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Formacion docente Las categorias del juicio profesoral Pierre Bourdieu* Monique de Saint Martin* «A instancias de he seccién marxista de los estudiantes, Lenin iba a dar tres conferencis sobre ln cuestin agraria en la escuela de estudios avanzades, que fueron organizadas en Paris por profesores que habian sido despedidos de las universiades rusas (.} de esta primera charla, Vidi Hite 6 im vol or’, Obviamente, creia hacerle se sentia muy agitedo, Pero, u ediatamente a ser dueio de si mismo o, al mens, es ln impresién que dio. El profe- sor Gambaroo, que habia cenido a escucharlo, le manifesta Deu bras: ‘es 1 verdadero pro Me acuerdo que, antes vez ent Ia tribuna, isu impresin en dos pala- = asi el mayor de ls logos.” Leén Trotsky, Mi vida Las discusiones que se han suscita- do, tanto entre los etnélogos (ctnociencia) como entre los socislo. 0S (etnometodologia), sobre las sificaciones y los sistemas de clasifi- cacién, tienen en comtin el hecho de que se olvida que estos instrumentos de conocimiento cumplen, como tales, funciones que no son de puro conoci- miento: se puede aceptar que la prac- tica implica siempre una operacién de conocimiento, es decir, una operacién mas 0 menos compleja de clasificacién que nada tiene en comtin con wn seis tro pasivo, sin convertirla por ello en una construccién puramente intelec- tual; el conocimiento prictico es una operacidn practica de construccién que pone en juego, por referencia a funcio nes pricticas, sistemas de clasificacién (taxonomias) que reorganizan la per- cepcidn y la apreciacién y estructuran la préctica. Producidos por la practica de gene. raciones sucesivas. en un tipo determi nado de condiciones de existencia, es- tos esquemas de percepcién. de apre- ciacién y de accién que se adquieren Por la préctica y se ponen en ejecucién en estado prictico, sin acceder a la re- 4 presentacién explicita, funcionan como operadores pricticos a través de los cuales las estructuras objetivas que Jos producen tienden a reproducitse en Jas précticas. Las taxonomias précti- as, instrumentos de conocimiento y de comuinicacién que son la condicién del establecimiento del sentido y del con- senso sobre el sentido, no ejercen su eficacia estructurante mas que en la medida en que ellas mismas estén es- tructuradas. Lo cual no significa que se les justifique un andlisis estricta- mente interno («estructural», «compo- nencial, y otros) que, al alejartas ar- tificialmente de sus condiciones de produccién y utilizacién, impide la comprensién de su funcién social, Para convencerse de ello basta con someter a andlisis ya no mas tal o cual curiosi- dad exética que neutraliza la distan- cia, terminologias de parentesco, cl sificaciones de plantas o de enfermeda- des, sino las clasificaciones que los pro- fesores producen cotidianamente, tanto en sus juicios sobre sus alumnos 0 sus colegas actuales 0 potenciales, como en su produccién especifica (manuales, te sis y trabajos doctos) y en toda su préc- tica. En efecto, es més dificil en este caso poner entre paréntesis las funciones so- ciales del sistema de clasificacién pro- fundamente oculto, que esté al principio de todas estas clasificaciones escolares y de las clasificaciones sociales que de- ierminan 0 tegitiman. jurisprudencia profesoral El andlisis del documento excepcio nal que representa el conjunto de las fichas individuales Hevadas, durante cuatro afios sucesivos, por un profesor de filosofia en un sexto afio de bachi Herato superior de Paris, debe permi. tir verificar directamente las hipstesis que habian sido ofrecidas con motivo de los criterios implicitos de! juicio profesoral en su forma tradicional:! las laxonomias que revelan las formas ti- tuales de los considerandos del juicio profesoral (“las apreciaciones”) y de Jas que se puede suponer que estructu ran el juicio profesoral, a a vez que lo expresan, pueden relacionarse con la sancin en cifras (1a nota) y con el ori- gen social de los alumnos que consti- tuyen el objeto de estas dos formas de evaluacin. Propuesta educativa 19 2 FRACCIONES DE LAS CLASES SUPERIORES LOS MENOS RICOS EN CAPITAL CULTURAL LOS MAS RICOS EN CAPITAL CULTURAL Padre ingeniero - Madre secretaria Regién Paris Contuso, detritus filossticos andan flotando y producen alguna ilusién, pero no hay ninguna investigacién, traba- jo puramente escolar. Desorden, vivacidad, elocucién suetta pero entrecortada Desordenada, conocimientos con lagunas, peor que las ignoradas, Proyectos, pero muy mal ligado. Trabajo correcto. Mejor. Padre director adjunto explotacién Paris Rico, largo, bastante justo, un poco verboso, sin embar- go, serio, retlexivo, confuso, tropieza con dificultades. Forma difusa y chata, pero con organizacién de conjunto sobre el tema bien construido, fea escritura, tachones. Bastante bien; seriedad, pero no define bien el tema Fiojo y un poco tonto, con trazos justos Abuso de términos mal comprendidos. Padre ejecutivo admit tra - Provincia Bien, cultura y reflexidn, bastante bien escrito, se aven- tura a veces mas alld de lo que sabe bastante bien, inte- resante y con total dominio. trative superior ~ Madre maes- Padre doctor en medicina- Paris Conocimientos, pero emplea los conceptos filoséficos segun su color estiistico; verborrea sonora, Por otra parte hay saber y orden. Resumen servil Conocimiento y una cierta clatidad de expresién, pero ningun andlisis directo, Buenos elementos pero no muy bien ligados, citas heterdolitas Padre profesor de fisico- quimica Madre profesora de ciencias naturales Region de Paris Preciso, escrupuloso, claro pero un poco estrect. Algunas gruesas tonterias, pero con cualidades. Precise ¢ iccitante; conviccién y sofismas. Fino, bastante bien escrito, no siempre exacto. Padre cirujano- Paris Interesante, pero desordenado, muy firme y bien condu- cido; conclusién un poco demasiado mistica, pero since- ramente filoséfica. Muy personal y construido, pero mal escrito. Vigoroso, bastante bien escrito, interesante, pero oscuro, no muy bien expresado ALGUNAS APRECIACIONES A) Nota Promenio: entre 8 y19 Clases medias: Padre agente técnico ~ Paris Boba, mediocre, alusivo, mal com- puesto, pequefias indicaciones sin | continuidad B) Nota Promenio: entre 10 y 12 Clases medias: Padre artesano carpintero Madre encargada en la oficina de Correos provincia C) Nora Promenio: entre 12 0 mas Se ha reportado aqui el conjunto de las observaciones anotadas por el profesor en la ficha de algunas alumnas, como asi también la nota Resumen correcto, pero servil Totalmente insipido. Algunos trazos buenos (zpresta- dos), pero corto y difuso, No es tonta, pero un poco infantil, in- completo y torpe, pero interesante, una cierta cultura Conocimientos en vilo; visiones firmes pero muy parciales Sincera, seriedad, un poco timida buena utiizacién del alemadn. Las mismas observaciones; burdo pero sincero, seriedad, buenos ejemplos promedio. Elndmero de las apreciaciones he- chas sobre cada alumna es des. igual, ya que el profesor no tiene que agregar, luego de cada deber © interaccién, un comentario a la nota asignada. Las operaciones de clasiticacién que, en este punto del curso escolar, consti- tuyen operaciones de cooptacién, inves. {idas de una funcién andloga a la que les incumbe a lasestrategias sucesorales en otros universos, sont, sin duda, e! lugar en el que se pueden comprender mejor los principios organizadores del sistem: de enseflanza en su conjunto, es deci Propuesta educativa 19 no solamente los procedimientos de se- leecidn de que son producto, entre otras cosas, las propiedades del cuerpo profesoral, sino también la verdadera Jerarquia de las propiedades a reprodu- por ende, las"elecciones” fundamen- tales del sistema reproducido Se observaran asf, funcionando, las formas escolares de clasificacién que. como las «formas primitivas de clasif cacién» de las que hiablaban Durkheim y Marx, son transmitidas, en lo esenciai, en y mediante la prictica fuera de toda intencidn propiamente pedagdgica, Es- tas formas de pensamiento, de expresion y de apreciacidn, deben su I6gica espe- cifica al hecho de que, al ser producidas y reproducidas por el sistema escolar, TepHeAes, BUG a . < ee a a Be . 2 ee Reamer nds epaetineer ome S ap BT OG To g open I a ‘ronByoney qans OsorueBU Ong i TF i | cai as ondary ‘oeonoiia Sung apluis onmoH on LA CUA Sioa WBS OEP ‘agian auuSnAO PUR osoduiog & armas orev ons opm - Zz ees oe OS T + 4 5 wera TT fe Att 1 < yhuozet [and ‘osorse8 -ofoyy a paisa [eat rami orem oT \ 1 a Sate Had oor aa ' TT Ba ay conned peng i Toe - z om ond | sean Hay aoa wording 5 <= 2 2 oe ‘scl, sfesor CEG, ii ‘Agente tcnico, Pa ‘Comercian 1, medio, provincia representan el producto de la transfor- maci6n que la l6gica especifica del cam- pouniversitario impone a las formas que organizan el pensamiento y la expresién de la clase dominante. La construceién del diagrama Se dispone de 154 fichas individuales de alumnos de una clase de 6° aio de bachillerato superior de una escuela de Paris para seftoritas. En estos documen- 6 tos, establecidos alrededor de los aiios “60, se consignan por una parte, los da~ tos de nacimiento, la profesién y la di- reccién de los padres, asi como el es- tablecimiento’al que se asistié durante los estudios secundarios y, por otra pane, las notas (S a 6 por alumno) asig. nnadas a las tareas escritas y a las inter- venciones orales, acompafiadas de apre- ciaciones justificativas, Dada la naturaleza de este material, se comprende que no se haya podido con seguir informacién similar referente a otras clases y determinar, con todo ri- gor, lo que el objeto estudiado le debe las caracteristicas particulares de la ins- titucién, de su puiblico (femenino), y de su profesorado. Todo parece, sin embar: go, garantizar la generalidad de los prin- Cipios de clasificacién utilizados.? 1. Se ha clasificado a las alumnas de uno de los afios investigados segiin la im portancia del capital cultural que han Propuesta educativa 19 heredado de sus familias 0, si se pre- fiere, segin su distancia del sistema deenseftanza, guidndose, a falta de cri- terios mas precisos, por la profesién y laresidencia, ya sea parisina o provin- ial, de los padres. Se empieza, pues, con los alumnos procedentes de las clases medias y se sigue luego con los alumnos que tienen su origen en las clases superiores y, dentro de las mis- mas, de las fracciones mas desprovis tas (relativamente) de capital cultural (industriales y ejecutivos) a las mas ricas (profesores de universidad), que- dando las profesiones liberates en una posicidn intermedia. 