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TERENCE IRWIN | LA ETICA DE PLATON Traduccidn de Awa [saat STELUNO INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS Coleciéns Hsrepi0s CLAstcos # : i Dares DRA. PNULETTE DUSTERLES. RSIDAD NACIONAL, AUTONOMA DI: MEXICO) Secretario: D& JUAN ANTONIO CRUZ México 2000) Titulo det onginal en ines Pat's Ets Copstight ©1995 by Tereace Lema This transla of Plats Files, onginlly ablihed is ngs: 1995, 6 alsed by arraneornt wath Osjir Univer Pra, Bs Lestrasion de Pate’s ics, publceda oigilnenteo ings ov 1995, 26 piss un ka autoizaion de Ongord Urner Pres fs Primera edicibn: 2000 DR © 2000, Vaiversidad Nacional Autonoma de México INSTIFUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS ‘Circuito Mero, Mario dela Cueva Coudad Universitaria, 04510 Mexico, DE ‘mail ibros@ifilosoficas nam eax ve). 5622 7437 fax 5665 4991 Impreso y hecho en México, ISBN 968-36-8388-6 Para HEL y MMI ; i | PREFACIO [A quien le intorese [a contribucidn de Aristoteles, Hume o Kant a hh filosofia moral puede al menos recursir a algiin libro en inglés qu intente ofrecer una relacién bastante completa y detallada de las principales opiniones éticas del fildsofo. No puede decirse lo mismo rcerca dela ética de Platén, Hay que admitit que los problemas que afronta el ntéxprete de Platén son distintos de los que arrostramos interpretar a esos ottos filésofos; aun asi, creo que lo mismo que se hha hecho para las concepciones éticas de estos tltimos puede hacerse con respecto 2 las de aquel. Es lo que he tratado de lograr en este libro. Aunque no es un estudio exhaustivo, pues deja de lado varios aspectos importantes de la ética platénica, se centra en lo que, desde ‘mi punto de vista, constituyen los temas esenciales. He intentado presentar las razones que tenia Platén para sostener suis concepeiones éticas, sus razones para cambiar de opinién acerca de algunas de ellas, el contenido y las implieaciones de las mismas, ¥ algunos de los motivos que podsian llevarnos a acepadas 0 recha- 2arlas. Con estos objetivos en mente, he teazado el desarrollo de las concepciones platénicas en los primetos diilogos, poniendo especial éenfasisen la defensay (segiin sostengo) en la reformulacion de laética soeritien expuesta en el Gorgias. He dedicado buena parte del libro al examen de la contribucién mas importante de Plata ala teoria moral, postulads en el argumento principal de la Repibiize,y he ahadido una brevisima exposicion de ciertos aspectos de sus diilogos posteriores para demostrar que arrojan mayor uz sobre las cuestiones planteadas en esa obra Una comprension adecuads de la filosofia moral de Platéin exi- ge cierto conocimiento de sus concepciones sobre psicologia moral, epistemologia y metafisica lo mismo se aplica, desde Juego, a los otros filésofas que he mencionado}, por lo cual también expongo estos aspectos de su filosatia. EL método specitico y la étiea speritiea «esplican mutuamente, s podemos advertic el mismo tipo de rela ciones expleativas reciprocas entee la metatsica y la epistemologia «le Piaton (que derivan de sus refiexiones sobre el método socratico) yy su teoria ética, Es evidente que mi exposicidn de algunas carac {ctisticas dela metafisia y la epistemologia platonicas no constituyen un tatamiento exhaustivo, pero espero que deseribe un aspecto de la Teoria de la Reminiscencia y de la Teoria de las Formas que, quiz, no apreciariamos suficientemente si estudidtamos estas doctrinas sin hacer referencia a la ética platénica. Las distintas vertientes de mi argumento se combinan en la discusibn del Sol, a Linea y la Caverna dela Repiblica Estas afirmaciones sobre el desarrollo de Platon requieren que se tome una decisién acerea de la naturaleza de sus diilogos socraticos yen términos més generales, de larelaciin entre Platén y el Socrates historico. He presentado los primeros didlogos como si encarnaran tanto has concepciones del Sécrates histérico como las que sostenia Platén en el momento de escribitlos. Esta visién de los primeros dilogos se defiende sucintamente en el capitulo 1 Miintento por atiibuiele una teosiaética a Platén poddia hacer pen- saraalgunos lectores que he malinterpretado totalmente cl caracterde losdiflogos. Leateibuial flésofo un cuerpo de doctrinas relativamen- tesistematico con base enla fuerza de sus obras, pero algunos lectores rechazan por completo esta perspectiva ‘doctrinal’ de los didlogos. Re- ‘conozco que hay cierta verdad en los estudos que enfatizan que debe ponerse distancia entre Platén y sus personajes; no obstante, pienso {que la perspectiva doctrinal es correcta en términos generales y que ‘encuentra firme apoyo tanto en los comentarios de Aristoteles sobre Platén como en un examen imparcial y escrupuloso de los didlogos Me parece que esta perspectiva resultara sumamente coavincente si nos permite atribuirle una postura filos6fica significativa a Plato, y ppor ello mi objetivo principal consiste en desexbir la postura que él Comeneé este libro con la intencién de que fuera una segunda cedicién de Plao'r Moral Theory. La editorial convino en aumentar lige rameate la extension de esta obra anterior con la esperanza de que la nueva edicibn: (1) ofteciera una presentacién menos parcial de algu- nos puntos controvertidos que planteaba en la primera; (2) expusiera Jos temas principales en términos menos cripticos, con miras a hacer sms accesible el libro a lectores que no son especalistas en Plat6n; iene (3) incluyers una discusiin de los disleigos posteriores; y (4) comara cen consideraciin la que se habia eserito sobre el tema desde la publ cacién del primer libro. Las restricciones de espacio implicaron que 10s dos primetos objetivos prevalecieran sobre los dos dltimos Las discusiones recientes han influido en mis decisiones acerca de Ia extensia sclativa de las distintas partes de la obra. Muchos criticos del primer libeo se centraron en los capitulos que trataban Jos dlilogos socraticos, Aun més, estos dilogos han sido estueiados profundamente en los ‘ltimos aos (sobre todo por a influencia de Gregory Vlastos); de hecho, patecen haber sido objeto de discusiones mas intensas que la Replica En muchos sentidos esta tendencia ha resultado saludable, pero yo no la he seguido. La mayor extension de este libro con respecto ¢ Plato's Moral Theoryse debe, en buena medida, a que conticne tna discusin mas completa de la Republica, Me parece «que los cambios que PlatSn introduce en esta iltima son —en lo que concierne a los temas principales de mi estudio— cambios positives ‘Simi primer libro hacia dificil apeeciae Ia evaluaci6n comparativa que realicé entee los diogos socriticos yla Repalia, espero que éste deje ‘en claro mi parecer. En este libro he afadido dos breves eapitulos sobre el Filho, el Alinco y las. Lees, pero no constituyen en modo alguno un teata- rmiento completo del argumento ético de estos complejos y sustan- ciosos dialogos. Me limito a hacer ciertas indicaciones sobre lo que los didlogos de senectud aportan a las concepciones platSnicas con selacida @ algunos de los problemas que exploro en los dilogos de juventud e intermedios. Ain de darle lugar al texto principal, he borrado o teducido (ao sin lamentarlo) casi todas las notas mas explicativas y argumentativas que habia redactado para este libro. Muchas de las notas sélo ofrecen referencias o una brevisima indicacién de mis motivos para adop- tar ua determinado punto de vista; no pretenden ser ni un informe completo niuna discusién detallada de las diferentes opiniones expre sadas en Ja literatura secundaria. En cieetos aspectos, pues, las notas la bibliogeafia son menos exhaustivas que las contenidas en Plato's ‘Mora! Theory y, en algunos casos, me limito a refer al lector a una de las notas mis extensas de este iltimo libro. La extension de las notas esta determinada, no pot la importancia de los distintos temas para comprender Piat6n, sino por su importancia para el argumento de esta obra rt LABTICA DE: PLATON Como el libro pretende ser accesible a personas que apenas co rmienzan a pensae seriamente en la tics de Platon, no he subrayact las diferencias con Plato's Marat Theory. Después de redactar un apéndice en el que describia las principales objeciones hechas a ese primer estudio y la manera en que actualmente me gustaria aceptarias 0 tes ponderlas, deeidi no incluirlo en este libro, ya que probablemente me resultarfa més interesante a mi que a la mayoria de los lectores. Sin embargo, esto-n0 significa que no aprecie las titles sugerencias y obje- ciones de los aumerosos criticos —favorables, hostiles o neutrales— «que se han tomado el trabajo de explicar lo que les patecia mal en Plato's Moral Theory. Agradezco el estimulo que me han brindado estas ctiticas para reconsiderat Ia ética de Plat6n; aunque probablemente he aprendido menos de lo debido, estoy seguro de que el presente libro ha mejorado gracias alas eriticas a la obra anterior, las haya yo aceptado 0 no. Sibien empecé con la idea de hacer una segunda edicién de Plato's Moral Theay, las cosas vesultaron un poco distintas, En esta obra no reaparece ni una sola parte del primer texto, por lo cual me parecié razonable presentarlo como un nuevo libro més que como