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zConocimiento para qué? gConocimiento para quién? Reflexiones sobre la universidad y la geopolitica de los saberes hegemoénicos Edgardo Lander* Resumen El pensamiento utépico, como horizonte normativo, hace posible concebir la realidad social como momento histérico superable, imaginar que el mundo podria ser de otra manera, nos permite pensar que, a pesar de las tendencias que apuntan con fuerza en direccién contraria, y aunque las alternativas no estdn garantizadas, éstas son posibles y por ello vale la pena reftexionar y actuar en funcién de la construccién de una vida mejor para las grandes mayorias, una vida mas democratica, mas equitativa, més solidaria, mas fraterna, mas compatible con la preservacion de la vida en el planeta Tierra. Tanto el pensamiento critico, en su més amplia gama de perspectivas, como las tuchas sociales de los oprimidos siempre han tenido una dimensién utopica. Esta consiste en la reivindica- cién de la tibertad humana, en negarse tercamente a reconacer la inexorabilidad de lo existente, a pesar det realismo que pretenden siempre imponer los poderes dominantes. En los Ultimos lustros, en particular a partir de 1989, se ha venido celebrando la llegada de una nueva era, una era més alla de las utopias, mas alla de los metarrelatos histéricos, mas alla de las ideologias y de la politica. Se trata de un discurso conservador que, @ partir de las extraordinarias derrotas que sufrieron en las Ultimas décadas las fuerzas democraticas y populares en todo el planeta, pretende la congetacién de las desigualda- des politicas y sociales del presente y la negacidn de toda posibilidad de pensamiento utépico como instrumento critic, como visualizacion de ta posibilidad de alternativas al orden existente. Para pensar y actuar politicamente en funcién de la utopia de democracia, equidad, diversidad y solidaridad a la cual aspiramos, es indispensable el recordar que no estamos solos en el campo de juego. Es indispensable partir de la comprensién del hecho de que lo que para unos puede ser una utopia, es para otros, necesariamente, la antiutopia, el peor de tos mundos posibles. Es necesario que reconozcamos que nos enfrentamos no solo a una realidad historica, sino igualmente a otras utopias, a otros proyectos de construccion de futuro que apuntan en una direccién divergente a la de la utopia democratica. ‘A pesar de su reiterada critica al pensamiento utdpico, en el pensamiento liberal y neoliberal contempordneo, no ha desaparecido el pensamiento utopico, no se ha coloca- do la filosofia de la historia en el cajén de los recuerdos, ni se ha abandonado la metanarrativa del progreso universal en su marcha inexorable hacia la sociedad de la * Universidad Central de Venezuela. 100 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS abundancia y la libertad. Hoy tiende a imponerse globalmente, tanto ideolégicamente como en términos facticos, una potente utopia de construccién de futuro que podemos llamar la utopia del mercado total. No se trata de un inocuo imaginario abstracto, sino del diseno de un orden global que —en continuidad fundamental con ta organizacién colonial-imperial del mundo moderno- cuenta con los mas poderosos dispositivos comunicacionales, politicos, econémicos y, con frecuencia creciente, militares del planeta. El propésito de este texto es explorar tas caracteristicas basicas de la apuesta de reafirmacién del presente y construccién de futuro de esa utopia (antiutopia?) del mer- cado total, asi como sus principales mitos y falacias, tal como éstos se expresan tanto en sus afirmaciones explicitas como en aquello que silencia u oculta. Palabras Claves: Utopia-antiutopia / Democracia | Mercado total Abstract Utopian thought, like a guiding horizon, allows us to conceive of social reality as a surmountable historical moment, and to imagine that the world could be different. It allows us to believe that in spite of tendencies that strongly point in the opposite direction and although the alternatives are not guaranteed, they are possible; and that therefore it is worth while to reflect and act upon the construction of a better life for the vast majority - a more democratic, more equitable, more supportive and more fraternal life, compatible with the preservation of life on the planet Earth. Critical thought, in its more ample range of perspectives, as well as social struggles on behalf of the oppressed, have always had a utopian dimension. This struggle consists of the vindication of human freedom, of stubbornly refusing to recognize the inexorability of what does exist, in spite of the realism that dominant powers insist on imposing. In the last few five-year periods, particularly after 1989, the arrival of a new era has been cetebrated, an era beyond utopias, beyond historical events, beyond ideologies and politics. It consists of a conservative discourse which, starting with the extraordinary defeats that democratic and popular forces around the planet suffered in the past decade now pretends to halt present social and political inequities and deny any possibility of utopian thought as a critical instrument or as a visualization of the possibility of alternatives to the already existent order. In order to think and act politically on behalf of the utopia of democracy, fairness, diversity and solidarity that we alt aspire, it is essential to always remember that we are not the only ones on the playing fietd. It is imperative to understand the fact that what may be a utopia for some, could very well be an anti-utopia for others, that is, the worst of all possible worlds. It is necessary to acknowledge the fact that we are not only confronting ahistorical reality, but also other utopias, other construction projects for the future that are aimed in a direction opposite to that of the democratic utopia. In liberal and neo-liberal thought, utopian thought has nat disappeared, in spite of the reiterated criticism that it has received. Historical philosophy has not been placed in the files of memorabilia, nor has the saga of universal progress been abandoned on its inexo- rable march towards the society of abundance and freedom. Nowadays, a powerful utopia of construction of the future, which we can call the total market utopia, tends to impose itself globally, both ideologically and verifiably. It doesn’t concern an innocuous imaginary EDGARDO LANDER: REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS, 101 abstract, but rather the design of a global order that - in fundamental continuity with imperial-colonial organization of the modern world - relies on the most powerful communicational, political, economic and, with increasing frequency, military devices on earth. ‘The purpose of this text is to explore