) Por ella, los lusitanos evacuaban nuestra tierra liberdndonos, al fin, de sus crimenes de guerra. Y abandonando al olvido agravios y deslealtad, Artigas, volvié sus mientes al suefio de la unidad! Mas, resulté que, investido de autoridad primacial, llegé, al Ayui, Sarratea, un espiritu del mal... .(°) Y sin conciencia y sin pausa este taimado Escipién, jugé de satan de Artigas embozado en la traicién!. . Con intrigas y sobornos arvastré en su deslealtad entre otros a Valdenegro, Vazquez, Vargas y Bauzé. (*) Y herido en el corazon por quienes creyé sus leales, Artigas los motejé de “ambiciosos y venales”. 6 de enero de 1812 (9) 26 de mayo de 1812 (9) @ 17 de junio de 1812. "....a fuerza de ore, ha dicho el general Mitre _ anarquisé el Hjército de Artigas’ Completaban la lista Pedro Viera, Javier de Viana y Santiago Pigueredo. — 164 — E interponiendo impaciente su desacato al infiel, hizo renuncia inmediata al grado de coronel... - Al grado aque! que en Las Piedras, junto a la espada de Honor, le depararan en Mayo por sus prendas de valor! (°) Cuentan que, entonces, viajé de prisa,. para mediar en tan infeliz suceso, don Carlos Maria de Alvear. Y que el joven delegado nada pudo en su asistencia sino que, por vanidad, empeoré la divergencia. . .(°) Con el caudal de sus fuerzas y su tozudez racial, Sarratea se encamina a cercar fa Capital. La vanguardia a cuyo frente avanza José Rondeau, viena leguas adelante porque antes movilizé... Sabe ya que nuestro Artigas con su heroica divisién, viene en siguiendo sus pasos, buscando su destruccién (°). Octubre veinte. Afio doce. El comandante Rondeau sienta plaza en el Cerrito, dando asedio al espajiol. (8) No haviends obteni¢o, con su esperada premura, Ia entrevista con Artigas se vol. vi6 despechado para Buenos Aires, dice Zorrilla de San Martin (9) Momento en que le acompaiia cl re-orno del pueblo del ¢xodo. — 165 — Diz que carmpé en un lugar seslayando el altozano, donde estaba José Culta hostigando a los hispanos... Alli, entrambos se hermanaron en idéntica ambici5n, disponiéndose a la lucha hasta la emancipacién. . Y de nuevo Vigodet pugné contra el sitiador y, ofra vez, volvié a sus muros con 4spero sinsabor: Con mil doscientos soldados, antes de salir el sol, sali6 de la Ciudadela el Capitin espaitol; Tras el hidalgo guerrero marchaban las divisiones Loaces, Gallano y Lacuesta, con sus bravos escuadrones. Con un andar sigiloso, avanza el Gobernador. . . Espera asi sorprender al comando asediador. Y en Ilegando a las Tres Cruces, baluarte de Baltavargas lanzé su caballeria en una impetuosa carga... Entonces, cedid la guardia en tremenda confusién, y Vargas fue derrotado y reducido a prisién! De las cuatrocientas plazas que guardaban el lugar, sélo unas pocas Ilegaron hasta el Cuartel General. También, en la Figurita, Lacuesta batié a Soler, (°) dispersando a sus morenos en e! mismo amanecer. (9) Coronel Miguel Estantslao Soler — 166 — Alli, el Capitan Videla, por no dar un. ‘Viva el Rey” y gritar “Viva la Patria’, fe dieron muerte, en su ley!.. . Y escalaron el Cerrito... y el inclito leén hispano desplegé, sobre la cumbre, el pabellén castellano. .. Cuentan que cundié en la plaza euférica animacién, con redobles de campanas y disparos de cafién... Se habia desbandado el criollo, negando agresividad, pero, la voz de Rondeau, lo tlamé a la realidad. Y puestos al contraataque, sin parar en la metralla del espajiol, casi al punto, se equilibré la batalla! Por dos veces, en la pugna, cambié de mano el paraje y se vistieron de gloria hispanos y paisanaje... Hasta que, al fin, vencedora, en alto su potestad, tremolé la azul y blanca ensefia de Libertad. Y desde entonces a aqui, a sitio de tanta gloria, didsele en denominar Cerrito de la Victoria. (°) Acuciado por la fiebre del terror que !o azalea, buscando paz para el alma, se revuelve Sarratea. .. (9) Lftada el 31 de dictembre de 1612 — 167 — Su andar penoso y sv tiento paracon ir a la par, pues siente que se resiente su campafa militar. Ocho de enero. Afio trece. Del miedo, en su frenesi, el bribén pidié un arreglo, cerca a las aguas del Yi. Y sus:ribié sin ambages de contraria apelacion, su destierro de esta Banda, con precisa dilacién. Con 61 Bauza, Valdenegro, Vazquez, Vargas y ofros més, también, debian exiliarse en obsequio de la paz. Tal lo impuesto por Artigas, con pruebas de avilantez, donde el crimen y el soborno mostrdébanse en desnudez. Doce de enero. Ajo trece. El muy taimado traidor, llega al Cuartel del Cerrito reuniéndose con Rondeav. Y el veinte del mismo enero, atento a su detractor, en el Paso de la Arena acampé el Libertador... “Retirese V. E. en el momento —conmindbale Artigas el 11 de fe- brero de 1813— ... ef mundo se halla en condiciones de justifi- car los efectos que haya yo de tocar a V. E., de su persistencia es- candalosa en permanecer en esta Banda. . .” Mas, como el hombre acusaba intencién de demorar, Artigas deshizo el pacto con una accién militar. — 168 — Cupo a Fructuoso Rivera enderezar ta patriada ds dscpojar al infiel de toda su cabailada... Y en plena noche, al comando de un reducido essuadrsn, don Frutos cumplié ia hazaia con brillante precisina! Hombre, lince, enire valienies, este den Frutes, velay!, lo cuenian Pintado Viejo, Sevec, Ch situl, Queguay, el Guayabo, las Misiones, las iU-Man.bi, el Palmar, Yucutuja, el Rincén y Sarandi Urgidos, por e! aprieto, Domingo French declararon sin rodeos, su adhesién al Precursor. Y muy luego, Buenos Aires confirmd la solucién encomendando a Rondeau la suprema direc Fue, por enionces, que Artigas volvid al cvariel siilacdar uo boner 2 e y hubo salvas y revisia y agasai “Cuertel general del Cerrito, 25 de febrero de 1813. Coronel Do- : Mafiana es el dia glorioso en que realizara su union don José Artigas... dispondrd V. E. forme mafiana fa division ce su mando... Al pasar aque! (Artigas) las mUsicas tocarén marcha y las tropas echarén armas al hombro, continuando asi hasta pase” la re- taguardia. El sefior cornandante de la artilleria haré colocar las pie- zas de a 8 en el Carrito, para saludar alternativamente con dos des- cargas. El regimiento d2 dragones que lievaré la vanguardia de las trozas entrantes, formaré en batalla luego que haya pasado el flan- co izquierdo de la linea. Dios guarde a V. E. muchos afios, José Rondeau.” Con cinco mil voluntarios se reincorporé esta vez y, con él, iba Latorre, Basualdo, Otorgués, Gatell. Llupes, Barreiro, Pagola, Artigas, Bordin, Rivera y el heroico Lavalieja de la Cruzada cimera..