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CENTRO DE GOPIADO Pedctetos Ti9 1 CARRERY ? RIQTTEROA # tas: Sisones U PROGESOR = aes my wo: "Hoclurwiclad dominen! tol te Lolonbne WY hed. poripérien 8 ef ‘cenceploc la Weeua, Hades le O mn . : —Lpwittea Liiva y BUD: ELbasatis Seer oeen Tercst_ wilewe: Modernidad dominante modernidades periféticas, o el | concepto de nueva modernidad | » Adolfo Colombres : ! Parsi ceeetaaae un simposig rea- liasdo en Chiapas, Guillermo Bonfl Baas advie queso bie Améiica Latina pesiba'el rsgo de un Fracaso hiscrico xin major que el precedente, acas6 definitivo, pues en el ‘nueva ofden mundial que se ati formmando nos dejamos po- ner occa vez en un papel subelterne, dé mendigos. ya que tan- «0 hs els del juego como les mets erin sido Bd in rnuestea participacién'. En esa misma feunién, Darcy Ribeiro América Latina te hails auhenazada por cna feco- Yrque fence al aplnamicngo de nuestra divertidad pitdida de nuestros restos de sobetanta, ls clases dirgene Ys inteleetuales mis piensan en incremencar su poder y sus prebendas que en defins ws proyeeco propio’. Cred que tal ilede lucider nos viene deide Ieee, concctindose coh es3 vieja diséctita de civilizacién/Sarbatie que adn nos signa, en ta medida en que Jo 0 octidental oo occidenca- lisado ipgnai supedtc visto como birbara, 6 de- “blanco pas nacidio, impune,. par la sey cy Rara yer de ine coinfS réimorat al progreso que habia cue elimina: si'ambigio- Sion denon ie grinders Dah goose vent ots ade nahi ue Rute pee. yselneselars ne lol nana salidid veriheable, sno a'ua proyecto que . 4 tailor aba ns fies, en tex de prooner ed eee twp desde ella, Exec, numa pensamos 9 civiiaenos di Je nuewto proceso; histérico y nuesta cul sina que gjdmos que los paises centrales nos civlizarsr 2 su modo, Moar connie de cihos pl ey dep Sin Rodsigue, el maeseco dz Bolivar, aguiimicamos tod), menos h originalidad sida de emergentia civilizacoria no es nua en Amési- co fis ‘como qu} el joven Albeedi (pensidor al que se conkidera un padce de [s filosofia americana} aficmsabs en Frafmento peliminar al euudio del Derecho, odsa editada en 183, qu “un puch e ciao dneamene cuando se aaa a si mismo, evando posee fa cova y I féemula de su cié ng e6 una nacién} sino por Iz conciencia profunda y ce. Rhesfva de los elemeneds quella nated wee Ge te viliads, ances habla sido ineintvs, espontines: marcha: ba fin eonocese, sin saber addnde, cémo ni por qué”. En estal baquedatesuleaba paca él fondarental la separacién de* lo rope dl sena parm Sn hr ed emnc- ih ments se e5t4 ajo el dominio del ejemplo extra, bag Ia autoridad de Jas formas exdticas"®. A su juicio, era prediso congvirae unj filosofia para Hegar a wns macionali- fad, ye aqui én este campo de las extegoras dl pensamien to y los valores esencialer de nueswa ilentided (0 de ingimiea de nuestra identidad), donde los grupos indigenas y ofa tssen oucho que sporty en fa madida sn que ot: desarllar su discurso, imprimir un impulso evoluc- vo f su culmura y sus expresiones arcsteas, Come, quien se acelca a uni conchisién, escribfa Alberdi: "Nuesceos padres nos dieron una jndependencia material a nosotros 0s toes la conquise’'de una founa de civilizacién propia Ia. conquista del genio americans", Y atid luegor "La tnteligencia ame- ricana quiere eambién Su Bolivar, su San Mactin. La filosof americana, la politica americana, el aite ainericano, la'sociabi RR ey lidad americana, son otros canes mandos que tenemas que Uemguitar’™ Es reciente lamentable que, Albedi haya olv- Gade luego esa ingucante y revolucionana propuesta (sobre gaKe sity ubieamos en la epoca) que lanzara a los 26 afios de Gad, cuando aun ers extudiance de Jurisprudencia Ls diseusién sobre el cema de nuestra identidad no puede sec vista envonces como una mods traida por los vienros del Yo Cencenario, pus arranca de mucho antes. Sefialaba ¢l jo~ Yen Alberdi que “esa empo de estdia fz nacuraleza filosé- Tre de nuestra