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a ee CONFLICTO Y DEFICIT: IMPLICANCIAS PARA LA TECNICA BJGRN KILLINGMO, Osio InTRoDUCCION _ En el psicoandlisis tradicional, la psicopa- oes tologia.es-conceptualizadaen términos de a amon pen tes patrones de oposicién ent ede ser el de un suftimiento 0 \s estru eta paaTVaculppere pelogeee ietenecis Ader férmu- ambiente no es fundamentalmente el de una la principal de la evoluci cgicaeslasi condena moral que se opane a los dese“ pul- deseo pulsional edipico-represién- rata deur pr in- forms intomas. Estama- blemade'falla, “feertenn 3 ae ‘que el objeto no re: neta de conceptualizar Ia patologia presapo- _ ponde.emocionalr lanera-ade- ne un cierto grado de diferenciacién estractu- —cuada en términos de fases a las necesi- val. En primerlugar,los propiossistemasque dades evolutivas del nifo. ~ ‘se supone estén en conflicto entre si tienen Por lo tanto, a nivel de principios, debemos que estar separados. En segundo zlogar, i tiene hablar de des mecanismos patologicos sepa. ausestablecerse una diferencia rados, elidehconflicto'y el det déficit. A.dife- icto, la nel déficit se-ea- intras mo. 4 as is -una estruct, si-mismo, la QPF tu r lugar, ; . sion de Ste i lo [Iaidenti i ae'eapaci- BRE cstructural que te permite utilizarlarepre- | irse_emocionalmente ‘con St sis nodes los objetos-(Kernberg, 1975), es decir, que la Zz be “Sir embargo, tanto a experiencia Glinica / propia evoluc'$n de la estructura del yoha si- como la evolucién tesrica, especialmente du- | do daftada, BFE rantelos vltimos 20 afios, parecen exigiruna El enfoque eada vez més amplio de la psi- “BFS revision, oporlomencs unaampliacién, dela eopatologia mencionado lineas arriba es re- § £5. teoria clasica. Primeramente, une-inmensa sultado principalmente de la evolucién tedri- Bt lar ca dentro de la psicologia de las relaciones ob- veantidad de evidencia clinica tiendeaseftal _cl inicio. dela-patologiavantes-detaetapa en _jetales y de la psicologia del si-mismo. Obvia- ‘que se supone seha producidola-diferentia- mente, esta nueva perspectiva cuestiona ~~cidn-estructural-mencionada“lireas arriba monopolio que ha ejercido el concepto de con- (Cali, 1980). Luego, las.propias mecesidades flicto dentro de la teoria tradicional, En en juego en el proceso patolégico.no siempre lineas generales, tres posiciones tedricas ¥es- ien-_pectoal-eoneepto de conflicto parecen serlas jonal(libidinal o agresiva). También _predominantes-en-el-psicoanalisis contém- ,evolutivas Tolpin, 1978), enmo pordneor la-necesidad-de-una fusion simbiética (Mah. ler y otros, 1975) 0 lanecesidaddelwafirma- (1) El conficto debe ser-cancebido.como cidn-delsentimiento bésicodetsi-migmo(Ko- existent En altima ins- hut, 1977), -pueden-jugar—ur-rol~inde-‘tanela, to se basa-en el Bendiente como fuerzasmotivadoras de edict intrapsiquio, El psioandlisis como- n2 Brocedimiento terapéutico es aplicable, en rincipio,.a toda la gama de as Beta seria-la posicién kleiniana. (2) El conflicto debe ser restringido alcon- flicto-intersistémico tradicional. El. trata- mientopsicoanalitico también debe estar res- /Aringido ala patologta-basada El déficit evolutivo, perteneciente a las pri- meras etapas evolutivas indiforencladaa 5, eS trictamente hablando, cae fiera del dominio te6rico especifico del psicoandlisis. rece ser la posicin de Anna Freud (1981). (3).Elconcepto de canflicto debe ser com- lésica no_ puodo-oniventortode-ie gas de palsies” estructurales” encontradas-en-lapréetica clinica. Por lo tanto, se necesita ampliar los alcances de la técnica analitica. Este ‘tercer punto de vista! parece estar implicito, sibien no ha sido planteado abiertamente, en los es- critos de varios te6ricos contempordnens(Ge- do, 1981; Robbins, 1983; Tahkd, 1984). Es tambiénel punto de vista que yo defiendo (Ki- Ningmo, 1985). — Este terse punto de vista implica que la estructura de Ia personali ‘que ser_ brofundamente evajuada en cada caso ex pecffi stepdoranclery-uptiarantssecceesiooss te tal fico: BI Se ciwalcaeeiaieeaen manera que se adectien-a dicha estructu- nera consistente, el una teoria quele permit tallada den rregulardad estructural end cir de las variadas constelaciones de conflic- tos y estancamientos de la evolucin y dé su organizacién resultante, asi-como de su es- tructura jerérquica. Equipado con tal instru- mento, que le permita entender la informa- ign clinica, el analista estaria en posicién de de BJORN KILLINGMO cin terapéutica,al igual que nuestro ent imiento deta relacién entre las dos. presente articulo tiene dos propésitos. Primero; diseutir cémo Ia distincion concep. tual entre déficit y conflicto puede contribuir a.un.entendimiento-més preciso y al mariejo ‘erapéutico de una variedad de patrones.es- trueturales, es decir, de la variacién entre un Pacientey otro, asf como dentro de un mismo aciente entre tn momento y otro, o entre un rea de sw personalidad y otra. En segundo lugar, diseutir eémo esta ampifacién en Ta comprensién de la psicopatologia afectaré el enfoque psicoanalitico estdndar. Dentro de cesta perspectiva, se discutirdn con mayor de- talle los siguientes problemas: ‘L. {Qué-diferencias produce la-distineién ship cof y det om In etatoginto- +2. ,Cémo se ve afectada la transferencia p I lings afd a anes (3. jCémo aparecen los derivados del défi- it Gi ol material clinico? 