una segun- da edicion de otro anterior, Sin embargo, ca un sentido importante, se parece mucho a una segunda edicion. No he intentado guardar In distancia de Plato's Moral Theory que habria sido necesaria para un examen freseo de los textos primarios y de la literatura secundaria; en cambio, he vuelto a eer los textos primarios e investigado la literatura secundaria a la luz del libro previo. En las notas he tratado de dat cierta idea de las principales con- tribuciones a esta discusién que han aparecido desde la publicacién de mi primer libro. He aprendido mucho de los tabajos recientes, en especial de los libros de Julia Annas, Richard Kraunt y Gregory Vies tos, y de las escritos de Terry Penner, John Cooper y Nicholas White ‘También he indicado algunas nuevas deudas con obras anteriores que he leido o releido en cl curso de la redaccién de este libro. Ya habia recurrido (por ejemplo) a Grote, Moreau, Joseph y Murphy para mi primer estudio, pero cuando volvi a ler sus textos descubri muchas observaciones sugerentes que anteriormente no me habian causado Ia debi impresién. Latareade solucionar ciestas reeonsideraciones de a ética platoniea ha resultado a la vez mas compleja y més interesante de lo que habia esperado, y me complace sobremanera poder agradecer a quienes me han ayudado en la empresa. Los delegados y el personal de Oxford pausncio. n University Press me han brindado siempre su apoyo y sualiento, tanto al publicar el libro anterior y mantenerlo en prensa como al acept ‘una exhaustiva revisin del mismo; los consejos de Angela Blackburn vel apoyo que me prest6 en diferentes momentos me resultaron e¢ pecialmente pravechosos. Entre 1990 y 1991 tuve la gran fortuna de obtener mi ato sabitico en la Universidad Cornell y una beea de la Fundacion Nacional para las Humanidades. Mis concepciones se hhan desarrollado en respuesta a los planteamientos de los estudian: tes de licenciatura y posgrado de Cornell a lo largo de varios afos, Yy mis recientemente durante un seminario celebrado en e] otono de 1991. He aprendido tanto de mis colegas de Ia Escuela de Filosofia de Sage que me resulta dificil determinar cuanto le debo a cada quien, pero en este caso tengo clara conciencia de los conocimientos obte- niidos de Sydney Shoemaker, David Lyons, Harold Hodes, Nicholas Sturgeon y Allen Wood. Jennifer Whiting y Susan Sauvé Meyer ne hicieron dtiles comentarios y sugerencias sobre puntos particulares. Daniel Devereux y David Brink me ofrecieron una critica detallada e inquisitiva de un borrador del libro completo, y aproveché con fre ‘cuencia sus indicaciones. Muchos aspectos de mis ideas sobre Platon sc han desarrollado como consecuencia del trabajo de Gail Fine, Ella ce responsable de tantas modificaciones que no puedo exclu Ia po: sibilidad de que me haya conducido a nuevos ertores, pero tengo plena confianza de que casi todos los cambios han sido pata bien, Varios borradores de este libro se han beneficiado, en mayor 0 menor medida, de las vigorosas eritcas y el continuo aliento de Fine. Por ltimo, debo expresar mi gratitud por la ayuda de dos colegas y amigos que fallecieron recientemente, Michael Woods me alent6 cen mi trabajo sobre Platon desde 1974, cuando leyé un borrador de Plato's Moral Theory y me iavit6 a colaborar en un libro sobre el Gorgias para la Clarcadon Plato Series, coleceién que edité hasta su muerte, aeaecida en 1993, Fucron para mi de gran ayuda sus licidos consejos y comentatios con respecto a mi empefio en torno al Gorgias y sobre otros muchos temas de l filosofia gricga, Entre 1971 y 1972 Gregory Vlasios supervis6 mi disertacién sobre la ética de Platén Poco antes de su muerte, en 1991, comenzé a escribir una respuesta a latevisidn que hice de sulibro sobre Sécrates. En tos afios intermedios fue un critico constante, severo, comprensivo y constructivo de mis, ‘concepciones sobre Sdcrates y Platén. A través de la ensefanza y el ejemplo, Vlastos, mis que cualquier otea persona, hizo del estudio dela ética socritiea y platdnica la floreciente actividad que es hoy en 12 LAETICADERLATON dia. Me habria gustado conocer en especial su punto de vista acerca de éste, mi mas reciente teabajo, para continuat con él una discusin gue ha formado parte importante de mi vida intelectual durante mas de veinte aiios. Sé que no lo habria convencido, y sé que sus criticas habrian artojado mayor luz sobre estas cuestiones. THI fraca, Nueva York Septiembre de 1994 ABREVIATURAS Las obras de Platén y otros autores de la Antigiiedad se citan a veces cen forma abreviada; los titulos completos, con informacién (cuando ¢s necesatio) sobre las ediciones utilizadas, se encuentran en el indice el método Stephanus convencional. He utilizado el Texto Clasico de (Osford editado por Burnet (1900). ‘Otras obras estén citadas en las notas por nombre del autor y fecha. Normaliente la fecha corresponde 2 la publicacin original, pero cl rimero de pagina se toma de la segunda fuente citada. Los textos filos6ficos conocidos (por ejemplo, los de Hume y Kant) se citan por autor y titulo abreviado, yla edicién empleada figuca en las referencias, Las abreviaturas usadas en las notas y referencias son las siguientes: AGP Archiv fir Geschichte der Philosophie AJP America Journal of Philology Ap Apeion AP Ancient Philosophy APQ American Philosophy Quareriy BACAP Pree, Best Area Collum in Ancient Phil JP Canadian Journal of Philsephy CQ Classical Quarterly CR Classical Review DK Diels (1952) HPQ Histry of Philsopy Quarterly JHP Journal of the History of Piloophy JHS Journal of Hellenic Stdies JP Journal of Philosphy OSAP Osgford Studies in Ancient Pilsophy PAS Proceedings ofthe Aristotelian Society PASS Anisoelan Society Supplementary Volume PBA Proceedings ofthe British Acadeory Phil Phidsophy Phe Pbronesis PQ Philesepbical Quarterly PR Philosophical Review PT Philsopbical Topics RIP Reve Intemationale de Philosophie RM Review of Metaphysics RP Rerwe Philosophigne SVP Vow Amwio (1908) YCS Yale Classical Sdies 1 PLATON, SOCRATES Y LOS DIALOGOS: 1, Observaionesprefiminares El objetivo de este libro es exponer y analizar la flosofia moral de Platon. Al hablar de a flosofia moral de Platén me refiero ados cosas: cen primer lugar, a la respuesta que Plat6n da a la pregunta normativa de “emo deberiamos vivit” y, en segundo lugar, a la respuesta ala pregunta epistemologica de “cémo podemos saber de qué manera deberiamos vivie”. La respuesta de Platén la pregunta normativa se encuentra en sus cuneepeiones verta de la conteaién existente cute has virtudes y la felicidad; y puesto que sus concepciones sobre las virtudes se apoyan en sus ideas sobre la raz6n, el deseo y la motiva- cid, auestea discusién de la pregunta normativa nos conduce a su psicologia moral, La respuesta que brinds a la pregunta episterno- logica descansa en su explicacién del conocimiento, la opinién y la indagacién. Como Platén cree que el conocimiento sélo es posible si cexisten Formas ten su base, la manera en que contesta la pregunta epistemologica exige una respuesta a las preguntas metafi- sicas relativas alas Formas, de suerte gue también debemos tratar de comprender sus concepciones acerca de estas iltimas. Cada uno de los dialogos del cuerpo platonico contribuye a la comprensién de estos diferentes aspectos de su filosofia moral en un sentido amplio. A la hora de decidir qué iba a diseutir, me he centrado en los temas que me parecen cruciales pata responder las dos preguntas principales. Este foco de atencién ha determinado hasta donde profundicé los diversos problemas de interpretacién. No ‘ofrezco, por ejemplo, nada que se parezca a una exposicién completa de las concepciones de Platén acerca de las Formas; me concentro «a esos aspectos de sus puntos de vista que parecen tener mayor importancia para su filosofia moral. De modo semejante, muchas 6 LAETICA DERLATON de sus concepciones éticas se encuentran estrechamente relacionadas con sus ideas sobre el placer, la responsabilidad moral, la politica, la sociedad y la religion; pero no he explorado todas estas relaciones, ya que pienso que sus concepciones fundamentales sobre la filosofia moral pueden entenderse en forma independiente de ellas, aunque es indudable que un recuento completo de sus concepciones sobre la moralidad tendria que incluitla. Por razones similares, este libro se centra en los dilogos de los periodos temprano y medio, y da especial importancia al Gorgias (POE contener la exposicién mas completa de la ética socratica) y a la Repiblica. Creo que en estos didlogos Platon desarrolla los elemen tos centrales y mas importantes de su filosofia moral. En particular, ime parece que estos elementos centrales persisten, sin ningiin car- bio significativo, en los didlogos posteriotes, y por Ia misma razéa no examino exhaustivamente estos tltimos, Mi discusin en torno al Politica, el Filebo y las Leys es surnamente selectiva, y no pretende dat una idea de las miltiples maneras en que estos dialogos aclaran los iversos temas éticos;en cambio, he trazado el pensamiento posterior de Platén con respecto a algunos de los principales problemas éticos ttatados en la Kepabica. Tncluso en los didlogos que examino con mayor detalle los limites de espacio me