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Carituto I EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS I. INTRODUCCION La reforma introducida al régimen concursal argentino por parte de la ley 26.684, es una mas de las tantas modificaciones que se produjeron en la legislacién argentina en materia de insolvencia desde sus comien- zos, en el afio 1862. Muchas han sido las iniciativas que se vieron luego concretadas como modelos y reformas concursales, acompafiando Jas diferentes realidades economicas, financieras y sociales que presenté el pais en diversas épocas. Sobre esta materia ya hemos tomado posicién desde hace afos en diversas obras que hemos publicado™, advirtiendo que existe una larga distancia, muchas veces, entre aquello en lo que la gente —normalmen- te— cree ylo que la realidad econémica indica®). En razon de los nuevos vientos que soplan en el escenario concursal, y la invocacién, nuevamente, de motivaciones politicas, econémicas y sociales para fundamentar esta nueva reforma —la de Ta ley 26.684— en el régimen de insolvencia argentino, hemos considerado oportuno vol- ver sobre estos tépicos. (1) Puede verse ViroLo, DANIEL ROQUE, EI nuevo régimen concursal, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2002; Elementos del Derecho Concursal, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2006; Concursos y Quiebras, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2007; RIVERA-ROITMAN-Viro10, Ley de Concursos y Quiebras, Ed. Rubinzal Culzoni, diversas ediciones, la iltima, 4° ed., Santa Fe, 2009. (2) También sobre este punto nos pronunciamos en un articulo que fue muy difun- dido en su momento; ver VitoLo, DANIEL ROQUE, ;Quién le teme ala quiebra? A propdsito ‘de un proyecto de reforma, LA LEY, 26 y 27 de febrero de 2003. 2 DANIEL ROQUE ViTOLO 1. Algunos errores conceptuales clasicos en relacién con la regula- cién del fenédmeno de la insolvencia Dentro de las creencias generalizadas de la gente y —-especialmente— de la dirigencia politica, se encuentra aquella que genera el convenci- miento de que los males de la recesién econémica, el desempleo, la falta de crecimiento del producto bruto interno, el déficit fiscal, la ausencia de inversiones extranjeras, el alto indice de corrupcién, la inequitativa distribuci6n de la riqueza, la ineficiencia de administracién del Estado ola crisis de credibilidad por la que atraviesa un pais, un gobierno o un sistema econémico y politico, pueden encontrar soluciones magicas a través de la modificacién de la Ley de Quiebras. Otra creencia —también generalizada— y fuertemente vinculada con aquélla que hemos sefialado en el parrafo anterior, es la extrafia sensacién de que la modificacién de la Ley de Quiebras es un elemento teactivador de la econom{a, que ayuda a que las empresas puedan ser eficientes, présperas, competitivas, y rentables; asf como que es un factor determinante en la lucha contra la erradicacién de la pobreza y para la instauracién de la paz social. Los dirigentes politicos se ven fuertemente seducidos por estas ideas, y —en su gran mayoria— no pueden resistir la tentacién de incluir en sus plataformas de gobierno, sus programas electorales, y aun en sus discursos, alguna referencia a la sancién de un nuevo régimen integral de tratamiento de insolvencia —Ia ya famosa “Nueva Ley de Quiebras” que integra el ctimulo de promesas electorales de efecto magico— como aquel elemento que constituira una de las llaves para la solucién de una buena parte de los males econémicos que nos aquejan®. Lideres, héroes e instituciones ven en la quiebra una amenaza para la salud de las economfas y hacen esfuerzos denodados para poder comba- tirla; parecerfa que esto es mas por el escozor que la palabra, o la situa- cién, les genera, que por la importancia especifica y relativa del hecho en si. Sin embargo, desde Napoledn hasta el Fondo Monetario Interna- cional, desde los ilustrados de la Roma antigua hasta los guries de los mercados globalizados de la “nueva economia’, y los nuevos expertos en cambios sociales, luego del eclipse de la globalizacién y la aparicién de la nueva crisis mundial de los afios 2001, 2008 y 2011, ha quedado demostrado —a lo largo de la historia— el efecto traumatico que la pa- labra “quiebra” y la situacién de insolvencia generan en los dirigentes po- (8) Particularidad que comparten con otras promesas declarativas tales como las que se incorporan a otras leyes —incluso a la Constitucién nacional— asegurando salud, viviendas y trabajos que nunca se concretan. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS, 3 liticos, econémicos y sociales; individuales 0 institucionales; quizds por el hecho de que revela un estado de cesacién de pagos en los operadores econémicos®. Los medios de difusi6n en materia econémica y los analisis estadisti- cos han contribuido a la consolidacién de esta creencia, mediante la pu- blicacién periédica del ntimero de quiebras decretadas, o de los concur- sos preventivos de acreedores que se generan en cada jurisdiccin —un cuadro ya clasico y tradicional en todos los periddicos econémicos—, ad- virtiendo como un elemento positivo el descenso de tal nimero y como negativo su aumento, en relacidn —generalmente— con el ntimero de quiebras decretadas o de concursos presentados en el mismo mes del afo anterior, o respecto de trimestres, semestres 0 afios anteriores. Un (4) Entre nosotros es dable destacar lo ocurrido en 1836 cuando Rosas, abrumado porlo que ocurrfa con las quiebras y con los acreedores, dicté un decreto aboliendo todos Jos juicios de esperas y quitas. Conforme a dicha norma: a) Quedaron sin efecto los juicios de concursos de acreedores llamados de esperas © moratoriasy de remisién o de acreedores. b) Apartir de esa fecha ningtin deudor pudo solicitar quitas esperasen juicio ynin- giin acreedor podia ser obligado a aceptarlas por el voto de los demas coacreedo- res bajo el régimen de mayorfas. ©) LaCémara de Apelaciones tenia vedado conceder moratorias a ningin deudor, d) Todo juicio, ya fuera de espera 0 moratoria que estuviera pendiente, porque no hubiera sido resuelto definitivamente o porque habiéndolo sido alguno de los acreedores se oponfa en general, o con respecio ast crédito, alas esperaso quitas concedidas tanto por los acreedores como porla Camara de Apelaciones, queda- ban comprendidos en el decreto, teniéndose por nulo y de ningin valor ni efecto todo lo que se hubiese obrado o resuelto a favor de dichas quitas 0 esperas. e) Nose admitia dictamen ni controversia alguna, ni continuacién de las cuestiones pendientes vinculadas a estos temas. Este decreto de Rosas finalmente fue posteriormente derogado por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, el cual reimplanté la vigencia de las Ordenanzas de Bilbao y de las leyes generales relativas ala materia concursal. La derogacién de la norma no fue pacifica, en la medida en que tanto el Fiscal de Es- tado como el Tribunal Superior de Justicia estuvieron en contra de que se dejara sin efecto el decreto dictado por Juan Manuel de Rosas. Los fundamentos dados por el entonces Gobemnador de la Provincia, Valentin Alsina, para la reimplantacién de un régimen de moratorias, quitas y esperas —con los alcances fijados en las Ordenanzas de Bilbao— pueden sintetizarse de la siguiente manera: a) lacrisis mercantil europea afecté fuertemente al comercio en el Rio de la Plata, produciendo un impacto negativo en su giro habitual; b)_ laadministracion del Estado tiene como deber ineludible venir en auxilio del co- mercio, pues de su prosperidad depende —en gran medida—la prosperidad de los ciudadanos y también del mismo Estado; y —finalmente— ©) tanto el comercio en general como el Tribunal de Comercio local, se habjan pro- nunciado sobre la necesidad de contar con mecanismos que permitieran cele- brar acuerdos para refinanciar las actividades mercantiles frente a las derivacio- nes de la crisis por la que travesaba el comercio. 4 DANIEL ROQUE VITOLO indice enigmatico del cual emana un impacto ms vinculado alas sensa- ciones que a la realidad econémica, juridica y social ®. Asf como el indice del crecimiento vegetativo de una poblacién no se mide en relacién con el ntimero de muertes que se producen en una co- munidad determinada, sino en la proporcién diferencial que se registra entre las muertes y los nuevos nacimientos —y ello también vinculado con la poblacién total—, tampoco el nivel de crecimiento, desarrollo, 0 prosperidad de una economf{a se mide por la cantidad de quiebras que se producen. La desaparicién de empresas en razén de la readecuacion de los mercados en relacién con los operadores; la concentracién econémi- ca generada por las ventajas comparativas de las economias de escala; la globalizacién; y tantos otros factores —hasta la eventual sancién de una ley absurda o de un decreto que permita, impida o suspenda la posibi- lidad de decretar la quiebra de empresas—), pueden influir en la cons- truccién del indice, y ello en nada se vincular4 —necesariamente— con Ja marcha real de la economfa. Apesar de lo expuesto, algo —endémico, por cierto— sigue inclinan- do a los dirigentes a pensar que el origen de gran parte de los males y de los fracasos econdmicos 0 de la falta de crecimiento en la actividad comercial, se vincula con la Ley de Quiebras. Nada mas alejado de la realidad. Los problemas de desarrollo, crecimiento y prosperidad tienen su origen y desenvolvimiento en algo un poco mas complejo que la Ley de Quiebras. Dependen de la conformacién de los paises, de su cultura, su historia, el escenario geografico, las costumbres, la ética, y hasta de la relacion de fuerzas generadoras de bienes y servicios que puedan existir en un entorno —hoy mas que nunca— global, Como bien ha sido sefialado por un sinntimero de pensadores y eco- nomistas, existen dos grandes lfneas tradicionales —aunque actuales— de pensamiento respecto de los motivos y razones que hacen présperas a las economias. La primera de ellas tiene que ver con los mercados fi- nancieros, la inversién privada, los ahorros, la inflaci6n y las tasas de in- terés, y que con una impecable légica cartesiana se relaciona con dos (5) Ver Viroro, Danis, Rogue, Blementos del Derecho Concursal, cit. (6) Ena Repdblica Argentina, cada vez que se dictaron leyes de emergencia, a través de ellas, 0 de los decretos reglamentarios, se incluyeron disposiciones especificas que dis- ponian prohibiciones de decretar la quiebra de empresas. (2) Este pensamiento también fue expuesto en el discurso inaugural pronunciado por el autor en oportunidad del V Congreso Argentino de Derecho Comercial y Ill Con- greso Iberoamericano sobre la Insolvencia, celebrado en la ciudad de Mar del Plata, en el mes de octubre de 2003, EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 5 exclusivos factores: i) la tasa de inflacién, y ii) la tasa de ahorro interno. La segunda, por el contrario, se centra en: i) la importancia esencial dela innovacién tecnolégica; ii) la inversion piiblica, y iii) en cémo se relacio- nan entre si las instituciones econdmicas y politicas en la produccién y el crecimiento econémico®. Para el primer modelo, si el Estado centra toda su atencién en ase- gurar la estabilidad de precios y alentar el ahorro puiblico y privado, las tasas de interés bajan, los mercados financieros responden con una ava- lancha de fondos de inversién, los negocios proliferan y la consecuencia es la prosperidad. Para el segundo modelo, el crecimiento depende de (8) Puede verse: ABRAMoviTz, Moses, y Davin, Paut, “Reinterpreting Economic Growth: Parables and Realities American Economic Review, vol. 63, junio de 1973; ALE- SINA, ALBERTO, y RODRIK, DANI, “Distributive Politics and Economic Growth’, Quarterly Journal of Economics, vol. 109, n° 2, mayo de 1994; BAKER, DEAN, y TopD, SCHAFER, Ban- co Mundial, World Development Report 1995, Oxford University Press, Nueva York, 1995; BHAGWATI, JAGDISH, “The Capital Myth: The difference Between Trade Widgets and Do- lars; Foreign Affairs, vol. 77, n° 3, mayo-junio de 1998, ps. 7-12; BLINDER, ALAN S,, “Can ‘We Growth Faster’, Challenge, noviembre-diciembre de 1996; BLUESTONE, BARRY, “The Great U-Turn Revisited: Economic Restructuring, Jobs, and the Redistribution of Ear- nings; en KASARDA, JOHN D., Jobs Earnings, and Employment Growth Policies in the Uni- ted States, Boston Kluwer Academic Publishers, 1990; BLUESTONE, BARRY, y BENNETT, Ha- gRISON, The Deindustrialization of America, Basic Books, Nueva York, 1982; Prosperidad, FCE, 2001; CARNEVALE, ANTHONY P,, y STEPHEN, J. ROSE, “Education for What? The New Office Economy: Technical Report’; Educational Testing Service, Princeton, 1998; CassIDy, JouN, “Pricking the Bubble’, The New York, 17/8/1998; CONNERTON, M., FREEMAN, R. B., y Menor, J. L., “Consejo de Asesores Econémicos’, Economic Indicators, US Government Printing Office, Washington, D.C., abril de 1998, junio de 1998, noviembre de 1998, fe- brero de 1999, abril de 1999; FARRELL, CHRISTOPHER y MANDEL, MicHact, “Productivity to the Rescue’, Business Week, 9/10/1995; FisteKe, NORMAN S., “Popular Myths about the World Economy’, New England Economic Review, julio-agosto de 1997; FRIEDMAN, ML- TON, “Ihe Role of Monetary Policy’, American Economic Review, vol. 58, marzo de 1968; GatpaairE, J. K., “Did Macro Policy Cause the Inequality Crisis? Frank M. Engle Lecture, American College, Bryn Mawr, Pa., 29/3/1997; Name-Dropping, Houghton Mifflin, Bos- ton, 1999; GREESPAN, ALAN, “Remarks on Income Inequality’, Simposio sobre desigualdad en el ingreso: problemas y opciones politicas, Banco de la Reserva Federal de Kansas City, Jackson Hole, Wyo., 28/8/1998; MADDISON, ANGUS, “Growth and Slowdown in Advanced Capitalist Economies: Techniques of Quantitative Assessment’, Journal of Economic Li- terature, vol. 25, n° 2, junio de 1987; NELSON, RICHARD, “Capitalism as an Engine of Pro- gress’, en The Sources of Economic Growth, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1996; Nexson, RicHaRD (ed.), The Sources of Economic Growth, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1996; PERSSON, TORSTEN y TABELLINI, GUIDO, “Is Inequality Harmful for Growth’, American Economic Review, vol. 84, n° 3, junio 1994; Romer, Paut, “Economic Growth’, en HEnDERsON, Davin R. 