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fuerzas de choque sete Swinson del desierto | HISTORIA DELA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL LTT LCCC CCC US Bea ecm Ct a OO PS Re ee os Pee ORR Soto Perera cera wy ert aed Nem Ls wo como escritor y productor, habiendo es- SE ora tics Jes y peliculas. Ha escrito tambien obras Cpe na cr ae Cio mc te ae eC CUD eases aa era eee TCT Ola CEL LETC aie need Neer mor ee Corre erat a wer ay Pore eet ere reeset aa eee me re Magazine. director de la Historia llustrada PST MN ene ae ua ocr esate ws ones nO LCL Pra Led eR Bapel fundamental, abogando por ol desa- Crm NL eer) das y la estrategia anfibia. Muchos jefes Pee aT An te ether a Parner ere et arene ae CA eer rete es Ore a aetna Coe a TC CUCL a Vicente Talén i eC Unc ea Creole ees Se eas eet eee) ec ernie eer gatas eae ae eal Pee eae hen eet ere errs) oer iy cra ee SS Incursiones: Fuerzas de choque del desierto Eee Pe eee meu a eee ec em me ect Med determinaron el resultado de ninguna batalla, oe Ne McC Cea eC me cer ge ae tg era eae Mut Dek ace aw Nea MERC MR Meee CLIO Vals que se refiere al campo aliado como al del Eje, CO eee gida popular. One Cae a us zaciones de comandos mas famosas fueron, tal vez, el Grupo Estratégico del Desierto (LRDC) eae circ CS MCN iS cs CC eur eae ce ICS Cm Tm ces Pec uMu a Rae is Ns ee CR Mc Read del desierto libico, desde la Cirenaica a la Tri Pees eC Car rc paginas de una gran audacia, debiendo de ob- PR ee wen yC a expensas de los italianos, carentes de orga- Ce mC mr een res Cree eur ia cw Cus a itd Ser eee mau) Se ce Cn oe mca interesado en los grandes temes de la Segunda rem CM re CM nol COS Cnc me neu ei tea en Pee Sere ae Lea ere Crean OREM de gestas, de “raids” planeados en desafio a la Crea Meum aE el Cenc ec we UC nc aCe a Rc ai Rs Cen Rea aM s Ce eae Oe eas Ce eiCcas wat Sic) Nom) . ‘Incursiones: , e hoque del desierto Arthur Swinson \ fin Ay Directo: Editorial: Barrie Pitt Asesor Militar: Sir Basill Linddell Hart Editor Gréfico: Robert Hunt Directo: Artistico: Peter Dunbar Ayudane de Dibujo: Anna Tryon Cubierta: Denis Piper ‘Ayudante de Investigacién: Yvonne Marsh Cartégrafo: Richard. Natkie! Dibujos Especiales: John Batchelor Prologuista y Presentador de la Edicion Espaftoh: Vicente Talén Las foiogatias de este bro, ban, sido sclcclonadas especisin he tiga aa pel ae Mea Tw {ada tanbena Caney Bile a al ie = ahrak Conpapecn (Cae THN Tat Aasotsted reset 3813) Bundes Tanya, Ie ie ms rece se BESS"EEaatit isd Bibione for Zexgneniche, 57 Traductor: José Rincén Abadias 1 Edicién publicada en Estados Unidos por Balentine Copsribgt @ Arthur Swinson Copyrihgt © en Lengua Espafiola LIBRERIA EDITORIAL SAN MARTIN Puerta del Sol, 6 MADRID.14 Printed in Spain - Impreso en Espafia Talleres Grat: Lore Depésito Legal: m. 1026-971 de log archivos si Bra: SUM, 3 INA 100 110 ug 150 160 Ejércitos.privados EI} mayor llega a El Cairo En accidn Bl jefe de Escocia Las incursiones desde Yalo Bucrat y Bengasi De nuevo Bengasi Defensa de Malta La incursi6n con jens Narciso y otras flores Después de EI Alamein Bibliogratia Ejercitos privados Introduccién por el Brigadier Peter Young DSO, MC En tiempo de guerra los ejéritos estén formacos de soldados protesionales y pal- sanos de uniforme, Ni unos mi otros tie nen que ser necesariamente guerreros, puesto que los primeros pueden. aflorar sus deberes pacificos, y con respecto a los segunds noes desconocido el que prefie~ an la monétona vida de guarnicion a las femocicnes de la vida en campata. En Cualquer caso, ambas categorias produ- cen muy pocos guerreros y, sin embargo, son lor guerreres quienes ganan las gue~ Bata es una historia sobre guerreros, s0- bbre hombres que, sea cual fuere su prove- dencia, civil © militar, tenian “fuego en ‘Sus entrafas", hombres que estaban ppuestos a llevar la guerra al enemigo, off- Glales euya audacia estaba mitigada por su originaidad, dispuestos a la accion y a jugarse todo a una “carta”. El autor pres tavel merecido tributo al brigadier Bag- old y'a tu Grupo Estratégico del Desier- to (LRDG), que por ver primera utiliz6 ‘masivanente los movimientos por el de- Sierto, hasta que éste, de ser solamente neutral, se convirtié en su aliado, aunque a veces yeleidoso. Sin el LRDG, el SAS, a cuyas hazalas est dedicade la mayor parte de ese libro, poco pedis haber com Seguido. Desde el principio hasta el fin esta es luna historia’ sorprendente, desde elmo: mento en que David Stirling convencié al GHQ para que le permitiese organizar la unidad, hasta el dia en que, después de cientos de escapadas por los pelos, su Suerte se acabé 'y cayd en poder de los alemanes, ganando un tributo’generoso del ‘mismo Rommel. Los ingleses, dijo este ‘timo, “han perdido el mis apto y adap- table jefe del grupo del_desierto, quien nos ha producido mas dafo que cualquier otra unidad inglesa de similares efecti vos." De cualquier general, esta lisonja era para tenerse en cuenta, pero ser califi eado de adaptable por Rommel era, sin duda, un gran honor. De todos los altos mandos de la Segunda Guerra Mundial, 41 fue el general menos afectado por una Servicio Aéreo Especial ‘mentalidad de guerra de trinchera, heren- cia doctrinal de la campafa 1914-18. Rom- mel habla visto Ja lucha en el frente oc- cidental, pero Ia mayoria de sus servicios los habla’ prestado en unidades de mon- tafa de Rumania e Italia, y su actuacion, segin su dltimo bidgrafo, Ronald Le win, puede compararse con la de “un moderno Comando briténico, tipo brigada © batall6n...”. Ciertamente, el profesional perfecto que mandaba el Afrika Korps era el mis indicado para apreciar Ios logros Conseguidos por el SAS, aun cuando ést0s se obtuviesen a costa de cortar sus co ‘municaciones y destruir sus aviones. En 1939 os vencedores de 1918 saca ron de la lucha la ereencia, en una doc- trina defensiva, que iba a resultar inope- ante contra Ia” Blitzkrieg ®*, Arrojados del Continente, en 1940, los ingleses se Vieron obligadds a volverse mis empren- Aedores efectuando incursiones como de- mostracién de que “todavia estaban en el asunto”. De esta manera nacieron los Co- ‘mandos. Y fue de estas unidades de don- de procedian Stirling, Jock Lewis, Blair Mayne y otros componentes de su pri mitivo grupo. Me cupo el privilegio de_servir en los Comandos desde junio de 1940 a enero de 1945, y el Comando n® 3. fae para mmf, haciéndome eco de las palabras do st) “la mejor unidad que haya existido nun ca”. En otofio de 1943 nos encontrabames fen Termoli en una accién bastante Violen ta contra la 16.* Division Panzer. Sn nues tro flanco estaban los supervivientes de la L* SAS mandados por “Paddy” Mayne, tun verdadero gigante 4 quien se le atribuia haber destruido mds aviones enemigos que cualquier piloto de caza. Lo waico que puedo decir es que inspiraban confianza. Los alemanes que se enfrentaron con ellos salieron malparados. ‘Arthur Swinson, con su estilo rarrativo vvigoroso y dinmico, capta la atmésfera de jentura y emocién que Stirling y sus hombces realizaron su emocionarte serie de éxitos. e+ Guerra relimpago” "=O El Mayor llega a EI C En octubre de 1939, el mayor Ralph Bagnold, del Real Cuerpo de Transmisio- nes, partid de Inglaterra destinado al Afri ca Oriental, Italia todavia_no habia en trado en la guerra y el Mediterréneo es taba abjerto a la navegacion de los. bar- cos ingleses, A pesar de la tensién natu ral de los tiempos de guerra, Bagnold po dia disfrutar de un maravilloso sol otohal fen cubiertay esperaba llegar a Suez sin hingiin contratiempo. Pero el destino hizo ‘que el barco en que Viajaba sufriera una colisién y tuviera que ser levado a Ale- Jandria para ser reparado, Enfrentado con luna tardanza de mis de diez dias, deci- did visitar a sus amistades de El Caito, no hacia mucho tiempo que estaba alli ‘cuando recibié una orden de presentarse ‘en el Cuartel General del general Sir Ar- chibald Wavell, comandante cel ejército inglés del Oriente Medio. Este general, gran soldado, era hombre de pocas pala: bras y lo unico que le pregunté fue: “Le gustaria un destino a mis ordenes?”. Sin udarlo un momento, Bagnold acept6, por- ‘que si Italia entraba en guerra, Wavell Iu- charia en Libia, en el desierto occidental Y'Bagnold conacia esta misteriosa regién ‘casi mejor que nadie en este mundo. Extendiéndose hacia‘el Oeste del Nilo ¥ al Sur del Mediterrineo, el desierto tiene tuna extesién de cinco millones de kiléme- tros cuadrades. Es el lugar mas drido de la terra, donde a pocos kildmetros que ' aparte uno de la costa luave muy po: cas veces al aflo, Mas al Sur pueden pasar varios afios sin que ni siquiera caiga una gota. Geol6gicamente hablando, el desie to no esté formado de arena, sino por ‘millones de toneladas de polvo arenoso ‘que desde tiempo de los romanos se ha {do desplazando hacia el Norte, tragin- dose antiguas civilizaciones, El desierto no f llano, Existen lugares donde las desnu- das rocas le obligan a elevarse, formando equefas eminencias como las’ sierras de Ruweisat Miteiriya, y para compensar es- tas elevaciones existen depresiones, enor- mes zonas de suelo erosionado, estriado como eleatrices arrugadas.. Algunos de es- fos aceidentes poseen relativamente sua ves pedientes, pero otros, como la Depre- Jefe supremo en el Oriente Medio: General sir Archibald Wavell. sida de Munassib, estén rodeados de al: tos escarpes, La mayor de todas las. de presiones es’ Ja de Qattara, que se extien de em dreccién Sudoeste, desde El Ala- ‘mein, tiene una extensidn de varios kilé metros euadrados, su fondo esti a 112 ‘metros por debajo del nivel del mar y en su mayoria ocupado por marismas saladas. Al Oeste de Qattara, sefalando hacia el Sur como el pulgar e indice ce una. fi nesta mano, se extiende el Gran Mar de ‘Arena y el’ Mar de Arena de Kalanscio, Conocido por los arabes como el «Pats del Diablo» y/ que hasta hace poco tenia fama de ser imposible de atravesar, excepto por las caravanas de camellos. En esas dilata- das exteasiones no hay oasis. Pero, ade ‘mis de ser seco, en el desierto hace mu cho caler, com excepcin de las. franjas Costeras; temperaturas de 55° C. son com- pletamente normales y a partir del medio- fala arena reverbera_en_ Ja caliginosa bbruma. El brigadier Lucas Phillips ha es: crite: “Lagos imaginarios que los errantes Grabes llaman “agua del Diablo”, enganan la vista. Objetos lejanos parecer fotar y ‘moverse por el espacio, mientras lho: Fizonte se convierte en un espejismo tem- bloroso”. Al ponerse el sol las tempera turas se hacen soportables, aunque a ve esa estas horas suelen levantarse tor mentas de arena que ahogan a hombres y animales entre espesas nubes de polvo. La noche brilla con millones de estrellas, pero el sire se vuelve frio, especialmente fen inviemo, y antes del amanecer el vien. to puede cortar como un cuchillo, En resumen, el Desierto Occidental es un ex: traflo y cruel lugar, donde el peligro est siempre presente y donde sobrevivir es di fell, Es'un lugar que la mayoria de los hombres detestan. Pero unos pocos han respondido 2 su fascinaciéa, an apren- dido a eonocerlo y a amarlo; y el lider de este selecto grupo entre las dos guerras ‘mundiales fue el mayor Ralph Bagnold. Oficial de carrera del e}ército. inglés, habia esiudiado en los colegios Malvern, Gonville y Caius, en Cambridge, © ingre sado_ después on Ia Real. Acadomia Mi tar de Woolwich, En 1915 fue destinado al Cuergo de Ingenieros y sirvié en el frente occidental hasta 1918. En 1920 pas6 al Cuerp de Transmisiones y pocos atios espués 32 encontr6 sirviendo en Oriente Medio. Acompatiado de unos pocos ent: siastas como él, comienca a organizar pe uefios viajes desde El Cairo al oasis de Siva y al Sinaf y poco poco fue aumen- tando las distaneias hasta que a_media dos de 1930 hacia viajes de 9.500 kilé- 12 Infanteria italiana avanzando, metros 0 mis, recorriendo la mayor par te dol desierto entre el Mediterranso ye Norte del Sudin, Durante estos afios per feccioné la. brijula solar, invent6 varios sistemas para desatasear vehiculos de la saa y amas6 valiosisimos conocimientos de todas clases. A pesar de sus logros, Bagnold continué siendo un hombre mo desto y enemigo de la publicidad; atin hoy dia e difiel hallar deseripeiones suyas § pricticamente no existen anéedotas sobre Su persona. Ni sus éxitos ni sus publica iones posteriores despertaron el. minimo interés en el Ministerio del Ejército, aun ‘que, por fortuna, Ia Real Sociedad’ Geo Srifica Te alent y apoyd en su empresa, permitiéndole esta ayuda continuar en su ‘empresa, Al estallar la guerra era capaz de ir a cualquier sitio y regresar; como. tla los caminos, los oasis ¥ los. peligros. Siendo un soldado profesional i, natu: ralmente, ansiaba utilizar sus conocimien- tos adguiridos en contra del enemigo. Durante algin tiempo parecia que esto iba a ser imposible para él, a no ser des- de un plano asesor, pero ‘de repente, l 10 de julio de 1940, fa situacion cambio, pues Italia declaré la guerra y movilizs tun ejércite en Libia. No babian transcu: rrido veinticuatro horas cuando Bagnold habia enviado los planes para la creacién de una unidad que se_llamaria Patrullas de Accién Lejana —mis tarde se cambis por el de Grupo Estratégico del Desierto (LRDG)—, y el dia 23 los planes se he- bian aprobado. Como su nombre sugeria, Ja mision de la unidad consistiria en vr wilar los movimientos del enemige mis "del Gran Mar de Arena, enviando se- auidamente la informacién a Wavell, qu: la necesitaba para preparara la campafia ue se avecinaba. Sin perder un momen- to, Bagnold se puso en’ contacto con vie jos amigos _y Jes pidié gue se reunieran mn él en El Cairo: Pat Clayton, de Tan- ganika; Wennedy Shaw, de Palestina, y Guy Prendergast, que habia regresado a Inglaterra, En un mes, entre oficiales ¥ tropa, se reunieron treinta hombres y la lunidad se preparé para entrar en accién. [a tarea no fue faci, porque habia es casez de suministros y Bagnold m podia Feclamar ninguna preferencia, Los planos los imprimis un amigo suyo; pidé. pret tados teodolitos del Departamento de Fi. sica_ del Gobierno y las. brijulas las eon- siguié del ejreito egipcio. Prismiticos ¥ cantidad de otros elementos los comprd en las tiendas de viejo 0 se los proporciona- ron los ingleses que vivian en E. Cairo, ero antes de que la unidad pudiera mo. verse necesitaban medios de transporte. Las expediciones anteriores a Ia guerra Jas habla realizado Bagnold en camioneta marca “Ford” de 690 kg., con una auio- nomia de 1.930 km, pero que resultaban demasiado pequefias para los catiores, mu- nicién, minas y diferentes elemertos del ‘equipo que se necesitaban para la misiSn 13 El Grupo Estratégico del Desierto (LADG) consigue los medios de transporte que necesita: Coches ligeros 3,4 Tm. completamente eargados fon diteccion all Cuartel General del Desierto, alizar, Propuso el empleo de vehicu- Tos de 1.360 kg. de peso bruto provistos de neumiticos ‘especiales y como el efér ito no podia proporcionarlos, hubieron de adguitirse al ejéreito esipcio y a la ‘compania Chevrolet en Alejandria, Muchos fopinaban que Jos vehiculos resultarian de- ‘masiado pesados para moverse sobre la arena blanda; sin embargo, Bagnold con faba pleanmente en ellos ¥, como los acon tecimientos iban a demostrar, él tenia ra- 26, ‘Los hombres eran todos voluntarios y procedian de diferentes unidades. Muchos Aceptaron una redueciém en sus empleos en su afén de servir en la unidad: capi tanes sirvieron como oficiales subaiternos Y sargentos como soldados rasos, El cjér ito neozslandes formé tres patrullas; sus componentes eran robustos, independientes y en su mayoria procedian del campo y, aunque sin tener idea del desierto, esta: ban firmemente decidides @ dominatlo. Pero cudl era la composicién de una patrulla? ;Cusles eran su armamento, me- ios de transporte y equipo? Las plant que Bagnold propuso cuando 1a uni jad se formé era de dos oficiales y 30 hombres. Sus medios de transporte con- sistian en 11 vebfculos y su armamento era de 11 ametralladoras, cuatro lanza ‘granadas, un cafl6n automitico de 37 mm. Bofors, mds el atmamento.portatil (fu 5 Y pistolas) que se juzgé nevesario. Pa sado cierto tiempo se vio que las patru- las eran demasiado grandes, y fueron ca a una dividida en dos y Io normal era que en cada una fueran de 15 a 18 hom- bres en cinco vehiculos. Es facil