Está en la página 1de 15

Revista de Educación & Pensamiento

Amor Fati o
el imperio de la necesidad
Amor fati (love your fate) or the empire of need
F. Recibido: abril 22 de 2016 F. Aceptación: mayo 27 de 2016

Yesid Ospina Ramírez*


lipo533@yahoo.com.ar

Resumen
Este artículo intenta desarrollar una posible relación del concepto de
Amor Fati esbozado por Nietzsche y el concepto de necesidad de Baruch
Spinoza. Para tal fin se propone una resignificación de la necesidad como
“terreno puro de la afirmación” y del Amor Fati como experimentación na-
tural. Además, se caracteriza al hombre afirmador en sus relaciones con el
heroísmo y su desenvolvimiento como “parte” o “modo” del absoluto poder
de la naturaleza. Todo esto en función de establecer o re-establecer las rela-
ciones inmanentes entre el hombre y la naturaleza.

Palabras claves
Afirmación, Amor Fati, necesidad, destrucción, inmanencia.

Abstract
This article attempts to develop a possible relationship of the concept Amor
Fati (Love your Fate) outlined by Nietzsche and the concept of Need outlined
by Baruch Spinoza. For this, a redefinition of Necessity as “pure land of the
statement” and of Amor Fati as a natural experiment, is proposed. In addi-
tion, the man is characterized in its relations with heroism and their devel-
opment as “part” or “mode” of the absolute power of nature. All of this is to
establish or re-establish the immanent relations between man and nature.

Keywords
*
Filósofo de la Universidad del Cauca y Statement, Amor Fati (Love your fate), necessity, destruction, imma-
actualmente es profesor del Centro de
Formación integral Providencia.
nence.

142
Colegio Hispanoamericano

Introducción liberan del engolosinamiento del


Seguir a un filósofo… se trata de ego, nos hacen reconocer enton-
hacer algo con él, algo del propio ces, que no es un acto privado, es
trabajo y de existencia autónoma. más, que lo privado es una ilusión
La escritura es
No es un tema de comprensión y de de conciencia. La escritura no es
experimentación,
acuerdo entre intelectuales, sino una el desenvolvimiento de un cúmulo
búsqueda, proceso
cuestión de intensidad, de resonan- de experiencias salvaguardadas en
creativo, y no recuerdos
cia, de acorde en sentido musical. una suerte de interioridad personal,
personales con interés
El autor crea un mundo, pero no como historia de abuelo sentado en
de afianzamiento. mecedora, contando durante el café
hay mundo alguno que espere por
nosotros para ser creado. Ni identi- de la tarde su vida transcurrida. La
ficación ni distancia, ni proximidad escritura es experimentación, bús-
ni lejanía, puesto que en todos esos queda, proceso creativo, y no re-
casos uno se ve obligado a hablar por, compone y busca composición. La cuerdos personales con interés de
en lugar de…, cuando en realidad belleza de escribir se resume en su afianzamiento.
tiene que ser todo lo contrario. Hay fuerza de convocatoria, en esa ex- Escribir un texto en filosofía es,
que hablar con, escribir con. Con el traña hospitalidad que proporcio- también de alguna manera, estar en
mundo, con una porción del mundo, namos a aliados que se hacen uno un terreno paradójico. Es una mez-
con las personas. Y nada de una con nosotros, poblando nuestros cla que aclama composición entre la
conversación, sino una conspiración, desiertos, acompañándonos en la fuerza de pensamientos que actúan
un arrebato de amor o de odios. primera fila de nuestro combate de un modo no precisable en nues-
Deleuze. vital, hasta el punto en que lo que tro cuerpo, es decir, pensamientos
Hay algo paradójico en la vida, llamamos “yo” se evapora, pierde que nacen como de una musiquilla
en la vida propia, que en lo progresi- su sentido de unidad simple y pasa profunda e interior que juega en
vo del acontecer vital, amplía nues- a convertirse en tierra abonada de velocidades incalculables; pensa-
tros planos de conciencia. Escribir encuentros. La utilidad de un aliado mientos que no podemos retener
es quizá el juego gracioso en que depende de la capacidad de dejarlo y tampoco ubicar; que condenan
esto paradójico -como aquello que actuar en nosotros y de la potencia nuestra conciencia a un nuevo mito
es lo inverso de la premeditación de nuestra “esencia actual” para re- tantálico y que se expresan a veces,
cuadriculada y del cálculo docto- sistir las intensidades… no se tiene en la violencia de lo descentrado
toma la palabra. En lo menos, se me con los aliados una fría relación con tal ímpetu que parece más un
presenta como el equilibrio tenso como acuerdo entre intelectuales, trozo de caos que una orquestación
entre una posesión inconsciente y ni mucho menos se edifica esta rela- de ritmos variados e intensidades
la experiencia de lo no visto, que ción como un colegaje entre “bom- diversas…; así como pensamientos
actualiza otro en uno y hace de la beros que no se pisan la manguera”. que en la ilusión de lo propio nu-
individualidad tan sólo la suma ora Los aliados actúan en toda escritu- tren, de algún modo, lo dicho en el
armónica, ora dispersa, de lo que se ra como los componentes que nos silencio del texto. Hay entre páginas