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Re- quiere que el sector ptiblico asegure un nivel adecuado de investigacién y desarrollo, inversién en infraestructura, educacién y capacitacién para fomentar nuevas tecnologias y preparar la mano de obra para aprove- charlas, debiendo el Estado invertir mas en la economfa haciendo todo lo posible para mantenerla funcionando a toda maquina. Estos pensamientos se contraponen en su génesis y en el modelo que proyectan y, ciclicamente, en mayor 0 menor medida —dependiendo de las épocas— se alternan en la preferencia de los gobiernos de los paises ala hora de elegir su perfil y definir sus proyectos. Y esto es algo mas que la Ley de Quiebras. Ahora bien, toda afirmacién o creencia engaiiosa, encierra o guarda en s{ misma alguna pequefia dosis de verdad; de alli la eficacia del enga- iio. ¥ esta dosis, en el caso de la Ley de Quiebras, es la circunstancia de que, dentro de cada modelo elegido, la concepcién que pueda asignarse ala crisis empresarial y los remedios 0 mecanismos que se regulen para su tratamiento, influirdn en los resultados globales del sistema que el modelo puede proporcionar. ~ Para decirlo de otro modo, si bien es verdad que la Ley de Quiebras no puede constituir nunca el motor que ponga en marcha el progreso econémico, no es menos cierto que la Ley de Quiebras no es indiferente respecto de la marcha de la economia y el progreso econémico. En efecto, dificilmente —a pesar de lo que puedan pensar los dii gentes politicos— una buena Ley de Quiebras pueda modificar sustan- cialmente la economia de un pais, generar crecimiento, prosperidad o progreso. Contrariamente, una mala —o irrazonable— Ley de Quiebras puede atentar fuertemente contra la economia de un pais, y frenar 0 con- dicionar su crecimiento, su prosperidad y progreso. Y esto es especialmente importante en paises emergentes —como el nuestto— con economfas que se encuentran atravesando procesos de transformacién en un mundo que —hoy mds que nunca— se revela in- merso en una profunda crisis para la cual no estaba preparado, ni adver- tido®, 2, Empresas en crisis y derechos de propiedad Es evidente que las empresas en crisis, dentro de un marco de proce- sos de concurso preventivo 0 avocadas a una quiebra, estén como en el limbo. Desde el punto de vista econémico y financiero, no se sabe real- (9) Verlo expuesto en ViroLo, DanteL RoQuE, El nuevo régimen concursal... cit. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y¥ SUS SUCESIVAS REFORMAS Z mente a quién pertenecen; si a su propietario actual, a sus acreedores 0 a otros terceros involucrados en la crisis —como es el caso de los traba- jadores—(), Los temas de propiedad no son finalmente resueltos has- ta que la empresa no sale del concurs; ya sea por arribar a un acuerdo preventivo exitoso con sus acreedores o porque la quiebra es finalmente decretada y los bienes son liquidados de la manera mas pronta y eficiente en que puedan serlo. Sin propietarios claros la propiedad no es protegida, y quienes tengan el manejo de ella, como gestores, administradores, funcionarios, 0 ter- ceros, toman decisiones y disponen de activos y recursos, estando fuer- temente tentados a hacerlo sin tener en cuenta el interés general; y, mas precisamente, sin tener en cuenta el interés de los acreedores), Como mirar entonces la realidad para legislar en consecuencia? 3. Elsentido y el espfritu de laley Una ley es la expresién de un deber con caracter permanente, y su auténtico sentido moral esta en la perspectiva de liberacién que plantea. El valor de la ley estd en su finalidad, busca un bien o un valor; 0 al menos debe buscarlo. En cada ley hay que descubrir el espiritu, el valor que im- pone o protege, y el verdadero espiritu puede encontrarse en la ley, fuera de ella o contra ella. Este es el proceso de andlisis: adentrarse en el sentido ultimo, en el espiritu de la ley, yen el sentido de la ley, con el objeto de poder descubrir cudleslafinalidad o el bien que persigue o que protege. Por ello se pasar de la letra al descubrimiento —en la letra— del espiritu de la ley. Una vez hallado éste, sabremos del valor o disvalor de la norma en relaci6n con la finalidad que persigue y el bien que pretende proteger. Contrariamente, para legislar, debe partirse del valor y construir la norma que lo proteja. Esto es claro, pero genera un conflicto de intereses —como toda de- cisin de eleccin—, gcdmo puede pensarse que todos tienen la misma (10) Algunos de estos conceptos ya fueron expuestos por el autor en el Third UNCI- TRAL/INSOL Colloquium, que tuvo lugar en la ciudad de Viena, Austria, entre el 14y el 16 de noviembre de 2005 y —posteriormente— en la Cémara de Comercio e Industria de Du- bai, Emiratos Arabes, €l 24 de febrero de 2006, bajo el auspicio del Center For International Legal Studies. (11) Sobre estos temas ya nos hemos pronunciado con anterioridad en Viro1o, Da- NIEL ROQUE, El Nuevo Régimen Concursal, Ed. Ad Hoc, 2002; idem, ;Quién le teme ala quie- bra? A propésito de un proyecto de reforma, LA LEY, 26 y 27 de febrero de 2003; idem, Pr6lo- go ala obra Derecho Concursal Aplicado (Pérez Huaipe, Director) Ed. Ad Hoc, 2003; idem, Rivera-Rorrman-Viroio, Ley de Concursos y Quiebras, Ed. Rubinzal Culzoni, 2005, t.1. 8 DANIEL ROQUE VITOLO visién en los supuestos de crisis, cuando no todos tienen los mismos in- tereses frente a la crisis sino, por el contrario, generalmente los intereses de los protagonistas se contraponen, como consecuencia de la escasez que denota el sacrificio que debe compartirse? Este es el desaffo real. Y no sdlo es un desaffo actual, sino que es un desaffo de todos los tiempos. 4, Ley de Quiebras y procesos exitosos En varias obras anteriores nos hemos preguntado gcdmo es una bue- na Ley de Quiebras? y squé debe entenderse por un proceso exitoso de con- curso preventivo o de quiebra?, la respuesta fue siempre precedida de una tercera pregunta: gley buena o proceso exitoso dénde y para quiénes? Hoy es también momento para volver a reflexionar sobre ello. La crisis se relaciona con la escasez; y la escasez enfrenta los intereses particulares de quienes confrontan frente a ella, nublando la visién y la aprehensién dei problema, en la biisqueda de soluciones que combinen y equilibren la puja de intereses como el interés general. Sise trata de mirar el problema desde la dptica del concursado o del deudor en dificultades, cualquier solucién que le permita evitar el des- apoderamiento, restricciones ala administracién libre de sus bienes y los efectos de la declaracién en quiebra, resultar4 un régimen o un acuerdo exitoso, independientemente de lo que pudiera ocurrir posteriormente. Para el deudor: i) comprar tiempo y dilatar el desenlace; ii) novar las obli- gaciones; iii) alejar la alternativa de la falencia —sin importar el costo que deban asumir terceros—; iv) acceder a una nueva oportunidad de negociacién a través de una segunda ronda de salvataje; v) aspirar a que un tercero pueda venir a salvario, y vi) aun un procedimiento que con- sista en burlar a sus acreedores, serd por él juzgado como algo beneficio- so 0 “exitoso” en relacién con sus intereses, aunque objetivamente no lo seal), 5. Procesos de crisis y trabajadores Si se aborda el fendmeno desde la éptica de los trabajadores, en mo- mentos en los cuales existe una crisis mundial en materia de empleo —y de permanencia del desempleado en esa triste condicién—, con ausen- (12) Vernotan 11. (13) Ver ViroLo, Danret Rogue, Bl Nuevo Régimen Concursal, Bd. Ad Hoc, Buenos Aires, 2002. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS. 9 cia absoluta de movilidad horizontal, y con una fuerte tendencia ala baja del salario real —con motivo de la crisis global—, cualquier régimen que prescriba o tienda a una solucién que signifique continuar con la empre- sa en marcha, con el consiguiente mantenimiento de los puestos de tra- bajo, aunque fuera temporariamente, serd juzgado por los trabajadores como algo “bueno” o una salida “exitosa”. Y ello sera asi, aunque los demas acreedores pierdan totalmente sus créditos, vean desbaratados sus derechos —los quirografarios por la pér- dida de la posibilidad de recupero de sus créditos ante el nacimiento de nuevos pasivos preferenciales, y los privilegiados por la pérdida de valor de los activos debido a su deterioro, o por no poder disponer de ellos— sin importarles que el mercado, el resto de la economia, y el derecho de la competencia se vean afectados por sistemas de continuacion de la ex- plotacién en la quiebra que rompan en forma absoluta la regla de la con- currencia y la competencia, generando un deterioro dela economia o un perjuicio general. Las instituciones sindicales también apoyan y alien- tan este tipo de soluciones en su propio interés. Otro modo en el cual los trabajadores procuran proteger sus derechos ante las crisis empresarias, es mediante la conformacién de cooperati- vas de trabajo que se hacen cargo —por vias de hecho o siguiendo pro- cedimientos legales reglados— de la explotacién de todos o de algunos de los establecimientos del deudor en quiebra, con el objetivo de poder mantener algtin nivel de actividad y de generacién de ingresos de modo de poder distribuir alguna utilidad entre los miembros e integrantes de la cooperativa, en reemplazo de los salarios que dejan de percibir*). (14) Segiin lo expresado por FoNTENLA, EDUARDO H., en su trabajo sobre “Coopera- tivas que recuperan empresas y fabricas en crisis” presentado el 20 de julio de 2007 en el marco del primer encuentro internacional “La Economia de los Trabajadores: Autoges- tin y Distribucién de la Riqueza’ organizado por la Secretaria de Extensién Universitaria y Bienestar Estudiantil, de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos ‘Aires (UBA), en un documento extenso y con mucha informacién conforma un intere- sante aporte al debate respecto de la lucha de los trabajadores de las empresas y fabricas recuperadas, Segtin dicho documento, las fabricas y empresa recuperadas son aquellas donde los propios trabajadores, ante la quiebra o cierre, deciden asociativamente tomar- lay volverla a poner en funcionamiento a través de la organizacién de una cooperativa de trabajo. El trabajo de FoNTENta se dirige a discutir e intervenir en el camino de la au- togestién, especialmente bajo la forma cooperativa, en Argentina y en América Latina. ‘Aunque las experiencias no son directamente extrapolables sirven para tener una mirada més amplia. Dos aspectos centrales de gestién la cooperativa de trabajo son analizados en profundidad, uno el paso de una relacién de dependencia laboral a un vinculo asociativo de co-trabajador, co-propietario y co-inversor, y otro, la especificidad de los anticipos de retornos y la posterior distribucién de los excedentes en funcién del trabajo aportado por cada asociado, La discusién acerca de los aspectos ideolégicos que suscita el fenémeno de las cooperativas de trabajo que han recuperado fabricas y empresas en crisis ocupa un lugar importante en las paginas de! documento y la propuesta de igualar los derechos de propiedad de los acreedores con los derechos de los trabajadores, justificando la necesi- 10 DANIEL ROQUE VITOLO Algunos de los argumentos para fundamentar esta posicién estarén relacionados con el hecho de que la experiencia indica, a nivel mundial, que las sumas de dinero que se obtienen después de largos e intrinca- dos procesos de liquidacién en la quiebra apenas alcanzan para hacer frente a ciertos créditos privilegiados y los gastos del concurso, dejando alos acreedores quirografarios con magros 0 nulos dividendos liquida- torios“), 6. Procesos de crisis y acreedores quirografarios Sise observa el fenémeno desde la dptica de los acreedores quirogra- farios, la calificacién de la solucién o del sistema dependeré de la posi- cién que éstos ocupen respecto de la actividad de la empresa; el monto de sus acreencias; la participacién proporcional de ellas en la totalidad de la deuda del concursado o fallido; la forma en la cual la continuacién ocese de la actividad del deudor pueda afectar su propia actividad, y tan- tos otros factores. Asf, si el acreedor comercial tiene una importante acreencia a perci- bir y advierte que el deudor no podra satisfacerla 0 que no hay bienes ni posibilidad alguna de recuperacién de la actividad para generar los flu- jos necesarios para el repago de la deuda —aun si la deuda es reestruc- dad