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NATURALEZA, SIGNIFICADO Y EXPERIENCIA: HACIA UNA RECONSTRUCCION DE LA FILOSOFIA IVEICATAA DF CORD IGA Disefio de Tapa: Ing, Jorge Sermiet Disefio Interior: Produccién Grafica: Eh 3 pUblico y Librerias, prescindiendo de ue e! fibro legue al lector ‘al menor precio Jacen teaizar 2 is direccién de la Eaitoral 0 al SBN: 987 572-059-5 Protibida su reproduccién, aimacenamiento y dlstrbucign por cualquier Medio, total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores yo editor. Esta tambien totalmente prohibido su tratamiento informatico y distrbucién por interne: 0 por cualquier ova “eC, Se aueden reproduce patrafos cltando al auter material Punicado a esta econ. Hecho el depésito que marca is ley 11.725. Impreso en Argentina © 2005, Primers Edicion. Estor Universitas, La reconstruccién de la Filosofia y la historiografia medieval Carlos Martinez Ruiz (UNC) Le cultura medieval fue sometida, en Occidenis, « divers grificas, entre las que se destacan dos: la primera de ellas Dustracién, que la calificaron como un periodo oscuro, decadente segunda, a la que quisiera referirme en estas lineas, se verified en el seao del Cx mo y determing la visién que de dicha cultura supuso cl pensamienta Maderno + C= temporiinco. Durante pricticamente un siglo, en efecto, tanto los estudios medievales como la his toriograiia de Jas corrientes filoséficas de la Edad Media, mantuvieron una estrecha dependencia del movimiento general para la renovacidn de la Escolistica, alentado por Le6n XII en el siglo XTX. En ¢l afio 1879, dicho papa publicd una Enciclica —la de emi Padris~ que resultarta programitica para la tarea emprendida, a saber, “restautar \itlmente la filosofia, renovar la preclara doctrina de Yoms de Aquino y devolverla 2 su antiguo esplendor™, La “false sabidurla” que pretendia erradicar la “filosofia cris tiana» tenia que ver, fundamentalmente, con el evolucionismo biolégico de Daswin, el evolucionismo social de Marx y de Engels, el subjetivismo ‘inmanentista’ de Schleier macher y, sobre todo, con el racionalismo ‘agnéstico’ de Kant. Asi, la restauracién de esta “filosofia cristiana”, asumida por algunos pensadores europeos que el pontifice felicta, no tardé en identificarse con la renovacién de la Escolistica en general y del ‘Tomismo en particular. Fruto inmediato de este vasto movimiento fueron las primeras ediciones criticas de grandes maestros del siglo XI, como Buenaventura de Bagaoze- gjo, Alberto Magno, Alexander of Hales y, por supuesto, Tomas de Aquino, que abrie- ron una pagina decisiva en los estudios medievales’ " Lesa XML, Acteni Patri: 17, en F. Guero, E/ Magirtero Pomifici Conempurseo I (Madrid 1997) 221 2 Sucesivas intervenciones papales como las de Pio XI (Stadion dom, 1923 Deas ot 1931) y Pio XII (Human gener, 1950) xeforzaron este movimiento doctrinal y mode de todas las Univetsidades cclsiaeticas de Roma, de las Universidades eatlicas 289 etal sgifeado yer Hew eens del fla Netuoleca significado exprenia: Ha na constrain de a flenfla Tales el marco preciso de la historiografia medieval que podemos denominar ‘cisica’ —cuyo maximo exponente fue Brictme Gilsuum, ca el que eonflayeron a expernariin filoséfica y el renovado interés por la Edad Media. Dettés de la obra de Desirée Mercier (11926), Joseph Maréchal (11944), Jacques Maritain ({1973) y del mismo Gilson (#1978), en efecto, ballamos las investigaciones de autores como Heinsich Denifle, Maurice De Wulf, Franz Bhtle, Pietre Mandonnet, Martin Grabmann y Fernand Van Steenberghen en el campo de la historia. Si bien la importancia de dichos trabajos excede la mera vinculacién idcoldgiea con la cotriente de pensamicnto mencionada, la referencia a dicha vinculacién no resulta ‘ociosa, en Ia medida en que, tanto el esquema histotiografico presentado por estos autores para los siglos XIII y XIV, coma los nucyos desafios testicos asumidos en el ‘eno de la Neoescolistica, suponen ~inequfvocamente— una revaloracién de la doctri- nna tomista que hallari cco y aliento en el Magisterio Pontificio, desde Leén XIII cn adelante, identificindola con la doctrina de la Iglesia Catdlica. Esta diversificada con- centracién en el Tomismo supuso, evidentemente, un encomio de Ja figura de ‘Tomas de Aquino, que ke historiografia neoescolistica supo expresar y alimentar al miseno tiempo’. ¥ la obligatoriedad de su estudio llegara hasta el mismo Concilio Vaticano wr Con signos diversos, para todos los historiadores mencionados et sistema fllossfico del Aquinate ha representado, en el amplio espectro det pensamiento medieval, da cispide hacia ta que tienden todas las lineas, la meta perenne a la que Hlega felizmente al Cristianismo en su esfuerzo de siglos por asimilar cl saber pagano dentro de un es- squema creativo»’ ESE =EH ESHER 9g HESEEEEELEREE LESS CEASE CEE Tano, Faiboorg, Louvain, Washingroa, Oran) de m=rcrosos Cenizos de Estudios expecaizados ars, Innsbeuck, Toronto, ete) cada wo de los con ses respecsvas Revisas expeciaizadas er Bo sofa y/o teologin. 