han obligado a investigac mAs profundamente algunas ccucstiones que otras, Con respecto a los puntos importantes para el angumento principal, discuto los pasajes con cietto detenimiento, ex- poniendo las dificultades de interpretacién fundamentales, En otros puntos me muestro bastante dogmtico y me limito a mencionar los temas controvertidos, sin ofrecer detalles acerca de mis razones para adoptar un punto de vista u otro, He presentado el argumento principal como una explicacién de | manera en que evoluciona la filosofia moral de Platén desde sus inicios socraticos hasta su exposicibn, mas cabalmente desarrollada, cn la Repiblica, He procedide asi, en parte, porque creo que es exacto desde el punto de vista histérico (porlos motivos que seindican en es te capieulo y que se explican con mayor detalle posteriormente). Peto ‘me parece que seguiria siendo una buena manera de presentarla teoria de Platén aun cuando careciera de exactitud historica; si comenzamos con la postura que he denominado “socritica”, para analizar luego las dificultades que ésta suscita, podemos ver la esencia y el interés de las concepciones del propio Platon. La postura “socritica” defi- re importantes cuestiones acerca de la moralidad y el conocimiento ruarbs scum ¥ Los pratocos 7 moral, y las respuestas que Platén les da son lo suficientemente afor- tunadas pata constituir una extensa y permanente conteibucién a la comprensién de la moralidad. 2. Formas de abordar ls legos Cualquier exposicién de Plat6n debe apoyarse fundamentalmente en los didlogos platonicos.’ Si hemos de utilizarlos como evidencia de las concepciones de Plat6n, debemos decidir, porlo menos en forma preliminar, como debemos leerios. ‘Antes que nada, geo qué orden tenemos que leer los didlogos? Puesto que no existen pruebas externas para fijar sus fechas absolu- tas 0 relativas, debemos recurtir a las que podamos descubrir en el lengua, el estilo y la forma lite En segundo término, chay que consideratlos como una expresién de las concepciones de Paton? Debido a que los didlogos frecuente- mente presentan conversaciones entre interlocutores que sostienen postutas opuestas, no debemos dar por sentado que todas estas opi- tions corresponden a Platon. ¢Tenemos buenos motivos para supo- ‘ez que éate se identifies con Ias ideas de alguno de los pasticipantes de sus didlogos?| Un problema especial con respecto a Platon y sus personajes surge en torno al interlocutor llamado “Socrates”, Este también es el nom- bre de una figura histdrica que conocemos de otras fuentes. «Cuil es !a relacién entre el personaje platénico y la figura hist6rica? Lelntepretain yl een que Artrles ace Plain som aca neni Chas 9) ren won ecen nfo ie (929, ps Sin embargo intso Cheri sepalns aBrmeciones esbre Pegi sobels detent ence bmetafinca soeioeay baton (pp. 26-20) 1h reo imperfect undo equ eagere que Artes esti haciendo sclera ago i Dan sla det no algo eco en Ts digs so» Critilo (Met, 987432-b1), a la que no se alude en ninguno de los dis logos y que no podria inferirse de la lectura del Craflo o de cualquiera de ls otras obras. Ya que se hallaba en posicion de comparar los di logos con otras fuentes de informacion sobre PlatGn, debemos tomar muy én serio el hecho de que su manera de abordarios es decidida- mente doctrinal: suele tatarlos como evidencias de las concepciones de Plata, y normalmente atribuye a éste algunas de las opiniones de! Socrates platénico, sin que encuentre ninguna necesidad de explicat o defender esa atribucién. En el curso de sus cxftieas a la Teoria de las Formas de Platén, Aristoteles hace referencia al Fedor (Met. 991b3-4) y a “Soerates en el Fadia" (GC 3350917). Al mencionar a Plat6n por su nombre, alude a pasajes del Fedro (Met. 107162223), el Teceto (Met. 1010b11—14), el Sofista (Mat. 1024b14-15) y et Filbo (EN 1072b28-32), Considera e1 problema, yadiscutido entre sus contempordneos, delo que realmente guiso decir Platén con la historia de la creacién que presenta en cl Timeo (DC 27932-28023), En su critica, compara la concepcién expuesta en el Timeo con la adoptada en las doctrinas no escritas, sin indicar que haya que interpretar tuna de cllas mas o menos scriamente que la otca won pustulatiGu de los puntos de vista platsniivos (Fs 209b1 1-16). La critica que hace AristOteles a la Replica yalas Leyes en la Politica II ofrece un sorprendente ejemplo de la manera en que identifica a Platén con el Sécrates platénico. Después de hablar del Socrates de la Repuiblia, Aristoteles pasa a comentar las Leyes como otto “diseurso socritico” (1265a10-13), a pesar de que Sderates no ces un personaje de esta iltima obra.® Més adelante continta tratando alas Les y a la Replica como evidencias de las concepciones de Platon (126605, 127 bl, 127469-10). El hecho de que Anistételes atribuya las opiniones del Socrates platonico a Platén llama especialmente la atencién en cuanto adverti- ‘mos que muchos de estos pasajes estin dedicados a crticar 2 nuestro filbsofo. Si el pablico original de Aristétcles (en vide de Platén 0, alo ‘sumo, veinticinco afios despues de su muerte) hubiera creido que Pla- 1t6n no aceptaba las opiniones atribuidas a su personaje de Socrates, cuales Arititlesemples normalmente el Bempo presente). Véante Stowart (1892) Gauthier y Joli 1970, * ‘Sobre Inimportancia dela referencia a Cito, véase Ross (1924) fx Para bn opinién contra, véase Kab (19814), 49, n.13. ' Laobservacin de Aristoeles acerca delat La re diseuteen Mortow (1960), PMG 20 LAGTICA DBPLATON centonees la manera en que Aristteles aborda el asunto habria sido 4 la ver totalmente injusta y contraproducente en un grado abstr do; cualquier defensor de Platén sélo tendria que haberle recordado a Anatoveles que el Socrates platénico no pretendia representar los frntos de vista del autor de los didlogos. Si incluso se hubiea ssc fado una controversia en torno a si el Sécrates platénico expresaba tas opiniones de Platn, habra resultado poco inteligente por parte de Aristteles tomar a ese personaje, sin ningin comentario ulterior, ‘Como blanco de sus etticas a Platén. El hecho de que Anstteles tho wea ninguna necesidad de justifear su supuesto, y de que (hasta Goade sabemos) nadie pensara cn cuestionarlo, nos oftece buenos ‘motivos pata ereer que los contemporincos y sucesores de Plat6n consideraban que las opiniones del Séerates platénico eran las de su autor. La perspectiva doctrinal de Aristteles y (aparentemente) de sus contemporineos noesiainiea forma posible deabordar losdidlogos” Podemot suponer que éstos son fundamentalmente exploratonos y «que exponen y analizan algunas opiniones que PlatOn considera dig- wir de ser discutidas, sin que por fuerza se comprometa con ells Si aceptamos esta perspectiva “aporética”, no insistiremos en que la postuta del interlocutor principal de los distintos didlogos debe sex POherente rien que debe desacrollariasiguiendo iaeamientos que fesulten razonables con respecto al modo de pensar de una misma persona; Socrates” (y los demis) puede no set sino un medio pars Expresat los puntos de vista que Platén escoge como temas de discu- Sion en diversos momentos.® Asimismo podemos pensar que Platon scribe lot dilogos a la luz de ciertas opiniones que no expresa en “los. De acuerdo con esta perspectiva “esotérica”, eas opiniones ti- cites proporcionan el tein de fondo sobre el. que evabia los puntos ‘evista que va discutiendo y sobre el cual podemos sopesar las ideas atribuidas a Socrates? TEstas formas de abordat el asunto estin en profanda oposicién con la perspectiva doctrinal de Asisttels, la cual considera que los "Las diferentes manera dabonlarlainterpresscion dete didogos sediscoen brevemente en Kea (19926), pp 2-30 levi (19928), pp. 73-78 T Grove (896) exp 8.csp pp. 407 s,s aproxima nesta vision orden aun “queen cemones propone un punto devs rds “gnndetico”, seg et eval Plats ee Suc Ion poness deseoncetantes como dignos de examen en 3 risa. Tos defensores de lx perspectva estéicaapelan 1 ciertos pases de los ilogos y ls carta, wease Reamer (1990) pp. 42-46 eLATON, SOCRATES ¥L08 DIALOGS a imterlocutores principales de los dilogos, entre ellos el personaje de Scere supra sens de Pata El examen de os ilopos podria convencernos de que Aristoteles se equivoca; podsiamos des- ubrir que las opiniones del Sécrates platonico carecen a tal grado de coherencia interna 0 de un desarrollo inteligible que dificilmente se las puede tomar como las concepciones meditadas del propio Plat6n. En ese caso tendriamos que probar otra manera de abordar los di- Jogos. Pero hasta que no hayamos demostrado que el punto de vista aristotélico se derrumba, éste merece ser nuestra hipotesis de trabajo. Laperspectiva doctrinal puede inclu algunos aspectos de las otras perspectivas. En ocasiones Platén bien puede sentirse genuinamente pperplejoy querer explorar una postura pors'misma,sin haber tomado aiin una firme decision al respecto; en este sentido, la perspectiva apo- rética insiste en una posibilidad importante. De igual forma, podemos encontrar motivos pars suponer que en algin didlogo determinado Paton esta influido por opiniones que no ha desatrollado plenamen- te en sus obras; en este sentido estrictamente imitado, la perspectiva ‘esotérica” podria contener un granito de verdad. ‘Aun asi laaceptacin inicial de una de estas tes perspectivas como la predominante en nuestro trabajo marcard una diferencia en aues- tra forma de entender los didlogos: y puesto que son incompatibles, ddebemos hacer una eleccién. Tenemos justficados motivos para se- guira Aristoteles y probar una perspectiva doctrinal a fin de ver hasta donde podemos llegar con ella. 4. gBor gui el dogo? arece razonable preguntar, como lo hicieron | : ' como lo hicieron los antiguos estudiosos dePlatéa (gf Andn, Pri. 15), por qué éste prefcié escribir dialogos en vez de presentar las opiniones de Sécrates y las suyas en tratados & renglén seguido Los dilogos mismos sugieren una respuesta re- sumida por tn platénico posterior: 7 Paton adopts la forma del didlogo porque imita a dialéctics. Pues as ‘como Ia dialéctica procede por preguntas y respuestas, el didlogo se ‘compone de personajes que interrogan y contestan. De este mode, al igual que lt dialécsca obliga al almas revelarlos trabajos queexperimenta ” Las funciones filosificas que posee la forma del didlogo se discuten 1M Fede (199, yp 21500 gue am pecs beam ements doc de Jos dstogos. ya que, sein Plane] alma se aemeja a una sabia ena que no hay vee ert, asi también “el didlogo obliga al lector” a asenti & bas Gosas que se dicen, y por esta causa utd este po de composiren (Anéamo)" En la poli, Socrates afirma que anda por abi estudiando a las pessonas para comprobar si saben lo que profesan sabe y i toman Pica tan seriamente como deberian (4p, 21b9-c8, 29d2—30a4), + Niclas deseribe esto como una actividad caracteristica de Sécrares {La 187e6~18823), Al atribuire este rasgo, Pltén implica que S6 trates peacticaba el tipo de examen peesentado en los dilogos; pues tx evidente que la indagacion de la valentia expuesta en el Lagits pretende ilustra a observacién de Nicias Platn atsibuye a Sécrates lin método especifico de argumentacién e indagacion, que intenta representar en los didlogos. ‘Socrates sostiene que la forma de interrogacion sistemitica que practica le permit aseguratse el asentimiento de sus interiocutores + osturas morales que étos echazaban Frmemente, a menudo indig- Petdos, antes de enfrentarse a sus preguntas. El interrogatorio no cs Golo la via por la que Sdecatesalcanza casualmente su conclusién en {sta oportunidad; el hecho de que se Uegue 2 la conclusion a través de tate tipo de interrogatorio forma parte de los motivos que Sécrates thos offece para cteer en esa conclusin. Afiema que los érgumentos ho son meramente los que le impresionana él, sino los que en verdad Convencen a un interlocutor normal que aborda las preguntas de la manera correcta, ‘Si Plat6n acepta estas afirmaciones sobre el papel epistemologico ‘det didlogo, pasece razonable que le resulte dificil presentar los ele- smentos esenciales de a filosofia socritica en cualquier otra forma que rosea lt que ha escogido. Puesto que roma en serio a filosofia soert thea, eseribe dilogos socriticos. A fin de entender por qué Séerates y Platon confieren talimportancia al interrogatorio, debemos examinar ios dialogos mismos. Peo vale la pena mencionar la relacin existente gure el método socritico y el didlogo en esta etapa preliminar, pues ST hecho de que Platén cscribiera didlogos en vez de tratados se ha considerado en ocasiones como prueba de que no deben interpre- Cirselos doctrinalmente. En realidad, no tendremos prueba de esto 1 gob in dakéctica, véste Provo, A 169.12-171.6. Con sespecto a la rele ibm entre clog ydakecuea, véase DL IIL 48 PLATON, SOCRATES YLOS DIALOGS 2B hasta que ao podamos descactar una explieacién de la prefe a sruna explicacion de la prefezencia de Plato pot la foxma del ogo que sea Consistent con una interpre tacién docttinal. Dado que la conexidn entre el didlogo y el método soctitice proporciona una explicacin fécll de la eleccion hecha por Paton, la eal es perfectmente coherent on la interpretactn doc: ‘tinal, no debemos supones, sin diseuticlo con mayor detenimiento, que la forma mistna del didlogo plantea dificultades a este tipo de interprexacion. 5. Arisiteles y Strats Si convenimos, pues, en que la perspectiva doctrinal de Aristételes tea eb php nbn debs peta acctn au opiniones sobre a quién pertenecen las doctrinas que se encuentran ea los didlogos. Hemos visto que atribuye a Platn las concepciones ppresentadas por “el Séceates del Fedén”, ademis de otras, y no hace ‘ninguna salvedad a esta regla, En ocasiones, sin embargo, aribuye cores especieas a Socrates refiindoseaptetemete a ersona histérica y no s6lo a un interlocutor del o platdnico, ‘Aristoteles parece estar totalmente seguro de la distincion entre 1 Socrates hist6tico y el plat6nico. De ethos “nem inde a diferencia con un ardid gramatical. Cuando habla del personaje del didlogo, sucle decir “el Socrates” (abreviando, por ejemplo, “el S6- crates del Fedin”; oft. GC 335010; Pel. 134223233), pero cuando habla deja persona ists lo lama generamente “Sete” sn el Con respecto a la epistemologia Aristteles afirma que Séerates formulaba ls peguntas, pero no as respond, “pues confes no obs" (9h NUTS, pee jm sys wea toacion defo nocimiento similar a Platon, La indicacién de que Sécrates formula las preguntas, pero no las responde, concuerda con algunos de los didlogos platSnicos, pero es evidente que no on todos. 2 a el azn del to dl rel lemon de Figelis xpone vec o Fagnl 18 p. 103 ade Ree (1938) Toes Ses Sialehse deen en Dean G,p38pp 1495 jen Nears 973, te IAI i aegones ner ane on ee Eo ages ct, mendes rece no cn send pal {que Aristoteles deseaba distingur al Socrates histonico de Plato. “ 24 LAGTICA DEPLATON, [Acerca de los intereses filoséficos de Socrates, Arist6teles seftala que le preocupaba la éticay, en especial ls definiciones univers les, peto no estaba interesado en la naturaleza en su conjunto (Mer 987b1-2, AP 642x28-31). Sus criticas a las concepciones de Pla- tom referentes a la metafisica y a la filosofia natural demuestran que “Atstoteles erefa que esta afirmaci6n con respecto al aleance de los intereses de Sécrates es totalmente alsa en algunos de los didlogos. “Aristoteles atribuye concepeiones metafisicas a Séerates, pero —coherente con sus afirmaciones acerca del aleance de los intere- Ges de éste— no sugjere que estas concepciones constituyeran una ppostura doctrinal expliita paralela a ls de Platén y ala sya. Asegura {gue Sécrates considerabs los universales como objetos de cetinicion, peto que no los separaba de los particulares. Desde el punto de vista Jhe Aristoteles, a separacién delas Formas. una doctrina caracterst- ‘camente platénica, derivada de la creencia de Plat (pero no dela de ‘Séerates) de que las cosas sensibles estan en flujo! (Mer. 987232-b10, 1078b12-1079a4, 1086237-b!1). Las aseveraciones de Aristoteles acerca de la ética socritica resul- tan ezpecialmente importantes para nuestros propésitos. Dice que Socrates negaba la posibilidad de la incontinencia (EN 1145622-31, 1147b13-17, MM 1200b25~32). Le hace diversas critieas por exage- rat ls impostancia del conocimiento a partic de la virtad, es decir, por identificar la valentia con el conoeimiento empirico (EN 1116b3-5; EE 12291416, 1230a6-8; MM 1190b28-32),* por definir todas las virtades como instancias del conocimiento (EN 1144b17-30; (EE 12463237; MM 1198a10-15) yporsobreestimarla importancia del conocimiento teérico en la étiea (EE 121603-10; MM 1183b8- 41), Segin seftalaba, Sécrates habia hecho la falsa afirmacion de que tno estd dentro de nuestro poder ser virtuoso o vicioso (MM 1187a5~ 13). Desde el punto de vista de Arist6teles, Sécrates zeducia todas las virtudes al conocimiento y omitiala parte no racional delalma,los sen timientos y el carécter, mientras que Plat6n reconocia correctamente Ia parte no racional del alma, pero cometia el error de contaminar su discusién ética con especulaciones sobre las Formas (MA 1182a15— 30) 5 Veasela 3 eon respect a Crit, “Mientras que en EN’ ati Seer, en EE y A emplea Shrats a seas, cefiigndose (veare la 2.12) 2a persona histories TE Ceo que MM cs sastancialmente autétic: véase Cooper (1973), eneado PLATON, SOCRATES ¥ L08 DIALOGOS 25 Es evidente que las observaciones de Aristételes con especto a la incontinencia aluden al Protigoras. Las rclativas a la valentia se efieren probablemente al Lagues. Aristteles también atribuye concepciones 2 Séerates basiadose en las seeciones dias del Zufdomoyala primera parte del Menén (EE 1247b11-15; Fol. 126022224). Estas observa- iones acerca de la étiea socritica constituyen un invaluable punto de partida para la interpretaciOn y tendrin que examinarse en detalle mas adelante. Para nuestros propdsitos presentes, su importancia radica en que Aristételes as considera claramente como referidasal Sderates histérico; en su mayotia resultarian a todas luces falsis si seas aplicara al personaje de la Repiiblica, el Fedro 0 cl Filebo En todos estos contextos, pues, Arist6teles cree tener derecho disnguca Socrates de Paton, aunque ou dsiacon casera de fun- lamentos si tratara todas las opiniones expresadas por el personajc de Séertes como procha dels concepcones del Sbrate hisoaica. Se sigue de esto que no trata todas las observaciones del personaje