143
Revista de Educación & Pensamiento

un silencio lleno de palabras, unos Apuesto al pensamiento de


gestos ortográficos, una manía de En todo texto hay que lo conceptual, a la vez que no es
sintaxis que hace que el sentido im- un silencio lleno de simple, tampoco se justifica en em-
plique una relación más de fuerzas palabras, unas voces belesamientos de mentes estreñidas
en esa inmediatez del leer. En fin, o arquitecturas abstractas de hom-
múltiples y una incitación
todo texto es nutrido por una vida bres esculpiendo en el hielo. Toda
de algo que quiere
en manifestación. Y en una cons- filosofía es práctica, y toda práctica
perspectiva, que exige
telación de ideas, se dice lo que no filosófica, la expresión de una vita-
un matiz, que busca un
puede dejar de decirse, sin negar, lidad superándose: lo que hace de
aliado en favor de la
cuando se abona el terreno, el silen- la filosofía una perspectiva natural,
vida.
cio que querrá hablar. que asentada en los rigores del todo,
En todo texto hay un silencio posibilita lo inaudito. Nunca habrá
lleno de palabras, unas voces múl- o sintáctica que intenta restringir un conocimiento cabal de hombre,
tiples y una incitación de algo que todo esfuerzo, coartar todo movi- menos aún del hombre que dice sí,
quiere perspectiva, que exige un miento pretendiendo llevarnos a la si antes no lo ubicamos en su parti-
matiz, que busca un aliado en favor inercia parasitaria que se complace cipación en la naturaleza. Por esto
de la vida. Algo se oculta y quiere con no hacer, o con hacer o repro- dice Nietzsche: “se es necesario, se es
expresarse así, algo dicho en una ducir la máquina de repetición va- un fragmento de fatalidad, se forma
hoja en blanco, algo dicho en una cía que no es más que opinión de parte del todo, se es en el todo”1, esta
hoja-indeterminación. Nunca se autoridad. Yo he querido hacer lo ubicación nos permite establecer la
dice todo, cuando todo es tan sólo que la tierra hace con sus semillas o relación entre su potencia afirmati-
determinación consiente, e implica he querido, mejor, que la tierra haga va y la exigencia de afirmación que
la tiranía hermética de una sub- lo que el desierto hace con sus flo- requiera el acontecimiento como
jetividad que se piensa absoluta. res: una manifestación de vida en la necesario. Una perspectiva que ob-
Existen relaciones no vistas, juegos muerte, en la muerte cada vez más vie tal situación trascendentaliza la
indirectos no calculados… en esto pronunciada de la vida actual. A mi subjetividad y le da categoría privi-
radica lo indómito de todo texto y entender, todo escrito es un micro- legiada al hombre.
su confesión, la real modestia del caos, una criatura del caos que nace Todo esto, (trascendentaliza-
escritor. en las fuerzas de la indeterminación ción de la subjetividad e hipotéticos
La real modestia, no la timidez y determina un progresivo avance privilegios del hombre) sin embar-
insulsa del alma capturada. Saber consiente que planifica en él inten- go, fue y es propio del proceder hu-
que en la escritura es necesario ha- sidades de potencia. En él, en las mano y produce un fenómeno de
cer en lo posible un esfuerzo crea- variaciones o resonancias que pro- importancia suma, fenómeno que
tivo nos hace comprender inmedia- mueven sus movimientos. Por esto llamaremos prepotencia del yo. A
tamente de qué nos alejamos, a qué pienso que el escritor es un agente la vez que se crea un dios separado
hacemos violencia. Y es que existe del caos y su labor, al final, un sí ro- de lo existente, el humano se separa
una suerte de policía semántica tundo a la vida. de la naturaleza, como un golpe de

144 1 Nietzsche, Friedrich. Crepúsculo de los Ídolos. Madrid; Alianza Editorial; 1998, p. 76
Colegio Hispanoamericano

consecuencia recíproca. Si no hay prensión de sí, en razón de la com- La naturaleza no es voluntario-


inmanencia, si la inmanencia no es prensión (pensando en Spinoza) de sa sino necesaria. Esto define una
radical, la trascendencia esquema- la naturaleza-dios como idea-cau- diferencia de suma importancia con
tizada en el uno-separado se mul- sa original, “cuyo orden seguimos”. las determinaciones teológico-teo-
tiplica y el hombre la reproduce en “Pues en la medida en que cono- logizantes que se sobredimensio-
su relación con lo existente. De allí cemos, no podemos apetecer sino naban antaño, y en consecuencia,
que el humano se piense como un lo que es necesario, ni, en términos exige una nueva relación entre lo
ser trascendente, como unidad que absolutos, podemos sentir contento si humano y lo divino. Lo humano es
no es producto de la naturaleza, que no es ante la verdad.”2 Es claro que parte y dios naturaleza, totalidad.
no es naturaleza misma, sino efecto Nietzsche muestra una relación de La naturaleza no es voluntariosa y
del Dios separado. Lo que nos hace tensión con Spinoza; sin embargo, la libertad humana es efecto inma-
pensar que el humano tiene una las ideas de naturaleza y necesidad nente de una total determinación.
actitud como de visitante en natu- en una inmanencia radical, en los Lo real es lo necesario y lo necesario
ra y es por esto que ante su muer- dos, conduce, a nuestro entender, el desenvolvimiento de la absoluta
te, no acepta morada distinta que hacia lo mismo: la afirmación. Toda potencia de la naturaleza. Como
la ilusión del paraíso prometido, querella entre ellos será en la inma- diría Spinoza: “dios es una causa in-
o bien del infierno merecido. Pero nencia y sólo en la inmanencia, lo manente, pero no transitiva, de todas
esto, como ilusión que es, define que lleva a diferencias de método, las cosas”3. Un dios-naturaleza con
una suerte de idealización de lo real en rigor, a diferencias de carácter. voluntad es tan sólo un capricho del
contra lo real, muestra una desubi- hombre, una ilusión de lo humano.
cación paradójica que se sustenta Salta a la vista un antropocentris-
en la realidad-irreal de una ilusión, mo cómodo, unido a una posición
pero viviendo en lo real-nihilizado
La naturaleza no es teleológica de lo real dirigida a la
de una participación no aceptada. voluntariosa sino utilidad del hombre.
La efigie del hombre libre, del afir- necesaria. Esto define Si el hombre atribuye a la di-
mativo, al contrario, se determina una diferencia de vinidad el poder creativo, excluye
sólo en su inmanente actividad y suma importancia con a la divinidad de lo real y a la vez
en el grado cada vez mayor de com- las determinaciones niega la infinitud de la naturaleza,
plejidad que representa su cuerpo teológico- es decir, repite la escisión ya antigua
a propósito de la amplitud de rela- teologizantes que se de dos mundos, dos realidades… si
ciones que establece con la natura- sobredimensionaban dios es uno y separado, es decir, si
leza. Y así el hombre avanza en la antaño, y en participa en la creación de lo exis-
adecuación de sus ideas, y su vida consecuencia, exige una tente sin permanecer en lo que crea,
en tanto “esencia singular” dejará nueva relación entre lo sin ser lo existente…, y si su perma-
progresivamente de depender o pa- nencia está en una suerte de no-lu-
humano y lo divino.
decer y vivirá en función del propio gar ignorado, trascendentalizando
entendimiento que a la vez es com- la causa primera, el ánimo primero,

2 Spinoza, Baruch. Ética; Madrid; Ediciones Orbis,1980, p.326


3 Ibid, p.69)
145
Revista de Educación & Pensamiento

el supuesto movimiento generatriz, modo), la reflexión de este texto.