4. lmplice-el concepto de déficit una mo- dificacién de la actitud analitica? DOS ESTRATEGIAS TERAPBUTICAS ‘Como se_mencionara_anteriormente, el concepto de contficto intersistémico presupo- inentre los sis- ‘nasal yoy supe, Ademés, de- ferenciacién dentro del “propia, Babine : luye una cierta capacidad derepresentacién en lo-que respecta a: (OLarelasiinentrecausay efeetociroansn. “o) El si-mismo como iniciador de pensa- tos y acciones. (3)El_ sf-mismo como entidad inde- pendiente de otros objetos y sucesos.. ~~ Dadas estas caracteristicas estructurales, ampliar sus intervenciones de tal manera _podemos imaginarnos a un nifio eapaz de ex: ue correspondan con mayor exactitud al es- tado del yo en cualquier momento. dado dela. ~terapia, Quizés-esta sea una situecién ideal que nunca leguaremos a aleanzar. Pero, por otro lado, siempre sera posible refinar tanto Ja evaluacién estructural como la interven- perimentar que cierto evento ‘malo’ tuvo lu- gar por una razén determinada y que 61 mis- ‘mo tuvo alge que ver con que ello sucediera, _pero sabiendo simultdneamente que ‘no era totalmente culpable’ (Myerson, 1981)""EI yo" se ha desarrollado hasta un nivel en el que es 1 Bn este aticulo, se utiliza el término “analiste” aun cvando las intervenciones técnicas aplicndas cnen fuera de lo que comiinmente se considera com psicoendliis, CONFLICTO ¥ DEFICIT capazde experimentary representarlainien- “Gr reoponeble de foempalase econes 7 sos, x ni i io. (més adelante regresaré al asunto de la intencionalidad se- cundaria). Este nifio, al ser ca nee- Ddirse. ee eat scncmanae. iz it ‘morizarse. jias_malas intencio- nes. En consecuenci: establecerd meca-> ni ‘asi mistao, ipal- brirde quién teme qué. Deesa manera, pode- ocultos... incipal diferencia entre. conflicto.y iad asta teteredeertoreinoe Oe representacién del significado intencional.~ Asi, el déficit hard referencia a una patoiogia donde (existe una intencionalidad prima- Ha. sea aun estimulo abrumador, fr fecuado o ala i yo ha sido dafiado en un momento.en-el que 5 capacidad para representar causas y efec- su capacidad para experimentar al mismo como un centro estratégico no se han jotodavia. Blresultadode esta fal-~ iferenciacién del yo.es-un.estado de ‘confusiény de sentimientos amorfos..de vergiienza y culpa. Por Jo tanto, en la pato- Togia basada en el déficit no se trata de defen- derse contra la angustia relacionada co ‘malas intenciones, , por ejemplo, necesidads ‘ints ysntieaton reid dirs ae as cidn-entre.conflieto y.déficit para la estrate- eine dail a Toque: ia basada en con- -flictos, la tarea: far al yoen e-enfrentarse @ ims ‘afectos arcaicos, eo enitaciones abjetales intern proyectadas “Tal emp) ciente sacubrir, es decir, para buscar los significados ocultos. Sin embargo, en lo” qué respecta-a la patologia basada en el défi- Git, el esfuerzo terapéutico no se dirige 113 restore eae ne an ocultos~ . sino mas bien # ayudar al yo a experimentar el significado mismo. No se trata de encon- trar algo més sino de sentir que algo existe. ‘Al trabajar dentro del dominio del mate- rial basado en conflictos, el analista espera que el paciente se alie a él para investigar tanto el conflicto como la resistencia contra el propio esfuerzo de investigacién. La perspec- tiva terapéutica seré principalmente to- pografica y las intervenciones serdii de tipo interpretativo, siguiendo la férmula de: ‘Lo que Usted ha estado deseando, pero que-al ‘mismo tiempo lo ha atemorizadoy le ha cau> sado culpa, resistiéndose por lo tanto a tomar conciencia de ello, es *, Incluso aun- que le cause incomodidad, el paciente serd ca- paz de aceptar que la invitacién a explorar dentro del significado latente es bésicamente una actitud de ayuda por parte del analista. ‘Sin embargo, al trabajar con derivados del | cit, el analista no puede esperar que l pa- Gente experimente sin mds ni mds su invita- cidna investigar como unbenevolente actode ayuda. Es ms probable que sea interpreta- da en iérminos de critica, provocacidn 0 ata- ‘que. Esto debilitaré la alianza de trabajoy en Ultima instancia constituiré una amenaza para la continaacién de la terapia. Por lo tan- to, con respecto almaterial basadoen un défi- cit, a perspectiva terapéutica noes prineipal- ‘mente topograéfica sino que busca (1) corregir xy separar las representaciones si-mismo-cb- jeto distorsionadas o difusas y (2) producir la estructuracién de aspectos de las relaciones objetales que todavia no se ha alcanzado en Taevolucién previa, Con este propésito, lasin- a tervenciones ael analista deben tener no ‘naturaleza interpretativa sino una naturals \za afirmativa. {Cudles son las caracteristicas de una in- tervencién afirmativa? Los cuatro elementos planteados por Cissna y Sieburg (1981) pare- “cen estabh Ja esencia psicoanalitica del concepto: Q)bl elemento de existencia, (2) el elemento de relacién, (3)elelemento de valor y @a elemento de validez de la experiencia. Una intervencién afirmativa no siemprein= cluye los cuatro elementos, sino que puede enfatizar uno de ellos. Asi, algunas veces la validez de la experiencia serd la caracteristi- ‘a que necesita ser confirmada con mayor ur- gencia. Una intervencién pertinente. seria ‘mas o menos de la siguiente manera: ‘Lo que Usted siente es correcto, En esa situacién us- ted no tenia otra opcidn. Usted hizo exacta- 4 mente lo mejor