sociedad, de vestida de formas originales y mericanas”, Para zvanase por este camino habia que depurat nusstraespiticy de redo color posto, de rode traje prestado, de toda parodia, decedo servilismot, Sin indagar ances en su propia murals una sociedad no puede etablecer sus metas pi dar respuesta vi Balica, Toda proyeccién implits una previa definicign, y es si gol pryeecion de wn dt, de ua ientidd especie Fes. afma ast Gasgar Riseo que no puede haber hombre Shoo comd-see ene mundo,’y para que haya un mundo, el hombre debe hacerse presenve en un lugar conerero del espa- cio’. ‘Herder, desde Ie perspectiva roindncica que compactiers ‘con Vito, considerzba al coimigpalittzmo come algo vacio, wis 2st juicio los personas slo podtan desarrollarse en It vicdida en’ que panieipaan de una decerminada culeurs, Hae bilan, en consecuenca, de una sola coltura, es hablar de kx mmuere da eulura_Hoy ly moeenidad doinanse impone Tha globalizeién escurl, ysi las culcuras de la perferiaaspi- une aaa en oer acl prom no slo una fue ‘TRhotenci, sino tamigign modelos aernacives eficiences en su Prep cos madelos sei sin‘duda modems, pero se advier~ ce quo uedsn ener misma con ido que lo que lama trot modecnidad domigante. Consideio por.eso una simplificacinjraezxaie abl enidad, como Fpereranedels france contd lievalesén son. ep as 2 fa angustia de la dispersi6n y 2 la receded de eteucrucarse que experiments fa coneicncia sim oom se debe reconocer también que hay divessos caminos pitt ac- ernidad, Scfialaba, Bor Batalla que en cierta fonna:codescias cultuas-aecuales:son ‘0iléirias," pues de un modo-w orp. buscan aleanzar algdn Cpo de modecnidad, ya sea propia o.ajena; ELhecho de que los paises centrales pro- muevan una medemidad de contenide éaico no puede ser ja- mé un argumento para da que el proyecto de la esse estacia asi favor del mundo. Toda so- cierto, sna vez ciedad tiene el derecho, y disia que has sus propias fesceas de teanstormacién ecleural; es decis, de to nar el control de las mismas. El viejo proyecto ilustrado de la modernidad aspiraba a poner ala razéa al servicio de la libertad y la justicia, 0 sea, de fa emancipacién del hombre de les misos det poder, Peco frente a la peviferia, esa razén no taréé en ser inscrumentada como una Razin imperial, justficatoria de Ia conquista y el avasallamiento, ¥ poco a poco fie naufiagando en cl terroris- mo de sus dogmas, para encregarse fisalmente a detestables connubios cow la cultura de masas y la pcblicidad. Hoy hasta se habla de una “racionalidad consumista”, a la que ciertos autores se indinan a identificar con fa modernidad, como si yale modesnidad no fuera ni pudiera ser mas que esto. Tal consumismo, convertido ex picdra angular de Is sociedad del bienescar, leva al Estado y a la mayori de las insticuciones a dejar ateis lz preocupacién emancipacoria y hasta los princi- pios éticos mis clememtales, La occiderializacién del mundo, {gue hasta hace poco se daba por 2 imposicién de filosofias ‘eurocéniriess, parece conseguirse hoy ms fEcilmente por di- cha via y la ideologia que la suscente {ncolibercl, ¢ incluso neoconservadors), elicaz virus para acsczr las relaciones colec- tivas y solidariss, fendiadas en la reciprocidad, de las socieds des tradicionales. Se implanté asi une concegcién de la historia cimentada en la acumulacién czancitativa de objeros, para fe cual e] pasado serd la ausencia,escases 0 simpli de esos objetos, y el futuro Is abundancia y complejidad de los mismos, como decfa Rodolfo Kusch®. Por ciesto, una ra- 25n asi vaciada de concenidos humanas no podte dejar dle to~ mar visos crecientes de irracionalidad, y esta Facultad que acid hace unos 25 siglos como un intento de independizatse : de la dicradura de los mitos elisicos; cerminé rindigndose al Faichisino de la mereanela, a nuewos mitos de hej coherencia interna ni esplendor. En bse 2 oto se puede afieiar que nuescea emergenei ch silicone debe paris de wna ceticaa dicha