debemos comprender de inmediato Todo lo dicho gira en torno a la idea
que estamos más en una perspectiva La filosofía ya no es el de Amor Fati, no desarrollada explí-
teológica de lo real, que en una com- estudio de Dios o del citamente por Nietzsche, pero pues-
prensión filosófica de lo existente. hombre, toda filosofía ta en juego de tal modo, que se nos
Ahora bien, lo que llamamos ahora es filosofía ocurre considerarla como el punto
para utilidad del hombre, visto con natural, y su interés central de una vida que superando
lupa, es sólo cobardía. Dios tendrá por lo humano sólo los condicionamientos de la moral
voluntad porque es la única posibi- tiene valor en tanto imperante, vive desde la óptica de la
lidad de justificar lo que llaman mi- participante natural. eternidad y, en consecuencia, más
lagro, quiero decir, la opción de que allá del bien y del mal.
con ascetismo y rezo Dios sea fa-
vorable. A demás permite justificar za. Muestra en lo menos esa volun- De lo heróico
paralelamente la debilidad humana, tad que los une, de darle un estatus Acaso no se trata de un cami-
que sobredimensionando ilusoria- radicalmente inmanente a lo real; no, de una perspectiva que dé ju-
mente sus potencias en un ser por hacer de lo real la inmanencia ab- ventud a lo que a golpes del tiempo
encima de él, (es decir, haciendo a soluta y de la filosofía una filosofía sucumbe. Es extraño este sucum-
Dios una imagen hiperbolizada del terrena. Liberados de las ilusiones, bir, pues no se trata de un ejerci-
hombre) encuentra refugio y con- obviaron trascendentales esquemas, cio de desestructuración que hace
suelo alejándose del dramatismo como si escucharan la exigencia de del pensamiento de Nietzsche un
que provocaría una vida sin “pa- Zaratustra: “conducid de nuevo a la pensamiento anticuado, sin la más
dre”. Pero la filosofía no se siente tierra, como hago yo, la virtud que se mínima utilidad, es al contrario, en-
cómoda en un terreno religioso, es ha perdido volando –sí, conducidla de tre adulaciones sin término, entre
más, tiene suficientes intereses en nuevo al cuerpo y a la tierra”4. amores confesados hasta la sacie-
su problematización inmanente y En fin, las relaciones de la natu- dad, la eficacia de su pensamien-
está suficientemente ocupada en sus raleza y el hombre, (superando pri- to ha ido perdiendo gracia, ha ido
asuntos como para inquietarse por mero la idea de Dios trascendente y perdiendo duende. Todo esto, a mi
aquello que no le corresponde. a la vez, del YO fijo, inmutable, tras- entender, se da por la radicalidad
Y lo que no le compete es la cendentalizado) desde la perspecti- que representa Nietzsche como filó-
trascendencia. La filosofía ya no va de la correspondencia (a nuestro sofo, por su apuesta abismática que
es el estudio de Dios o del hombre, modo de ver imperiosa), entre ne- no acepta “medias tintas” y exige, o
toda filosofía ahora es filosofía cesidad-afirmación humana como bien estar con él o no estarlo. Ahora
natural, y su interés por lo humano opción de desenvolvimiento vital bien, estar con Nietzsche no es se-
sólo tiene valor en tanto participante y por lo tanto, como “fórmula para guir a Nietzsche con anteojeras, no
natural. Todo lo dicho hasta ahora, expresar la grandeza en el hombre”5, significa siquiera estar de acuerdo
muestra las relaciones que la filosofía es decir, como Amor Fati, cen- con él, se trata, fundamentalmente,
de Nietzsche tiene con la de Spino- traliza, (si se pudiera decir de ese de hacer lo que hizo…

4 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 121
146 5 Nietzsche, Friedrich. Ecce Homo. Madrid; Alianza Editorial; 1982, p. 54
Colegio Hispanoamericano

“¿cuál es la mejor manera de seguir ción del riesgo por una insuficien-
El pensamiento cia vital que se deja ver a poco y
a los grandes filósofos, repetir lo que
dijeron, o bien hacer lo que hicie-
calculador tiene al miedo en los más mínimos detalles. El
ron, es decir crear conceptos para
por principio, mientras pensamiento calculador tiene al
unos problemas que necesariamente
una nietzscheana actitud miedo por principio, mientras una
cambian?”6
obliga a un heroísmo nietzscheana actitud obliga a un
De allí que los variopintos lec- vital en todos los heroísmo vital en todos los acon-
tores de Nietzsche, sin entender éste acontecimientos que nos tecimientos que nos salen al paso.
presupuesto implícito, se arriesguen salen al paso. “¿Qué es lo heroico? adelantarse al
a una lectura teórica y den muestra mismo tiempo a nuestros mayores
de una insuficiencia espiritual, esta- dolores y a nuestras mayores es-
todo está permitido; o el que lo odia
blezcan una anti relación edificada peranzas.”7 Lo heroico exige una
porque piensa que Nietzsche lasti-
en la absoluta disparidad de espíritu existencia dispuesta a subvertir el
ma a su dios, o el que lo “ama” de
con que se acercan a la obra de un esquema valorativo general, por
un modo radical y constantemente
héroe filosófico… Producto de esto lo menos en un comportamiento
camina entre montañas esperando
su imagen ha prevalecido en la his- filosófico regido por una ética de
que la revelación de un nuevo zara-
toria de la filosofía entre máscaras la superioridad individual que dé
tustra le llegue. O está el adulador muestra de una autónoma creación
disímiles o heterogéneas perspecti-
ligero, ligero ligero; o el crítico se- de valores propios y que se aleje,
vas. No ha faltado el lector que en
vero, severo severo; o bien, el que en progresivo avance consciente,
análisis establecidos en una supues-
dice ser con Nietzsche, pero tiene del bien y del mal imperante. Tam-
ta superioridad o bien espiritual o
entendimiento más de un Hegel bién exige un amor al presente y
bien racial, ha acomodado el pen-
embriagado… A mi entender, no se un amor al futuro, una afirmación
samiento de Nietzsche a sus prejui-
comprenden las fuerzas que actúan sin trampas al real acontecer in-
cios personales de dominio social.
en los textos de Nietzsche si no se mediato, unido a una confianza sin
O bien el advenedizo que recubre su
impotencia creativa en estultas ma- intenta igualar su pasión y se tantea condiciones al porvenir:
nías de exégeta para así tener el “de- su laberinto hasta perderse en él, “Saludo a los indicios todos del
recho filosófico” de juzgar. O bien el perderse, no posar de extraviado. Y advenimiento de una época más viril
nietzscheano que ante la necesidad en adelante resistir las intensidades y guerrera, que de nuevo honrará el
de emular a su maestro y ante su que implica tal “ponerse en juego.” valor más que a todas las cosas. Esa
falta de productividad, su fuerza tan Mucho hegeliano embriagado época debe trazar el camino de nues-
solo le alcanza para hacerse el loco posa de nietzscheano, sin embar- tra época más elevada aun y reunir
o abrazar a un caballo en la calle; o go su actitud se reconoce a poco las fuerzas de que la última necesita-
también el flexible moral que ante tiempo, pues todo hegeliano llama rá un día para introducir el heroísmo
el descubrimiento de la inexisten- pensamiento a un esquema vital de en el conocimiento y guerrear por las
cia del bien y el mal cree que para él cálculo y medida, a una disminu- ideas y sus consecuencias”8.

