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Juan Manuel Delgado 6.1. Introduccién: Ia pluralidad de tipos de observacién y sus fundamentos' Si hacemos nuestra la afirmacién “Ia ciencia comierza con Ia observacién”, muy pronto nos encontraremos con e! problema de cémo abordar, desde un planteamiento tan ‘general, un estudio riguroso de la observacién en el panorama de los métodos y téenicas ‘cualitativas de investigacidn social. Asi, se impondré como necesario recoger y ordenar fore mulaciones tan diversas como observar acciones, observar hechos, observar sistemas, hacer ‘acciones observadoras, autoobservarse un sistema, posiciones de observaci6n, ete. La gran variedad de expresiones con que se hace referencia a dstinos tipo, pro también a ditin- tas concepciones de la observaciGn aconseja establecer unos conceptos claros y teéricamen- |justificados en términos psicosnciolégicos, Vamos a pertir de una caracterizaciGn de las posiciones bésicas de obseriador y actor. Para ello puede recurrirse a un ejemplo. El observ de sofiar, sofiard que se ve a sf mis imo tocando el piano, El actor, por su lado, sofia que toca el piano, Ambas diferencias son id€nticas a las descritas por Schiltz (1972) para referirse a a diferencia entre observador y. factor, as'como a la diferencia entre e! significado objetivo (observador) y significado sub- Jetivo (actor) Introduciendo una cistincidn en las temporalidades de la acein, a investiga~ clon u observecién y la construccin del texto 0 informe de fa investigacin obtenemos dos ombinaciones posibles y una nueva figura. Ast, nos refecremos con el compuesto actor ‘observador a la sucesin en el tiempo de una posicién de actor y una posicién de observa: ‘dor, mientras que usaremos observador-actor para el caso inverso. La nueva figura no es ‘otra que la del autor del texto de la investigacién. Las restanies posibilidades o posiciones se considerarén derivadas de estas. Baste ad- “vets que observadory actor son poscionesy no persons cexpecialitas ramones en ‘derivaciones se corresponden con la observaci6n , OP, ‘que la ime mencionada se refiere ala nutoobservaci Ge 5). La observacién patcipante es el modo de oberon mis represettva de de la observacién exdgena, La autoobservacién es uno de los modos de ob- ‘posibile dentro de las tecnologias de la observacién endégena. De acuerdo con lo “expuesto en la introducciGn 2 la presente obra, consideramas que son precisamente estas ‘posiciones deeivadas las mds importantes para la observaci6n cualtaiva en la investiga- Cin Social. Esto no quiere decir que no existan otras posiciones deriva, otros mados de observacién, ni que toda observacién cuaitativa tenga que coasistir en una actividad de icin fect eves 0 ue autoobserrcién diferida por parte de ‘propios actores. Hay otras formas cualitalivas de observar como por ejemplo la obser- ‘vacién externa de una accién. Dich circunstancia no hace sino poner de manifesto ls di- Ficultades del manejo de los conceptos culitativo/cuanttaivo en relacién con las distintas ‘modalidades que suele contemplar cada método o técnica de inestigacin. En el apartado edicado a la autoodservacién volveremos sobre otras posibles conceptualizaciones de las telaciones entre posiciones observacionales bésicas y derivades. Ahora nos detendremos faqu{ por un instante para realizar algunas consideraciones de cardcter més general, ‘Trabajos como los de Bourdieu, Navaro (en este mismo lito) o el empleo ratinario del grupo de discusién en relacién con disefis de encvesta constituyen argumentos en favor del Cardcterdifuso (y aun la disolucin latent) de la separacién nonialista de lo cuantitativo y Jo cualitativo, En este punto de nuestra exposiién, importa sefikr que toda “eleccién meto- dolégica” construye su objeto de estudio, Selecciona la realidad que resulta pertinent y po- sible conocer, y e justfca en términos de una adecuaci6n selecva, En otras palabras, para Sgarantizar su adecuaciGn", el método selecciona las condiciones de posibilidad de lo cog- noseible (véase el capftulocuarto de Femando Conde en este mismo libro) En consecuenca, presenta las formas cualitativas de observacin y argumenta, aun- que sea may brevemente, la mayor importancia para la invesigaci6n social de algunas de ellas obliga a establecer referencias alas respectivas teortas del sueto y del cambio social En otras palabras, no comprendemos un estudio del objeto, ni del método, sin el simulténeo estudio del sujeto. Asimismo, hablar del sueto presupone la existencia de objeto, dado que tl objeto es en la medida en que esnombrado y modificado mectane la accién, el métod ‘ellenguaje del sujet. Esta codeterminacin epstemolégica es bisca para toda teoria de la ‘observacién cualitatva (véase el capitlo primero de Femiando Conde, epfgrafe 1.6.) Retomando el hilo principal diremos que la observaciGn cualitativa externa, es deci, quella en que el observador, empleando técnicas de registro cualitativas (cegistros de acontecimientos, conducta no verbal, categorizacidn de comportamientos, et.) no perte- niece ni participa en el grupo objeto de estudio, bien se trate de observacién directa (en ‘contacto, sobre el terreno) indirecta (fuentes documentales) posee unas implicaciones fe6rias, unos presupuestos epistemolépicos y unos condicionanientos metodol6gcos que Pon e s Soci yy los sistemas, bei cy ‘expuestas con anterioridad y, en 12 OP y la an, respectivamente, el interior de los sistemas las ments y los Sposeea ta mayor importancia para la investigaién socal en tanto ptendremos oportunied de expicar, de mayores grados de valde cs de eomenzar con el estudio de In observacin paticpante lamamos la atenci6n Sfobre el nivel metodol6zico y epistemol6gico en que nos vamos a mover. Af Pe mo ae obtenen cbservaciones més valdas eS une pregunta con una cara Mdmo y por qué hacero de un determinado modo? y una concn piste fe oaide). Las pregunias(y sus conrespondientes deisiones) acerea des utizar grande opequeia, con pila oconectaa a ard; tomar nolas en un cusdema 0 tar menorizar, que el cuademo sea cuadriculado o milimetrado, con margen o sin Magen, que sean varios cuadernos lamados diario, cvaderno de campo y cuderos em- Wicos et sso encuentran setio ene! marco del discusén desu press implicacio ines metodol6gicas y epistemol6gicas, La paciencia y la imaginacién son siempre buenas ‘consjeras del observador/lector. 