com- prender por qué se produjo esta reduc: cign: al principio, y para poder sobrevi vir, cada patrulia necesitaba de una serie de especialistas (transmisiones, mecénicos, ‘avogantes), que con al tiempo pudo pres indir cuando los hombres fueron apren- diendo més de una actividad y, por lo tanto, pudo reducirse el nimero de los componentes de cada patrulla. Ademis de los bombres y el armamento, ios vehiculos fueron cargados con provisiones y agua para una duracién de tres semanas, radio batorias, elementos para desatascar ve- hhieulos de la arena, recursos médicos otros elementos necesarios, Lot Yehieulos fueron modificados cons Dlemente: se suprimieron puertas, para- brisas y toldos, se fortalecieron las” balles- tas y se les doto de soportes especiales para montar las ametralladoras Mientras los hombres y ol equipo se ian ‘uniendo, pero mucho antes de que 16 ‘estuviese completo, Bagnold sometié a sus hombres a un programa de instruccién ‘acelerada en navogaciée, conduccién en fl desierto, tire y uso del equipo. Los ‘ejercicios iniciales eran, como es. ldgico, Simples y se realizaban en las proximida~ Ges de su campamento, en El Cairo, por To que algin gracioso fe puso por apodo grupo del desierto de corta distancia” Anjo: En ol desierto no, s0 punde espordicier el agua, por lo que Toe barbas Sstin de moda: Trader Tor Kelly, e'Cvornel: Desh: Eyl detoro fra el core Inciative lo quo importa "no la marcalded on los desfiles: bn'companero de Kelly. En accion Una mirada a un plano mostraré_ in- ediatamente la posicion en que se en matraba Inglaterra durante Jos primezos jas de la guerra. Para hacer frente y de frotar al. poderio del Bje, especialmente Gespués del colapso de Francia, era ne- cesario. movilizar toda la potencia del Imperio: dominios, colonias y_posesiones. Habla necesidad urgente de traer_tropas de Australia, Nueva Zelanda e India; es sno y goma de Malaya, y petroleo del Golfe. Pérsico y de otras partes. Por el contrario, material de guerra de todas cla- Ses, earros de combate, aviones y muni Giones tenian que ser enviados al Lejano Oriente. Resumiendo, las comunicaciones eatre Oriente y Occidente eran vitales, yal Canal de Suez, unién entre el Medi ferrineo y el Océano Indico, adquiria una importancia. extraordinaria Por ello, el poder inglés en el Oriente Medio se. basaba firmemente on Egipto, a ambos Tados del Canal, y el Cuartel Ge- neral (GHQ) estaba situado en El Cairo ‘Obviamente, con la entrada en la guecra de Italia, la estrategia del Eje seria apo- Gerarse del Canal de Suez, cortando asi las comunicaciones britinicas y su poderio en el Oriente Medio; y no fue por ca Sualidad que Wavell, gencralmente cons Serado como el mis habil general, en aquella época, del ejército inglés fuera en- ¥iado a El Cairo con la urgente misi6n de crear e instruir un ejército. Qué podriamos decir de Italia? Libis, colonia suya, extendiéndose al Oeste de Egipto y con una frontera comiin de unos 1.300 kilometros en direccién Sur desde el Mediterraneo, era una base de operaciones bastante aceptable, Hacia el verano de 1940, enfreatindose a los. 25.000. hombres de Wavell, los italianos habian organiza do un ejército de no menos de 250.000 hombres, Con ellos se habian formado nue- ve divisiones regulares de 13.000 hombres cada una; tres divisiones de Camisas Ne- ‘gras y dos de nativos, y tropas de cjér Sito y cuerpo de ejército. EL mando su: prema en el Norte de Africa recafa en el mariteal Graziani, que haba organizado Sus tropas en dos ejercitos, el Décimo en Gitenaiea, esto es, el terior, lindante con Exipto, y el Quinto en Tripolitania, ms al Oeste. Después de la caida de Fran- la en junio’ de 1940 se encontraba con Jas manos libres para concentrar ambos efércitos y realizar una ofensiva contra la ‘euenca dot Nilo, aunque si lo hacia seria imposible ocultario. De todas formas, Wa: vell estaria, durante muchos meses, en in- ferjoridad numérica e iba a necesitar de toda su sabidula para salvar la situacién. Fue a principios de septiembre, des- pués de que Pat Clayton habia efectuado tunas arriesgadas expediciones de recono- Cimiento mis alld de los mares de arena, evando se le dio al LRDG su primera oportunidad de entrar en accién. Después de unos meses de inactividad, los italia ros habian empezado 2 moverse y_habian cruzado la frontera con Exipto, dirigign- dose contra Sidi Barrani, Lo que estaba sucediendo en el interior del desierto, y Si un egancho con la derechas, ademés el golpe principal por la franja cosiers, se estaba preparando, no lo podia saber nadie, y en estas circunstancias Bagaold recibié sus 6rdenes. El punto clave de la situaci6n ea Kufra, el oasis que se ex tiende al Sur de los mares de arena y, ppor lo tanto, guardando la puerta trasera de Libia, Situado en una depresion, y con. Siderablemente por debajo del nivel del ‘mar, Kufra esté lejos, ineluso para la. nor- ma africana, y tiene’ grandes extensiones de agua rodeadas de palmeras. Tan am- plias son las disponibilidades de agua que arias mills a su alrededor Se extienden 19 decide moverse dad motociclista taliane que répida, une un) pueblos y ciudades drabes bordeadas de verdes zonas cultivadas, Los italianos he. Bian arrebatado Kufra a los senusis en 1931 para asegurar el control del desierto interior _y habian empezado répidamente 4 fortficar el lugar, estableciendo una guamcion, establecimientos militares y construyendo campos de aviacion, Aungue lejano, Kufra era un lugar facilmente a0 sible por avién desde Uveinat, lugar donde convergen las fronteras de Egipto, Libia y Sudin. En Uueinat también existian gran des disponibilidades de agua, ademés de pistas de aterrizaje y las dos bases esta bban ea la ruta de las tropas del Duque de Acsta hacia Abisinia. Por lo que, ade mas ce ser una amenaza para el ejército de 'Wavell, Kufra y Uncinat podian ser ltilizados por el enemigo para cortar sus comuticaciones con el. general Cunnin- han en Africa Oriental y también con los franceses en Ia provincia de Chad, donde el gobernador negro Ebous se ha bia unido” valientemente al general De Gaulle De esta forma, el $ de septiembre fue ccuand> Bagnold, con parte de su plana mayor y la patrulla “W", mandada’ por el mayor E. C. Mitford, partié de El Cai ro en direcciéa a Ain Dalla, en el borde riental del Gran Mar de Arena; a con: inuacién se dirigio hacia el Oeste aun punto denominado Big Cai (Gran. Mo: 6a), Este est en la frontera libia y habla Sido reconocido por Pat Clayton en sus expedisiones topograficas realizadas en 1932, Estaba situado en una Ianura de srava entre os dos mares de arena, y aun que el mojén tenia solamente 1,5’ metros de altura, ‘podia ser divisedo desde una gran distancia. Poco a poco fue siendo Todeaco. por depésitos de_provisiones ‘gasolina transportados por Keanedy Shaw desde Ain Dalla y Steele y Clayton. desde Siva, Pocos dias después las patrullas se dividieron: Clayton partié. para Tekro ¥ la frostera colonial. francesa, 965 kildme tos hacia el Sur; Mitford hacia la zona Norte de Kufra,'y Steele volvio a Siva para llevar ms gasolina. Mitford alcanz6 la ruta de Kufra:Yalo ¥y luego una segunda eatre Tazerbo y Ma: ada sin incidente algune, aunque varios hombres enfermaron por el calor y_algu no lleg6 a delirar. En previsién, la racién dde agua se fij6 en tres litros y cuarto por hombre y dfa, suficiente en cualquier otra situaciSn, pero escasamente el minimo ne~ ccesario en esta zona, Cuando el sol esta- ba en su zénit, Kennedy se dio cuenta lagu: se convertia en el tinico tema de 2 conversacion y cada uno hacia sus pro. pios planes para conseguir que su racion durase ms, Algunos Ia guardaban para to mar un sorbo por la noche, mientras que ros preferian el frescor a la cantidad y vertian un poco de agua en un plato de estaflo, aceptando el riesgo que suponia el desaprovecharlo a consecuencia de la eva- poration. El 20 de septiembre la patrulla tuva su primera batalla en el camino a Kufra, Su cedié que sparecieron dos camiones de seis toneladas yen respuesta a un dis paro de -cafién Lewis, sus. tripulantes dos italianos, cinco drabes yun paisa no— se rindieron sia condiciones y Ia pi- trulla se aduené de 11.000 litros de g2- soliaa y una valija de correo oficial. Tan pronto como se pudo, los pris nneros fueron enviados 2 El Cairo y su llegada sellé la reputacién del LRDG. Los: Fumores que circularon por bares y co- medores evan que la unidad habia hecho. ‘una incursién contra el Cuartel General del mariseal Graziani. Wavell y su plana, mayor, aunque encantados con los resulta- dos, Iés interesaba mucho més los infor- mes que el Servicio de Inteligencia nece Sitaba que Bagnold les enviaba, y el uno. de octubre el comandante en jefe le en Wig la siguiente carta “Querido Bagnold: Le agradeceria que transmitiera a los oficiales y resto de 10s hombres a sus drdenes mis. felictaciones ¥ personal apremiacién por los resultados Obtenidos en la accién ‘ealizada por sus patrullas recientemente en Libia Central Yo sé los tremendos riesgos fisicos que hhan tenido que ser superados, especial: mente el intenso calor EI que esta acciém, que ha supuesto fecorrer mas de 241.350 km. por los. ve- hieulos, haya tenido”un éxito final, ind ca el grado de eficacia en la prepara eign y ejecuciéa, del cual usted, sus of ciales y "hombres pueden sentirse justa mente orgullosos El informe completo de los logros ale camzados se ha telegrafiado ya al Ministe- rio de la Guerra, y deseo a todos [a me- jor suerte en la continuacién de las ope. raciones con las que contribuirdn en gran manera a mantener las fuerzas italianas Arriba: Tropas italianes avanzan hacia Sid Barrani. Abajo: Ametraladoras. dobles fen posicién de alerta: Cabo Bill Kennedy, el Royal Scots Greys, en eu vohiculo. 2 Infanteria inglesa avanzando, apoyados Bor carros de combate ligeros. fn estado de alerta y aumentar Ia ansie- dad y difeultades de nuestro. enemigo. Singeramente 3430, A. P. Wawel.” Bagnold, que era un hombre que no se dormia en los laureles, continué adelante con sus acciones; su tictica era mantener fen suspenso alos italianos, confundirlos hasta el punto de que no supieran don de realizarfan el. siguiente ataque. Ast, mientras Mitford se dirigia hacia Ain Dua, Clayton ataeé Auyila, 800 km. al Norte. La guamicién ‘en’ este ejano\ puesto se consideraba tan segura que el centinela libio salié @ saludar a Clayton y se auied6 estupefacto cuando se le conminé a que entregase sus armas, Cusndo al Bofors (atién automético) comenzs a disparar, luna gran nube de palomas se levanto de Ja torre dol fuerte y los italianos se ¢s- parcieron por la muralla de la parte pos terior del fuerte para esconderse entre las palmeras, Una semana. después, Clayton estaba de regreso en El Caito después de realizar un viaje por el desierto de mis de 3200 km. en ‘dos semanas, Mientras tanto, Steele, con la patrulla R, habla estado mis alld de Kufra, minando la carretera_y destruyendo un bombardero Savoia $79 en la pista de aterrizaje occi- dental junto con varios depdsitos de com bustibe, ey A pocos jefes militares les gusta las “unidades especiales”, sabiendo demasiado bien cémo ala larga se convierten en eifrcitos privados y conociendo la des: proporcionada cantidad de hombres y ma terial que absorben. Pero Wavell tenia fe en el LRDG desde el principio e inme dliatamente después de Sus éxitos. inieia les decidis que sus efectivos deberian do blase. Por lo cual, en diciembre se for- mmaron otras tres. patrullas, una de ellas mardada por Michael Chrichton Stuart, Ia cual estaba compuesta de ingleses "yes: coceses; P. J.D. Mi con elem tina, y Holliman, se tizo cargo de la patrulla rodesiana, La operacién que’ Bagnold habla esta. do planeando en noviembre se. Ia_enco- mendé ala patrulla G, Consistia la ac~ cin en una’ ineursiéa contra Murzuk, capital del Fessan, en el Noroeste de Li bia, en cooperacién con los “franceses le bres’. En noviembre habla ido a Fort Lamy, Cuartel General de Ia provincia de Chai, para conferenciar con” el coronel FOrnano, jefe de las fucrzas alli destaca- das, que estaba deseando lanzarse contra Jos ’italianos. Como l explicaba, era ne ceesario que la Francia libre demostrara palprblemente su deseo de luchar, d'Or ‘ano era una persona alta, usaba mondculo y reordaba irresistiblements a los ingle ses de la pelicula “Beau Geste” y otros films ‘sobre la Legion Extranjera. Camionota Chevrolet de 1.500 kg. Equipo bésico del LADG. Nunca existis una norma en cuanto a estos vehiculos, pues cada uno fue adoptado a los gustos de su comandante, La '5¢ la proporcionaban varlas combinaciones de ametralladora y Vickers. Su autonomia normalmente eran 1.700 km. ¥ agua para tres Naturalmente, él lo comprendia, la ope- racién tendria ‘que ser del tipo “dar el olpe y salir corriendo”, porque aunque la equela fuerza aislada lograra apoderarse de Murzuk, no podian confiar en mante- herla en su poder por mds de unos po- C08 dias. Pero si tenia éxito la incursiéa, sim lugar a dudas quebrantaria, la moral de los italianos e incluso podria hacer (que trasladasen tropas del frente a zonas de rotaguardia. Bagnold, que conocia Mur. rik desde sus expediciones anteriores ala guerra, explicé que era un gran centro del Somercio. sahariano, con una importante guamiciGn militar y que, ademés, era un Extraordinario nudo de comuniéaciones. Aparte de un pequeflo fuerte y de un aerédromo militar, era una ciudad que te nia 3.000 habitantes y que, sin duda, con. faba con importantes depésitos de_sumi- nistros. La dificultad de_la operacién es tribaba, como la mayorfa en’ las que el LRDG’ tomaba parte, en las enormes dis: taneias que ten‘an que ser cubiertas. Mur zuk se extiende a 1,600 km. de EI Cairo fen nea recta y a. S00 km. del puesto franeés ‘mis cercano en Tibesti.. Aun en el caso de que la patrulla tuviese éxito en el golpe, existia el peligro del regreso por el desierto pelado, probablemente hos- figados por ataques aéreos, Sin embargo, Jos riesgos se sabian y tenian que acep- ‘Antes de que Ia operacién pudiera lan- saree hubo importantes acontecimientos en ‘potencia. de’ fuego Browning, Lewis llevando provisiones el desarrollo de la campafia: el 10 de di ciembre, Wavell habia atacado a Grazia ni y en’ una brillante operacién expulsd los italianos de Egipto y comenzé su per secuci6n, expulsindoles mis alli de’ la Cirenaica, en el rincén Nordeste de Libia. Miles de prisioneros fueron capturados, de Jos cuales se obtuvo valiosa informacion referente ala situacién de Murzuk, a cual inmediatamente se envié a. Bagnold. ‘Era el 26 de diciembre cuando la pa trulla_formé, dispuesta para la marcha, delante del Cuartel General del LRDG. Este estaba situado en la Cludadela de E] Cairo, que se levantaba al borde mis- ‘mo del desierto, donde el Mugatitam des- Glende hacia el Nilo, Desde 1a Ciudadela se puede contemplar una magnifica panc. imiea que abarea los tejados de la ciu- dad, y por encima y en el horizonte se Gestacan las moles de las pirémides en el borde del desierto occidental. La fuerza estaba mandada por Pat Clayton, que te- hia bajo su directo mando la patrulla T (Compuesta por neozelandeses), y la patru- la'G, como ya se ha dicho, estaba di- rigida’ por Chrichton-Stuart, que ahora s° fenfrentaba con su primera accién en el desierto. Actuando como su navegante iba Kennedy Shaw, que, ademés, era el ofi- ial de informacién del grupo. Pero antes eas 15,0 horas, Bagnold lego al ngae para inspeccionar las fuerzas, que, suma~ ban 75 hombres y 24 vehicules, y despuss de unas breves palabras de despedida la columna inicié la marcha, pasando por entre las dos mezquitas situadas all pie de la Ciudadela; luego se dirigié por las atestadas calles de la ciudad, cruzando el Ho por el puente de Kasrel-Nil, para to- mar, por fin, la earretera de Mena. La co- Tumna, después de pasar la pirdmide de Giza, se dirigié hacia el Sudoeste yal caer la noche habia recorrido 80 kiléme. tros por el desierto, Durante los dos dias siguientes el viaje transcurris por el de- Sierto, alcanzando el dia 29 de’ diciembre Ain Dalla, pequetio oasis situado en et borde Oriental del Gran Mar de Arena, ¥ desde alll tomaron rumbo Oeste. A su Vista estaba un accidente orogrifico de ‘Rominado por Clayton, hacia muchos aflos, “Easy Ascent”, una gran rampa_curvi linea’ de arena que conducia ala parte superior de una’ pared. de rocas. ‘Des: graciadamente, Ia ‘superficie habla sido Femovida por patrullas anteriores yl aseensién Gra cualquier cosa menos. fi Gil. Sin embargo, segiin Chrichton-Stuart Fecoge en sus memorias, “poco después de ponerse el. sol enfilamos un estrecho puente de piedra entre dos profundas gar fantas, que sefialaba el dramatico umbral el Gran Desierto de Arena y la puerta posterior del desierto de Libia” A la mafiana siguiente, mientras 1a co- Jumna se dirigia hacia ol Oeste a través del “Mac® y el viento era extremadamente {rio y los hombres agradecian Ia protec: cin que les daban sus chaquetones. de Piel de oveja. Hacia el horizonte se su edian, linea tras linea de colinas, algunas de pendientes suaves y cimas redondeadas, pero otras afiladas y de fuertes pendientes, 4381 que los vehiculos tenian que lanzarse fem las pendiontes para aprovechar la iner cia y subir los terraplenes de la siguiente duna. A menudo la inercia no era sufi Giente para coronar la cima, lo que pro ducfa ef que todos tuvieran que echar pie a tierra y utilizar Jos canales “adhoc” para conseguir subir. Todavia los conduc: {ores no tenfan mucha experiencia en se Jeccionar el mejor camino, por Io que la columna cubrié s6lo 96 kilémetros. Sin embargo, pronto apreadieron y el décimo dia Ia fuerza acampé al borde del Mar de ‘Arena de Kalanchio. Al dia siguiente, Ia jornada transcurrié atravesando el Mar de Arena, que tiene una anchura de 145 Kilémetios, estableciéndose el campa ‘mento a la vista de los hitos kilométricos de la carretera de Yalo y Kufra. El 4 de ‘enero la column aleanzé un punto situs: do a 160 kilémetros al Sudoeste de Uan fel Kebit, cumpligndose la primera fase de 6 Ia operacién. Murzuk se encontrabs a 400 Kilbmetros hacia el Oeste Aqui hicieron una pausa: mientras Pat Cayton se dirigié hacia el Sur para re- lunitse con el coronel dOrnano, Kennedy Shaw se dedicé a reconocer el! Paseo de Terengi hacia el Sudeste para disponer de luna salida de escape si los acontecimien- tos no salian de acuerdo a Jos planes es- tablecidos. Mientras tanto, los" hombres de la patrulla G pasaron el tiempo rea~ Tizando ejercicios de tiro, instructién fi sict y manejo del armamento ante el asom- bro de los neozelandeses, que se dedica- ron a ahorrar energia no haciendo nada I 7 de enero regresé Pat Clayton con diez franceses y la gasolina, que habjan traldo al punto de reunién en camellos a través de los pasos de las montatias Ti- besti. Los pesimistas que habian predicho que no se presentarfan estaban confun os y a partir de entonces nadie dudo de ssu determinacién de querer luchar. El co, ronel d'Ornano, todavia con su monéculo, ¥ de aspecto inmaculado, trajo consigo al capitin Massu, un hombre atezado y poco comunicativo;” un oficial subalterno; dos Sargentos y cinco soldados nativos. Aque- Tia tarde (Shaw habia ya regresado de su reconocimlento) hubo una reunién, en la que todos estuvieron de acuerdo en que ‘80. debia perderse la sorpresa atacando a Van ol Kebir, aunque habia alll un cam ode prisioneros politicos. El_ principal objetivo era Murzuk y en el plan que se decidi6 1a primera fase era dirigitse alll a toda velocidad, ‘A la maiiana siguiente la columna it cié la marcha en direcoién Noroeste, Ra Pidamente el paisaje comenzd a cambiary dando Ia arena paso 2 un terreno dspero. Yy cuebrado con Colinas erosionadas y pla- has en su cima; después se encontraron con una gran meseta cubjerta de gigantes- £05 pellascos negros. Mas alli se encon- traon con un escarpe y alli Ia columna se detuvo para pasar la roche, descendiendo ala manana siguiente al llano donde las hhudlias recientes, tanto de camellos come de vehiculos, pedian ser vistas. Después el frido desierto volvié de nuevo, y te miendo perder el efecto de sorpres:, Pat Clayton orden acampar temprano en una cavidad de suficientes dimensiones paral esconder los vehiculos. Murzuk distaba de alll tan sélo una jornada en direcciéa Oeste Salvando les dunas..._y, Absjo. desatascando ‘un vehiculo de la arena blanda. La ultima informacién que Clayton po- sela sobre Murzuk era que posela un re- ciente fuerte de piedra que guarmecian de 200 a 300 hombres y disponian de una tstacion de radio, El aerédromo estaba de- fendido por puestos de ametralladoras. Su plan era aislar el fuerte del aerédromo, ¥ mientras era contenida 1a guaraiciéa del fuerte, destruir el aerédromo, Careciendo de artlleria de grueso calibre que pudiera abrir una brecha en las murallas, la unica esperanza que tenia era la de que sola mente al sonido del cain Bofors y mor- teros de dos pulgadas, la guarnicién se daria a Ta fuga. Si, por el contrario, resis: tian y solicitaban’ apoyo aéteo de’ Hun, base sitvada a 400 Kilometros al Norte, Ia situacidn se volveria peligrosa para las pa- ‘ullas. Pero, como siempre, Clayton era optimista. FL II de enero por la mafiana, habiendo acampado la nocke anterior a una distan cia de 50 Kildmetros de Murzuk, Clayton con Shaw, Crichton-Stuart y d'Omano, s@ eslizaron hacia una eresta a s6lo. seis kilometros de su objetivo y desde alli 10 reconocieron a traves de sus prismaticos Desde alli se veia Ia carretera principal a Hun, que dessparecia entre un cordén de palmeras a un kilémetro y medio de dis. tancia de la ciudad: la blanca copula de Ja meequita; a Ia izquierda, la antena de Ja estacién de radio del fuerte; mas alld, 1 tejado de un gran hangar de aviacicn. Y extendigndose mAs Iejenas, las blancas ddunas del Mar de Tierra de Murzub ton bubiese preferido un recono a menor distancia con objeto de conseguir ‘més detalles, pero siendo imposible, deci ié. aetuar ‘répidamente. Ballantine, un eozslandés, conduciria a la patrulia T, menos tres vehfeulos, contra el. aerddro- mo; la patrulla G, con los tres vehicu- Jos'de la patrulla’T, se encargaria del fuerte. A las 12,30 horas, después de un breve almuerzo, ia columna inieié el avan ce con Ballantine en cabeza Cuando se ian acercando al cordén de palmeras, la columna aleanz6 a un solitario ciclista que, después de ser subido al vehiculo, results ser un tal sefior Collochia, el eartero del pueblo, A 300 metros del fuerte, los. neo: 2elandeses vieron que la guardia italiana ‘acudia a las armas, disparindolos con sus ametralladoras antes. de girar para tomar un camino a la izquierda que conducia al aerddromo. La patrulla G, dirigida por Crichton-Stuart, ‘Se despleg6 2 continua: ccién, conduciendo sus vehiculos aun te- los protesia del enemigo, y des pués de desmontar iniciaron el fuego con 28 Sus caflones. Con Jos neczelandeses a la. izquierda y ta patrulla Ga la derecha, Ja pequena fuerza desplegada en un burda’ semicirculo logré efectivamente aislar al fuerte de la carretera principal y el aer6- drome. "AI prin, es ‘cafones, Bofors leanzaron un coche’ligero que se ditigia hacia la puerta principal del fuerte y las ametralladoras batieron pequetios grupos. de italianos que corrian en la misma di recciéa. Massu y sus hombres se hablan lunido @ Jos neozelandeses, que soportaban, ahora el grueso del fuego enemiga, EL Sargento Hewson fue muerto de un disparo) fn el corazdn cuando conducla a sus hom bres. Crichton-Stuart adelant6 su Bofors: 2 200 metros de distancia y desde allf or dené disparar contra la base de la ante~ ha de la estacidn de radio, levantada fue ra del fuerte, pero no tuvo éxito, Después. Ie tooé el ture a Martin Gibbs, lugar teniente de la patrulla que mandaba Crich- fon-Stuart, Emplazando sus morteros de 50 milimetros a 200 metros comenzs a lanzar proyectiles por encima de las mux faecte, seguida de enormes llamas que ré pidamente incendiaron la bandera italiana, Antes de que el fuego se extinguiese, me dia hora mds tarde los defensores comen- raron a utilizar sus ametralladoras los atacantes se encontraron hostigados. por Esios y por francotiradores apostados em direceién a la ciudad, Mientras, la patrulla T habia. lanzadé su ataque Contra el aerédromo. No siendo) ccapaces de localizar el hangar, inmediata: mente después que abandonaron la carre- tera principal Bill Shaw apreso aun sudae ngs que estaba a la puerta de una cabafla y lo metié a la fuerza en su vehfcul. El pobre hombre apenas podia hablar el susto, pero no impart6 ‘mucho, por que no habian recorrido mucho treche cuando el hangar aparecié a su vista igualmente se percataron cémo los guar dianes corrian ‘asus puestos de amet lladoras. Afortunadamente, cotrieron I yehiculos mas que ellos y" todos, except tuno, se rindieron. Este fue fusitado, aguel mismo momento, el coche de Clayton se acereé a través del aerddromt acribillado de agujeros de bala. Se hat lanzado contra un puesto de ametrala ras manejado por un italiano mas vali te que el resio, y el coronel d'Ornano Bia sido aleanzado por los disparos y bia muerto a su lado. Por desgracia, lirador de Clayton se Ie habla escasqui- lado la ametraliadora en el momento mais eritico y la tinica solucién habla sido salir 4 toda velocidad en busca de proteccion. Sin embargo, Clayton comenzé inmedia: amente a verselas con el hangar, comen- indo a hacer fuego con su Bofors, Al Tuto apareci6 en el tejado un italiano on eando una bandera blanca. Los veinte o mde defensores s¢ rindieron. Conduciendo sus hombres dentro del hangar, Clayton ‘encontré tres bombarderos Ghiblis_y lin depésito portatil de gasolina, Conve- hieotemente rodeados, ordend a los pri- Sioneros que rociasen de gasolina los avio. hes, que, para su sorpresa, estaban arma os con’ ametralladoras Lewis. En aguel mnomento Crichton Stuart avisé que” la fuarnieién sista todavia, por lo que Clayton decidié que, puesto que el prin cipal objetivo habla’ sido alcanzado —la destruecién de los aviones y el hangar—, Jo mds prudente era retiarse. La sefal era un cohete blanco, pero tuvo que repetirse ‘arias veces antes de que Crichton-Stuart ysis hombres Jo vieran. Eran las 16,00 horas, El fuego realizado por los defenso res del fuerte era fortisimo y hacta cifi- il rodear sus puestos de ametralladoras ¥ dar la orden de retirada, pero una re- Pentina tormenta de arena, que de im Proviso se levant6, favorecis sus planes, puesto que actud Como una pantalla que Ccultaba sus _movimientos. Pronto la. pa- trulla G se pudo reunir con Clayton en cl serédromo, donde Criehton-Stuatt in: formé que un hombre de su patrulla es- faba gravemente herido en una pierna y tres neozelandeses heridos eves, aparte Gel sargento Hewson, que habla’ muerto. Formando un solo escalén, la columna se Girigié @ las alturas en las que hablan Iniciado el ataque horas antes y alli d’Or- nano y Hewson fueron enterrados bajo el sonido de los disparos que todavia ha- cian desde el fuerte. A la puesta del sol Ja unidad se dirigié hacia el Sureste y an- tes de acampar se habian alejado 20 kilé- {(Cuiles hablan sido los resultados de 1a Incursién? Habian sido dostruidos tres aviones y su hangar, junto con instalacio- nes y depésitos de’ combustible; habjan hhecho unas 30 bajas y capturado armas, entre las que habia cuatro ametralladoras. En el debe habla dos muertos y cuatro heridos, segin la cuenta de Clayton, Pero entonces e] capitén Massu se levanté el fpamtalén y todos pudieron yer cémo una bala Ie habia atravesado la pantorzilla pro: duciéndole un agujero limpio; cauteri- zhndose él mismo Ia herida con un cigs illo, ni siquiera molest6 al doctor. ‘Ala manana. sigui la mareha en direccidn Este; Jos hombres, lanzando inquietas miradas en direceién’ Norte, por donde esperatan que Vinieran los aviones enemigos. Pero nada sucedid, y después de cierto tiempo Ja columna se aproxims al poblado de Traguen para presumir de poser un pe quefo fuerte. Clayton envié'un prisionero italiano con la amenaza de que $i el fuer te no se rendia en veinte minutos, dispa- aria, Durante diez o mis minutes no hhubo respuesta alguna, pero entonces gri- tos y toque de tambores se escucharon y seguldamente una procesiGn salié, prece: idos por el comandante del fuerte y la banda ‘de la ciudad. Dentro del fuerte, Clayton yun reducido grupo encontraron dos ametralladoras, fusiles.y municiones junto con gran cantidad de documentos. Después de quemar todo lo que no podia serles de utlidad, la columna abandoné el, pueblo, dirigiéndose hacia Umm el Aré ‘ach, a 33 kilémetros al Este, y segin se decia, en posesion de un fuerte y una estacién de radio mis importante Que la anterior. Aqui la guamicié estaba alerta da y sin ninguna intencién de rendirse, or lo que, tras cambiar unos disparos, Ta columna se march6, Los més prudente ‘era, ahora que la alarma habia sido dada, Girigirse hacia el Sur en direccidn a la de Chad, parte del cual se realizaba por territorio inexplorado, no era muy confor: table que digamos, y'de hecho el territo: tio era el peor que el LRDG habia atra vesado. Como Crichton ha recogido en sus memorias: “De abruptas mesetas, des- cendfamos lentamente a escarpados valles teubiertos de rocas, costindonos improbos fesfuerzos encontrar un camino que nos sacara de alli; tenfamos que colocar pie das planss en los lugares en que la arena fesiaba suelta entre los carriles de piedra ¥ pasar los vehiculos a pulso por encima Juno a uno. Era un pais salvaje y fantis- tico y, desde luego, intransitable para ve. hleulos de motor EI 19 de enero la columna llegé a Zouar, pueseto avanzado francés, situado fen una garganta que hasta la fecha jamés hhabla sido recorrida por un vehiculo a motor. En este lugar el fuerte de Massu se elevabs por encima de las cabatias de Jos nativos ¥ poco antes de la puesta del sol la guardia senegalesa formé bajo la Bandera de la Uniéa y la Cruz de Lorena, ‘que ondezban en astas gemelas, y presen: 29 nal; Ia barbe, esencial i i i 2 Tip ‘opcior {6 Jas armas mientras la patrulla G tras: ponia lentamente la entrada, En Zouar no sélo habia agua en abun- dancia para lavarse, sino que también ha- bia carnero asado ‘para la tropa, vino y un banquete de siete platos diferentes pa 1 los oficiales, a operacién habia sido realizada. Pero ya habla llegado un aviso de Bagnold que decia: “Informar en seguida de cudantos Yehieulos puede disponerse para cooperar con los franceses en una operacién contra Kutra", Al dia siguiente, Bagnold llegé en persona, y seguidamente, acompaiado de Bill Shaw, volaron al Cusrtel General fran eés en Lamy. Allf discutieron con el su- eesor de d'Ornano, coronel Leclerc, Am- bos estuvieron de acuerdo en que los pre- paratives debian empezar en seguida. ‘Como Leclerc iba a convertirse con el tiempo en un hombre famoso, bien vale Ja pena hacer un inciso para presentario. ‘Oficial de caballeria procedente de St. Cyt, fea eapitén cuando empezé la guerra, Ru: bio, bien, parecido, y con una soberbia vor, poseia una cualidad de autoridad in- malay, por supuesto, “Leclero” era sélo uun seudonimo adoptado por medidas de seguridad después. de la ocupaciin de Francia por los alemanes. De hecho, él era el Vizconde de Haute Coque. Herido ¥ hecho prisionero en la batalla de Fran. ia, Leclere se las arreglé para escapar & um castillo propiedad de unos parientes. Desde allt, y'viajando en bicicleta, legs al Canal de la Mancha, y despuss se las freglé. para cruzar a Inglaterra, Habién~ dose unido a De Gaulle, fue enviado al ‘Cameriin para organizar Ia resistencia con tra las autoridades de Vichy y desde alli destinado a la provincia del Chad. Sus ‘tropas estaban compusstas_principalmente por Saras mandados por oficiales y subo- ficiales franceses, y ‘todos ellos “buenos combatientes, pero el problema de los su- mministios era enorme. Vehiculo ea malas Condiciones que cala en sus manos era di guazado para proporcionar piezas de re uesto para sus ‘cafes, ¥ no estaba muy orgulloso de tener que rebuscar en os ‘montones de-desperdicios. El oficial de su plana mayor, eapitén De Guillebon, tun hombre alto, delgado y enérgico, co- nocia perfectamente al coronel ¢ iba a esempesiar un importante papel en los sueesor que iban a desarrollarse. ara la operacin de Kutra, Leclere dis EI general Leclerc, comendante de los Franceses. Lib 32 ponia de 100 soldades europeos y 300 na- livos con un armamento de cuatro ame \ralladoras pesadas, 26. ametralladoras Le~ ‘is, dos eaflones de 37 mm, cuatto mor {eros yun cafén de 75 mm. Los medios de transporte de que disponia eran varias camionetas Bedford. y un variado surti- Wo de camiones. Bajo su mando estarfan también las patrullas del LRDG T y G, cuya misiOn era la de proteger el avance y reconocer