2.Cada linea del diagrama representa el universo de los juicios que el maestro puede hacer acerca de un alumno: se ha clasificado a los adjetivos, reagro pados en 27 clases, desde los mas pe- yorativos hasta los més laudatorios Gjuntando en la misma clase a los ad: jetivos cuyo sentido es similar y que aparecen en asociacién). Se ha marcado con un cuadro negro la presencia de uno de los adjetivos de la Clase considerada en las apreciaciones hechas por el profesor sobre una alum- na determinada; se ha wilizado un cuadro plumeado en los casos en 0s que los calificativos estan provistos de un matiz 0 de una restriccién, (por ejemplo, «palabra facil, pero entrecor- tadav; «aplicado, pero servily; “par- cial, pero justo y bien llevado»; «for ma difusa y sin relieve, pero con orga- nizacién»). 3. Se ha colocade en el extremo derecho del diagrama el promedio del conjun- 10 de las notas obtenidas en el curso del afio por cada una de las alumnas, Primera lectura del diagrama Se nota a primera vista qué los cua~ dros negros configuran a grosso modo tuna diagonal: los calificativos més favo- rables aparecen cada vez con més fre- cuencia a medida que el origen social de los alumnos es mas elevado. Se obser- varé también que las notas promedio su- benia medida que se sube en la jerarquia social, por ende, a medida que aumenta la frecuencia de los juicios laudatorios. Todo parece indicar que el origen parisino constituye una ventaja suple- mentaria, ya que las parisinas obtienen siempre, a origen social equivalente, una tasa ligeramente mis elevada de caliti- ccativos (escases); esto, a pesar de que las provincianas, en este nivel del curso y Propuesta educativa 19 en un grupo reservado a la élite escolar, se encuentren —_fuertemente sobreseleccionadas. Las alumnas prace- dentes de las clases medias (que consti- tuyen més de la mitad del grupo de las notas situadas entre 7.5 y 10 y estén to- talmente ausentes del pequetio grupo de las notas superiores a 12) constituyen el blanco privilegiado de los juicios nega- tivos, y de los més negativos de entre ést05, tales como simplonas, serviles vulgares.® Basta con reunir los califica- tivos que le son aplicados preferentemen- te, pata ver emo se compone la imagen burguesa del pequefio burgués en tanto que burgués pequefio: pobre, estrecho mediocre, correcta nada mis, inhdbil, torpe, confusa, etcétera. Las mismas vir tudes que se les conceden son negativas también: escolares, cuidadosas, atentas, serias, met6dicas, timidas, prudentes, honestas, razonables. Donde sucede que se le reconozean las cualidades mas ra- ras, tales como la claridad, la firmeza, la finura, la sutileza, la inteligencia 0 la cultura, es casi siempre con restriccio- nes (leeremos, en el cuadro sindptico, la apreciacién A, que conservamios por cau- sade su cardcter ideal tipico). Las alum- nas procedentes de las fracciones menos ricas culturalmente de la clase dominan- te, escapan totalmente a las apreciacio: nies mas injuriosas y las designaciones peyorativas de que son objeto a menudo estdn sujetas a restricciones; reciben los calificativos més raros pero aun asi, de- masiado a menudo acompatiados de re- servas. En cuanto a las alumnas que pro- ceden de las fracciones més ricas de la clase dominante, en lo que a capital cul- tural se refiere, escapan casi totalmente alos juicios mas negativos, aun eufemis- ticos, asf como a las virtudes pequetio bburguesas y se ven atribuidas muy fre- cuentemente de las cualidades mas re- buscadas. Por cierto que la forma de clasifica- ci6n adoptada tiende a minimizar las di- ferencias entre las clases. La gran dis persién de la distribucién de los adjeti- os que ocupan una posicién medianaen lataxonomia no es enteramente imputa- ble al efecto de esta posicién, ni aun al efecto de la reagrupacién de adjetivos diferentes, por muy cercanos que éstos sean, Se debe, sin duda, esencialmente al hecho de que el mismo adjetivo pue- de entrar en combinaciones diferentes y recibir, por este hecho, sentidos muy dis. tintos. Este es el caso, particularmente, de calificativos como “s6lido” que, aso- ciado a “cuidadoso” y “atento”, puede no constituir ms que una forma eufe- mistica de reconocer los méritos de la impecable mediocridad pequefio burgue- sa (lo que se expresa admirablemente en el sin mds de la expresién «correcto sin snd»), mientras que, combinado con “in- teligente” o “sutil”, expresa la sintesis perfecta de las virtudes escolares. Por otra parte, se observa que a notas iguales 0 equivalentes las apreciaciones son atin més severas y mas brutalmente expresadas, menos eufemisticas, cuan- doel origen social de los alumnos es mas bajo. Para adquirir la intuicién comple- ta de este efecto, es suficiente leer en el cuadro sinéptico los juicios hechos so- bre alumnos de orfgenes sociales dife- rentes, que han recibido calificaciones semejantes (es decir, situadas en el mis- mo nivel, por ejemplo A, B y C). Se ve que los considerandes del juicio pare- cen més fuertemente ligados al origen social que a calificacién por medio de Ja que se expresan; esto, sin duda, por- que revelan més directamente la repre sentacién que el profesor se hace de los alumnos partiendo del conocimiento que tiene, por otra parte, de st habito corps- reo (hexis) y de Ia evaluaciGnaque de él se hace en funcisn de criterios comple tamente ajenos a los que estan explicita- mente reconocidos en la definicién t6 nica del desempefio exigido. El juicio profesoral se apoya, de he- cho, Sobre todo un conjunto de criterios difusos, nunca explicitados, nunca con- trastados © sistematizados, que le son oftecidos por los trabajos y los ejere cios escolares 0 por la persona fisica de su autor. La escritura, a veces explicita mente mencionada, cuando llama la atencién por su «fealdad» o su «puerili- dad», es percibida con referencia a una taxonomfa préctica de las escrituras que estd lejos de ser neutra socialmente y que se organiza alrededor de oposiciones ta- les como «distinguida» e «intelectual» o“pueril» y «vulgar». La presentacidn, que no sé menciona mas que excepcio- nalmente, se comprende también a tra- vvés de una red marcada socialmente: la desenvoltura excesiva y el cuidado me- ticuloso (el subrayado escolar y los Ii pices de colores primarios) se ven igual- mente condenados. El estilo y la «cult ra general» se toman explicitamente en cuenta, pero en grados distintos y crite- rios variables segtin las disciplinas (por ejemplo, en filosoffa y en francés), Se ve que lacultura especifica, en este aso en particular, el conocimiento de los autores filoséticos, el dominio del voca- bulario técnico de la filosofa, 1a aptitud para construir un problema y Hevar a cabo una demostraci6n rigurosa, etc., no ccuentan de hecho mas que en una paste 7 infnima en la apreciacién. Los criterios extemos, los mas frecuentemente impli citos y aun rehusados por la institucidn. tienen un peso mucho més importante en la apreciacidn de las manifestaciones orales, ya que, a los criterios ya mencio- nnados, se une todo lo que se refiere a la palabra y, més precisamente, ef acento, la elocucién y la diccién, que son las marcas més seguras, ya que son [as mas indelebles, del origen social y geografi- 0, ef estilo del lenguaje hablado, que puede diferir profundamente del estilo escrito, y en fin, y sobre todo, ef «hexis» corporal, los modales y el porte, que a menudo se designan muy directamente en las apreciaciones. No cabe duda de que tos juicios que pretenden aplicarse @ toda la persona tienen en cuenta no s6lo la apariencia fisica propiamente dicha, que siempre est socialmente marcada (a través de los indicios tales como la corpulencia, el color, ja forma de la cara), sino también el cuerpo tratado socialmente (con la ropa, el adoro, el cosmético y sobre todo los modales y el porte), que es per ibido a través de las taxonomias social- mente constituidas, que son percibidas como signo de ia calidad y del valor de la persona, (Debido a la wala calidad de las fotograffas adheridas @ las fichas, hubo que renunciar a relacionar la per cepcién que el profesor podria tener de los alumnos a través de su apariencia fi- sica y los adjetivos utilizados.) El « (los humildes) 0a «mo- desto» (la gente «modesta»)- no debe en- gafiar; la ficcién escolar que quiere que el Juicio se aplique a un trabajo y no a su au- tor, el hecho de que se trate de adolescen- tes todavia perfectibles, por ende pasibles de tratamientos mis rudos y més sinceros (comparese «gentil, pueri, infantil»), la si tuacidn de castigo que autoriza que se le imponga un castigo simbdlico como en otros lugares y en otros tiempos se im- ponian castigos fisicos; la tradiciGn de dureza y de disciplina que todas las «es cuelas de elite» tienen en comin (“ad augusta per angusta»), nada de todo esto es Suficiente como para explicar la com- placencia y la libertad en la agresiGn sim- bolica que se observa en todas las situa- ciones de examen, Es el campo universitario como tal el que, fiuncionando como censura, hace Propuesta educativa 19 _ que sea impensable -tanto para los que los pronuncian como para los que son objeto de los mismos- el desciframiento del significado social de los juicios, que se reducen asf a simples actos de ritual estealizado y destealizante de la inicia- cién escolar, al mismo titulo que los ana- temas colectivos. El profesor puede per: mitirse todo, incluy2ndo las alusiones més transparentes a la clasificacién so- cial («vulgar», «pesado», «pobren, «es- trecho», «mediocre», «torpe», «inhabil>, etc.) porque es inconcebible, aqui, que alguien pueda «pensar mal»; la neutrali- dad escolar noes, en efecto, més que esta extraordinaria denegacién colectiva que hace, por ejemplo, que el profesor pue- da, en nombre de la autoridad que le de- lega la institucién escolar, condenar como escolares producciones y expresio- nes que no representan mas que lo que produce y exige la institucidn escolar. Esta denegacién se produce en y por cada uno de los profesores individualmente, que atribuyen calificaciones a alumnos en funcién de una percepcidn escolar de sus expresiones escolares (redaceisn, ex- posiciones verbales, etc.) y del total de su persona: lo que es juzgado, es un pro- ducto escolarmente calificado, una co- pia «sin brillo», una disertacién «sim plemente pasable», y asi sucesivamen- te; jamas un pequeito-burgués. La denegacidn se reproduce en y por cada uno de los alumnos quienes, por- que se perciben tal como los perciben. es decir, como «sin brillo», «poco dota dos para la filosofia», se dedican al tema de latin o a a geograffa, {Es decir que el desconocimiento colectivo noes més que el resultado