62, La observacién participante Desde muesto interés de investigadores sociales por la observaci6n la modalided de Ibbservacién exSgena (generada desde fuera) conocida como observacién participants pre= Senta una particularidad discilinar: la observacién participante est inevitablemente aso~ ‘iad ala préctcainvestgadora de los antropslogos sociales y cultures. olézica, psicolégia o psicosociolégien de ter pionero 0 n0 ce Is investigaiones de a reivindicar una cierta patente antopol6gica de la ‘observaci6n participante’. Tan solo advertimos que esta circunstancia nos aconseja mane Harconcepios y ejemplos antropolégicos. Por otro lado, la antrepologfa cultural es una de Tas disciplinas donde cireulan un mayor nimero de discusos acerca de Jas regs, 1s pro= BP Gactos, fos cambios histricos y la vlicez dela iavestigacin mediante observacién pat= BP Gipante. No debe olvdarse que la observacidn participate desempeta un papel funds S))) mental en el trabajo de campo del antropélozo, ni debemos psa por alto que sie: & 8 I ser, consttaye el ejede Ia idiosincrasia disciplinar de la antropclogia social o cultura, a antropologia cultural ha liegado « formulae la pregunta 2qué es el trabajo de "campo: infiemo, experiencia del sujeto-investigodor, lugar paral contrastacin de hipote- BUY se han prodicido respuestas que van desde las actitudes de “avance” hacia 88S login ada Yer més centfica, hasta las de “retoceso” hacia una recuperaién ce is spicata par el anropslogo de In experiencia del aj de campo, Ea ee ipa, a seas wna ebierain era 0 Pic: proceso lanzadera”, que funciona como observaci6n sistema. grupos reales o comunidades en su vida cotidiara, y i a (que fundamentalmente estrategia empirica y las ténicas de registro cualitativas (Anguera, 1989: 128- 6.2.1.Caractertsticas de la observacién participante La metodologia de la observacin participante posee unas condiciones que ta posibili- tan, que seleccionan las entradas de informacién pertinentes (una cultura, el estilo de vida de una comunidad urbana, a identidad de un movimiento juvenil, Ia especificidad de un determinado medio de comunicaci), ‘Consideramos que las condiciones de la observacién partcipante son las siguientes: 1. El antropélogo o investigador en general debe ser un extranjero 0 extrafo a su obj: to de investigacién. 2. Debe convivir integradamente en el sistema a 3. Ese sistema tiene une definicién propia J Is 4. La integracién de analista seré maximizada y funcional, sin analista externo, udiar x de ser porello un 5, I investigador debe escribir une monografia etnogréfia empleando el género dt “ealismo etnozrtico 6, Debe dar por finalizada la circulaci6n del texto y la interpretacign con la monogra fia dirigida in comunidad académica, El siguiente paso textual, en todo c4s0, est sf consttuido por Ia construccién teri Estaes la posicin de la observacién partcipante. Puede encontrarse una formulacion ims extensa y con pretensiones didcticas en Rossi (1990: 161-163). [Las epistemologfas de los antropslogos culturales, 0 de otros investigadores desde la ‘observacién participante, consideran el relativismo cultural como una ética, y la funcién de distancia’ entre analista y nativo como un obstéculo o limitaccn que debe ser vencida me- iante la itegracidn del investigadar en la comunidad de referencia. Pero esta terminologta | eSengafiosa.Pareciera indicar que aquellos desean profundamente saltar esa barrera, sup “tla, {Por qué no, entonces, hacer una antropolog(a de la cultura propia? Las razones son _obvlas, pero volveremas sobre sus consecuencias “desfundamentadoras” para la observa- \Participante a proptsito de a autoobservacién, ‘ceteamos al interior de un gropo Fumano o sistema socal Es cht obliga de er extajer (oa enon ero x ) respecto al grupo humano, resdir durante un peiodo relativamente largo en Ri ' partcipar activamente en su vida cotiiana (generalmente adoptand fun- cies de maestro, médico, transporista, etc.) son condiciones basadas en el relativisma ‘eultural y en la posibildad misma del saber antropol6gico cultural, El hecho de hacer an- {topologies construido mediante Ia comparacidn de distintos grupos observados desde un mismo punto de vista comin (Ia comunidad de antropélogos) y empleando siempre una ‘esrategia de observacin “participante” asentada en Ia premisa de que existe un oSdigo 0 ‘combinatoria cultural de carter universal (le natualeza humana) que puede descoificar- se mediante une experiencia directa de registro de la cultura extra, y un andliss pose- sor de suinfaestructura simbdlicao sutrama de significado tents, Como prueba de esa sélida fundamentacin de la OP en as préctcas y la historia de Ja antropologfa cultural podemos citar la identficaién entre OP y etmografs, Toda des ‘ripcién etnogréfica, paa ser tenida por tal, debe estar basic en una investigaciOn me- ante observacién participant o, para abrevar entre los antopSlogos, por un trabajo de campo. De manera andloga no hey otra descripcién ni otra definicién del concepto de et nografia, en esencia, que aquela extafble de las précticas dela observacién participant de los antrop6logos. La investgacién antropol6gica considers que dicha fase de “produc: ifn, ecogida 0 captacién de datos sobre el terreno” es la fuente imprescindible de la et nologa (nivel de estudio comparativo) y la antropologfa propiamente dicha (nivel interpre tatvo, terico, en otros témminos, ugar de las generalizacionés Sobre la naturaleza humana). Por tanto de fa OP nose espera otra cosa que la recoleccin de material a acumlacin de descripciones y documentos. Podrfamos incluso afirmar que la etmografa es fo que se hace Pen sentido estricto, 20r Jo cual no consideramos Pertinente la expresion “metodo emogritico” que, en funcién de la dsciplina desde la cual Se formule, suele recoger un cierto admero siempre incomplo (y siempre entendido por um abservador extern) de las ualidades de Ia OP antropol6gicn. Expuestas atlas coss, no han faltado autores que consderan de vital importants de tallar los procedimientos de codificacisn y registro de ls datos: los érboles geneal6picos, In-confecitn de historias de vida, la sistematizacin de un dio de campo, el registo a iovisual de rituals y ceremonias, a fotografia, et. Tanto si se est investigando una aldea bororo como en un estudio de antropologia urbana, No debems olvidar que el punto de Hlegada iconogritico de la etnograiaestérepresentado por un gigantesc archivo documen-. tal acerca de los esilos de vida de las diferentes einias y pueblos de a tera, La diversidad humana es inventarsble, Esta era la ambicin de Lévi-Strauss, expresada a la manera eS tructualsta,y esta fue también la creaciGn de G. P. Murdock a partir dela idea de las reas ‘cultural en el mundo 5 juiios personales, 7 eT ‘observador omnisciente. La razén de este objetivismo tex. recurso una enunciaciGn del tipo “historia™) noes otra que permitir un andlisis por de diferentes antropélogos desde diferentes planteamientos tedricos, asf como facilitar sparacin intercultural a través de una cera “normatizacin” en la presentaciGn de fos datos, produciendo, finalmente, un efecto de realidad. Es est como se ha llegado a hablar en ‘easiones de un géneroliteraro llamado “realismo etnogrifico”, a medio camino entre el i bro de viajes y la