de Socrates como evidencia de las concepciones del Séerates hist6rico; ca sgunos cats, considera que el persone presenta al States :érico, mientras que en otros considera que €} nncepcio- nesde Plton pero no us de Soctae). fanaa Las oposiciones marcadas por Arist6teles entre Sécrates y Pla- t6n no son casuales ni carecen de importancia.'6 Con respecto a las, cuestiones metafisieas, coincide en buena parte con Socrates en detri- ‘mento de Plat6n, pues piensa que el primero tenia raz6n al no separar Jos univessales, mientras que la creencia del segundo en la separacion de éstos era la raiz de las paradojas que se derivaban de las Formas platénicas. Aun asi, Aristoteles no es tn partidario ciego de Socrates en contra de Platén. Bin lo tocante ala ética, conviene con este iltimo, oponiéndose al primero, en lz mayoria de los puntos que identifica como distintivamente soctiticos; de hecho, no serfa una exageraci6n agtosera describir Ia teoria ética aristotélica como una defensa siste- mitica de la teoria desartollada por Platén en oposicién a Sécrates. La sugerencia de Atistoteles de que existe un marcado contraste ‘entre las concepciones de Socrates y Plat6n resultasia cuestionable si ‘encontréramos que los rasgos ‘‘socriticos” y “platonieos” aparecen combinados en un mismo didlogo, o si hubiera rebabiisaee de que por Rove (1979) $e onde de sobs ics de Anes es Mi, BE, BA ene Vee Deman 8, pp tas BEE ee ee ee eee % LABTICA DE PLATON algunos didlogos puramente “socriticos” fuetan posteriores a otros claramente “plat6nicos”. Si identificamos con cierto grado de verosi- ‘militud un argumento especifico que Platén pueda estar elaborando a través de estos rasgos soctiticos, su presencia en uno de los didlogos del periodo “platénico” no desacredita necesariamente a Aristoteles Sin embargo, si no es posible encontrar una explicacién verosimil de este tipo, habria que descartar entonces la sugerencia de este timo, En caso de que Aristotcles esté en lo correcto, no debemos esperar «que las doctrinas ticas caracteristcas, que él atsibuye aSécrates, estén presentes en todo el cuerpo platénico, Deberia sorprendernos, a me fos de que hallemos una explicacién especial,” encontear doctrinas soctaticas en contextos donde Platon defiende sus creencias sobre el ir de las cosas sensibles y sobre las Formas no sensibles, o donde ‘va mis allé de las preocupaciones putamente éticas de Sderates Silas observaciones de Aristoteles con respecto a este ultimo filbsofo no ‘se confirman en los didlogos, entonces o bien Aristoteles se equivoca con respecto a Sécrates, 0 bien los didlogos de Platon no presentan tun cuadro preciso del Sécrates hist6rico. De hecho (como veremos mas detalladamente), el estudio de los didlogos revela los tipos de diferencias descritas pot Axistételes, € incluso sin su ayuda deberiamos ser capaces de adverticlas por noso- teos mismos. Sin la evidencia de Aristoteles, no sabriamos que esas diferencias guardan cierta elacién con el Séerates hist6rico, pero ten- driamos que explicarias de algiin modo al dar cuenta de la evolucion. de Platon. Hay un grupo de dilogos que expone todas 0 casi todas las earac- teristicas socriticas seftaladas por Aristteles: (1) Sus intereses son total o predominantemente éticos; (2) Sdcrates niega tener conoci- siento; (3) busca definiciones sin encontrarlas, y la conclusion suele set apotética; (4) son obras distintivamente exploratorias, mis que dogmaticas 0 expositivas; (6) expresan las concepciones socriticas sobre la virtud y el conocimiento; (6) no contienen las doctrinas que “Aristoteles relaciona con la ereencia en las Formas no sensibles. Estos criterios cortesponden a Lagnes, Crmides, Eutifrin, Liss, Hi- ‘pias Menor, Entidemo y lon, os cuales se consideran como claremente soctiticos® La Apolegia y el Critén no son aporéticos, pero desde el © Re. Lexige na explescén especial. Véase §117 © Con cespectoa la fecha del Li, vase el cap 3,n. 48 Sobre el Eat, véase et ap dat PusTON socRaTES ¥ Las DiALoGOS z punto de vista doctrinal se asemejan a los ottos dislogos soctaticos. El Protigoras y el Gorgiar son més complejamente interpretativos que los anteriores, pero se observa en ellos una continuidad doctrinal. Ninguno de estos dialogos contiene los rasgos earacteristicos de la teoria platnica de las Formas.” Sin embargo, todavia debemos optar por una de tres explicaciones diferentes de estos rasgos “socraticos”: (1) son rasgos genuinos del Sdcrates histérico, como afirma Arst6teles, y los dialogos reflejan la evolucién de Platén desde su concordancia con Séctates hasta una postura més independiente, (2) Al contratio de lo que dice Aristote- les, no son rasgos genuinos del Sécrates histbrico, pero expresen las concepciones de Platén en el momento en que escribié los didlogos pertinentes, de suerte que sigue siendo cierto que éstos reflejan la ‘evolucién de st pensamiento. (3) Sean 0 no rasgos del Socrates his- ‘rico, Platén no los introduce en los dilogos porque crea en ellos, sino porque quiere discutitlos, ya sea debido a que los rechaza y tiene cen mente otras opciones” o debido a que no tiene en mente ninguna otra aternativa Laclecci6n entre a primera y la segunda explicacién depende de la credibilided que otorguemos a Anstoteles. Kesulta difici! pensar que laboré sus opiniones a partir de la simple lectura de los didlogos ‘Aunque un lector cuidadoso podria advertic los rasgos “socriticos” {que hemos mencionado, asi como la diferencia entre ellos y algunas posturas fundamentales de Platén, cpor qué iba Aristoteles a atribuir- los, sin ninguna evidencia externa, al Socrates historico, en vez de ‘consideratlos como una prueba de las inconsistencias 0 de la evolu- cién del pensamiento plat6nico? Aristteles y su piblico tenfan mis informacin que nosotros sobre Socrates (y sobre Platén), ademas de «que aquél alude a historias acerca de Sécrates que no pudo haber sabi- doa pactitdelos dislogos” Aun mis, considera las oposiciones entre Socrates y Platén como oposiciones entre concepciones verdaderas Algunos de estos rspos petenccen a dislogos que habimualmente se toman como soctiticor: el HiMa yel Meade requeren de una mayor dscusn. El earcter ‘de os dilogossocritcos se discute en Viastos (199), aps. 2 3 Penner (1928). ‘Laopinion de que Pat presenta las concepciones de Socrates teniendo cn cate propia cotepione es deena por Shorey (09 pp 10,12 Vane ne ewe Phtaco, Ca 1118 (Rose (1955). 73 DLL 45-6 (paste en Ros, p Ti) Ar Ret 139692426, Hay dor pataes que se coreesponden con pastes de Jenotonve: Ret 139503-8 gf Jen. M125), EF: 1235a38-b2 fr Jen. M1254, 8 LAGTICA DE PLATON y falsas con respecto a la metafisia (en la que conviene con Sdcrates fen contra de Plat6n) y 2 la ética (en la que conviene con Platén en contra de Sdcrates). Para Aristoteles es importante, pues, que su pi- blico acepte sus observaciones historicas acerca de Sécrates y Plat6n. El hecho de que no sienta la necesidad de defenderlas (no més de lo que defiende la uilizacion que da a los didlogos como evidencia de Jas concepciones de Platén) constituye una razén mas para suponer ue ély su piblico las consideraban como claramente correctas ‘Aunque se pocira hacer una buena defensa de la confiabilidad his- torica de las observaciones de Aristételes con respecto 2 Socrates, Ja cuesti6n no oscurece la importancia mas general de centrarse en Jos rasgos que él considera como socriticos. Cualquiera que sea la explicacién que finalmente favorczcamos de las tres expuestas ante- ormente, resultard stil ver que tipo de postura filos6fica (si Ia hay) detiva de los didlogos que poseen esos rasgos. Ya sea que Plat6n cre- yera 0 no alguna vez en esta postura, un estudio mas detenido de ‘lla nos ayudaré 2 comprender las intetrogantes que busca respon- der en su tratamiento mas distintivamente platénico (de acuerdo con Aristételes) de los mismos problemas étcos. 