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Interpretaci A

Entre el 27 de enero y el 10 de febrero,


aproximadamente medio milln de espaoles en retirada
penetraron en Francia. Familias con individuos de tres
generaciones, empujando carretones de dos ruedas
atiborrados con colchones, utensilios y muecas,
atestaron las carreteras desde Barcelona a Portbou.
Hacia el 5 de febrero los franceses haban contado
170000 personas, pues hasta esta fecha solo haban
permitido el cruce de la frontera a los civiles. Del 5 al 9
permitieron la entrada a 300000 soldados a condicin de
que entregaran las armas en la frontera. Mientras los
gendarmes conducan a los refugiados hacia los campos
de concentracin improvisados en las playas cercanas a
Argels y Saint Cyprien, los campesinos franceses los miraban al pasar, algunos con lagrimas
en los ojos, otros murmurando: sales rouges (sucios rojos). Los soldados, en su mayora,
mantuvieron la disciplina durante la retirada. Orgullosamente formaban filas y cruzaron la
frontera en formacin militar, tenindose a s mismos como defensores del Gobierno
legtimo de la Repblica y de la democracia mundial, se indignaban de que los gendarmes
franceses los cachearan comO si fueran una horda de criminales sospechosos.

[] Los franceses, con su larga tradicin en la concesin del asilo poltico y conociendo las
represalias que los nacionalistas llevaban a cabo en los territorios conquistados por ellos, no
vacilaron en concederles refugio, pero estaban completamente impreparados para recibir
aquel alud de gente y no deseaban complicar sus futuras relaciones con los vencedores.

JACKSON, Gabriel (1990) La Repblica espaola y la Guerra


Civil. Barcelona: Crtica.

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