novela naturalist Esta ocultacicn de la subjtividad del investigador y de los sujetos investigados en las ‘monografas etnogréficas, en sentido estricto, ha conducido a una reivindicacién de la ex periencia personal del etndgrafo y a una mayor presencia en los textos etnogrificos de Ia “voz” del naivo 0 sujeto del grupo investigado. No es en absoluto infrecuente encontrarse ue muchos entropSlogos recurren a 1a “monograffa informal”, o relato de anéedots, para ar cauce a su experiencia personal (por ejemplo, un aio conviviendo con tna tribu, del (Camerin, jsin ira case por navidades!) y ala valoraciGn de sus relaciones personales con Jos nativos Detenigndonos en esta circunstancia, quiz& para algunos trivial, encontramos una prolif raci6n de discursos, metodoldgicamente jutificados, que proclaman la necesidad de una transformacién de las reglas 0 pautas de coificacién de la OP en monogratia etnogréfica Este movimiento, aglutinador, sin dude, de diferentes pe-spectivas te6ricas, ha recibido el nombre de “antropologfa postmodema”. La pertinencia de su inclusin en nuestra teora de la observacién viene dada por el conocimiento y la discusin de las revisiones que plantea a Ja OP o etnografia clésices Finalmente los antropélogos han comeazado a presi atenciGn explicita& la escritura de {estos etnogrificos, un tema largamente ignorado ya sea porque se concibe primariamente a 18 ‘etnografia como una actividad que se desaroia er el campo, o porque se la trata como un mé= todo més que un producto- de a investigacién (Marcus, 1982; 171), Marcus y Cushman han proporcionado un andlisis en detalle de la estrategia textual de las monografias etnogréficas o etnografies producto de la observacin particjpante, La etnografia es un informe, un texto, cuyo rango “antropclégico” ha revestido tradicional ‘mente las caracteristicas propias del género llamado “realismo etnogrifico”: simulacro de objetividad,sensacién de creacidn de un mundo, presene narativa no inrusiva del etn6- gafo, foalizacifn en la vida cotiiana, exclusién de los personajes particulars y “extra- Polacién esilistica de datos particulares" (a tipicalidac: tfpica reunién, ritual tipico..), embellecimiento por medio de una jerga, representacién del discurso nativo (uso de term antropologia en general, i el piblico aficionado los libros de viajes 0 de r- ralmente, el “lectorado popula”), Estas sencllasafirmaciones eonstiu- rhito en la historia de Ia reflexion metodcl6gica de los antropélogos, ‘ietifico que ponen en circulacién. Profunsizando en este “revisonis- etnogréfca que ha merecdo el calificativo Se “postmodern”, vamos a ‘at continuacidn de las etnografias experimentales. "623. Etmografias experimentates “Las distintas estrategis textuales propuestas como alternzivas del realismo etnogrifi- "co, enel marco de una preocupacion exoleta por los problemas concerients ala descrip: ibn de una observacién participante, ban recibido el nombre de etnografas experimenta- Tes. A continuaciOn proporcionamos un ejemplo de los objetivos que expresan autores pertenecientes a est escuela La caracterstica principal compara por las etnografies expe en sus interpretaciones, una preocupacin expicta por Ia forma en que se interpretaciones y en que se las represent io twopoldgico dela manera en que los natives peasan,sienteny pereiben? Este mismo autor se hace eco de 1a amplia discusion metodolégica que ha generado di- cho interrogante, y clasifica las respuestas encontradas en pares tto versus fuera, descripciones en primera persona versus tercera persona, fenomenologfa versus objetivismo, cognitivo versus conductual y andlisis emic versus etic, Geertz (1983: $57) preiende solucionar este lstado con “le manéra mds important y la vez, més simple y directa de poner la cuestin en términos de una distinciéa formulada por el psicoanalista Heinz Kohut entre los conceptos de experiencia-proxima y experiencia-distante”, Su defic nicién aflade bien poco a la nociGn intuitive rience-near) se est re sin esfuerzo utilizar imaginan, tc,” (Geert, 1983: 57) La exposicién de Geertz co la experiencia préxima (expe jen p ina afirmando que tales conceptos arbitran una diferen- cia de grado, no una oposci que la pregunta por 26mo debe ser realizado and lisis antropoldgico y encuadrados sus lugar ce acerea de la constitucin fisi- 2 que los antropélogos necesitan tener- reduce el misteric sobre el significado de “mirar Jas cosas desde el punto de vista dl nativo" La respuesta itima se deduce de las dos premisas expicitas. Dado que no podemos aspirar a introduciraos en la piel de nuestros informantes,¥ que Ios nativos usan sus eon ‘cepts de la experiencia-préxima de una manera espontines ¢inconscient, mirar desde el punto de vista del nativo consste en investgar y analiza sus medios de comunicacién Simbélica, Por consiguiente, la antropologia que toma carte de naturaleaa es una antropo- logia cognitiva No debemos del conocimieno, Esto equiva aati observaciones interior poveen diferencias de vlidez, A lo sumo “hay contenidos mis eifcles ‘que axes” (Bueno, 1980: 35) que producen la aaicén de malosentendidos, ‘mprecisas, etc. La consecuenca esque tal oposici pirde su importancia “brea. ct: 37). : Tpcluwo aceptando qo exsten diferencias entre emlcy ee, autores come Tbe (19908) “entienden que ambos enfoques estén ineludiblemente aticulados, Loic yloemic se conjugat todos los nveles. El enfoqe ei para as genesis ye enfo- aque em paras estrous son complementarios:dfeimente Yeomprendernon, por hm. Fiona cul, so conjugarnos el enfonuegendtico ec po Haye enfueesie fal -emic= tipo Lévi-Strauss (bier, 1990: 54 I planteamiento de Bueno puede incline en este mismo apartado. Su posiién ef aque debe existir una complementriedad en viru de la cul -y en sustcién de as po eetiones de los conceptospsicoldgicosdentofuera~ pueda hablarse de un anverso ¥ Mrrerso, es decir, de una plualidad de Angulos experienciales de los sujet observadores de los actores. *A continuacién, caben las posturas Tlamadas emicista y eticista. El propio Pike es de- fersor de un planteamiento emicista. Para Bueno “Como risionro, lo que Pike buseaba fer eamar en gomunicacién con los nativos; oto tanto hubira echo un plies o un perciante. Precisamente puede decise que elite ia resulta ser el més ee racterttico de a perp ectiva religiosa, politics @ tmercantil” (Bueno, 1990: 26). Las eiicas de B cite afiran que pone Ia anulacién de un sujeto gnoseoldgico oan ce una pluralidad ar tre eaosis en un proceso de autognosis. En opnién de Bueno I defensa. de ma posi emic radical implica una desaparcin del observador en cuanto Eo i To ei seria entendid como 0 eric del comunidad de ntopsogos, Cunt G8 perspeciva se conduce hes iismo” (lamado ast por Bueno eno, cts 51) ha sido Falficada como la negaci6n activa dela posbildad de la cencia, Por so parte la poscin