de la agregacién de un con- junto de denegaciones individuales? En realidad, se trata de toda la estructura de un sistema organizado y dividido segiin las mismas clasificaciones que tiene como funcién producir (facultades y grandes escuelas, disciplinas, secciones, etc,), que se expresa enel sistema dec sificacién establecido por medio de ope iones pricticas de clasificacién y empleado con toda regularidad, aunque nunca sea explicitamente codificado, toda vez que se trata de expresar una cla- sificacién (anotaciones de tareas, apun- les escolares, etc.). En tanto que forma newtralicada del sistema de clasificacién dominante que es producida por y para el funcionamiento de un campo relati- vamente auténomo y que Hleva al segun- do grado de neutratizacin a las taxono- mfas del lenguaje ordinario, el Yenguaje escolar contribuye a hacer posible el fun- cionamiento de mecanismos ideolégicos que no pueden operar mds que determi- nando a los agentes para que avtiien se «iin su f6gica, lo que supone que les pro- ponen sus objetivos bajo una forma irre- conocible, Sistema de clasificacién ebjetivado en instituciones cuyas divisiones reprodu- cen bajo una forma irreconocible la di- visi6n social del trabajo, el sistema de ensefianza efectia clasificaciones que se traducen, en un principio, por la asigna- cin a clases escolares (clases, seccio- nes, etc.) ¥ luego a clases sociales. Sin duda, es por medio de las clasiticacio nes sucesivas que han hecho de elfas lo que son desde el punto de vista de la taxonomia escolar, que los productos cla- sificados del sistema escolar, alumnos 0 profesores, han adquirido, en grados di- ferentes, segtin su posicién en estas es- tructuras, el dominio practico de sist mas de clasificacién tendencialmente ajustados a las clases objeiivas que les permiten clasiticar cualquier cosa -em- pezando por clasificarse a si mismos. segiin las taxonomias escolares y que funcionan en cada una de ellos -en la fe y en la buena fe mas absoluitas- como ‘una maquina para transformar clasifica- ciones soviales en clasificaciones esco- lares, como clasificaciones sociales re- conocidas-ignoradas. Estructuras objeti- vas convertidas en estructuras mentales enel curso de un proceso de aprendizaje que se cumple en un universo organiza- do segtin estas estructuras y sometido a sanciones formuladas en un lenguaje igualmente estructurado segdin las mis- ‘mas antitesis, tas taxonomias escolares clasifican segtin la légica de las estru turas de las que eflas mismas son pro: ducto. Por el hecho de que encuentran una confirmacién incesante en un uni- verso social organizado segiin los mis mos principios, son puestas en prictica con el sentimiento de la evidencia que caracteriza a la experiencia déxica del mundo social, y su reverso de cosas im- pensadas e impensables Los agentes encargados de las opera- ciones de clasificacién no pueden cum: plir adecuadamente con su funcisn de Clasificaci6n social més que porque ésta se opera bajo la forma de una operacién de clasificaci6n escolar, es decir, por medio de una taxonomfa propiamente escolar, Hacen bien lo que tienen que hacer (objetivamente), porque creen ha- cer otra cosa de lo que hacen; porque hacen algo distinto de lo que creen ha- cer; porque creen en lo que creen hacer. Mistificadores mistificados, ellos son las primeras vietimas de las operaciones que efectian, Porque creen operar una clasi- ficacién propiamente escolar o aun es 9 pecificamente «filosética». porque cteen conferir patentes de calificacién carismé- tica («espiritufiloséficom, etc.) ef siste ‘ma puede operar un verdadero desvio del sentido de sus pricticas, obteniendo de ellos que hagan lo que «por todo el oro ddel mundo» no harian. También porque creen efectuar un juicio estrictamente escolar, el juicie social que se oculta bajo Jas aptitudes eufemisticas de su lengua- je escolar (0, més especificamente, filo- s6fico) puede producir sus propios efec- tos: al hacer creer a los que son objeto de ello que este juicio se aplica a alum- nos ol aprendiz filésofo que en ellos se encuentra, au «persona» 0 a su «inteli- gencia>, y jamas, en todo caso, a su per- sona social 0, en forma més brutal, al hijo del profesor o al hijo del comercian- te, el juicio escolar obtiene un reconoci- miento, es decir, un desconocimiento, que no obtendré indudablemente el jui- cio social del que constituye Ia forma eufemizada, La transmutacién de la ver- dad social en verdad escolar (de «es us- ted un pequeiio burgués» en es usted trabajador mas no brillante») no cons- tituye un simple juego de escritura sin consecuencias, sino una operacién de alquimia social que confiere a las pala- bras su eficacia simbolica, su poder de actuar en forma duradera sobre las prac- ticas. Una proposicidn que, bajo su for- ma no transformada (ces usted un hijo de obrero») 0 a un grado de transforma- ci6n superior (ves usted vulgar»), esta- ria desprovista de toda eficacia simbli- cay que aun podria suscitar la revuelta en contra de la institucién y de sus inte- grantes (si, como se dice, es “concebible en la boca de un profesor»), se convier- te en aceptable y aceptada, admitida & interiorizada, bajo la forma irreconoci- ble que le impone la censura especitfica del campo escolar («no tengo aptitudes para la filosofia»). La taxonomia esco lar de las culidades escolares (propues- ta como tabla de la excelencia humana) se interpone entre cada agente y su «vo: cacidn’. Bs ella, por ejemplo, la que rige la orientacién hacia tal disciplina o ha- cia tal secci6n, indicada de anteniano en el veredicto escolar («me gusta mucho la geografia»), Para deshacerse de los discursos so- bre el poder del discurso, es necesario, como se ve, Hevar el Ienguaje a las con- diciones sociales de su produccién y de su utilizacién y, so pena de aceptar el equivalente en el orden social de lo que es el poder magico. buscar fuera de las palabras, en los mecanismos que las pro- ducen y producen a las gentes que los emiten y los reciben, el principio de un 10 poder que cierta forma de usar las pala bras permite movilizar. El uso conforme de! lenguaje conforme no es mas que una de las condiciones de eficacia del poder simbélico y una condicién que no opera més que bajo ciertas condiciones. S6lo se predica a los conversos. El poder de Jos eufemismos escolares sélo es abso- Iuto cuando se ejerce sobre agentes asi seleccionados como para que sus condi- ciones sociales y escolares de produc: cidn los predispongan a reconocerlo en forma absoluta.* La injuria ritual Las apreciaciones escritas u orales que el profesor hace de sus alumnos consti- tuyen una ocasién para afirmar e incul- car los valores profesorales, los cuales, dada la dependencia y la docilidad casi (otal de los alumnos de elite, pueden afir- marse sin matices. Es significativo que en su oracidn fiinebre de tn profesor de Liceo de una clase en la que se realizaba la preparacién para la Escuela Normal Superior, uno de sus antiguos alumnos evoca complaciente las apreciaciones (completamente rituales, tanto en el fon- do como en Ja forma) que éste hacia so- bre los trabajos escritos: “Ninguno se ha olvidado, tampoco, de sus exigencias: las sentéamos legitimas, le agradeciamos su energia para imponérnoslas (...). Su método? Excepcional, y completamen- fe a su imagen. Mantenia con nosotros un verdadero didlogo. -;Ya!- por medio de observaciones mecanografiadas y pegadas sobre las copias que nos devoi- fa; éramos 40 més, y le entregdbamos {facilmente copias de 8 grandes pdginas, veces ilegibles. Su “carta” ocupaba a menudo media pagina 0 mas. Se preocu paba a tal grado por sernos titil, por comprendernos, poseta tal poder de pe- netracién, que nosotros sentiamos per- fectamente bien que su fécula, a veces mordaz, estaba manejada por el afecto, jCudnta viveza, cuanta gracia, a veces y cuanta eficacia tenfan sus rasgos de ingenio en los que levdbamos al florilegio! ‘imponente facilidad, estilo deslavado, pusildnime en sus desarro- los, los vierte usted en un molde- un lar- go viaje en el que tinicamente miraria uno los hilos telegréficos -remolino en agua tranquila- usted escribe al estilo en que se boxea: al azar del pugilato, a veces acierta usted el golpe’.." (Nota necrolégica de Paul Tuffrau, Anuario ENS, 1974, pag. 52). La complacencia hacia sf mismos de los maestros no en: contraria tal complacencia en los alum- nos si tanto los anos como los otros no comulgaran en la conviccién de que la “franqueza brutal” es el tinico medio de comunicacién que conviene entre seres de elite. En el documento que hasta aqui se ha presentado, conjunto de expresio- nes orales recopiladas al azar por una alumna de la clase estudiada, las imprecaciones y las injurias, las execraciones y las deploraciones que tra- dicionalmente forman parte de los ritos de iniciacién impuestosa las alumnas de Jas clases preparatorias, adoptaban tal forma particularmente grosera, como si la femineidad hiciera que se redoblara 0 cumpliera ls condicién humillada de la alumna. Pero hay que evitar dejarse en- fiar por las apariencias: a pesar de que encuentran indudablemente su principio en la combinacidn de aristocratismo y ascetismo que define el ethos profesoral, las invectivas que el profesor de elite les lanza a sus alumnas de elite en nombre de su inadecuacién a su idea de la elite y que, como lo muestra claramente el diagrama, no se dirigen en realidad, bajo la apariencia de universalidad, mas que algunas de ellas, forman parte de los ri- tales destinados a inculcarerepresenta- ciones elitistas. Extractos del “disparatario” Es espantoso tener que dirigirse a espiritus de mala estampa, superficiales, subdesarrollados, subalimentados (estoy buscando expresiones que le digan algo). “En la mayoria de las familias se ha renunciado completamente, La mayor parte de los alunnos estan agui de nin- guna manera para ser lo que nosotros tenemos como misidn hacerles hacer, se burlan soberanamente de la culture. ‘Se nota en usted un extraordinario agotamiento de las fuentes sensibles, esta clase de pusilanimided. ¥ a partir del momento en que ya.no se vibra con el sentimiento, parece que el resto es in- sipido y esté deteriorado: personalida. des bestiales, animales. Vulgaridad, ac- titud sumaria. Ausencia de tacto, de in- tuicién, de finura, de gracia, Pataneria. es la palabra que conviene a nuestras clases actuales. ‘A los 15 aitos ya se conoce a Musset de memoria: éstas son las letras. “Las letras no son ciencia, no son co- nocimiento, erudicién, son gusto, un cierto latir del corazén “ ¢Qué significa estar dotado de espi- | ritu literario?: forma de espiritu irreduc- tible