6. Ellonden de lor dilogas Los comentarios de Aristételes nos ayudan 2 identificar un grupo de didlogos que, en cualquier caso, podelamos distinguir (sin su auxilio) desde el punto de vista doctrinal, y nos oftecen un buen motivo para considerar este grupo como socratico, Parece razonable inferis que estos didlogos son anteriores, y que tepresentan el periodo dela tr yectoria de Platon en el cual presentaba las concepciones de Socrates, Pero esta inferencia no oftece completa seguridad; Platén bien pudo hhaber presentado los puntos de vista socriticos después de llegar a formular sus propias concepciones no soerdties. Si queremos confe- ticle significacion cronologiea al testimonio de Aristoteles, debemos considerar cualquier otra evidencia que podamos encontrar con res- pecto al orden de los didlogos. Nos resultaria stil encontrar indicios cronolégicos que pudiéramos ‘evaluar independientemente de nuestra interpretacién del contenido filoséfico de los didlogos; puesto que las cuestiones de interpretacion, estén abiertas a controversia, seria provechoso contar con un cuadro ® Vease Viastos 1991), pp. 97 ssa quien se opone Kahn (1992), pp. 235-240. FLATON, SOCRATHS ¥ Los DIALOGS @ ctonolégico que nos sirviera como punto de pattida incontestable pata la interpretacidn filoséfica, No se ha hallado tal cuadro, pero si pruebas importantes, aunque limitadas, La prueba mis atl parece provenis de los estudios sobre el estilo de Platon. En caso de que podamos identifier caracteristicas estlisticas ue sean independientes de nuestros juicos filosdficos y del tema de los didlogos, quiz podamos utilizarlas para ordenat estos iltimos. Si aceptamos la tradicién que coloca a las Laer como el tiltimo de los dialogos,? podremos examinar a los demas seguin sus grados de similitud con las Leyes y buscar las caracteristicas tanto conscientes como (upuestamente)inconscientesque se observenensugramstica, su vocabulatio, su sintaxis y su estilo: Hay una catacteristicaestilistica eronologicamente importante que parece ser consciente, En algin momento de su trayectoria, Pla- 'n parece haber tomado la decision definida de evitar el hiato (ciertas secuencias de palabras terminadas en vocal y seguidas por palabras «que comienzan con vocal)” Salta ala vista que el hiato se elude en las Leyes, el File, el Tinto, el Critas, el Sota y el Politico, y en grado menor en el Fedr, pero no en los otros didlogos. Fste andlisis parece identificara un grupo de didlogos tardios (ya que las Leyes figura entre los que lo evitan), Como los didlogos en cuestién difieren profunda- ‘mente en cuanto a tema y forma, parce bastante improbable que Platén decidiera evitar el hiato (por ejemplo) s6lo en las obras en las ue pretendia lograr cierto refinamiento literatio. Los resultados alos que se llega con base en la supresion del histo parecen confirmarse cuando se atiende a otros aspectos estiisticos que podtian set menos conscientes, como los recurrentes ritmos a] final de las frases. El estudio de los titmos en la prosa indican que la secuencia formada por Timo, Critias, Sofita, Politico, Fiebo y Leyes constituye el ultimo grupo de dislogos.* El estudio del uso (supuestamente) inconscicnte de particulas y combinaciones ha llevado a ciertas conclusiones con respecto a los ® ease DLIIL3T, Ann, Pp. 13-19. sto ao implica que ls Le haya sido cst en a ttalad despes dtd os dems digs ® Lamjoreneuesa de estudioneiliticon se encuenea en Brandwood (1980), serum en Brandwood (1992). Un extudio etadiico recente es Ledger (1989) (cago eespecsvlase Brandwood (192), pp. 12 3). ® Bandwood (199%), p.9, pp 183-102 ® Vease Beandwvod (980). 206 30 La gmiea be maton dlilogos de la ctapa temprana y media. Una cronologia bastante ve rosimil reconace un primer grupo compuesto por pola, Crtés, Leagues, Carmides, Bulifrn, Pipias Menor, on y Protégoas, un segundo grupo integrado por Lis, Crate, Eatidemo, Gorgias, Hipias Mayon, Me rexeno, Monin, Fedin y Banguet, y un tercer geupo en el que entraria Replica, Parminides, Tetato y Fedo ‘Estas investigaciones estilisticas no permiten conclusiones sélidas con respecto al orden de los didlogos. En primer lugar, ignoramos culntos de esos indicadores estlsticos estan influidos por el tema © por el estilo consciente de determinado didlogo;”* si, por ejemplo, Platén decide escribir un didlogo de corte més exploratorio, o més didictico, o mas retético, do leva esto a modificar las particuas y el vocabulario que elige? No es preciso que las modifcaciones mismas sean deliberadas, pero aun asi pueden estar influidas por sus decis nes conscientes, Esta cuestion podeia zanjarse de manera satisfactoria aunque no coneluyente) para el ilkimo grupo, pues en éste las evi- dencias estlisticas los ritmos de la prosa, la supresién del hiato) no parecen correlacionarse con los distintos temas ola eleccién del estilo, El problema no ha sido zanjado satisfactoriamente para los didlogos ‘empranos (los que integran los dos primeros grupos), de suctte que no sabemos a cienciacierta qué estamos clasficando. ‘Aun més, las investigaciones estlisticas no fijan un claro limite centee el primero y el segundo grupo, ni dentro de cada uno de éstos, ‘Aunque casi todos los investigadores colocan al Fedin y al Banguete al final del segundo grupo, micntras que al Mendy al Grito en una ‘etapa anterior, ao estin de acuerdo sobre el lugar que les corresponde al Entidemo y al Liss. incluso mas importante es el hecho de que el estudio de los didlogos de juventud (los del primer grupo) no puede basarse en resultados segutos sobre su orden, ni sobre la relacidn que guardan el Protigoras ye] Gorgias entre sio con didlogos aparentemente anteriores. Los juicios acerca del contenido de estos dilogos tendriin ‘que determinar auestra decision de seguir una u otra evolucién (0 ninguna) del pensamiento ético de Plat6n. No obstante, estas consideraciones cronologicas tienen que afec- tarla manera de abordar la ética de Platén. Indican, por ejemplo, que > yalina cai tomada de Brandwood (1970, nv. tes lists se encuentse x Ros (1951, ps Ledger (1985), pp. 228s; Vssos (1991), pp 6 oy Bennet {Go02%),p. 124 Exe cuesion se pnts, peo ¢sdeseatads con bastane brusqudad, en Ledger (1980, p88, PLATO, SOCRATISY 108 DALOGOS st dcbemos tomar el Fedro como una revision o un avance de las con- cepciones vertidas en la Replica y el Benguet, n0 como su preludio, y que debemos pensar que et Polite, el Fubo y las Leyes reflejan tres ‘tapas de su pensamiento ético posterior.” Tncluso, cuando consideremos los didlogos de juventud, tendre- mos que comparar la evidencia estilistica con las conclusiones que cextraigamos de los comentarios de Aristoteles sobre Socrates, Todos los dialogos que, ateniéndonos a Aristételes, tomamos como socriti- cos caen dentro de los dos primetos grupos cronologicos.” Ninguno de los didlogos no socriticos esta incluido dentro del primer grupo, y el lugae que ocupan el Fidén y el Banguete, casi al final det segundo ‘grupo, cuadea con los crterios de Aristoteles. En esta medida, pues, los criteriosaristotélicos yestilsticos tienden 4 confirmarse entte si, Bsta convergencia no debe aceptatse acritica- ‘mente como un argumento decisivo en favor de un particular orden cronolégico. Ambas clases de crterios pueden identificar errénea- mente didlogos que Platon preficié escribir en forma “socritica”, por motivos didécticos o draméticos, aunque ya se hubiera formado sus concepeiones més definidamente ‘platonicas”. No obstante, si es- tamos tan dispuestos, como deberlamos, a considerar Ia relacion de “Arist6teles como inicialmente ereible, set justificado tomarla como punto de partida en nuestra investigaciOn de los didlogos. Por conveniencia me referié a los “didlogos socraticos breves" poles, Critin, Lagues, Cirmides, Extifrin, Hipias Menor, Ion, Liss, Entidens) en comparacion con el Pradgoras y el Gorgias. Creo que, de hecho, los didlogos breves son anteriores al Protigras, y que éste es anterior al Gorgas, mientras que, a su vez, el Gagias fue escrito antes {que los demis dislogos del segundo grupo (aparte de los enumerados «0 los didlogos breves)." Pero este punto de vista debe defendetse mediante un examen detenido de los diélogos.2? Paza nuesuos propésus, o san necesaio como lo sea si etuiaos cstuliando lamas de Pat part formarnos una opin defini acerca da ‘elacin dl Par ye Tim. 00 os logon trios Nov creo que Plt consere (0 tuvieea que haber considerado) que los aumento det Para aoe fates para a eneepcia de las Forms que sostene en lo dlope ncermedson, y po ello 0 cept la ean principal que ofece Owen (1953) pata vba al Tm antes del Perm Vetse ine (1988), Com espectoal i, vesee cap 19,09. Sobre Rap] eae lap ya ¥ so no pretendeapicae al Af, vbre el eal no ofc ninguna opin * Veante S64 yeleap. 7,n-3 32 La Bmica DE PLATES, La acttud de Platin aia Soeates Silos didlogos de juventud de Platén son “socriticos”, en tanto que ‘expresan las concepciones del Séceates histético, zen qué medida nos presentan también las ideas o los intereses floséficos del autor? A este respecto hay tres puntos de vista posibles: (1) en los didlogos intermedios Platén desarrolla sus propias concepciones a través del petsonaje de Sécrates, pero en los didlogos soctiticos eseribe como bidgrafo, mas que como filésofo, en tanto que pretende dnicamente registrar, sin apoyar necesariamente, las opiniones del Socrates hist6ri- co. (2) Em los didlogos tempranos se limita a actuar como portavoz de Socrates, sin agregar nada propio, pero eseribe como filésofo, adoptando la postura atribuida a Socrates. (3) En estas obras Platén. acepta las concepciones que atribuye al Sécrates historico, pero las desarrolla, amplia y defiende a su manera en grados diversos en los distintos dislogos. En los didlogos intermedios sigue avanzando en cesta direccin y rebasa al Sécrates historco. Quiz podamos encontrar cierto apoyo para el tercer puntode vis- ta,endetrimento de os otros dos, sireconocemos que la transici6n de Platon desde las conceprianes sncriticas hasta las plat6nicas (n0 s0- ctaticas) se produce en forma perfectamente gradual, Ea el Meni el Critilo y el Hipias Mayor el personaje de Sécrates explora nuevas interrogantes y llega a nuevas conclusiones, sin alcanzar ninguna de las concepciones que Aristoteles seiala como caracteristicamente pla- ténicas. En dos diélogos intermedios que afirman sin lugar a dudas la teoria platénica de las Formas, el Fein y el Bangnet, | personaje dle Sécrates esta vinculado de manera decidida, y hasta ostentosa, con 1a persona historica y con las doctrinas claramente