eit, en sus desarollos mis conducts, convora abies mente Ia teorfa dela caja nega: nada de lo que ocura en la mente de los actores€5 269% ble ni pertenente para la observacién participaate nreiismno, en relacign con emicismo y eticismo, Bueno pone de manifesto e! age ricologita dela ideas dentroffura de una cultura y los problems dis PRAT spli- eg tls da sucién paca en qu fue disetada pr ike, con areglo a ciclns ‘eulturales relativamente cerrados ¢independients. iva cienifica -¢ -Gitimo existe una concepci6n paralelista de la que Bueno considera a Harris como mo te; “chan de recorrerse ambos planos, supvesto que sean esencisles; y tn mérito de Ia teorfa serd precisamente el que puedan recorterse en paralelo, establecien- 7 Go todes las arilogfas o puentes que sean posibles” (Bueno, 1990: 59). Una observacin participante seria valida en la medida en que diera cuenta de los parlelismos seménticos fntre Ins concepciones del analista y de sus informantes. TE repaso de las posiciones en torno al debate emicltic nos ha permitido poner de man. fiesto la pluralidad de perspectivasteéricas que pueden concur dentro de unos mismospre- supuestos epstemoldgicos. Sin perjucio de recordar al lector las imitaciones y problemas ex. puestos, podemos afirmar que la OP es una metodologia muy flexible cuyo repertori de Posiildades y actinudes observacionales ha permitido el trtamiento de objetos de ivestga- ifn muy diversos y su utlizacin en In pectic totalidad dels disciplnas cientifico-sociales, 63.Un modelo de tecnologia de la observacién endgena: la autoobservacion ‘Tal y como expon{amos en la introduccién a este capfulo ta principal fuente de dife- rencias entre la OP y la autoobservaciGn reside: as y en sus distintos presupuestos epistemolég si tiol6gica de los conceptos fundamentadores ¢ implicados por la autoobservacién supone transforma tales “creencias” o premisas bésicas con consecuencias para la toalidad de la teorfa social, pero dentzo de una l6gica hist6rica, a saber Ia definicin, en el seno de las Investigaciones mediante formas de abservaci6n cualitativa, cel objetivo de alcanzar los smayores niveles de validez y certeza Con el fin de facilitar ia lectura, vamos a modificar el esquema empleado para la ob- servaci6n participante, Primeramente nos ocuparemos de la furdamentacicn epistemnol6gi- a de la autoobservaci6n, para centrarnos seguidamente en la descripciGn , en éltimo lie ‘ar, en sus problemas y limitaciones. De este modo el orden del epfgrafe reproduce el ‘orden general existente entre la introducci6n (marco teérica), la teoria de la observacién (epistemolog{a y metodologia de Ia participacién observacional endégena), y el socioand- Iisis eibemético (metodologia de la partcipacié conversaciona), 2 metodolo, 6.3.1, Fundamentacién epistemoldgica Es preciso expicar qu la autoobservaciin conduce ls més altos niveles de ceteza ‘ya comprensién de sentido de las acciones de los suets, pues ertezay comprensién “el sentido son los fundamentos dela validz dele autoobservaciGn Bait nn ine xpi La certea, po tanto, aumenta en funeién ravage est por CF ‘con0- epto jacemos referencia a una actvidad select PoP ee de Uarogencdat) sx vu merpreucion Serta Gee 0: 109) de os contextos compleos (véase el concepto de hipercomplejidad en Socioandlisis Cibernéico) y en su atibucion de aspectos genético (histricos) Hacemos referencia a un concepto impuro de sentico (vase el concepto de im- ‘en el capitulo Socioandlisis Cibernético). Dicho coccepto esté en telacign con stro deseo de trabajar desde los sistemas irreersibles. Perc ademis, nos enfentamos a | un sentido que, en Ultimo término, manifiesta el sin-sentido (contraproducto) apart del ‘ual construir responsablemente un mundo hipercomplejo, Adviérase la buena adaptacién “de este concepto con una teoria polifénica de la enunciaeién, le cual, como proponen Bajtin y Ducrot (véase el capitulo Andliss semiético del discwso) entiende Ia enunciacién fen cuanto acto polifénico pero, en este caso, no y2 solo come poifonta de locutores 0 de fenunciadores, sino como polifonta de “individuos” (véase este concepto en el capitulo ‘Socioandliss Cibemético). Ta atribucidn de aspectos al objeto, as{ como ls relaciones que los abjetos mantienen entre sf, como consecuencia de a 16gica del proceso de objetsacién realizado, no son sino ‘construcciones de las conciencias complejas. En consecueneie, consideramos que ls att Dbuciones de aspectos.al objeto, mis allé de los efectos inevtablemente reflexivos, y por ello pragmiticos que acompaian a toda actividad humana, tieren que ver con la atribucién e significado (semdntica), mientras que el conocimiento el reconoci clones anunciadas ~cualesquiera que sean estas tienen que yer con Ia at 0 (pragmética). Por ello la relacién que el individuo mantene con otros individu, o el ‘objeto con otros objetos o el individuo con otros objeto estécondicionada por las tareas Ge aspectualizacién (semiéntica) y de interpretacién (pragma) que hacen posible me- ame afnidad e! manterimiento coherente de Ia mismidad de cualquier individuo w abje= to, apta para ser computada recursivamente en un orden enésino por todas y cada una de Ts conciencias que forman parte del mundo vivido concreto que me contiene y que co-Be- nero (seméntca y pragméticamente), En linea con esto, lo definido en los cuatro primeros tapftulos como connotacién aparece aqui como evidencia de lx complejidad y de los mes- tiles discursivos Precisamente de la certeza, el sentido y las condiciones eristemol6gicas de la autoob- Servaci6n vamos a ocupemos en a descxipcin de su fundamentacin epistemol6gion. Lo primero que merece destacarsees la existenci de una pluralidad de vias que fundamentan, Taautoobservacin socal. | La primera de dichas vias es la fundamentaciGn més abieramentecibernética, Con ella ‘produce una contextualizacién de la AO en cuanto metodologiahistériea y clentfea~ (pertinente en relacién con modemos desarolios pistmoldgicos. Af pues, las cone ‘expuestas a continuscién provienen en su mayor parte de una reflexién epstemo- jones son relativas al punto de vista adoptado por un observador (Von 257). Siguiendo al autor citado, as observacianes son sistemas de coor. “W.Todas ls cstinciones cogitivas se generan por un observdor y son rlativas a la naturaleza del mismo (Flores y Winograd, 1989: 81), Se trata de un Principio de re- Tatvidad universal, sein el cual ninguna construccidn de conocimlento puede es- ‘apnea esta premisa. Toda descripcin es, consecuentemente, una afirmacicn hecha Por un observador a otro observador. Un observadores un serhumano, una persona, un sistem vivo cones y especitica qué es capaz de dstinguirse como una unidad, como si fuera extero a (cistinto de) las circunstancias en las cuales el ob ‘uentra& sf mismo. Todo lo que se diga se hace desde un observador