Uveinat, donde el ene migo habia establecido una guarnicién mi: litar, La fuersa partié de Faya (base prin- cipal de Leclerc) el 26 de enero, El iti- fnerario de marcha comprendia Unianya ‘que Leclere habia elegido como ba. se avanzada estaba a 210 kilémetros al Notoeste—y desde alli, por Sarra y Bis: hara Wells (Pozos de Bishara), a Kufra. En aguella época las fuerzas francesas contaban con muchas virtudes, pero des aracladamente la seguridad no estaba entre fllas, Durante muchos dias antes de la marcha hacia Kufra, el saludo comin en Tas calles de Faya era “Vers Kufra”. Los italianos se habian dado ya cuenta de la intensa actividad en. las “comunicaciones por radio y sablan perfectamente lo que Iba a suceder. Todas sus guarniciones mi- liares fueron alertadas y la aviacién ini ci tna Vigilancia intensiva en el desierto {La operacién no tuvo un feliz. comienzo. [ips vehicules franceses comenzaron a ave: rlarse debido a las dificultades que ofre fia el terreno y al segundo dia de marcha fe leyant6 una violenta tormenta de are na, Estos eventos obligaron a los france Ses a detenerse y las patrullas del LRDG tuvieron que adelantar a los vehiculos de- tenidos, rodeados de los soldados que se protegian de la tormenta. Aun para los ‘eteranos del desierto las condiciones eran Anormalmente adversas y los patrulleros, 2 pesar de la proteccién de sus gafas, no Podfan evitar que la arena se les metiera fn los ojos. Sin. embargo, por la tarde alcanzaron una depresién protegida con lun lago en el centro; al otro lado del Jago estaba el fuerte de Unianya Kebir EL 31 de enero, por la mafiana, Clayton y la patrulla © se adelantaron’ para ze- conocer Yebel Sherif, puesto enemigo 100 kilémetros al Sur de Kufra. Componisse Su fuerza de 44 hombres y 11 vehiculos ‘A buena marcha pronto alcanzaron el po zo de Bishara, encontrando que habia sido destruido, y como descubrieron rodadas recientes “de vehiculos a su alrededor, de- cidierom trasladarse hacia el Norte yes fonderse en una cadena de bajas colinas Clayton ordené que los hombres se dis persaran y escondieran los vehfeulos, pero @ pesar de todo no pudieron evitar ser loealizados al poco rato. Siete vehiculos de la Compania ‘Autotransportada. Sahariana —equivalente enemigo del LRDG~, prote- ftidos por tres aviones, surgieron braman- do a través del desierto. Los italianos int- ciaron el fuego inmediatamente con ame- tralladoras y caflones Breda, una de las armas més eficaces que el elército italiano hha tendo. Antes de que Clayton pudiera organizar la defensa, tres vehfculos ha- bian sido destruidos. Actuando serena- mente, intents replegar el resto de sus fuerzas hacia el Sur para montar un coatra- taque, Pero entonces fue atacado por un avidn’ mandado por el capitin Moreschi- fi; al poco rato fue herido y su vehicu- To’ averlado. No tuvo mas temedio que rendirse. ‘Otro de los vehiculos era conducido por Moore, soldado de caballeria neozelandés, y en el que ibaa dos soldados, Easton y Winchester; este iltimo fue herido en Ia garganta, El cuarto miembro de la tripu- Facién, un ajustador de armas llamado Ti- she, sufria de alguna herida interna. Aban- donando la accién, su coche fue atacado or el avi6n, y mientras las bombas co- enzaban a ‘explotar, echaron pie a tle- Fra y se refugiaron en las rocas. Desde allf Observaron cémo los italianos presen ciaban Ia escena, pero ninguno se acereé hacia ellos, y al caer la noche, muertos. de frio, discutieron Jo que iban a hacer. Las altermativas que se les presentaban no eran muy halaguefas: o realizar una marcha de 110 kilémetros hasta Kufra y entregarse al enemigo, 0 retroceder siguiendo 1a8 ro- dadas de los vehiculos durante 300 a 500 kilémetros 9 esperar que mientras tanto alguien los recogiese. Moore, lider natural el irupo, era partidario de fa segunda so- lucién y tras breve discusién esto fue lo que se acordé. Por fortuna, de la des- fruccién del vehiculo pudo salvarse una lata con dos galones de agua, aunque care- clan en absoluto de alimentos. Las ave turas que pasaron estos cuatro hombres itustran con toda su erudeza los peligros a que se vela expuesto el LRDG y, por Supuesto, cualquiera que actle en el de- sierto, y merece la pena que se cuente con algin’ detalle, La historia se ba tomado de las drdenes regimentales de los guar- dias escoceses del dia 7 de abril de 1941 “Bajo el impltcito Iderazgo de Moore emprendieron aquella increible marcha, He vando por turno la preciosa lata de agua. ‘Aquel ‘dia fueron sobrevolados por un = 38 isin italiano, pero aparentemente nos les vis6, "AL ‘ercer dia. encont ta de dos bras caido de uno de los, Aquel mismo dia se lo comieron tod Al cuarto dia Tighe se fatig6 mucho y al ia siguiente persuadi6 2 sus companeros para que lo abandonasen, pues se daba venta que entorpecia su’ marcha. Antes je marcharse le delaron la racion de agua due le correspondia en una botella que he Bian recogido, El sexto dia se Jevant6 una violenta tormenta de arena, pero. Moore, Faston y Winchester se las arreslaron para llegar hasta Serra fastreando las marcas de Is rodadas de los coches, que répidamente ian hacigndose menos visibles, Alt pasa ron algun tiempo en un cabaia rulnosa, pero con aceite de motor abandonado por fl'se badlaron los pies y encendieron fue- {to para calentarse por la noche. ‘Hablan fecorrido 200 kilémetros. ‘Ala maflana siguiente continuaron la marcha hacia Tekro, 2 260 kil6mettos de ‘tancia, Las huellas de las rodadas de Jos coches habian desaparecido en largos fechos del camino, por lo que encontra ban gran dificaltad "en seguir la pi Vigilancia en el desierto: Furgonetas de 1/500" kg. en misién de roconocimiento, Abajo: Una patrulla se aprovisiona antes de partir del Cuartel General en el Desierto. Mientras tanto, Tighe, que habia estado Iu. chando durante todo aquel séptimo dia, Consiguid Megar a la cabala al anochecer Sin fuerzas para continuar eaminando, En la tarde del noveno dia, una patru: la francesa que regresaba de’efectuar un econocimiento de la posicién enemiga de Kufra, se encontré en Sarra a Tighe. Es faba todavia consciente y su primer pen samiento fue explicarles que sus tres com paleros estaban més adelante. Los fran esee organizaron en seguida un grupo de Teseate, pero no pudieron encontrar Ia pis ta en la oseuridad. Aquel mismo dia, dos aviones franceses Iocalizaron a Moore ¥ & Winchester, Por entonces el agua se habia acabado y Easton iba quedéndose rezaga do, El avién les arr0j6 comida y una bo tella de limonada —todo lo que llevaban consigo—, pero ni Moore ni. Winchester se dieron cuenta de Ia comida, y por lo fue respecta a la botella, al caer se, des taps, por lo que slo quedaron dos dedos de liquido. Después de este suceso los dos hombres continusron 1a marcha indepen dientemente: Moore delante, y el pobre Winchester, medio delirando’ y luchando, tras dl. Finalmente, al décimo dia otra patrulla de’ rescate’encontrs primero a Baston a unos 80. Kilmetros al Sur de Sarra y luego a Winchester 20 kil6metros ims lejos. Los dos sin poder caminar y tirados en Ia arena completamente agota Gos, La patrulla encontré a Moore a 110 wilometros al Sur de Sarra y 2.340 Kil6- ‘metros del punto de partida. Aungue dan. do tumbos, 1 siguié andando, Perfecta- mente consciente y normal, los salud6 co mmo si fueran unos conocidos durante una carrera pedestre Por su comportamiento y valor, Moore fue recompensado con la DCM, 'y Jhon Easton, que murié a consecuencia de la herida de su garganta, después de ser sal vedo, reeibid como homenaje péstumo una citacién en la orden Pero volyamos a la patrulla. Apresado Clayton, el mando recays en’ el capitan Ballantyne, que ante el refuerzo de dos vehiculos blindados que hablan recibido Ios italianos, estimé que era imposible el continuar la lucha y retrocedié con los Supervivientes para dnirse a la patrulla G ¥ Leclere. Después de una breve cone Tencia, Leclere decidi6 establecerse tempo- ralmente en Tekto, enviar de vuelta a las patrullas del LRDG y efectuar un recono- fimiento con fuertes efectivos sobre Ku- fra, Se decidié que Ballantyne y uno de Jos coches de la patrulla K fuera con 35 los franeeeses como guia. Bl resto de los vehieulos volvié a El Cairo, Leclerc Hleg6 a Kufra el 7 de febrero y quella misma noche entr6 en accidn Mientras un pequeio grupo se encargaba del centro administrative de Giori, el ca pitin de Guillebon condujo a tres coches al aerSdromo, donde incendié un avién que Ii se encontraba, La explosién parecié ospertar ala guarnicién italiana del fuer- le, que comenzaron a. disparar. furiosa mente y a lanzar cartuchos luminosos de color verde. Por desgracia, aquéllos eran la seal convenida para que entrasen en accién las reservas francesas y para deses peraciéa del capitin de Gillebon; doce Bedfords ‘con los faros_encendidos se Jangaron contra el oasis. Pronto se vieron tascados en la arena y entonces se orga niz6 un verdadero casos, mientras la guar nicién del fuerte disparaba la mayor parte de sus municiones. Sin embargo, ei reconocimiento habla proporcionado a Leclerc. suficiente infor macién para montar su ataque principal y el 17 de febrero inicié el avance desde Sarra, Pronto suffié el ataque de las Com- paflas de Autos del Sahara itallanas, pero tina -répida intervencién de de Gillebon onsiguio desbordar a Ios italianos, los cuales por la tarde se retiraron en direc: cidn a Tazerbo. Esto cambié la situacién en favor de Leclere, porque, privado de su fuerza de ataque mévil, los italianos, en cerrados en el fuerte, perdieron su moral y tras una sost tervencién del ca fién de 75 mm., estuvieron dispuestos a iseutir los términos de su. rendicion, El dia 28 por la maftana un soldado portan- do una’ bandera blanca salid del fuerte; condueido ante Leclerc, le entregé una no ta en la que se sugeria que los heridos de ambos ‘mandos fueran puestos en una zona neutral contra la que nadie dispara~ ria, Leclere contest6 que sélo trataria con un oificial, ¥y efectivamente, alas 16,00 horas el oficial se presents, Este repitis li peticiGn formulada anteriormente, pero 0 le progunté: “Solamente a titulo de curiosidad, podria usted decirme cudles podrian ser las condiciones de la rendi €icn?”. Comprendiendo Leclere que el ene- migo estaba easi acabado, ordené a sus pe trullas que aumentasen la presion yal of cial que mandaba el canon de 75 mm. Arriba: La resistencia Italiana fe tambaleabe: Prisioneros Tobruk, 1941. Absjo:" EI nuevo enemiga: Hombres del Afrika. Korps, de Rommel, en accién. que aumentase Ja cadencia del fuego. Esta Accién habla de tener el efecto deseado yen la madrugada del dia 1 de marzo Leclere vio ordeando en lo. alto del mas: til del fuerte una bandera blanca. Una ho- ra después entré en la plaza, encontrando 4 su guarniciéa, formada por 74 italianos ¥ 382 libjos, formados en la patio de ar mas, Su armamento consistia ‘en 53 ame: tralladoras y cuatro caflones Breda de 20 ilimetros. ‘Con tales medios podian ha- bber resistido durante semanas, suponiéndo- Tes valor y deseos de luchar. Por asi de- citlo, estaban aterrorizados de las tropas coloniales francesas y suplicaron a Leclere que los mantuviera alejados del fuerte. Graciosamente consintis Leclere y coloce um clérigo francés, el padre Bronner, en Ja puerta de centinela. Para completar el ambiente de Opera cémica en que acabé Ta’ operaciéa estaba el itimo parte del comandante del puesto, una copia del cual fue encontrada en su’ oficina: “Estamos ‘in extremis”. Viva Italia. Viva el Rey Emperador. Viva el Duce, Roma, yo te Tos itaianos hablan estado en Kufra durante diez afos y cuarenta dias, pero Su reinado habla terminado para siempre Por lo que se refiere al LRDG, con la po- sesion de Kutra disponian de tna maga(t fc base de operaciones desde la que lan arian sus ingursiones en los meses von! eros Durante todo el mes de enero, y bastan- te de febrero, el triunfante avance de Wavell continud por ia Cirenaica, Tobruk Derma, Barce, Bengasi, Agedabia yfina mente EL Agheila cayeron en. su poder ise dice divsones gram aero de aviones Halianos fueron completamente destrozados, En total, Wavell y sus dos Aivisiones hicieron 130.000 prisioneros apturaron 850 catones y 400 carros. de sombite apite de los vebiculos norma: ero Wavell no to tiempo para des cansar, porque yu en Londres. se hablan tomado importantes decisiones: el flanco de las. fucrzas inglesas se. aseguraria. sin Sobrepasar Bengast por el Oeste, y se ay daria a los ariegos amenazados’ por la po Sibilidad ‘de un ataque por las potencias del Eje. Para complicar el asunto an més existia una ereciente evidencia de que Hitt fer planeaba poner el ple en el Norte de ‘Africa y pronto se espareié. el rumor de {a unidad denominada Afrika Korps, al mando. del general Rommel. Los rumores tran ciertos. El 31 de marzo, mucho antes ‘que’ nadie lo imaginase, estaba preparado 37 Veloz y brillantemente dirigido et Afrika Ki 1, Tobruk resists y Rommel juzgé arries Jo twaspasar la frontera egipeia. Tambien ntras. dos plazas permanecfan en poder de *ingleses —Kufra y Yarabub-, esta itima situada al Norte del Mar de Are na y a unos 240 kilémetros cerea de So in. Desde Yarabub vy Siva, 160 kiléme- ros mas al Este, el LRDG actuaba con ut seuadrén solamente; el resto del. grupo manecfa en Kufra, en donde el oro nel Bagnold actuaba como comandante militar de la guarnicign EI verano de 1941 fae un verano fue rante para el LRDG. Gran parte de sus rnergias. se emplearon en mantener 2 Ku- fra abastecida, porque la fuerza defensiva uudanesa, responsable de esta misin, te nia muy poea idea de cémo hacerlo. Has julio Mo. estuvieron Ios. sudaneses. en condiciones de valerse por sf solos y las patrullas de Bagaold pudieron entonces Contingar con sus actividades. Fxistian, sin embargo, otros problemas. Guy Prendez fast, que habla llegado a ser el segundo Comandante del grupo, se dio cuenta en eguida que la unidad deberia tenet su ‘iaciOn ‘propia para operar con eficacia Y comeng6 importunar a la RAF, Esta Irqulerda y abejo: Vigilancia de cerreteras: Desde una posicién cculte, hombres del LADG obsorvan los movimientos de tropas enemigas. reciente arma, dispuesta a mantener todo Jo que volase bajo su zontrol exclusivo, se mostré inflexible yal final Prendergast fuvo que persuadir al ojéreito para que comprase dos avione: Waco. sus. pro- Pietarios egipcios. En agosto, Prendergast Sustituy6 en el mande a Bagnold, asc dido a general de brigida y nombrado se- fgundo jefe de Transmisiones del Oriente Medio ‘Aunque frustradas sus actuaciones, el LRDG no permanseié inactivo; la. patra a T reconoeié el desierto de Sirte, zona Interior de Ia regién ce Fl Agheila; otras patrullas vigilaron carreteras, ¥ los oficia Tes fueron enviados fuera para dar cursos de navegacién (el ejéreito habia empezado a darse cuenta de que, 2 diferencia del LRDG, muchas unidedes se perdian en cuanto’ abandonaban las carreteras_coste: as), Mitford reconocié con una patrulla la regién de Valo, mie ali del Mar de Are- na de Khalanchio, y operaciones como és tas, tiles, aunque no espectaculares o dra miticas, fueron realizadas por la unidad. Al finalizar el verano, Ia unidad se prepa- 16 para intervenir activamente, pues se ha bia sabido que en El Cairo habla tenido Jugar una entrevista que iba a causar un gran impacto en sus misiones operativas ¥ ‘Que iba a implicar a Ia unidad en uno de los mds extraordinariss episodios de la guerra en el desierto El jefe de Escocidl Tenlonte coronel David Stirling, creedor del Servicio Especial Aéroo (SAS) Una mafiana de julio del afo 1941, un hombre joven, alto y moreno, de agrada ble sonrisa y’aspecto elegante, que cami- rnaba apoyéndose en unas muletas, estaba ‘la entrada del Cuartel General del ejér- ito del Oriente Medio en El Cairo. Care- Giendo del pase reglamentario para pene- War en el edificio, se las ingenié astuta- mente para que los centinelas le dejaran ppssar yal poco rato penetré dando. ban- i208 por un pasillo y se metié en las ofi- Ginas de un comandante del Estado Ma- yor del ayudante general. Disculpin- ose por su_brusca entrada, el militar Se. presents, diciendo que su ‘nombre era David Stirling, del Regimiento de Guar- lias escooss y que en. la actualidad festaba destinado én. el Comando n* & Dijo que tenia que tratar asuntos de gran lnterés eon el general Auchinleck, ala razén comandante en jefe, puesto que