- _ Un lance funesto podra arrancarme la vida, pero no envilecer: me...” De Artigas a Sarratea. Febrero, 1812. Asi, culminé este trance en un tris de ser fatal, mientras que la Patria en armas, honraba a Mi GENERAL! Presente de aquellos dias en que, la ciudad, contaba con veinticinco mil almas en sus modestas moradas... Sitio de los veinte meses, cerco de las noches largas, angustias de Vigodet, paladeando horas amargas. Cuando burlando a ios godos, privados de libertad, con tragicas humoradas orlaban su actividad. Y trepando a las murallas, nuestros criollos checarreros, gritaban al enemigo: “marranos, a SUS chiqueros”. Asedio de los cielitos de Victoria, la cantora, inspirada juglaresa de la hueste sitiadora. Cuya voz ronca y ardiente, acompafiada al bordén, oyeron los del recinto en este decir burlén: oh — 170 — “Cielito, cielo, cielito, cielo de los maturrangos, salgan, si gustan, afuera que bailarén el fandango”. “Cielito, clelito, cielito, cielo de los encerrados que ya no valen un pito, como matungos cansados”; Cantares de Calderilla, a los centinelas reales, muchacho de humor alegre, juglar de los orientales: “La patria tiene un cafén que le Ilaman “boca negra”, cuando tira un cafionazo van los godos a la tierra”. “Cielito de los gallegos, ay! cielito del dios Bato, que vengsn al campo limpio y ver4n lo que es tabaco”. La Junta de Buenos Aires era, amén de reaccionaria, pugnaz antidemocratica, mondrquica y arbitraria. .. Tras artificios y amafios a favor de su corriente, se dio en llamar a Asamblea General Constituyente. (°) Y ordenéd que las provincias, mediante delegacién, comparecieran a objeto de armar la Constitucién. .. (9) 34 de enero de 1813 en tanto que desalmaba en su avidez de encontrar algén principe extranjero, a quien poder coronart Cuatro de abril, aio trece. Congreso de Pefiarcl. De nuevo, cargadas nubes, vuelven a nublar el sol. Tan respetvoso del pusblo, como de su estimacién, Artigas Hama a Congreso de libérrima expresién. Su asiento fue en las Tres Cruces, propincuo a ia Capital, donde hoy, luce un monolito de relieve emocional. Alli se dieron las bases propias de nuestra adhesién, a las Provincias Unidas con brillante exposicién. .. Escuchemos al HEROE: “La Asamblea General, tantas veces anuncia- da, empezé ya sus funciones en Buenos Aires. Su reconocimiento nos ha sido ordenado. Resolver sobre este particular ha dado moti- vo a esta congregacién, porque yo ofenderia altamente vuestro ca- racter y el mio, vulnerando enormemente vuestros derechos sagra- dos, si pasase a resolver por mi una materia reservada sélo a vo- sotros”. _.. Mi autoridad emana de vosotros, y ella cesa por vuestra pre- sencia soberana. Vosotros estdis en el pleno goce de vuestros dere- chos: ved ahi el fruto de mis ansias y desvelos, y ved ahi, también, todo el premio de mi afan...” Examinad si debéis reconocer la Asamblea por obedecimien- to 0 por pacto. No hay un solo motivo de conveniencia para el pri- mer caso, que no sea contrastable en el segundo, y al fin reporta- réis la ventaja de haberlo conciliado todo con vuestra libertad invio- lable...” Brillantes conclusiones, como es de notar. Suscribieron el acta los diputados siguientes: Leén Pérez, Juan Jo s@ Durén, Pedro Fabidn Pérez, Ramén de Céceres, Felipe Pérez, Francisco Antonio Bustamante, Pedro Vidal, Manuel del Valle, .iosé Antonio Ramirez, Manuel Martinez Haedo, Francisco Sierra y An- tonio Diaz. — 172 — . Y en funcién de lo erdenado, la convencién oriental, designé sus delegados a !2 Asamblea Generel: Ellos fueron, Larrafaga, de Rivarola, Vidal, Marcos Salcedo y Cardozo, un capitan del Cardal. - Antes de embarcar, cada uno de los componentes de la delegacién, recibi6 de manos de Artigas, sendas copias de las Instrucciones que sintetizamos asi: Independencia absoluta de las Provincias Unidas; sistema de confe- derazién; libertad civil y religiosa en toda la extension insaginabie; cada provincia formaria un gobierno, igual que el gobierno supremo de la nacién; gobierno supremo y provincial se dividirian en poder ejecutivo, legislative y judicial, independiente; en sus facultades; el gobierno supremo entenderia solamente en los asuntos genera- les del estado. Lo demas perteneceria al gobierno de cada provin- cia; la provincia Oriental retendria su soberania, libertad e indepen- dencia; el despotismo militar seria aniquilado mediante trabas cons- titucionales; La capital federal deberia fijarse fuera de Buenos Aires; los puertos de Montevideo y Colonia serian libres para la exporta- cién e importacién, con sus correspondientes aduanas...” Deiante de Montevideo, abril 13 de 1813”. Pero, las cosas se dieron con tanta indisposicién, que anularon los poderes de nuestra diputacién. .. Por lo cual, los delegados, impedidos ex profess, sin mas miras que volver, acordaron su regreso! (°) Mas, repitiendo las artes de imponer su pretensién, los oligarcas urdieron una segunda eleccién... jDejando a Artigas al margen, para que actuara Rondeau! (9) Era el insobornable republicanismo de Artigas y sus orientales que en aquella Constituyente, compuesta por hombres inclinados s 1a monarquie, no prosperaria Jamas”. Acevedo — 173 — Rigido, sin ser de mas, diestro en su filosofia, era, sin duda, Rondeau el hombre que prometia... Sin embargo, antes de entrar a la reunién del congreso, entrambos altos jerarcas hubo un compromiso expreso, Mediante el cual regiria que cada delegacién, fuera a presencia de Artigas, antes que a la convencién. En ello, no habia arterla ni disposicién hostil sino el mévil de informarles sobre el Congreso de Abril. Y sobrevino la Junta de la Capilla Maciel... con sus nuevos concurrentes manejados a cordel! (°) Pues, se dio el caso del caso que Rondeau se desligé del compromiso... y vofaron lo que el clan les ordend .. (Flaqueza del alma humana, duendecillo sombreador. . unos ceden por el hambre y otros por el esplendor.) Pero, se liaron las cosas de tal forma y condicién, que el cénclave de oligarcas dio por nula la eleccién. Y se instalé la Asamblea poniendo en juego su rol reencadendndose, uncida al tutelaje espaiiol! (8) 6 de diclembre dy 1813. No existen actas, segin Zorrilla de San Martin — 174 — Ante tamaiia obsecuencia regresé la tirantez, y Artigas dejé el asedio movido por su altivez. (*) Entonces, los gobernantes, lo acusaron de traicién, dando inicio a una campafia de odiosa exterminacién! Al punto que acometidos de insospechada vileza, con un bando