a otto observador, que puede ser mismo (Marui, 1978: 31) fe puede hacer distin- 2, Las propiedades de las cosas existen solamente como distinciones especi tun observador, En términos de Bateson y Korzybski, el mapa no es el teritorio no aparece nunca, Tencia, manejamos -adas por itorio, el a la dife El proceso de la ep mundo mental e slo teralment, “spar is" (Bateson, 198 El lenguaje produce el efecto de referiraos a tales propiedades como si fueran externas, pero se mueve siempre con “un i “como si y no una apelacién onto- Héglea” (Flores/Winograd, 1989: $2). Frecuentemente tales propiedades nos infor. je man més del observador que de las supuestas cosas en si (Von Foerster, 1991). Por vid ‘ejemplo, la elaboracién de una lista de libros prohibidos nos dice mas acerca de nose Auiencensura que de los propios textos, Lo msm ocure con "las desrigciones de pacientes ntemados, o que reciben cagaselctrcas en si cerebro, oencayes ve, fd has se inyectan drogas: nos brindan informaci6n acerca de sus terapeutas” (Keens 1983: 97-98) “Las observaciones afectan a lo observado hasta anula la esperanza de prediecién del J observador (esto es, su incertidumbre es absoluta: Heisenberg)’, (Von Foerster, 1981 251). Thdtez se ha referido a esta premisa como quiebra de la prueba empirica ode adecua. § Gin a ralidad. El valor de verdad (de una tot, de una propsicln) articula dos pruc. | Das cientificas: la empitica (adecuaci ala realidad) y la ebrca(coherencia del dscurso), dad no es objet, peo tanpoco individual” (Flores y ‘desarrolla una argumentacién relativista que postula la existencia de F munidad opluralidad de indvids o personas ores humsnos, © Asumamos por el momento que yo say el hombre de éhito de negocios con sombrero. | ongo de la figura 2 (et setor del bomibin,ilusiacién de Gercon Pask),y que yo insisto que ‘Soy la nice realidad, mientras que todo lo dems es s6l0 pare de mi imaginacién, No pue+ ‘donegar que en mi imaginacién aparecerf gente, clentifcos, aos hombres de negocios con ito, etettecera, como los hay por ejemplo en esta conferensia. Desde el momento en que ‘encuientro a estas apariciones similares e mf en muchos aspestos, tengo que dares el dere- ‘cho de que ellos mismos aseveren que son la unica realidad y que todo lo dems ¢s s6lo une Imaquinacién de su imaginacién. Al mismo tiempo ellos no rueden negar que sus fantasias estén pobladas por, gente, iy uno de ellos puedo ser yo, con sombrero hongo y todo lo de- ist Con esto hemos cerrado el circulo de nuestra contradccién: si yo asumio que soy Ia tinica realidad, resulta que yo soy parte de la imaginacién de dgin otro que, a su vez, asume que él es la nica realidad. Esta paradoja se resuelve fécilmeate, por supvesto, postulando la, realidad del mundo en el que alegrementeflorecemos (Von Foerster, 1991: 43) Notese el parecido con el arzumento ontolégico de San Anselmo, fandado en este caso en el principio de relatividad: Conjunto de objets se sostiene para un obj Sostiene, entonces, para. ambos o para todos los objetos del conjunto” (Von Foerster Tal realidad ambiental consiste en lx multiplicidad de interaeciones entre las activida- es cognitivas del conjunto de personas. Esta premise consi tio de los indi- Widuos 0 personas fisicas postuladas, en tanto que seres vivos, su calidad de sujetos cog- oscentes,y el uso de un lenguaje, 1. No es condicién necesaria la postulacién de un determinado funcionamiento de los “dispositivos” intemos de Ia mente de cada individuo, 2, Bxiste en la autoobservacién una superacién de la paradoja separadora de sujeto y objeto (S/O). En los véminos en los que nosotros lo plnteamos es impertinent a CuestiOn jquées el sujeto? al margen del objeto, Hablar de sujeto presupone Ia exis tencia del objeto, ¥ esto por In sencilla raz6n de que el objeto es porque hay sujet ‘en cuanto que hay un sujeto que lo nombra y modifica. Por tanto frente a fas leet ‘as de derecha a izquierda o vioeversa, frente a las posiciones de quienes se olvidan “alternativamente de su condicién de objetos y su condicién de sujetos, Se defiende fe, Se constituye a s{ misma en generadora de cambio social. Personas fisicas sostienen entre si, en principio, relaciones reefprocas compara- _ bles a a complementariedad figura/fondo" analizada por Varela (1983). Podemos ‘extender la asuncién de este postulado exclusivamente hasta el concepto inicial de ‘tcoplamientos puntuales. Los dos elementos (unidad y fondo) poseen una relacién, Como dos series de acontecimientos dotados de citrto grado de independencia. La lunidad y e! medio estén acoplados en ciertos puntes (acoplamiento puntual: Varela, 1983: 148), El término “acoplamiento” debe ser concebido, en sentido laxo, como descrip- for dela “onda expansiva” que sincroniza comportamientos en la teoria de la coma. hanon (1983), 0 ropie posibilidad de imteractuar recf- Drocamente entre la pluralidad de sujetos cognascentes. Conocer es hac i ue caracteriza el taller cuya tecnologia ci cién, Podemos matizar sible: los sujetos tiva. Podemos com- este postulado, precisamente y como lo atramas la Glaserfeld, a su vez, reslta abiertan or en el marco de una “epistemolog oa, el vento, bray la rana son todas ells partes de nuestra experiencia que nosotros. como observadones nente” (1981: 126), Desde esta perspectiva, Glaserfeld modifica Us codiciada sentencia de Maturana para converirla en la nueva regia del método: “todo lo Jepnocido es conocido por un sujeto de la experiencia (experiencer)" (0. cits Por su pare, Varela entiende por conocer una “Acc efectiva: historia del acopla- Hale estructural que enacts (hace emerge) un mundo" (190: 108). Sus investigacienes BiolGpies extn entre las mis fecundas del pensamiento de segundo orden, al igual que sus ata eon el concepto de sentido propuesto por nosotes mas aba pede enconsae ni dn alas diferencias en la introducciGn de la presente obra. Pese ala genera. " Tidad de esta “reconstruccin historic” del pensamiento filos6fico, Varela aparece ajstén- dose & sus propios logros cuando enfatiza la “codeterminacién” como caractristca del en- foque enactivo, a diferencia de ‘‘cualquier forma de constuctivismo (en donde sitia a ‘Watzlauvick) o neokantismo biol6gico (Lorenz)" (. cit: 102). | Maturana ha defendido también la implicacién existent entre la relatividad de las ob- servaciones a un observador y la existencia de una interaccin “social” (entre sujetos). Para Maturana el lenguaje es el dominio en que tiene lugar esa intraccién que genera me- canismos consensuales de comportamiento. El dominio lingustco como dominio orientador de Ia conductarequiere al menos dos ot- ‘ganismos interactuantes con dominios de interacciones comparables de tal modo que se puede esarollar un sistema cooperativo de ineracciones consenstales en el que la conducta emer gente de los dos organisms es rlevante