que podia haber hecho’. La na- turaleza afirmativa puede ser transmitida mediante intervenciones de diferente com- plejidad logica y contextual, que van desde oraciones simples como: ‘Lo que usted vio de- be haberle resultado tremendamente pertur- bador’ hasta reconstrucciones mas integ-“!es ‘que busquen deshacer las conexiones falsas tanto a nivel emocional como cognitive. Se han utilizado varios términos para ha- ‘cer referencias a intervenciones distintas a la interpretacién tradicional. Asi, Ornstein y ‘Ornstein (1980) hablan de la ‘interpretacién empatica reconstructiva’, Tahka (1984) de ‘explicacion empatica’, mientras que otros utilizan el término ‘reconstruceién’ como otra ‘categoria amplia de intervenciones distintas dela interpretacién (Sandler, 1984). Yo suge- rir'a que todos estos términos se agrupen ba- jo el titulo de intervenciones afirmativas. En miopinién, esta amplia categoria tambien in- cluiria términos como ‘contener’ (Bion, 1962) xy ‘sostener’ (Modell, 1976; Winnicott, 1965). Si bien estos términos engloban mas aspec- tos yhacen también referencia a otros aspec- tos mas implicitos del comportamiento del analista, contribuyen al establecimiento dela calidad de significacién a lo experimentado. Ciertamente, lo afirmativo no depende de las palabras; puede ser transmitida por medio de un silencio pertinent Para conclair, a nivel de principtos pode- mos distinguir entre dos tipos de estrategia terapéutica: (1) la revelacion del significado BJORN KILLINGMO Dentro de la tradicién Kohutiana, seh una distineién entre transferencia-del obje y transferencia del objeto-st-mismo* (Orns- tein y Ornstein, 1980). la primera hace referencia a la transferencia 9, mientras que hace referencia derivados de un defiit. Sin embargo, para los propésitos del presente trabajo, puede cuestionarse la utilidad del concepto de transferencia del objeto-si-mi ‘mo. En la medida que hace referencia s6lo a tres patrones de transferencia narcisista, ‘imagen especular’, ‘idealizacién’ y ‘hermano gemelo’ (Kohut, 1984), el concepto parece de- masiado limitado como para abarear todos los tipos de transferencia de relaciones objetales distorsionadas que se asocian a la patologia basada en el deficit, como por ejemplo la transferencia- ‘fusion’ (Hedges, 1983). Ade- mds, no sélo el contenido de la transferencia fs de interés clinico, sino también aspectos formales como la coherencia, la diferencia- ci6n, la rigidez y la estabilidad de la transfe- reneia, los cuales son tremendamente rele- vantes. Estos aspectos, que transmiten infor- ‘macién sobre el nivel de organizacién estruc- tural, no son enfatizados por el concepto Ko- hutiano. Otra objecién es que el concepto de transferencia del objeto-si-mismo, tal como la explica Kohut, implica coneebir al analista tinicamente como herramienta para la cons- truccién de estructuras, descuidando su posi. cin también como objeto de acciones y afec- tos relacionados con las pulsiones (Curtis, y (2) la creacién de significado; siendo la pri-. 1983). Eniltima instancia, el analistano s6lo ‘mera pertinente principalmente en contextos de conflicto y la Pi nda e re un significado, el tipo pertinente de interven Stearate -intervenciones de tipo afirmativo. DOS PATRONES DE TRANSFERENCIA ‘actiia como una ‘comadrona’ en el nacimien- to de una representacién coherente del si- mismo sino que también es el modelo para una amplia gama de fanciones del yo. Asi, pues, necesitamos de conceptos més amplios, ppor lo que en lo sucesivo utilizaré los térmi nos trar ‘ia FSalebjoet 2 Esta distincion parece en cierta medida paralela tructural" (1980) la que hace Takh& entre tr sforencia “estructural” y “prec: CONFLICTO ¥ DEFICIT des.asociadas a ellos somproyectadas incons- ‘ientemente.en,cl-analista-con la esperanza Spraieneeerareatnsen rene constituyen repre- sentaciones.. objetales--completas, — inde- cela Q ~ objetales. Ademés,, - importantesen la vide de la-persona-Estas representaciones y las diferentes necesida- up del objeto y de su 3 - ras despersonali “Asi, en principio, la transferé flicto hace referencia wta repeli sidades dirigidas hacia las representaciones > del objeto, mientras qu 5 to para que se produzca una mayor diferen- ciacién estructural. La diseusién en curso puede haber dejado 1a impresion de que la transferencia de con- flicto yla transferencia de déficit son fenome- nos psicolégicos diferentes. Sin embargo, la diferencia se da mds a nivel conceptual que a nivel de la observacién clinica. Por definicién, la transferencia de deficit hace referencia a tuna orientacién emocional sin un contesiiJdo especificamente dirigido al objeto. Sin embar- 0, en la préctica clinica no se presentaré asi Como la transferencia de conflicto, la trans- ferencia de déficit estard cargada de signifi- cados que son proyectados en los objetos. La razé6n para esto es que en la vida psiai siempre se esta produciendo un procesode or- ganizacién (Killingmo, 1985). A través de es- te proceso, los defectos estructurales que se originaron a partir de traumas tempranos serdn organizados dentro de .structuras pos- teriores de origen conflictual y de esa mane- ra adquiriran un significado dentro de con- textos continuamente cambiantes. En el a- = dulto, el proceso de organizacién se habra ve- nido desarrollando durante un tiempo pro- Tongado -combinando derivades de déficit. y