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POLÍTICA ANALÍTICA

Por Juan Fernando Perdomo *


¿DÓNDE QUEDÓ LA BOLITA?
(Presupuesto del 2005)
En los últimos días, la opinión pública nacional ha seguido con profundo interés el
intenso proceso de debate que suscitó, tanto en la Cámara de Diputados, como en
el Senado de la República, el procesamiento de la Ley de Ingresos de la
Federación para el 2005, así como otros ordenamientos de la miscelánea fiscal.

Al respecto, se han pronunciado ya diversos sectores de la economía y líderes de


opinión para recordarnos que sigue vigente la aspiración de una reforma fiscal
integral, que supere las circunstancias coyunturales, para darle sustentabilidad a
la capacidad recaudatoria del Estado y en general para crear las condiciones de
generación creciente de los ingresos que requiere el desarrollo del país.

El presupuesto, por otra parte, estará autorizado, sin duda, mucho tiempo antes
que el año pasado, ya que estamos en noviembre y el año pasado se autorizó el
31 de diciembre. Los Mexicanos confiamos que el PRI, PAN, PRD, PVEM, PT y
Convergencia estén a la altura de las circunstancias.

Antes de que continúes la lectura, te ruego que te preguntes; Si el recurso es


escaso, ¿A que rubro hay que asignarle mas presupuesto?
¡Esta es una pregunta difícil! Pero no cabe duda que la mayoría buscaríamos que
se enfocara a rubros que generen productividad, generen empleo, impulsen el
desarrollo y, no menos importante, apoyen a los más desprotegidos.

Como es de todos ampliamente conocido, el factor que ha impedido que la


ausencia de una reforma fiscal integral, derive en una crisis presupuestal, ha sido
el petróleo, generador de recursos excedentes, que ha sostenido en los últimos
años, precios récord en el mercado mundial, lo que si bien constituye un alivio
momentáneo, no puede significar la panacea, ni mucho menos, la solución
permanente a la endemia que caracteriza a nuestro régimen fiscal hacendario,
menos aún cuando el equilibrio de las finanzas públicas, se ha sostenido a costa
de la necesaria capitalización de PEMEX.

Con esta consideración previa, es de lamentarse que no hayan podido concretarse


los consensos necesarios para una reforma integral en la materia y que hayan
prevalecido las diferencias por sobre las exigencias de la sociedad, que son reflejo
del mas alto interés nacional y abriga la confianza de que antes del término de la
presente legislatura, se puedan concretar con suficiencia y a plenitud estas
legítimas aspiraciones.

Por el momento, y bajo las premisas en las que se sustentó el paquete de


ingresos para el año 2005, ya se contemplan ingresos totales, para la federación,
por 1 billón 818, 442 millones de pesos, techo de referencia para la formulación
del “Presupuesto de Egresos de la Federación”; un presupuesto, cuyo dictamen
podría considerar un incremento de 50 mil millones y una reasignación de 41 mil
millones de pesos, con relación a la propuesta del Ejecutivo Federal.

Cabe aquí puntualizar -para reivindicar un hecho que contrasta con la idea que
predomina de que “el legislativo ha obstaculizado sistemáticamente el quehacer
del gobierno federal”- cuando que, como lo evidencia este proyecto de
presupuesto, se están liberando mas recursos que los originalmente previstos por
el propio Ejecutivo, con su consecuente derrama en programas y acciones de los
tres órdenes de gobierno.

Como ejemplo de lo expresado bastaría destacar que el dictamen sería superior


en 20 mil millones para el CAMPO (tentativamente 145,200 MDP); en 21 mil
millones para la EDUCACIÓN y el DESARROLLO SOCIAL; para
INFRAESTRUCTURA CARRETERA en 17 mil millones (por 28,400 MDP), y para
SALUD en 4 mil millones. Todos ellos, recursos adicionales a las cifras
originalmente estimadas por la iniciativa sustentada por el Jefe del Ejecutivo
Federal.

No menos relevante es el hecho, de que el proyecto de decreto que aprueba el


“Presupuesto de Egresos de la Federación”, ha mantenido el impulso al
federalismo, al incorporar una vez más el “Fondo de Apoyo a Estados y
Municipios” y al que se han asignado 17 mil millones adicionales, no considerados
en la iniciativa del presidente.

En consecuencia, no ha sido el recelo de otorgar mayores recursos a los


gobiernos de los tres niveles, lo que ha marcado la pauta y la constante en los
trabajos realizados por la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, y que
sustenta la formulación de este dictamen. Si, en cambio, retomar una exigencia
social para que a mayores recursos corresponda también mayores
responsabilidades en el control y en la transparencia del destino de los recursos,
que se asignan a dependencias, organismos, gobiernos estatales y municipales.

Lo que sería imperdonable e inaceptable es que estos recursos se destinen a


“fondo perdido” para el gasto corriente e improductivo, ignoren la necesidad de
estimular la planta productiva, la generación de empleos y el desarrollo de
infraestructura.

Contundentemente, podemos afirmar que no es el caso del presupuesto para el


2005. Ejemplo de ello, es el fortalecimiento de programas e instituciones, como las
que a continuación se mencionan:

Se incrementan en un 16% los recursos destinados al campo, con una asignación


sin precedente en por lo menos la última década, y dentro del mismo se confiere
un apoyo relevante a los pueblos indígenas y a los programas con enfoque de
género, así como a la defensa de los derechos humanos de nuestros migrantes.

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Se espera un apoyo a programas de amplio impacto y cobertura social, como
Oportunidades (32,843 MDP) y el Seguro Popular (8,596 MDP), y que se
mantenga el impulso sostenido a los programas de vivienda, en sus diversas
modalidades; todo ello, en reconocimiento a los beneficios que de forma sostenida
han demostrado estas acciones. Se premiaría así la gestión de actividades de alta
rentabilidad social.

Se espera un incremento considerable en los recursos originalmente previstos al


sistema de educación básica y normal, con especial énfasis al subsistema de
educación superior (319,063 MDP); expresión de ello, serían las reasignaciones a
favor de la Universidad Nacional Autónoma de México y al Politécnico
Nacional, así como las más importantes universidades públicas de los estados.

En contrapartida a este esfuerzo presupuestal, se espera una introducción de


nuevas e importantes reglas de transparencia y rendición de cuentas, el
intercambio de información presupuestaria y de gasto público, y que se
mantengan medidas de austeridad y racionalidad, con pleno respeto a los
derechos adquiridos de los trabajadores.

Finalmente, por primera ocasión se introducirían disposiciones precisas, para que


el ejercicio de los recursos se realice conforme a un calendario que deberá ser
publicado y difundido por las autoridades hacendarias, con objeto de dar
certidumbre al ejercicio presupuestal, así mismo, se establecería la obligación de
que los sub-ejercicios de gasto sean subsanados con oportunidad y en su caso se
reasignen los recursos que se ubiquen en esta circunstancia, a programas de
desarrollo social y de inversión.

No obstante se debe reconocer que, a pesar de este esfuerzo, prevalecen


insuficiencias frente a las expectativas y necesidades de otros diversos sectores e
instituciones pero, el presupuesto que sustenta, promueve la disciplina y el
equilibrio presupuestal, la racionalidad del gasto y esta dotado de un espíritu
federalista y una inobjetable vocación social.

Muy pronto veremos que deciden los diputados, en lo que es su responsabilidad, y


sabremos de los resultados de su decisión.

*Juan Fernando Perdomo es egresado del TEC DE MONTERREY.


Servidor público, empresario y político ( jperdomo@infosel.net.mx )

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