the basic characteristics of the pledge for the reaffirmation of the present and construction of the future of that utopia (anti-utopia?) of the total market, as well as its principal myths and fallacies, and how these are expressed in its explicit affirmations as well as in what it silences and hides. Key words: Utopia - anti-utopia / Democracy / Total market De vez en cuando se hace indispensable dar un alto en la dinamica cotidiana de nuestra actividad para interpelar el sentido de lo que hace- mos. Lejos estan los tiempos en los cuales era posible ignorar toda res- ponsabilidad ética en la produccién de conocimiento, a partir de la fe ciega en el dogma cientificista de ta llustracién. Despertar del sonambu- lismo que caracteriza a la vida universitaria exige detenerse para volver a formular algunas interrogantes basicas. Preguntas pre-tedricas, que se refieren al sentido esencial de lo que hacemos: ;Para qué y para quién es el conocimiento que creamos y reproducimos? ;Qué valores y qué posibi- lidades de futuro son alimentados? ;Qué valores y posibilidades de futuro son socavados? En este texto se buscara explorar estos problemas a partir de dos supuestos iniciales. El primero se refiere a un hecho obvio pero sobre el cual quisiera insistir. El asunto de la colonialidad del saber, esto es, el caracter no solo eurocéntrico sino articulado a formas de dominio colonial y neocolonial de los saberes de las ciencias sociales y las humanidades, no tiene que ver solo con el pasado, con las “herencias coloniales” de las ciencias sociales, sino que juega igualmente un papel medular en el dominio im- perial/neocolonial del presente. El segundo apunta a destacar que la peor conclusidn a la cual podria- mos llegar, a partir de la critica de los estudios postcoloniales a los saberes hegemdnicos, de acuerdo a la cual “ningun discurso de diagndstico social puede trascender las estructuras homogeneizantes del conocimiento moderno”, es que nos encontramos irremediablemente presos al interior ECONOCIMIENTO PARA QUE? &CONOCIMIENTO PARA QUIEN? 102 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS de jaulas conceptuales en las cuales no existe tension, fisura ni escapa- toria posible’. De lo contrario, careceria por completo de sentido realizar encuen- tros como el Simposio Internacional La reestructuracién de las ciencias sociales en los paises andinos —para el cual fue preparado este texto— que parte explicitamente de posturas criticas en torno a asuntos centra- les como la desigualdad sociat de América Latina, el caracter acotada- mente juridico-formal del proyecto liberal de la democracia, y la busque- da de la superacién de los discursos eurocéntricos y universalistas det saber occidental. A partir de esas premisas tiene sentido formularse las siguientes interrogantes: El conocimiento que se produce y reproduce en nuestras universidades constituye un aporte a la posibilidad de un mayor bienes- tar y mayor felicidad para la mayoria de la (presente y futura) poblacion del planeta, o a lo contrario? Es procedente interrogarse si ese conoci- miento aporta o no a la posibilidad de una sociedad mas democratica, mas equitativa. Es pertinente interpelar ese cuerpo de saberes en térmi- nos de su contribucién o no a la preservacion y florecimiento de una rica diversidad cultural en nuestro planeta, si contribuye a la preservacién de la vida o si, por el contrario, éste se ha convertido en un agente activo de las amenazas de su destruccién. Estas interrogantes nos colocan ante dilemas éticos y politicos con relacién a la propia actividad universitaria, que de ninguna manera po- demos obviar. 1, La globalizacién y los retos de nuestros tiempos Para darle un anclaje a la consideracion de estos dilemas es indispen- sable hacer un breve reconocimiento de los principales problemas o ame- nazas que hoy confronta ta humanidad, y muy en particular, las mayorias * Esta critica esta bien sintetizada en el siguiente texto: "...las criticas tercermundistas al coloniatismo, en tanto que narrativas formuladas tedricamente por la sociologia, la economia y las ciencias politicas, no podian escapar del Ambito desde el cual esas disciplinas reproducian la gramatica hegeménica dela modernidad en los paises colonizados. Siguiendo la tesis de Jacques Derrida, Spivak afirma que ningun discurso de diagnéstico social puede trascender las estructuras homogeneizantes del conocimiento moderno. Lo cual significa que ninguna teoria sociotégica puede ‘representar” objetos que se encuentran por fuera det conjunto de signos que configuran la institucionalidad del saber en las sociedades modernas”. Santiago Castro-Gomez, "Latinoamericanismo, modernidad, globalizacion. Prolegémenos una critica postcolonial de la razén”, en Santiago Castro-Gémez y Eduardo Mendieta (coordinadores) (1998), Teorias sin disciplina. Latinoamericanismo, postcolonialidad y globatizacién en debate, México, Miguel Angel Porrda, p. 172. EDGARDO LANDER REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS ¥ POLITICAS 103 subordinadas y/o excluidas del sur del planeta. zCuales son los principa- les efectos perversos que esta produciendo o acentuando el actual pro- ceso de globalizacién, el proceso de transformacién mundial que esta conduciéndonos hacia la generalizacion de lo que, como veremos mas adelante, puede llamarse propiamente una sociedad de mercado? Se apun- taran aqui cinco ejes principales que ilustran suficientemente los asun- tos a los cuales se hace referencia. En primer lugar, los actuales procesos de globalizacion, bajo la forma de la radical desregulacién del capital, lejos de conducir a niveles cre- cientes de bienestar colectivo para {a mayoria de la poblacién han acen- tuado aceleradamente las desigualdades y exclusiones tanto entre los paises como al interior de practicamente todos los paises del mundo. Algunas cifras globales del Informe del Desarrollo Humano correspon- diente a 1999 son ilustrativas*, 1, La relacién entre el ingreso per capita del 20% de la poblacién que vivia en los paises mas ricos y el 20% que vivia en los paises mas pobres, era de 30a 1 enel aio 1960, se increment6 a una relacién de 60a 1 enel aiio 1990, y a una relacién de 74 a 1 en el afio 1997. 2. La quinta parte de la poblacién que vive en los paises mas ricos cuenta con 86% del producto territorial bruto det planeta, mientras el 20% que vive en los paises mas pobres cuenta con el 1% del producto. 3. Mas de 80 paises tienen en la actualidad ingresos per capita meno- res, que los que tenian hace una década 0 mas. 4, Las 200 personas mas ricas del planeta duplicaron su riqueza total entre 1994 y 1998, a mas de un billén de délares*. Los bienes de las tres personas mas ricas del mundo son mayores que el producto territorial bruto de todos los paises menos desarrollados y de sus 600 millones de habitantes*. 