superar el espiritu liquidatorio de la ley de concursos y quiebras. Aunque los orfgenes son distintos y la organizacidn haya surgido de fuertes conflictos, con tomas hostiles de fabricas y actos de resistencia, sostiene que las cooperativas de trabajo que recuperaron empresas y fabricas, a partir de la crisis del afio 2001, es una nueva fase en la continuidad histérica del movimiento cooperativo y no una nueva generacién de cooperativas. En el trabajo mencionado, se profundiza el marco conceptual y se exploran las dimensiones empresariales de las cooperativas de trabajo como forma preferente en la recuperacion de las empresas y fabricas en crisis, a partir de la modificacién del art. 190 de la ley 24.552 de concursos y quiebras ocurrido en el afio 2002 por medio de la ley 25.589 destacando que, pese a que la organizacién de cooperativas no fue una solucién pensada ni buscada por los trabajadores en riesgo de perder sus empleos, destaca la respuesta, entendimiento yapropiacién que hicieron la gran mayoria de los asociados trabajadores y el éxito econd- mico y social alcanzado. Diferencia la légica de organizacién, conduccién, control y ges- tién de las empresas cooperativas de las empresas de capital, poniendo de relieve cémo el trabajo desplaza a la propiedad del capital como elemento determinante y decisivo de las relaciones productivas. En la parte final del estudio el autor realiza sugerencias y formula proposiciones para el disefio e implementacién de politicas piiblicas activas en favor de la produccién y el trabajo, enfatizando en las potencialidades de la autogestién cooperativa, sus valores, principios ¢ identidad. (15) Ver el informe presentado por Donson, JUAN M. al VI Congreso Argentino de Derecho Concursal y IV Congreso Iberoamericano sobre Insolvencia, Rosario, septiembre de 2006, “Un campo de juego parejo para los participantes en los procedimientos de in- solvencia: la experiencia latinoamericana’, donde sefiala que, en la mayorfa de los paises, luego de trauméticos procedimientos, los recuperos de créditos por parte de los acreedo- res quirografarios, resultan algo similar a “nada’, EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS __ 1 turada— no tendré interés alguno en el salvataje del proceso, ni deseara invertir dinero en gastos legales 0 judiciales de recupero, con lo que, pro- bablemente, previsionaré la pérdida y finalizaré su interés en el proceso, considerando “exitoso” el hecho de no seguir invirtiendo en algo que no sera recuperable. Por el contrario, para aquel acreedor que tiene una estrecha vincu- lacién comercial con el deudor concursado, que necesita continuar ope- rando con él, o para quien aquél representa una parte importante de su negocio, cualquier solucién que le permita al menos continuar la opera- toria asumiendo pérdidas parciales —e incluso totales—, si se le garan- tizan las nuevas operaciones, aunque atomice o volatilice en el tiempo el eventual recupero de su crédito originario, la salida sera calificada de “exitosa” o “beneficiosa”. Y ello independientemente de que el pre- cio de tal “salida” deban pagarlo los restantes acreedores quirografarios; los privilegiados, algunos trabajadores —como consecuencia de la rees- tructuracién empresaria—, los competidores o el mercado en general. 7. Procesos de crisis y los otros acreedores Los acreedores titulares de garantias reales respecto de las cuales los bienes tienen un valor de mercado suficiente para responder por el crédito que garantizan, por su parte, juzgaran “beneficiosa’ o “eficien- te” cualquier solucién proyectada que les permita recuperar su crédito liquidando rapidamente el bien, aunque ello conlleve la imposibilidad para el concursado de continuar con la explotacién, o para el caso de quiebra, la frustracién de la posibilidad de enajenacién dela empresa en marcha. Ni siquiera para los acreedores financieros la visién de la crisis es idéntica. Dependiendo de su propio grado de exposicién y de riesgo en cada conflicto; de la situacién econémica y financiera en que se encuen- tre la propia entidad; o del valor relativo de la acreencia frente al univer- so de la deuda del conjunto de sus clientes, 0 del valor total de la deuda concursal, la vision sera distinta. Algunos previsionardn la acreencia y cerraran el caso; otros lucharan denodadamente por encontrar una sali- da concertada, porque no pueden darse el lujo de asumir talactitud. Sila institucién financiera esté dirigida por un directorio elegido por los ac- cionistas, y se encuentra en plena actividad, la proteccién de los créditos tendra determinadas prioridades; si se trata de instituciones financieras en liquidacion administradas por funcionarios ptiblicos, 0 de fiduciarios (16) Ver Viro1o, DaNiEL Rogue, Concursos y Quiebras, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2007. 12 DANIEL ROQUE VITOLO que tienen a su cargo fideicomisos de liquidacién, el tinte comercial de la negociacién tiende a perderse pues prevalecen los “manuales” o “ins- tructivos” generados por la autoridad de contralor y, finalmente, si se trata de instituciones financieras de cardcter ptiblico, de inversién o de fomento, las decisiones tienen més relacién con actitudes e intereses po- liticos que con la viabilidad del negocio, o la proteccién de la integridad del crédito en conflicto™”), 8. Procesos concursales, Estado y Gobierno Finalmente, para el Estado —bajo una concepcién o creencia falsa y mediatica del problema, asf como la general confusién que se da de los conceptos “Estado” y “Gobierno’— cualquier solucién que impida la declaracién en quiebra de las empresas, mantenga los niveles de empleo y baje el indice que se publica en los medios de comunicacién, es juzga- da una solucién “beneficiosa” porque no arroja resultados estad{sticos negativos que afecten la calificacién del gobierno de turno en materia econémica. Prueba de ello es la importancia que en las crisis los gobiernos dan a las normas de emergencia que —como lo advertimos anteriormen- te— prohiben las declaraciones en “quiebra’, suspenden los “pedidos de quiebra’, o postergan, una y otra vez, las “ejecuciones” de deudas y ga- rantias(), 9. 3Soluciones meramente financieras 0 un verdadero saneamien- to empresario? El tema no es sencillo, y es dificil encontrar el justo equilibrio en el sistema. Pero para poder disefar, elaborar o reformar una Ley de Quie- bras que pueda juzgarse conveniente 0 adecuada, hay que comprender acabadamente los fenémenos de crisis identificando tanto sus origenes como su desenvolvimiento; y los puntos de ingreso y de salida del pro- ceso. (17) Una prueba palpable de tal afirmacién es la nueva norma legal incorporada como art. 48 bis a la ley 24.522 por parte de la ley 26.684, segtin la cual el Banco de la Nacidn Argentina tiene la obligacién de votar favorablemente las propuestas de acuerdo de salvataje formuladas por las cooperativas de trabajadores que participen en el proce- dimiento regiado por el art. 48 —sin discriminar sobre su contenido—, y refinanciar el res- to de sus deudas con los mejores planes de facilidades que tenga la entidad. (18) Asi lo establecieron clésicamente las legislaciones de emergencia dictadas por el Congreso ante las crisis econémicas y financieras por las cuales atraves6 el pais en el siglo pasado y el comienzo de éste. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO ¥ SUS SUCESIVAS REFORMAS 13 Frente a los fenémenos de crisis que se presentan en las empresas, no deben confundirse los aspectos vinculados a la necesidad de una rees- tructuracién financiera —que implica aclarar quién es el propietario de la empresa y pagar la deuda 0 convertirla en capital—, con los relativos alanecesidad de una reestructuracién econémica y financiera real, que es lo que se vincula con las decisiones tanto cotidianas de la marcha del negocio, como las estratégicas: i) qué bienes o servicios debe producir la empresa; ii) cémo debe hacerlo, y iii) cémo debe organizarse para ello. Sinos detenemos en la mera reestructuracin financiera temporaria, y delineamos los sistemas reguladores de la insolvencia nada mas que desde esa éptica, nos habremos equivocado. La busqueda de resultados “impactantes” inmediatos, aunque estructuralmente inadecuados, nos brindaré la falsa ilusion del bienestar efimero y pasajero; y nos sumergira enuna crisis atin m4s profunda, mas tarde. Esto es sumamente peligroso; especialmente en los casos en que las economias sufren una masiva caida de la actividad econémica —y més atin cuando por causa de recuperaciones sectoriales vertiginosas y abruptas se producen crisis en el mercado y la competencia que afectan a algunos operadores econémicos—, toda vez que una veloz reestructu- racion financiera puede comportar beneficios macroeconémicos genui- nos, y que los individuos y empresarios que participan en las negociacio- nes del régimen concursal no tengan en consideracién estos beneficios sistémicos y, aprovechando tales ventajas, lleven adelante lentamente las negociaciones generales, dilatandolas en procesos que pueden llevar varios afios'*), Cuando en una economia existe sélo un pequeito numero de empre- sas en crisis —entendiendo por ello empresas en concurso preventivo o quiebra— el costo social es bastante reducido; si por el contrario el por- centaje de empresas en este estado es numeroso, el costo social puede ser enorme porque se prolonga la recesién macroeconémica, se destruye el crédito y se afecta la paz social. Quizas la mayor importancia que puede asignarse a la Ley de Quie- bras —desde un punto de vista técnico— es la influencia que ella puede tener —junto con otros factores— en materia de fortalecimiento del valor del “crédito” en general. De alli que una buena Ley de Quiebras que ge- nera procesos exitosos es aquella que tiene instituciones y procedimien- tos tendientes a la proteccién del crédito, y de los intereses del conjunto de la empresa sin beneficiar a ningun sector en perjuicio de otro, mantenien- do el delicado equilibrio que existe entre todos los involucrados bajo un principio de justicia y equidad. (19) Ver Viroxo, Dantet ROQUE, El nuevo régimen concursal... cit. 4 DANIEL ROQUE VITOLO Sin embargo, parecerfa que a la luz de algunas reformas concursa- les recientes, especialmente en la Republica Argentina a partir de la ley 26.684, esta concepcién esté variando hacia otros valores entre los cua- les se pueden mencionar: i) el mantenimiento de la actividad productiva; y ii) la conservacién de las fuentes de trabajo, privilegiando la explotacién de empresas en crisis bajo el régimen cooperativo. 10. La relacién entre crédito y riesgo Como lo expusiéramos anteriormente®), el desenvolvimiento de la actividad econémica y del trafico mercantil se encuentra altamente liga- do al desarrollo del crédito, el cual, para condiciones mas favorables de operatividad, recurre a la evaluacién del riesgo y a su calificacién. Es decir que, para el desenvolvimiento del crédito, resulta funda- mental conocer, por parte de quienes lo otorgan, cudles son los meca- nismos de recuperacién y cudles son las posibilidades ciertas de percep- cidn de dicho crédito; y allf es donde los sistemas juridicos que regulan la actividad econémica dan respuesta, segtin sean los mecanismos que prevén para dilucidar los conflictos. Debe entenderse, asimismo, que en el Ambito mercantil cuando se menciona al crédito —en general— no necesariamente se restringe el concepto a las prestaciones que brindan las instituciones financieras. También es crédito el que otorgan los pro- veedores de bienes y servicios al empresario, y es crédito el otorgado por los trabajadores que realizan su tarea durante jornadas, semanas, quin- cenas o meses para recibir su retribucién al vencimiento de la jornada, de la semana, de la quincena o del mes. En suma, existe crédito siempre que entre la prestacién cumplida por una parte y la de la otra medie un plazo, 0 periodo de tiempo. La disminucién del régimen de riesgo a través del otorgamiento de mecanismos mds razonables y mas giles de recupero y de percepcién, especialmente frente a los procesos de crisis, permiten un mayor acceso al crédito por parte de comerciantes y empresarios, lo cual conlleva a una mejor posibilidad de obtener inversiones, y a una menor tasa de inte- rés que operard como consecuencia de un menor spread entre tasa activa y pasiva, el cual se reduce por la disminucién de los riesgos de incobra- bles. Asimismo, la seguridad de los mecanismos favorece la captacién de inversiones y aumenta la oferta de capital. (20) Ver Viroro, Dante Rogue, Comentarios a la Ley de Concursos y Quiebras n° 24.522, Bd. Ad Hoc, Buenos Aires, 1996, (21) Ver ViroLo, DANIEL Rogue, Iniciacién en el Estudio de la Ley de Concursos y Quiebras n° 24.522, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 1995. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 15 Por otra parte, debe entenderse la diferencia de roles que en la socie- dades juegan los economistas y los calificadores de riesgos. Los econo- mistas evaltian la realidad sobre la base de la normalidad, mientras que los calificadores de riesgos evaltian y proyectan sobre la base de escena- rios de conflicto y anormalidad. Tratandose el fendmeno de Ja insolven- cia de la situacién ms critica por la que puede atravesar una empresa, las normas que en esta materia rijan seran de fundamental importancia para la calificacion del riesgo en relacién con el costo del crédito. Es decir que, para determinar si una Ley de Quiebras es buena 0 mala, pareceria que el modo més objetivo de juzgarla es en relacin con la circunstancia de si protege o castiga el crédito. Una Ley de Quiebras, entonces —como dijimos— es buena si es bue- na para el crédito, y es exitosa, si prevé y permite implementar soluciones justas y equitativas para el conjunto de los afectados por los procesos de crisis. 