a todas las demds, molécula pro- pia. Despertar una pasién devoradora | por leer los textos | La clase de 15 aos de bchilerat | Propuesta educativa 19; | se convierte en una clase espantosa de ‘cursos nocturnos e tiene la impresién de encontrarse ante una olla que tiene la forma de un abismo; embotamiento y atolondramien- 10. Se dice siempre que usted se interesa por su época; en realidad usted no se interesa absolutamente en nada, usted se interesa en su ombligo, esto es todo, en su ombligo y en su cara en la misma forma que lo hace una estrella de cine. ‘Me parecen ustedes atolondradas: peor para ustedes. Es usted inerte: pero si- uiera me permitié usted esto: excitar- me. Yo amo a mis textos y les estoy agra- decido por ello “Apreciar tinicamente el livismo det corazén es cosa para una alumna de 4° curso de bachillerato, o principios de 5°. “Usted no existe mds que en los limi- tes de una sensibilidad endeble, empo- brecida, en la que se desenvuelven po- deres instintivos, “Los anglosajones son unos infanti- les, débiles mentales: se trata de una humanidad pobre y enclenque. “Todos los grandes politicos, todos tos grandes renovadores, han pensado que la poesia era una forma de politica "Desenvolvimento de los instinias: en este terreno es usted invencible “Ojald me equivocara en su caso en particular: en lo referente al diagnésti- co general no ine equivoco. “A su edad deberia usted ser capaz de acalorarse y de entusiasmarse por un texto. “Usted trabaja en forma avara.” La dialéctica escolar del desconoci- miento y del reconocimiento encuentra su forma més acabada cuando la estruc~ tura del sistema de categorias de percep- cidn y de pensamiento que organizan los considerandos del juicio escolar, y este juicio en si, estin de acuerdy perfecta- mente con la estructura de los conteni- dos que el sistema escolar est encarga- do de transmitir, como es el caso con la cultura literaria o filosofica en su forma escolar. En el caso en que el discurso fi- loséfico se reduce a 10 que se ofrece a ‘menudo en las clases de filosofia bajo el nombre de moral o de psicologia, es de- cir, una variante universitaria del discur- so dominante en el mundo social, la ar- ‘monfa es casi perfecta entre la estructu- ra del discurso transmitido y las estruc- turas de percepcisn y de apreciacién que el campo universitario les impone tanto los transmisores como a los receptores de este discurso. Se ve, por ejemplo, la INJURIAS RITUALES Y REPRESENTACIONES ELITISTAS No se tienen dos formas de ser. El culto que se le rinde al alumno. en el almuerzo, Ustedes trabajan como esclavas. iVamos, al trote sefioritas! Esta penumbra propicia. La revuelta es una actitud de esclavos, Cabalga usted sobre el portaplumas como amazona enloquevida y desenfrenada. Se enfrenta uno a monumentos de inercia. Leer de manera de dar el resumen vivo de las ideas. Creencias color malva. Estan ustedes afectadas por creencias color malva. Idolatria boba, beata, puro humanismo. En fin Si preguntara lo que ha comido usted en e! almuerzo, seria humana a sus ojos, prefiera a este precio ser inhumana, me burlo de lo que usted ha comido Nuestras clases son un rebafio de atolondrados, es decir, masas inertes 2 partir de las cuales no se puede edificar ni construir nada Parecemos verdugos frente a multitudes de esclavos. ‘Aunque se esté traumatizada, hay que saber leer. Convertirse en esposa de Champtleng después de haber sido la esposa de Balzac es una verdadera decadencia. Propuesta educativa 19 afinidad electiva que une et sistema de representaciones y de valores objetiva- mente inscriptos en la taxonomia esco- lar y el discurso heideggeriano sobre el «se” 0 la «charla cotidiana», cuando Ile- vado a su expresién mas simple, es de- cir, a su verdad objetiva, por las necesi- dades de la comunicacidn escolar, se re- duce a la afirmacién aristécrata de la dis- taneia ante el pensador y el ‘vulgo” y el «sentido comin» que esté en el origen de Ia filosofia profesoral de la filosofia y del entusiasmo que ésta suscita facil- mente en los adolescentes.” Inicidndose con la transposicién que produce la ex- presiGn de la visién dominante del mun- do social en el lenguaje esotérico de la tradicién filoséfica, el rodeo de legitima- cign se encierra sobre sf mismo con la empresa escolar de esoterizacién de lo esotérico. Con la divulgacién legitima hacia algunos destinatarios legitimos (que es lo que have toda la diferencia entre la ensefianza y la simple «vulgarizacién») de una versién mas 0 menos simplificada (y explicitamente dada como tal) de la forma esgtérica de la visi6n oficial del mundo social, se acaba y se cumple la circulacién circu- lar que define a la alquimia religiosa: el efecto de autonomizacién y, por ende, de legitimacién que produce la transfor- macién resultante del trabajo de euferizacién y de esoterizacién impues- to por la censura implicita en las leyes especificas de un campo de produccién relativamente auténomo como esel cam- po filosdfico (0, en forma mas general, el campo religioso, el campo artistico, etc.) no se ve anulado por la operacion inversa de esoterizacidn del discurso eso- térico. Lo distinguido y lo vulgar, lo raro +y lo comin, no son mas que lo que son, expresiones eufemizadas, pero todavia demasiado transparentes de los intereses de clase, cuando, al finabde un rodeo por el cieto de las ideas filos6ficas, vuelven en forma poco «comén» y, sin embargo, tan poco burguesa de la «persona»-y del ‘4es», de lo «auténtico» y de «lo no autén- tico”, de la “Eigentlichkeit", “Une gentlichkgit”, segiin el grado de iniciacién de! maestro y de los discipulos. El juicio de los pares y la moral universitaria Enel primer anilisis que sera profun- dizado y precisado de Jas notas necrolé- gicas publicadas en el Anuario de la So- ciedad de los Ex-alumnos de la Escuela Normal Superior de 1962, 1963, 1964 y 1965, han sido ordentados los 34 ex- alumnos cuyo origen social estaba indi- cado en las resefias en funcién de la im portancia de su acervo cultural y social ée origen, tal como puede ser evaluado a partir de las informaciones disponibles, es decir, principalmente de las indicacio- nies mas 0 menos precisas sobre el am: biente cultural de la familia, la profesién del padre, dado el caso de la madre, la residencia de los padres en el momento del nacimiento, Los ex-alumnos estudiados han naci- doen su mayor‘a hacia 1880-1890 y han estado en actividad entre 1905 y 1955. Dello se desprende que la imagen nor- malista que se ve evocada por las necro- logias corresponde a un estado relativa- ‘mente antiguo del sistema, De una veri ficacién que no pudo ser efectuada mas que después de la realizacién de este andlisis, se desprende que los ex-alum- nos cuyo origen social no se indica en las resefias no se distinguen, en lo que a ello se refiere, en forma significativa de la poblacin estudiada (seis de ellos pro- ceden de la clase media, cinco de ta cla- se superior, no habiendo sido posible recoger ninguna informacién sobre los cinco restantes) y que los calificativos que les son atribuidos obedecen exacta- mente a las leyes revisadas en este and- lisis (la consulta de los expedientes de archivo ha permitido observar una con- cordancia muy fuerte entre las aprecia- ciones escolares que se encontraban en los mismos acotadas y las que encierran las necrologfas). Por otra parte, los ex- alumnos, objeto de las necrologias, no parecen tampoco distinguirse de! conjun- to de los alumnos fallecidos salvo, qui- zs, en lo referente a su apego a la es- cuela, Asi es que se evidencia que los suscriptores perpetuos sean ligeramente ‘més numerosos entre los que son objeto de wna nota necrolégica que entre los otros. En fin, todo parece indicar que la relacién entre el autor y el objeto de la nota necrolégica no es aleatoria y que tienen generalmente en comiin el origen social definido a grosso modo, la disci- plina y ef tipo de carrera Esta clasificacién no esté evidente- mente exenta de arbitrariedad, en parti cular por lo que se refiere a las alumnas procedentes de la seccién alta de la pe- quefia burguesia y de la burguesia: la insuficiencia de las informaciones dis- Ponibles (nunca se sabe cudl es el grado de los oficiales y sobre todo su forma: cidn -Saint-Cyr o el Politécnico, por ejemplo-; nunca se sabe el estatuto exac- to de los profesores; se ignora la impor- tancia de las empresas industriales y co- merciales, etc.) no es la tinica que esté 12 en juego; una historia social de la estruc- tura de la clase dominante y de la evolu- cin de la posicién diferencial de las dis- {intas profesiones en esta estructura cons- tituye la condicién previa (magnifica- mente ignorada por todos los estudios de “movilidad”) de todo andlisis riguroso de las trayectorias sociales (y, a fortiori, del establecimiento de una jerarquia unilineal que esta utilizada aqui por las necesidades del andlisis). Por lo demas, es extremadamente dificil evaluarel peso relativo de la situacién profesional de la familia y de su residencia; todo nos in- duce a pensar que a este nivel muy ele- vado del curso, en el que se exigen con més insistencia las cualidades relaciona- das con la imagen universitaria de la ex- celencia, la oposicién entre el origen pa- risino y el origen provincial (redoblado todavia por la oposicidn entre las perso- nas de fa lengua de Oil y la gente de la lengua de Oc® que queda inscrita en los habitos bajo la forma de acentos, es un punto determinante."" Habiendo establecido, después del examen de unos diez afios del Anuario, 26 clases de calificativos, hemos marca- do por medio de un cuadro negro (sin pasarnos nunca de diez anotaciones) los calificativos (evocados més frecuente- mente por medio de adjetivos) que apa- recian como provistos de mayor peso relativo en cada una de las notas exami nadas (ya fuera que, en las notas mds largas, se vieran mencionados muchas veces, o que, en las mas breves, estuvie- ran subrayados por el vigor 0 el énfasis de la expresi6n empleada: «de la raza de los grandes filésofos», «una gran figura de la ciencia francesa»). El juicio tlti- ‘mo que hace el grupo sobre uno de sus miembros por medio de un portavoz de- bidamente acreditado (el elogio le in- cumbe a un camarada de promocién, y es tinicamente en caso de fuerza mayor que se lo conffa a otro, en general un alumno, pero siempre normalista, igual &L EUFEMISMO EN LA RETORICA UNIVERSITARIA La verdad del eufemismo se revela con el uso que él hace de ta retérica profesoral cada vez que se trata de emitir un juicio destavorable, dentro de los limites del decoro y/o de la prudencia académica. En las resefias de