ha- bia sustituido recientemente al general Wavell. Sin dejarse impresionar por las palabras de su interlocutor, del cual no fenfa una opiniéa muy favorable que di amos, puesto que el mayor habia sido profesor suyo en un curso de thctica, y fen mas de sna ocasién —las costumbres octimbulas de Stirling producian el con abide efecto matutitno— le habia cosido Gando eabezadas a sus explicaciones y no precisamente de asentimiento, el mayor Fehus6 ayudarle y ni siquiera prest6 aten ign a To que Je decla. sobre sus planes. Una llamada telefénica interrampi6 la con versacién; era un informe de la puerta principal comunicando la entrada de un bficial sin autorizacin. Mientras el ma yor atendfa la llamada, ‘Stirling se deslizé faéra de la oficina y, dando unos cvantos pasos desgarbados por el pasillo, se intro- Gujo en una oficina en cuya puerta se podian leer las siglas DCGS. Estas inicia- [es no Je declan nada, pero el hombre que estaba sentado en el despacho le era muy familiar. Era el general Neil Ritchie, se- sundo jefe del Estado Mayor de las Fuer- as del Oriente Medio, En el ejército in- flés, en aquella época, el que un oficial subalterno entre en el despacho de un feneral sin una solicitud previa es poco Corviente, pero entrar sini siquiera pe sir permiso es algo que jamés se ha oido cir, St Stirling no hubjera sido un hom bre de tan extrsordinaria personalidad, 10 normal hubjese sido que se hubiese dis Culpado y después haberse marchado é- pidamente. Pero no lo hizo, y en lugar Ue ello, tras disculparse por ia brusque- dad de’ su Megada, ‘insistid en que tenia que tratar asuntos de verdadera importan- cia con el general. Un extrafio silencio ‘se produjo durante un minuto; Iuego, bien fuera por comunidad de sentimientos (am- bos eran escoceses), 0 quizd porque le impresioné la autoridad que emergia de Ja personalidad de Stirling, Ritchie Je in- vit6 a sentarse. De esta manera, se_ini- id Ja. conferencia, Saeando un memord- dun y leyéndolo répidsmente, Stirling le dijo que pretendia destruir en tierra la fuerza acrea de Rommel. Para llevar a cabo esta empresa necesitaba formar una equela unidad de hombres escogidos y anzarlos en paracaidas detrés de las 1i- reas enemigas antes de que se iniciara la préxima ofensiva, Ritchie tom6 el docu mento y lo ley detenidamente, desputs Tevant6 la vista y Je dijo que aquol plan muy bien podia ser el que GOC estaba necesitando. Una vez. que hubiese sido es. tudiado ‘con todo detalley el general le dijo a Stirling que seria llamado y dicho Jo’ cual lam6 al comandante de la_ayu- dantia general, que, ocultando su sorpresa, se encontré embarcado en las cuestiones Sdministrativas que el plan requeris, en el 280 de que fuese aprobado definitivamen- te. Una ver que hubieron salido del despa cho, el mayor le advirtis. que cumpliria on’ su deber, pero que de é1'no conseguir Ha nada. més. En el ejército inglés la familia y los parientes sirven para conseguir muchas co- fas, quizd demasiadas, Haciendo averigu clones, Ritchie supo que Stirling pertene ia a una familia de_abolengo y euyos Antepasados hablan luchado en las fronte- ras durante siglos; ademas, tenfa dos her ‘manos en el Resimiento de Guardias s- coceses y otro era tercer secretario de la Embajada britinica en El Cairo, Puede ser ‘que también le bubiera interesado saber que David se habia estado entrenando an- tes de la guerra para intentar por vez primera conquistar la cima del monte Eve fest. Las lesiones que sufria actualmente se las produjo en un desgraciado salto. en paracaldas: la seda del paraeaidas se ba bia enganchado en ta cola del aviéa, ha: ciendo que bajase demasiado aprisa y sien- do ésta la causa de que al tocar tetra su- {riera lesiones en la espalda y ambas piet~ nas. Se encontraba ya muy mejorado, pero durante el perfodo de forzosa inmovilidad ue habia tenido que guardar en el hos pital habia pensado mucho, y cada vex que Ponderaba la organizacién del Comando ne 8 estaba mis convencido de que era demasiado numeroso y estitico. Lo que 43 EI general Neil Ritchie, derecha, el hombre que tuvo fe en Sting, conversa on el general Sir Claude Auchinleck. se necesitaba era una unidad mucho més Pequefla que pudiera viajar con rapide, hacer su trabajo en una hora, mas o me: nos, y rdpidamente desaparecer. Si una incursion de esta clase tenia éxito, las pér- ddidas del enemigo serian grandes, y si, por cl contrario, fracasabs, las pérdidas propias serian minimas, Como ejemplo del princ- pio de economia de fuerzas, el argumento de Sting era dificiimente rebatible. "Auchinleck, que a la sazin era presio- nado por Churchill para que lanzase una Ofensiva para Ia que todavia no estaba preparado, no desoy6 los argumentos de Stirling, ‘Tres dias después de su entre- Vista con Ritchie, Stirling se encontré de nuevo ea el GHQ (Cuartel General del Comandante en jefe), en donde le comuni- ccaron que tenia el permiso para seguir ade- Tante con sus planes, Se le autoriz6. para escoger seis oficiales y 60 hombres y es- tablecer un campo de entrenamiento en Ia zona det Canal de Suez. Su unidad estaria bajo el mando directo del general en jefe you primera misién seria la destruecién Ge aviones y campos de aviacién alema- nes situados en la zona avanzada, la n0- che anterior a la ofensiva, que iba a ser Tanzada en el proximo noviembre. Stirling “4 seria ascendido 2 capitin y su unidad ta denorhinada Destacamento L de la Bi gada SAS. Estas iniciales significaban Ser Wicio Aéreo Especial y se aplicaban pa designar una unidad que no existia en | realidad, con el propésito de engafar fenemigo haciéndoles. creer que nidad paracaidistas habian legado al Oriente Mi dio. Estos detalles se los explicé Auchia eck personalmente, quien, finalizada entrevista, le estrechd la mano y le des buena suerte. A continuacion Stirling entregado al jefe del Servicio de Informas ciéa Militar y a las Secciones Ay Q dol Estado Mayor (encargadas de las cues tiotes administeativas) para fijar los deta Iles concernientes a la organizacién ¥ ase pectos operatives de la nueva unidad, Na Ie sorprendié en absoluto que el ambient que en estos lugares se respiraba le fuer ‘algo reservado, por no decir hostl. Cualquiera que haya servido en el cite (y no s6lo en el inglés), las razones ‘Que existian para que sucediera lo que pasaba a Stirling eran clarisimas. Los so ads. profesionales detestan las unidadk especiales, o “ejrcitos privados”, como ‘yeess son denominadas. En parte, e pO Ja envidia que les da su popularidad por las mayores posibilidades de cons Buir ascensos que estas unidades propor iozan y también por la firme creencia d ‘gue los gastos que ocasionan no comy Stirling, @ la detecha, con Paddy Mayne. El Jeep Wylies, Utllizado por el SAS on 41.500 kg. Chevrolet, pero més féeil de cculta tuna ametraliadora de 1,27 centimetros de cali desiorto Occidental, menos espacioso 4 Estaba armado de ‘Browning y dos ametralladoras gomelas de 0,303 de calibre, marca Lows utilizadas en aviacion. Esto arma, segura y precisa, fue la ametralla toda fe "guerra por el lérelto ink Sxtaanerte en fs neesionae tn el Geto: Automation ses de la polvore, Retrijeracion: Por agua. Peso’ 18 kg. con el agua ra media normal utlizada Montada en los vehicules, se. util jetroceso producl do Ia rofrigeracion. Alunicion: Balas de 0,303 de calibre engarzadas en cintas. Velocidad de fuego: 450-550 disperos por minuto. 6 san Jos resultados positives que consiguen. Fl concepto ortodoxo que existe en I milicia ¢s de que cualquier unidad normal jede ser adiestrada para lo que se que Sabiendo todo esto, a Stirling mo le sorprendié cuando en la Seccién Q le di- Jeron que no tenfan tiendas de campafia y que tendria que esperar. Era obvio que le iba @ costar trabajo conseguir todos los ‘lementos que necesitaba, empezando. por los utensilios de cocina. Sin embargo, ha bia un factor que facilitaba la tarea y era que, como la unidad dependia directamente del comandante en jefe, sus necesidades tenian que ser cubiertas a tiempo, porque sino Auchinleck querria saber por qué rho se habian cumplido sus Grdenes, Por eso, Stirling se concentré por el momento en reunir a la gente que necesitaba Como era de esperar, habia abunda de voluntarios donde escoger. Entre. los oficiales eligié a Jook Lewes, soldado osa- do, aunque gran erudito y organizador tn’ inlandés lamado: MeGonigalz dos ine sleses lamados Bonnington y Thomas, 1 un escoeés llamado Bill Fraser, cuyo pa Grey abuelo hablan sido suboficales y habian servido en el Regimiento de los lighlanders de Gordon, Finalmente eli sis a Paddy Mayne, un irlandés jugador internacional de rugby y dotado de una {ortisima complexién fisica —a la sazdn se encontraba arrestado por haber derribado un oficial de mayor categoria que é—, que al saber que alli habla una ocasiGn Feal de “sacudir” al enemigo, no duda eh aceptar. En qué condiciones por qué motivo se vio libre del arresto es algo que no est muy claro, pero al dia siguiente tstaba tabalando afoosamente en compe fia. de Stir El campamento se levant6 en Kabit, un pueblo situado en el borde del Gran Lago Amargo (Great Bitter Lake), Se compo: nia solamente de tres tiendas —dos pe- uefas pera los hombres y una grande para el material, un cartel con el nom bre de Ia unidad y unas pocas tablas, me sas y sillas, Excepto por sus reducidas dimensiones, era idéntico a cualquier otro campamento de la zona del Canal, con el mismo calor, polvo, moscas y con’ el mis- mo paisaje frido y' monétono. Pero las intenciones de Stirling no eran seguir viviendo en aquellas condiciones y habia ya_reconocido. un desaprovechado. ‘campamento perteneciente a los neozelan- deses a unos pocos Kilémetros de distan cia y que a la sazén estaba desoeupade ¥ suardado por unos pocos centinelas indies, La incursién nocturna —primera operacién de la unidad— fue un gran éxito, propor- iondndoles, ademés de 15 pequenas tren das, gran cantidad de mobillario y equipo, ineluyendo un piano. En veinticuatro ho. ras Stirling transformé su campamento, convirtiéndolo en el mas elegante del con? ‘A continuacién comenzaron los entrena- mientos. Desde el primer momento, ‘Stir ling puso en claro que, dado el carécter especial de aquella unidad, no iban a per- der el tiempo en formaciones, desfiles mi 4 fiscalizar conductas personales. Cuando fueran con permiso a El Cairo, no queria ni altereados, i peleas. Toda la energie iba a emplearse en la accién contra el enemigo. La mayoria de la instrucci6n Yersaba sobre asuntos rutinarios: instruc- cidn fisica, lectura de planos, tiro y ar mado y desarmado del armamento, in- cluyendo “Barettas itallanas y Sehsmeis- sers alemanes, pero en el programa, ade- mas, Stirling introdujo ejercicios noctur- nos de adiestramiento en el desierto, Stit- Iing pretendia, por todos los medios, me- jorar las condiciones fisicas de sus hom ‘bres y su capacidad de reaccién, Hombres ‘cuya dureza flaquease en situaciones peli- ‘grosas no los queria en su unidad. Segui- ‘damente se iniciaron os lanzamientos en paracaidas, Este programa, improvisada. Ineompleto, costé la. vida a dos hombres al fallarles el paracaidas. Sin embargo, ta les desgracias proporcionaron a. Stirling tuna ocasién para demostrar su. valor ¥ al siguiente dia de producirse los acck Gentes él era el primero que saltaba, Desde primeros de noviembre se iaten- sificaron los preparativos para la primera interveneién de la unidad, La accidn que se pretendia realizar, verdaderamente am biciosa, consistia en efectuar simulténea mente ‘incursiones en cinco aerédromos Situados en la zona avanzada con objeto de destruir la masa de la aviacién de ata- que de Rommel, El plan presentabe gran des problemas y uno de’ los més pun ‘agudos radicaba en la clase de los explo- sivos que se iban a emplear. ,Cémo una lunidsd tan reducida podia llevar tal can tidad de bombas incendiarias y artefactos explosives que se precisaban para destrair los aviones? Después de. largas discusio. nes se legs al acuerdo de que se neces! ‘aba una bomba que reuniese ambas ca- racteristieas, pero un experto que Vino de El Cairo les dio poeas esperanzas. Los ex perimentos, segin el téenico, durarian me ses, quizi aos, Io cual enfurecié a Stir- a Jing. Con su marcha estaba claro que si fa unidad necesitaba una bomba especial tendria que ser inventada por ellos mis- mos. Después de dos ruidosas semanas y ‘muchos fracasos, Jook Lewes terminé 1a Construccidn de una bomba incendiaria y cxplosiva a la ver que pesaba algo menos Ge 450 gramos, pero lo suficientemente po- tente para destruir un aparato. Calculando que un hombre podria llevar dos docenas Ge bombas, el poder destructor de a uni- Gad era enorme, suponiendo, por supues Ilegar hasta donde este ban los aviones Exceptuando a Auchinleck y Ritchie, en EI Cairo todo el mundo pensaba que no podrian conseguirlo. Durante el periodo de Festruccién, oficiales del Estado Mayor del cjercito y de la RAF visitaron Kabrit y fe quedaban.pasmados de lo que estaba Sucediendo. No podian comprender eémo Stirling haba podido realizar sus ideas; fstaba bien claro que sus dotes persuasivas Salles comentaban— eran mucho més efi Derecha: Hora del descanso: Tres barbas, dos cigartllos. ‘Abajo: A retaguardia del enemigo fa supervivencia exige que por lo menos tun hombre vigile caces que sus conocimientos militares “A pesar de todo, Stirling estaba empe- fado'en seguir adelante con sus planes. Es més, los detractores de su idea en el GHQ (Cusrtel General) agudizaron su re ssolucion de continuar su empresa, y des- pués de cierto molestos comentarios de tn capitén de un grupo de la RAF, Stir ling se apasté a que su unidad era ‘capaz de dectuar una incursion en el. campo de aviacién de Helidpolis, pero colocando tunoe Ietreros en los aviones en lugar de bbombas. La operacién se plane6 con gran feuldado yen ella intervinieron 40 hom: bres Su llegada al aeropuerto se efectus sin el més misimo problema; colocaron 45 Istreros y marcharon sin ser vistos, El capitan, bastante asombrado, envid a Stir~ fing un cheque de 10 libras esterlinas tina carta en la que Ie comunicaba que ia vigilaneia del campo seria mejorada. Dicen Tos rumores que los arrestos volaron en todas direcciones y que los oficiales de se- guridad de Helidpolis estuvieron durante Slgin tiempo bastante disgustados. Pero a Stiring lo unico que le importaba era que haba demostrado hasta donde podia le- sar. ‘Sin embargo, habla Hlegado la hora de: terminar con aquellos juegos de guerra, zona Gazala‘Tmimi, lanzindose sus hom- bres en paracafdas en la oscuridad con veinticuatro horas de antelacién, Durante (se habia planeado cl SAS efectu inco aeropuertos en la as horas de luz del dia 17 se esconderian ba a iniciarse el 18 1. La noche anterior pues it ofeniva de Auchinleck, tendente! en las alturas que se extenden hacia 6 a expulsar a Rommel de Cirenaica y a 2 eae i susilar a Tobraky de noviembre de i ‘Sur desde la carretera de la costa con ob- jeto de estudiar sus objetives. Por lo no: che se dirigirian a los aeropuertos, abri rian un paso en las alambradas y colo- carfan las bombas; después se dirgician 2 un punto de reunién donde el Escus- drén A del LRDG les. esperaria para transportarlos de vuelta a la base de Siva ‘Aungue esto pueda parecer simple, Ia [A pesar de su edad (en 1939 estaba ya anticuado), el transporte-bomberdero Bristol Bombay realizo un valloso servicio en el teatro de operaciones del Oriente Medio, Motor: Dos motoras racial de 1.010 CV. Bristol Pegasus XII Envergadura: 29 metros. Velocidad maxima: 308. Km/hore. operacién necesitaba un gran trabajo de Planificacién y hubjeron de solucionarse muchos problemas. Era la primera opera ign utilizando paracaidistas que se reali- zaba en la Campaa del Desiero y los Dreparativos de todos los elemertos. para €l lanzamiento —bombas, espoletis, armas portdtiles y municiones— estuvieron listos tras muchas vacilaciones TLuego el tiempo cambid. En Ia maftana del 16 se levanté un viento fuerte y las predicciones meteorolégicas ananciaban ffuvias durante las cuarenta y oc20 horas siguientes, A las 17,00 horas la velocidad el viento tenia valores de galema y las posibilidades de montar Ia operacén pare- fan ser muy escasas. En lugar de caer a tierra en un grupo, los hombres de Stir. ling quedarfan esparcidos por el desierto ¥y muichos de ellos lesionados e incapaces Ge encontrar