para amos... El ele central de Ia existencia humana es $u ocurrencia en un dominio lingistico cognitivo. Este dominio es social constintivaments (Maturana, 1972: 41. XXIV). No existen jerarquias de tipo ldgico entre las actividades cogntivas de esa pluralidad de sujetos cognoscentes. La cuestin de los tipos l6gicos implica el problema de las para- dojas y la teorfa de la observacién, Bateson ha sido uno de los principales defensores de la teorfa de lo tipos l6gieos,eu- yos planteamientos y aplicacio 1 dispersas alo largo de toda su obra. El con- ‘epto procede de los lenguajes formes y ha sido definido en ls siguientes términos ase, en un discurso formal 16gco o matemético, puede Set jase de clases no puede ser una de las clases que son sus 310) La tori firma que ningun riembro de sf misma; que una miembros que un nombre noes la cosa nombrada (Bateson, 19 propo Bateson cca una ulzacin esta de a oid tips tay como fs Bes ssada para los sistemas formes por Russell y Whitehead. La jerarqufn de tipos muy pt uestra Como una jerarqufa "con muchas ramificaciones”,y ademés la temporada 8) ‘mundo real impide la negacin logica del pasado, andloga a realizada con los ches Dproposiciones que generan paradojas en “el mundo abstracte de Ia Logica CBaac, 1 5: 310), Peto sin perjucio de asumir estos comentarios, ms adelante considera que la analogia parcial “puede brindar una guia importante a os especialsts en ciereias dela conduct para __suelasiicacin de los fenémenos relacionados con el aprendizgje”o. ct: 311). resultado parad6jico- partir del cual se orienta la construccién del Socio. is Cibernético, ene otros recursos interpretatvos, Teniendo presentes las primers “Condiciones epistemolégicas que hemos enumerado, toda observacion, en tanto euunennes + us observador que participa (que media) lo observado se constiuitia en una sentencia ‘Sutoreferencal. No obstante, sigue valorando Keeney, Bateson concluy6 que la tpifica: ‘id Kigica constitu un “instrumento descriptivo para distinguir las pautas formals de ig ‘Somunicaion que subyacen en la experiencia y la interacciénente los hombres" (Keeney, 1983: 46). Para Keeney, autores como Watzlawick, Weakland y Fisch eran igualmente pec Alpes de eta visién axa o atenuada de los tipo légicos considerados con valor desert 0 no preceptivo ura de Bateson que reconstruye de una teorfa de tipos. No haremos nuestra la pos ida de negar esta posbilidad, pero sf llamamos a atenciGn sobre dos aspectos, Primers Asumida en tales tminos: hay unos ti nto se utilizan para 'e muestran crizados por todo g eursividad, la premisa epistemolégica 0 descript cribir a inutilidad deta distin rescrib Riveles de conciencia que el propio Bateson (1985 dindmicas de AlcohSlicos Anénimos. Si les 0 tipos légicos de conciencia o pers 8 aleohlicos) estuviera Completamente exenta de comportamient no imtencion afirmar en principio Bateson, met nivel de conciencia intencional), el proceso de “recuperacién” del alcohdlico nota Dpondria simplemente un salto de nivel sino una transformacicn sustantva de la naturaleza Hhumana (). Para solucionar esta reduccin al absurd es necesario asurnir que un a Tico involucra todos ls niveles de conciencia en la construccié dad y su tomo, por tanto, que la jerarquia de los mismos es una “jrarguia enredada’. Segundo, Keeney muestra basta qué punto entender los tos L6gicos eon un valor dscripvo te: Aulereemplear el concept de escalas de observacisn (von Foerster, Mandelbrot y Ia 6 3 de la forma segin Spencer-Brovn, esto es, considerarls “stinciones tazadas”( ‘Pues a UpificaciGn l6gica podta concebirse simplemente como una manera de trazas dis. Ainciones, y desde esta prspectva,uilizaria para poner de relieve la autorreferencia y la paradoja en lugar-de ocultaras” Keeney, 1983: 46). El lenguaje de las distinciones ¢ indi Gpakanes &s mis potente que el de la Teorfe de Tipos (volveremos sobre est aspect, _ Véase el capitulo Sociocibernética: marco sistémico y esquema conceptual). cuent a a so setae , misas bajo las que trabajo previo (ttulado Arquitectura y Semitca en el diseria de un museo hecho aruitectinico no se presenta corto exclusiamente comunicativo, sno como estricturaly signifcavamente semidtico , por consiguiente, caturaly so, t0 y objeto se construyen mutuamente, La propia conceptualizacién del objeto co- ‘atribuye al sujeto uno o varios roles relativos: vistas, empleado, cleptémano, ‘etc. En dltimo término, el diserio de ese artefacto cultural, tipo sitisfactor arquitecténico, no ‘existente, aunque objetivamente posible, se realiza a partir del yo experiencial constituido ‘en relacién intersubjetiva, Se puede pensar el pensamiento creaivo a patir del objeto y sus tips, dando por presupuesto el ustaroo, por elconrario, se pueden pensar los tipos ideales del usuario proyectados desde el yo experiencial en realidad actual intersubje- tiva y, desde ahf, alcanzar el objeto arquitect6nico a disefiar. Cualquiera que sea el camino elegido para el dseio, su accién creaiva est dterminada, ademas de por leyesfisias y biol6gicas, por instiuciones sociales 0 individuos (véase este concepto en el capitulo SAC), as como por las experencias conenidas en el nivel de lo dicho y no dicho (meditzadas por el lengua, en consecuenci)levando todo ello consgo la cosmovisin caracteristca eas totaldades de las que participa el obserador”. En relied la accin ceativa consis ticken unit y venir entre ambos tips de recorido. En esos record 00 tipos ideals de aefatos, entendidos como contexts des Ser incorporados al tipo ideal sin tansformaro sustancialmexe, con tpos id usuario capaces de desarolardeterminados cursos de accign sn transforma esencialmen- fe el artefacto. Esos contextos de significado incorporados operarfan como marcos, hasta e5¢ momento inéaitos en ese context de significado, mientras que los segundos oftecerfan un conglomerado de actors en justa corespondenci con el arefacto disedado, La comes: Pondencia entre conteios yactores tiene siempre un cardctr meaférico y un comport Iiento inevitablemente reflexivo (circular) de origenes siempre “individuales” (relativos al oncepto de individuo),consecvencia de Ia inevitable medicién del lenguaje con origen experiencia: el conocimiento ser sempre un conocimiento detativo del De lo dicho se sigue que cualquier interpretacgn de significado subjtto imp referencia auna persona en particular, Adem debe ser una persona dela cual el intérpre- fe tenga alguna clase de experiencia y cuyosestadossubjetivor se pueden ‘multaneidad o casi simultaneida, mientras que el sigifieado 9 ‘de personas particulares y es independiente de ellas. No es necesario decir que el signi tad objetivo se basa asi mismo con lator de fa caja negra como concepuaizacion de Ta mente, Por el contrario, el significado subjetivo y el problema de su subsiguiente val- ‘dez se