da malvados dieron precio a su cabeza. El 11 de febrero de 1814, suscrito por Posadas y Nicolas Herrera, decia el citado bando: “Se declara a don José Artigas, infame, pri- vado de sus empleos, fuera de la ley y enemigo ce la patria. como tal seré perseguido y muerto en caso de resistencia... Sera compensado con $ 6.000, el que lo entregue vivo o muerto...” Sendero de los ensuefios, Artigas, en su ambicién, va en busca de ofras comarcas para enastar su pendén... Y, asf, alcanzé, con sus bravos, los pueblos del [toral donde le honraron y amaron como en su Banda Oriental. En Santa Fe y en Corrientes, en Cérdoba y Entre Rios (°) sus sabias orientaciones supieron de aliento y brios. Y al igual que en nuestro suelo, su conciencia federal bragaba con la esperanza de una justicia social. E hincaba su devocién en mejorar los poblados dedicando, a los humildes, sus mas sentidos cuidados... (2) 20 de enero de. 1e14 (9) ¥ Misiones eee Y ansioso de bienestar, incentivaba al Ilanero dandole tierra, gazado y condisién de estanciero. De suerte que los paisanss de aquellas tierras amigas, se preciaban en Hamarse “los orientales de Artigas’. Y, asf, felices acciones reeditaron aculld Basualdo, Andresito, Campbell... y otros artiguistas mas... Desmazalaban las fuerzas en la asediada Ciudad, y todo se adolecia de larga cautividad. Las horas rondaban lentas y tristes, como el dolor, los hombres armas al hombro y con el ojo avizor. Por eso, cuando Ia hueste se sintié desmoronar, el Capitan Vigodet ofrecié capitular. .. No bien lo supo Posadas, al mismo instante, acordé, que Carlos Maria de Alvear supliera a José Rondeau! La ingratitud es moneda do las arcas de! traidor, con ella pagS el Gobierno al valiente dofensor... Y el veinte del mes de junio, sobre e! inicio invernal, conforme a lo estipulado se rindié la Capital. De nada valié que Loaces negara fa rendicién voceando: “mueran cobardes”, poseso de indignacién. — 176 — Puesto que, a fe de lo actuado, ef Capitén Vigodet hizo entreya del recinto al mediar el veintitrés. Y el poder de Buenos Aires recibié Ia Capital, nombrando a Rodriguez Pefia, Gobernador General. . Camino de la derrota, los hispanos han salido por el portén de San Juan, can andar triste y dolido. En cambio, a paso triunfal, los de Alvear han penetrado por el portén de San Padro, al recinto conquistado... (°) Esta intrusién consagraba una injusta prioridad, hiriente para los hombres de honrada orientalidad. Por eso, desde Las Piedras, en nombre del Protector, reclamé Otorgués la plaza al osado usurpador... Alvear encubrié su encono, con pérfida inspiracién. . . simulando retirarse... para volver de rondén! Asi, lo batié en Las Piedras y, luego, en Marmaraja, dos ataques alevosos, de sangrienta deslealtad! Pero, muy pronto, Rivera, en Azotea de Gonzélez, jos hizo “pitar del fuerte” con su escuadrén de orientales. Y a poco, no mas, de andar de norte a sur, con sus bravos, se repitis vencedor en la justa del Guayabo... (°) () Los Hamados portones de San Juan y San Pedro. no eran otros qua los de entra, da y salida de Ja ciudad amurallada. (9) Librada el 1G de enero da 1815 —177 — LL Tal como rezan los partes les narraré la contienda librada, en tierras del norte, con una carga tremenda! Manuel Dorrego y Rivera eran los jefes rivales... jiban a librar contienda portefios contra orientales! Su excelencia, el Protector, velaba en las dos campafias propincuas al Uruguay, espejo de sus hazafias. . Dorrego, en pos de Rivera, hurgando caminos va. Diz que en procura del sitio donde cree que lo hallard. Oteaba por el Durazno cuando tuvo que acampar vedado por el rio Negro, que lo forz6 a meditar. Salido de madre, el rio aislaba a los Capitanes. Para vadearlo era fuerza un empuje de titanes. Las corrientes arreciaban en salvaje desafio, pero, las corté Dorrego astuto, diestro y braviol Con toda su divisién cruzé la corriente a nado... diz que le costé seis horas, pasarla de lado a Tadol Y allf estuvo, sf, don Frutos, con sus fieles en montén- Dorrego creyé alcanzarlo, ms erré en su deduccién. .. El intrépido oriental... intuyé su acercamiento y, a efectos de mejorar, levanté su campamento. — 178 — Porseguido por Dorrego, azotando el verdegay, Fructuoso Rivera alcanza las orillas del Queguay. Cubriendo su retirada y hostigando al adversario, lo acompafia Lavalleja con su valor legendario. .. Doce leguas, sin descanso, lo persiguid su rival, no obstanie haberlo sableada la retaguardia oriental... Mas, cuando volvié sus pasos, con dnimo prevenido, a poco de andar només, se convirtié en perseguido. Reforzado con Bauza y Pedro Pablo Gadea, (°) don Frutos va por Dorrego para entablarle pelea. - De vuelta por el Rio Negro, viene el guerrero argentino. Rivera redobla el paso para cruzarle el camino... Entre Bauzé y Lavalleja, le van tendiendo las redes que lo obligan a tomar el camino de Mercedes. Y arrumbéndolo a Soriano, con empuje arrollador, lo derrotan en las lides de Bizcocho y Salvador... Y allé va... sendas al sur, entre apuros y reveses, hasta llegar a Colonia y, en sus muros, se guarece. Alli, recibe refuerzos de su paisano Soler y orden de ubicar a Artigas y atacarlo hasta vencer... (9) de orden de Artigas — 179 — ee ...Camino al norte, regieza Manuel Dorrego al Queguay, Hits a jugarse la Banda Oriental del Uruguay. Guzrdaba, por e303 pago3, Rivera a Ml GENERAL... y en e} paso de) Guayado le dio encuentro su rival. Y ali, ci, quedd resuelta la contienda altisonante... alli... don Manuel Dorrego huyS de sy conirincante. Lavalleja fue el primero on despuatar la jornada... finté cargas... hizo fuego... y simul retiradas. Con este hacer ingenioso, don Juan Antenio guerreaba . para airaerlas al sitio donde Bauzd se emboscaba. Deid> un corral, protegides, pugnaban nuestros guerrsros; pero, fos desalojaron tos valientes granaderas... Se repitieron las cargas, por aquella posicién; ; sin embargo, no se pudo retomar el corralén: Circunstancia que basté para que, Manue! Dorrego, fincara, alli, con sus bravo3, c hiciera tros horas fuego... Al fin repitid Rivera e! ardid de Lavalleja... fras una carga... vacila... vuslvese atrds y... se aloja... Y, aqui, la hueste enemiga siguo a Rivera y ... se da contra el sitio en quo aguardaban los blandengues ds Bauzé. — 180 — Fuerza y denuedo sumaron en el arresto oriental, obligands al enemigo al desbande general... _..Manual Dorrego y sus hombres, diezmados y en disparsién con @i panico a la ospalda, huyeron en confusion... Poco antes do esta batalla, la vispera, en propiedad, se operaba, en Buenos Aires, un cambio de autoridad. Gervasio Antonio Posadas, renunciaba a gobernar delegando sus poderes en Carlos Maria de Alvear. Pero al revés del Guayabo puso, entonces, al Director, en pio de entregar la plaza a nuestro Libertador. Evacuada la ciudad, por imporio justiciero, entraron los orientales el veintiséis de febrero... Y en clamoroso concierto, el pueblo dio en festejar a los nuevos Cabildantes y al Gobierne Militar. Y hubo, en ta Matriz, te-deum y, en el Cabildo, un oleaje do recibos y saraos, acentuando el homenaje. . . Desbordaron los patriotas, celebrando la ocasién! 