platénicas. La Re- publica inicia con wn dislogo (Libro I) que recuerda el estlo anterior ‘dc los dialogos socriticos, antes de que el personaje comience una ‘laborada defensa de la coneepeion platonica. Siempre que Platén se aleja marcadamente del Sécrates historico, se esfuerza por recordarle al lector de manera vivida a la persona de carne y hueso. En consecuencia, Platén deja entrever que el personaje que expo- ne las concepciones platonicas esti ligado con el Sécrates histdrico Ena perspectiva biogrfica se defend en Graham (1992) Sw angumento des cansa en la udosaafrmacion (158) de que le version de la doctrina de Hericito {czpeada por Pla (veaze 8113) conteadce as fiemaciones sobre as artes produc: tivas que ve presetan en los dilogos socriicos Con respect al Cr, wiase 9106, PLATON SOCRATES Y Ls DIALOGOS 33 Seria de exteafiar que hiciera esto si (como indica el primer punto de vista) sus dislogos socriticos pretendieran limitarse 2 deseribir las opiniones del Séctates hist6rico, sin expresat las del propio Platén. Su tratamiento de Socrates seria menos extrafio, pero aun asi muy poco comin, si el segundo punto de vista fuera correcto y hubie- ra aceptado las ideas de su predecesor sin intentar desartcllatlas © ampliarlas por euenta propia. La manera en que trata a Socrates en los dialogos intermedios resulta mucho mas facil de entender si su- ponemos que en sus didlogos socriticos tiene la intencion de que el ppersonaje exprese las ideas del Sécrates histdrico al mismo tiempo, Ia concepeién del propio Platon acerca de cémo deben exponerse y defenderse esas ideas. Es probable que, en los didlogos intermedios, las referencias biogrificas a Sécrates pretendan enfatizar la continui- dad entre las concepciones que sostiene Platén en ese momento y las que sostenia antes, aceptadas ambas como propias y atribuidas al Socrates histéxico. Si convenimos en que Platon se considera un filésofo socritico, no un reportero (sea objetivo o comprometido) de la flosofia de su maestro, no debemos presuponer que la exposicion o la defen- sa de las opiniones de Socrates se deriven en su totalidad necesaria y directamente de este iltimo. Si Platén esti presentando sus pro- pies concepciones, ademas de la socriticas, cabe pensar que intent6 desarrollatlas en la forma més defendible posible, encontrando sus propios argumentos para apoyarlas o mejorando los que habia ofte- ido en otros dilogos.*® Quizé podamos recurtir a Arist6teles para sustentar esta explica- in de la relacién de Platén con Socrates. Al deseribie lo que supone ser el principal alejamiento de Platén con respecto a Sécrates en el campo de la metafisca, la teoria de las Formas separadas, Aristoteles firma que aquél es resultado de las reflexiones de Platén sobre los presupuestos de la bisqueda socritica dedefiniciones. El contacto de Platdn con as doctrinas heraciteanas extremas de Critilolo llevaron a seer enamine los presupucsioe de aindagacion de Somat, ya ue éste no habia intentado estructurar estos presupuestos por propia Cuenta, Esta descrpcin del desarolo de Patgnseaplicatmmbign 2. ‘muchos ottos aspectos de la doctrina socritiea y platoniea; recuente- 7 Miconclusién coincide con ta de Viastos (1991), pp. 50 és, pero mi argumento. stl xe Src ei igs cree ie parece macepable (vase Pub. 4 EAETICA DEPLATON mente observamos que la actitud cohibida de Platén con respecto ala jndagacion socritica, ala luz de otras concepciones contemporiness, {o estimula a desarrollar y modificar !a postura de Sdcrates. St asi es como ve su selacion con el Sécrates histérico, results entendible que siga eseribiendo como filésofo socratico en la medida en que defiende Jos elementos cruciales (segin su opinién) de la postura de Socrates, al ‘tiempo que desarrollasus concepciones caracteristicas y parcialmente independientes de las de éste* ‘Algunos de los didlogos soctiticos —especialmente el Prtigoras y el Gorgas-— resultan mas ficiles de entender si suponemos que ‘ontienen las reflexiones de Platén sobre ideas socriticas que, en su opinién, ha sustentado en otros sitios con argumentos que yano le pa- tecen adecuados. Si intexpretamos el Protégrar y el Gorgias desde este ‘punto de vista también nos resultari mis fail entender por qué los {halogos intermedios evocan tan firmemente al Sécrates historico en ‘el momento preciso en que Plat6n aborda argumentos no socriticos. De acuerdo con la manera en que probablemente él lo contempla, lo aque hace en os didlogos inteemedios no representa una marcada dis- Yates (19830) hace hincapié en que conf en el G: (pp. 71-74) Véanse también Nehamas (1992), p. 165; Ka (1992), pp 251 5 PLATON SOCRATES ¥ Los DIALOGOS 35 He argumentado que los didlogos de juventud de Platon presen tan las concepciones del Socrates histrico, que Platn las defiende como propias y que son distintas de las concepeiones atribuidas al personaje de Sécrates en los dilogos intermedios. Quiza hallemos {que este punto de vista exige una lina interpretativa que los didlogos ‘to pueden sustentar rxzonablemente. Si deseubsisramos que los dis logos de juventud no permiten atribuirle a Sécrates un conjunto de ideas que resultaran razonablemente constaates y coherentes, mien- tras que los didlogos intermedios no se apartan de las concepciones socritices de una manera clara ointeligibl, seria justficado deducie «joe nuestras conclusiones provisionales son incorrectas. Pero es por 19 menos justo tomas come punto de pari y ver adinde noe 8. Séerater en la istora de a éicagrega Aunque le demos un lugar prostario a Arstteles, también debemos considerar otras fuentes de informacion sobre SGcrates. Algunos de tos principales rasgos del Socrates arstotélicoy del platnico pueden crtnocen esti de jena EL Serer Prcocupado por laéica,interroga a otras personas y expresa algunas ee fonte afiade una buena dosis de consejos éticosy peicticos pottvos, fae ee ee eet eee ect age tradicional, mientras que le uita al Sérates patGnico la fecuente ntegacin de conocimienta, Tanto los agregados como las sustraccio- nes coinciden con la propia concepcisn religiosay moral de Jenofonte ¥ se adecuan a su estrategia general para defender a Sderates. Ten moshenasrironeypiy peters cried de tn de Ari No debe pasarse por alto otra fuente de informacién sobre S6- cote mgt yg ra on preci, Macs ais legos posteriores a Platén afirman que Socrates los inspié echo, San Agustin observa que el carécter Cieaconaae yente de los argumentos soctiticos dion alas als esculas,eadial- Iente opuestas, de los creaaicos los eiicos. Tanto los hedonistas » Sobre Jenofoate, véanse Lacey (1971); Mé 1987) y Viastos (I yutrot (véase el caja 2, 1.25) y Brochard (1 (véase el 5) decider bad enpoiete Demet Sn Des 36 LAETICADEELATON cirenaicos, que identifican la felicidad con el places, como los ascé- ticos cinicos, que identfican la felicidad con la virtud, aseguran ser {genuinamente socriticos.” Los estoicos también reconocen a Sécra tes como su fuente de inspiraci6n, mientras que Cicerén remonta las ““paradojas” de los estoicos a este filésofo (Parad. 4). ‘Aunque todos estos moralistas sefialan a Sdcrates como su ins- pirador, distinguen claramente la doctrina socritica de Ia plat6nica Didgenes el Cinico rechaza la Teoria de las Formas platénica,recla- mandole supuestamente a Plton que él puede ver las mesas pero no Ia esencia de la mesa (DL VI 53). Lleva a los extremos la doctrina soctatica de que la virtud basta para la felicidad, lo cual podsia expli- tear por qué Platén lo tacha de “‘Sécrates enloquecido” (DL V1 54). El hedonista Aristipo parece haber ereido que el sistema dogmitico de Platon iba mucho més all de lo que era razonable atribuirle a ‘Sécrates.”” El hedonismo de Aristipo resulta incompatible con los puntos de vista defendidos por Socrates en el Feo, y en realidad pudo estar inspirado en las opiniones hedonistas que se rechazan en fe didlogo. De modo semejante, las paradojas de los estoicos difie- fen radicalmente de las ideas expresadas en la Repitlic, Aunque los estoicos aseguean seguir a Sécrates, algunos de ellos critican a Platéa. por discepar con concepciones que son a la vez soctiticas y estoi- ‘as (Plutarco, SR 1040d).*! Cuando Posidonio critica a defensa que hhacen los estoicos de la creencia socritica en la imposibilidad de la incontinencia, sostiene la posibilidad de esta Ultima recurriendo a la fautoridad de Platén y Aristételes, pero no a la de Sécrates."? Estos iltimos moralstas atribuyen a Sécrates ciertas concepciones dlefinidas que no son las ideas éticas que expone Platén en sus didlo- gos intermedios y tatdios. Cabe admitic que pudieron malinterpretar Socrates, pero su afitmacion de que éste es el fundamento de sus puntos de vista incompatbles constituye un hecho que debe tomarse tn consideracion al tatar de comprender cl testimonio platénico. La relacién que Platén ofrece de Sécrates deberia parecernos admisible fi logramos descubrit no sélo por qué considera que su forma de desatrollar y modificar las concepciones socriticas son razonables, > Vease San Agustin, CD VIIL 3, XVI 4t © ease At Ret 1398630-33; DL TE 69, IT 36, Vease también el ap. 6,0. 