5. Apesar de que el ingreso per capita en el planeta ha superado los US § 5000, un total de 1300 millones de personas cuentan con ingresos menores a un délar diario’. 2 United Nations Development Program (1999), Human Development Report 1999, Nueva York y Oxford. > Un mittén de millones. “Op. cit. p. 3 + United Nations Environment Programme (1999), Geo-2000. Global Environmental Outlook (Overview), Nairobi, p. 2. 2CONOCIMIENTO PARA QUE? ZCONOCIMIENTO PARA QUIEN? 104 Xll CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS En segundo lugar, el modelo de desarrollo hegeménico (estilo tecno- légico, patrones de consumo, explotacién sin limite de la naturaleza), amenaza a mediano plazo con destruir las condiciones que hacen posible la vida en el planeta Tierra. El consumo de acuiferos mas aceleradamen- te que su capacidad natural de reposicién; ta reduccién acelerada de la diversidad genética; la devastacién de bosques y ta desertificaci6n; la destruccién de la capa de ozono y el cambio climatico son las expresio- nes mas conocidas de los efectos de un modelo civilizatorio insostenible. Para tomar un sdlo aspecto, los efectos del cambio climatico producidos por la actividad humana no constituyen amenazas teéricas 0 de potencia- les efectos a largo plazo. “Los cinco afios mas calidos desde el siglo XV se han dado en los afios 90”.° “Hay... un incremento en la frecuencia y la severidad de los desastres naturales —por ejemplo las pérdidas debidas a los desastres naturales en la década 1986-95 fueron ocho veces mayores que las correspondientes a la década de los 60—”.’ Estos desastres, tanto por su distribucién geografica, como por la existencia de mayores limita- ciones para las acciones protectoras y reparadoras, afectan con particu- lar impacto a los pueblos del Sur. En tercer lugar, las tendencias principales del actual proceso de glo- balizacién, representan una seria amenaza a la rica herencia de recursos culturales y conocimientos de pueblos aborigenes, campesinos, y demas poblaciones que todavia no han sido plenamente colonizadas por Occi- dente. A la vez que se va haciendo cada vez mas evidente que el modelo civilizatorio occidental es insostenible a mediano plazo, se van socavando sistematicamente todas las potenciales fuentes culturales de alternativas. En cuarto lugar, precisamente en el momento historico en que se celebra el triunfo universal de !a democracia liberal, los procesos de globalizacién han ido socavando las bases nacionales en las cuales opera- ba una relacién de simetria o de congruencia entre quienes toman las decisiones en un régimen democratico, y los destinatarios de esas deci- siones®, El debilitamiento de los ambitos de ejercicio de la democracia en Estados nacionales, en particular de los Estados del sur, ante el poder creciente del capital transnacional y la institucionalidad econdmica y politica multilateral, no ha sido acompafiado de una institucionalidad “Bill Clinton, Discurso en Christchurch, Nueva Zelandia. Citado en Clarin, Buenos Aires, 16 de septiembre de 1999. ? United Nations Environment Programme, op. cit. "Held, David, "Democracy: from city-states to a cosmopolitan order?”, en David Held (editor) (1993), Prospects for Democracy, Stanford, Stanford University Press, p. 25. EDGARDO LANDER REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 105 democratica global. Ello representa un monumental proceso de concen- tracion de poder politico y econémico en manos de los duefios del capital en escala planetaria. En quinto lugar, es tal la naturalizacién del orden social del mercado que, como ha ocurrido en todas tas experiencias histéricas del colonialis- mo, se esta produciendo una creciente patologizacién y criminalizacién de la disidencia, la anomalia o la resistencia, sea esta por parte de indi- viduos, grupos 0 Estados. A nombre de la lucha en contra del terrorismo. internacional, el narcotrafico, o en defensa de los derechos humanos, el gobierno de los Estados Unidos, sdlo 0 con el apoyo parcial o total de sus aliados de la OTAN, ha tomado como propio y legitimo el derecho a inter- venir en cualquier rincén del planeta en esta nueva modalidad, que ya no se sabe si ltamar guerra, donde una parte pone los aviones, los misiles y las bombas, y la otra parte aporta todos los muertos. Al interior de los Estados Unidos se criminaliza a las victimas del efecto simultaneo de ta exclusion y descomposicién social que produce un capitalismo salvaje y el retraimiento de la red de seguridad social que antes proveia el Estado’. La seguridad en las calles de las grandes ciuda- des se garantiza a expensas de la encarcelacién de los excluidos’’. "En la medida en que las instituciones intermedias y tos controles informales de la vida comunitaria son debilitados por las transformaciones econdmicas de extension de mercado, se fortatecen las funciones disciplinarias del Estado”"'. Cada uno de estos asuntos esta indisolublemente asociado a las ten- dencias actuales del proceso de globalizacién caracterizado por la he- + ,..4,9 millones de personas estaban bajo alguna forma de ‘supervision correccional’ para 1995, con unos 2,8 millones en "libertad supervisada” (probation), 671.000 en “libertad condicional”, (parole) 958.704 en prisiones de los estados, haciendo un total de un americano encarcelado por cada 189 hombres, mujeres y nifios, en comparacién con la proporcidn ya alta de uno de cada 480 que habia en 1980. Esas cifras, ya muy altas, estaban sin embargo destinadas a aumentar ain mas. Sdlo dos afos después, a mediados de 1997, el gran total habia aumentado a 5,5 millones, con un total de 1,8 en prisidn, y el resto en libertad supervisada o en libertad condicional”. Edward Luttwak (1999), Turbo- Copitalism. Winners and Losers in the Global Economy, Nueva York, Harper Collins Publishers, p. 55. =, el total de 5,5 millones representa un 2,8 por ciento de la poblacién adulta de los Estados Unidos, ei doble de la proporcién de 1980, cuando el turbo-capitalismo sélo comenzaba”. idem, p. 2 idem, p. 24. . % John Gray (1998), False Dawn. The Delusions of Global Capitalism, Nueva York, The New York Press, p. 32. "Bourdieu observa que el estado de California, elogiado por ciertos socidtogos europeos como et paraiso mismo de la libertad, dedica al mantenimiento y construccién de las prisiones un presupuesto ‘que supera de lejos el total de fondos publicos asignados a fa educacién superior”. Zygmunt Bauman (1999), La globalizacién. Consecuencias humanas, México, Fondo de Cultura Econémica 1998]. 2CONOCIMIENTO PARA QUE? ZCONOCIMIENTO PARA QUIEN? 