11, La necesidad de financiamiento posconcursal Mas alla de la eficiencia que pudieran tener los procesos contempla- dos en la legislacién de un pais respecto de la resolucién de los procesos de crisis, lo cierto es que dichos mecanismos sélo permiten solucionar los problemas que se arrastran del pasado, es decir la deuda, sin agregar nuevos elementos a la continuacién del desarrollo del negocio. En efecto; ni bien se analicen los procesos de crisis que se han solu- cionado a través de acuerdos judiciales o extrajudiciales homologados porlos tribunales, al igual que las quiebras declaradas en las cuales se ha pretendido continuar con la explotacién de la empresa para poder ven- derla en marcha se advertird que, tarde 0 temprano, un nuevo fracaso vuelve a presentarse ante la imposibilidad de cumplimiento del pago de los dividendos preconcursales 0 concursales, o de asumir los costos de continuacién de la empresa fallida®. Este fenémeno presenta —antes 0 después— la aparicién de una nueva crisis después de la crisis. La unica posibilidad de asegurar la continuidad de una empresa en marcha que se encuentra transitando el proceso su crisis es obtener nue- vo financiamiento para el desenvolvimiento de su actividad. Esta obten- (22) Sobre este punto ya nos hemos pronunciado en ViroLo, DaNtEL RoQUE, Posfi- nanciamiento de empresasen crisis: la crisis después de la crisis, Doctrina Societariay Con- cursal, Errepar, n° 222, mayo 2006, p. 557. 16 DANIEL ROQUE VITOLO cién de financiamiento puede darse tanto al comienzo de los procesos de crisis como también mientras éstos se desenvuelven, al momento en que se aprueba el plan de rescate y de reestructuracién de deuda y aun cuando se transita la etapa de cumplimiento del acuerdo. El éxito 0 el fracaso de un plan de reorganizacién de una empresa en crisis, o la venta en marcha del establecimiento en caso de quiebra, normalmente depende de la posibilidad que tenga el negocio del deudor de continuar operando a pesar de la crisis desatada; y para mantener las operaciones el patrimonio del deudor debe tener acceso a financiamien- toya que es la nica manera —ésta— de pagar el abastecimiento y servi- cios criticos incluyendo a proveedores, trabajadores, costos de seguros, alquileres y gastos de distribucién de las mercaderfas 0 servicios en el mercado. Ahora bien, mds alld de esta necesidad evidente que es la que mar- card la forma a través de la cual puede salirse finalmente del proceso de crisis, esto es cumpliendo con los acuerdos homologados 0 enajenando la empresa en marcha para distribuir el producido entre los acreedores, to- mar una decisién legislativa en este ambito no es algo sencillo ya que debe buscarse un delicado equilibrio entre todos los intereses involucrados. No caben dudas que quien provea en cualquier campo financia- miento a una empresa en crisis reclamard para si garantfas suficientes respecto de la recuperacién de su crédito; de otra manera para cubrirse del riesgo de incobrabilidad la tasa de interés deberfa ser de tal nivel que dejaria el financiamiento fuera del mercado o haria imposible el repago correspondiente. Pero al mismo tiempo cualquier preferencia 0 garantia que se otorgue a los fondos fisicos 0 al crédito fresco que puedan dar los proveedores afectard la prenda comtin de los acreedores preconcursales y aun la de aquellos posconcursales derivados del curso ordinario de los negocios, De alli que, a pesar de que exista un amplio consenso a nivel interna- cional respecto de que las leyes que regulan los procesos de insolvencia deben proveer instrumentos que permitan el financiamiento de las reor- ganizaciones empresarias y de los procesos de crisis, no se han reflejado en las diversas leyes vigentes estas facilidades para obtener y garantizar el nuevo financiamiento para facilitar el rescate de la empresa en crisis. Entre los aspectos que deben ser contemplados en las regulaciones se encuentra la identificacién de las posibles fuentes del financiamiento de estas empresas en crisis. Las empresas que se encuentran in bonis tienen un sinnumero de opciones para obtener financiamiento; desde recurrir directamente al crédito bancario, hacer ofertas puiblicas de sus acciones o implementar EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 17 sistemas de diferimiento en los pagos, emitir obligaciones negociables, utilizar el amplio haz de servicios financieros que brinda el mercado, au- mentar o reducir su capital social o —finalmente— desarrollar procesos de asociaci6n estratégica, transformaci6n, fusién o escisién. Contrariamente, las empresas involucradas en la negociacién de un acuerdo preventivo extrajudicial, concurso preventivo o declaradas en quiebra, carecen normalmente de estas opciones en lo que se refiere al fi- nanciamiento dela actividad posconcursal pendiente de homologacién el acuerdo, o mientras transitan los procesos de enajenacién de bienes). A estas empresas sdlo les queda como posibilidad de financiamien- to recurrir a aquellos proveedores preconcursales de bienes y servicios —incluyendo los financieros— que tengan necesidad por su propio inte- rés de continuar suministrando dichos bienes y servicios como un me- canismo de asegurar una mayor tasa de recupero de sus créditos pre- concursales o de mantener viva su propia actividad. La segunda fuente de financiamiento puede derivar de aquellas operaciones con personas u operadores no vinculados anteriormente con la empresa en crisis pero que pueden encontrarse interesadas en participar en un negocio renta- ble o un retorno superior en funcién del riesgo que ofrecen otras alterna- tivas del mercado. Sin embargo en ambos casos quien provea nuevos bienes 0 servicios conceda crédito a la empresa en crisis requeriré de algtin régimen de seguridades respecto del recupero, seguridades éstas que pueden ser consideradas bajo diversos grados de privilegio en caso de que la con- tinuacién de la actividad o el rescate fracasare. Dicho privilegio puede consistir en una prioridad absoluta respecto de cualquier otro crédito —salvo, claro esté, los privilegios especiales que recaen sobre bienes determinados—; la concurrencia en igualdad de condiciones con privi- legios especiales, 0 asignarse la concesién de privilegios especiales con asiento en determinados bienes que no responden ni estan afectados a otros privilegios especiales de cardcter preconcursal 4. El Ultimo punto sobre el cual debe ponerse atencién es el mecanismo de decisién a través del cual las empresas en crisis pueden determinar el acceso al nuevo financiamiento. Toda vez que las decisiones tomadas en este campo pueden llevar un impacto negativo al resto de los acreedores y, al mismo tiempo, ejercen (28) Ver SHAPmo, Kerra J. y MonissErres, SHERRI, Duties of Directors in the Zone of Insolvency, Prague, 2004. (24) Ver Corno, Fabio (Director), Prevenzione e Terapia della crisi d'impresa, Ce- dam, 1988. 18 DANIEL ROQUE ViTOLO una influencia determinante en la posibilidad de continuacién de la ex- plotacién, se abre el debate respecto de cual es el grado de intervencién que debe tener el tribunal para la utilizacién de estos mecanismos. Algunas leyes de insolvencia®® permiten que el mismo deudor —si no ha sido desapoderado de sus bienes— pueda determinar la necesidad de fondos frescos para continuar con su operacién, asegurar la supervi- vencia del negocio, buscar la preservacién de sus activos o mantener el valor de “empresa en marcha’, mientras que otras legislaciones requie- ren de aprobacién expresa del tribunal interviniente y aun de un nime- ro significativo de acreedores, 0 comité representativo de éstos, antes de que se resuelva la cuestién 9), IL. ANTECEDENTES DEL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO La materia concursal fue regulada entre nosotros, a lo largo de la his- toria por varios estatutos y disposiciones. 1. Elrégimen general del Cédigo de Comercio (1862-1902) Al adoptarse en el afio 1862 el Codigo de Comercio de la Provincia de Buenos Aires para que rigiera a nivel nacional, con él se incorpora- ron también a la legislacién general las normas relativas al régimen de insolvencia. La legislacién originaria en esta materia si bien respetaba el sistema clasico vigente en el mundo hasta ese momento, no provocé los resulta- dos esperados; los que también se vieron afectados por la posterior san- cién del Cédigo Civil y la interpretacion y aplicacion de las normas lega- les que efectuaron los tribunales. Lo cierto es que la experiencia indic6 que los deudores en dificultades no recurrian al Tribunal de Comercio de Buenos Aires para buscar las soluciones legislativas a sus problemas y abusaban de la posicién dominante que tenian respecto de sus acreedo- res al tener que darles a elegir la celebracién de un acuerdo privado con fuerte reduccién de sus derechos o una quiebra liquidativa en la cual no percibirfan ningtin dividendo concursal®, (25) Para conocer el contenido de las misma puede consultarse Dasso, ARIEL A., De- recho Concursal Comparado, Ed. Legis, Buenos Aires, 2009. (26) Verla situacién en el Derecho Comparado Dasso, ARtEL A., Derecho Concursal Comparado..., cit. (27) Ver FernAnpez, RayMunpo L., Fundamentos de la quiebra, Compania Impre- sora Argentina, Buenos Aires, 1937, EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 6t gacién de acuerdos inconclusos o con defectos sustanciales o formales, con el mero objetivo de detener las acciones de contenido patrimonial iniciadas por acreedores no participantes del acuerdo u opuestos a él. Es de lamentar que no se hubiera aprovechado la oportunidad de la reforma para establecer los alcances temporales de la suspensién; el cual sigue siendo una incégnita. 5.1.16.6. Modificaciones respecto del Comité Provisorio de Acreedores Como consecuencia de haber reformado totalmente la redaccién del inciso 11 del articulo 14 de la ley 24.522 a través del articulo 1° de la ley 26.086, qued6 eliminada —durante la vigencia de esa disposicién de la ley 26.086— la obligacion del juez de conformar el Comité Provisorio de Acreedores previsto en la redaccién originaria de la ley 24.522 al mo- mento de la apertura del concurso, as{ como el modo de integracién del mismo®9), 6. La reforma introducida por la ley 26.684 El 29 de junio de 2011 el Poder Ejecutivo promulgé —por decreto 874/2011— la ley 26.684, modificatoria de la Ley de Concursos y Quiebras 24.522, incorporando a la misma un conjunto de reformas sustanciales no sdlo al procedimiento concursal en sf, sino también en materia de de- recho de fondo, alterando —-de un modo significativo— el contenido y los alcances de dos derechos consagrados como garantfas constitucio- nales, como son los derecho de propiedad y del debido proceso®, La Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner promulg6 la ley duran- te una audiencia que concedio a Luis Alberto Caro y a representantes del Movimiento Nacional de Fabricas Recuperadas. Asistieron también los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, de Economia, Amado Boudou, de Industria, Débora Giorgi y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Segtin explicé posteriormente en conferencia de prensa el ministro Boudou, “los cambios que se han hecho en la ley de quiebras son cambios que tienen mds que ver con la dindmica del trabajo en el pais. Lo que cam- bia es el concepto de una empresa, la posibilidad de que los trabajadores se organicen para recuperar una firma y puedan seguir produciendo”. “Es un cambio que no se queda sélo en lo conceptual, sino que acompafia una tendencia que viene del gobierno de Néstor Kirchner, y se ha consolidado (69) Ver TRAPANI, GasTON - BLANCO, Disco M., Suerte del Comité Provisorio de Acreedores, LA LEY, 10/05/2006. (60) Arts. 14,17 y 18 dela CN. 62 DANIEL ROQUE VITOLO en el de Cristina Ferndndez, que tiene que ver con el valor del trabajo en Argentina’, sostuvo el jefe del Palacio de Hacienda. El ministro Amado Boudou afirmé —también en esa oportunidad— que, la de las empresas recuperadas, “es una experiencia que ya se encuen- tra consolidada, algunas empresas llevan ocho o nueve afios, que duplica- ron la cantidad de empleados...” y agregé que la nueva norma “cambia la légica de los afios ’90. ¥ acompana una realidad que esta funcionando, y que a partir de este marco normativo se va a multiplicar”. Por su parte, Luis Caro —Presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas— agradecié “a la Presidenta de la Nacién esta promulgacién, porque ella es la que habia impulsado el proyecto”, des- tacando que “20 mil obreros han recuperado el trabajo a través del Movi- miento de Empresas Recuperadas y que, partir de esta reforma dela Ley de Quiebras, los trabajadores van a poder seguir trabajando en las empresas, yadquirirla al final del proceso”. Enel mismo sentido, el ministro Tomada aseguré que la promulgacién dela norma “es un logro que