de conflicto en patrones complejos del cardeter-demanera que es.casi imposible dis- tinguir con precisién uno del otro. Lo que denominaré ‘intencionalidad-se- Soltiatia: puede stv cine qemipre Eran - Seeci6n anterior, se introduye el concepto de intencionalidad primaria en referencia a la capacidad rudimentaria del yo del nifio para experimentar la representacién del sf mismo ‘como responsable de sus necesidades y senti- micatos. Se supone que esta diferenciacién estructural constituye un prerrequisito para el desarrollo de una patologia a nivel de con- flictos. Sin embargo;laspatologias que seori- ina a nivel de deficits también Setat Situs carecsoeiey itanBRaor ed icialmente, el nifio no tiene una par- ticipacién intencional en el trauma, pero es posible que, como un acto de organizacién posterior, transfiera las malas intenciones de otras relaciones conflictivas hacia el trauma, con el fin de otorgarle significado a una expe- rriencia que de lo contrario resulta confusa 0 aterradora. Después de todo, el mundo pue- deresultarie mas tolerable aun nifio pequefio si piensa que su madré lo dejé porque era un nino malo en ver de tenier que enfrentar el he- cho de que su madre simplemente lo aban- 116 BJORN KILLINGMO } doné. Ademés, esta realidad simple proba. | blemente desencadenarfa una ira de una na. { turaleza tan amenazadora que resulta mas seguro culparse uno mis 0 demos hablar de dos tipos de sentimientos de culpa: (1) uno basado en las malas intencio-_ _ " os | Bros Genen fumntes diferent nee { de aspectos sutil cia ue Spee tea ie eamaorncin a, ‘acuerdo a cémo se lleva a cabo el proce- so organizativo, pueden sui combinaciones de déficity confli ida (muy 0 para llegar a una F Tes 0 jado no podré ser satisfecha de amor mutuorBa gensralrel a cote ‘poco neutralizada) ti Asi, la angustia de castracién del conflicts ice puede adquirir una di- mensién equivalentea un desastreo aun fra- caso total cuando se afiade a la figura un sf- ‘mismo previamente fragmentado. En la medida que los derivados del conflic- to dindmico y los derivados de los defectos es- tructurales estan organizados en patrones complejos, no se les debe considerar como ‘componentes separados que han sido reuni dos sino més bien como aspectostiferentes fenémenos uniformes. Este punto de vista pa- rece estar en concordaneia con lo planteado Por Wallerstein: ‘Pues en el flujo del material clinico analitico siempre estamos en el mun- do del ‘tanto/come’. Constantemente nos en- frentamos tanto con lo edipico, donde existe un si-mismo coherente, como con lo preedipi- c0, donde éste no existe; tanto con regresio- nes defensivas, como con paralizaciones de la evolucién; tanto con transfereneias defensi- ‘vas, como con resistencias defensivas y con recreaciones de estados trauméticos mds tempranos’ (1983, p. 564), Siguiendo zonamiento, deberia anularse también la tineién entre transferencia de conflicto transferencia de déficit. Cuando se aplican a. la situacién clinica, parece més adecuado considerarlas como expresiones de cualida- des diferentes de la transferencia antes que como formas diferentes de transferencia. _IMPLICANCIAS CLINICAS, Las implicancias terapéuticas de la distin- ign entre déficit y conflicto hacen que la ma. era de escuchar del analista cobre mayor importancia. Ademés de tamizar el material linico en busca de significadosinconscientes, el analista continuamente tiene que dejar que el material pase a través de un proceso de enjuiciamiento del gradode diferenciacién, estructural que se refleja en él.Ciertamente, éste no es un proceso de decisién consciente. En el elinico experimentado, se trata de una forma altamente automatizada de percepeién -que forma parte de la atencién libre flotan- te, Sin embargo, incluso los clinicos més e) perimentados pueden ficilmente dejar pasar indicios sutiles que apuntan hacia derivados de déficit. Superficialmente, puede parecer ‘que el material tiene su origen en un contlic- to, lo que leva al analista a intervenir en un nivel que es demusiado alto con respecto al nivel donde esta organizado el nticleo emocio- nal del material. AT hacer esto, deja de ser ac. cesible para el paciente, quien en consecuen- ia no puede sacar provecho de la interven. cin. Como ya se planteé, la distincién entre transferencia de conflicto y transferencia de Aéficit puede resultar vtil como herramienta conceptual para juzgar el material disponi- ble. Sin embargo queda la siguiente interro- gante: {Cémo se reflejan a nivel elinico los de- rivados del déficit, cules son las sefiales clinicas que el analista debe recoger? A con- tinuacién, se presentaré un breve extracto de tun didlogo terapéutico, con el propésito de ilustrar elinicamentey Hamar la atencién so- bre el problema de intervenir terapéutica- mente a nivel estructural, as{ como mostrar algunas cualidades caracteristicas de la transferencia de déficit. La paciente, una mujer de 28 afios, vino al tratamiento quejandose de una sensacién ‘r6nica de vacio y falta de alegria. Ella se es. taba desempefiando muy competentemente en su profesién de enfermera. Sin embargo, CONFLICTO ¥ DEFICIT no habia tenido relaciones fntimas con ningwin hombre y, aunque tenfa muchas ami- ‘gas, no sentfa aningunaemocionalmentecer- cana y experimentaba un sentimiento cons- tante de soledad. Ella era la mayor de cinco hermanos y desde