106 Xi CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS gemonia de la cosmovisi6n liberal que naturaliza su modelo de vida, no solo como el Unico deseable, sino también como el unico posible. Es por ello imprescindible explorar brevemente como se va estructurando este modeto de globalizacién. Esta nueva hegemonia liberal se da en un mo- mento historico que corresponde a la supremacia econémica, militar y cultural de los Estados Unidos. En estas condiciones lo que se naturaliza y pretende universalizar no es la sociedad capitalista, con su amplia di- versidad de expresiones histdricas, sino un modelo particular, el que se ha venido consolidando en los Estados Unidos en las tltimas décadas, como consecuencia del avance de la agenda politica de la nueva derecha desde la época de Ronald Reagan hasta el presente. En este modelo, que ha sido caracterizado como la fase cancerigena del capitalismo”, o el turbo-capitalismo”, el mercado no se limita a actuar solo como mecanismo organizador de un ambito de la vida colec- tiva —lo que en la tradicion liberal clasica se concibid como el ambito de lo econémico— sino que, tendencialmente, pasa a convertirse en el prin- cipio organizador del conjunto de la vida colectiva. Se estaria asi pasan- do de una economia de mercado, a una sociedad de mercado, cumplién- dose asi la \Ucida prevision de Karl Polanyi: En Ultima instancia... el control de {a economia por el mercado tiene abrumadoras consecuencias para la organizacién de la sociedad como un todo; quiere decir nada menos que el funcionamiento de la sociedad se da como un apéndice del mercado. En lugar de estar la economia enmarcada en las relaciones sociales, las retaciones sociales estan enmarcadas en et sistema econdmico™*. Uno de los mecanismos mas eficaces del proceso ideolégico de la naturalizacién de la sociedad de mercado, es el metarrelato en el cual el libre mercado, libre de toda injerencia extra-econdémica, aparece como la forma espontdnea y natural de la vida social, cuando no existen inter- venciones externas. El libre mercado seria igualmente la forma normal que ha adquirido el mercado en el capitalismo a lo largo que toda su # John McMurtry (1999), The Cancer Stage of Capitalism, Londres, Pluto Press. » "En la actualidad, casi toda la élite americana, encabezada por jefes de corporaciones y economistas de moda, esté totalmente convencida de que ha descubierto a formula ganadora para el éxito econémico —la dnica férmula~ que sirve para todos los paises, ricos 0 pobres, buena para todos los individuos que estén dispuestos a escuchar el mensaje, y por supuesto, buena para la élite americana: PRIVATIZACION + DESREGULACION = TURBO-CAPITALISMO = PROSPERIDAD". Edward Luttwak, op. cit., p. 25. * Karl Polanyi, The Great Transformation. The Political and Economic Origins of Our Times, Boston, Beacon Press (1944), p. 57. Citado por John Gray, op. cit., p. 12. EDGARDO LANDER REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 107 historia y en todas sus experiencias nacionales. Como lo resalta John Gray, ambas proposiciones son histéricamente falsas. Las experiencias de desarrollo capitalista del continente europeo, en la mayor parte de la historia de los Estados Unidos, de Japon y de los Tigres Asiaticos, no ha sido una historia de capitalismo desregulado. Et libre mercado, el laissez faire, con poca o ninguna regulacién, sdlo ha existido histéricamente en forma excepcional, y cuando ello ha ocurrido, ha sido como resultado de un proyecto politico estratégico, en el cual se ha utilizando el poder del Estado para llevar a cabo un proceso de profunda ingenieria 0 redisefio social. El mercado libre que se desarrollé en Inglaterra a mediados del siglo diecinueve no ocurrié por casualidad. Ni, contrario a la historia mitica propagada por la Nueva Derecha, emergié de un largo proceso de evo- lucién no planificada. Fue un artefacto del poder y de la gestién del Estado". ... alin en la Inglaterra del siglo diecinueve, la intervencién del Estado, en la escala mas ambiciosa fue un prerequisito indispensable a la econo- mia del laissez faire. Una precondicion para el mercado libre inglés del sigto diecinueve fue el uso del poder del Estado para transformar la tierra de propiedad comun en propiedad privada. Esto fue instrumentado mediante las “actas privadas de cercado” (enclosure) que ocurrieron desde la Guerra Civil hasta la parte inicial de tos tiempos victorianos. Estas apropiaciones inclinaron la balanza de la propiedad en la econo- mia de mercado agraria inglesa de los campesinos a los grandes duefios de tierra en ta parte final del siglo dieciocho y comienzos del diecinue- ve. Idedlogos como Hayek, que desarrollaron grandes teorias en las cua- les la economia de mercado emerge por una lenta evolucion en la cual el Estado tiene poco papel, no sdlo generalizaron a partir en un solo caso, sino ademas falsearon dicho caso”. Dados los niveles de inseguridad que para la mayoria de la poblacién genera un mercado no regulado, este uso del poder del Estado para crear las condiciones del laissez faire requiere limitaciones al ejercicio de la democracia por parte de la mayoria de la poblacion. El Estado inglés en el que el mercado libre fue construido... era pre- democratico. El numero de quienes tenian derecho ai voto era pequefio y la inmensa mayoria de la poblacién estaba excluida de ta participacién John Gray, op. cit., p. 7. “Op. cit., pp. 7-8. @CONOCIMIENTO PARA QUE? ZCONOCIMIENTO PARA QUIEN? 108 Xil CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS politica. Es dudoso que un mercado libre se hubiese establecido si hu- biesen existido instituciones democraticas en funcionamiento. Es un hecho histérico que el mercado libre comenzé a desaparecer con la entrada de una poblacién amplia a la vida politica, Tal como siempre han reconoci- do los idedlogos mas lucidos de la nueva derecha, un mercado sin limita- ciones es incompatible con un gobierno democratico"’. La verdad es que tos mercados libres son criaturas del poder del Estado, y persisten solo mientras el Estado sea capaz de impedir que las necesi- dades humanas de seguridad y control del riesgo econdmico encuentren expresién politica®. Este proceso de constitucién del régimen de laissez faire inglés del siglo pasado, tal como lo caracteriza Gray, resulta extraordinariamente similar a los mecanismos mediante los cuales opera la actual agenda de construccion de un régimen de laissez faire a escala global. En primer lugar, cuando se postula que el libre mercado es el orden natural y espontaneo de la sociedad “moderna”, se esta afirmando que toda accion politica, social o cultural, que pretenda preservar 0 estable- cer alguna restriccién a la libre operacién del mercado, es algo artificial, anormal, intervencion externa que altera el orden natural de las cosas. Para esas distorsiones antinatura estan reservados los calificativos peyo- rativos de estatismo, socialismo, proteccionismo 0 populismo. Simulta- neamente se asume que toda