ha sido de los trabajadores. Y donde ha habi- do un gobierno que ha escuchado a los trabajadores, y que da respuesta” enfatizando que con la reforma “...se ha dado un paso historico. Veniamos trabajando en un escenario que por el 2001, 2002, 2003, era muy duro. Las empresas se caian por doquier y aparecian los trabajadores resistiendo para que esas empresas pudieran continuar, con toda la legislacién en contra”. El titular de la cartera labora! puntualiz6 que en el pais hay 300 em- presas recuperadas que nuclean a 20.000 trabajadores®", el 80% de ellas producto de quiebras, que hubieran desaparecido de la faz de la tierra si no hubiera sido por la resistencia de los trabajadores “...y que a partir de Ia ley 26.684 cuentan con un instrumento que les va a permitir participar desde el comienzo, para que ese valor no sea solamente pensado desde lo econémico-financiero, sino desde la produccién”. (61) Segiin estiman en otros movimientos de fébricas recuperadas, serfan 150 fabri- cas reabiertas en la Argentina bajo esta modalicad, que hoy darfan empleo a 13 mil perso- nas. Aunque el fenémeno tuvo su pico a principios de la década, como respuesta a la crisis del 2001, en los afios que siguieron el proceso no se frend, En la actualidad hay varias en vias de recuperacién: ei Club Comunicaciones, Indugraf, La gréfica y La Uni6n son algu- nas de ellas. Otras, como la fabrica de fiambres Torgel6n, ya estarfan produciendo. (Ver Pagina 12, ejemplar del 20 de enero de 2009). En ta pagina WEB del Movimiento Nacional de Fabricas Recuperadas sélo hay registradas 66 fabricas recuperadas al aito 2008, fecha a lacual esta cargada la informacién sin actualizaciones posteriores. Brukman fue el simbo- Jo del movimiento, la fabrica recuperada que tuvo mayor exposicién publica y la que, en el fragor de los nueve meses de acampe que debieron hacer las trabajadoras para volver aentrar ala textil, tuvo tal vez la mayor politizacién. En las asambleas se discutfa no s6lo cémo reabrir la fabrica, sino qué debia o no debia ser una fabrica o empresa recuperada en surelacién con la sociedad y el Estado. Las costureras que habfan tomado la fébrica un 18 de diciembre de! 2001 con a pretensién de cobrar sus sueldos terminaron como figuras del movimiento, y sus figuras fueron disputadas, ademas, por los partidos de izquierda EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 63 Mas alld de la opinion personal que cada uno pueda tener respec- to de la filosofia politica que impregna esta reforma legislativa en si, no puede dejar de reconocerse —en forma objetiva— que la misma, en su conjunto, presenta una serie de defectos, tanto de redaccién como sis- tematicos, de una inconsistencia tal que el propio Poder Legislativo, el mismo dia que dio sancién a la normativa por la aprobacién que diera al proyecto remitido por la Honorable Camara de Diputados, a través del Honorable Senado de la Nacién, en forma simultanea, aprobé un pro- yecto de ley “correctiva” que —a su vez— remitié a la Camara baja para su consideracién. Conforme al comunicado de prensa que fuera distribuido por las autoridades en los medios de comunicacién, desde el punto de vista del Gobierno nacional, esta nueva ley viene a regularizar la situacidn de las cooperativas de trabajadores que administran empresas recuperadas y posibilita que las adquieran aun cuando la cooperativa esté en forma- cién, pues habilita la participacién activa de los trabajadores en un pro- ceso de eventual quiebra, una situacién a la que se podfa llegar sdlo con. la orden de un juez comercial. La nueva norma —sostiene la informacién de prensa— da prioridad de adquisicién de una empresa cerrada a sus trabajadores, atin cuando no estuviesen conformados en una cooperativa, y regulariza aquellas que se encuentran en esa situacién, facilitando —de este modo— la “ex- plotacién de empresas cooperativas de trabajo” tomando como herra- mienta de pago todos los créditos laborales al momento de la quiebra, incluida la indemnizacién, salarios cafdos y otras remuneraciones y de- rechos no abonados). Lanueva normativa legal sancionada a lo largo de 32 articulos dispo- sitivos, entre otros aspectos relevantes: a) modifica los requisitos formales para la presentacion en concur- so preventivo®); b) modifica las funciones, responsabilidades y labores de la sindica- tura concursal); (62) Ver algunos aspectos generales de la reforma y, en especial el mecanismo de salvataje empresario, en Viro10, Danret Roque, El nuevo art. 48 bis incorporado por la ley 26.684 al régimen concursal (El salvataje cooperativo), LALEY, ejemplar del 11/7/2011; fem, lo sostenido en las Jornadas sobre la reforma realizadas el 29 de junio de 2011 en la Fundacién para la Investigacién y Desarrollo de las Ciencias juridicas, y el 12 de julio de 2011 en el Salén Verde de la Facultad de Derecho de la UBA. (63) Art. 1°, que modifica el art. 11. (64) Art.3°, modificatorio del art, 11, inciso 14; art. 5°, modificatorio del art, 16; art. 8%, modificatorio del art, 29; art. 13, que incorpora el nuevo art. 48 bis; art. 15 modificatorio, del art. 187; art. 16, modificatorio del art. 189; y art. 17, modificatorio del art. 190 —entre otros—. 64 DANIEL ROQUE ViTOLO. ©) alterala composicién y naturaleza del comité de acreedores; d) innova en el régimen de pronto pago de los créditos laborales 9; e) modifica el régimen de intereses en los créditos laborales®”; f) altera el sistema de privilegios™); g) elimina la posibilidad de negociar un acuerdo colectivo de crisis y mantiene la vigencia de los contratos individuales y colectivos de trabajo aun en situacién de concurso™); h) innova en materia del reconccimiento de derechos de informa- cién a quienes no resulten acreedores del concurso —en particu- lar de los trabajadores—™; i) innova en materia de verificacién de ciertos créditos laborales y en la base de cémputo para el establecimiento de las mayorfas en el acuerdo preventivo™); j) otorga beneficios especiales a las cooperativas de trabajo de la empresa y a sus integrantes(); k) modifica el régimen de continuacién de la explotacién de la em- presa en quiebra y el de su adjudicacién durante el proceso liqui- dativo™); y 1) altera el régimen del salvataje empresario™ entre otras. (65) Arts. 4° y 5° modificatorios de los arts. 14 y 16; art. 8° modificatorio del art. 29; art. 10, modificatorio del art. 42; art. 11, modificatorio del art. 45; art. 25, modificatorio del art. 201 y art. 31 modificatorio del art. 260. (66) Art. 59, modificatorio del art. 16. (67), Arts. 6°, modificatorio del art. 19 y art. 14 modificatorio del art. 129. (68) Art. 5°, modificatorio del art. 16; art. 13 que incorpora el nuevo 48 bis; art. 21 mo- dificatorio del art. 195; art. 27 que incorpora el art. 203 bis entre otros—. (69) Art. 5°, modificatorio del art, 16. (70) Art. 2°, modificatorio del art. 14 y art. 9° modificatorio del art. 34. (71) Art. 13 que incorpora el nuevo art. 48 bis. (72) Art. 13 que incorpora el nuevo art. 48 bis; art. 19 que incorpora el nuevo art. 191. bis; art. 27 que incorpora el nuevo art. 203 bis; art. 28 modificatorio del art. 205 y art. 29 modificatorio del art. 213. (73) Art. 15 modificatorio del art. 187; art. 16 modificatorio del art. 189; art. 17 modi- ficatorio del art. 190; art. 18 modificatorio del art 191; art. 19 que incorpora el art. 191 bis; art. 20 modificatorio del art. 192; art. 21 que modifica el art. 195; art. 22 modificatorio del art. 196; art. 23 modificatorio del art. 197; art. 24 modificatorio del art. 199; art. 25 modi- ficatorio del art, 201; art. 27 que incorpora el art. 203 bis; art. 208 que modifica el art. 205; art, 29 modificatorio del art. 213; y art. 30 modificatorio del art. 217; (74) Art. 12 modificatorio del art. 48 y art. 13 que incorpora el nuevo art. 48 bis. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 65 6.1, Los nuevos paradigmas concursales bajo la ley 26.684 Como lo hemos sefialado, no puede dudarse de cual es el propésito politico, social, filos6fico y legislativo que ha guiado ala reforma concur- sal incorporada a la ley 24.522 por la ley 26.684. Se trata de la consagracién —desde el punto de vista del legislador— de dos nuevos paradigmas en materia concursal: a) elprimero de ellos es el de sustituir el principio de “conservacién de la empresa”, por el del “mantenimiento del desenvolvimiento de la actividad productiva’; y b) el segundo, es el de promover la recuperacién de las empresas en crisis no bajo mecanismos de generacién de puestos de trabajo y aumento del empleo, sino por medio de instrumentos o figuras asociativas en las cuales se reconviertan las relaciones de trabajo derivando en relaciones empresarias, bajo esquemas de coopera- cién y —dentro de ellos— con exclusiva utilizacién de las coopera- tivas de produccién y trabajo previstas en la ley 20.337. 6.1.1. La consagraci6n legislativa del principio de mantenimiento del desenvolvimiento de la “actividad productiva” Uno de los principios basicos sobre el cual se ha pretendido sustentar el ordenamiento concursal a partir de la mitad del siglo pasado, es el que se ha dado en denominar de “conservacién de la empresa”), Como recordaba Camara, citando a Ascarelli, la autonomia de la empresa constituye una verdadera revolucién impuesta por la realidad (75) Puede verse RICHARD, EPRAIN H., Notas en torno a la conservacién de la em- presa: :principio concursal o del derecho societario?, Ensayo de Derecho Empresario, n° 4, Fespersa, Cordoba, 2008, donde sefiala que no se dubita en atender ala empresa ysuman- tenimiento funcional (conservacién), como un valor en s{ mismo en orden alos intereses, que concilia. En esa conservacién y en el equilibrio de los intereses convergentes veremos satisfechos los valores seguridad y justicia, y dentro del sistema de justicia la eficiencia de Ja respuesta, su oportunidad, la equidad en los repartos. No hay duda que la cesacién de pagos —o su inminencia, la insolvencia 0 los grados menores de crisis financiera 0 eco- némica— son las situaciones patrimoniales criticas de un patrimonio que alterando las relaciones individuales —y contaminando el mercado— aconsejan y permiten la actua- cin concursal. Claro que seria una visién miope no considerar que esa situaci6n critica no debié ser afrontada con anterioridad, conforme la técnica de organizacién juridica que correspondiera. La conservacidn de la empresa como expresi6n significa mantener un pa- trimonio funcional para el cumplimiento del objeto. Afrontando la crisis se tutelan muilti- ples intereses, especificamente la conservacién de ese patrimonio y de la empresa —con osin sus administradores originarios—, la estructura formal organizativa, la consistencia del patrimonio como prenda comin de los acreedores, una fuente de puestos de trabajo y Ia satisfaccién de la comunidad donde la actividad esté instalada. 66 DANIEL ROQUE VITOLO econémica y sociolégica, porque la ciencia juridica no se detiene mas en la configuracién de relaciones abstractamente consideradas, repre- sentando el instrumento siempre atento y sensible a las exigencias de las nuevas estructuras, a las que debe servir y dar las reglamentaciones apropiadas. De alli su critica a la ley 19.551, al sostener que dicha norma, a pesar de haber enunciado este principio como rector en el espiritu de la nor- ma, no defendia —en la realidad de sus disposiciones— el dogma con suficiente energia ya que, apegada a viejos Ppreconceptos, no hacia del concurso 0 concordato preventivo el tramite normal y obligado para so- lucionar las crisis patrimoniales. Igualmente, recordaba que nada pre- veia la norma para impedir la desaparicién de empresas en situacién econémica dificil, sin estar irremediablemente comprometidas en inte- rés de la economia regional o nacional, cuyo fracaso podfa evitarse en condiciones compatibles con el derecho de los acreedores. Desde hace mds de cincuenta aos, existe una tendencia marcada en el sentido de dar lugar en nuestro Derecho ala figura de la empresa, predicando enfaticamente la existencia de un organismo funcional y di- nadmico que, por la prevalencia de la economfa en el campo juridico, se evade del empresario, pues por encima de éste se halla la organizacién. La ley 24.522 incorpors, a través de una normativa especifica, en el Ambito del concurso preventivo al salvataje —art. 48—, un instituto tendiente a admitir, en ciertos y determinados casos, la operatividad del principio de conservacién de la empresa, permitiendo que, mas allé dela suerte del empresario, pudiera establecerse una oportunidad de salvata- je para que se materialice la realidad de conservar la empresa econémi- camente titil y viable, pero estableciendo un delicado y justo equilibrio entre los intereses de los titulares del capital y los de los acreedores. Contrariamente alo que disponia la ley 19.551, la ley 24.522 esbozé el principio de conservacién de la empresa, desde una Optica de realidad, como el de empresa econdmicamente viable. Es decir que el fin perse- guido la ley no era el de conservar cualquier empresa y a cualquier costo —costo que, por otra parte, lo soportardn los acreedores— sino recono- cer que la autonomfa de la empresa constituia una verdadera revolucién impuesta por la realidad econémica y sociolégica, porque la ciencia jurf- dica no se detiene mas en la configuracién de relaciones abstractamente consideradas, re;zesentando el instrumento siempre atento y sensible a Jas exigencias de las nuevas estructuras, a las que debe servir y dar las reglamentaciones apropiadas®), (76) Ver Rivera-Roriman-Viro1o, Ley de Concursos y Quiebras... cit. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO ¥ SUS SUCESIVAS REFORMAS. 67 El principio de conservacién de la empresa fue seguido de un modo firme —aunque adecuado a las cambiantes realidades derivadas de Ja profunda crisis por las que atraves6 la Argentina en los afios 2002 a 2005— por las leyes 25.561, 25.563 y 25.589. La gran novedad que trae la ley 26.684 es el cambio de ese paradig- ma, sustituyéndolo por un nuevo principio rector dentro del régimen concursal, al que podria denominarse ‘el principio de mantenimiento del desenvolvimiento de la actividad productiva”. En efecto; no se trata ya en los casos de salvataje, de continuacién de la explotacin o en la adjudicacién de la empresa —o de uno 0 mas esta- blecimientos— de conservar la “empresa” sino de conservar el desenvol- vimiento de la actividad. Y esta diferencia es algo fundamental, en la nueva impronta concur- sal. Recordemos que la empresa, en definitiva, no es mas que un conjun- to de elementos de la mAs variada condicién y naturaleza, los cuales bajo un régimen de organizacién —establecido por el empresario— se afec- tan funcionalmente a una determinada actividad econémica, consisten- te en la produccién, comercializacién 0 intercambio de bienes y servicios para el mercado, La empresa es, entonces, un resultado de la actividad creativa del empresario, y tiene por caracteristicas fundamentales i) la organizacién y ii) la actividad, en la medida que la suma de elementos estaticos o dindmicos que la componen adquieren, a través de dicha or- ganizacién funcional, una entidad mayor, y un valor superior y distinto al que representan el conjunto de los mismos por su sola suma wm, Integran la empresa de esa forma Jos bienes materiales, los inmate- riales, las relaciones laborales, los derechos, el personal, la clientela, lain- sercién o participacién en determinados mercados, las funciones de pro- duccién y comercializacién, la capacitacién, las expectativas de ganancias y beneficios, y otros. Lo que ocurre es que, por una suerte de comodidad verbal, se ha tendido a identificar, 0 més precisamente tratar de identificar, la figura de la empresa, olvidando que la organizacién funcional de los ele- mentos de los que el empresario dispone para elejercicio de su actividad comercial o industrial no alcanzan para adquirir una propia identidad, ni para fundirse en el sujeto de derecho que desarrolla el objeto. A diferencia de lo que ocurre con el salvataje previsto en la ley 24.522 oen los regimenes de continuacién de la explotacion y de liquidacién de la empresa en marcha —O de uno 0 mas establecimientos— bajo aque- (77) Sobre este punto pueden ampliarse conceptos en Virot.o, DaNIEL ROQUE, Ini- ciacién en el estudio del Derecho Mercantil y de la Empresa, 1* reimp., Ad-Hoc, 1995. 68 DANIEL ROQUE VITOLO. la norma, en la impronta de la ley 26.684 respecto de la promocién de los mecanismos de salvataje cooperativo, continuacién y liquidacién a favor de cooperativas de trabajo, no hay “conservacién de la empresa” sino “conservacién de la actividad”, pues la que contintia actuando no es la “empresa del cencursado 0 fallido en s{ misma’ sino “otra empre- sa” diferente: una sociedad cooperativa. Dicho de otro modo: la actividad de produccién de bienes o de servi- cios que desarrollaba la concursada —en el art. 48 bis— 0 la fallida —en los arts. 189 y siguientes, 203, 203 bis y 205— no continua bajo la titula- ridad ni bajo la organizacién determinada por el deudor concursado o fallido, sino bajo una nueva estructura, con diferente organizacin y con distintos fines. En efecto: ) Enel salvataje cooperativo del art. 48 bis la cooperativa no sucede a los accionistas 0 socios de la sociedad concursada en la titu- laridad del capital social de la misma, sino que se convierte en sucesora a titulo individual de las obligaciones concursales corres- pondientes a los acreedores que prestaron su conformidad con el acuerdo, dejando —aparentemente— una sociedad residual con el resto de las obligaciones concursales —aunque no sabemos atin con qué activos o mediante cudles ingresos asumira el pago del acuerdo homologado—. Esta posicién se ve confirmada por el proyecto de ley “correctiva” cuando —en un intento de enmendar algunos defectos de redaccién y conceptuales en que incurrié la ley 26.684— dispone, por una parte, que “...la cooperativa asumi- rd todas las obligaciones que surjan del acuerdo homologado...” y, por otra parte, que una vez inscripta definitivamente la coopera- tiva, “...el juez deberd ordenar al Registro Puiblico de Comercio que proceda a cancelar la inscripcién de la sociedad concursada...”. ii) En el régimen del art. 187, lo que la cooperativa puede ofrecer a la quiebra es la celebracién de “contrato’, de donde no hay una sustitucién de la figura del empresario ni se mantiene la misma organizacién; sino que, por el contrario, bajo el contrato que se celebre —normalmente el de “locacién del fondo de comercio” o de “bienes determinados”— un nuevo empresario —Ia coopera- tiva— se sirve de los activos de ja fallida para desarrollar una ac- tividad propia con el mismo 0 con otro personal, y con el mismo u otro perfil de negocios, quedando vinculada con la quiebra sélo por la conservacidn de los bienes locados, y el pago del canon co- rrespondiente —ver art. 187, pdrrafos 2 y 3 de la ley 24.522 en la version de la ley 26.684—. iii) vi) EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 69 Bajo las normas de los arts. 189, 190 y 191, la continuacién de la explotacién también se lleva a cabo bajo una organizacién de ex- plotacion diferente de la que llevaba el propio empresario, a punto tal que es exigencia legal que la cooperativa presente un “... plan de explotacién conteniendo las proyecciones referentes a la activi- dad econémica que desarrollard...’. Adicionalmente, cuando es la cooperativa de trabajo quien contintia con la explotacién las obli- gaciones legalmente contraidas por el responsable de la explota- cién no gozan de la preferencia de los acreedores del concurso —excepcion consagrada por el art. 192, inciso 5, parrafo 2—. La cooperativa no contintia al fallido en su cardcter de “emplea- dor” bajo el régimen de reconduccién del contrato de trabajo cuando hay continuacién de la explotacién en la quiebra, y el mecanismo que regula el derecho a percibir haberes cuando no reinicie efectivamente la labor no es de aplicacién en los casos en que la continuacién de a explotacién se encuentre a cargo de la cooperativa —ver el art. 22 de la ley 26.684 que modifica el texto del art. 196 de la ley 24.522—. ‘Tampoco —en caso de adjudicacién de la empresa —o de uno o mas establecimientos— a la cooperativa de trabajo, ésta sera considerada sucesora del concurso con respecto a los derechos laborales de los trabajadores cuya relacién se mantuvo en el pe- riodo de continuacién —ver art. 24 de la ley 26.684 que modifica elart. 199 de la ley 24.522—. Finalmente, el nuevo titular de la actividad por adjudicacién de la empresa —o de uno o mas establecimientos— ya no sera mas una sociedad comercial en el salvataje cooperativo, o una socie- dad comercial, una asociacién civil o un comerciante que per- sigue el desarrollo de una actividad con fines de lucro, bajo una organizacién “empresaria”, sino que el nuevo “desarrollador de la actividad” sera una sociedad cooperativa, es decir, una enti- dad fundada en el esfuerzo propio y la ayuda mutua para orga- nizar y prestar servicios, cuyo fin es distribuir los excedentes de su actividad en proporcién al uso de los servicios sociales —y en el caso especifico de las cooperativas de trabajo la distribucién se efecttia en raz6n del trabajo efectivamente prestado por cada asociado, segiin el art. 42, inc. 5.b) de la ley 20.337—, y que no de- sarrollan actos de comercio ni actividad comercial alguna, sino “actos cooperativos” —ver arts. 1°, 2° y 4° de la ley 20.337—. Como puede advertirse, lo nico que se mantiene incélume bajo los diversos procedimientos “cooperativos” previstos en la ley 26.684, es la “actividad productiva”, pues cambian radicalmente: 70 DANIEL ROQUE ViTOLO i) laorganizacién; ii) la estructura; iii) los métodos de produccién; iy) las relaciones internas de los propietarios de la organizacién; v) las relaciones de la cooperativa con los terceros; y vi) los fines perseguidos en la actividad de produccién de bienes y servicios para el mercado, que dejan de ser especulativos —es decir bajo el animo de generar el lucro— para devenir en una funcién social de ayuda mutua y fomento de la educacién, estructurandose mediante un esquema asociativo abierto a todos aquellos que quieran sumarse al emprendimiento, con incapacidad de derecho para generar empleo, dado que no pueden ser empleadores —salvo casos excepcionales—. 6.1.2. La eleccién de la figura cooperativa para reemplazar el régimen de las relaciones laborales strictu sensu, y recuperar las empresas encrisis El propio Poder Ejecutivo, impulsor del proyecto de ley que finalmen- te fuera sancionado como ley 26.684, al llevar a cabo la presentacién en sociedad de la nueva ley dejé claro que lo que se pretendfa era: i) regularizar la situacion de las cooperativas de trabajadores que administran empresas recuperadas, y ii) posibilitar que las cooperativas adquieran las empresas, atin cuando la cooperativa estuviera en formacién. Ello porque el nuevo ordenamiento habilitara la participacién activa de los trabajadores en un proceso de eventual quiebra, una situacién a Ja que hasta la sancién de la ley 26.684 se podia llegar —segiin el legisla- dor— s6lo con la orden de un juez comercial.) La nueva norma —sostiene la informacién de prensa distribuida por le Presidencia de la Nacién— da prioridad de adquisicién de una empre- sa cerradaa sus trabajadores, aun cuando no estuviesen conformados en una cooperativa, y regulariza —insistimos—aquellas que se encuentran en esa situacién, facilitando —de este modo— la “explotacién de coope- rativas” tomando como herramienta de pago todos los créditos laborales (78) Ver el comunicado de prensa emitido por la Presidencia de Ia Nacién con moti- vo de la promulgacién de la ley 26.684. EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 7 al momento de la quiebra, incluida la indemnizacién, salarios caidos y otras remuneraciones y derechos no abonados. Tal como fuera advertido por nosotros con anterioridad, el propio Ministro de Econom{a enmarcé el cambio legislativo dentro del fendme- no de las denominadas “empresas recuperadas”, destacando que se trata de “... una experiencia que ya se encuentra consolidada, algunas empresas Uevan ocho o nueve anos, que duplicaron la cantidad de empleados...” Ninguna menci6n efectuaron las autoridades, los legisladores, ni los asistentes a la ceremonia publica en la cual se promulgara la ley, respecto de las otras modificaciones introducidas por la ley 26.684 a la ley 24.522, como es el caso de la nueva informacién que el concursado debe brin- dar al juez del concurs; el nuevo régimen de pronto pago de los cré- ditos laborales; el mayor derecho de informacién de los trabajadores respecto de la situacién concursal de su empleador; la no suspensién del curso de intereses de los créditos laborales; o la nueva dimensién otorgada a los antiguos comités de acreedores, hoy devenidos comités de control. Pareceria que estas modificaciones, desde el punto de vista del legislador, habrian sido —simplemente— cambios menores intro- ducidos ala ley. Es decir que la ley 26.684 —en lo sustancial— a lo que apunta es a establecer, y disenar, un régimen de participacién de las cooperativas de trabajo conformadas por trabajadores de una empresa, 0 por acreedores laborales de la misma, en los casos de crisis, con el objetivo de que, 0 bien mediante el mecanismo del salvataje previsto por los arts. 48 y 48 bis, para los casos de concursos preventivos; 0 bien a través de los meca- nismos de adjudicacién de la empresa —o de uno 0 ms de sus estableci- mientos— en caso de quiebra, conforme a lo dispuesto por los arts. 203, 203 bis y 205— sustituyan al empresario fallido en la actividad empresa- ria y asuman el desarrollo de la actividad bajo un régimen cooperativo, utilizando para ello los créditos de que resulten titulares —de un modo simulado— frente al concurso, o de un modo eventualmente efectivo frente a la quiebra. La manera ena cual el sistema ha sido disefiado importa un giro sus- tancial en los conceptos relacionados con el Derecho de la Insolvencia, pues importa privilegiar un tinico modo de conservacién de la actividad empresaria frente alos demas posibles, incluida la explotacién de la em- presa por parte del titular originario de dicha explotacién —el deudor concursado—. (79) Ver Viroro, Dante: Rogus, El salvataje cooperativo..., cit; idem, El nuevo régi- ‘men de pronto pago de los créditos laborales en el Concurso Preventivo bajo la ley 26.684, Doctrina Societaria y Concursal, Ed. Errepar, Suplemento Especial, agosto de 2011. 