'Y por tres noches corridas ardié la iluminacién. .. En tanto, en la Ciudadela, nueva ensefia tremolé: pabellén azul y blanco, con la diagonal punzéll — 181 — Mas Iserjo, asomS el escud> su reza: “Can Libertad nj ofands ni temo”, verbo do Justicia y Digaidad... Cruzado3 del alo quin:e, entes da mi Haredad... ja vuestros hitos do Gloria, campanas do Libartad! - Mal haya Ia inepcia impia que resta e! Arco Triunfal al Gaucho... Y a cus Tenientes el bronce monumental! El Capitan José Llupes, al mando de cien hombres de caballeria, tomé posesion de la Capital. Mientras ec! coronel Fernando Otorguss aguardaba en el Miguelete el nombramiento de Gobernador Mili- tar de Montevideo, que le concediera el General Artigas. A la presta y callandits se march3 e) usurpador... no sin dejar los resabios de su afan dominador! — 182 — Y dio principio la Patria, la Hamada Pstria Vieja, la Patria que revivid Juan Antonio Lavalleja. Suefio que apuré e! ensuofio de una existancia mejor, por [a que batidse a muerie Su -Excelencia, el Protector. Los que con 6] compartieron sus lides de redencién, con 6! ganaron la Gloria, honra y prez de la Nacién! Con ellos se hizo la paivia a fuer de sangre y dolor, capitzneando escuadranes dei orden libertador.. . Batiéndose, siempre, ufanos, hasta la temeridad. Para morir olvidados, pobres de solemnidad!... Porque en materia de honoves, todos cuentan a trasluz, no obstante haber sido osados, campeadores de la cruz. Valga esta ligera connotacién: Manuel Francisco Artigas, coronel, mu- rid el 12 de mayo de 1822 en ja maz dolorosa miseria y sepulta- do en el cementerio de la iglesia mairiz. Nada se sabe de sus re3-~ tos mortales; Fernando Otorguss, coronel, fallecio en Montevideo el 14 de diciembre de 1831. Hasta la fecha nada se sabe de sus restos; José Monterroso murid el 9 de marzo de 1838. Se ignora el lugar de sus despojos. Expiré en el hospital de Caridad Andresito, tenien- te coronel, dicese que murié prisionero en las mazmorras de Rio; Pedro Pablo Gadea, teniente coronel, fallecido el 12 de diciembre de 1840 en el hospital de Caridad. Sus resios se perdieron; José An- tonio Berdun, camandente, murid el 3? da enero de 1838, en el hospital de Caridad. Sus despojos se perdieron; Felise Duarte, co- mandante, expiré olvidado, en Canelones, en 1836 y, asi, muchisi- mos més — 183 — Estelas y monumentos diszersos en la ciudad son obra de lo3 partidos que se dictan prioridad... La ingratitud les impuso limitadas condiciones. por eso llevan sus nombres agartados callejones! Y vaya un ejemplo al cas2, e! d2 Fernando Otorgués noble, tenaz y valiente de la cabeza a los pies. Su condicién de patriota entre dos juicios se encierra: uno, finca en de la Sota olro en Larrafiaga y Guerra. De la Sota en sus denuestos, lo traza siniestro y cruel, torturador de espafioles y portefios, a granel. Larrafiaga y Guerra, en cambio, no le restan condiciones, Ip juzgan “sencillo y bueno, con sanas inclinaciones.” Yo desdefio a de la Sota por falta de probidad, no asi a Larrafiaga y Guarra, porque dicen la verdad. Y afirmo lo que ellos dicen en su leal informacién: “qu> el hombre era inteligonto pero, escaso de instruccién”. Pues, “nacido en hogar pobro, no tuvo en 6! més cultura que la de sus previsiones prestigiando su figura...” De suerte, que en sus eventos de gobernar la ‘ciudad, los innobles pretendieron manejar su veluntad. .. — 184 — Cabecilla de esta industria, como Hder portenista, maniobraba Lucas Obes, oricntal antiertigvista. Y andandose en esos lances de ocultar su frenesi, procuraba indisponerlo con ce! HEROE del Ayui. (El doctor Lucas Obes fue llamado por Artigas a su Cuartel General, para dar cuenta de su admii eign como funcionario en el perfodo da Otorgués. En tal oportunidad aprovechd el dia de San José, ono- mastico del Protector, para dedicarle algunos versos, dice Zorri- Ila de San Martin. El doctor Obes sin sufrir privacién alguna, regresé a Montevideo Gobernaba en el Cabildo, con cargo de Director, don Toma: Garcia de Zéfiga, pacienie y moderador. Pero, su hacer de templanza dio pabulo a disensiones... y surgieron partidarios de entablar persecusiones. Los inconformes redearen al comandante Otorgués, a pretexto de servirle... eagafdndolo a la vez! Tal clima era anhelado por los agentes portefios asistidos de orientales, con espiritu pequefio... Y menudearon denuncias contra Gay o Encarnacién.. . “por ulirajar extranjeros con agujas de colchén.” (°) (9) Lamsntables personajes de la ¢poca — 185 — Y agregando que la tropa andaba “de mal en peor’, que entregada a la liconzia vejaba a la poblacién. .- A\ extremo que, empafada la libertad personal, fue suspendicla y expuesta al juicio de un tribunal... En atencién a estos Yichos, dispuso Artigas que fuera Otorgués, con sus soldados, a guarecer la frontera. (°) Y vino Manve! Barreiro en reemplazo de Otorgués; digno varén, al que ef HEROE instruye de este jaez: “Tenga usted mucho ‘cuidado, y ponga especial pujanza “para dictar garantias que renazcan la confianza; i a fn "Cuide de que los derechos privados no se vulneren, f “respetando la ideas, aunque contrarias nos fueren; “Pero si, acaso, intentaren mezclarnos en confusiones “4 envolvernos y arrastrarnos a nuevas revoluciones, “Entonces, no lo permita y, oponga su decisién “eon el tacto y la prudencia que son de su conslicién.. i j “Lucha usted porque las miras hacia la felicidad 4 “de la Patria se realicen, y triunfe la Libertad.” ...