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Nadie fue ms sordo que Goya al siglo XIX, pese a haber cumplido en l
casi tres dcadas y haber sobrevivido a sus feroces guerras. Se qued
sordo de verdad cuando amaneca la centuria, pero no ciego. Y a fuer de
mirar a su aire se convirti en un visionario. Ese hombre cabal, lcido y
baturro gest las pesadillas que creemos tan nuestras afincado en un
Versalles provinciano y en una Ilustracin de pueblo. La dieciochesca,
acanallada Espaa que le toc vivir le vali para todo y para nada. Su
tozudez y bro fueron su patrimonio: con tales alforjas salt desde su
infancia hasta la infancia de las vanguardias, que en el siglo XX lo
reivindicaron como maestro. Nadie se explica an ese raro fenmeno:
fue un pintor y un profeta solitario venido desde antiguo hasta ahora
mismo sin pasar por la Historia.
Francisco de Goya naci en el ao 1746, en Fuendetodos, localidad de la
provincia espaola de Zaragoza, hijo de un dorador de origen vasco,
Jos, y de una labriega hidalga llamada Gracia Lucientes. Avecinada la
familia en la capital zaragozana, entr el joven Francisco a aprender el
oficio de pintor en el taller del rutinario Jos Luzn, donde estuvo cuatro
aos copiando estampas hasta que se decidi a establecerse por su
cuenta y, segn escribi ms tarde l mismo, "pintar de mi invencin".
A medida que fueron transcurriendo los aos de su longeva vida, este
"pintar de mi invencin" se hizo ms verdadero y ms acentuado, pues
sin desatender los bien remunerados encargos que le permitieron una
existencia desahogada, Goya dibuj e hizo imprimir series de imgenes
inslitas y caprichosas, cuyo sentido ltimo, a menudo ambiguo,
corresponde a una fantasa personalsima y a un compromiso ideolgico,
afn a los principios de la Ilustracin, que fueron motores de una
incansable stira de las costumbres de su tiempo.