sus equipos. El general en jefe del Estado Mayor, responsable ante | ‘Auchinleck de’ la. operaci6n, aconsejé a Stirling que la aplazase, pero’ no se inter- frig. en. sus decisiones, La. reaccién de Stivling fue marchar al 216 Escuadrén de Ia RAF, donde sus oficiales estaban espe- | rando. cerca de los aviones de_ transporte ‘que Iban a conducirles para diseutir con clos Ia. poco envidiable situacien. Si la foperacién se cancelaba, los chisiosos del GHQ se iban a reir de ellos, acemés de ‘que surgirian insinuaciones de que al SAS fe le daba mejor el teatro que la guerra. ‘Si por otra parte, seguia adelante y fra- ‘easaba la operacién, se le acusaria de in- ‘competencia y de que sus ideas no_valfan fi un penique. De todes modos, a Stirling fe importaba mds la moral de sus hombres, 50 ae los comentarios de El Cairo y sabi feriecamente que si sancelaba Ta. opera Gon por cualquier ‘motivo, arruinaria. su Sonftanea. La reaceiin de ock Lewes fue decir que en la guerma las condiciones nunca eran perfects y que sila unidad fsperaba hasta que las condiciones. fue: fan ideales,estaran esperando toda Ia i= dia El resto de lov oficiales ran. de Ya feisma opinién, por to que’ String, al iodo. desu preocupacion, comune a General del Estado Mayor que la opera Sion seguitfa el curso plancado. ‘A las. 1915 horas, tos cinco. aviones de" transporte Bombay ealentaron sus Iotores ye SAS subid a bordo, Ademés Ge Stirling, Mayne, Lewes. McGontal Sstaban 2 cargo de los sviones; Fraser 9 Fomas actustian como igertenientes. El ‘inje mo era muy sgradable que digamos lor hombres ibn esparcidos por el sue Joy el equipo epilado en la parte poster flor del fuselee. Los hombres. hablaben poco y tos que intentaban dormir no Pian mucho éxito, El Mando Acreo habl previsto.Tensar beogalas sobre la co para ayudar a tos Bombey a. seguir # Fata, pero. la tormenta ‘habia lovantada Imucha’ arena, y no podia verse abso mente nada. Para complicar las cosas, lol Sharator tuveron que alterae su rumbo pa Ta evitar fuego emigre y Stvhog cm sa. pregunterse i 10 ibaa erminar’petdiendose toda la expediciony TEntonce’y el sargento de Yaclo les avis s6: en sels minuios estarian en la oma Ge. lanzamiento. Ripidamonte. todes las pwertas fueron abiertas y la réfaga de are Rig" aue penetrs alert a todos. Lentan mente pasaron los minutos... Cuatro mi nnutos faltan para saltar.... Dos minutos. Un minuto... Luego la luz verde se en- cendi6 y Stifling se adelanté unos pasos y luego salt6, Ripidamente uno tras otro, los restantes componentes del grupo fue ron saltando; no hubo ninguno que vaci- Jase. Fuera del avin Ia oscuridad era com- pleta ¢ imposible decir euindo se pro uciria. el impacto de la caida en tierra. Para Stirling sta se produjo sin. previo aviso, como un golpe fuerte que le dej6 inconsciente. Cuando se recobrd, se en- contré que estaba siendo arrastrado por el suelo e instintivamente se solt6 et para caldas antes de caer de espaldas. Poco a poco fue comprobando sus extremidades Y descubrié. que no tenia nada roto, por lo cual se puso en pie y comenzé a hacer sefales con su linterna, Durante un rato ‘po recibis respuesta aiguna y de hecho Je costé una hora reunir a sus. hombres ‘excepto uno, que no pudo ser hallado—, y supo que hasta cierto punto todos su- {rian lestones o heridas. ‘Casi tan deplo- rable como esto era ol hecho de que s6lo pudieron encontrarse dos de los diez cajo- fhes de suministro, y éstos conteafan man- ‘as, botellas con’ agua, comida y media docena de bombas Lewes, pero. sin es: poletas. Las posibilidades de la unidad de estruir aviones eran aulas, Stirling na- bia cometido su primer error. Considerando initil_ su permanencia en fiquel lugar, Stirling decidié enviar 2 sus hombres al jugar convenide para la te tuniéa en tanto que él y el sargento Tait fe dirigieron hacia el Norte para aleanzar In carretera de la costa, Sivél no podia destruir aviones, podia al menos efeetuar lun reconocimiento. Tericamente, la ca- rretera deberla haber estado solamente 16 kilémetros, pero como pronto se de- ‘mostré, el grupo habia sido lanesdo dema- siado lejos hacia el Sur, y hasta las 04.30 ‘no iegaron hasta las alturas. A las 05/30 comenz6 a llover, fendmeno realmente ex- traordinatio en esta zona, y pronto los luadis se convirtieron en grandes torrentes, Una y otra ver se encontraron los dos hombres teniendo que vadearlos con agua Inasta las cadoras; la Gnica yentaje que te- Ian era que no pasarfan sed y que 10 pO- rian ser localizados por la aviacién ene- ‘miga. Sin embargo, el tiempo se puso tan ‘malo que ni siquiera un reconocimiento li- mitado era posible, y de mala gana Stir- ling se digi al Sur hacia el punto de re lunién. Llegados al punto, Stirling vio a Jake Easonsmith, del LRDG, atizando un fuego; después 2 Fraser y a Jock Lewes Sus experiencias habfan sido aproximada ‘mente las mismas y ninguna habla conse- guido realizar nada positivo. Cuando Pad- dy Mayne Hleg6, su historia fue tan triste ‘como la de los’ derais},'y con respecto a Jos grupos de McGoniga] y Bonnington, 0 habla signo de ellos spor ninguna parte Tras esperar un dia ¥ media, Stirling de- Cidié regresar-a Siva; de siete oficiales » 55 hombres que habian partido para reall zar la operaci6n, solamente quedaron cua: to oficiales y 18 hombres. Ea lugar de probar su eficacia al GHQ, Jo nico que habla obtenido era un fracaso, Stirling, aunque deprimido, no estaba desesperade, porque esta operacion, & pe- sar de su rotundo fracaso, le habla ense- fado muchas cosas. Para comenzar, él ha- ia sido capaz de moverse libremente por fl flanco del enemigo. En segundo lugar, habia visto eémo funcionaba. el LRDG. Habia conseguido llevar a los supervivien- tes de esta unidad 400 kilémetros a. tra vés del desierto hasta Siva sin el minimo problema; y si podian haber regresado del Bolpe de mano, €1 pensaba que podian per- fectamente haberle levado hasta e] mismo punto, Lamentablemente tenia que admi- {ir que los peligros que encerraba un lan. zamlento eh paracaidas convertian este medio de transporte en algo impracticable. {Pero cooperaria el LRDG? jPodian en- ajar sus operaciones en su Ya apretado programa? Sus conversaciones con Jake Easonsmith, y posteriores coatactos con Don Steele no dejaron lugar a dudas. Ke- nedy Shaw nos ha dojado en sus. escri tos: “Eran unos compaferos maravillosos, Podiamos explotar hasta el méximo aues- tra caracteristca més acusada: la habi- lidad para colocar a quien quiera que fve se en cualguier pate detrds de ts linas cnemigas ¥en el momento que furse pre- Gio" "Semanas de entrenamiento habian Conseguido convertir al SAS en unos ar tistas en entrar ¥ salir de Jos lugares du rante la nocke. Sin embargo, y ain contando con la cooperacisn del LRDG, habia problemas de organizacién. Para empezar, Sti ling s2° bia que no podia solicitar refusrzos de Auchinleck rel comandante en jefe y su Estado Mayor tenian ya bastante con la ofensiva— y tendria que usar, por lo tans {oy os. oficiales 7 hombres gue habvaa Stedado, En segundo lugar, €ltendra que Siclanter su bare de operaciones en. Kix ne De vuslta a Fl Cairo, Stirling se enter de’ que habian ocutrigo grandes novedae dex Deteniendo’ de pronto. su rtiaday Rommel se haba Feorganizado, y despues on una fapica maniebra, su ejecta habla fodeado el tanco de, os aiden, Sendo Icom Canninghan ge a€contar ia situae Seen Auchinleck abla envindo a Ritchie fara hacerse cargo del mando del OctaV0, Ejgicito y muy prooto habia comenzado & avanzar nuevamente, Pocos dias después, Stirling tuvo una breve entrevista con es te ultimo en su puesto de mando avan- zado, ¥ se sintié aliviado al hallar que a pesat de su fracaso inieial no habia inten ion de disolver su unidad. Tgualmente, no hhabiendo mucho tiempo para dar instruc ciones precisas, é1 {ue mas 0 menos do- Jado 2 su libre albedrio en lo que respecta al funcionamiento de su unidad. Esto le ncajaba a él perfectamente, [Lar siguientes semanas contemplaron a Stirling y su diminuta unidad organizén- dose en Yalo, oasis situado cerca del rin in Noroeste del Mar de Arena de Ka- lanchio. Este lugar estaba, sin duda, le jos de la fromtera, pero su distancia la franja costera donde se iba a realizar su proxima aetuacida Io convertia ea un lu 2qulerda: Puesto de ametralladora ligera Italiano: Un arbusto retorcido es mejor (que no tener ninguna prote Avajo" Enel desierto ‘puede. h Hombres de la Patrulla Rodesians ddel LRDG se preparan para partir gar muy seguro. (Si uno se imagina un tridngulo isésceles invertido con los lados de 260 kilémetros de longitud, Bengasi fccupa la posicién del vértice superior i2- uierdo, Tobruk el derecho y Yalo en el Yértice inferior) Yalo es un lugar que tie- ne muy poco que lo haga recomendable en lo referente a paisaje 0 diversiones; el agua del oasis era salada; chozas de bbarro rodeando al fuerte componian todas las edificaciones existentes, y.aun las pal: meras sobrevivian con dificultad. Este'Iu {gar habia sido ceupado el 24 de noviem- bre por una columna volante compuesta por el Segundo Regimiento Acorazado del Punjab y el Sexto Regimiento Acorazado Sudafricano, bajo el mando del general de brigada D. 'W. Reid. Este general les dio Ja bienvenida, faciliténdoles alojamiento y comida. Don Steele y el Escuadrén A del LRDG habian Ilegado felizmente a Yalo; también, y por lo tanto, se podrian comenzar en seguida las operaciones. La situacién era ahora tan favorable como habla sido anteriormente. Lus incursiones teste Yal Durante el mes de diciembre de 194i Rommel continué retirdndose, siendo su plan hacerlo hasta Agedabia y El Aghei- la, endosando asi a Ios ingleses el proble mma del alargamiento de su linea de comu: hicaciones. Aunque algo apaleadas, sus faereas estaban todavia intactas y'llenas de coraje, yen cualquier momento era posible que él pudiera reagruparlas y en Wiar otra de sus fulminantes golpes con Sus unidades acorazadas. A primeros de diciembre, Reid informé a Stirling de que tenia drdenes de salir de Yalo en diree cida Norte y establecer contacto con el eeneral de Brigada J.C. O. Marriott, que mandaba la 22" Brigada de Guardias. Bs (a marcha formaba parte de un plan para atrapar a Rommel en su retirada hacia Bengasi. Desgraciadamente, Reid estaba falto de combustible y de suministros y, al parecer, su salida de Yalo no iba a po: er efeetvarse hasta el 22 de diciembre. Ademés, estaba preocupado por los. posi- bles ataques aéreos que podria sufrir du ante los dltimos 30 kilémetros de la mar~ cha (su columna fue hostigads por cazas italianos y alemanes cuando efectud la marcha hacia Yalo) y se preguntaba si Stirling seria capaz de efectuar un golpe ‘de mano en el aeropuerto de Agedabia po- ‘eas horas antes de su avance (en la no che del 2 al 22) Stitling estuvo de acuer- do, pero en los dias siguientes —ansioso f causa de que en cuaquier momento es peraba un aviso para regresar a El Cai Fo- trabajaron sobre glanos al detalle pa a ampliar la operaciés. Junto con Paddy Mayne y diez hombres, Stirling efectuaria lun golpe de mano contra el aeropuerto de Sirtey que estaba mis hacia el Oeste, unos 270 kilémetros pasado El Aghella, por lo tanto a unos 550 kilémetros de Yalo; dos dias despug Jock Lewes par- tiria hacia El Agheila; ocho dias después, el 21 de diciembre, Bill Fraser efectuaria la incursién contra Agedabia, como habia solicitado Reid. Si se conseguia alcanzar el éxito en esios tres campos de. avia~ clon —se decia que Sirte era uno de los mayores campos de aviacién de Rom- mol la fuerza aérea slemana deberia. st frir un golpe demoledor. El 8 de diciembre fue cuando Stirling y su grupo partié en directién a Yalo. [Los transportaba Gus Holliman yl pa- trulla rodesiana. Holliman, que habia ser- vido anteriormente en el Real Cuerpo de Ejército de carros, habia estado con el LRDG durante un’ afc efectuando largas expediciones por el desierto y transpor- fando combustible on la ruta de Uadi Halfa a Yut Kevir, para las operaciones al Sur de Kufra. Stirling pudo ver en se Buida_que él conocia perfectamente lo ue tenfa que hacer, La columna, com: puesta por 32 oficiales y tropas, viajaba fn siete camionetas de 1.360 Kg de peso bbruto, atestadas de equipo y_vitualas, combustible, agua y repuestos, y con los hombres. acomodados como podian en el escaso sitio que les quedaba. En el_ pti mer vehiculo iba Michael Sadler, el pi Toto rodesianc, junto con Holliman, y signiéndoles, Stirling, en el segundo ‘ve hiculo, La ‘primera jomada del viaje se efectud sin incidentes de importancia, y poco antes de oscurecer so detuvieron para pasar la noche. Sintonizando la emisora del cuartel general de Prender- ast, el operador dela radio se enterd ue les ejercitos contendientes en el nor- este estaban detenidor; Rommel estaba en Gazals, y el VIE Eiército, reorgani- indose para preparar su préximo avance. El viaje por el desierte continué durante dos’ dias’ més, y exceptuando unas ave- Has mecénicas de uno de los vehiculos, no sucedié nada de articular. Todo el 55 Comprobactones finales antes de partir. pics altura; pero cuando los vehiculos es- tuvieron ‘colocedos a su lado y las redes de simulacién echadas por encima de ellos, la visibilidad se redujo en gran ex- E] Ghiblis era un avién de reconoci- miento provisto de radio, y como el ERDG sabia por experiencia, a menos que pudiera ser derribado antes de comuni ‘car su posicién a la bese, no pasaria mi ‘cho tiempo en. presentarse los bombarde- Fos italianos. Cuando éstos Megaron, eran tres, y du- ante un cuarto de hora estuvieron acri billando los arbustos con sus ametralla- doras, lanzando a continuacién bomba tras bomba. A juzgar por el ruido y pol v0 que se levanié, pareeia que la patru Gebia haber sufrido fuertes pérdidas; pe- ro cuando los aviones se marcharon, Si ling se sintié aliviado ‘al comprobar que ‘no habia ningiin herido y que los vehicu- fos no habfan sufrido dao’ alguno, Dos horas después Holliman deciaié continuar la marcha, y la columna inicié ‘do por gases. de la pol 20, posada o I Refrigeracién: Al ‘con tripode, Velocidad de fuego: 860-800 disparos por minuto. 80 .dora slemana de 7,92 milimetros MG34. ra, Automatismo: Retrocese producido eaté de que estaban a 64 Km. de Sirtey ¥ Holliman decidié que, como quedabal Sélo una hora de luz solar, él se adelan= tarfa hasta unas alturas situadas a unos ‘cinco kilémetros de la carretera cosiera, Desde allé Stirling y sus hombres podian reconoeer su objetive, y la patrulla del LRDG podria dirigirse de regreso_ hacia ‘i Sur, Pero acababan de tomar esta de- tisién cuando aparecié otro Ghiblis que ‘comenzs a efectuar circulos por encima ela columaa, Holliman opinaba que era demasiado tarde para que acudiesen los bombarderos, pero que sin duda_infor~ marian su presencia. Lo que los italiano ‘Se pensaban que iba a suceder, era impo~ sible de decir; pero sin duda alguna esta- Han sobre aviso. Unas palabras antes de parti David ‘Stirling da las cltimas 6rdenes al jefe de Ia patrulla, Edward MeDonald. Paso: 12 ko.: 27 6 19.5 ka, Cuando se hizo de noche Ja coliumna estaba todavia a 30 kms, de la carretera ¥ los. vehiculos avanzaban como podian, on lat lucas apagadas. A las nueve en punto, cuando su destino no podia estar ya muy lejano, del vehieulo que iba de trds se hizo una seal, y Holliman ordené apagar los" motores. Escuchando.atenta: ‘mente, Stirling pudo oir, a lo lejos, sonido de vores y, después, de motores’ que se ponian en marcha y' se alcjaban. Segura mente, pensé él, que habian enviado una patrulia siguiendo la sefial del Ghiblis, y e esta forma todo efecto de sorpresa se habia perdido por completo. 