modernidad, que yrunea se articulé con {2 periferia como vn na honesta cransfe recientes y teenclogics diigida a prasover su propio proceso evolutvo, sino como wna vmpos perioridad culearal 1 Desde un comiznzo, la modernidad $2 : movimiento de ratz romantica dispuesto's bn, sin devenerse a considerar su ralidad, Devino asi una religi vision det Prem logue, como una agresién imperiatisea s su vis ¥ om Boge jm hacer dn upenonidad cients yc" Tégice (n0 en todos los campos y adquitida en gr (OES producto del despojo) In prueba inconcestable des Sn indiseriii veda n medida presencd como un arrollar coda tend ado de bondad, de rselo- del progreso © cobsesiva samo fos mitor que pretendia desterrar, que destruy® 3 fas 60° eae cadiionles y su medio ambience, erosioné os sis- Temas simbélicos sin contribuir a su recomposi Sn inncernk “Feovenebré a los sujevos coletivos, impidiéndales asumir 5 Prunfl, Se habla por eso del mito cacion propio ascenso hiscorico, pues prefrid aeaplarfos a sy S10 lista de ba modersi 6 i le rollasch “Tad. que sinié para que los pases conttiles se desarrol 1 cxpenes de ios perifecos, ean To que'el mico del peogrsso cling desplazando al progreso cea y se.cayé en el ciegne ; Samer modernidad (0 modemiracida) a ls dominaciin. Ga retoria, lo que lo consticuye en discurso, nos dice Georges set nuexo, sin que nadie se det Pores na calidad defo que desuye rewwal, lo dltimo, es sacralzado, sin adver Fal cimero, 2 diferencia de las euleuras aban los seres y; las costs para a8 espacio simbélic: (iis a ilivlszomo de efimerd ep Blondies, fae ealificada como rctérien de Ip rapes, des Disgueds andinua ye inyovaein"™ Lo nano es wees e ‘para imponerse: Lo cir que ast sesacrali- clisieas, aue soetali- car st duraciéa en el t ito. e0-el presente, mutila cimbisa Ia fem- sociedad. En ta cul ortdeada vee no bea ifsmedi I ediato, por Jo que s¢ abandonan las metas de largo __ lity de medigne poy Se; nsaura deeste modo una ea. ie (GAY iio lo gue éStas-piiedan sportar. Por Falandies caracteriza a la modernidad como una fuga sin fv i Of. dina ilusidn’ que deviene una mimesis del verdadero exmnbi tavibio, pues en lo Fandamental no mosifia el orden de las {O85 As, munca sees moderna: se ei sempre en vias de rp, pues lo moderno no llega a conforniar un escado defini- na algo condenado a desplazarse wifey imbue Fence ala priferia de uaa Hlsofi dela Word Fait: avs pasos fon ircevesiles,y au fuera ac0- lea, inehuerable. Por eso, Io. mds convenience es relevar = culeuras y guardar sue creaciones en un musco ances de ‘wud moderna hagas entrada, Boo cl enfoque, lneg- Cl decd ina de dtl efeent pstee example Se] leamcepe de nederdel como fansjoné sempre por aso preferimos tamara “modesnidad Y exo tari porque no duds dela eficacia de su ; uuniversalidad del progreso cientiico 4 Sfnologco, dl exeiniento continuo Re aes ducivs nse pregun por ls racionaliad de sus modeles de deseo en be dvericreunstanca coneeas, port cor socal y culurl, 4 quign benefcian lt misinos. Porque to gues bueno ena pensamiento adseacto puede no slo cH penssinienco coe, instrumenta y eon Gccvencia wo Ih es. Tampoco se pegunea por la dependencia quel in- ayn pede gener. Dich gis un alec mina ds ilo fa liber y justi del concepte de ‘wera, vacindo a és en nombre def eficiencia (e- ria para que), la fenabilidad y un progreso que, como pute, mt jena qe propo, mie de as eae que de ot {i minleynidad, como resultado de sa racionslidad @on- het ue'la fue enfolviendo, cerminé devaluando al len- Stale, eonvirciéndolo ep un hablar pata no decir nada, o para ‘bite o vender, no paca ceear el ser de I cosh, Esta rupr to atypromiso corel lenguaje que leva 2 Georges Se elena una’ ers de la poarpalabr, se terna. evidence BE an lad de | can eargada de sentidos, Hoy las imagenes se alzan con més fuerza que dicha palabra devaluada, pero se cratan de imége- nee estercoripades, que también procuran engafiar © vender, y no deconar fa eventura det miso. Al