En el multiuniverso un tambor detonante despierta todas sus partes, las
mantiene alerta ante las dulzuras del desastre. El corazn del mundo parece entenderlo todo y resignarse a recoger luego las porciones despreciadas de universos poco nombrados. Las estrellas titilan asustadas por la velocidad de las luces y todos los ciudadanos del planeta preparan rituales para su llegada y su partida, esperan atentos los minutos de bondad y de placer que les esperan as despus venga la muerte. La alternativa de universo se apoder de todo el espacio de esta ciudad por un segundo, llenando de un espejismo bi-color el espacio naturalmente colorido, poniendo de cabeza el buen pronstico de los vientos, cambiando por completo la prediccin de los astros y escupindole versos a los profetas menos probables acerca del futuro de sus habitantes Al final la vida se haba acabado, pero no la historia. Mientras el tambor no sonaba, el silencio y la nostalgia reinaban la ciudad; y la soledad era la madre que acoga a su nico habitante, yo, el culpable de los finales suspensivos