relaciona estrechamente con la autoobservacin social, La razén estriba en que si ‘bien el significado objetivo presupone un observador, el significado subjetivo apunta, en ‘Primera instancia, als existencia de un actor, Seré el actor y noel observador el que se en- “cuentre en mejor posicién para acceder con mayor certeza a a significacién subjetiva. EL de investigacién social mediante 1a metodologia de la autoobservacién Ia consitucién de sistemas odservadores de sf mismos o autoobservadores. Pan, ‘en sus caracteristicas especfficas vamos a exponer las condiciones necesa. para ser considerada una observacién social como autsobservadora, [Los autores del presente texto son conscientes de que al presentar la autoobservacién ‘como una legitima y privileginda posici6n para la observacién cientfica estén proponien, ddo una constnuccién altemnativa frente a los presupuestos tadicionales, los cuales la habfan Convertido en un desecho mas, entre los muchos con que no trabajan las ciencias de los ‘procesos reversibles y sus tecnologfas de la totalidad (véase la introduccién al libro). Hemos dicho en la introduccién de est capitulo que el observador y el actor, ademis de posiciones bésicas de las que derivarfan todas las demis, son posiciones y no personas, ‘o especialistas inamovibles en el curso de una interaccién. Asimismo identificamos la au- toobservacién como un ejemplo de forma derivada de la relacién-nosotros en orientacién- ‘otro, es decir, quella situaciGn en que el actor (posterizrmente/ahora observador) est simplemente orientado hacia el ot y en actitud natura En linea con este repaso podemos introducir las posbilidades metodol6gicas (y las mplicaciones teGricas para el cambio social, como se veri en el capitulo Socioandlisis Cibernétco) resultantes de afiadir los conceptos de sstera observado y sistema observa dor, provenientes de la cibernéica, en cuyo Seno represeatan el paso de una teorfa del con. trol del comportamiento y a comunicacién en animales y méquinas a una autoorganiza- én y complejizacién reciente de los sistemas. Un siema observado seré objeto de ‘observacién externa, directa ¢ indirecta, con registros cualitativos o cuantitativos, Por eb ontario un sistema observadorserécapaz de escindirse en un estado observadory en un estado observado. El observadorseré siempre un miembro del sistema que de cuenta dela ‘consttucién dela frontera del mismo, y en términos de Pask, de los propésitos de aquel y de los suyos propios en cuanto observador, asf como de la constitucién de la situacién de observacin, En linea con esto, la modalidad de obsecvacin paticipanteestarfacompret: dia dentro de lo estipulado para los sistemas observados, on a patculaidad de que sts ‘observadores lo son “a domicilio”, Sélo la autoobservacién permite dar cuenta de verdade- 108 sistemas observadores a los cuales, para mayor precisién, llamaremos en adelante sis- temas autoobservadores La primera de las ventjas de esta modalidad de orientaciGn, caracterstca de la auto: “observaciGn, serfa la no afectacidn reciproca que toda observacién inevitablemente ‘produ- {¢ entre las posiciones bisicas (observador/actor), de acuedo con el principio de incerti- dumbre al que hemos aludido anteriormente, Por ello zonsideramos imprescindible subrayar la necesidad de que el ector-observador se desenvselva como tal (y no como ob- ple de la inevitable correlacin, d actor y el otro hacia’el cual (o los cuales) se hallé orientado en el ela "00 lado, In interacciGn entre dicha complejidad y el yo autor (presente) del ‘autoobserva- (véase el concepto de mente en capitulo Socicandlisis Cibernético). Asi pues no basta- ‘sit con la construccién textual del diélogo intercultural (de’ que habla la antropologta dials “gica, caracteristico del tiempo de lectura, de la preparacin final dela investigacén) sino que ‘ese didlogo, para hacerse posible, deberé pasar a ser consciente de la indeterminacién dos ‘objeos ocssionada por la confusién de los diferentes tempos de lectura y escrtura: aquello ‘que se observa, valdria decir, lo escrito, el texto nativo, en cuya construcein fue parte respon- sable el sujeto-actor,y 10 leido (la observacién misma, le investigacién como resultado) de ‘cuya construceién o, si se quiere, invencién es responsable nico el actual autoobservador (véase un ejercicio de didlogo intercultural desde la autoobservacién en la introduccién). ‘Ocurre que ste tiltimo proceso prevé la necesidad de que el autor se incluya en su obra en un proceso, en principio, ilimitadamente recursivo, dotado de caracterfsticas similares al que in- cluye los tiempos y plazos de lectura y escritura antes mencionados. Denominaremos “observador principal” de un proceso, autoobservador al autor que trabaja con estos presupuestos epistemolégicos. En otras palabras la conditio sine qua non 5 que se constituya como tal a partir de una si iginaria de participacién, Por consiguiente, diremos que la expresiGn “observador principal”, ademds, indica que la in- vestigacién mediante autoobservacidn se ‘on una pluralidad de observadores. La autoobservacién constituye un procedimiento de aprendizaje/conocimiento inverso el realizado en Ia observacién paricipante: en lugar de aprender @ ser on natvo de una ‘cultura extrafia (en lugar de ser un observador externo que pretende un estado de observa cién participant), el nativo aprende a ser un observador ce su propia cultura a través del acoplamiento puntual con otro sistema distinto del propio se constituye un estado obser- ‘vador del sistema (un sistema autoobservador) ante las gerturbaciones introducidas por ‘otto sistema (sistema demandante de la investigacidn). En este sentido, podrfa decirse que Ta autoobservaciGn es consciente de! didlogo intercultural que supone toda investigacién Social, tal y como presupone la antropologia dial6gica, si bien, a diferencia de ésta, la au~ foobservacién entiende ese didlogo intercultural como el producido entre un nativo préxi- ‘MO —por oposicién al nativo remoto de la antropologta dialsgica- y un autor consciente de Su autorreferencialidad, asi como de su capacidad para acceder a los significados subjeti~ 'YoS en todos los niveles de recursividad a los que apunta su discurso constructivista. Esta ‘apelacién al cardcter construcivista de los discursos “inventados” a partir de los sistemas res elimina cualquier posible pertinencia de la discusiGn sobre el subjetivis- © de este tipo de investigaciones. La raz6n es obvia: pia el constructivismo cualquier ripcidn del mundo es una invenci6n. Por consiguiente el debate, de existx, girard en a erm oa tenemos que im investi alteramos, por lo que habré que investiga a invetigacion de la investiga, ‘Nos metemos en una cascada transfnita de reflexividades". _ A modo de resumen podria decirse que “yo” (autoobservador). que estuve viviendo , en