£ra a principios de ag>sto, cuando este egregio varén comenzaba su ejercitio de sana administracién. .. (@) 22 de ‘unio ce 18:5 En su honorable mandato puso celo y dignidad, y hubo, en su medio, Justicia, trabajo y seguridad. En mayo de 1815 Artigas fundé el pueblo de Purificacién préximo al arroyo Hervidero, radicéndose ailf para atender mejor los asuntos propios de las provincias que lo habien designado su Protector. Componiase su poblacién de indigenas y campesinos. Su escuela primaria, regiala Fray José Benito Lamas. Por enconado despecho y malquerencia de Alvear, las fuerzas de Buenos Aires resolviéronse a guerrear! Y alld fueron contra Artigas, a quebrar su autoridad, al mando de Alvarez Thomas, efectivos de entidad... Pero, a mitad de camino, cundié una sublevacién, y el Gobierno se deshizo como pompa de jabén. (°) Se dispersé el alvearismo y otro mando se instauré con Ignacio Alvarez Thomas... y con sus hombres de pro. Acto seguido, Estos otros, pretextando estimacion, diéronle pruebas, a Artigas, de especial contemplacién. .. Asi, se incendiaron bandos y oficios de culo cruel, obra de fos impostores que se ensafaron con éll Y reafirmando su objeto de acercamiento “cordial”, le enviaron 7 rivales a su Cuartel General... (19 de abril dy 1815, Sublevacién de Fontezuela — 187 — (Donde el autor muestra el aima del General Artigas, toda bondad e indulgencia: Eran aquellos rivales los coroneles Ventura Vazquez, Juan Santos Ferndndez y Matias Balvastro; los comandantes Ramén La- rrea, Antonio Pallardel y los mayores Juan Zufriategui y Antonio Diaz, este Ultimo, distinguids historiador y, mas tard2 General da fa Nacién que ha dicho, a! respecto, lo siguiente: “Después de saludzrnos —refigrese a Artigas— permanecid al- gunos momentos en silencio, fijandose detenidamente en cada uno do nosotros. El coronel Vazquez ectaia en un extremo, y el General paso réidamente 1a vista por éi, con quien tenia motivo de resen- timiento (su desercién del Ayui), fijandose después, con alguna aten- cién, en los ofres cinco que no conocia. Tenis un pasel en la mano, Luego toméd la palabra y dijo: Siento, se- fiores, ver con e303 grillos a hombres que han peleado y pasado tra- bajos por la causa de la Patria. El Gobierno de Buenos Aires me manda a ustedes pera que los fusile pero, yo nd veo motives. Aqui me dice, se alando el pagel que tenia en la mano, que ustedes rne han hacho la guerra, pero yo sé que no son ustedas Ios que tienen la culpa sino los que me la han declarado, y me llaman traidor y asesino en los bandos y en las gacetas, porque defiendo los derechos de los orientales y los de las otras provincias que me hen pedido proteccion. Si es que ustedes me han hecho la guerra, otro tanto hacen mis jefes y of’: ecto; obadecen lo que yo las mando, como ustedas habran obedecids lo que sus superiores !23 ordenaron... Y si hay ofras cau- sas, yo no tengo nada que ver en eso... No soy verdugo del Gobier- no de Buenos Aires... Luego pregunté a cada uno de los jefes que no conocia, que eran cin- co, por sus nombres y empleo3. Todos al satisfacer su pregunta, agre- garon que no se habian hallado en ninguna campafia contra él. Ht General Artigas contestS solamente. Ya lo sé e3 lo mismo. Animados por la favorable disposicién que anunciaba su modo de expresarse, le hicimos una breve relacién de los acontecimientos dai 15 de abril y del espiritu de venganza que caracterizzva todos los ac- tos de los nuevos gobernantes, respecto de los jefes y demas emplea- dos de la anterior administracién. Después de algunos momentos de silencio, el General Artigas dijo: Si... ovlen hee eco... Y valviéndose luego hacia mi, m2 dijo: En el pueblo de> la Bajada se dijo que usted y otros jefes, hasta diez, habian sido fusilados, cuando la chida de Alvear. — 183 — Y después de otro interveto de silencio, prosiguiéd: Ha visto el pago que han dado los portefios a nuestro amigo don Ventura?... El coronal Vazquez a quien se hacia aquella alusién por la deser- cién de su regimiento, quiso hablar algunas palabras para explicar 0 disculpar su conducta, pero el General le interrumpid diciendo: Eso ha pasado ya. Y fijéndose con prontitud en el anciano coronel Balvastro, le pregunité cudnios aios tenia y en qué ejército habia servido: Contesté este expresando su edad y la campafia del Perd y batallas en que se habia encontrado desde 1810. El General Artigas permanecid algunos momentos callado y como Pensativo, y dijo, acompafando la siguiente exciamacién con une sonrisa de desprecio: jVaya!... Ni entre infieles se verd otra cosa igual Nos pregunté en seguida si teniemos algun sirviente y, con ese moti- vo, el coronel Fernéndez le expres6, en pocas palabras, el tratamien- to que hab‘amos recibido, y el coronel Balvastro le manifesté el dis- gusto que le causaba estar encerrado, avanzando hasta significarle la mortificaci6n que le producian los grillos a su edad, y en el estado de su salud, y el deseo de que nos los mandara sacar. La indicercién, poco discreta, a la verdad, en tales circunstancias, cau- s6 al General algin embarazo, y francamente nos dijo entonces que, si estuviera en sus manos habria mandado que nos quitasen los gri- Hos desde que bajamos a tierra, pero que eso devendia de los diputa- dos del Congreso de Buenos Aires a cuya disposicién y no « ta de él nos hallaébamos. Por fin, afiadiéd: Veremos si podremos arreglarhos con las proposi- ciones de paz de que vienen encargados. Se despidiéd en seguida, diciendo que daria orden para que se nos proporcionaran las comodidades que fueran conciliables con las circunstancias que habia indicado, y exhort con especialidad al an- ciano coronel Balvastro a tener conformidad y paciencia. De ahi a un cuarto de hora, entré el comandante de la guardia con dos soldados, y nos dijo que de orden del General, ponia éstos a nuestra disposicién como asistentes. Que la puerta quedaba abierta, pudiendo nosotros mismos entornerla despu4s de las ocho de la no- che. Como era uno de los meses mas rigurosos, y estébamos con poco abrigo, pedimos, y se nos concedidé, fener fuego, agregando a esa condescendencia la de permitirfios salir a tomar el sol. — 189 — La paz entre el General Artigas y los revolucionarios de Buenos Ai- res era el fundamento de las esperanzas que nos habia hecho conce- bir aquel Jefe: Su intencién en ese caso era la de quedarse con no- sotros, y ponernos en libertad, segdn ma3 adelante nos la indicd él mismo; pero la paz no pudo ajustarse, y fuimos devueltos a Buenos Aires. A los doce dias de nuestro arribo a Paysandu, el 18 de junio de-1815 vino a nuestra prision a les nueve de la mafana, un ayudante del General Artigas, para anunciarnos que un bote estaba junto a la ori- Ila del rio para conducirnos a bord, y luego nos pusimos en mar- cha hacia aquel paraje. El General Artigas se nos acercé a la mited d=! camino, con varios jefes y oficiales que