9 Gt Pablo VI, Carta Apostéliea Lamm Eavesie 20/11/1978) 22, en Ata Apes S12 06, GPE (CBU: “1a Chest, In cat modo, ta nuuou sivowosccee nella doctrine ai San Tommaso, Pespressione patticolanmente clcvata, complese fedele sa del sv0 magistero, sa del sna ie dente popolo ct Dio, quallfelcemente si erano manifestati in un uomo fornito di sate le dos necessarie ¢ ip ue momento storieo particolarmente propizio. La Chiesa insomma con la sua autodita convalida Ia dos trina di San Tommaso e se ne serve come di uno strumento cletssimo, sicché extend in qualehe Jodo 4 Ii, come e pls che ad alti insiga’ suoi Dottos, i ragyjo del suo stesso magistero”, El Code Juels Canons (1917) ean. 1366, § 2, estableca la abligatoriedad de su ensefianaa en las facultades flo séticas y teoldgicas. Pinalmente, Juan Pablo Tl, ca la Conatitecién Apostlica Saplonta Chit (15/4/1976) Ist 1, act. 71, ha sufmagado esta decsiSn,corroborando Iiego la ernincacia del m terio de Tomés en su Eaciclca Fide ef rato (14/9/1998) 43: “Precisamente por este motivo b tha propuesto siempre a santo Tomés como mscstro de peassmicnto y modelo del modo corse cer wologie” 4“ Coneilio Vaticano Tl, Deceeto Optatam tne 16. 5 ©, Potesti “Maestros y doctnnas en el sglo XIN", cn AA.VV., Paseo de fut y ol primer ‘ha frsana (Ohiate 1999) 345, 200 Abora bien, la presentaci6n y el sostenimiento de este mazco interpretativo no hubiera sido posible sin la intervencién de un concepto historiognifico fundamental, cual es cl de eneoagustinismo», acuiiado por F. Van Steenberghen en 1931 y adoptado por todos Jos autores, aunque can maticas personales Micha ex tuna serie de pensadores franciscanos -a los que generalmente se asocia el maestro secular Heati de Gand- que se remontan a las grandes intuiciones de Buenaventura y ejercen su actividad ducante los ultimos treinta afios del siglo XIIL John Peckham, William of Mave, Ricardo de Mediavilla, Vital du Four, Matteo d’Acquasparta y hasta Pedro de Jvan Olivi o Roger Marston, fueron considerados, desde entonces, como un frente comin y ecpontineamente alincado en torno a la figuta de Agustin de Hipuua para combatir las eudacias inspitadas en Arist6teles y sus Comentadores arabes y para defender una nueva forma de sqbientia, de corte conservador. Asi, para Van Steenberg- hen, a filosofia de san Buenaventura y la de santo Tomés no se oponen como un sistema agustidiano y un sistema aristotélico, sino como dos formas desigualmente evolucionadas del aristotelismo neoplatonizante; mas celéctico en cl maesteo cano, ha tomado en Tunis Ta font de una sinresis robusta y sin grietass". Esta visidn se oponia formalmente a la de E. Gilson, con quien Van Steenberghen mantavo una extensa y célebre controversia. El filésofo francés consideraba el agustinismo como un ‘mero antiaristotelismo, cuyo méximo exponente fue Buenaventura, Los franciscanos se empefiaron desde cl principio, a su modo de ver, en la construccién de ua agusti- nismo teol6gico y filos6fico preocupado al maximo por limitar la influencia y la recep- clon de la doctrina anstotelica’ losigna edmedamence Ambos estaban de acuerdo, sin embargo, en que el siglo XIII fue «el siglo de santo Toms». Todo lo antetior sera una larga efermentacién». Lo que acompaiia y lo que sigue, una desafortunada «teaccién», encabezada por John Duns Soto y radicalizada por William of Ockham, que levari a “la masa” a sumergirse «en cl oleaje de fondo del nominalismo»... y en todos los males de la Modernidad” Ea los tiltimos decenios del siglo XX, este esquema historiogrifico centrado en Tomas ha codido ante el avance de los estudios medievales en general. Por una parte, los ém- bitos de investigacién se han extendido extraordinariamente respecto 2 los terrenos habituales de la metafisica y la antropologfa; por otra parte, la proliferacién de edicio- nes criticas de autores hasta no hace mucho ignotos o inaccesibles, asi como la recons- +E, Van Steenberghen, “El siglo XII", en A, Forest ~ M. de Gandilae - F. Van Steenberghen, E/ Panic Medial, A. Biche-V. Marin, Histera de lt Iria. Dele ervner a mucirar dat 14 (Valencia "4,351. La edildn originales de Bloue & Gay, Paris 1951, Te lac F. Van Sceenbergien, “El siglo XIII” 388, El autor coachye su presentacién de Tomés, en efecto, Gamnio texaalnente el juicio de su oponente, E. Glson, La philcephie an Mayen Ae. Des erignet ir du XIU” ice (Paris 1944) 590, is de fondo de su obea Ia philbeapie de saat Bouavatere(Patis 1929), 201 “Nata, iia yearns: Haka na movin eli. See ceuceign del eccenatin palitien, econémico y social en el que se integra la Universidad, te levado a adquitie mayor coneiencia de la complejidad de los desarrolios y de ls dependencias docuinales, para cuya comprensién ya no basta acubar

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