trabajos, las cartas de recomendacién, los informes de tesis, o los discursos de candidatos pronunciados con motivo de las operaciones de cooptacién, discursos destinados a pares capaces de leerlos entre lineas y de compren- derlos con medias palabras, el elogio puede negarse él mismo al ser llevado hacia cualidades “dominadas” y “minimas” (aqui: “seria y trabajadora’, “ho- nestidad intelectual", “discreta”) que evocan la ausencia de la clase comple- mentaria (‘brillante", etc.) 0 denunciéndose como convencional y forzada por signos convenidos ("alrededor del promedio’, “alentador para el porve- nir’, ‘después de un nuevo esfuerzo", “algo demasiado cerca de las fichas”). "Conozco a la sefforita X desde el inicio de sus estudios en la facultad: siempre me ha parecido una estudiante extremadamente seria y trabajado- ra; en varias ocasiones me ha entregado trabajos para un concurso de opo- sicién, cuyas calificaciones se situaban alrededor del promedio, Esto puede ser considerado como alentador para el porvenir. Espero, pues, que podra después de realizar un nuevo esfuerzo, presentarse al concurso exitosa- mente.” ‘La sefiorita X hizo su tesina de maestria bajo mi direccién en los afos 1970-1971; esta tesina trataba de la idea de la nobleza en la obra de Euripides, y obtuvo la calificacién 15/20 (mencién B). Se trataba de un tra bajo muy serio, bien documentado y de una gran honestidad intelectual, que solamente permanecia demasiado cerca de las fichas, por falta de haber tomado una perspectiva. Las cualidades de la sefiorita X, que he podido apreciar, mé hacen pensar que deberia, después de un primer intento des afortunado, ser una buena candidata para el examen. Espero que 5e en- cuentre en buenas condiciones de preparacién. Deseo afiadir que es a la vez trabajadora y discreta, lo cual puede tomarse en cuenta Expediente de recomendacién (candidatos reprobados), septiembre de 1972 Propuesta educativa 19 que en el jurado del concurso de entra- da) representa siempre el producto de un trabajo colectivo cuya huella se hace a veces aparente, cuando el autor recopila o integra informacién y juicios entrega dos por distintas personas. El tedactor de la nota necrolégica toma en cuenta, evidentemente, el punto de llegada de la trayectoria universitaria que puede, en ciertos casos, corregir “la intuiciGn ori ginaria”, a menudo resumida en la edu- caciGn de un hexis corporal y de un acen- to: es decir que no es posible suponer entre el sistema de calificativas y el pun- to de llegada de la trayecioria social una relacién perfectamente idéntica a la que se establece entre el origen social, las apreciaciones marginales, y la nota, En realidad, lo que restituye la necrologia, igual que la apreciacién profesoral en otro punto del curso, es la representacién social constituida escolarmente que se encuentra al principio de todas las ope- raciones escolares de apreciacién y de cooptacién: es por mediacién al amparo de esta representacién -en la que la re- presentacién escolar constituida por el hexis corporal desempefia un papel de- terminante- que acta el origen social, nunca tomada como tal por principio de los juicios (es significativo, en realidad, que a pesar de las convenciones del gé- nero biografico, se encuentren ausentes de muchas necrologias -en este caso 16 sobre 50-, y que las mas cercanas universitariamente hayan debido, a me- nudo, proceder a investigacianes espe- cfficas para estar en condiciones de en- tregar esta informacién). El sistema de Jos adjetivos utilizados dibuja el univer- so de las virtudes profesorales, las cua- les, iguai que las carreras universitarias a lis cuales introducen, se encuentran Jerarquizadas. La verdad de este univer- s0-el cual, en tanto que tal, tiende a en- cetrarse sobre sf mismo- no se entrega- rfa completamente més que por medio de la comparacién con otros universos de Virtudes, asociados a otras posiciones en el campo de la clase dominante (se espera volver a conectar las variantes de Ja moral dominante correspondiente alas diferentes fracciones de la clase domi- nante por el andlisis comparativo de un conjunto de discursos de celebracién - elogios fiinebres, discursos de recepcisn, etc en los cuales diferentes grupos se celebran a si mismos al celebrar a uno de sus miembros). Sin embargo, se entrevén en forma muy concreta los If- mites de un sistema de clasificacién que se propone con la apariencia de la uni- versalidad, siendo que se observa que se revela compietamente inoperante para Propuesta educativa 19 nombrar y alabar las virtudes de aque- Mos normalistas que han salido det uni- verso universitario, los dos diplomaticos, cuyo elogio se encarga a otros transfu- gas gloriosos: se entra en un universo de discursos (ala entrega a su pats», «ca- rrera dedicada af servicio exclusivo del Estado») que anuncia un universo com- pletamente distinto, antagénico, inclusi- ve antinémico («no tiene la vocacién de la ensefianzan, «se encuentra incémodo en el cuadro anticuado de una clase», «todas sus aspiraciones lo llevaban ha- cia horizontes més amplios»), el de la alta funcién piblica o de la gran burgue- sia de los negocios. Se ve que el sistema de clasificacién escolar (captado aqui a través de los ad- jetivos empleados en el elogio fiinebre) hha continuado funcionando, alo largo de. lacarrera universitaria, como instrumen- to disimulado de clasificacién social: es notable que en el conjunto de los «ex- alumnos» formalmente iguales y real- mente igualados -desde el punto de vi ta de las criticas escolares- por el efecto de la sobre seleccién, el sistema escolar haya seguido estableciendo, en funcién de los mismos criterios que les han vali- do su eleccién, jerarquias directamente manifestadas en las carreras universita- rias. Todo sucede, en efecto, como si los normalistas se encontraran destinados a trayectorias muy estrechamente propor- cionadas a su otigen social en un espa- cio universitario muy rigurosamente je- rarquizado segtin la institucidn (desde el Colegio de Francia al Liceo), la residen- cia (desde Paris a la pequefia ciudad de provincia) y la disciplina (de la filosofia alas lenguas vivas y de las matematicas a la quimica). De los quince ex-alumnos proceden- tes de las clases populares y medias, doce ejercieron como profesores de ensefian- za secundaria o secundaria superior (cla- ses del Liceo que prepara para la escue- la Normal Superior y clase preparatoria para la Escuela Politécnica), tinicamen- te tres se convirtieron en profesores de la ensefianza superior, pero en discipli nas consideradas inferiores desde el pun- to de vista universitario (lenguas vivas, quimica, fisica) y/o en provincia; en cambio, de los 19 ex-alumnos proceden tes de las clases superiores, s6lo dos se Aicieron profesores de ensefianza secun- daria, mientras que dos se orientaron hacia la carrera diplomdtica, dos més se hicieron escritores y trece profesores de ensefianza superior, la mayoria de ellos en Paris, asistiendo cuatro al Colegio de Francia, Hay que evitarestablecer una relacién de causalidad mecénica entre el origen social y el éxito universitario: productos clasificados, los profesores no dejan de clasificarse a sf mismos -en la autoeva- luacién permanente en la que se definen inseparablemente «las ambiciones» y la estimacién de sf mismos- siguiendo sis- temas de clasificacién escolar; dicho en otra forma, sus “aspiraciones» y sus elecciones de carrera» se adelantan a los juicios que el sistema escolar har sobre sus ambiciones, En este sentido, las notas necrolégicas no son engafiosas nds que en apariencia cuando alaban la modestia de aquéllos que sacrificaron «ana brillante carrera» en facultad o en Paris, ante las alegrias que offece la pro vincia o la vida familiar: seria vano (tan cerrada se encuentra fa dialéctica de las posibilidades objetivas y de las aspira ciones) tratar de aclarar los determinis: ‘mos objetivos y la determinacién subje- tiva, Los provincianos no quisieron a un Paris que tampoco los queria; los profe- sores de secundaria rechazaron a la fa- cultad en la medida en que ésta les que- daba vedada. Toda socializaci61 exitosa tiende a obtener de los agentes que se hagan cémplices de su destino. Las elecciones infinitesimales (presen- tar un tema de tesis 0 no, sobre tal o cual autor, con tal «director» u otro, ete.), a través de los cuales se esboza una tra- yectoria que llegue a posiciones ya asig- nadas de anterano, constituyen contri buciones al trabajo de desinversién que llevard, al precio de algunos ardides de la mala fe, al amor hecho virtud fiinebs gue celebra las notas necrolégicas. La independencia relativa de los distintos principios de jerarquizacisn (estable miento, residencia, disciplina) produce un efecto de interferencia que contribu- rye fuertemente a facilitar este trabajo de desinversiGn. El profesor de filosoffa de un liceo parisino no encuentra dificil conven cerse, por poco que escriba en los semana- rios o en las revistas intelectuales, que no tiene nada que envidiarle al profesor de inglés de una facultad de provincia. E in- versamente. Es asf como el trabajo de celebraciGn que es impuesto por las le yes del géneto necrolégico da una idea bastante justa del trabajo gracias a que aquéllos que se crefan «destinados a las més altas cumbres» pueden siempre res- tablecerse en la estima de sf mismos. El campo de las trayectorias posibles Las clases que producen las taxono- jas escolares estin unidas por relacio hes que no son nunca de pura légica, 13 porque los sistemas de clasificaciGn de Jos que son producto tienden a reprodu- cir la'estructura de las relaciones objeti- vas del universo social del que ellos mis- mos son producto, En el caso particular, la jerarquia que se observa en e} wniver- so de las virtudes profesorales. es decir, en el universo de las formas de realizar Jaexcelencia universitaria, comesponden muy estsechamente a la jerarquia de las carreras posible, a la jeraiquta de las ins- tituciones de ensefianza. Todo sucede como si, en el interior de este universo de cualidades jerarquizadas que el cuer- pe profesoral reconoce como suyas al reconocerlas en Jos mejores de sus miem- bros, cada agente se encontrara objeti- vamente situado por la calidad de sus virtudes. La serie de adjetivos resefiados define el campo de las cualidades mini mas, que se especan de (odo «educador de la juventue», virtudes domesticus del buen padre y del buen esposo o virtudes profesorales en su forma mas elemental, devocién los alumnos 0 coneiencia pro- Fesional hasta las cualidades supremas, negacién del aspecto negative de las vir- tudes més ordinarias, que