6 Deleuze, Gille. ¿Qué es la filosofía? Barcelona, Editorial Anagrama; 1997; p. 33


7 Nietzsche, Friedrich. La Gaya Ciencia. Madrid; Albor Libros; 1999, p. 130
8 Nietzsche, Friedrich. La Gaya Ciencia. Madrid; Albor Libros; 1999, p. 136 147
Revista de Educación & Pensamiento

Este heroísmo es una mezcla gue de un honesto ser y afirmar la


de ascetismo y violencia, de soledad
Nietzsche no es lo que participación en el todo, de ser en el
y ataque. Implica una voluntad de podríamos llamar un todo: “se es necesario, se es un frag-
ocaso, entendida como un querer filósofo útil, un filósofo mento de fatalidad, se forma parte
la superación de aquello que crea sólo citable, (aunque del todo, se es en el todo”10
resistencia en nosotros, buscando el hasta ahora se lo haya Si hay algo que palpita, si en
goce que produce el placer dionisia- hecho múltiples veces) música heroica una síntesis mística
co de la transformación. Este placer sino un maestro, un se acuerda en su obra, es el precepto
es un cambio de piel, -como la ser- filósofo vivible, vital y ya antiguo de la unión entre pensa-
piente-, pero también un rejuvene- por esto precisamente miento y vida:
cer la vida,- como el águila real,- un un filósofo abismal y …un pensamiento que fuese hasta el
nuevo nacimiento, una nueva pro- peligroso. final de lo que puede la vida, un pen-
fundidad, más poder… samiento que llevase a la vida hasta
Nietzsche es, entre otras cosas, el final de lo que puede. En lugar de
un juego peligroso, un laberinto, lencia) unida a una dedicación ab- un conocimiento que se opone a la
“laberinto de conocimientos teme- soluta a su naturaleza de pensador, vida, establecer un pensamiento que
rarios”9. Y su laberinto es, en el que lo convierte en un héroe filosó- afirmaría la vida. La vida sería la
no-ser-en-sí. De allí que después fico, una imagen como posibilidad fuerza activa del pensamiento, pero
de un siglo de su muerte su imagen que se extiende al límite de la po- el pensamiento el poder afirmativo
varíe de acuerdo a la perspectiva en tencia de hacer, en el goce inmanen- de la vida. Ambos irían en el mismo
la que se lo ha puesto a funcionar, te que proporciona la alegría de ser. sentido, arrastrando uno a otro y
de acuerdo al interés que motiva su Porque eso es Nietzsche, -o es en barriendo los límites, paso a paso, en
función. Sin embargo, convencidos Nietzsche-, la fuerza que produce el esfuerzo de una creación inaudita.
que aunque no se puede validar una un antes y un después. Un torbelli- Pensar significaría: descubrir, inven-
unidad de sentido absoluta, algo así
no furioso, risueño y destructor que tar nuevas posibilidades de vida.11
como una dictadura interpretativa,
conmovió la filosofía llevándola a Esta unión, esta mística unión,
Nietzsche no es lo que podríamos
puertos más activos, implicando en ejemplifica lo abismático que es
llamar un filósofo útil, un filósofo
su razón perspectivas más heroicas, Nietzsche en tanto exigencia de una
sólo citable, (aunque hasta ahora se
quizá más fatales. En Nietzsche hay articulación instintiva muy lejana a
lo haya hecho múltiples veces) sino
un heroísmo filosófico esencial, di- la humanidad actual. Si para Nietzs-
un maestro, un filósofo vivible, vital
gamos, una necesidad esencial de che el hombre ha perdido su fuerza
y por esto precisamente un filósofo
heroísmo que no procede de la pose instintiva al rigor de la moral y se ha
abismal y peligroso. Prueba de ello
de un “alma bella” a modo de tan- convertido en un dócil espécimen
la salvaje vitalidad de su trashumar
to nietzscheano incauto jugando a cultural, “la moral contranatural,
sin nido (aunque en sus recorridos
parecer interesante, sino el desplie- es decir, casi toda moral hasta ahora
no aminorara la enfermedad su vio-

9 Nietzsche, Friedrich. Ecce Homo. Madrid; Alianza Editorial; 1982, p. 60


10 Nietzsche, Friedrich. Crepúsculo de los Ídolos. Madrid; Alianza Editorial; 1998, p. 76
148 11 Deleuze, Gille. Nietzsche y la Filosofía, Barcelona, Editorial Anagrama; 2002; p. 142-143
Colegio Hispanoamericano

enseñada, venerada y predicada, se martillo, el placer mismo de aniqui-


dirige, por el contrario, precisamen- lar forman parte de manera decisiva
te contra los instintos de la vida, -es de las condiciones previas”16 porque
una condena, a veces encubierta, a “negar y aniquilar son condiciones
veces ruidosa e insolente, de esos ins- del decir sí.17
tintos”12, su voz ahora es la voz del Y esto, a mi parecer se da, por-
diablo, la voz del mal. Pero como el que ya nadie expone su cuerpo de Sin lugar a dudas,
árbol, “cuanto más quiere elevarse manera decidida por aquello que Nietzsche es ante todo
hacia la altura y hacia la luz, tanto afirma, al contrario, viven tratando un afirmador-creador,
más fuertemente tiende sus raíces de conservar sus existencias dismi- quiero decir un filósofo
hacia la tierra, hacia abajo, hacia lo nuidas, llenando las arcas privadas que goza en el elemento
oscuro, lo profundo, -hacia el mal”13 de los médicos. de la diferencia, sin
Nietzsche, “el demonio, ese antiguo Esta falta de carácter destruc- negación-oposición-
amigo del conocimiento”14 en tanto tivo del nietzscheano contemporá- contradicción, (digo
diablo filósofo, es amigo del saber neo, no se ha dado por la primacía esto antes que levanten
esencial, del saber que une la vida y de la afirmación-creación que hace
la voz los nietzsche-
el pensamiento. innecesario este carácter destructi-
¿En qué consiste el Abis-
delezianos, que son
vo, se ha dado, a nuestro entender,
mo-Nietzsche? En que, -y esta es mi
más delezianos que
por una singular insuficiencia, la
sospecha-, a propósito de la vida ac- insuficiencia que es producto de
lectores de Nietzsche,
tual, del vivir actual, el nietzscheano obviar el valor de la destrucción, de
y que están en guardia
solo puede aparecer, en principio, la destrucción activa, en toda afir- siempre de que ninguna
como un destructor. Después de mación. No hablamos de transfor- lectura de Nietzsche se
Nietzsche no se volvió a escuchar marse en “necio” o “monos de Zara- desvié mínimamente
frases como: tustra”, estos personajes habitados de la interpretación
…Yo soy, con mucho, el hombre más por el desprecio resentido, llenos de deleziana. Son policías
terrible que ha existido hasta ahora; odio y de venganza. Estos espíritus metafísicos sin sueldo).
eso no excluye que yo seré el más cenagosos a los que Zaratustra dijo:
benéfico. Conozco el placer de aniqui- “Yo desprecio tu despreciar” (…)
lar en un grado que corresponde a “Solo del amor debe salir volando
mi fuerza para aniquilar”15 o “Para mi despreciar y mi pájaro amonesta-
una tarea dionisiaca, la dureza del dor: ¡pero no de la ciénaga!”18 pero