2Qué se podia hacer? Stirling no podia aftontar las consecuencias de otro chas fo, aunque. estaba expuesto a tener que volver sin haber conseguido ‘nada. Unos momentos de reflexién decidieron el plan 4a seguir. Paddy Mayne, con 10 hombres, fe dirigié, a lo largo de la costa, hacia 1 campo de aviacion de Tamet, situado unos 50 kms.; y él, con el sargente Brough, veria lo que podia hacerse en te. Répidamente, le comunicaron el plana Holliman, y accedié; tres. vehfew foveransportarfan 4 cada uno de los gr: pos ¥ luego se dirigirian a un punto de Feunién en el desierto situado a 130 Km. hacia el Sur. Los dos golpes de mano se realizarian a 1as 23,00 horas de la no- che siguiente, para que ninguno de ellos pudiese dar la alarma antes de que ol tro golpe se hubiese realizado. Haciendo tanto rude como podtan, Holliman sacé. los vehiculos. de. la. carre tera en direceién al desierto. Stirling ¥ Brough se dirigieron hacia el Norte, en Gireoci6n al campo de aviacidn, "que faleulaben que estaba a unos cinco Kilé metros de distancia, De repente, se c- contraron en él sin haber tropezado con finguna. Vigilancia 0 alambradas, ye freate de ellos percibieron lar Ge aviones.. Resistiendose ala. tent Ge colocar sus bombss en ellos, sim pet- Ger un minuto Stirling decidié efectuar tun detenido reconocimiento. Desgraciads- este, dos soldados estaban durmiendo en el” perimetro del: sand Stisling 'y Brough tropezar Ja oscuridad, empezaron 2 lanzar gritos, ¥ pronto los centinelas estaban disparan- Go en. todas direcciones. Después, alg hos artilleros comengaron a cisparar en Gireceién al mar, firmemente convencidos Fs En las paradas ol ocultamiento focesario. Un equipe, coloce les redes fe simulacion « un voricuo. de que Ja amenaza desde tierra debia ser_uma maniobra de engaflo que prelu- iaba la incursién de un comando. “Tomandose las cosas con filosofia, Str Jing y Brough se dirigieron hacia Jas altu ras, sefialadas en el plano, ¥ pronto se padieron esconder entre los arbustos, Alli Se durmieron profundamente, y cuando se Aespertaron era ya completamente de dia, escubriendo que desde donde estaban se divisaba. una ‘estupenda panorimica del campo de aviacién, en el que se encon {wataban unos 30 bombarderos Caprioni Durante toda la mafana observaron el despegar ¥ atetrizar de los aviones, pero por la tarde se produjo un desgraciado Acontecimiento; de dos en dos, los bo barderos fueron despegando, y a las cinco fen punto el lugar qued6 vacio, Lo unico ‘que Stirling podia hacer era maldecir su Suerte ¥ esperar que Paddy Mayne la hu: jese tenido mejor. Todavia les quedaban seis horas de espera, y cuando cayé Ia hnoche los dos hombres descendieron a Ia carretera, adonde llegaron poco des- pués de las 22,00 horas. No habia trdfico flguno y Ia noche era tranquila y pact fica, Dieron las once..., las once y me- dia..., medianoche....y todavia no Se ola fningin sonido en ia direecién de Tamet; a fatura existencia de su unidad, pen- saba Stirling, debla estar ahora pendiente de un hilo. ‘Después, una enorme llam2- rada se produjo hacia ol Oeste, seguida por el sonido de la explosién de bombas, Una tras otra. Era el sonido més dulce ‘que Stirling habia oldo en toda su vida. Feliz, esperé a Holliman ya los. ve Ihieulos que aparecieron exactamente a las las 00,45. Antes de dirigirse al punto de reuni6n con Paddy Mayne, Stitling. per: is. unos cuantos’ minutos minando Ia carretera, y se entusiasm6 al observar €6. mo un camién italiano quedaba destro Zado-al explotar una mina. Cuando esto Sucedia, por tupuesto él estaba ya en ca mino, dirigifndose hacia el Sur, a través del desierto ‘A Jas 11,00 horas de Ja mafana. si guiente IlegS Mayne al lugar de reuniéa, Portando excelentes noticias, Una vez que Consiguieron legar al campo de aviacién de Tamer se dirigieron hacia un grupo de edificios, En el interior de uno de tllos pudieron oft hablar y refrse a unas personas--probablemente debia ser el co medor de oficiaies—. Abriendo la puerta de un empujdn, Paddy rocié la habitacion con su fusil ametrallador, marchndose Fipidamente, respaldado por cuatro de sus hombres. Corriendo con ‘cinco hombres a 64 cs curioso hacer notar ta cauta actitud de for batoradores de la Guerra Oficial i ‘ie histori britenies, "El Mediterré ns, ene Madi, lumen er {Sr tos logros ee String ‘en. Tamet Agedabia son referidos como “preter 2 nis solamente. Mangett ens histona Sia! dalla “Seguna ofensive brtink Sion. Africa Septentional las cifras que {hs Som de Il aviones:perdides en Tamet través del campo, Ileg6 a los aviones coments a poner bombas en 23 de el El aparato numero 24 tuvo que ser teado, destrozando el panel de instrum tos. Ya era tiempo para salir corrienda pero cuando el grupo se habla distanciadl tunos 45 metros, los aviones comenzara ‘2 explotar, A lo lejos. podian ver cém Se encendian unas. luces, aparentement procedentes del LRDG y de acuerdo Tas sehales convenidas. Pero pronto pereataron de que las. sefales ‘prover Ge los italianos, y asl, sin saber lo hhabla sucedido, Paddy’ y sus hombres encontraron extraviados. La dnica esp anza que les quedaba era efectuar rp damente unas explosiones y esperar qi Gstas fueran contestadas por sus comp eros. Por fortuna, el LRDG no estat Iejom y el plan tuvo éxito. Saltando a 16 camiones, [a patrulla se encontré en ‘momento lejos de los incendiados avion Yen direccion a la relativa seguridad desierto De vuelta a Yalo, Stirling tuvo que 4 perar unos dias antes de que llegaran tras patrullas, Jock Lewes habia frag sado en Fl Agheila, que al_parecer folamente un lugar de trasbordo de mati Fal. Pero cuando Bill Fraser cont6 10 qt habia conseguido en Agedabia, se Tl el premio: 37 aviones destruidos en pistas del campo de aviacién. En su via Be vuelta se hablan encontrado con general Reid y a su Fuerza del O: Que estaban_acampando en Fl Usdi Fareg. Posteriormente, Reid escribié en diario: “A primeras horas de la mad ada hubo cierto movimiento de exci Gin en las tropas de vanguardia Girigi bacia alll para_yer lo que pasail ¥ me encontré con Fraser, pertenecied a ‘Destacamento L, de Stirling, 2 qui fansiosamente le pregunté_cmo le hab ido. El me conteste: “Estoy muy animado, sefor; he tenido que deiar d aviones sin destruir mientras hula de. explosiones; pero hemos destrozado 3 Verdaderamente, esto era un formidab esultado, conseguido solamente por jefe y tres hombres. Por easualidad, enteramos mis tarde que Rommel hab estado en Agedabia aquella misma noc Seguro que aquello debié producirle dol ide. cabeza En comtraste con el entusiasmo de militar que sabia lo que aquello super El hombre y el arme: Cabo John Henderson, alerta con st ametralladora media. Y unos 15" en Agedabia, Aun conside- Fando este total reducido, las incursions hhablan sido ua gran Oto; pero no habia razén alguna para dudar de las reclama- Giones de Mayne y Fraser. W ciertamente Reidy su Fuerza del Gass puderon esta. jecer contacto con la 2 Brigada de Guardias sin sufrir ni un Bo ataque de Ja aviacién alemana. Existe un viejo adagio El lugar més érido de Ia tierr tdci i ase Famet 7, despues, Sing. en Sirte. Co tah rat ss sfavaue hombres un excelent insare ores ee tee Soran eee per oy nace tae Holler scr tigiendore ostamenis por dla hacia Sire, con el objetivo de aque Stirling pudiera efestuar su, mis Foro ‘cuando Tegaben ala carretera ol crvaron que tna diviiSo acorazada al Ihana estaba pando en quel momen Gingiendose. con toda. sequridad fAghella, donde, segin informaron, por der Rommel 'se estaba atrincherand (ke se podia hacer? Conyencido de a GPezmningy campo a traves entre Tam ¥ Site, eva impracticable, Hellman i fue ne) habia mae remedio que eseral ot ‘Cuatro horas més tarde, las 02 {aavia, Ia columaa.alemant seguia Sendo, Fue en este momento. cuando Siberon una tamarada en el ciclo en d reecion a amet yp a continuacisa, Sere. répida de explosiones, sin dud Paddy "Mayne. habla conseguido of eno "A es 03,00 horas Ja columns. alema termind de pasar. Montando en os Fclos, lo fuerza combinada del SAS AL LRBG enflaron ta carretera por al lado de camiones 9” vehicules igs de toda. clases 2campaos Toe Tasos ‘de Ta carretera, String faba queen ctalguier momento. bam Ser actenidos por alge. centioel, el por fortuna, no pasd nada, ¥ a as B Roras aleangaron un punto. stwado af foie tes kildmetros del campo. de Sdn Ue sire A pesar_de la existnd Ae" ondades” aortas acampadss fmuy lejos y alrededor de_aqvel_ pu Foliman decidio que és. seria el de reuni6n, y después de fraseha, Sting 9 sus cinco hombres, Giigieton hac ‘el campo. de aviacid Gamo solamente Jes quedeba una hora dl oscuridad, decidieron utilizar la carretera para. acercarse al aeropuerto, Pero este Sxmino resulté también equivocado, por (que al poco rato se encontraron con und barrieada en la carretera y los centinelas empezaron a dar la voz de alarma. De mala gana, Stirling decidié volver al pun- (ode reunion; pero estando decidido & no regresar con las manos vactas, proptso 2 Holliman que la columna deberia seguir por la carretera, disparando contra. todo Jo que estuviera’ 2 la vista’ Aunque este Papel estaba fuera del normal empleo de Jas posibilidades del LRDG, Helliman ac cedid, por lo que los vehiculos, despues Je dar’ la vuelta, enfilaron la ‘carretera, alejdndose de Sirte y en direccién a Ta: met... Comenzaba yaa amanecer yuna claridad difusa se perciba en el horizonte, por lo que, siendo fatal cualquier retraso, emprendieron la marcha. répidamente. A toda la velocidad que permitian los mo- Tores de los vehiculos, pasaron por ent las unidedes acampadas' disparando las tiendas, camiones, mds tiendas, a. los hombres que se dirigian hacia sus incen diados. vehicules, un carro de combate y dos tiendas mis. A medida que se iba '¥ en consecuencia au- ‘mentando el peligro, Holliman mandé que cesara el fuego y los vehicules se desvia~ ran de la carretera y en direccién al de: sierto. Por suerte, ningiin vehiculo ene ‘igo salié en su persecuciéa, yal eabo de-un rato el desterto se extendia silen- ios a su alrededor. Cuando Paddy Mayne alcanzé el punto de reuniéa, nuevamente les anuncié que tenia buenas noticias. Habiendo alcanzado 1 campo de aviacién de Tamet con toda facilldad, se encontré con 27 aviones per- fenecienfes a un escuadrén que acababa de llegar de Italia, y habla colocado una bombs en cada uno de ellos. Desgracia: damente, sus mecanismos de_relojeria, Puestos ‘con un retardo de media hora, habian fallado, y las bombas habfan em- pezado a exploiar a los dos tercios del tiempo fijado, ddndoles solamente tiempo de salir corriendo de su ultimo objetivo antes de_que se produjera la primera ex plosion. Tras su fegundo fracaso, Stirling Soport6 pacientemente las bromas a que fe vio sometido, Pero con un total de 88 aviones destruidos por su unidad, 1 rao ‘estaba disgustado, Mientras las incursiones de Tamet_y Sirte se estaban realizando, Lewes y Fra Ser realizaban sus respectivos golpes de mano contra Nofiliay Marble Arch, si- tuados a 60 y 110 kms. respectivamente, al Este de El Agheila. Stirling supo de ellos algunos dias después de su vuelta a Yalo, y las noticias eran malas, El por tador de las mismas fue el teniente Mo- mis, del LRDG, el cual le dijo que habia recogido a la patrulla de Lewes después de realizar el golpe de mano en Nofilia ¥ que después se habla dirigido hacia el Este en busca de Fraser y st grupo. Di ante el camino sufsieron un fuerte ata- que aéreoy cinco. vehiculos quedaron Gestruidos, y Lewes habla muerto. El dni co camion que quedé habia sido vtilizado or Mortis para continvar hasta el punto de reunién, cerca de Marble Arch, pero Fraser no’ apareciéy no habia indicio aiguno gue hiciera suponer lo. que le he- fa sucedi ‘sargento Lilley informs | Stirling de los Tesultados de la incur sin fracasada a carg> del malogrado Lewes. Solamente unos pocos aviones Pemmanecian en las pistes de aterrizaie, ¥ ademds, estaban muy separados unos de ‘otros. Habiendo puesto una bomba en el primero, se trasladaron al segundo. avin, ¥ no habian hecho més que colocar uns bomba en 61 cuando la primera. explots. Inmediatamente,”aparecieron en el iugar soldados, por lo que dl grupo lo unico ‘que pudo hacer fue poperse a salvo, Des- pués la columna fue atacada por un bom- bbardero enemigo en pieno desierto, Mas tarde —Lewes “habia ‘silo ya. alcanzado por un disparo—-sufrieron el ataque, de dos eazas, que fueron Jes que babian des- trozando ios vehiculos; el ataque continué durante’ varias horas, Afortunadamente, nninguno més fue herido, y aprovechando piezas de los vehiculos destrozados, con- Siguleron poner en marcha uno de’ ellos, fencamindndose hacia el punto de reunién con Bill Fraser. Esta historia se supo unos dias des- pués, pero indudablemeate fue un suceso extraordinario y ha conseguido el puesto ue se merece como uta epopeya de va lor y sacrificio. Fraser tenia cuatro hombres. consigo el sargento DuVivier, el sargento Tait y f dos soldados, Byrne y Phillips. Cuando llegaron a Marble Arch encontraron que el campo de aviacién estaba desierto; ha- bfan vuelto al siguiente dia al punto de reunién que tenian marcado en el mapa Durante seis dias esperaron inucilmente 1a egada de los vehiculos, y al cabo de los. cuales decidieron que debian intentar re fresar andando para alcanzar las. lineas Inglesas. Les quedaba solamente medio litro de agua a’ cada uno y alimentos para dos a jas. Su plan era dirigirse a Hassclet, po sicién britdnica situada a unos 320 Km de distancia. De esta manera, iniciaron la marcha. El sargento DuVivier ha recog do en su diario las experiencias que vi- vieron de esta manera: “Durante todo aquel dia caminamos sin encontrar agua. A pesar de estar sedien- to, habia determinado no probar lo que ‘quedaba de mi medio litro de agua, pues levantaba mi moral el s6lo oirla en la botella, De vez en cuando, tomaba un sorbo para humedecer mi boca; pero, @ medida que iba disminuyendo, la" voivia a escupir dentro." Aquella noche se acostaron envolvié dose en la unica manta de que disponia eada uno; ya la siguiente mafiana, des pugs de tragar penosamente un poco de comida, reanudaron la marcha, esperando mejor suerte. “Pero Ia suerte no n0s fue propicia, y pasé el dia sin que encoatré- Semos agua, Al rato descubrimos lo que parecia un lago interior a unos diez kilé: metros hacia el sureste, y, renaciendo fuestra esperanza, apresuramos el paso. Llegamos al lago sobre el mediodia, pero, para nuestro desmayo, encontramos que el agua era salada y tan fuerte su grado de salinidad, que era imposible tragar la menor cantidad.” Las desnudes rocas lo obligen, Desesperados, encendieron un fuego, tentando destlarla; pero se dicron coer ta de que perdian mis agua sudando q Jo que conseguian con este procedimiento “Bob Tait sugirié que dos de noi ‘otfos prosiguiéramos con Ia operacién d estar, mientras que los otros tres dirigieran a la carretera e intentaran derarse de algin vehiculo para consegul sf agua y provitiones, El teniente Fras ¥ yo nos quedamos, y el grupo compu to por Bob, Phillips y Byrne efectus la ineursién”. “No podiamos creer en nuestra suerte} cuando, poco después de medianoche, vol: Yieron con dos latas Henas de agua’ fr cay cristalina que habjan conseguid después do “cazar” a un camién alema 11 Qué fiesta tuvimos aquella nochet | No hicimos una infusién de té y nos festela mos con un estofado de carne enlatads queso y galletas, y para postre, datiles secos, Aquella noche Gormimos bien y hos cespertames hasta mediodia’ Durante los tres dias siguientes el grup siguié andando, hasta quo alcanzaron él adi Fareg. A’ ambos lados del uedi es taban_acampados vehiculos enemigos, Toealizando "a uno de ellos que estaba apartado del resto, el grupo esper6 a qu fayera Ia noche para dirigitse hacia Uilizando et rambo ‘de ‘una bela, gados a su proximidad, establecieron plan, y a continuacién’pasaron a la ac fhe y ye, armados con sendos Smith" y Wesson, cubriamos a Bob y Phillips al mismo’ tiempo que bajaban, la trampilla y subian el toldo, En cuestion de segudos asimos a sus ocupantes los Janzamos fuera. No ofrecieron resistencia, sino que empezaron a gritar pidiendo lemencia. ‘Sin duda, ‘se. creyeron que Gramos una banda de frabes ‘cortadores de gargantas, ‘por lo que nos costé cal No. habia agua en el camién, pero si comida y una pequeba estufa de petrleo que se pensé Serta de utilidad. Dejando alos italianos en Ia creencia de que esta ban rodeados por importantes fuerzas in- fglesas el grupo se ditigid hacia el Este, Juzgando que su situacién dobla ser un lugar entre El Algheila y Marsa-Brega Desesperados por la sed, estaban todos ddébiles y cansados y decidieron que si ban a terminar el camino debfa ser en coche. Afortunadamente, un pequetio. Mercedes-Benz se aproxitas a ellos ocu- pado por dos alemanes Despucs de des Srmarlos, y amenazando al conductor €on tun revélver en el cuello, el grupo se disigié a Marsa-Brega. Fl lugar ofrecia un aspecto de gran actividad, pero consiguie- ron atravesarlo sin ninguin incidente. Pe- o las cosas empezaron a_ponerse_feas: perdieron el camino que habian utilizado fn una ocasién