nunca Hega hasta la negacién de los principios posi- Livos de estas virtudes (el gran fildsofo alabado también por sts cuatidades de padre de familia 0 su apego a la es- cuela). Esrelativamente arbitrario disociar las cualidades de hombres que poseen los profesores, de sus cualidades intelectua- les, tan grande es la endogamia profesoral. De ta encuesta gue hemos realizado en 1964 sobre las estrategias matrimoniales de seis generaciones (1918 a 1953) de normalistas Titerarios (n= 155, es decir, una tasa de respuestas del 83%) resulta que entre los normalis- tas casados, que representan el 85% det conjunto, 59% se han casado con una docente, de éstas, el 58% son catedrti- cas universitarias, 49% proceden de la Escuela Normal Superior de Sevres. En Jo que a los demas se refiere, sus espa ‘as pertenecen a las profesiones intelec- tuales en el 6% de los casos, a las profe- siones liberales en el 48%, a la catego- ria de las ejecutivas medianas 2%, y no éejerefan ninguna profesién en el momnen- to de la encuesta, 28% de ellas. No se puede sobreestimar el grado al que este tipo de estrategia matrimonial contribu- yealcierre sobre si mismo del universo sobre protegido del universitario, Documentos de primer orden pata un anilisis de los valotes universitarios. las nolas necrol6gicas -particularmente las ‘que publica el Anuario de laAsociacién de los ex atumnos de la Escuela Normal 4 Superior- utilizan, para efectuar el tlti- mo juicio que el grupo hace sobre uno de sus miembros desaparecidos, ios prin- cipios de clasificacién que determinaron su inclusién en ef mismo. No debe ex- trafar si, en este ultimo examen, los “compafieras desaparecidos” se encuen- tran clasificados como siempre lo han sido cuando estaban vivos, es decir, en funcién de cualidades universitarias su- tilmente jerarquizadas que, en este pun- yo final de Ia trayectoria, guardan toda- ‘via una relacién inmediatamente visible con los origenes sociales. A los ms in- significantes, profesores sin importancia de provincia, se les confieren cualidades minimas, como son la del buen profe- sor, muy frecuentemente relacionadas y asociadas con las del buen padre y el buen esposo, Luego vienen las cualida- des intelectuales de rango inferior, lo serio, la erudicién, la probidad, o las cualidades superiores aplicadas a acti dades inferiores, como las wraducciones, ediciones criticas, u obras un poco “es- colares” que el sistema escolar, bien se sabe, no reconoce nunca plenamente. ‘Mas alld, las virtades menores de los servidores de la cultura, las cualidades primarias, las que distinguen a los uni- versitarios capaces de demostrar su ex- celencia trasponiendo los limites de la definicién universitaria de la excelencia; y el homenaje supremo que, por inter mediacién de uno de sus allegados (uni versitariamente hablando), el grupo con- fiere al que realice su ideal de excelen- Cia, situindolo en este més alld de las clasificaciones escolares que prevén siempre las clasificaciones escolares. Extractos de notas necrolégicas Paul Sucher nacido en Versalles el 10 de enero de 1886 Padre comerciante “Después de su tesina sobre Hoffmann, numerosas tradueciones, muestran la soltura, la elegancia y Ia exactitud con las que sabfa rendir los tex- tos, mientras que largas introducciones hacfan sobresalir siempre lo esencial de Jos problemas literarios 2 veces confi sos y controvertidos. (...) En poco tiempo, Sucher hubiera podido hacer una tesis excelente que le hnubiera abierto el acceso de nuestras fa- cultades. con gran regocijo de sus anti- _guos maestros. No pienso que le fue im- pedido por dificultades que para él no lo eran, ni por las exigencias de un trabajo de erudicidn al que se dedicaba en sus ‘momentos libres por gusto y con facili- dad, Su vida interior le bastaba: la lectu- ra, la meditacidn, 105 viajes, las larzas caminatas a pie, con 1a mochila en la espalda, 0 en bicicleta, los largos hori- zontes conquistados en los Alpes con la fuerza de sus piemas ode sus dedos aga- rrados y crispados sobre las rocas, la vida apacible del hogar que hebia creado en 1926, casdndose con una de nuestras co- legas de la ensefianza piiblica, bastaba para llenar y enriquecer la existencia, tal camo é! lo deseaba.” Anuario de la Escuela Normal Superior, 1962, pags. 36-37, 38-39, 52-53, 54-55 Pierre Audiat Nacido en Angouleme, el 15 de no- viembre de 1891 Padre profesor “He conocido parisines natos cuyo placer cotidiano més intenso gra tomar esta hoja y leer en ella primero este re- cado que ‘de Mediodia en Mediodia’ Ile- vaba a los cuatro vientos, proveniente de una pluma agit, aguda, precisa y clara, del spirit libre, jalado y sabio de Pierre Audiat. (...) Pierre Audiat se habia con- vertido en uno de nuestros novelistas mas originales, e} creador y e] maestro de lo que podvia Ilamarse la ‘novela Psicopatolégica’ “(...) En su tesis de 1924 (...) sorpren- i y casi escandalizé al jurado, el cual por otra parte reconocié su joven y bri- ante maestria. “(..) Escritor nato, poseyendo esta arma brillante, punzante, que con razén aman estilo, y que considero como a uno de los escritores del pats oeste y de la tierra de Francia que han conservado mejor, siempre con su pluma en la mano, las inteligentes tradiciones de una Fran- cia orgullosa y libre que todavia no ha muerto.” Roger Pons Nacido en Equeurdreville, el 28 de agosto de 1905 Madre maestra, abuelos campesinos, profesor en el Liceo Luis el Grande, en la clase preparatoria para la Escue- la Normal Superior “La explicacién de este éxito Gnico debe ser buscada en una abnegacién de todos los instantes. Gran humanista, Roger Pons se ponfa al servicio de tos Propuesta educativa 19 textos y de los autores, esforzéndose, ya sea que se tratara de Pascal o de Diderot, de Claudel o de Gide, en hacerlos com- prender y valorar segiin su propio genio, sin sustituirse a ellos, sin tratar de co- gerlos en falta, en un clima de simplici- dad y acogimiento. Juez escrupuloso de los concursos de oposicién, inspector, Roger Ponts permanecia un docente, que ponia su experiencia y su ciencia al ser- vicio de la ensefianza y de los docentes. (...) Roger Pons escribié mucho y en la menor noticia igual que ea el ensayo ampliamente desarrollado, con buen cui- dado minucioso, fue atento a la exacti- tud y en la perfeccién del detalle, y cada vez en un estilo de vigor, claridad, de emocién. ¥, sin embargo, buen artesano que fabricaba incesantemente lo util y Jo utilizable para los dems, consumido pore oficio, las amistades, los deberes, finalmente traicionado por el destino, Roger Pons no ha dado mas que aproxi- maciones, preliminares, esquemas de la gran obra de moralista y de critico que trafa por dentro, El ascetismo universi- tario y la humildad cristiana conjugados le impidieron (ya que la virtud es una aventura cruel y destructiva) decir lo mas importante, lo mas personal, implicito en todas partes, pero nunca libremente des. envuelto.” Maurice Marleau-Ponty Nacido en Rochefort-Sur-Mer en 1908 Padre oficial de artilleria Miembro del jurado del concurso de admisién a la Escuela Normal Superior fodavia en nuestra época lo vuelvoa ver, con su forma de ser reservada, su forma de escuchar con una atencién trema, sus respuestas pertinentes y al enigmaticas por los silencios que las en- volvian; habia en é! algo de aristécrata, una distancia que permitia la profandi- dad de los encuentros. “(..) Maurice Merleau-Ponty pertene- cia.a la raza de los grandes fildsofos; en un cierto sentido, segufa la wadicién de Alain y de Bergson, y en otro se encon- traba cerca de J. P. Sartre e, igual que éste, habia recibido la influencia de Husserl y de Heidegger” ‘Taxonomias y ritos de paso Del rito del examen de oposicién al juicio diltimo det grupo Se trata del mismo sistema de clasifi- cacidn que sigue funcionando a todo to Propuesta educativa 19 largo de ta trayectoria escolar, carrera extrafiaen la que todo mundo clasifica y todos son clasificados, convirtigndase los mejores» clasificados en tos mejores clasificadores de los que entran en. la carrera: y esto desde el concurso de en- trada a la Escuela Normal al concurso de oposicién, del concurso de oposicién al doctorado, del doctorado a la Sorbona 0 al Colegio de Francia, del Colegio al Instituto, término final de la carrera, don: de los «mejores clasificados» de todos Jos concursos ordenan de facto todas las operaciones de clasificaciéa, al contro- lar el acceso a la instancia de clasific cign de nivel inmediatamente inferior que, a su vez, controla el siguiente, y asi sucesivamente, Esta reglamentacién ex- terna se impone a través de la jerarquia de las instancias; el universitario deseo- so de mejorar su clasificacién debe mos- trarse respetuoso de las clasificaciones cen vigor, tanto en sus producciones como en su practica universitaria; no hace mas que teforzar los efectos de las disposi- ciones autométicamente ajustadas y con- formes que han sido seleccionadas e in- culcadas a través de todas las operacio- nes anteriores de clasificacién. Es por referencia a la estructura de este campo de las cualidades objetivamente ofrecidas a todo normalista que entra en la carrera profesoral, que se define obje- tivamente el valor social de las virtudes atribuidas a cada uno de ellos. En la mis. ma forma, la serie de las posiciones que enumera cada afio el Anuario de la So- ciedad de ex-alumnos -que, en la mus tra estudiada va desde el profesor de fi- losofia en el Colegio de Francia al pro- fesor de lenguas vivas en un Liceo de provincia, delimita el campo de las tra- yectorias posibles, para una cohorte de~ terminada de normalistas," y es también por referencia a este espacio de los po: bles, al que la indiferenciacién inicial de las trayectorias da una realidad vivida, que se define objetivamente el valor so- cial de las trayectorias individuales que da un fundamento objetivo a la experien- cia del éxito 0 del fracaso. De ello se desprende que las vitudes y las carre ras, que alaban inseparablemente las notas necrolégicas, son objeto de una percepcidn y de una apreciacién dobles: tomadas en sf mismas y para ellas mis- mas, estas virtudes inferiores, a titulos de componentes minimos pero también fundamentales, elementales y banales pero también primordiales de la defini- cidn universitaria de ta excelencia, son objeto de un reconocimiento absoluto e incondicional; la ausencia de estas cua- lidades es suficiente para poner en duda la pertenencia al grupo, pero, por otra parte, no se puede jamés olvidar total- mente la verdad del ascetismo universi- tario, necesidad hecha virtud, y de la for ma totalmente negativa de la