le acompafiaban, y dio solicitamente su brazo, como apoyo, al coronel Balvastro que estaba enfermo. Aprovechamos aquella ocasién para expresar al General nuestra gra- titud por su genero3o procedimiento hacia nosotros, de lo que pare- cia quedar compenetrado. Nos dijo entonces que, si hubiera podido tener lugar la paz, no ha- bria tenido inconveniente en ponernos en libertad, pero que los di- putados portefios no habjan querido avenirse con las proposiciones que les habia hecho. . . LAS TRATATIVAS DE PAZ que el Gobierno de Alvarez Thomas propuso a Artigas, fueron: la indegendencia dz la Bands Oriental, a cambio de que abandonara las provincias del litoral. Artigas reunid el congreso Ilamzdo de Concepcién, el 23 de junio de 1815 y, de acuerdo con él, contrapuso: a) Uniédn ofensiva y defensiva entre las provincias del protectorado y el Gobierno de Buenos Aires, y b) devolucién del parque de guerra sustraido a Mon- tevideo por las fuerzas alvearistas. Pero el proceder de Alvarez Thomas deseché contra propuesta, des- considerando, ademas, a la delegacién artiguista... y subsiguieron los desacuerdos. — 190 — La gente de Alvarez Thomas, cual la de su antecesor, era de matiz monarquico, en muy subido color... Ya que en su giro alternaban manejando entre telones, ‘ aquellos a los que Artigas llamara “los pueyrredones” (°). Empero, volvamos presto al quehacer del Protector, haciendo un alto en sus horas de redivivo esplendor: Usé de esmero y templanza en el bien de gobernar, aplicando soluciones de armonia y bienquistar. Cierta vez (un hecho al caso) se consuité al Protector si podia ser Elizondo el Tesorero Mayor Era don Pedro Elizondo contrario a la situacion, amigo de los portefios y de su dominacién. (°) Dilema el de aque! Cabiide, para entrar a decidir la extensién cde un nombramienio que a fanios puct her Y a poco mas fa respuesta de Arfigas se hizo presente: “Si V.E. considera que Elizondo es competenie, ' “y sélo obsta a su llamado su coniraria filiac “nombre nomads a Elizondo sin parar en su opinién. 19) En declaraciones del General Artigas hechas al Maria Paz on ota. ion de su viata at en 1886 Wt Habia desempenaco el vargo ants, y duramie ta dominacien portens — 191 — “A vuecencia corresponde velar por este deber. ie "Es tiempo ya que los criollos demuestren honra y saber”. Y haciende honor a su norma vaya estotra relacién, donde deslumbra. de nuevo, la estirpe de aquel varén: Las lides del afio quince desolaron la heredad ' insumiendo, sin reparos, haciendas en cantidad. Y en gobernando los criollos, desde nuestra capital, se contemplaron medidas en alivio de este mal. Vencido por la indigencia y muy blanqueadas las sienes, hizo don Martin Artigas un reclamo de sus bienes (°). Su estancia, la que en el Sauce cuidé nuesiro paladin, le habia sido despoisiaca del uno al otro confin. deciale: “Tomando por modelo a los Estados Unidos, yo queria la au- tonomia de las provincias... Esto es lo que yo habia pretendido para mi provincia y para las demdés que me habian proclamando su Protector. Pero, los “pueyrredones” y sus acdlitos querfan hacer de Buenos Aires una Roma Imperial, rnandando sus procénsules @ go- bernar en las provincias...” En términos de mesura, tecéle al padre impetrar ganado conque el Gebierno prometiera compensar. Y ef HEROE escribié al Calsildo en este decir sincero: “Me ducie el mai de mi pedre, a quien tanto amo y venero. “Acabo de recibir, a modo de iriste instancia, “un pedido de ganado para repoblar su estancia. (9) Progenitor del Précer fal 0 en su estancia de Casupi, en octubre de 1822 ; — 192 — “Nuecancia sabe que él era, en pre - revolucién, “un estanciero de arraigo y de provada actuacién. “Hoy, por obra de fa guerra, todos sus campos han sido, “desvasiades de ganaclo extraviade o consumido. “En consecuencia del caso habiéndose decretado “que se rezarsan las quiebras con haciendas de emigrados, “Yo espero en la generosa potestad de Vuecelencia, “para que obtenga unas reses a modo de recompensa. Y concluia: “No me atrevo a firmar tal peticién. “Haga Vuecencia justicia por obra de la razén.“ ... No obstante, los oligavcas bregalban a su favor, sin darse pausa en la causa de sombrear al Protector! La revolucién de Mayo perdié auienticidad, desde el dia en que sus hombres desdefiaron Ia unidad.. . Y este mal, por muchos afios, al pueblo hermano daiié, verti sangre, dio tiranos y la paz se entenebrél Hoy nadie niega que Artigas en pensamiento y accién, era el Gnico en la norma que dio la revolucién. — 193 — co Les otros, la desvirtuaron con pugnas o desenfrenos, burlandolos ideales de don Mariano Moreno... Y en este hacer de discordias y trueques que conoseis, regresé la lucha airada de julio del diez y seis. La culpa fue dei congreso Hamado de Tucuman, donde sucedieron cosas que, a muchos, sorprenderan. . . Alli, fue juego de nifios sobrepujar la eleccién y hacer Director Supremo a Martin de Pueyrredén... Y concertar la insensata solucién transaccional, de que las tierras de Artigas pasaran a Portugal! Esta acerba conclusién en que el Congreso culmina concité la execracién de la “Crénica Argentina’. La que, presa de estupor, rebelé la hipocresia del Poder, en conexion en Herrera y con Garcia... (°) Y la citada “Crénica Argentina” heciase, ademas, eco de la inquietud y repudio populares denunciando su oposicién a! Conigreso, a Mar- tin de Pueyrredén, a Nicol4s Herrera y Manuel Gercia, gestores del saagriento plan. Y afirma Vicente Pasos Silva, director ‘del ya mencionado periédico, que “Pueyrredén le advirtid reiteradamente que no era prudente ha- blar contra los portugueses, que el Gobierno tenia motivos para no oponerse a la ocupacién del suelo oriental.” Asf... que, los congresales, movidos por el rector cedieron odiosa:nente al juego del invasor! (®) Nicolés Herrera y Manuel José Garcis, agentes monérquicos asl Directorio que pre. paraban en Rio, le invasién portuguesa, — 194 — E irrumpieron las proclamas, los disturbios y entreveros lo mismo en Salta, La Rioja y en Santiago del Estero... ” De Santa Fe se apropiaron las fuerzas de Juan Viamont y a Francisco Tarragona nombraron Gobernador. Pero, la gente de Vera en valerosa reaccién, desbaraté a los inirusos' y obtuvo su rendicién. Viamont y todos los suyos se entregaron prisioneros y, desde alli, los enviaron al Cuartel del Hervidero. .. Donde se repite Artigas con su don de humanidad, haciendo que, a poco plazo, les diera fa libertad. . . Que en su espiritu encendido no cupo fiero desdén, y s6lo urdieron sus mientes disposiciones de bien. Por su parte, Portugal fragué una razon cualquiera y... arguyé para invadir: “poner paz en la frontera”. Pero, a la verdad que, Artigas, les reportaba ansiedad pues, siempre a los oligarcas les dafia la Libertad. . . ..