deteriorar Ia palabras fa modernidad convirtié 2 Ia politica en un simulacro, wh juego sin coneenido, dirigido 2 individuos que carecen de bdpinién propia y valuntad, como advierte Balandier?, Activ dad desproviste de sentido, en la que se precende convener 2 quienes no tienen ya convicciones, sino tina mera aspiracién 3 tin bionescar erecente, desligado de toda éciea, y que simulan no obstante ser ciudadanos preocupados por el bienestcr €o- min y la defenss de los valores sociales, Ausencia o diluci6n mtarabién observada por Baudsillard— de los aconcecimien- {os que consticuyen la historia, por lo que incluso ésta se ve vaciada de contenidos. Es que la modernidad he trscornado [a economia de lo simbélico al multiplicar innecesariamence el oiimero de tos signos'y aplanar su seatida, lo que por fuerza les cesta efieaca Sefala Balandie: que los signos se gustan més r4pido quc los arrefactos, torniadose ilusorios, poco creibles. No escén he- chos para durst, sina tan sélo para seducir un instance, por lo {que son investidas de un coque de exotismo y forzads singu- laridad. Brillan por su ausencis los patadigmas sélides capaces de respaldat e ctos social, por lo que el proceso} eft la m fen que se-nutce de estos signos descartables, no puede dejar de conducir a ua debilitamiento moral irreversible’. Esco in- volucra hasta las celigiones, las que paccan sin tapujos con Iz cultura de masas para capitalizar fwerzas ances consagredas al ite, por lo que xo ¢s casual que las iglesias electrdnicas ocu- pen los cines que se ciecran, Cada grupo religioso se compos fa como una empresa comercial y mercantiliza la zona sugrada, cuyos contenidos devienen bienes de consumo, tniencras las “limas” (es deci, los Fieles) son objero de una omperenicia quz tiene. més de.comercial que de confesional En ver-de desenmascarar.a los pfofetas sospechasés y comba- spricticas en -nombiéidesla até. que dice regiela, le tg Varies convertidos:ya en el fad No obstante, no! se puede dejar de roconocer que hay ct amends os tipos.o formas de postmodernidad, coms ya se dic aventendée. Uria€s hij del pragmacisro y eoquetes cen el ns, hilismio;siégando*toda racionalidad ajena:a las leyas del ee jie masivo y degladando los sisternas simbelices, La o af stiruye una resphesta floséfica a los hondos problemas planes la crisis de la sazdn, en algunos casos (coma el de Hiabermas) para ceconstiuirla, No se trata, desde acui, de rex cifezar cierto tipo de-poscmodernidad y plegatnos 2 ora, pave si fle advectr que en el eonjunco del pensamienca povtnad 1g de los paises ventiaes hay Faccores eonvergentes con mies, rq propésira y faetotes divergences. Es decir, elementos que {ayorecen nuestra emergencia civlizzoria,abriendo coyuntu, rat y brindindonos ipcluso un refuerzo tebrico, y dementey UF 99 os sirven en absoluto y debemos impedir que cron, caf en este lado del rhundo. Pedemos asi expresar tn no 10, tubdo ala poxmoderpided fel dels scene consumisea, ue pretende recolonizamnos con sus seducciones; a la de [a paride de lor sigificados y In descruccidn de los sujetos his. (ér}cos: a Ia que quieré dar por tierra con toda forma de randy y" toda ureph, para proclamar —come lo hace ya sin tapi 305m el fin dela historia, Los factores convetgentes son varios, mis alld de la sua: Gon Fvorable produce, especialmente et lo exécen, por la dlisipinucisn del oleae de los imiox. Una parte del postapoder, isto filossfico valoriza la produccién simbélica de las an. norias érnieas y sociales, propiciando la recuperacion de avs tradiciones ocultas © mutiladas por. el colonial ismo, en la cer wea de que é0 despéjard nuevos horizonces eeéricos, Tse, bign desde el pensamicinco postmodemno se ha cuestionade ol us prvilegiado quejdio al arce el esptriu Yenguardisea, e dose a menutio en el idealismo escético sometis a é La filosofia, como secuela de estos vientos, se aleja hoy del ractonslisne Gurtsiano la metafisica, que jugaron siempee con vals para dlesalentar