41 + Sobre los estoicos, veate también §140. Acerca de as actnades hacia Socrates, véase Log (1988) "Sobre Posidonio, véase §168 CATON, SOCRATES Y Los DIALOGOS 37 sino también por qué los sucesores de aquél czeen que unas con Cepsiones diss logran caper afimaciOnes socrticasexenciales que Platén abandona. Sila relacién plat6nica del Sécrates historico puede explicarnos, como un hecho enteadible, que los flésofos pos- teriores diserepen con respecto a la significacion dela ética socritiea, desarrollindola en ditecciones contradictorias, tendemos una razén ‘mis para teatata como una relaciéa exacta 2 EL METODO SOCRATICO 9. Ienarancia sortica y mitedo soertico Bs Socrates un filésofo moral constructivo? La idea de que noes sino un cxitico negativo de las opiniones morales de los demas pareceria tuna conclusién admisible a partir de los dislogos socriticos, Ea cs- tos dialogos, su método de argumentacion caractetistico consiste en tuna serie sistemitiea de preguntas y contrapreguntas (elenco) a dife- rentes interloeutores que costienen alguna tesie moral positiva.! Bate intersogatorio conduce normalmente a la refutacién del interlocutor, La estructura bisica de un elenco tipico es sencilla Socrates formula una pregunta, ya sea pidiendo que le digan qué es determi- nada virtud (por ejemplo, “cqué es la valentia?”) o planteando alguna otra pregunta sobre una virtud, E! interlocutor afirma una proposi- cid p en respuesta a esa pregunta inicial; bajo el interrogatorio de Socrates, conviene en que también eree q y r, para luego descubrir, bajo las preguntas subsecuentes, que se puede derivar no p de gy r,de suerte que descubre que sus opiniones lo comprometen conpy no p.> * Consespectoal uso del eéminn lw véateVlastos (1983), p.28, Consitaye ‘inode os términos legales de Socrates (para otro téminos legen gf 4p. eS, Le, 18823; C. 646, 487a1), Vease G. 4736-47405, 475€7-47602; Rep S3Mel3, Fér 26701, 273e3, 27845. En dilogos posterioces (Fi. S2AN0; Sof 23047, 23105-6, 2301-3, 24227-b5,259d5) se utlan en forma mis expecaizada. En ocasiones (por ‘ejemplo, G. 458, 47310, pero no siempre (vate Ap, Web-dS, gf. Le. 187210), ech iphca una refuacion efectiva * Acerca dels dpor de denco,véase Robinson (195), caps 2,73. ® Gon respecto a la contradeciin con una mismo, véise espesalmente Sof 2305-8 0 Laimeca DRELATON [Al verse en esta situaci6n, se siente “perdido” (apart) con respecte alo que cree-* [No ¢s s6lo el interlocutor quien se siente perdido, Séerates mismo insiste en que no sabe as cespuestas alas preguntas que formula asus interlocutores, y por lo tanto concluye que todos estin “‘perdidos por igual” (La. 200c8). Su ventaja sobre los otros no es que sepa mis, sino que carece de la falsa presunci6n de conccimiento que ellos tienen (4p. 22e1-5). En los didlogos de juventud es fzecuente que niegue tenet conocimiento acercade as cuestionesmorales examinadasen un clenco.® Segin Aristoteles, Socrates no pretendia tener conocimiento, Jno que “econocfa que no sabia” (Zap. 183b7-8). En etapas posteriores de la Antigiedad, algunos lectores tomaron ‘muy en serio los aspectos negativos de Sécrates, afirmando que se trataba de un eritico negativo porque eta un eseéptico; de acuerdo ccon este punto de vista, no s6lo nicga tener conocimiento, sino que incluso se abstiene de afirmar cualquier conviccién positiva propia (Cita disputat ut iil affirmet”, dijo Cicerén, 4.116). Algunos crefan ‘que, aligual quea Sécrates, habia que interpretar a Platon (en todos sus sllogos) como un escéptico del mismo género (Ann. Pro. 10.57— {65)/' La concepcidn de Sécrates como un crtico puramente negative parece encontrar fuerte apoyo no sélo en su explicita negacion de Conocimiento, sino también en el carécter de su argumentaci6n por medio de elencos;siselimitaaesta dase de argumentaci6n, resulta fail ‘entender por qué niega tener cualquier conocimiento eon respecto a 1a moralidad. “Arist6teles, no obstante, no extrae esta conclusi6n ni de Platon at de Socrates, pues atribuye a este tiltimo varias concepciones definidas yy paradéjiess acerca de la virtud y el conocimiento. Los didlogos sustentan la opinidn de Aristteles,pues cn ocasiones Sécrates plantea algunas convieciones morales definidas e impopulaces. Sin embargo, + Vente Ci 16269-11, 160a3-6; Le 19446-4, 19647-2, 2001-5; Fa 1 1B6- 85M. T9eT-M0b4, Rep. 33407 Sobre la falta presunciin de conacimiento, gf M. 84a3-c9; Tet. 168427, 210b1 1c; Sef 230A Ale 118at5-<2 © Vease dp 2-7, Ea. 523-<8, 1el 1-16 Cir 16508, 1667-6; La 1868-187A8, 2002-5, Lis 2244-7, 2234-8; C. 509ct-7, Para observaciones sinulaes en los dalogos postesiores, véase M, TIat-7, @bd1—4 Ma, 2868-2, B04d+05; Beng 2168 —4 Sobne el watamiento de Sécrates y Platén como escépicar, wéare Annas (1992; Glucke: (1978), pp. 35-50; Woodeut (1986) y Barnes (1988), pp 233-236 yMgrapo soceArico 41 estas convieciones suscitan nuevas preguntas. ¢Estin apoyadas en slguna argumentacion? Si es asi, ¢ se apoyan en el elenco 0 en algtin otto tipo de argumentacién? En cualquier caso, gcomo hemos de conciliarlas con la negaciéa de conocimiento de Séctates? Por el momento basta observar «gue si el elenco sigue estos principios rectores, y Sdcrates los acepta, Este tiene buenos motivos para asegurar que el elenco permite hacer progresos en el campo moral y que justifica las aseveraciones éticas definidas 12. La exigencia de expicaciin El enfoque normal, aunque no exclusivo, de las indagaciones éticas de Socrates consiste en la exigencia de una explicacidn acerca de lo que es una virtud dada; con el fin de mostrarnos cémo se examina 4 si mismo investigando las virtudes, os dialogos breves presenta su bisqueda de definiciones. gPor qué es importante la biisqueda de definiciones, y por que es pestinente para las conclusiones pricticas que Sécrates pretende extracr de sus indagaciones? Nos llevard un tiempo contestaresto, y debemos comenzat por considerar el tipo de pregunta que el flésofo formule, Los supuestos de Sscrates se discuten en Vistas (19839), pp. 52-56; Kraut (0982), pp 65-68 y Brickhouse y Sout (1984), pp. 1BE-192 Gon cespecto alos principiosrectores, véase 932 46 LAEMICA DERLATON Ein el Ciérmides la pregunta principal de Sdcrates se introduce en una diseusién acerca de si Catmides mismo es templado (137¢7—1585) Socrates sugiere que sila templanza esta presente en Carmides, éste tended alguna conciencia (asters) de ella, lo cual conduciri a cier ‘tw opinion sobre “Io que es y la clase de cosa que ¢3” (bo eat kai hopoion t), que Carmides podré expresar con palabras (Cir. 1$8¢7— 159a10). Sécrates supone que si Cérmides es realmente templado, n0 se limita a conformarse impensadamente 2 las reglas convencionales, nise conforma a éstas por el s6lo hecho de que otras personas aprue~ ‘ban su conformidad; debe tener también la idea correcta de por qué-se ‘esth conformando a esas reglas. Cuando Socrates pide una explica- cion, pretende identificar la idea que Carmides tiene acerca de por {qué realza las acciones templadas que realiza y poner de manifesto sil ve en ellas lo que la persona templada ve en ellas. En el Lagues la explicacién de una virtud busca responder una pregunta diferente. Sécrates no inguiete si sus interlocutores poscen Cierta virtud particular, sino si estén en posiciOn de ofrecer su consejo sobre cémo adquitir una virtad. Para ser buenos conscjcros en esta cuestin, debemos saber qué es la virtud; si sabemos lo que es, pode- mos expresarlo (190b3-c/). Nicias y Laques no estaban de acuerdo ‘con respecto a silos j6venes tenian que tomar o no lecciones de com- bate atmado. Su diferencia se debia, en parte, a que discrepaban en torno a si tales lecciones ensefiaban algo que fuera pertinente ala vi tud. Incluso cuando legaron 2 un acuerdo, su concepeién de lo que implicaba ser un hombre puro y bueno eta bastante estrecha, ya que se centraban en los aspectos militares de la virtud sin aludir a las orcas ceualidades que hacen a una persona digna de alabanza. En este punto resulta conveniente que Sécrates plantee las preguntas eis amplias que aquellos han pasado por alto. ‘Niel Cirmides ni el Lagues sugieren que la gente discrepe con res- pecto al tipo de acciones que se esperan de una persona virtuosa. En el Exajrin, no obstante, tales desacuerdos saltan a la vista. Eutifron. reconoce que se lo tomari por loco debido a que quiere hacer pro- cesar a su padre por asesinato (Eu. 4a1—10), pero insiste en que esta totalmente justificado. A Socrates esta afirmacién le parece sorpren- dente yle pregunta a Eutifréa sitiene un conocimiento tan preciso de la piedad que le permita defender sus acciones (4e4-8). Puesto que la accién de Eutifrén suscita dudas y controversias, es justo pedirle un principio que sustente su interpretacién de lo que exige la piedad en contraste con otras interpretaciones. His este género de principios to LMeropo socwAnico, aque busea Sécrates; le pide a Eutifron que le diga “qué clase de cosa es, en tu opinion, lo pio y lo impio” (5¢9), dando por sentado que esto es lo que Eutifedn ha asegurado saber. La exigencia de Socrates de tuna explicaci6n de la piedad parece muy razonable y adecuada dentro del contexto, 13, Explicacionesy definiciones Al buscar la explicaciéa de una vietud, Socrates intenta responder preguntas razonables

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