accién o medida —incluso estatal— dirigida a garantizar el libre mercado es una accion no politica, una simple resti- tucion de lo que seria el orden normal de las cosas si no fuese por las distorsiones que han producido las injerencias extra-econdémicas. En segundo lugar, en pleno reconocimiento de que la experiencia his- torica de este orden —la sociedad del libre mercado— es incompatible con las exigencias que se generan en una sociedad democratica, se busca el disefio de un orden institucional internacional en el cual el funciona- miento de un libre mercado quede liberado de los controles democrati- cos. La meta de la superacion de las tensiones entre el ideal de una sociedad de mercado y la realidad de una democracia “excesiva”, me- diante la reduccion del ambito del ejercicio de ta democracia, ha sido el eje central de la agenda de la Nueva Derecha desde que, hace un cuarto " Idem, p. 8. "idem, p. 17. EDGARDO LANDER REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 109 de siglo, el tema fue colocado en el debate publico por el informe de la Comisién Trilateral sobre la crisis de ta democracia.” En tercer lugar, reconocimiento que en las experiencias histéricas anteriores de predominio del laissez faire, éste fue —con el tiempo— sometido a regulaciones y controles sociales como consecuencia de exi- gencias democraticas, se busca que esta nueva institucionalidad interna- cional orientada a garantizar que este desprendimiento del mercado de las posibilidades del control democratico se convierta en una realidad irreversible. Es esta una agenda en la cual se ha venido avanzando con pleno éxito en las uiltimas décadas. El poder de tos organismos financieros multitate- rales para disefar los regimenes de regulacion y las politicas pliblicas de los Estados mas débiles ha ido en incremento”. Esto acurre no solo en el terreno macroecondmico, sino en todos los ambitos de la accién estatal, sea en salud, educacién, legislacién laboral, servicios publicos o régimen de seguridad social. Detras de todas estas orientaciones subyace la meta de garantizar niveles crecientes de desregulacién, privatizacion y aper- tura econdmica en todo el mundo, politicas que ademas tienen como objetivo expreso el logro —como se sefialé arriba— de estas politicas no puedan ser revertidas. En la medida en que los paises se hacen altamente dependientes de capitales que pueden entrar o salir tibremente, les otor- gan a estos derecho a veto sobre sus politicas econdmicas”'. Las condicio- " Michel J. Crozier, Samuel P. Huntington y Joji Watanuki (1975), The Crisis of Democracy. Report on the Governability of Democracies to the Trilaterat Commission, Nueva York, New York University Press. 2° Como afirma Boaventura de Sousa Santos, "A contrario de to que ocurrié en tiempos pasados, la fuerza directriz detras de la transformacién del Estado y de su legalidad es La intensificacién de las practicas internacionales y las interacciones globales. Bajo esas presiones, las funciones reguladoras del Estado-nacién , pasan a ser derivadas, es decir, pasan a depender de los imperativos de la globalizacion de la economia tal como son formuladas por tas organizaciones internacionales... 0 por las propias ‘empresas multinacionales de los estados hegeménicos, en defensa de los intereses de éstas, sobre todo de las norteamericanas... En esta circunstancia, la regulacién, sobre todo en ta periferia y la semiperiferia det sistema mundial, se convierte en una especie de subcontratacién o franquicia politica”. Santos Boaventura de Sousa (1999), La globatizacién dei derecho. Los nuevos cominos de ta regutacién y (a emancipacién, Bogota, Universidad Nacional de Colombia e Instituto Latinoamericano de Servicios Legates Alternativos [1998], pp. 32-33. ® Refiriendose al caso de Nueva Zelandia, que constituye quizis la experiencia mas drastica de desmontaje de un Estado de bienestar social mediante una radical politica de apertura y desregulacion, John Gray afirma: "...la reestructuracién de la economia de Nueva Zelandia, que la abrié a los flujos fo regulados del capital, le confirieron al capital transnacional un efectivo poder de veto sobre las politicas piblicas. Cada vez que {as politicas pablicas pudiesen ser percibidas como afectando ta competitividad, las ganancias o la estabilidad econémica, éstas podrian ser anuladas por ta amenaza de la fuga de capitales. Las reformas neo-liberales se hacen, por lo tanto, politicamente irreversibles. Los objetivos socialdemécratas de periodos anteriores de a politica publica en Nueva Zelandia, no sdlo &CONOCIMIENTO PARA QUE? ZCONOCIMIENTO PARA QUIEN? 110 XI CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS nalidades que se han impuesto tanto en las renegociaciones de la deuda externa, como para la obtencidén de nuevo financiamiento, han sido ex- traordinariamente eficaces en este sentido. Un paso mas de avance en la agenda de creacién de una economia global desregulada fuera del con- trol de los sistemas politicos nacionales, se ha venido dando en las nego- ciaciones y acuerdos de comercio internacional, como el Tratado de Li- bre Comercio entre México, Estados Unidos y Canada (TLC) y las negocia- ciones a partir del GATT, que culminaron en la creacion de lo que es hoy el organismo internacional de alcance global con capacidad para cerce- nar mas radicalmente la autonomia de los gobiernos nacionales para de- finir sus politicas pUblicas: la Organizacién Mundial de Comercio (OMC)”. A pesar de que finalmente no fue firmado, el documento que mejor sintetiza la agenda explicita y extremadamente coherente de limitacion del ejercicio de la democracia y de la autonomia nacionat, como condi- cion para la extensién de la sociedad de mercado a escala global, es el texto del Acuerdo Multilateral de Inversiones (MAI)® que se negocié en- tre los 27 paises pertenecientes a la OCDE™. A partir de exigencias de una fueron desmanteladas, abandonadas o revertidas, fueron removidas como opciones en la practica democratica. El propésito de esta revolucién fue el de aislar irreversiblemente a la politica neoliberal del controt democratico de la vida politica.” op. cit., p. 43. En consecuencia, “Muchas de las politicas basicas de la socialdemocracia no pueden ser mantenidas en una economia abierta”, op. cit., p. 88. 