Ia emergencia de un pensamiento periferico’ Le caida de'los metadiscuryos cocalizantes y excluyentes allana a camino af plutalismo cultural, al establecimiento de nuevor paradigms a parr de lind reincerprecacin acuusltiadors de Letras, de las posiciones elitists que aliments 's modernidad, y se abre a una interculturalided pluslises, {ive junco a una incercestualidad “culea” admite elernentos de 's cultura popular, como al humor, In parodia, lz ironfs (ec decic, el orden de Ia risa), el lengunje coloquial y hasts ler doa, cursos de la marginalidad. Claro que esto, puesto en la balan 2a, sesuleshatto débil para’ detener el proceso. de imanipulacién y descruccién electrdnica de la cultura popular } todos nuestros sistemas simbdicas, por lo que no podemos guedarnos en el has propuestas, conformindo- Bes con una spropiacida y adecuacién de lo ajeno. De lo que Se trata es de repensar desde aqui al proyecto de la modemi, dd, rearmarlo por compleco en funcién de nuestras necesida, des, lo que nos obliga a reromar los conceptos de comunidad x wadicién, pues no puede halltse en otto lado él punto de pactida, En el proyecto a constiuir la caidicién no ha de ser vista Ya como un obstéculo, sino como el suseraco necesario. Es gue la tradicién bien entendida no es lo que no debe cambiar, sino lo que debe ser cambiado, pero mds por el desarrollo de Sus propias formas que por la imposicién de otras, Revolus. ci6n y teadicién no son rérminos exeluyentes, como el mismo Tenin lo teconocis. Se podsia decir que sin teadicign no puc. de darse una verdadera revolucién, y también, extremando la dialéctica, que sin cevalucién (es deeie, sin un cambio renova, loo) no habré verdaderas eradiciones, sino tirdnicas piewss de ‘museo. Sefalaba Hannah Arendc que la’negacién de la tradi cin convierteal hombre en un ser errante y vagabundo, Cla. fo que fa tadicién no eneaena de por si una racionslidad sspecitica ni gerantiza el aloramiento de la verdad, pero es en cl horizonte de la misma donde se la debe busear, come afin ima Habermas, Guanilo hablamos de eadcign decimo’ an sdio give hay ida, oro tin refécence fn este cam| acértima. mo= sparala' Haga del 80" ivede online 4s cradici6n, La literatuta postmoderna se alets de Ive Tel See ere ere eeee erg error eee eee eee eee eee eee eee eee ee eee eee ‘cntos politicos y culurales, muchos de ellos Fao’ euestonables, Enel pelo wis extrem ed el tadicoe nullsrs funda ncercalistesslo icexesado en presetvar inedlu- ime .a_.cualqgier: precio, “tecursiendo. incluso’ al crimen, los valores del-pasado; sia admitir que en ellos"pueda haber cam. bio alguao. Fay tambien un ersdicionatismo formal, que man- tiene formas politcas, sociales y culeurales del pasado cyo contenido ha sido modificadp, como serfa el caso de la mo: narquia constiuicional ingless. De aqui no queda mucha dis- tancia al pre iongliome. que recuree a une wadiciSn averiada en sw afin de dar sensido a una realidad socal y cul- tural que parece haberlo perdido. Ya en otro plano tenemos el tcadicionatismo de resistencia, ize siempre jugs en América un papel capital, pues permitié mantener la coherencia de mues- {tos sistemas simbélicos y proveyé de puntos de apoyo a la hr- cha contra la dominacién. A estas cuatro formas, ya estudiadas por Balandier, habria que afiadie fo que Hlamavfa tradicionalisma critico, que no se limiea a ocultat las reivindi- Che, Gaspar Rise, Cun y re onal de Tecumén; p.25. 1® Ce, Rodolfo Kusch, Bl pansuniensoindigena y popular en Aver ‘Hachette, 1977 (5° ed. p. 188 Balandier, Ledétowe Pari, Fayaed, L985; p. 137 in, Tucumaan, Universidad Nx 1 fe sides 9. V3 ° Che, ibidang ap. 198-199. M Cf. sbiders pp. 243-240. 1S Ce. Néstor Garcia Caneliai, Cudras hibridas, Estraregint Gare is dermis, México, Grialbo, 1991; p. 248. cnr y 128 86 fr. idles p. 242. "7 Ce. Georges Balan, op. its p- 167 4 Cig. Eduardo Galeano, “Cinco siglos de probibie'

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