12 Nietzsche, Friedrich. Crepúsculo de los Ídolos. Madrid; Alianza Editorial; 1998, p. 63


13 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 49
14 Nietzsche, Friedrich. Más Allá Del Bien y Del Mal . Madrid; Ediciones Orbis; 1983, p. 103
15 Nietzsche, Friedrich. Ecce Homo. Madrid; Alianza Editorial; 1982, p. 125
16 Ibid, p. 106
17 Ibid, p. 126
18 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 250 149
Revista de Educación & Pensamiento

tampoco encuentro valor en esta ver- la supuesta posición creativa can la paz. O como diría Nietzsche a
actitud inactiva de los supuestos de los nietzscheanos (posdeleuze), propósito de quienes escuchan cier-
creativos, que lo único que hacen es (pensándolo desde sus resultados), to tipo de Música: “no se asemejan a
no crear. se me aparezca generalmente como vencedores erguidos sobre triunfales
Sin lugar a dudas, Nietzsche tranquilidad de conciencia, com- carros, sino a mulos cansados a quie-
es ante todo un afirmador-creador, placencia, cobardía indigna, pa- nes la vida ha fustigado frecuente-
quiero decir un filósofo que goza rasitismo, comodidad, y todo esto mente con el látigo”19 Y no es un des-
en el elemento de la diferencia, sin salvaguardado en juegos de adu- acuerdo con Deleuze cuando dice:
negación-oposición-contradicción, lación recíproca e intercambios de “todos los filósofos huyen cuando es-
(digo esto antes que levanten la síes asnales entre grupúsculos viles. cuchan la frase: vamos a discutir un
voz los nietzsche-delezianos, que Los “creativos-indiferentes”, que se poco” o “la filosofía aborrece las dis-
son más delezianos que lectores de alejan con miedo a sus guaridas pa- cusiones”20 pues el filósofo aborrece
Nietzsche, y que están en guardia rasitarias con pose solemne porque las discusiones porque está dema-
siempre de que ninguna lectura de ellos están más allá de la discusión, siado ocupado en crear, (en crear
Nietzsche se desvié mínimamente porque ellos dicen no discutir, por- hasta donde alcanza), no en posar
de la interpretación deleziana. Son que ellos no dialectizan las relacio- de filósofo administrando concep-
policías metafísicos sin sueldo) y la nes, porque no son dialécticos, se me tos ajenos y jugando a ejercer su
afirmación es ya destrucción pues antoja son solo lisiados, y su decir “derecho filosófico de juzgar” como
afirmar es inmediatamente excluir tan solo una excusa en autocompla- es común entre los doctos académi-
de lo afirmado lo negativo, por cencia de fuerzas agotadas que bus- cos. “quienes critican sin crear, quie-
tanto, lo que se niega es la nega- nes se limitan a defender lo que se
ción misma en la afirmación, pues ha desvanecido sin saber devolverle
la afirmación “aparta la mirada”. No es un desacuerdo las fuerzas para que resucite, consti-
Esto lo sabemos bien. Sin embargo, con Deleuze cuando tuyen la auténtica plaga de la filoso-
en época tan escasamente viril, tan dice: “todos los filósofos fía”21 Entonces “¿puede extrañar el
acomodaticia y normalizadora, qui- huyen cuando escuchan que nosotros acabemos haciéndonos
zá el rugir del león enfurecido tenga la frase: vamos a desconfiados, perdiendo la paciencia
más eficacia que la indiferencia del discutir un poco” o “la y dándonos la vuelta impacientes?”22
seudocreador haciéndose el niño, filosofía aborrece las Mucho del pensamiento nietzs-
pero que en realidad sufre de un discusiones”1 pues el cheano ha sido normalizado y su
degenerado infantilismo. Nietzsche filósofo aborrece las eficacia ha disminuido a fuerza de
sabía que hay épocas en que la es- la estulta repetición de patrones de
discusiones porque está
pada debía brillar y que el acto vio- autoridad o copias prepotentes a los
demasiado ocupado en
lento era ineludible (piénsese la pri- filósofos que lo han trabajado. Sin
crear.
mera intempestiva contra Strauss). duda, el esfuerzo realizado en Fran-
De ahí que –a nuestro modo de cia desde la mitad del siglo pasado,

19 Nietzsche, Friedrich. La Gaya Ciencia. Madrid; Albor Libros; 1999, p. 82


20 Deleuze, Gille. ¿Qué es la filosofía? Barcelona, Editorial Anagrama; 1997; p. 33-34
21 Deleuze, Gille. ¿Qué es la filosofía? Barcelona, Editorial Anagrama; 1997; p. 34
150 22 Nietzsche, Friedrich. Más Allá Del Bien y Del Mal. Madrid; Ediciones Orbis; 1983, p. 21
Colegio Hispanoamericano

en cuanto a los matices y las pers- que es un tránsito y un ocaso. Yo


pectivas que hicieron emerger de su amo a quienes no saben vivir de otro
pensamiento, prevalecen entre los modo que hundiéndose en su ocaso,
estudios dedicados a él; pero esto, pues ellos son los que pasan al otro
en vez de mostrar la infalibilidad de lado.24
la Francia nietzscheana, muestra la ¡Hundirse en su ocaso! La he-
decadencia creativa contemporá- roicidad implica la transformación,
nea. Quizá lo que se necesite es un como la transformación implica
nuevo acercamiento a Nietzsche, a Dionisos, así como Dionisos es
una nueva perspectiva… y entonces el dios afirmativo y afirmador; de
no olvidar que…“solo se es fecundo allí que lo dionisiaco requiera una
al precio de ser rico en antítesis, solo constante afirmativa que supere en La heroicidad implica la
se permanece joven a condición de sí las resistencias y propenda a la transformación, como la
que el alma no se relaje, no anhele la conquista de un sí y un no propios, transformación implica
paz (…). se ha renunciado a la vida sí y no que son la esencia del destino a Dionisos, así como
grande cuando se ha renunciado a la individual. Para tal grado de afirma-
Dionisos es el dios
guerra”23 ción se requiere heroísmo y funda-
afirmativo y afirmador;
De todos modos no hay nada mentalmente el entendimiento de
de allí que lo dionisiaco
nuevo en la filosofía. Solo hay nue- que la tarea está por encima del in-
requiera una constante
vas perspectivas de lo mismo en un dividuo mismo, de su permanencia
en sí, de su conservación.
afirmativa que supere
discurrir noble o vil. Lo esencial del
…Para captar esto se necesita valor
en sí las resistencias y
producto filosófico, está en la dife-
y, como condición de él, un exceso propenda a la conquista
rencia que manifiesta en cuanto a
los problemas habituales, es decir, de fuerza: pues nos acercamos a la de un sí y un no propios,
las variaciones que propone un vi- verdad exactamente en la medida en sí y no que son la
viente en la vida, en pro de la vida. que al valor le es lícito osar ir hacia esencia del destino
La novedad, entonces, es la perspec- adelante, exactamente en la medida individual.
tiva cuando la perspectiva conduce de la fuerza. El conocimiento, el decir
el saber hacia el desenvolvimiento sí a la realidad es una necesidad para
del poder, y ese desenvolvimiento el fuerte…25
es afirmación de la vida pues hace Es aquí donde el heroísmo,
de ella un tránsito sin fin, un goce como desenvolvimiento del poder
heroico en la tensión: de afirmar, encuentra en el todo,
…la grandeza del hombre está en el inagotable poder de lo real,
en ser un puente y no una meta: lo la revelación de una participación
que en el hombre se puede amar es inacabada, inacabable, “se es necesa-