2 El editorial del Wall Street Journal, celebré la firma de tos acuerdos del GATT, en los siguientes términos: Este "...representa una nueva estaca en el corazén de la idea de que los gobiernos pueden dirigir tas economias. El principal propésito del GATT es el de apartar a los gobiernos de manera que las compaiias puedan cruzar las jurisdicciones (esto es, las fronteras nacionales) con relativa facilidad. La gente parece estar dindose cuenta de que ... el gobierno es simplemente demasiado lento y torpe para manejar el comercio". Citado por Ralph Nader y Lori Wallach, "GATT, NAFTA, and the subversion of the democratic process”, en Jerrry Mander y Edward Goldsmith (1996), The Case Against the Glabal Economy ‘ond for @ Turn Toward the Local, San Francisco, Sierra Club Press, p. 95. OECD, Multilateral Agreement on Investment (The MAI Negotiating Text as of 24 April 1998), en OECO MAI Home Page: [http/ /www.oecd.org/daf/cmis/mai/maindex.htm]. En mayo de 1995 la OCDE comenz6 el trabajo del MAI mediante la creacién de un ‘Grupo negociador’ de alto nivel, cuyo mandato era concluir el tratado para mayo de 1997. Hay en este grupo una ‘fuerte influencia corporativa de las empresas multinacionates, que, a través de la Cémara de Comercio Internacional, suministraron el borrador iniciat del texto" (World Council of Churches, “The Multilateral Agreement on Investment: A Threat to Social Rights, the Environment and Democracy?” [http://www.godzone.gen.nz/Public ‘Questions/wccmai.htm}). Esta primera fase del proceso de negociaciones fue tan secreto que en muchos paises altos funcionarios del ejecutivo, en areas diferentes a lo econémico y comercial, no estaban al tanto de las negociaciones. Ni los parlamentos, ni la opinién publica fueron informados. Esto comenzé a cambiar cuando en enero de 1997, una organizaci6n canadiense, Council of Canadians, obtuvo una copia altamente confidencial del borrador que se discutia y {0 coloco en Internet. Lo mismo ocurrié con una segunda versién confidencial correspondiente a mayo de 1997. A partir de su divulgacién, se gestd un amplio movimiento internacionai de oposicién. Finalmente con el retico del gobierno francés del proceso de negociaciones a finales del 1998, se da por concluido et intento de negociar el tratado. * La intencionalidad de este texto es mas directamente transparente que el de otros tratados multi- laterales por varias razones. En primer lugar, fue concebido como un documento a ser negociado, como de hecho ocurrié, en secreto, fuera de la mirada publica, y en particular de los parlamentos de tos EDGARDO LANDER REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS m radical apertura econémica y de una definicidn en extremo acotada de lo que es tolerable como funciones legitimas (core responsibilities) del Estado, mediante este tratado se pretendia prohibir taxativamente toda politica publica, que pudiese de alguna manera afectar los intereses y la comple- ta libertad de los inversionistas y de sus inversiones. Los lineamientos de politica, las normas, leyes, incluso preceptos constitucionales, que en- trasen en contradiccién con los objetivos del tratado, tendrian que ser modificados. La irreversibilidad de esa amputacion del ejercicio de la soberania se busca en este texto por dos vias. En primer lugar, a través del concepto de standstill, de acuerdo al cual una vez que se ha estable- cido una medida liberalizadora, ésta no podria revertirse o eliminarse posteriormente. En segundo lugar, una vez que un pais firmase el trata- do, sus compromisos serian de largo plazo; un gobierno posterior no po- dria revertirlos, un pais solo tendria derecho a retirarse del tratado pasa- do un lapso de cinco afios después de haber entrado en vigencia en dicho pais. El tratado permaneceria vigente para el pais que se retirase por seis meses adicionales a partir de la presentacidn de la notificacion de retiro. Para las inversiones realizadas durante la vigencia del acuerdo, las condi- ciones establecidas por el MAI continuarian vigentes por un periodo adi- cional de quince afios’*. Estas transformaciones institucionales globales significan la exten- sion de la légica del mercado, en direccién a una sociedad de mercado global, en un doble sentido. Por una parte, como se ha seflalado, median- te el establecimiento de barreras de separacién que garanticen que los procesos democraticos no podran generar mecanismo alguno de regul. cin o control del mercado y, simultaneamente, mediante la extensidn de los ambitos de la vida social en los cuales impera la ldgica del merca- do como principio organizador primario.”* pafses participantes en ta negociacién. En segundo lugar, a diferencia de la mayoria de los acuerdos internacionales, como los acuerdos de {as rondas del GATT, el MAl fue concebido como un tratado de arriba a abajo, esto es, incluye ta totalidad de las actividades econémicas que no estén explicitamente excluidas. Por ello, en lugar de infinitos detalles sobre cada rama de actividad econémica, el tratado define un marco conceptual general aplicable a la totatidad de las inversiones. Consecuencia de to anterior, a diferencia de las miles de paginas en los cuales se recogen los diversos acuerdos de la OMC, por ejempto, el MAl es un texto de s6lo 145 paginas, con comptemento de 61 paginas. # OECD (1998), Multilateral Agreement on Investment, op. cit., p. 101. Para una discusién detallada del contenido det proyecto de tratado y sus implicaciones politicas, ver: Edgardo Lander (1998), "Et Acuerdo Multilaterat de Inversiones (MAI). El capital disefia una constitucién universal”, Revista Yenezolana de Economia y Ciencias Sociales, N° 2-3, abril-sept. 2 Como se ha sefialado anteriormente, esta extensién de la l6gica del mercado noes posible sin politicas estatales expresamente orientadas por ese objetivo. Ademas exige ta profundizacién de la accién det Estado en algunos ambitos como el policial y el del control de las fronteras. Para un analisis lcido de {as tensiones entre la Logica estatal y (a tégica del mercado en el proceso de globalizacion, y de las 2CONOCIMIENTO PARA QUE? ECONOCIMIENTO PARA QUIEN? 112 Xlt CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS Como lo ilustran las manifestaciones en Seattle en contra de la lla- mada Ronda del Mileno de la Organizacién Mundial de Comercio a finales del siglo XX y las realizadas en el primer mes del siglo XXI en Davos en contra del Foro Econémico Mundial que se retine anualmente en dicha poblacién suiza, es amplio y creciente el movimiento mundial de pueblos indigenas, campesinos, organizaciones ambientales, sindicatos y ONGs de diverso tipo que confrontan y resisten los efectos perversos de la ex- tensién universal de la logica del mercado. Las oposiciones mas importantes por parte de algunos gobiernos —del Norte y del Sur— se han dado en defensa de la cultura y de la agricultura. Esta capacidad de los Estados nacionales para oponer cierta resistencia a estos procesos es —sin embargo— profundamente asimetrica ya que de- pende tanto de la posicion relativa del pais en el sistema internacional como del vigor del régimen democratico existente. Francia ha sido en este sentido un caso excepcional. Fue el retiro de Francia de las negocia- ciones del MAI, fundamentado principalmente en la defensa de la tengua y la