muy corta edad se esperé ‘que se ocupara de sus hermanos menores, pe- ro sin darle a cambio ningtn tipo de erédita.o de privilegios. La madre parecia haber sido una persona muy egocéntrica e inestable, ‘muy poco afectiva con sus hijos a los que de- mandaba una disciplina estricta. La pacien- te nunca habfa estado segura de contar con la aprobacién de su madre. Tan pronto como la madre se sentia mortificada con los nifios, y especialmente con la paciente, quien por ser la mayor se suponfa que debia saber eémo comportarse-, abandonaba repentinamente a casa. Los nifios se quedaban angustiados, esperando su retorno, sin saber si éste se pro- duciria. La paciente habia estado en psicoterapia de orientacién psicoanalitica durante tres afios. La transcripcién proviene de una fase de la terapia en la que se habia Hegado a un punto de estancamiento. Sesién a sesién, la paciente insistia repetitivamente en que el analista debia decirle lo que ella estaba pen- sando mientras permanecta sentada en silen- cio. En numerosas ocasiones y de diferentes maneras, el analista habia comentado sobre la naturaleza insistente de su demanda y la habia incentivado a que tratara de descubrir qué necesidades estaban siende expresadas por esta actitud. Sin embargo, estos comen- tarios eran experimentados ‘regularmente por la paciente como un rechazo, lo que a su vez daba como resuitado una actitud de ma- yor demanda. La secuencia elegida se desa- rrolla de la siguiente manera: 1A: Mi invitacién era a que juntos mirdramos lo que estaba sucedien- doen su interiorante esta situacién Es como si esa perspectiva se hubie- ra perdido. i, se ha perdido. Yo sélo siento que usted la ha introducido por mi. 3.A: Es provechoso que esto salga, no? Después de todo, demuestra qué tan uly insegura esté usted de mi y cudn presionada se siente, por lo que la perspectiva de trabajo que tenfamos se ha perdido. Me imagino que lo mismo sucede fuera de la terapia también. Si, ast es. Pero afuera no me preocu- pa. Aqui es diferente, Aqui se pre- siona todo hasta el limite. — 5A: i, ZY no es eso provechoso? Nos da Ja oportunidad de trabajarlo aqui. 6.P: Si, pero me hace sentir muy insegu- 7. A: Pero, {no cree usted que podria ser Util dejarlo salir, de manera que pu- diéramos trabajar precisamente esa sensacién? Si, pero al mismo cerme retroceder. iiempo puede ha- {Retroceder? : Si, usted estd pensando: ‘oh, Dios, ella ha estado viniendo todo este tiempo aqui y todavia muestra -jes- to es todo lo que ha avanzado!” : Usted todavia no esta segura de que ‘yo pueda aceptarla, : ¥ el hecho de que usted use la pala- bra ‘invitacién’. También la usé la sesién pasada -que ‘yo la estoy invi- tando’ a algo. En primer lugar, no entiendo qué tipo de invitacidn es - gse da cuenta? Yo no la veo como una invitacién. Para mi es una pro- voeacién y un ataque -mientras que usted tenia una intencicu totalmen- te diferente -jjaque mate! 13. A: Si, la comprendo. As{es como usted me ha experimentado. Anotaciones.* No. 1: Al utilizar la palabra ‘invitar’, A 3 Sdlo se comentarn aquellos aspectos del material que sean relevantes para la dscusién conflicto/déicit, Los problemas de transforencia y contratransforencia que también aparecen en el material serén cbviedos. us BJORN KILLINGMO Presupone que P esta motivada a descubrir algo, También da por he- cho que P tiene tanto la eapacidad como la voluntad para soportar el displacer a cambio del beneficio de aleanzar un objetivo de orden su- Perior que ha venido siendo pos- puesto. Esto implica’un funciona miento del yo a un nivel organiza- 0 complejo, Larespuesta de Pro refleja ningu- na alianza de trabajo, lo que indi- ca queel yono esté funcionando en elnivel esperado. Asi lo que A pre- tende que sea un trueque ventajo- 50 es experimentado por Pcomoun acto de malicia, Este seria un cla- ro ejemplode desencuentroestruc- tural, No. 3: ‘Sin embargo, A no pereibe que él ya noes emocionalmente accesible para P. Por el contrario, al intro- ducir la palabra ‘provechoso', Aes- pera que P adopte una cierta act tud instrumental que requiere que elyoesté funcionando al mismo ni- vel o a un nivel superior. Por esto, lapresion se incrementay A setor- na atin mas distante a nivel emo- cional para P. No. 4: P responde expresando casi abier- tamente céme la relacién con A constituye un asunto de vital im: portancia. Nada mas importa. Es como si Pestuviera haciendo sonar una alarma. No. 5: Todavia Ano recibe la sefial. Alin- sistir en la actitud instrumental (véase No. 3), él pierde la oportu- nidad de captar el casi desespera- do grito subyacente en el discurso do P:‘Siusted me deja Lodo habra terminado!” No. 6: Pnose ha resignado, Todavia tra. tade hacer llegar su mensaje: us- ted no debe dejarme”. Sin embar g0, la palabra ‘pero’ indica que la No.7: No. 8: No. 9: No. 10: No. 1: desesperacién a tomado un. més agresivo. Esto puede ami zar en ultima instancia la de la alianza terapéutica. Como respuesta, A también adop- tala palabra ‘pero’. Esto transmi- te una actitud argumentativa que afade a la situacién un elemento agresivo y generador de culpa. Ciertamente, la relacién entre Ay P ya no es de cooperacién sino de confrontacién En su respuesta, P elige un térmi no bastante especial, ‘retroceder’. Superficialmente, esto suena algo impreciso. Sin embargo, dinamica- mente, esta misma falta de preci- sién