72 __ DANIEL ROQUE VITOLO Practicamente todas las normas disefadas por el legislador de la ley 26.684 tienden —en concreto— a la agudizacién de la crisis del deudor concursado para derivar en soluciones en las cuales los trabajadores en actividad o los acreedores laborales —agrupados en cooperativas de trabajo conformadas a tal efecto— obtengan preferencias para tomar el control de la empresa en crisis, ya sea sustituyendo al deudor original en el caso de concurso, continuando la actividad empresaria —temporaria o definitivamente— en la quiebra o —finalmente— resultando adjudica- taria de la empresa o de uno o mas de sus establecimientos en el proce- dimiento de liquidacién falencial. Lo cierto es que tanto el deudor concursado como sus trabajadores en actividad que no deseen compartir esta experiencia cooperativa a la que los invita la ley 26.684, veran disminuidos y amenazados sus dere- chos, en raz6n del contenido de las nuevas disposiciones falimentarias. En efecto; pasaremos revista solamente a algunas de las nuevas dis- posiciones que permiten aseverar nuestras afirmaciones. 6.1.2.1. El nuevo régimen de pronto pago El nuevo régimen de pronto pago de créditos laborales mantiene —en lineas generales— el criterio seguido por la ley 26.086, de modo que incorporé al mecanismo de autorizacién de pago sin verificacién una serie de conceptos no alimentarios, y meramente sancionatorios de la conducta del deudor-empleador, que incrementa las indemnizaciones del personal que ya no desarrolla actividad en la empresa —es decir des- vinculado de la misma--, o que resulta acreedor por la aplicacién de sis- temas de solidaridad cuando nunca “pertenecié” a la empresa —como es el caso de los trabajadores eventuales a quienes sus empleadores ori- ginarios no satisficieron las obligaciones correspondientes—, y afecta la caja del deudor concursado en un 3% bruto sobre los ingresos, en benefi- cio de los trabajadores que ya no pertenecen a la empresa). (80) Articulo 16: “..Pronto pago de créditos laborales. Dentro del plazo de diez (10) dias de emitido el informe que establece el articulo 14 inciso 11), el juez del concurso au- torizard el pago de las remuneraciones debidas al trabajador, las indemnizaciones por ac- cidentes de trabajo o enfermedades laborales y las previstas en los articulos 132 bis, 212, 232, 233 y 245 a 254, 178, 180 y 182 del Régimen de Contrato de Trabajo aprobado por la ley 20.744; las indemnizaciones previstas en la ley 25.877, en los articulos 1° y 2° de la ley 25.323; en los articulos 8°, 9°, 10, 11 y 15 de la ley 24.013; en el articulo 44 y 45 de la ley 25.345; en el articulo 52 de la iey 23.551; y las previstas en los estatutos especiales, conve- nios colectivos 0 contratos individuales, que gocen de privilegio general o especial y que surjan del informe mencionado en el inciso 11 del articulo 14, Para que proceda el pronto pago de crédito no incluido en el listado que establece el articulo 14 inciso 11), no es ne- EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 73 Es decir que puede darse la situacién de que el deudor concursado no pueda enfrentar el pago de remuneraciones y contribuciones sociales ordinarias del giro por tener que afectar un porcentaje de su ingreso para el pago de créditos laborales que no tiene caracter alimentario; lo mismo ocurre con la imposibilidad eventual de ampliar la planta de personal, pues todos los fondos liquidos disponibles deben afectarse al pago de crédito acaparados por el beneficio del pronto pago. Téngase en cuenta que la reforma de la ley 26.684 incluso permite ampliar al régimen de pronto pago a trabajadores no registrados o deficientemente registrados, como se analizaré en el capitulo III de esta obra. 6.1.2.2. Intereses en créditos laborales Del mismo modo, la consagracién a nivel nacional de la excepcién al régimen de cristalizaci6n del pasivo impuesto por los arts. 19 y 129 de la ley 24.522 —que en Ambito de la Capital Federal ya habfa establecido la jurisprudencia plenaria—, detrae fondos de la caja y para afrontar el pasivo concursal, en beneficio de acreedores que ya no se encuentran vinculados con la explotacién, dificultando el giro de los negocios, e im- poniendo una temprana sobrecarga en las obligaciones del concursado incluso sobre rubros sancionatorios que, dentro de un régimen de rela- cién interindividual entre empleador y trabajador pueden tener justifi- cativo, pero que no lo tienen cuando la crisis afecta a todo el empren- dimiento ya todos los trabajadores. cesaria la verificacién del crédito en el concurso ni sentencia en juicio laboral previo. Pre- via vista al sindico y al concursado, el juez podré denegar total o parcialmente el pedido de pronto pago mediante resolucién fundada, sélo cuando existiere duda sobre su origen o legitimidad, se encontraren controvertidos o existiere sospecha de connivencia entre el peticionario y el concursado, En todos los casos la decision sera apelable. La resolucién judicial que admite el pronto pago tendré efectos de cosa juzgada material e importaré Ia verificacién del crédito en el pasivo concursal. La que lo deniegue, habilitaré al acree- dor para iniciar 0 continuar el juicio de conocimiento laboral ante el juez natural. No se impondrén costas al trabajador en la solicitud de pronto pago, excepto en el caso de con- nivencia, temeridad o malicia. Los créditos serdn abonados en su totalidad, si existieran fondos liquidos disponibles, En caso contrario y hasta que se detecte la existencia de los mismos por parte del sindico se deberd afectar el tres por ciento (3%) mensual del ingreso bruto de la concursada. El sindico efectuaré un plan de pago proporcional a los créditos y sus privilegios, no pudiendo exceder cada pago individual en cada distribucién un monto equivalente a cuatro (4) salarios minimos vitales y méviles. Excepcionalmente el juez po- dré autorizar, dentro del régimen de pronto pago, el pago de aquellos créditos amparados por el beneficio y que, por su naturaleza o circunstancias particulares de sus titulares, de- ban ser afectados a cubrir contingencias de salud, alimentarias u otras que no admitieran demoras. En el control e informe mensual, que la sindicatura deberd realizar, incluiré las, modificaciones necesarias, si existen fondos iquidos disponibles, a los efectos de abonar la totalidad de los prontos pagos o modificar el plan presentado...” (81) Ver fallos plenarios "Seidman y Bonder” y ‘Excursionistas’ 74 DANIEL ROQUE VITOLO 6.1.2.3. La reanudacién de la vigencia de los contratos colectivos de trabajo Al disponer Ia ley 26.684 la eliminacién de la previsién que la ley 24.522 originariamente tenfa —frente a la apertura del concurso pre- ventivo— en relacién con la suspensién de los efectos del convenio co- lectivo que pudiera tegir las relaciones entre trabajadores y el deudor concursado— para habilitar la negociacién de un convenio colectivo de crisis por el término de tres afios o el del cumplimiento del acuerdo —el que fuera menor—, coloca una nueva barrera para el concursado en el mantenimiento de la actividad, pues lo sittia frente a nuevos eventua- Jes escenarios de incumplimientos que generaran mas indemnizaciones y conflictos laborales, entorpeciendo la posibilidad cierta de superar la situacién de crisis, y arrojando sombras sobre la alternativa cierta de po- der negociar un acuerdo razonable con sus acreedores que permita la continuacién de la explotacién por el propio deudor concursado. 6.1.2.4, La conformacisn de comité de control Este es otro de los elementos conflictivos; y no porque los trabaja- dores no tengan derecho a la informaci6n. Pero la manera en la cual los comités estan regulados hacen que en todos los casos —saivo en lo que hace al primer comité provisorio— los trabajadores puedan contar con mayoria y quérum propios en dichos comités, postergando los derechos de los acreedores, y con la posibilidad cierta de oponerse a determinadas medidas de reorganizaci6n que permitirian al deudor recomponer su si- tuacién concursal 0 acceder al crédito. 6.1.2.5. El salvataje cooperativo La incorporacién al texto legal del nuevo art. 48 bis representa un mensaje claro de desincentivo para los trabajadores que pretenden man- tenerse en relacion de dependencia o contratado por el deudor concursa- do, de seguir bajo esas condiciones y apoyar una eventual recuperacién de la empresa para salir del escenario de crisis en el cual se encuentra inmersa cuando se encuentra concursada. Efectivamente, la norma propone otorgar alos trabajadores de la con- cursada y a los acreedores laborales que deseen conformar la cooperati- va de trabajo, un cdlculo “simulado” de créditos a valor lleno del mds alto posible dentro de la materia laboral, créditos —éstos— que dificilmente podrian superar la valla de un pronto pago o de un tramite verificatorio. Estos falsos y simulados créditos —producto de un mero ejercicio de cdlculo a cargo de la sindicatura— no sélo podran ser utilizados para EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 75 alterar la base de cdlculo de las mayorfas para obtener las conformida- des tendientes a que exista un acuerdo preventivo por el mecanismo de salvataje previsto en el art. 48 —con lo cual afectan también el régimen a que estdn sometidos los otros contendientes del salvataje, es decir, los otros terceros y el propio deudor concursado—, sino que, ademas, po- dran ser utilizados para prestar conformidades al acuerdo propuesto por la cooperativa, y —a la vez— podran también ser capitalizados, y utiliza- dos como parte de pago del precio de la adquisicién. Sia ello le agregamos la obligacién que la ley impone a la Administra- cién Federal de Ingresos Publicos y al Banco de la Nacién Argentina de con- formar la propuesta ofrecida por la cooperativa —obligacién que no tienen estos entes respecto de cualquier otro contendiente—, y de refinanciar el resto de su pasivo bajo el régimen de los mejores y mds favorables planes que tengan en sus instituciones —obligacién que tampoco alcanza a los de- més contendientes— podremos advertir la inequidad del sistema y el favo- ritismo marcado que ha tenido el legislador por la salida cooperativa. Es evidente que legislador pretende favorecer de un modo extremo lo que se ha dado en denominar “la salida cooperativa” Todo ello —claramente— en desmedro de los créditos de los demas acreedores laborales y de los intereses de los propios trabajadores que no conformaron la cooperativa quienes veran peligrar no sdlo sus acreen- cias, sino también las fuentes de trabajo, ya que el contrato laboral se resuelve sila cooperativa resulta adjudicataria del salvataje, y quienes no sean miembros de la cooperativa no podran continuar prestando funcio- nes laborales, pues las cooperativas de trabajo no tienen permitido tener personal en relacién de dependencia. Aunque la ley 26.684 no contemple este tépico no caben dudas que esto es asi; y se confirma con el proyecto de ley denominado “correctiva” que propone la modificacién de la ley 20.337 a estos fines ®), 6.1.2.6. La adjudicacién cooperativa en la quiebra Lo mismo ocurre con la adjudicacién cooperativa en la quiebra por via de lo dispuesto por los arts. 203, 203 bis y 205 de la ley 24.522, refor- mado por la ley 26.684. Tanto el hecho de que la cooperativa de trabajo pueda requerir la ad- judicacién de la empresa —o de uno 0 mas de los establecimientos— por (82) Proyecto de Ley Correctiva: Articulo 11,— Incorpérese como articulo 2 bis ala ley 20.337, el siguiente texto: “Articulo 2 bis.— Las cooperativas de produccién o trabajo no podran utilizar los servicios de personal en relacién de dependencia, salvo en los su- puestos estipulados por el 6rgano de contralor y en el caso del articulo 48 bis de la Ley de Concursos y Quiebras” 76 DANIEL ROQUE VITOLO el valor de tasacién y no vaya a una puja de mejor precio, como el hecho de que puedan hacer valer como compensacién para el pago del precio de adquisicién los créditos de los trabajadores “calculados’, es decir sin pasar por proceso verificatorio alguno, siendo tomados estos créditos a valor “lleno” nominal y no al valor que pudiera corresponderles en caso de liquidacién como dividendo concursal, importa —de hecho— un des- pojo para los trabajadores que decidieron no participar de la cooperati- va, y para los otros acreedores laborales, quienes verdn resignada su po- sibilidad de cobro, en la medida en que no ingresan fondos a la quiebra sino meros “créditos laborales” a hacerse efectivos contra un activo del cual el deudor ha sido despojado. Es decir, se “vacia” la quiebra, ala cual se le retiran los activos, a cam- bio de determinados presuntos créditos laborales calculados sobre una base matematica legal; créditos éstos que serfan cubiertos por activos que ya la quiebra no posee més, en razén de que le fueron retirados por los titulares de esos mismos créditos que garantizan el pago contra los activos retirados. Ahora los trabajadores de la empresa fallida y los demés acreedores laborales, en lugar de mantener su cardcter de acreedores de la quiebra, pasan a ser acreedores de la cooperativa en su rol de sucesora a titulo individual de los créditos que le cedieron los otros trabajadores que con- formaron la cooperativa. Pues bien, cual sera la garantia sobre la cual recae el crédito de di- chos trabajadores que a su vez garantizan los créditos de los trabajadores “no cooperativos”? Ello es atin una incégnita. 