la nocién de Ta actitud > natural, y que pudieran ser una objecién a una epistemologia de la autoobservacién. {4Gomo pasa uno a “darse cuenta” de cosas que le habfan permanecido ocultas aunque for imiaban parte de su actuacién en la vida cotidiana? (jcambiando de paradigmal). Tun & esta rlatvizacicn de la valide de la autoobservacién debe registrars la dis- ‘tancia temporal entre la vivencia y a recapitulacién, que hacen de la autoobservacién una forma de observacién en la que cobra especial protagonismo la reconstruccién hist6rica de ‘un mundo, con sus consiguientes peligros de distorsién, perspectivismo, etc. Relativiza: tcidn a Ja que, por otra parte, no es ajena ninguna aproximacisn hist6rica, como lo prueba Ja reducci6n unidimensional vtada en el captulo primero de este mismo libro. Por otra parte, la autoobservacin (al igual que el resto d: los modos de observaci6n) ‘no puede reclamar para s{ una universalidad para la totalidad de las investigaciones socia- Ies, pues es preciso que exista una duracién en el tiempo, un conocimiento de mundos Vi ‘vidos, una recapitulacin vivencial y, en consecuencia, unas experiencias avanzadas de so- ializacin y competencia lingifstica. Por tanto la AO no puede ocuparse de investigar nifios, ni siquiera probleméticas muy especificas de adolescents. Por diltimo existen algunas caracteristicas de la AO que podrfan ser consideradas co- S) ia0 limitaciones. La imposibilidad de trascender una teorfa se la fracalidad social y 1a ‘espectivamente, resutan al mismo tempo posbilitados eimpedios por los dspo- ‘Autoobservadores y los sistemas sociales o individuos donde tienen lugar. No obs- Segin se ha expresado con anterioridad, ibramos del sveto como categoria absolu- isciplinas. ora podemos afirmar que la autoobservacién social es capaz de dar cuenta del ‘en términos de limitaciones verdaderamente humanas (imposibilidad de cambig Taical, imposibilidad de trascender el mundo vivido conereo, fotamientos entre culturas, ‘Complejidad), en términos de indviduos y node hechos. LaautoobservaciGn se muestrce’ pz de apuntar hacia la consttcién de una ciencia socal son sujetos (desprovsts de sy Sservidumbre para las tecnologia de la totalidad), no merarvente reproductora de un esd de hechos a partir de Ia circulacién de su descripein exter, identifica con total clarided Ja tansmisién de conacimienta con la reproduccin social y da cuenta de las consecuenciag teGricas, econdmicas y polticas de a inconscienci de dich identidad. Ta AO exige una apuesta por la destrvializaciGn de Ios “individuos”, Nuestra tora acerca del funcionamiento de la mente, conectada con la autoobservaciGn social, leva al Analsta a comprender ambos conceptos como proceso de computacicn recursiva de orden tenésimo, con origen y resultado/product inciertos. Este proceso de computacién impide considerar Ia mente como una caja cha, asimismo, la concepein trivial del ine ividuo, la consideracin de su subjetvidad como ruido, a asencia del concepto de one texto en las ciencias Ia uilizacién de un concepto de “exteralidad” o punto de vista ex6- geno inexistente, etc. Muy tari, la autoobservacién se conecta con ters del funcionamiento de 1a ment. tizan la ecividad productora, creativa y eproductra el conocimiento social, edisefio de méquinas artifci ales (eutoobservaders), ¥ las teoras de la complejidad social c das ela cir el desorden social por medio de la generaci de dispositvs autoobservadore mente neguentepicas), A diferencia de los dspositivos con observador descritos por Fouca Deaizo de esta vision compleja que caracteriza ls implicaciones de In AO no pode mos dejar de destacar su carictertedrico de fracalidad social. La teoria del funcionamien- to de la mente que se propone est estechamente unida ala teorfa dela fracalidad (Gutié= rez, 1993). La vinculacién fenomenoldgica entre intencionalidad y pensamiento, etre actividad y objetp intencional conforman, junto a la transmisiGn reflexiva de toda activi dad humana, el nicleo de complejidad de la naturaleza fracal del individuo. ‘Al mismo tiempo esta visién complejaafecta a la conceptualizacin misma de las re laciones entre las posiciones bisicas y las posiciones derivadas en la observacin, Desde a perspectva de la AO, tales relaciones son igualmentefeactales, autorizan a concebirlas re Taciones entre [as escalas de observacidn como integranes de un verdadero bucte, y aes tam los investigadores sociales inventar y ensayar nuevas posibilidades de sistemas ob- servadores en Sus respectivasdisciplnas. Enel plano més estrictamente metodoligico, la autoobservacién proporciona un fb dela posblidad de introduc a compleiiad en el desarolo de melodaloghas puaoed , vo en el marco de un proyecte de invetgacén inst porta ode Edueaion Ciencia) taelencin comiena con la observcién. Es un hecho insegible del cual actuate nadie dary menos an denro del ébito de las Ciencias Humanas. donde a obervac ese ms iguoy/ms modem méodo de recogica de datos; de hecho, suis ocia como cinch io ee. "soll de procedienos y meds instumentales que elninanoconigengrduniment ls desi “clones ols stersiones al efectuarobseraciones" (Anguer, 1989: 19) * Conocerel siicado sujetio de un product (objet, sete, acid, et) sigiea que so- #205 paces de recaptlarenavesra mets, en simulaneida o casi simaneiad sats pol os que continnyeron la vena de! producos, es decir; lo que cours en la mente des fabecates } eel momento en quel hicieron, El significado obetiv slo podemos predical del produto como fale den, del contero de significado yaconstiido de la cosa produce. En este eso el inteprete subsume sus propia experencias del objeto bao os esq. preaios qu ene dapnibes “El exo de Angura (1989) es prolijo en pec ero y puede se de ulidad para su ampliacén, 2 Vease Iier (1979) $a conestualizacién dela obseracibnparicipane puede levase an mucho ms eo. {Como ténic, la observacién participate es cent us Ciencias Humanas”(Angue 19,1989: 130, Angueraabundaenlaimporanca de ‘zea de opliacida de as en obseraionales Actualment, los aneopSl= es arcaias,estudan los fengmenos de hallggo dela ltcion stl, de acuturaciso, c inlus, en ocasioes, se quedan en monografas de cudades Moderns shor ben, afin sempre es Ia desripcicn de ls fenmenos que observan, y 1 enor que deben trate el aspecto meodolgico en fo que sere rer nila este esturzo de Anguers, recogeros su elacin de ventajse incon ln obserecién participant po este orden. *I) acta la perceptén, preparand la a sitacion y del escenario social de las intereaciones entre ls miembros y ad G41 grupo. 2) Tiene gran valor psicol6gico, acostumbrando alos miembros del grupo aver % Que acaban por aceptario y, en la observacién acta, & incorporarlo como a uno, aoe Hae 3) Existe mayor nimero de oportunidades de observacién. 4) Feciita ef co-

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