puede constituir un punto im: portante. Es probable que sirva co- mo cubierta de un peligro mas se- io -posiblemente el de suicidio- aun guando Pro sea conscientede Obviamente, la metacomunica: cién transmitida a través dela pa- labra ‘retroceder’ intriga a A y le hace modifiear el nivel de inter- vencién. Ahora, él se abstiene de presionar a P para que colabore mas y se restringe a plantear una pregunta simple. En respuesta, P expresa abierta- mente su temor de ser abandona- da por A. Aun cuando la palabra todavia puede comunicar un cierto repro- che por parte de A, el mensaje de P parece haberse hecho visible. Ahora A se da cuenta dela aguda necesidad de P de tener confirma- dos sus sentimientos inmediatos, Esto es satisfecho por A simple- mente planteando cémo esta expe rimentando P la situacién. De es- ta manera, él transmite su com- Prensién y aceptacién de laque sig- nifica ser P. 4 Esta hipotesis no se justifica slo sobre la base del presente material. Sin embargo, si xe revisa material ante rior, parece probable, CONFLICTO ¥ DEFICIT ng No. 12: El pasaje mas extenso que vienea te significative. En términos metaféricos, la continuacién indica que el matiz persona con déficit est siempre esperando a afirmativo de a intervencién de A Godot. Al mismo tiempo, cuando se habla de hha disminuido el nivel de tensidn _un‘paciente con deficit, debe enfatizarse que enP. Ella ahora es capaz de tomar el término no hace referencia a la personali- ierta distancia respecto a sus ne- dad en su conjunto sino sdlo a aquella parte cesidades y, de esa manera, brin- de la constitucién psicolégica que se ha deri Gar una explicacién mas coheren- _vado del déficit. Ni siquiera a nivel hipoté tedecimoestdexperimentandost co scria razonable concebir a un individuo to- relacién con A. Esta seria una talmente sin conflictos, ~ muestra de c6mo la afirmacién Hemos llegado a la tercera pregunta plan- puede mejorar el funcionamiento teada en la introduccién de este articulo del yo. {Mediante qué signos pede decidir el analis- ta siel material clinico al que se enfrenta se No. 13: Ahora Aesté completamente cons-_ basa prineipalmenteen un deficit oen un con- Gente del desencuentro estructu- _flicto? En la discusién precedente, se planteé fal. En consecuencia, ha modifica. que la calidad de la transferencia puede ser ‘osu intervencién deunadestina- util para que el analista identifique el nivel daa develar significados, a una estructural involucrado. Hablando en estos Gu busca crear un significado, _términos, podemos decir que A, en el ejemplo Nuevamente es emocionalmente dado, no advirtié cier:as seiales que podrian aceesible para P. haberle indicado que no estaba enfrentandc- wren se a.una transferencia de conflicto sino a una de deficit, Regresando al didlogo, gqué indicios signi- En este extracto, hemos visto tin analis- fitatives pueden extraerse nera-e8 ta que esté interviniendo en un nivel dema- que Ta paciente se relaciona con el analista? ‘siado elevado para la capacidad estructural Primeramente, existe una earacteristica de, , } {que tiene la paciente en ese momento. Elana-_ persistencia monétona en la forma en que la fista presupene que la paciente es su aliada _paciente hace sus demandas. Ella no varia el jen tuna actitud compartida de descubrir. Pe- tema ni hace distinciones sutiles a nivel emo- fone se da cuenta de que él material reaT'se _cional ni cognitivo. Es como tocar una me- |derivafandaméntalmentedeun deficit, fiode _Iodia simple en un instrumento con pocas lon conflicto, En consecuencia, la paciente iio cuerdas. Probablemente, esto es reflejo de \ Hone motivacign alguna paradescubrirriada.” una carencia de objeto. un nivel mAs profun- “al actitad no tiene-reatidad pstquiearpara” do, que predomina en sectoresde la vida men- ella, Su rotivacién funciona a.un nivel mds tal que se originaron en el deficit. Falta lava. Sndiferenciado. Ella necesita experimentar ia ~/riedad de afectos y_fantasias coloridas que tulidad de ser, Esta necesidad constituye el _acompaiian a una orientacton objetateomple- Centro emocional en ese momento. Podemos tamentedesarrollada~ —-- GescribirlarelaciénentrePy Amedianteuna En segundolugar,existe una tendenciaes- tmetdfora: P esta llamando a la puerta de la pecial hacia lo direcio tanto en el estilo como casa de Amientras que Aabrela ventana del en la eleccién de las palabras. Es la ‘franque. segundo piso. De esa manera, no deja entrar 2a’ dela persona queno tiene: mada que escon- a la paciente. der y por lo tanto puede mantener obstinada: La invitacién a buscar un sign mente su posicién sin correr el riesgo de que plica una actitud deesfuerzo mental el peso de las evidencias se vuelva en su con- J} dirigido hacia una meta. Sin embargo, pa- tra. Es probable que esta actitud sea reflejo a una persona con déficit, esta actitud no re- ia de una intencional sulla atractiva. No la experimenta como una _/sria en la patologia del déficit. Ella ‘empresa excitante, estimulante, ni siquiera origen en la sensacién basiea de ser tratado peligrosa, Basicamente, la experimenta como _injustamente, No por objetos espectficos”en Ena Carga agotadora que uno esta obligadoa una relacin mutua de amor y odio sino por ‘Soportar oalgo que se tiene-que aceptar dela el impacto impersonal de la realidad. ~dhoea para afuera, mientras se espera deses: | En tercer lugar, el