excelencia universitaria que se reduce a este ascetismo; estas vidas simples y modes- tas, todas Wenas de sabiduria y de sere nidad interior, de resignacién y de dig nidad, de rectitud y de devocién, estas Virtudes de gente sabia, cien veces ala- bada, que cultiva su jardin, recorre con la mochila al hombro las montafias y cuida de sus hijos, no pueden dejar de parecer lo que son tan pronto s¢ les vuel- vea colocar en el campo de las trayecto- rias posibles. Las virtudes inferiores, y tambign las virtudes medianas, ya mas especificas y menos exclusivamente morales, tales como las aptitudes pedagégicas, la cla- ridad, la soltura, el método, o las cuali- daules intelectuales inferiores, erudicién (memoria), precisién, no son nunca més que virtudes dominadas, formas mutila- das de las virtudes dominantes que no pueden volver a encontrar su leno va- lor mas que cuando se asocien a tas vir- tudes dominantes, capaces de rescatar y de salvar lo que queda en ellas de pobre- ‘mente menesteroso y de mediocremente escolar; la erudicién no vale plenamen- te mas que si esta «adornada de elegan- cia» y el erudito, sino, se encuentra «en- cerrado en su especialidad», Tomando poco a poco todo el lugar en los elogios a medida que se vuelven més raras las virtudes superiores, las virtudes morales ‘no pueden ser mas que aquello que per- mite aceptar los limites de las virtudes intelectuaies en un universo que colocan a estas virtudes en su cumbre. Aqui tam- bién, Ja verdad mas ciaica siempre se asoma bajo la celebracién més encanta- da: en efecto, es signiticativo que a las virtudes dominadas los elogios asocian casi siempre virtudes de resignacidn, que periniten aceptar una posicisn inferior sin sucumbir al resentimiento, que es It contrapartida normal de la sobre inversin frustrada, rechazo de los ho- nores, rectitud moral, modestia, discre- cidn, Y los que no destacan tienen para sftoda la l6gica de un sistema que honra a la modestia y al desdén frente a los honores cuando, por una estrategia tipi- ca de inversi6n del pro al contra, inten- tan transformar su oscuridad, su falta de proyeccién, y echar asf el descrédito de la sospecha Sobre los prestigios necesa riamente mal habidos de las glorias de- masiado brillantes. Laresignacién y ta sabidurfa que ala- ban los memorialistas oficiales encuen tran un fundamento objetivo en la auto: nomia relativa de la que disponen los diferentes 6rdenes de ensefianza en el interior de un campo globalmente jerar- quizado. Cada uno de estos subcampos ofrecen una forma de cumplimiento par- ticular a la ambicién de la més alta tra- yertoria que va implicita en la pertenen- cia a la clase de tos normalistas (como derecho preferente de compra en wn cam: po de posibles) en forma de una trayec- toria cuando menos subjetivamente in- comparable con referencia a cualquier otra: es el profesor de filosofifa de un pequefio liceo de provincia el que se atrae la admiracién y el respeto de sus colegas con derecho a menos titulos, de- bido a la simplicidad de su manera de ser y a la sabidurta completamente filo- sofica de su existencia; es el profesor de laclase preparatoria de los liceos para la Escuela Normal Superior 0 para la Es- cuela Politécnica, rodeado de la admira- cidn absoluta de generaciones sucesivas de pretendientes al titulo de normalistas gue lo incluyen en su representacign sa- cralizante de la escuela y que, debido a sw alta calidad escolar, lo hacen partici- pe de un universo de una dignidad uni versitaria superior la de lade las facul- tades (Alain); y asf sucesivamente en to: dos los niveles He aquf dos ilustraciones entre mil: «Otro dia, al llegar a la ciudad de Saint-André, en un camién de carga le- no de estiércol, levando ropa ad hoc, par el camino en forma de horquilla, se paré a media altura para fumarse un ci garrillo, senténdose en una banca des- de la que se gozaba de una vista bella, para descansar wn poco. Llegé una fa- milia de la ciudad que estaba de vaca- ciones, cuyos miembros se sentaron cer- ca de él. El padre les hizo notar a sus hijos la belleza del paisaje y del campo, y les recité en latin un verso de las Geérgicas. Levanténdose, Passeron re- cité los siguientes versos y volvié a su- birse al camién, dejando a los vacacionistas estupefactos, y Henos de admiracién por estos campesinos del Condado de Nice, que conocen aVirgilio yademds de memoria» (nota necrol6gica de Jacques Henri Passeron, Anuario de Ia Escuela Normal Superior, 1971, pag 120), «Es entonces que descubrié que se le habia adelantado un alemdn que se ha- bia apresurado a publicar sus resulta- dos (...). Debido a este descubrimiento, se sintid profundamente decepcionado y algo desconcertado 3; a pesar de todos los estimulos que recibid, pidié volver a la ensefianza secundaria. (...). En la 16 Fléche, igual que en la escuela, vivia bastante apartado, tinicamente para los suyos, al margen de la vida piiblica, y a pesar de ello era muy conocido en toda la ciudad y gozaba de particular esti- ma, Ello se debfa a que dado el caso sabia hacer favores, los que siempre hacfa con sencillee (...). Hacta prueba de extremada modestia, sin ninguna ain- bicién, no habiendo debido nada jamds, permanecié en la Fléche hasta su jubi- lacién» (Nota necrolégica de Paull Blassel, Anuario de la Escuela Normal Superior, 1962, pag. 41) El ascetismo aristécrata De tal suerte que todo normalista par ticipa, en grados distintos, de este uni- verso de virtudes a las que los normalis- tas, con toda naturalidad, afiaden ese adjetivo («humor normalista»): en esta combinacién nica de virtudes intelec- tuales y morales en la que que la «elite» del cuerpo docente se reconoce y que fundamenta su conviccién de constituir una elite a la vez intelectual y moral, se expresa toda la posicién de este cuerpo en la estructura de las relaciones de cla- ses. Ocupando una posicién temporal- mente dominante (en comparacién con los artistas), en una fraccién dominada de la clase dominante, los profesores constituyen una clase de alta pequefia burguesia dedicada al aristocratismo de la moral y de la inteligencia. Las disposiciones que caracterizan en forma inherente a los profesores en opo- cid a los «burgueses» (fraccién domi- nante) y a los «artistas» (fraccién tem- poralmente dominada de la fraccién do- ‘minada) encuentran su principio en eb hecho de que se sitdan a media altura en tas dos jerarquias segtin las cuales se di- viden las fracciones de la clase dominan- te, la jerarqufa del poder econémico y politico y la jerarquia de la autoridad y del prestigio intelectual: demasiado burgueses» a los ojos de los escritores y de los artistas, de los que se encuen- iran separados por sus condiciones de existencia y su estilo de vida, demasia- do «intelectuales» a los ojos de los «bur- gueses», de los que no pueden compar- tir completamente el estilo de vida (sal- vo enel orden de los consumos cultura- les), no pueden encontrar la compensa- cién de su doble semi-fracaso més que en una resignacién aristécrata o en las satisfacciones relacionadas con Ia vida doméstica que hacen posible sus condi- ciones de existencia, las disposiciones vinculadas con su trayectoria social y las estrategias matrimoniales correlativas. Por sus virtudes domésticas, por el ascetismo aristécrata que constituye el principio de su estilo de vida y que ofre- ce un Giltimo recurso para la estima de si mismo cuando desaparecen todos los dems principios de legitimacién, y tam- bign por la adhesi6n al mundo y las gran- dezas de este mundo del que constituye testimonio esta clase espfritu de «servi- cio piiblico» y de «devocién», a menu- do consagrados por condecoraciones, que conduce a las carreras administrati- ‘vas, los profesores se encuentran mas cerca de la alta funcién publica que los intelectuales y los artistas cuyo culto celebran. La doble verdad de este cuer- po, que no puede cumplir con sus valo- res mas altos sin sacrificar los que co- rresponden a su propia funcién, se lee en el juicio que el Rector de Lille hacta sobre Jules Romains, entonces joven pro- fesor de filosoffa en un liceo: «Espiritu culto, original, quizés algo distraido por sus ambiciones literarias, por lo demas muy legitimas» (notas necrolégica de Jules Romains, Anuario de Ja Escuela Normal Superior, 1974, pag. 43). Esta contradiccién, que se encuentra inscrip- ta en la misma definicién del puesto y que reproducen las caracteristicas socia- les de los agentes, tnicamente puede ser dominada por aquéllos que realizan el ideal proclamado de la excelencia ime- lectual, pero saliendo del campo univer- sitario (u ocupando «lugares francos», tales como el Colegio de Francia). Mas todavia que la doble renunciacién inte Jectual y temporal, que su posicién do- minada en un universo temporalmente dominado impone a los estratos inferio- res del cuerpo profesoral, es la semiconsagracién temporal de los estra tos medios que hacen entrever la verdad del ascetismo y del desdén profesoral de Jos honores, inversién simbdlica de un desposeimiento: aquéllos que realizan el ideal intelectual dentro de los limites de la universidad, alcanzan asi esta forma interior (desde el punto de vista de erite- rios mismos que reconocen) de la gloria intelectual que puede aportar el campo universitario y los que se posesionan y acomodan (a menudo se (rata de las mis- ‘mas personas) de los poderes ofrecidos por el universo del no poder. reconocien: do ast la doble ambicién que esté ins cripta en su doble semi-éxito Los esquemas profesorales de percep- cidny de apreciacién funcionan también como esquemas generadores que estruc turan toda la practica y, en particular, la producci6n de esta categorfa especial de productos culturales que forman los tra- Propuesta educativa 19 bajos propiamente universitarios, cursos, manuales, 0 tesis de doctorado. Se vol- verfa a encontrar el equivalente, en el orden de las virtudes intelectuales de las contradicciones encontradas en el orden de las cualidades morales, si se analiza- ra todo lo que estos productos le pueden deber a sus condiciones sociales de pro- duccién y de utilizacién, y en particular a la contradiccién entre el imperativo de cultura y de eclecticismo, en la tradicién de la suma, y el imperativo de originali- dad, contradiccién inscripta en los mis- mos objetivos de una empresa de pro- duccién cultural para las necesidades de la reproducciénque implica siempre, por este mismo hecho, una parte de simple reproduccién (cada vez mas débil y, s0- bre todo, cada vez mejor disimulada cuando se procede desde las formas in- feriores, manuales, a las formas superio- res, tesis de doctorado) Los docentes del