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El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación, etc.

Artículo 1º: Modifícase el artículo 4º de la Ley 24.445, el que quedará


redactado de la siguiente manera: “El feriado nacional obligatorio del 17 de
agosto, como fecha conmemorativa del paso a la inmortalidad del General
José de San Martín, será cumplido el día que corresponda al tercer lunes del
mes respectivo.”

Artículo 2º: Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.


FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

El presente proyecto de Ley, tiene por objeto establecer que el


20 de junio, fecha en la cual se cumple el aniversario del fallecimiento del
General Juan Manuel Belgrano e instituido como “Día de la Bandera” por la
ley 12.361, se mantenga como feriado nacional obligatorio y sea cumplido y
celebrado el respectivo día calendario.

A tales fines, y mediante el presente proyecto, se modifica el


artículo 4º de la ley 24.445, suprimiendo la referencia al feriado del 20 de
junio, el que, por expresa disposición del artículo 3º de la norma mencionada,
quedará así incluido dentro de las excepciones previstas en el artículo 3º de
la ley 23.555. Esto quiere decir que, el 20 de junio, así como el Viernes
Santo, el 1º y el 25 de mayo, el 9 de julio, el 25 de diciembre y el 1º de enero,
queda exceptuado de lo dispuesto en el artículo 1º de esta última norma,
siendo feriado el mismo día en el que recaiga, sin trasladarse a ninguna otra
fecha.

Esta circunstancia de trasladar los feriados nacionales, con los


sucesivos vaivenes que ha tenido desde su sanción y hasta la actualidad, y
motivada fundamental y exclusivamente en el fomento de intereses turísticos
y económicos, ha generado que se fuera perdiendo el verdadero y principal
sentido de cada feriado, especialmente de aquellos que tienen que ver o en
los que se celebran acontecimientos que nos marcaron y definieron como
Nación.

Frente a este primer intento de transformar a los feriados


nacionales exclusivamente en días no laborables y en posibilidades y
ventajas comerciales, con el tiempo se fueron creando excepciones,
manteniéndose el feriado nacional y su celebración en el día calendario en el
que recayeran, para algunos casos en los que la propia razón de ser del
feriado trascendía la mera circunstancia de que no fuera un día laborable
para cada ciudadano, tal el caso del 25 de mayo y del 9 de julio.

Y es que más allá del trasfondo histórico y de evidente carácter


nacional que algunos feriados revisten para nuestro país y, por consiguiente,
para sus habitantes, la razón de ser de los mismos es que, en dicha fechas,
precisamente el ciudadano pueda dedicarse, si así lo desea, a la celebración
del acontecimiento que motiva la fecha patria.
Determinados feriados nacionales, por tales características,
constituyen fechas en las cuales el sentimiento nacional se “unifica” en torno
de aquellos acontecimientos y circunstancias que nos determinaron como
Nación Soberana y, por ello, en su misma esencia se encuentra el ánimo de
celebración y festejo del ciudadano. Por esa razón se establecen como día
sin obligaciones laborales, precisamente para que todos puedan disfrutar y
participar de los festejos.

En este sentido, el 20 de junio, declarado “Día de la Bandera”


por la ley 12.361, y fecha en la cual falleció en el año 1820 el General Juan
Manuel Belgrano, creador de nuestra insignia nacional, constituye, junto con
el “Día de la Independencia” (9 de julio) y la “Revolución de Mayo” (25 de
mayo), una fecha en la que se conmemora uno de los hechos con mayor
trascendencia para nuestra Nación: la creación de nuestro estandarte.

La relevancia e importancia de dicha fecha patria, claramente


se advierte de los actos y festejos conmemorativos que, cada año, se
realizan a lo largo de todo el país y, especialmente, en la ciudad de Rosario,
lugar en cual el General Belgrano creó nuestra bandera; festejos en los
cuales participa gran cantidad de gente con verdaderos deseos de celebrar
un hecho de tanta transcendencia.

Creemos que un feriado con la importancia que tiene el 20 de


junio para nuestro país debiera, así como el 9 de julio y el 25 de mayo,
mantenerse y celebrarse en el día calendario correspondiente en el que
recaiga, y no trasladarse a un lunes determinado del mes, con la intención de
agregarle a un fin de semana un día más de descanso y propiciando
actividades turísticas y comerciales que de ningún modo se condicen con la
celebración del día de nuestra insignia nacional.

Por todo lo expuesto, Señor Presidente, es que solicito a los


demás Diputados de la Nación, me acompañen en la aprobación del
presente proyecto de ley.

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