Aquello era, de nuevo, una gestacin de aire, un embarazo de viento, un intento inflado de ocultar la acostumbrada esterilidad. Un autntico y prescindible parto de los Montes, donde el ratn tras asomar el hocico y guiar un ojo para sacudirse la legaa, se volvi a su oscura y confortable cueva, junto a su botn, fruto de minuciosos y sistemticos saqueos. Los ltimos, con sede diplomtica en la India. Escucho a nuestro inefable y enigmtico presidente de gobierno (un enigma que no alberga misterios sino que aborta ratones) decir que "un debate a dos es ms debate". Tras hacer novillos (como un prvulo zascandil temeroso de las orejas de burro y el rincn de los torpes), y huir como alma en pena de un debate donde poda producirse examen de revlida, rfagas de preguntas, e intercambio de ideas (por presencia, aunque mnima, de lo nuevo), acude ahora gozoso y lleno de confianza (es un decir) a otro, dicen que debate, donde l, enfrentado a su mismo yo, o Snchez conversando con viceversa, su heternimo de Galicia, pueden recordarnos a Maricarmen y sus muecos, donde el papel de la ventrlocua lo juega el IBEX 35, el autntico orculo en el vientre del sistema, la ltima y primera palabra de este monlogo oficial en forma de pedo. Ni siquiera el asomarse a un espejo y reconocerse, puede en este caso, al contrario de lo que sucede con algunos primates superiores, considerarse un signo de inteligencia, antes al contrario debe considerarse como sntoma de la vanidad ms vaca de conceptos, de la publicidad ms pobre de recursos, de la madrastra ms huera de blanca Nieves, de la anttesis absoluta del dilogo socrtico. Cuando el dilogo en Occidente se convierte en monlogo, cuando la ideologa nica juega al escondite con su propia sombra y su fiel guardaespaldas, y se enseorea de la sociedad abierta solo a los militantes con carnet, es que Occidente, como ante un espejo, se enfrenta al abismo de su propia madriguera, donde el tufo es ya irrespirable. Y esa idea nica de la unanimidad unnime, de la ventriloquia teledirigida y ensimismada, del vientre repleto de meteorismos y flatulencias, libre de asperezas, contrincantes, y debatientes, bien lubricada, nos la endosarn, con todo el aparato ceremonial posible de las grandes ocasiones revenidas, como un supositorio de vaselina para nios preguntones.