23 Nietzsche, Friedrich. Crepúsculo de los Ídolos. Madrid; Alianza Editorial; 1998, p. 61-62
24 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 36
25 Nietzsche, Friedrich. Ecce Homo. Madrid; Alianza Editorial; 1982, p. 69
151
Revista de Educación & Pensamiento

rio, se es un fragmento de fatalidad, aquello que ocurriendo no puede que habilita a asumir el acontecer
se forma parte del todo, se es en el ocurrir de otra manera, y aunque es como regalo u ocasión en el que
todo”26 y por tanto emerja lo nece- cierta la definición, abogamos por la voluntad se prueba, en la que la
sario como una manifestación de una resolución quizá más positiva, potencia aumenta o disminuye. Y
la posibilidad afirmativa, como la quizá más afirmativa, aunque nos no se trata de un artificio humano,
ocasión precisa para la manifesta- obligue a un desplazamiento delibe- un capricho humano de desenvolvi-
ción vital de la voluntad de poder. rado, que a la vez nos instala en una miento, sino un actuar natural, un
¿Qué es la necesidad? A mi entender perspectiva en donde el poder, “la ser natural: ser como la naturaleza,
el terreno puro de la afirmación. Es esencia actual”, manifiesta su esta- en la que somos. No es un querer vi-
claro que no es una respuesta que do. Toda conceptualización implica vir “según la naturaleza” a la mane-
resuelva aquello que se pregunta, es un cuerpo, implica carne, implica ra estoica,29 se trata única y específi-
decir, que resuelva el “es” de la ne- una composición, una selectividad camente de reconocer las relaciones
cesidad. Lo que hace es desplazarla en favor de algo que se presume, de lo humano en la naturaleza y el
hacia una relación en la que quien que se busca, que es nuestro propio juego de poder inmanente en todo
está destinado a la afirmación, es enigma y nuestro propio riesgo. Im- lo real. Porque al final, lo importan-
decir el hombre, se relacione desde plica una práctica de la vida hacia te es que “permanezcamos duros,
el poder y evite la aceptación asnal el poder “algo vivo quiere, antes que nosotros los últimos estoicos”.30
de cuanto sucede: “es muy probable nada, dar libre curso a su fuerza”28 Definir la necesidad en el des-
que la resignación aún sea una figu- plazamiento propuesto, es a la vez
ra del resentimiento, él, que cierta- desplazar al hombre hacia una re-
mente posee tantas figuras…”27 Pues ¿Qué es la necesidad? lación en la que su ser, es decir, su
no se trata de aceptar lo que sucede, el terreno puro de la especial composición, supere las
sino de amar lo que acontece; de allí afirmación. Siempre se fronteras del yo y se manifieste en
que la Necesidad no pueda definir- ha definido la necesidad la tensión en que un conjunto de
se solo negativamente como aquello como aquello que fenómenos, en un afuera absolu-
que no puede ocurrir de otra mane- ocurriendo no puede to, luchan con fuerzas de distinta
ra, sino como aquello que ocurrien- ocurrir de otra manera, naturaleza. (afuera absoluto, no es
do es afirmado y querido, aquello y aunque es cierta la más que la exposición necesaria en
que ocurriendo es ya afirmación… definición, abogamos que se encuentra todo con todo, es
por una resolución quizá decir, el único espacio existente, en
De la necesidad el que nada se guarda para sí nada,
más positiva, quizá más
¿Qué es la necesidad? el terre- antes bien, todo es con todo en un
afirmativa.
no puro de la afirmación. Siempre juego eterno de composición y des-
se ha definido la necesidad como composición.) Pues el yo, como

26 Nietzsche, Friedrich. Crepúsculo de los Ídolos. Madrid; Alianza Editorial; 1998, p. 76


27 Deleuze, Gille. ¿Qué es la filosofía? Barcelona, Editorial Anagrama; 1997; p. 33
28 Nietzsche, Friedrich. Más Allá Del Bien y Del Mal. Madrid; Ediciones Orbis; 1983, p. 34
29 Ibid, p. 28
152 30 Ibid, p. 173
Colegio Hispanoamericano

principio idéntico, uno e inaltera- tanto instrumento humano de con-


ble, designa tan solo una ficción có-
El yo sería una ficción servación, como artificio del miedo
moda a un tipo de hombre que no
de la conciencia. y finalmente resulta una constante
soporta el cambio, el flujo, el deve- Esto, para Nietzsche, hacia la pérdida instintiva humana.
nir, y que prefiere, desde una volun- se da en tanto El hombre como animal, a diferen-
tad disimulada direccionada por el instrumento humano cia del resto, se relaciona consigo
miedo, el autoengaño. Este tipo, no de conservación, como desde un poder autoreflexivo. Esta
es el tipo habilitado para una rela- artificio del miedo y característica es, dirá Nietzsche, el
ción necesaria con la naturaleza. Su finalmente resulta origen de ideas extraviadas: de in-
modo de ser lo convierte en una pa- una constante hacia venciones de unidad. Así es como el
radoja natural, quiero decir, un ser la pérdida instintiva yo (ficción de las ficciones) designa-
que inconscientemente niega aque- humana. El hombre ría el fundamento inmutable de una
llo en lo que participa, participando como animal, a hipotética centralidad de nuestras
a su vez en ello. Un negador necesa- diferencia del resto, se experiencias, y por lo tanto se pre-
riamente obligado a afirmar… suma la permanencia de algo en no-
relaciona consigo desde
Desde esta perspectiva ya no sotros que estaría destinado a ser el
un poder autoreflexivo.
hay yo como identitaria unidad sino foco inalterable que contrasta con el
Esta característica es,
sí-mismo como juego de fuerzas en perpetuo flujo y el continuo cambio
disputa. Tal es la tesis que acogemos
dirá Nietzsche, el origen de los acontecimientos.
de Nietzsche. ¿Qué es el sí-mismo?
de ideas extraviadas: de Esta comprensión de las dife-
¿Qué diferencia encontramos en invenciones de unidad. rencias entre el sí-mismo y el yo nos
relación al yo? El sí-mismo es el lleva a una opinión tentativa de la
cuerpo, pero el cuerpo entendido De allí, también, que el cuerpo exija voluntad que motiva esta preten-
desde la primacía de lo múltiple en ser pensado como la composición sión de unidad en el yo. A parte de
la unidad aparencial y no en la uni- de sus distintas relaciones, entre su interés de quietud, de fijeza, de
dad que niega la diferencia: “detrás esas, las relaciones que tiene con inmutabilidad; a parte de su mani-
de tus pensamientos y sentimientos, aquello que supera su composición fiesta efectuación como ilusión de
hermano mío, se encuentra un sobe- corporal inmediata. Es decir, pensar conciencia, el yo podría ser consi-
rano poderoso, un sabio desconocido que el cuerpo no se relaciona solo derado como una ilusión contra-
– llámase sí-mismo. En tu cuerpo consigo mismo en la multiplicidad natural. Como ya hemos dicho “se
habita, es tu cuerpo”31. Es así que de relaciones que se juegan en él, es necesario, se es un fragmento de
el cuerpo adquiere una ciudada- sino con todas las fuerzas no priva- fatalidad, se forma parte del todo, se
nía distinta, que haya que pensarlo das en ese afuera absoluto del que es en el todo”32 la relación humana
como cuerpo de cuerpos, como sin- hablábamos. con la totalidad es de una absoluta
gularidades múltiples que adquie- A diferencia de esto, el yo sería inmanencia. Somos en esa totali-
ren su realidad singular no en su in- entonces, una ficción de la concien- dad una parte más y por lo tanto
dividualidad sino en sus relaciones. cia. Esto, para Nietzsche, se da en participamos del desenvolvimiento