matiz emocional se ca- peradamente @ que llegue lo verdaderamen- _racteriza por una oseilacién entre esperanza 120 apremiante y resignacién, sin dejar sitio pa- ra una posicin intermedia moderada. Tanto la propia labilidad como la calidad extrema de los afectos sugieren que se trata de un asunto de importancia vital. Probablemente, Jo que vemos es el reflejo de una subyacente anticipacién de una catéstrofe relacionada con la fragmentacién de la estructura del si- mismo. Finalmente, debemos seftalar que la pri dad’ y ‘ataque’ para descri 1 analista, palabras que indiean a una per- sona que es victima de una agresién més que participante en un complot. Un paciente con una patologia de conflicto también puede des- cribir la relacién con su analista en términos negativos, con el fin de ganar seguridad, pe- +o al mismo tiempo existe en ese caso una ca- racteristica de responsabilidad compartida. Inconseientemente, el paciente con un co flicto sabe que él mismo ha contribuido al complot al plantear exigencias que son fun- damentalmente propias. Por lo tanto, al de- sarrollar sus eriticas, él se cuidaré de que su aporte propio no sea activado o revelado. En consecuencia, ejercerd un control sutil que se ‘manifestaré én meneiones indirectas, diplo- macia, vaguedad y disimulo en su relacién con e! analista. Sin embargo, el paciente con. déficit, al sentir que no tiene tal obligacién, puede tomar la posieién clara de vietima sin mucha dificultad. ‘Asumiendo que en el ejemplo presentado ‘A hubiera captado la sefial antes, eusl hu- biera sido la intervencién adecuada? El pun- to 6ptimo pareve estar después del No. 2. Ob- viamente, aquiP se est sintiendo no s6lo re- chazada sino también profundamente inse- gura y necesita de manera casi desesperada una confirmacién de su estado afectivo. multéneamente, la agresién todavia noha do completamente movilizada. La posible in- tervencién de A podria ser algo ast: ‘Si, usted tiene buenas razones para sentirse inserura cuando yo no le respondo. Es como lo que us- ted sentia de nifia cuando su madre no le res- pondfa y usted necesitaba desesperadamen- te saber lo que ella pensaba de usted real- mente. Y ahora siente que yo soy exactamen- te como ella y que la dejaré’. Por supuesto, no podemos estar seguros de que esta interven- cién, construida retrospectivamente, hubiera sido éptima. Quizas deberia ser expresada en palabras que concordaran mas con el ‘dialec- to emocional de la paciente’ para que funcio- BJORN KILLINGMO ne clinicamente. Sin embargo, anivel de cipios, este tipo de intervencién ilustré nos aspectos significativos de la afirmacién: ()— Objetivacién. Al comunicar la ca- racteristica experiencial de ‘yo puedo sentir lo que es ser usted’, A ‘contribuye a hacer.que el estado fective de P sea menos privado. Se convierte en algo que tiene for- ma, que puede ser compartido con otro y, finalmente, que puede ser puesto en palabras. @) — Justificacién. Alintroducir una re- lacién causa-efecto, el estado afec- tivoes entendido dentro de un con- ‘texto de eventos naturales razona- bles. De esa manera, disminuiran tanto la confusién como la carga de 1a culpa secundaria, (8) Aceptacién. Al incluir €l contexto histérico, A suministra las condi- Por lo tanto, hasta ahora, no se indica ningtin cambio en la actitud analitica. El ‘mentos como objetividad, paciencia, estabili- dad y tolerancia -todos integrados dentro de a actitud analitica- parecen ser tan adecua- dos para enfrentar derivados del déficit como lo son dentro de la esfera de los conflictos. No ‘esnecesaria ninguna caracteristica adi ‘o especial en la participacién emocio embargo, una caracteristica distintiva de la actitud analitica es el énfasis en investigar (Schaffer, 1983). Seguin el razonamiento pre- sentado en este artieulo, este mismo énfasis esté muy alejado o no tiene relacién alguna con la realidad psiquica de los pacientes en un contexto de deficit. En la medida que este elemento se mantenga, se tendré que desa- rrollar obviamente una modificacién en la ac- titud analitiea. Sin embargo, excluir al ele- mento de investigacién no implica dejar de la- do la actitnd analitiea en su conjunto. La ac- titud analitica constituye una manera com- pleja de relacionarse a nivel cognitivo y emo- cional y esta conformada por diferentes ele- mentos, entre los cuales existe también un elemento afirmativo (Schafer, 1983). Enton- ces, tanto el modo investigative como el afir- mativo estan incluidos en principio dentro de la actitud analitica y se les tiene que dar prio- ridad de manera alternada. ;Puede decirse que existe un comin denominador subyacen- teaambos modos que constituye un elemei to més bésico de la actitud analitica? En mi opinién, tal elemento comtin existe y puede ser formulado como el principio de dejar ser cal paciente. No debe confundirse este concep- to con la neutralidad emocional. Por el con- trario, se transmite un profando respeto al derecho del paciente a ganar experiencia en base a sus propias premisas y a confiar en su habilidad para hacerlo si se le brinda la opor- tunidad. Esta caracteristica de libertad, que nunca debe ser excluida de la terapia, es quizés el mejor apoyo que el analista puede darle al paciente en su camino hacia la auto- nomi. Finalmente, qué hay del concepto de neu- BJORN KILLINGMO tralidad psicoanalitica? ;Debe el anal jarde