-Y ya estén los portugueses sobre la Banda Oriental! Los secundan los portefios hostigando el litoral... (%) Y el General Artigas escribia a Pueyrredén: “El Director de Buenos Aires no debe ni puede ser neutral en esta contienda. Pero, sea V.E. (®) A primeros dias de Agosto de 1816 — 19 — un neutral, un indiferente 0 un enemigo, tema justamente la indigna- cién provocada por sus desvarios.... La grandeza de los orienta- les séld es comparable a si misma.... Yo a su frente, marcharé don- de primero se presente el peligro.... V.E. ya me conoce y debe te- mer la justicia de mi reconvencion. ...” Sumaban quince mil hombres las fuerzas del invasor que entraron por la Angostura, al comando de Lecor. oa Se abrieron en dos partidas, al cruzar la divisoria, i las de Alegrete y Curado, de aborrecible memoria. i Camino a Montevideo forzaba marchas Lecor, amenazando el recinto a paso de vencedor.. . A! Arrasado estaba el parque, la muralla sin cafiones, fi los depésitos sin pélvora, sin armas ni municiones. . . (Que todo alzé el alvearista cuando la plaza entregé, porque en medios de defensa, su ensafamiento acentud.) i Pero, don Miguel Barreiro y Suarez, el Regidor, i “on su invariable denuedo van a oponerse a Lecor. Los secundaré don Frutos con cien hombres nada mas, | de ronda por el ejido con su escuadrén montaraz. Lo propio hard Lavalleja que ha campado por Toledo con cuatrocientos jinetes, capaces de meter miedo... i Con Lecor vienen Barreto y Silveira, el mariscal. También lo acompafia Viana con una fuerza naval... — 196 — Con el HEROE estén Latorre, Verdun, Basualdo, Otorgués, Gatell, Andresito, Llupes.... de probada intrepidez. Y atento al alto Uruguay, con una escuadra ligera, velaba don Pedro Campbell por la tricolor bandera. A fin de eludir la triste devastacién de la guerra, Artigas buscé emplazarla al margen de nuestra tierra. Por eso, ordené a Andresito que invadiera las Misiones (°) y que Sotelo y Verdun apoyaran sus acciones. .. Mientras tanto, en el Cuareim, acamp6 con sus valientes por si hubiera de servir de refuerzo a sus tenientes. Pero, apresdronle un propio los paisanos de Lecor, hallandose, en sus alférjas, fos planes del Protector... Planes de guerra que, Artigas, en su inspiracién genial, supo frazar a manera de un brillante General. Y al fin, primé en la contienda para nuestra adversidad, haciendo que, en nuestra Banda, sangrara la Libertad... (Sin duda, motivo real del triunfo del agresor, ya que puso, ante sus ojos, la intencién del Protector (°). (9) Los efectivos orientales apenas alcanzaban a ocho mil hombres, mal pertrechadas. (9) No seria ino!, la imica vez que los lusitanos interceptaran los correos del HEROE. — 17 — Dicen que, entonces, Curado estimulaba a sus leales, anheloso de un encuentro con las huestes orientales. 7) Y sucedié que, en Santa Ana chocé con los dz Gatell, (°) un comandante de Artigas resvelto a no dar cuartel. Tres horas largas pelearon, en sangriento batallar, } hasta que los portugueses se alejaron del lugar... Otra suerte hubo Andresito en su San Borja natal, donde le dieron derrota las armas de Portugal. Estaba, alli, el indio bravo, sitiando a la poblacién, contra Francisco de Chagas, jefe de la guarnicién. No quiso atacar de firme, por tierno amor a su lar, e intimé la rendicién confidndose en aguardar... “Rinda V.E. sus armas —deciale Andresito en su intimacién— y en- tregue el Ultimo pueblo que me falta pues, vengo a rescatarlo, no habiendo otro fin que me mueva a derramar la Ultima gota de san- gre, sino nuestro suelo nativo quitado con toda ignominia en 1801...” Das Chagas se debatia andando de mal en peor, cuando, en forma inesperada, vino Abreu en su favor... Y aquello que fuera facil dio en un vuelco desigual, concluyendo en la derrota del comandante oriental. (Andrés Guacurari o Andrés Artigas o Andresito, hijo adoptivo del General Artigas, ilustrado indigena, nacido en las Misiones, San Bor- pe ja, y educado, alli, por los padres jesuitas.) (9) Combate del 22 de setiembre de 18°, Domingo Gatell, joven cemandanta, sobrino del General Artigas, prisionero de los portugueces en 1818. — 198 — Los males nunca andan solos, se acompacian con las penas. .. discurren en eslabones y a menudo se encadenan! Y subsiguieron las lides de Ibiracohi, Carumbé e India Muerta, jtodas ellas contrarias a nuestra fe! Confiando ya en su fiereza, el lusitano inflamado, llega a las costas del Sauce, arroyo de. Maldonado. Alli, le salié al camino Venancio Gutiérrez (Chano), dandole de punta y hacha en pugna de sable en mano. (9) Diciembre de 1816, batalla del Sauce. (Carmen Gonzalez, laizorio- sa doméstica de mi hogar paterno, allé por los afios de 1907 al 1911, persona de edad madura, solia referirse al Comandante Venancio Gu- tierrez designéndolo como su “tio Chano”, en su condicién de sobri- na nieta. Valga su genealogia. Y en paralela pujanza, a orillas del Cordobés, sableaba a los de Silveira el Comandante Otorgués. Entre tanto, la canalla, con su falso testimonio, adjudicdbale a Artigas los crimenes del demonio! Pero, él enhiesto en su estilo nunca les puso atencién, porque fue la indiferencia su mas grande apelacién... Lo reza cuando en repuesta, dice a Andrés Guacurari: “deje usted que charlen y prediquen contra mi” Lo confirma cuando a Giemes, le escribe con puridad: “el tiempo sera testigo y, él, me justificara.. .