nivel secundario no han producido trabajos (excepcién he- cha de uno de ellos, autor de traduccio: nes); la produccién de los docentes de clases preparatorias de liceos para la Escuela Normal Superior y de clases pre~ pparatorias para la Escuela Politécnica se compone casi exclusivamente de manua- les, de varios trabajos para la ensefian- 2a. «Estos libros bien pensados y escri tos en forma clara, son, cuando apare- cen, trabajos precisos de preparacion y constituyen una excelente herramienta para los alumnos» (nota necrolégica de Guillaume Rumeau, profesor de fisica en la clase preparatoria para la Escuela Po- litéenica, Anwario Escuela Normal Su- perior, 1962), en cuanto a la de altos fui cionarios de la educacién nacional, ins pectores generales 0 rectores, se le pue den aplicar los mismos términos que se emplean para caracterizar la obra del decano Hardy: «Pero la gran labor para Hardy, a su llegada a Dakar; es propor- * En Actes de la Recherche en Sciences les, Nim 3, Paris (1975). Traduccién al caste ano de Emilio Tenti Fanfani, editado por Carina Kaplan, ** Profesor del Colegio de Francia *# Sociéloga. Investigadora de la escuela Drictica de altos estudios en ciencias sociales en Paris, NoTAS Cf. P. Bourdieu, M. de Saint Martin, « exeelencia escolar y los valores del sistema Propuesta educativa 19 cionarle a la enseftanza los manuales, las obras necesarias para la ‘puesta en programas’ de los distintos planes de estudio. Hardy pone el ejemplo, abre caminos, publica colecciones, publica libros de ensefianza que van desde el manual o del tratado didéctico al libro de sintesis provisional» (Anuario de la Escuela Normal Superior, 1965, pA. 38). La mayoria de los profesores de la ensefianza superior han producido tesis y trabajos de sintesis («Este amplio es- ‘dio, una verdadera contribucién a las investigaciones de literatura compara- da», Nota necrolégica de Emile Pons, Anuario Escuela Normal Superior, 1974, pig. 53; «Un verdadero éxito de sintesis luninosa y de profunda erudicién dis- creta», Nota necrolégica de Aur Digeon, Anuario Escuela Normal Supe- rior, 1963, pag. 58); excepcionalmente novelas, ensayos «originales» escritos con «gracia», «finura», «encanto», «lucidez». No se habla de «obra» en el sentido que el medio intelectual le da a esta palabra, o de «gran obra» mis que cuando se trata de profesores del Cole- gio de Francia, De hecho, una ciencia de las produc- ciones universitarias deberfa tomar en cuenta todo lo que se refiere a la posi- cién del campo universitario dentro de laestructura de las relaciones de clase y, particularmente, el aristocratismo moral e intelectual que se encuentra en la base, por ejemplo, del ambiente de espiritua- lismo e idealismo en el que se complace la ensefianza literaria y filoséfica, a cau- sa de un desdén aristécrata de todas las formas de pensamiento «vulgares», alas que se les lanzan diferentes anatemas positivismo, materialismo, empirismo. Los esquemas de percepcidn y de apre- ciacin que exhuma el andlisis sociol6- ttico de las necrologfas se emplean en la lectura universitaria de Epicuro 0 de Franeés de ensefianzan, Anales, 25, enero-fe- bbrero 1970, pigs. 147-175. 2. Errata: Se ha reproducido por error en las pginas un diagrama construido, en una etapa anterior de Ia investigacisn, segtin un princi- pio diferente del que esti escrito en el texto Establecido por diagonalizacién de los datos segin el método que propone Jacques Bertin en su Semiologia gréfica-, esta matriz habia permitido, en un principio, establecer una je rarquia de los calificativos (de los mas peyo- rativos a Jos mas laudatorios) y una jerarquia de los origenes sociales unidos por una rela ign simple y directamente legible. Teniendo Spinoza, de Racine o de Flaubert, de Hegel o de Marx. Las obras cuya con- servacién y consagracién incumben al sistema de ensefianza se reproducen asf en forma continua al precio de una dis- torsidn tanto mas grande cuanto los es- quemas que las han engendrado se en- cuentran més alejados de los que les apli- can los intérpretes titulados, convenci dos de que no pueden hacer nada mejor que leerlos «con los lentes de toda su ac- titud>, como decta Weber, y crearlos asi 4 su propia imagen. Estas disposiciones genéricas se encuentran en realidad es- pecificadas por la posicién que ocupa cada lector en e] campo universitario, Se ve, por ejemplo, lo que la lectura del mas comiin de los textos antiguos (0 Jardin de Epicuro) le puede deber a las virtu- des de los jardineros provincianos, y la interpretacién ordinaria y extraordinaria de Heidegger a este aristocratismo de la inteligencia que huye por los senderos del bosque o sobre los caminos de la montafia de las multitudes pusilnimes y vulgares, en donde sus andlogos con- cretos, los (malos) estudiantes siempre renovados que hay que arrancar incesan- temente a los entusiasmos mundanos para imponerles el reconocimiento de los verdaderos valores. en cuenta que la jerarquia de los orfgenes ciales obienidos en tal forma se encontraba ‘muy cerca de a que se puede establecer a priori tomando como criterio el capital cultural de la familia, se ha construido sobre esta base una nueva matriz, la que se presenta aqui con ef fin de verificar si la relacién indicada por la diagonal, sf se manifestaba (lo cual es el caso) ¥ por otra parte, con el fin de volver sensible a ta idea de maquina transformadora que ha nacido de estas operaciones, justificando la eleccién de un método tan simple (la contra partida de esta presentacién de Tos resultados se encuentra en el hecho que hace que sea vi "1 sible la parte de arbitrariedad que introduce, cuando menos, en el detalle de Ias fracciones de clase: el establecimiento de una jerarquta lineal). Ya que esta dada Ia ocasi6n, serfa qui 24 necesario decir que la eleccidn de esta for ma de presentacidn de los resultados parecié Inmponerse por si misma, en detrimento de re- presentaciones més prestigiadas por ser mis esotéricas y, en este caso en particular, menos fecundas (como es ef anélisis factorial, tra- tando de permitir al lector reproducie los pa- s0s de la investigacién, 3. Completamente ausentes en Ia clase del fio estudiado, Jas alumnas procedentes de las clases populares (que nunca son més que tuna 0 dos por clase) son objeto de aprecia. ciones que se encuentran muy cerca de las que se hacen acseedoras las alumnas de las clases medias. 4, Las paginas que sigueti toman mucho de las Investigaciones que estoy reatizando junto con Luc Boltanski, sobre los usos ideotégicos de lenguaje 5, Esta taxonomfa ptictica se revela con una Claridad pantcular en el discurso dedicado a Ia celebracin de Ia obra de arte, y en forma mas general, de todos los atsibutos exclusives de Ia clase dominante (cf. P. Bourdieu, «Las fracciones de la clase dominante y las formas de apropiaeién de la obra de arte», Informa ‘ion sobre las ciencias sociales 13 (3), pags 7-32), 6, Se encontrard otto andlisis de los fundamen- (os institucionales del poder del lenguaje en P. Bourdieu, «Las condiciones sociales de la ef cacia del ritual», Préximo a publicarse en Ac tas de la lavestigacién, 7. De buena gana se We concederd a Lacan que sla f6rmula de Chamfort, de que se debe apos: tar que toda idea piblica, toda convencién re: cibida constituye una tonteria, porque le con- Vino al mayor numero, satisfara seguramente a todos aquéllos que piensan escapar a su ley, es decir, precisamente el mayor némero (J Lacan, Escvitos, Paris, edictsn du Seuil, 1966, pig. 21). A condicién de afd: el mayor né mero de aguéllos a quienes el sistema social y el sistema escolar watan como a elegidas 8. Lengua que se habla en cl none de Francia iN. del T), 9. Lengua que se habla en el sur de Francia (N. del T), 10, En las notas necrolégicas no se mencio- rman mis que los acentos desviados en rela- cin con los acentos conformes, y entre és tos, los acentos del “mediodfa”. «Su acento rudo de onginario de los Pirineos, pronun: ciando fuerte las erres y doblando ciertas con. sonantes», nota de G, Rumeau, nacido en Arbéost (Altos Piri hijo de maestro, Anwario Escuela Normal Superior, 1962, pag. 42; “Una voz dura, que no rehusaba las vie Draciones del terruiion, nota de. Monesarrat nacido en Castres (Tarn), Anuario de la Es cuela Normal Superiar, 1963, pag. 54 \1. Esta serie constituye un buen indicador empirico det valor del titulo de normalista en el mercado y es a partir de ua conocimiento mas o ‘menos exacto de la «cotizacién» del vitelo que fen la misma se expresa donde se constituye la visidn subjetiva del campo de los posbles Que define Ins aspiracones y las exferas ex tin momento dado del tiempo. Sobre Is rele ci ene rayecoria y eampo de las tyes torias posibles, ef. P. Bourdieu, «Porvenit de clase $ caustidad de lo probablen, Revise Francesa de Sociologia. 15 (1), enero-marae 1974. pigs. 312, especialmente pag. 14 12, No habiendo sido nunca alabada come un valor digno de ser buscado por si I 0s curidad no puede ser reconoctda més que bajo la forma de las virtudes positivas que Supuestamente debe suponet, desden de los honares y rechazo de la blsqueda de Exitos extrauniversitarios, En testimonie de clio eitamos Ja siguiente frase drigds hace unos 20 afos por un profesor de le Sorbona a un candidato conneida fuera de medio a causa de sus eseritos de ensayiis Y de periodista: «No es usted fo sufciente Inente oscuro» 13 El andlisis de una muestra de univers: tars ¥ de escrtores 0 artistas registrados en el Who's who in France (edicion de 1969-1970) hace aparecer un conjunto de diferencias sistematicas entre estas dos po blaciones, Los univertarios s¢ caractr: zan por un nimera promiedio mucho més eleva de hijos (238) que ls eseritores y ios artistas (156); una tsa menos elevade de solteros ode divorciados (respectivamen {© 0.9% y 0.9% contra 16.65% y 10.7%); ama tasa mucho més elevada de condecoraciones (65.1% tienen la Legion de Honor contra 39.2% entre los intlectales) FLACSO Programa Argentina Actividades de Formaci6n y Capacitacién Diploma de Postgrado Constructivismo y Educacion en convenio con la Universidad Autonoma de Madrid Coordinador: Mario Carretero (Univ. Autonoma de Madrid) Equipo docente: Mikel Asencio (Madrid), Juan A. Huertas (Madrid), José Leén (Madrid), Daniel Gil (Univ. de Valencia), Laura Fumagalli (FLACSO), Silvia Finocchio (FLACSO) y otros. Duracién: abril-diciembre Modalidad: semipresencial Pasantias y cursos opcionales en Madrid (UAM) sin costo adicional FLACSOARGENTINA cucho 551 - (1026) Capital Federal - Tel.: 375-2435/2438/2446 - Fax: 375-1373 t | Propuesta educativa 19

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