lado este elemento della actitud: ca sostenido durante tanto tiempo? Ni de los principios analiticos parece haber: peor entendido o més distorsionado por eritieos del psicoandlisis que el principio neutralidad planteado por Freud en sus reco- mendaciones téenicas(1912). Primeramente, debe establecerse que la neutralidad no es si- no un aspecto de la actitud analitica. Luego, la neutralidad no excluye la caracteristica humana de simpatia como un matiz,basico que impregna al proyecto psicoanalitice en su. conjunto. Finalmente, la neutralidad tiene {que ser concebida como un principio para en- frentar la transferencia y no como una des- eripeién del comportamiento emocional real del analista. Recientemente, Hoffer (1985) ha plantea- do una vision de la neutralidad que parece coineidir con la nea de razonamiento del presente trabajo. Seguin Hoffer, el objetivo principal del analista es identificar, definir y comprometer al paciente en relacién con sus conflictos conscientese inconscientes. Cones. te punto de partida, la neutralidad se define como la pasicién éptima desde la cual el ana- lista puede observar conflictos especificables. Entonees, la neutralidad no es una dese cidn del comportamiento general sino una manera de identificar conflictos. De hecho, existe una conexién entre empatia y neutra- lidad, entendida como la apreciacién genuina por parte del analista de los dilemas y conflic tos del paciente desde el punto de vista de éste. Por lo tanto, los conceptos de neutrali- dad y empatia se refuerzan mutuamente y no son antitéticos (p. 783). Hoffer también sefiala que, en el adulto, el conflicto frecuen- temente se experimenta en tornoa los esfuer- 20s por ocultar el ‘défict’ 0 Tos sentimientos de necesidad que el paciente asocia a él (p. 773). Por lo tanto, en el paciente adulto, el déficit estructural generalmente aparecerd clinicamente en contextos de conflicto y, en consecuencia, tendra que ser abordado ini- cialmente utilizando mecanismes analiticos. Resumiendo: la actitud analitica es: una manera de relacionarse cognitiva y emocio- nalmente compleja , compuesta de diferentes elementos, todos los cuales eonvergen en un elemento clave que es la simpatia. La posi- cién asumida en el presente trabajo es que puede producirse una oscilacién entre unaes- trategia interpretativa y una afirmativa al interior de 1a actitud analitica, al poner el CONFLICTO ¥ DEFICIT 125 énfasis alternativamente en elementos par- ciales diferentes del racimo actitudinal. No parece necesario un cambio en la actitud basica a nivel tedrico ni a nivel clinico. RESUMEN Una de las tareas tedricas mas desafiantes de Jn actualidad es integrar la psicologta del déficit ‘con la concepcién psiconalitica tradicional del con- flicto. En el presente artfculo se plantea que dicha integracién debe producirse dentrode un marco de ‘organizacién estructural. Utilizando las carac- istieas de la transferencia, el analista debe de- Cidir si un determinado material clinico debe ser visto principalmente como una expresién de con- flictoo de défict. El articulo muestra cémo pueden parser log derivado dl dict enol dslogo t- Tapéutico. Cuando éstos estin a punto de ser pre- dominantes, el analista debe modificar su estrate- gia, pasando de descubrir significados a constituir significados, utilizando para ello intervenciones de tipo afirmativo. En la medida que el nivel es- ‘ructural fluctuard al interior de un mismo pacien- tede un punto del tiempo a otro o de un dea de su personalidad a otra, el analista tiene que estar en tun estado de constante receptividad para poderos- cilar entre las dos posiciones estratégicas. Se con- luye que si bien el psicoandlisis tiene queamplisr tanto su concepein de psicopatologfay su estrate- gla terapéuticn no parece necesario ningin cam bio on la actitud analitica basien. Resumo, A tarefa de integrar a psicol ‘a concepeéio psicanalitien tradicional de conflito constitui um dos maiores desafios tedricos atuais. Neste artigo, 0 auwr propde que esta integragio deveria ser feita dentro de um marco de organi- zagao estrutural. O analista deve decidir, segundo ‘o tipo de transferéncia, se um material clinica de- terminado deva ser considerado principalmente ‘como expressio de conflieto ou de déficit. O artigo ilustra a maneira em que derivados do déficit apa- rrecem nodiélogo terapéutico. Seestes parecer do- minar, analista mudard sua estratégia e, 90 invés de descobrir o significado, deve constitui-lo, usando intervengées de tipo afirmativo, Se consi- derarmos que o njvel estrutural flutua no mesmo pacic..te de um momento a outroe de uma area da personatidade a outra, o analista deve estar em constante estado de receptividade para oscilar en- tre essas dus posigées estratégieas. O autor che- = A conclusao que ainda que a psicandlise exten- da tanto © coneeito de psicopatologia como a sua estratégia terapéutica, ndo parece ser necessario ‘mudar # atitude analitica basica, REFERENCIAS BioN, WR. (1962). Learning from Experience. New ‘York: Basic Books. Bowisy, J. (1973). Attachment and Loss. Voiuine 2. New York: Basie Books. Catt, J.D. (1980), Attachment disorders of in- fancy. En Comprehensive Texbook of Payehiatry, Volume Ill, 0. H.1. Kaplan et a Baltimore: Williams & Willns, pp. 2586-259 Cisswa, K.N. L. & SiEDURG, E. (1981). 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