“ lo prueba cuando, a don Frutos, lo instruye diciendo asi: “es menester que obre y calle, tomando ejemplo de mi...” Tal el insigne oriental! de empinado pensamiento, a quien debieron honrar Mitre, Lépez y Sarmiento. — Wo — El que, a muerte, combatieron por su fe republicana, : el que ambicioné el sistema que hoy rige en la patria her- mana. ' Dice Maeso, en “Artigas y su Epoca”: Ni los generales Mitre y Sar- miento, ni el doctor Lopez ni el doctor Berra son la posteridad impar- cial y severa; ni siquiera la lealtad del adversario contemporaneo Representan la tradicion del rencor y de la venganza... | No nos conmueve que Lépez nos denueste al Protector... He pero, si, Mitre y Sarmiento porque nos llenan de horror! Ellos cuentan con arraigo y profunda admiracién, no importen Berra ni Lépez, de muy otra dimensién. . . Entre aquellos que se juegan su vida a la Libertad, no puede haber disenciones sino cordial amistad. ’ Felizmente, el general Mitre, en 1881, variando de tono escribia: Artigas es una especie de mito del que todos hablan y ninguno co- noce, y cuyo significado historico es mas complejo de lo que a prime- FA ra vista parece. Nos apremiaba la guerra y el Cabildo resolvid a | : que, en Buenos Aires mediaran don Juan Duran y Gird... Dos hombres faltos de empuje, de patriotismo y acci6n, dos hombres que se entregaron en brazos de Pueyrredén} ig De suerte que el propio Artigas, en alto su autoridad, repudié lo estipulado salvando su dignidad. i Fue el 8 de diciembre de 1816 que Juan Francisco Giré y Juan Jo. . sé Duran, en representacién del Cabildo de Montevideo, pactaron | con la Junta de Buenos Aires la incorporacién incondicional de nues- tg — 200 — tra Banda a las Provincias Unidas; por lo que Artigas respondid, indignado: “El Jefe de los Orientales ha manifestado en todo tiempo que ama demasiado a su Patria, para sacrificar este rico patrimonio de 103 orientales al bajo precio de la necesidad.” ...¥ se entablaron combates en Catalan y Arapey, y Lecor entré en la plaza y, en ella, impuso su ley! (°) Los fementidos pafriotas plegaron su conviccién, pasdndose al enemigo sin la mas breve apvensién... A tal punto que Ilegaron en su gruesa indignidad, a escoltarlo, bajo palio, humillando la Ciuda! Otros... fueron desertores al campo de Puyrredon: Siendo los malos patriotas amigos de la traicién. Estas mismas deserciones de la epopeya artiguista animaron a Le- cor para proponer a Artigas el cese de la guerra, ofreciéndole el grado de coronel en el Ejército Portugués. La respuesta del Jafe de los Orientales no se hizo esperar: “Digale @ su amo que cuando me falten hombres para combatir a sus secua- ces, lo he de pelear con perros cimarrones.” sticias, disentires y desaires, Y colmado de Artigas entré en la guerra impuesta por Buenos Aires. Y el 13 de noviembre escribia a Pueyrredén: V. E. es un cri- minal indigno de la menor consideracién... Pesard a V.E. ofr estas verdades pero, pesarle mucho mas haber dado motivos bastantes a su esclarecimiento... Algin dia se levantara ese tribunal severo de le Nacién, y en él, debe administrarse justicia. ..” Y recrudecio la guerra de pura sangre y dolor... reeditandose las cruentas derrotas del Protector ! (9) 2 de enero de 1817 — 201 — ' Tiempos de viles patrafias y recursos inferiores, tiempos en que Pueyrredén pagaba a los desertores! ..-Y cayeron prisioneros Lavalleja y Otorgués y Manuel Francisco Artigas y Rivera (Bernabé). (°) Asimismo, en Entre Rios, disfrazando su avicoz, pugnaba el traidor Ramirez... y ‘Lépez en Santa Fe. Hasta que, en franca traicién, estos mismos fedcrales se fueron con Sarratea, crapulosos y desleales. No importa ya que Juan Ramos haya batide a Gaspar en Pichinango, y deshecho sus fuerzas en el lugar... ) Wi tampoco que don Frutos batiera a Bentcs Manvel, con sélo quinientos hombres, y diera al traste con él. Ni que, alla, en Santa Maria, Abreu y su divisién sufrieran revés tremendo, de Artigas y su legién... %) La sangre de la Bajada, de las Tunas... el Cambay... los enloda a les traidores del tratado del Pilar. Expiraban, entonces, los dias terminales de la lucha... dias de insospechadas_ miserias, lesiones y amargos reveses... Cabildantes prosternados ante el barbaro invasor.. - Capitanes en mancilla que, desertando de las filas cimeras, van a impetrar a Federico Lecor para que les permitiera cruzar el paterno rio e incorporarse traidoramente, a los “pueyrredones”.. - (9) Entre los afios 1618 y 1819 (9) Marzo de 1813 (9) Diciembre de i819 — 202 — No obstante, los triunfos alcanzados por lo: aliados del litoral, enima- ron al HEROE hasta el punto de lanzarlo 4 penetrar por el sur del Bra- sil, con esperanzas de triunfar. Empero, el enemigo habiale intercep- tado su correspondencia, por tercera vez, descubriendo sus planes de invasién... Llegado que hubo a Jas margenes del ria Santa Mavia, alli, derrotd ai portugués el 14 de diciembre de 1819, en la batalla que lleva el mis- mo nombre dal rio. A su vez, el denodado corone! Latorre atacaba en Rosario siendo re- chazado, después de ocho horas de combate... Después, treca dias mds tarde, el enemigo lo atera en Ibicuy-Guazu debiendo retirarse en busca de refuerzos, solucién que permitié a ia- torre retroceder a las puntas de! rio Tacuarembd, donde habria de librarse Ia batalla def mismo nom'sre, desastrozamente perdida por los orientale: el 22 da enero da 1220. Ella fue el eslabén final de las derrotas del artiguismo, en la Banda Oriental... En los dominios del HEROE desciende a prisa e! telén: sobre sus diezmadas filas gravité la desercién! Y en horizontes de sombra va espigando su mirar... sin parar en los caciques que se ofrecen a su andar. Su pensamiento ha tvazado con rigida prezisién, la curva de una esperanza que Hleva a la expatriacién. . Camino dei ostracismo con el dolor de perdert las horas parecen largas, largas a més no poder! © En la batalla de Tacuarembé muere Pantaleén Sotelo y cue pristonero José Liupes. — 203 — ..-Y lento el andar... Seguido por un adicto escuadrén, se fue, sin volver los ojos, herido por la traicién!... Tras él qued6é Ia simiente de su encendido Ideal. .. flotando quedé en mi Banda y, alla, por el litoral. Cuando ,aquellos, tos ex-ienierttes de Artigas, Francisco Ramirez y Estanislao Lopez, al promediar el mes de febrero de 1820, vencie- ron, en Cepeda, al ejército de Buenos Aires, exigieron la caida dal Directorio y el Congreso de Tucuman, ambos objetivos perseguidos por el Jefe de los Orientales... Y sucedié que, en los prolegsmenos re- lativos a la suscripcién del tratado da paz, en la capilla del Pilar, Sarra- tea, a la sazon Gobernador d2 Buenos Aires, electo en sustitucién de Rondeau el 17 de febrero de 1820, conciuyd sobornando a los vence- dores y volviéndolos contra el Protector dz los Pueblos Libres! Artigas reproché a Ramirez, por su traidora accién, y se lanz6 a su en- cuentro batiéndolo en Ice Gyachas... . Pero, reforzado el traidor con las armas y unidades de Sarratea, en pos del Libertador y lo derrota sucesivamente, en la Bajada, Gua- leguay, las Tunas... hasta obligarlo a internarse en suelo paraguayo en cuyo limite lo despide su Ultimo Teniente, don Andrés Latorre que, con un escuadrén de doscientos hombres, lo acompafia, conmovido, en el camino ‘del ostracismo!... Cursaba el 23 de setiembre de 1820.

También podría gustarte