produccion cultural francesa, lo que condujo al fracaso de las nego- ciaciones de dicho tratado. En el ambito de la agricultura, como conse- cuencia del peso electoral del los productores agricolas y habitantes ru- rales en general, la politica del Estado francés ha sido de resistencia sistematica a las presiones tendentes a la desregulacién plena de ta agri- cultura y la disminucién o eliminacién de los subsidios agricolas. Opo- niéndose a la nocidn de que ta agricultura es simplemente una actividad econdémica mas, Jean Glavan, Ministro Francés de Agricultura, argumen- ta que la agricultura tiene que ser entendida en su “multifuncionalidad”, justificando los subsidios al productor en términos de los servicios adicio- nales que le brinda a la comunidad, como la conservacion del medio ambiente y el paisaje rural’, No son estos argumentos que puedan ser utilizados con igual eficacia por los paises del sur. Mientras estos paises son obligados a abrir totalmente sus mercados, en los paises centrales se preservan altos grados de proteccién y subsidio, en particular a la agri- cultura. Mientras a los paises del sur se les exige (y logra) una reduccién drastica del peso y las funciones del Estado, ta proporcién del gasto pu- blico como porcentaje del producto nacional permanece igual, o incluso crece en los paises centrales”. relaciones complejas entre la desterritorializacién y la territorializacion a través de las cuales se da et proceso de transnacionatizacién, ver: Boaventura de Sousa Santas, op. cit. ® Declaraciones al diario Clarin, Buenos Aires, 29 de agosto de 1999. "Yer: Edgardo Lander, “Limites actuates del potencial democratizador de la esfera publica no estatal”, en Luiz Carlos Bresser Pereira y Nuria Cunill Grau (Coordinadores) (1998), Lo publico no estatal en la reforma del Estado, Buenos Aires, Paidés, CLAD. EDGARDO LANDER REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS 113 ll. Las ciencias sociales y la legitimacién del orden del capital iComo responden las ciencias sociales antes estos procesos? dEstan en capacidad de reflexionarlos criticamente? En sus vertientes hege- ménicas, estas disciplinas, asumiéndose como portadoras exclusivas de la verdad sobre la realidad histérico social, desempefian en este contex- to el papel que en épocas anteriores jugé la teologia cristiana en la legi- timacion det dominio colonial. Mediante la naturalizacion y la cientifi- zacién de la cosmovision liberal, incluida la concepcién de una naturale- za humana ahistérica y universal que ha sido tan bien descrita por Mac- pherson como individualista posesiva’’, asumen a la sociedad de merca- do como el unico orden social posible. De esta manera esta negada si- quiera la posibilidad de imaginar modalidades de vida colectiva que no estén organizadas por la légica del mercado. En forma alin mas directa, estas ciencias sociales hegeménicas desempefian un papel activo en la conformacién del modelo de sociedad de mercado, por la via de las poli- ticas que se derivan de sus proposiciones normativas. En tal orden social, el pensamiento se hace indistinguible de ta propa- ganda, Una sola doctrina puede ser hablada, y una casta sacerdotal de sus expertos prescribe las necesidades y las obligaciones a todos, siendo la pérdida del modelo de ganarse la vida, o de la propia vida el castigo por la desobediencia. Se exigen sacrificios sin limite a través de las fronteras, de un sitio de la disciplina rigurosa a la siguiente. Las leyes de prescripcién y penalizacién no ofrecen alternativa. Sus disciplinas son inevitables y necesarias para la promesa de una prosperidad futura, en un tiempo y lugar que se aleja en ta medida en que los terrores de la inseguridad aumentan. La conciencia social esta encarcelada dentro de un tipo de logica ceremonial, operando totalmente al interior del marco de referencia recibido, un aparato de regulacién prescrito que protege el privilegio de los privilegiados. La censura metodolégica triunfa a nom- bre del rigor académico, y el tinico espacio que queda para el pensa- miento inquisidor se convierte en el juego de racionalizaciones en com- petencia®. Uno de los efectos mas profundos de la caida del Muro de Berlin fue precisamente el radical estrechamiento de los limites de lo imaginable, con el acotamiento correspondiente de los limites de pensamiento criti- Cp. MacPherson (1970), La teoria politica del individualismo posesivo. De Hobbes a Locke, Barcelona, Editorial Fontanella, S.A. » John McMurtry, OP. cit., PP. 6-7- 2CONOCIMIENTO PARA QUE? ZCONOCIMIENTO PARA QUIEN? 114 Xl CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS, co. Las luchas de tos trabajadores por los derechos sociales y politicos o por el socialismo del ultimo siglo y medio, asi como las luchas por la independencia de los pueblos coloniales, permanecieron en buena medi- da al interior del imaginario occidental del progreso™, y del metarrelato europeo de la Historia universal”. Sin embargo, estas luchas hicieron posible aperturas extremadamente significativas que implicaron politica e intelectualmente una ampliacion de los limites de lo pensable. Al con- cebirse, particularmente en el marxismo, a la sociedad capitalista como problema, se cuestiona la naturalizacion de la sociedad liberal mediante su historizacion. Las formas particulares que adquiere la propiedad y las estructuras motivacionales de esta sociedad pudieron ser concebidos como productos histéricos especificos. Fue por ello posible pensar mas alla de los acotamientos liberales de la sociedad capitalista como orden natural. Hoy todo esto ha sido desechado —como ilusiones ideoldgicas— al basurero de la historia. Las ciencias sociales han retornado al cauce res- petable de la cientificidad y la objetividad, el pensamiento se hace cada vez mas impotente, lo que Hugo Zemelman ha llamado bloqueo histéri- co.» Tienden a identificarse las condiciones creadas por las extremas y crecientes desigualdades en la distribucién del poder, con leyes objetivas e inalterables de la realidad histérico social. En lugar de indagar sobre los agentes, los intereses, las estrategias, las fuerzas que inciden sobre los extraordinarios procesos de transformacion que ocurren en el mundo actual, estos procesos se naturalizan bajo los nombres de modernidad 0 globalizacién, en una descripcién de un mundo en el cual, o han desapa- recido los sujetos, o en el que el Unico sujeto realmente existente es el consumidor. Este bloqueo atraviesa todas las disciplinas. Podria analizarse el caso de la teoria politica para explorar la medida en que su sesgo formal- institucional, y su desdén por los asuntos crudos del poder, la aparta del intento de desentrafar los pracesos politicos, intereses, actores y fuer- Zas que operan en las transformaciones societales conocidas como » Jean Baudrillard (1980), Ef Espejo de {a produccién, Barcelona, Gedisa. ™ Ranajit Guha, “Sobre algunos aspectos de la Historiografia Colonial de a India”, en Silvia Rivera Cusicanqui y Rossana Barragén (Compiladoras) (s/f), Debates Post Coloniates. Una introduccién a tos Estudios de la Subalternidad, La Paz, Coordinadora de Historia, SEPHIS y Taller de Historia Oral Andina. "La coyuntura actual se caracteriza por el dominio del discurso econémico-liberal, discurso que impone un bloqueo para pensar desde angulos diferentes su realidad. Por eso una de las tareas de las ciencias sociales es desentrafiar tos mecanismos que hacen posible ese bloqueo, para de esta manera poder vislumbrar nuevos horizontes", Zemelman, Hugo (1993), “Sobre bloqueo histdrico y utopia en América Latina”, Prablemas del Desarrollo, vol. XXIV, N° 95, octubre-diciembre, p. 17, México. EDGARDO LANDER REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y¥ POLITICAS 5 globalizacién. igualmente tendria sentido analizar si ta sociologia latino- americana ha abandonado su tradicién critico-reflexiva cuando concentra su atencion en la mitica sociedad civil, dénde florece la comunicacién y las relaciones horizontales y asociativas, desapareciendo toda contradic- cién y conflicto. 0 cuando abandona las nociones de explotacion, domina- cién o injusticia, para abordar los asuntos de la desigualdad y la exclusidn con la categoria, no explicativa sino descriptiva y neutra, de “pobreza”. Es sin embargo ta economia la disciptina que ocupa el lugar central en las ciencias sociales contemporaneas. Ill, La economia: ciencia de la sociedad En la medida en que se impone la légica del mercado, —rentabilidad, competencia y rendimiento— hacia cada vez mas ambitos de la vida so- cial —la sociedad de mercado-~ la ciencia econémica se va constituyendo progresivamente en la ciencia de la sociedad. No hay asunto de la vida colectiva al cual no se le pretenda dar no solo una mirada, sino también una orientacion normativa, desde la ciencia econémica. Las demas disci- plinas tienden a marginalizarse del debate sobre los principales asuntos publicos, y/o a subsumirse en el paradigma de la economia™. El saber economico es la verdad a partir de la cual se legitima la inmensa buro- cracia e institucionalidad de las organizaciones financieras y comerciales multilaterales, desde las cuales se dictaminan las politicas que deben adoptar la mayor parte de los gobiernos del mundo®. Por ello, una re- flexién critica sobre los supuestos basicos que sirven de sustento a las ciencias sociales actuales pasa, necesariamente, por una consideracion de la ciencia econémica. Un rasgo central que caracteriza a la ciencia econdémica actual es consecuencia de la hegemonia del paradigma neoclasico. Como discipli- na, al asumir el caracter natural y espontaneo de la sociedad de merca- do, no tiene necesidad de cuestionar y/o reflexionar sobre sus supuestos. Esta ausencia de reflexién critica sobre sus premisas, unida al énfasis en Es este et caso las interpretaciones de los procesos politicos como "mercado politico” tal como esta formutado por la teoria det public choice. ta burocracia-institucionalidad internacional orientada hacia la globalizacidn econémica tiene sus origenes en la institucionalidad del desarrolto que se creé al finalizar la segunda guerra mundial. Ver: ‘Arturo Escobar (1998), La invencién del Tercer Mundo. Construccién y deconstruccién del desarrollo, Bogota, Editorial Norma. 2CONOCIMIENTO PARA QUE? 2CONOCIMIENTO PARA QUIEN? V6 Xi CONGRESO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS DE CIENCIAS POLITICAS la cuantificacién y construccién de modelos, opera, como sefiala John McMurtry en el texto citado arriba, en un eficiente instrumento de censu- ra metodoldgica. Lo que se aparta de ese estricto canon metodoldgico puede asi ser descartado como especulacién no cientifica y subjetiva. Se garantiza asi la exclusion de todos los temas incémodos: precisamente los mas importantes. El énfasis formalizante en la cuantificacidn y en los modelos orienta igualmente la violencia con ta cual se definen politicas econdémicas universales, haciendo abstraccidn total det contexto histéri- co y las condiciones politicas, sociales y culturales del pais para el cual se definen, como lo hacen los organismos financieros internacionales y los grandes gurus de ta economia global. La economia actual puede ser caracterizada como una disciplina impe- rial que pretende aplicar la logica del analisis econdmico al amptio espectro de actividades humanas fuera de lo que tradicionalmente se consideraba como lo econdémico. Desde esta perspectiva, la produccién agricola ten- dria sentido si, y sdlo si, es competitiva. Otros criterios como seguridad alimentaria, la voluntad de una sociedad de preservar algunas formas tradicionales de la vida o del paisaje rural, o politicas orientadas por el Propésito de generar empleo en el campo pasan a ser considerados como interferencias ilegitimas que distorsionan el libre funcionamiento del mercado. Si, por ejemplo, Venezuela tiene ventajas competitivas en la produccién de hidrocarburos, gpor qué no importar toda ta alimentacion? Los medios de comunicacion y de produccién y difusién cultural son consi derados simplemente como la industria de la comunicacién y el entreteni- miento. Asi, su propiedad, acceso y contenido deberian ser dejados al tibre juego de las fuerzas del mercado, obviando por completo el inmenso peso politico y cultural de los medios en las sociedades contemporaneas. El supuesto fundante, presente histéricamente en la mayor parte de las corrientes del pensamiento econdmico, ha sido la presuncién de que es posible el analisis del proceso de creacién de riqueza haciendo abs- Es tal la hegemonia de estas concepciones en la economia como disciplina cientifica y académica, que ta mayor parte de las propuestas alternativas en torno a la riqueza, su produccién y su relacion con las necesidades humanas y la naturaleza provienen de campos externos a la ciencia econémica. Son particularmente ricas las criticas a paradigma de la economia que tienen un origen religioso/ tealégico y en organizaciones de diverso tipo que, en diferentes partes del mundo, estén orientadas por la busqueda de un modelo civilizatorio mas democratico y equitativo, con una relacién mas armoniosa con la naturaleza. Entre las propuestas mas sugerentes para repensar y cuantificar las nociones de riqueza y de bienestar estan {a del indicador de Progreso Genuino, formulado por ta organizacién Redefining Progress (hitp://www.rprogress.org/I, y la de Huella Ecotégica, elaborado por el Centro de Estudios sobre Sustentabilidad de la Universidad Anghuac de Xalapa, en México [http://www.edg.net.mx/ ~mathiswa/}. EDGARDO LANDER

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