31 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 61


32 Nietzsche, Friedrich. Crepúsculo de los Ídolos. Madrid; Alianza Editorial; 1998, p. 76 153
Revista de Educación & Pensamiento

de su poder expresivo… somos una to que en la relación que implica el de unidad, lleva a intentar unificar
manifestación de su poder expresi- juego paradójico entre la capacidad lo que aparece como fragmento.
vo. El hombre es en la naturaleza la afirmativa del hombre y el aconteci- Esta posibilidad deja ver su
naturaleza en lo particular: encuen- miento producto de la fuerza de la matiz, a nuestro modo de ver se
tra su razón de ser en el desenvolvi- naturaleza en el desenvolvimiento revela, en las relaciones y los efec-
miento de su propia fuerza expresi- de su poder. La necesidad, se afir- tos que produce la “muerte de
va. Concebir al hombre como un yo maría en la afirmación que produ- Dios” y la posibilidad que se in-
lo aleja de las relaciones naturales y ce en quien, destinado a ejercer su augura para el hombre desde este
lo convierte en negador inconscien- voluntad de poder, toma el aconte- acontecimiento, es decir, la nueva
te de lo que constituye su existir a cimiento como posibilidad inaudita imagen del hombre en tanto que
saber: su ser esencialmente expre- de devenir. El sí-mismo entonces, es la posibilidad acontece. Lo que se
sivo y creador, su ser en relación… el cuerpo en el fuego, es la relación desprende de inmediato, lo que
se repite la paradoja ya comentada, en el acontecimiento entre las rela- con este Deicidio se origina, es el
se niega la participación, partici- ciones que acontecen, es la afirma- vaciamiento de valor de los valores
pando en lo negado. Ese hombre-yo ción de todo acontecimiento hasta superiores, los pretendidos valores
pierde su realidad y se convierte en las consecuencias que se generan universales, los valores para todos.
una contranatural criatura nacida de una voluntad que superando sus Vivir se convierte en valorar y valo-
de una ilusión, sin despertar de la condicionamientos, ama. rar en ejercitar una virtud intrans-
ilusión de ser él mismo, el creador ferible, absolutamente individual
de ella. Lo que lo convierte en un Amor Fati “más a sí mismo se ha descubierto
hombre embebido (desubicado) Se “es” en el mundo y ese ser en quien dice: este es mi bien y este es
en una fantasía, como quien se da él, nos obliga a asumir una responsa- mi mal: con ello ha hecho callar al
cotidianamente contra el mundo bilidad que fue olvidada. Nos obliga topo y enano que dice: ‘bueno para
porque piensa, sencillamente, que también a ver, lo que en trágica reve- todos, malvado para todos’”34 lo
el mundo es así. lación, Zaratustra nos develó… que conlleva, también, a una gran
El establecimiento del sí-mis- …¡Yo camino entre los hombres como responsabilidad. Aunque parezca
mo (como superación del yo) deter- entre fragmentos y miembros de paradójico, lo fragmentario en el
mina sus relaciones con la totalidad hombres! para mis ojos lo más terri- hombre encuentra su unidad, en
de inmediato. La vitalidad expresiva ble es encontrar al hombre destroza- la superación de la unidad histó-
se manifiesta -en diferente grado- en do y esparcido como por un campo de rica lineal propuesta por la inter-
el desenvolvimiento de su poder de batalla y de matanza. Y si mis ojos pretación cristiana. Esta propuesta
afirmar como característica común. huyen desde ahora hacia el pasa- (la cristiana) fragmenta lo real y
El hombre produce, la naturaleza do: siempre encuentran lo mismo: fragmenta al hombre. Convierte
es absolutamente productiva. Es así fragmentos y miembros y espantosos al hombre en el producto de una
como la necesidad, entendida como azares, pero no hombres!33 entidad separada del mundo y, a la
el terreno puro de la afirmación, no Esta visceral realidad convier- vez, presume separar al hombre de
pueda definirse de un modo distin- te nuestro existir en una búsqueda su real participación que consiste

33 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 203-204
154 34 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 271
Colegio Hispanoamericano