6.1.2.7. Conclusién sobre este nuevo paradigma Como puede observarse, este nuevo paradigma queda claro, y —pa- rafraseando al lider originario del movimiento politico que impulsé la reforma concursal— dentro de la cooperativa todo, fuera de la coopera- tiva nada. El sistema esté dirigido a que los concursos preventivos deriven, 0 bien en un salvataje cooperativo, o bien en una quiebra en la cual —si existe interés por parte de los trabajadores— sea la cooperativa de traba- jo la que se quede con la empresa —o uno 0 ms establecimientos— en el procedimiento de liquidacién. 6.2. El Proyecto de ley denominada “correctiva” El proyecto de ley correctiva remitido por el Senado ala Camara de Diputados, por su parte, en realidad no consiste —en sentido estric- EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 7 to— en lo que puede entenderse como una ley “correctiva’; es decir, una norma tendiente a corregir “errores” de textos, mtimeros, o “conceptos”. Por el contrario, este proyecto legislativo conforma un intento de “nue- va modificacién” a la ley 24.522, en algunos aspectos complementarios, pero en otros también diferentes de los contemplados en la ley 26.684. En efecto: a) En primer lugar se pretende modificar el regimen de suspensién de las acciones de contenido patrimonial contra el concursado, el cual recién se producirfa no a partir de la publicacion de edictos, como ocurre en la actualidad, sino con la sola apertura del con- curso preventivo —intento de modificacién del art. 21 de la ley 24.522, no incluido en la ley 26.684—. b) En segundo lugar, se persigue modificar el texto del art. 48 para que —en relacién con la cooperativa de trabajo— pueda inscri- birse en el registro abierto por el tribunal “la cooperativa de tra- bajo conformada —incluida la cooperativa en formacién— que re- presente como minimo las dos terceras partes de la totalidad de los trabajadores en actividad de la misma sociedad’, en lugar de “la cooperativa de trabajo conformada por trabajadores de la misma empresa —incluida la cooperativa en formacién—” que sefala el actual texto legal. c) En tercer lugar, la propuesta incluye modificar el texto del art. 48 bis de la ley 24.522, incorporado por la ley 26.684, de modo que producido el salvataje cooperativo y homologado el acuerdo, “la cooperativa asumird todas las obligaciones que surjan del acuerdo homologado”, en reemplazo de la desafortunada expresién que contiene hoy la ley respecto de que, en tal caso, “la cooperativa asumiré todas las obligaciones que surjan de las conformidades presentadas.” d) En cuarto lugar, en el mismo artfculo 48 bis, se propone sustituir la obligacién que pesa actualmente sobre la AFIP y el Banco de ja Nacién Argentina de conformar la propuesta concursal de la cooperativa de trabajo, y las facilidades de refinanciacién de deu- das en las condiciones mAs favorables vigentes en sus respectivas carteras, por una mera facultad. Asf el articulo quedaria, en su parte pertinente, redactado de la siguiente manera: “E/ Banco de la Nacién Argentina y la Administracién Federal de Ingresos Pt- blicos, cuando fueren acreedores de la concursada, podran otorgar las respectivas conformidades a las cooperativas, y las facilidades de refinanciacién de deudas en las condiciones mds favorables vi- gentes en sus respectivas carteras”. 78 DANIEL ROQUE ViTOLO e) En quinto lugar, y dentro del mismo texto del art. 48 bis, la de- nominada ley “correctiva” propone incorporar un nuevo parrafo disponiendo que “La cooperativa de trabajo deberd presentar el plan de pago del valor de las cuotas 0 acciones representativas del capital social, cuando la valuacién judicial de las mismas hubiere resultado positiva. Serd el juez quien resolverd el conflicto en caso de que el plan de pago no sea aceptado por los titulares de las cuo- tas o acciones representativas del capital social, atendiendo la con- servaci6n de la fuente laboral de los trabajadores de la sociedad. Si el plan de pago implica diferimiento en el tiempo, se deberd otorgar garantia de cumplimiento, pudiendo gravarse los bienes pertene- cientes al activo que se transmite”. f) Ensexto lugar, se propone una reforma al texto del art. 189 —refe- rido a la continuacion inmediata de la explotacién de la empresa 0 de uno o ms establecimientos en caso de quiebra— para in- corporar la posibilidad de que el juez disponga la continuacién “de oficio’. De tal forma se agregarfa un nuevo parrafo al texto del art. 189 disponiendo que “El juez puede disponer de oficio la continuacién cuando medien iguales circunstancias®) y teniendo en cuenta el interés general. En cualquier momento el juez puede disponer cuanto estime pertinente respecto de la explotacién. Tam- bién puede ordenar su cese, por resolucién fundada que es apelable por el sindico al solo efecto devolutivo”. g) En séptimo lugar se pretende —también— modificar el texto del art. 196 de la ley 24.522, en su versién segrin ley 26.684, dispo- niendo que vencido el plazo para decidir la continuacién de la explotacién, sin que se hubiera decidido la misma, el contrato de trabajo quedara disuelto —en el régimen actual la disolucién tie- ne lugar a la fecha de la declaracién de quiebra—. En el mismo sentido, también se pretende modificar el mecanismo de recon- duccién del contrato, estableciendo que “Si dentro de ese término se decide la continuacién de la explotacién el contrato de trabajo se reanuda de inmediato”. Actualmente, si dentro de ese término se decide la continuacién de la explotacién, se considerard que se reconduce parcialmente el contrato de trabajo con derecho por parte del trabajador de solicitar verificacién de los rubros indem- nizatorios devengados. Los que se devenguen durante el perfodo de continuacién de la explotacién se adicionaran a éstos. (83) Dichas circunstancias serfan; i) si de la interrupcién pudiera resultar con evi- dencia un dafio grave al interés de los acreedores y a la conservacién del patrimonio; ii) si se interrumpiera um ciclo de produccién que puede concluirse, iit) entiende que el em- prendimiento resulta econémicamente viable; o iv) persiguiendo la conservacién de la fuente de trabajo. BL EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS i) h) En octavo lugar, la ley correctiva pretende modificar el actual art. 203 bis incorporado por Ia ley 26.684. En tal sentido, si final- mente el proyecto de ley es sancionado, “los trabajadores reunidos en cooperativa de trabajo estan habilitados para solicitar la adqui- sicién de conformidad con el articulo 205, incisos 1) y 2) y podran hacer valer en ese procedimiento la compensacién con los créditos que le asisten a los trabajadores de la fallida, de conformidad con el articulo 241 inciso 1) y 246 inciso 1) de la presente ley. El monto de las indemnizaciones seré calculado, a los fines de la compensa- cién, de conformidad con el articulo 245 de la ley 20.744 (t.0. 1976), los estatutos especiales, convenios colectivos 0 contratos individua- les, segtin el que resultare mds favorable a los trabajadores. A tal efecto, podrdn utilizarse total o parcialmente los créditos laborales de los que resulten titulares trabajadores que voluntariamente los cedan a la cooperativa. La cesién se materializard en audiencia a celebrarse ante el juez de la quiebra con intervenci6n de la aso- ciacién sindical legitimada”. En la actualidad, si bien la norma es casi idéntica, presenta como particularidad que no se aplican las prohibiciones del art. 211), y ademas se permite estipular un régimen de pago de precio al momento de la venta, cuestiones —ambas— que el proyecto de reforma elimina. i) La novena modificacién propuesta es la de un cambio en le re- daccién del art. 205 —versién ley 26.684—, de modo tal de dispo- ner que “el proyecto de pliego podra prever que, en el caso de que resulte adjudicataria de la enajenacién la cooperativa de trabajo, la condicién de venta podrd ser a plazo, debiéndose otorgar garan- tia suficiente’. j) Endécimo lugar, el proyecto de ley “correctiva” contempla expre- samente la compensacién de los créditos de los trabajadores que hayan sido cedidos a la cooperativa de trabajo conforme a lo dis- puesto en el nuevo art. 203 bis, mediante la introduccién de una modificacién al texto del art. 211, senalando que “No puede alegar compensacién el adquirente que sea acreedor, salvo que su crédi- to tenga garantia real sobre el bien que adquiere o pertenezcan al grupo de acreedores contemplados en el articulo 203 bis. En estos casos, deberdn prestar fianza de acreedor de mejor derecho, antes de la transferencia de propiedad’. El texto actual omite mencio- nar expresamente el caso de los acreedores contemplados en el art. 203 bis. (64) Articulo 211.— Precio: compensacién. No puede alegar compensacién el ad- quirente que sea acreedor, salvo que su crédito tenga garantia real sobre el bien que ad- quiere. En este caso, debe prestar fianza de acreedor de mejor derecho, antes de la trans- ferencia de propiedad. 80 tesa debentures y obligaciones negociables con garantia especial o flotant ditos indicados en el Titulo III del Capitulo IV de la Ley N° 20.084, en el DANIEL ROQUE VITOLO Kk) La modificacién undécima, que incluye el proyecto de ley, es la del art. 241, en el cual altera de un modo sustancial el régimen de privilegios especiales, introduciendo una sustancial alteracién en el orden de preferencia de los mismos, para colocar a los privi- legios que amparan a los créditos laborales por encima de todos los demas. Asf, conforme a la nueva propuesta legislativa, de re- sultar sancionada la norma, tendrfan privilegio especial sobre el producido de los bienes que en cada caso se indica: J) Los créditos por remuneraciones debidas al trabajador por seis (6) meses y los provenientes por indemnizaciones por ac- cidentes de trabajo, antigiiedad 0 despido, falta de preaviso y fondo de desempleo, sobre el fondo de comercio, las marcas y patentes, las mercadertas, materias primas y maquinarias que, siendo de propiedad, del concursado, se encuentren en el establecimiento donde haya prestado sus servicios o que sirvan para su explotacion; 2) Los gastos hechos para la construccién, mejora o conservacién de una cosa, sobre ésta, mientras exista en poder del concursa- do por cuya cuenta se hicieron los gastos; 3) Los impuestos y tasas que se aplican particularmente a deter- minados bienes, sobre éstos; 4) Los créditos garantizados con hipoteca, prenda, warrant y los correspondientes a debentures y obligaciones negociables con garantia especial o flotante; 5) Lo adeudado al retenedor por razén de la cosa retenida a la fecha de la sentencia de quiebra. El privilegio se extiende a la garantia establecida en el Articulo 3943 del Cédigo Civil; 6) Los créditos indicados en el Titulo ILI del Capitulo IV de la Ley Ne 20.094, en el Titulo IV del Capitulo VI del Cédigo Aerondu- tico (Ley N° 17.285), los del Articulo 53 de la Ley N° 21.526, los de los Articulos 118 y 160 de la Ley N° 17.418. 1) La tiltima modificacién propuesta por el mencionado proyecto de ley denominada “correctiva” a la ley 24.522 es la del art. 243, don- de se incorpora la excepcién de la garantia prendaria al orden de los privilegios regidos por los propios ordenamientos segiin los incisos 4 y 6 del art. 2415), (85) *..4) Los créditos garantizados con hipoteca, prenda, warrant y los correspondien- EL REGIMEN CONCURSAL ARGENTINO Y SUS SUCESIVAS REFORMAS 81 Finalmente, dado que, tanto para el salvataje cooperativo, como para la continuaci6n de la explotacién de la empresa —o de uno o mas esta- blecimientos— en la quiebra, y para el desarrollo de la actividad en caso de que la cooperativa de trabajo resulte adjudicataria, se requerira de otro personal que no sea exclusivamente el que integra la cooperativa como asociado, el proyecto de ley “correctiva” propone modificar el texto dela ley 20.337 de Sociedades Cooperativas, con el objeto de excepcionar la limitacién que dicha regulacién contempla en relacidn con la posibi- lidad de que las cooperativas de trabajo puedan emplear personal en re- lacién de dependencia. Asi, el texto legal propuesto dispone: Articulo 11.— Incorpérese como articulo 2 bis a la ley 20.337, el siguiente texto: “Articulo 2 bis.— Las cooperativas de produccién o trabajo no podrén utilizar los servicios de personal en relacién de dependen- cia, salvo en los supuestos estipulados por el érgano de contralor y enel caso del articulo 48 bis de la Ley de Concursos y Quiebras”. En realidad, no alcanza a comprenderse el texto sugerido, en la me- dida en que —desde todo punto de vista— puede advertirse que, tenien- do en cuenta la reforma introducida por la ley 24.684 a la ley 24.522, y la realidad econémica y financiera de las empresas en crisis, todo hace pensar que los casos de utilizacién del mecanismo contemplado en el art. 48 bis no seré frecuente y, por el contrario, s{lo serd la aplicacin de los arts. 187, 189, 190, 191, 192, 203, 203 bis, y 205, donde la norma no con- templa la excepcién que relaciona con el art. 48 bis. Se trata de una incomprensible omisién del legislador, en su proyecto de ley correctiva, que reitera la cadena ininterrumpida y sucesiva de erro- res en que ya incluyera la ley 26.684 en sus disposiciones principales. a tulo VII del Cédigo Aerondutico (Ley N° 17.285), los del Articulo 53 de la Ley N° 21.526, los de los Articulos 118 y 160 de la Ley N° 17.418..., respectivamente.

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