en ser sólo una parte, participando se presume distinto a la naturaleza y


en una dinámica que sobrepasa su El hombre pasa a ser o con privilegios de príncipe. “Yo mis-
fuerza y su entendimiento. bien un “fragmento de mo no he sufrido nunca por nada de
La valoración surge entonces fatum” o criatura de un esto; lo necesario no me hiere; Amor
como una manifestación de aquello Dios trascendente. Será Fati constituye mi naturaleza más
que se “es”, pues valorar y ser ya no un hombre que redime íntima.”36 Diría Nietzsche.
encuentra distancias, antes bien, se o un trasmundano. Será Esta última actitud, la del
identifican en la inaudita expresión entonces “un destino” hombre creyéndose con privile-
de lo que constituye el compues- o tan solo “miembros gios de príncipe, ha sido la de ma-
to-hombre que valora, del hombre yor preeminencia en la historia de
y espantosos azares”
valorable ya que valora, del hombre mundo, sin embargo, han existido,
en un “gigante azar”
valorable en su valoración. Así, las como aerolitos, azares afirmativos,
absurdo y carente de
valoraciones que llevan a enjui- quienes decidieron resolver el mis-
sentido.
ciar los acontecimientos desde la terio, quienes han arriesgado una
perspectiva de lo injusto o de lo no solución, quienes con voluntad
merecido, (la inmunda moralidad) tonces querer el acontecimiento? ¿Es artística buscaron composición al
aparecen como “resentimiento con- aceptar la guerra cuando sucede, la sinsentido y establecieron variables
tra el acontecimiento”, como nega- herida y la muerte cuando suceden? que afirmaban la posibilidad de un
ción de lo real pues juega el juego Es muy probable que la resignación futuro distinto… “todavía combati-
de fragmentar…: aún sea una figura del resentimien- mos, paso a paso con el gigante azar,
…o bien la moral no tiene ningún to, él, que ciertamente posee tantas y sobre la humanidad ha dominado
sentido, o bien es esto lo que quiere figuras…35 hasta ahora el absurdo, el sinsenti-
decir, no tiene otra cosa que decir: En consecuencia el hombre do”.37 Estos hombres, que hemos
NO SER INDIGNO DE LO QUE pasa a ser o bien un “fragmento de fa- llamado “destinos,” son aquellos
NOS SUCEDE. Al contrario, captar tum” o criatura de un Dios trascen- que sin superar el azar, -pues el azar
lo que sucede como injusto y no me- dente. Será un hombre que redime está más allá de las posibilidades
recido (siempre es culpa de alguien),
o un trasmundano. Será entonces humanas-, se han puesto a su altura,
“un destino” o tan solo “miembros “estar a la altura del azar”38. Ahora
he aquí lo que convierte nuestras
y espantosos azares” en un “gigante bien, la indeterminación aparen-
llagas en repugnantes, el resentimien-
azar” absurdo y carente de sentido. cial de los fenómenos naturales, el
to en persona, el resentimiento contra
Tendrá la obligación de hacerse en azar sin sentido, el sinsentido como
el acontecimiento. No hay otra mala
su voluntad de participar, al ser en acontecimiento, todo aconteci-
voluntad. Lo que es verdaderamente
la naturaleza como la naturaleza, o miento como fragmento, visto bajo
inmoral, es cualquier utilización de
bien asumir la prepotente costum- la óptica de la necesidad que hemos
las nociones morales, justo, injusto,
bre común que hace del hombre un planteado, requiere sin requerir, el
mérito, falta. ¿Qué quiere decir en-
contranatural sujeto unitario, que acto afirmativo de quien dispuesto

35 Deleuze,Gille. Lógica del Sentido. Del Acontecimiento. Barcelona; Editorial Paidos, 1989.
36 Nietzsche, Friedrich. Ecce Homo. Madrid; Alianza Editorial; 1982, p. 122 37
37 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 121
38 Nietzsche, Friedrich. Ecce Homo. Madrid; Alianza Editorial; 1982, p. 27 155
Revista de Educación & Pensamiento

a manifestar su voluntad, la prueba miento el instante que soporta en sí poder en un funcionamiento total.
en su relación con lo real, (y probar todo cuanto ha sucedido y a la vez Ahora bien, consideramos que el
aquí su voluntad es tan solo aceptar todo cuanto sucederá. azar en esta relación es tan solo la
su participación activa en la totali- …¡Mira ese portón! ¡Enano! Seguí aparición de lo necesario pero con
dad, por lo tanto SER NATURAL) diciendo: tiene dos caras. Dos máscara, es decir, el acontecimien-
todo esto, a nuestro modo de ver, caminos convergen aquí: nadie los to-necesario aparece, para un juicio
encuentra su composición en estas ha recorrido aún hasta su final. Esa inmediato, como accidental, como
relaciones: el hombre se prueba en larga calle hacia atrás: dura una fragmentario, como muestra de as-
lo real, se relaciona en la afirmación, eternidad. Y esa larga calle hacia tucia natural, como tentación o se-
afirma en el amor. adelante –es otra eternidad–. Se ducción del poder. Sin embargo, (y
Amor Fati es el amor que afir- contraponen esos caminos: chocan aquí es donde nuestra definición de
ma, es la fuerza expresada de un derechamente de cabeza y aquí, en Necesidad adquiere mayor sentido),
cuerpo asubjetivo que pervive en este portón, en donde convergen. el hombre que afirma, aquel que es
similitud formal con la naturaleza, El nombre del portón está escrito parte fundamental en la definición
es decir, en el desenvolvimiento arriba: ‘Instante’39. de necesidad como terreno puro
de su poder como pilar vital. Todo El acontecimiento se asemeja de la afirmación; que ha superado
cuanto sucede se representa como al instante al ser el foco que une dos la inmediatez del acontecimiento y
una oportunidad de conjugar, de eternidades, de allí que el instante lo ha visto desde su perfil eterno, se
hacer variaciones, en fin, de dar una sea tanto eternidad, como posibili- pone a la altura del azar; es decir:
meta a lo que aparece en lo inme- dad, “Pues todas las cosas están bau- afirma en el acontecimiento la tota-
diato como sinsentido. De allí que tizadas en el manantial de la eterni- lidad de lo real. Quiero decir, en fin:
Amor Fati no sea aceptación de la dad y más allá del bien y del mal”40 AMA.
fatalidad, sino experimentación vi- es decir, origen repetido (eternidad) …mi fórmula para expresar la gran-
tal. Esto es estar a la altura del azar o y finalidad sin fin en composición. deza en el hombre es Amor Fati: el no
vivir desde la perspectiva del Amor Azar y necesidad desde la óp- querer que nada sea distinto, ni en el
Fati. Requiere también una potente tica de la eternidad no son térmi- pasado, ni en el futuro, ni por toda la
capacidad para heroizar (redimir) nos antitéticos o nociones que se eternidad. No solo soportar lo necesa-
todo aquello que ha acontecido y contradicen. Al contrario, noso- rio, y menos aún disimularlo –todo
todo aquello que acontecerá. Todo tros entendemos estos términos en idealismo es mendacidad frente a lo
esto encuentra su posibilidad en una relación unificada. Azar (en- necesario-, sino amarlo…41
tanto la percepción que se tiene de tendido como “gigante azar”) se-
aquello que sucede adquiere una ria aquello que aparece carente de
“procedencia” y una “finalidad” sentido, absurdo, fragmentario. Y
distinta a la común. La óptica de la la necesidad la entendemos como
eternidad como nueva percepción la característica de lo real que hace
de lo real da un estatus diferente a del acontecimiento, no un acciden-
lo que acontece, hace del aconteci- te, sino el desenvolvimiento de un

39 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 226
40 Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Barcelona; Ediciones Altaya; 1993, p. 235
156 41 Nietzsche, Friedrich. Ecce Homo. Madrid; Alianza Editorial; 1982, p. 54

También podría gustarte