anterior y se metieron en tuna marisma salada, teniendo que aban- donar el coche y dejar libres a sus pri. sioneros. Distando solamente 60 kms. el puesto inglés més préximo, esta distancia fue eubierta sin dificultad en dos dias, Mientras Fraser y su grupo realizaban su Viaje de vuelta, otro. viaje @_ través el desierto se estaba realizando, Cuando aviones Stuka stacaron. la columna de Morris (cuando se dirigian al punto de reunién con Fraser), un grupo. de diez soldados del LRDG condueides por Gun- ner Stutterd, un neozelandés, se encon- traron abandonados en el. desierto con solamente unos trece litros de agua, nueve galletas y un bote con una racién de emergencia de chocolate. El grupo que Se Girigla hacia el Este fue atacado por dos. Stukas, pero pudieron camuflarse fen 10s arbustos y resultaron ilesos. Uno Se ellos, un paracaidista llamado White, decidi6 dirigirse hacia el Sur en direccién 4 Marada con la intencién de apoderarse de un vebiculo; tenfa los ples en carne iva a consecuencia de la marcha. Los nnueve restantes prosiguieron el camino durante la noche 'y el dia siguiente, an- dando 45 minutos y descansando duran- te 15. La racién de agua la habian reduei- do a cuarto de litro por dia, pero tuvieron a. Suerte de localizar un "campamento rabe por la noche, Los Arabes les ofe- cieron ‘ditiles y un poco de agua y les indicaron Ja situacién’ de un manantial de agua a unos kilémetros de distancia, ofte- ‘eigndose a acompafiaries. Cuando hubie- yon Ilenado sus latas se dieron cuenta ‘que pesaban demasiado para sus quebran- tadas fuerzas, por lo que para disminuir el peso tuvieron que beber parte de ella. ‘A la noche siguiente, con la racion de femergencia y agua hervida hicieron un chocolate que les restauré en parte. sus energias, cubriendo aquella noche 64 Km. Luego tna tormenta de arena se levanté Y¥ ‘tuvieron que refugiarse en un agujero Que excavaron en la arena. Un viento frio les hizo sufrir considerablemente quella noche. Después pudieron hallar la ruta italiana de Agedabia a Yalo y la Siguiecon en direceién Sur. A la madana Siguiente el viento se habia calmado, pe- ro, sin embargo, la temperatura era’ alt sima, de tal suerte que, después de estar congelados durante dos dias, ahora esta. ‘ban achicharrados; pero, sobre las 11,00 horas, Stutterd erey6 distinguir a lo lejos un uno de palmer. Al principio. ce: que era un espejismo, pero Iuego los rboles se velan tan claramente que se lo dijo al resto y todos pudieron.verlo. Era el oasis de Auyila. ‘Utilizando sus ‘timas energias, los hombres recorrieron los ocho kilémetros que les separaban fandando cortos trechos y_desplomindose na arena para dessanstr, Hac of cre isculo vespertino Hlegaron, por fin, all Oasis. Después de saciar su sed, pudieron reparar en’ parte sus energlas con un gui- 50 a base de nabos y cebolias que halla- fon en un huerto rabe. quella noche, 8 de enero, durmieron en una choza y fue Ia'mejor que habien passdo desde el 30 de diciembre. Al dla siguiente se en- contraron con un policia arabe que los guid hasta los cuarteles, donde se reunie- Fon con los otros tres miembros de su patrulla, A las 01,30 llegé el mayor Steele ‘con vehiculos para trasladarlos a Yalo. Ta aventura habla terminado, "En enero la contracfensiva de Rommel proporeions a los alemanes tales progre- Sos que Yalo. se convirtié en un lugar bastante aislado e incdmodo, En contra de sus deseos, el LRDG recibié orden de irigirse a Siva, situada entre Ia depre- sida Oattara y ‘el extremo nordeste del Gran Mar de Arena” Stirling volvié com su unidad al campamento de Kabrit. Bengasi Al Wegar a El Cairo Stining pidié per miso para yer a Auchinleck. Aunque su inidad habla conseguido realizar magnifi- aS hazaias de las que podia, sentirse ‘glloso, su fuerza se habia debilitado Fraser y su grupo todavia estaban ca minando por el desierto— y se necesita: than mas oficiales y hombres si se queria que Ia unidad continuase actuando. Stir ings sin afeitarse desde que habla llegado 1's civiiaacién, levaba una barba exv: berante que horrorizaba a algunos miem bros del Cuartel General pero que impre ‘ond. favorablemente a Auchinleck. Por aguellas fechas el Octavo Ejército habia ‘omado la inieiativa de nuevo, y en su avanee se esperaba en cualquier momento que ocupasen Bengasi. Cuando esto suce disse, Rommel se veria obligado a utilizar para ‘sus convoyes el pequeflo puerto de Buerat, situado @ unos 500 Km. al Oeste Je Tamet. Por lo cual Stirling, ante las preguntas de Auchinleck respecto 2. sus roximas acciones, le sugirié que se debe Fla ataear el puerto de Buerat, hundir Jos tarcos que se encontraran alli y destrair Jas instalaciones portuarias. El golpe de mano no se podia llevar a cabo hasta ‘mediados de mes, pues se debla esperar para realizario a que hubiera una aoche Reconociendo los riesgos que encerraba la operacion, Auchinleck dio su. aproba- clon? también le autori20 a reclutar seis oficiales y 30 hombres y ascendi6 a Stir Ting al grado de mayor (comandante). | Servicio Aéreo Especial (SAS) esta ba de nuevo en acciéa, y Stirling con gran ansiedad establecid la oficina de Planifieacién ce su cuartel general en el piso de su hermano, Peter, en El. Cairo. A pesar de la fama que su unidad habia comseguido en todo sl teatro de opera Giones del Oriente Medio (0 quiz por ello precisamente) surgieron problemas en los departamentos Ay Q. del Es ado Mayor (Administracion e Intenden- cia) relativos a destinos de sus hombres © porque las espoletas u otros elementos Sel equipo habian sido. puestas en tal 0 ual lugar. En la seecién de Ayudantia General estaban furiosos porque’ Stirling habia inventado un nuevo distintive que Hevaban en la gorra, y decian —comple- tamente acordes con” los Reglamentos Reales—que siendo el SAS solamente un Gestacamento, sus componentes debian llevar Ios distintivos.e insignias pertene- cientes @ sus regimientos de origen. Pero fen sta como en tantas otras escaramu- zas Stirling salié. vencedor. Los efectivos de su unidad se incremeniaron en otros S0 hombres mas al encontrarse con unos paracaidistas de la Francia Libre proce- Gentes de Siria y que se encontraban bol- gazaneando por Alejandria y consiguis ‘que le fueran agregados a su unidad Enconirar nuevos oficiales fue dificil, ‘aunque Stirling hizo una notable adqui- sicién, Fitzroy Maclean habia estado tra- bajando en el ministerio de Asuntos Ex- teriores cuando estallé la contienda;, des puss de negérsele permiso para incorpo- arse ‘al servicio’ activo habia legado a ser_miembro del parlamento, Destinado al. Regimiento de ‘la Reina Highlanders el Camera habia volado para. unirse al 27 Batallén destacado en el desierto, Al que habla sido designado, y por casua~ Tidad, cuando entrabs en El Cairo. se encontré con que Stirling se marchaba. Reconociéndose-mutuamente —el herma- no de Stirling, Peter, era un viejo amigo ¥ colega de Maclean— se detuvieron pa- a conversar y Stirling allf mismo le ofre ‘un puesto en su unidad que fue acep- fado inmediatamente Pocos dias después, Maclean se dirigié al campamento de Kabrit, legado al cual se le asigné una n tienda de campafia a la cual le acompané tun Idgubre soldade llamado Duncan. Dentro de la tienda habia un petate y cl equipo de alguien que, como Duncan Ie dijo, “el pobre sefior no. lo necesitard ya més”. Peto entonces sucedié algo que Maclean’ recuerda con gran regocijo: “ES- aba deshaciendo mis birtules... la_puer ta de entrada se abrié y un sujeto de aspecto salvaje y con barba mird dentro. “Mi tienda’, dijo. Este sujeto no era otro (que Bill Fraser que acababa de llegar de 1 larga marcha” EL 10 de enero Stirling tenia ya con- sionados sus planes, y al dia siguiente, acompatiado de Su grupo, partis para Ya lo, en donde se les unis’ el eapitin Dun any algunos hombres de la Seceién Especial de Lanchas provistos de minas adhesivas y explosives, Una patrulla del LRDG mandada por el. capitin ADN Hunter, que llevaba como navegante a Michael Sadler, se iba a encargar de con- ducirlos hasta ‘el objetivo, hacia el cual partirian el 17. La regién hasta Buerat les era familiar y esperaban encontrar po- cas dificultades en el camino, Sin embar 29, fue necesario mantenerse bien hacia 1 Sur en su ruta para evitar Ios aviones de reconocimiento” enemigos, sufriendo varios piachazos en los neumaticos de los Vahfoulos a consecuencia del mal estado Jel camino. Antes de caer la noche del aia 22 la columna llegé al Uadi Tamet, 2 80 Km. de su objetivo, decidiendo Hun ter que este obstéculo debia ser salvado ala mafana siguiente. El campamento Jo Ievantaron a orillas del adi des- pués de conar se establecié comunicacién por radio con Siva a instancias de Stir ing habia esperado obtener informa (én, de los reconocimientos aéreos prac ‘cados recientemente—-. De hecho, la res puesta que recibieron ‘era que la infor macion estaria disponible al dia siguiente, jo cual era un contratiempo. ‘También existia el peligro de que al intentar obte- her dicha ‘informaién —que debian haber Feeibide dias antes mientras la columna estaba en el desierto— su presencia fue fa descubierta Avla mafana siguiente Hunter decidi¢ que deberfan bajar al uadi répidamente y protegerse en él. Como no disponian e" tiempo para ‘un reconocimiento los vehfculos descendieron por un lugar de fuertes pendientes y fue milagroso que ninguno ‘de ellos volcase, No habian he cho més que descender al fondo y colo: ar las redes protectoras a los vebiculos Carta de casa. euando aparecié un avién que empez6 a sobrevolarles, pero al poco partid en direccién 2 Tamet, ‘Seguramente ha Bian sido localizados, Inmediatamente Hunter dio érdenes para que se dispersa sen’ y Ios vehicules’ se. lanzaron por el uuadi buseando proteccién bajo. las roca, para encontrar Ja cual alguno de ellos tu: Yo que recorrer hasta ocho kilémetros de distancia. Media hora més tarde Hlegaron los bom: barderos; eran seis, y durante una hora sobrevolaron el uadi arriba y abajo lan zando bombas y disparando sus ametralla doras. Después de esto hubo un respiro pero, al cabo del rato, Megaron més avio hes y el ataque comenz6 de nuevo, Eran Tas 18,00 horas antes de que Hunter pudo ordenar que se concentrase la. columna de nuevo: aunque ninguno habia sido herido descubrieron que el vehiculo don de estaba la radio y'su operador habian ‘esaparecido. Qué habla pasado? —si se habia marchado mis al Sur y fue captu- rado, 0 habla sido aleanzado por alguna bomba—; fue imposible descubrirlo, Pero nunca se le volvid a caer. Para Stirling es pecialmente fue una gran pérdida porque a partir de aquel momento no podia reci bir informacién al dia por radio proce- dente de la base. ‘Sin embargo, 0 hubo ningtin cambio en los planes, y los vehicules ascendie ron trabajosamente el uadi, se dirigieron aun punto a 100. Km, de Buerat. Alcan- zado dicho punto la columna se detuvo; Jos hombres que iban a efectuar Ia incur sién prepararon répidamente su equipo y el capitin Duncan, del Servicio Especial Se Lanchas, comenzé a arrancar su canoe. ‘Se habia pensado que solamente un ve hiculo' realizara’ Ia ‘ultima etspa hasta Buerat yen él tuvo que cargarse no solamente la canoa sino, ademas, Hunter, Sadler, Duncan, Stitling 7 sus 16 hom bres. A las 2045 horas iniciaron la mar- cha’a través del desierto en direceién a Ta carretera; aleanzindola, solamente ten ddefan que recorrer 80 Km. para llegar Su objetivo. ‘Pero antes de llegar a la ca- rretera empezaron las. desgracias, De re- Pente, las ruedas delanteras del vehiculo Se hundieron en un hoyo y la barea se partis al golpear contra los laterales del Eamién con un siniestio sonido de ma Sera resquebrajada. Al examinar los. des perfectos hallaron que estaba partida por fa mitad Primero la_pérdida de Ia sorpresa._ luego la pérdida de In radio... y ahora esto otro. Los obstdeulos que se iban Ie Vantando para conseguir el éxito de Ia mB ‘operacin se sucedian de tal manera que ‘8 podria perdonar que Stirling se hubie- fa dado por vencido. Pero él no hizo se- mejante cosa; unicamente modificé sus planes, y si la ratrulla no podia llegar hasta los barcos. por mar, se_dedicarian a destruir las instalaciones portuarias; teste objetivo era tan bueno como el otro. Los hombres" aceptaron lai decisién con fentusigsmo considerando que sin la canoa yponian ahora de mds sitio en el ve- Iiculo, yen un estado de énimo sorpren- dentemente optimista el grupo llegé a la carretera ‘A. partir de entonces se_movieron con mayor rapidez. Los restantes “kilémetros Ios eubrieron en menos de una hora, y entonces aparcaron el vehiculo a pocos metros de la carretera. Era casi media- noche. Aunque la oscuridad impedia ver nada excepto el paisaje desierto que se extendia a su alrededor, Sadler estaba se- fguro de que Buerat estaba s6lo a kildme fro y medio de distancia, Tenfan dos ho ras para legar hasta su objetivo, realizar joy volver de nuevo, puesio que insistié en. que el vehieulo debe- ria partir del punto de reunin en el de- Sierto a las 0200 horas. El capitén Dun- ean y su cabo partieron primero, mien tras que Stirling dividié a sus hombres fen dos grupos. Uno rfa con él y el otro con el sargento Riley, siendo el plan al- eanzar el puerto desde direcciones opues- tas, Nadie’ deberia usar un arma a menos ‘que fuera imprescindible, y de hecho Stir Ting insistio en que su ‘mejor proteccion cera la cautela. De esta manera todos partieron y pron- to en su camino se pereataron de que el desierto daba paso a una zona cult vada, Aunque estaba muy oscuro, pudie- ron percibit a lo lejos las siluetas de las casas, y con objeto de evitarias dieron un ‘gran’ rodeo esperando alcanzar el puerto por la playa. La atmésfera era tensa por ‘gue en ctalquier momento esperaban en- contrarse con algin centinela o con alam- bbradas “u otros obstéculos, Pero el lugar parecfa vacio. Tampoco habia ningin ‘arco anclado, y las tinicas embarcacio- ‘nes que Stirling pudo distinguir en un Fipido Teconoeimiento fueron unas cuan fas bareas de pesca. Destacando algunos ‘hombres para que permanecieran fuera de tun gran almacen, €1 entré con el resto; fen su interior encontraron unos equipos de bombeo y répidamente pusieron las bombas en él, Mas alla forzaron Ja en- trada en un segundo edificio repleto con Ccajones de raciones de emergencia y ‘ministros, Tras encargarse de ellos, Stit- « ling condujo a su grupo alrededor puerto e6lo para. tropezarse con el Zento Riley ¥ sus hombres. Furioso fencontrarse én un lugar equivocado, Ril Je dijo que hablan destruido un dep6sit de provisiones, maquinaria yun alle pero que después se habian tropezado co Was puesto de centinela y que entonces hhabla optado_ por salir del puerto. Reunidos los dos grupos i grandes formas delante de ellos; recono~ Gidas por Sttling, resultaron ser vehiculos ertenecientes a una gran columna de fransporte.estacionada. Entre los. vehfcus loz que alli te encontraban habla varias fla de camionesistera de 20 tonlaasy Que a juzgar por el olor que despedian Darecla que habian sido. llenadas hacia oco tiempo, Ayudado por sus hombres se oyeron voces. De nuevo era Riley Su grupo que también habian localiza [a columna y estaban trabajando por. cuenta en el otro extremo, Para evit posteriores ‘incidentes eémicos de Clase, Strling decidié marchar en gru hhacia el punto de reunién, ‘Hunter y el LRDG estaban esper segin lo previsto, y el tnico inconveniens fevera que el capitén Duncan y su cat no hablan regresado todavia de su mis sién en Ia estacidn de radio. Hunter deci ling y sus hombres vehicules y partieron. A Ins 02,0 hor Comensaron a oirse las explosiones Srupo dio gritos de entusiasmo mient se ditigian hacia el Este. Fl enemigo, Para reponer las piezas _necesar ‘arcos enemigos necesitarian utilizar espacio de carga libre, silos vehict cciera, la pena ser reparados. A’ pesar todos los peligros, el golpe de mano n0 habla resultado ifructuoso después dk tod mafiana siguiente cazas'enemi salieron en su_persecucién, pero. éstos: permanecieron ocultos. bajo los arbusto Con las redes de camuflaje echadas po fencima, Después, por la tarde, el cielo: comenz6 a cubritse, el viento se levanté. y la arena comenzé a volar. A pesar de jas molestias, el grupo se alegré, porque fen aquellas ‘condiciones atmosféricas no, Humo en el desierto: Una patil dol SAS obeorvando e6mo' arde. un Vehiculo enemiga, era posible que los aviones volasen. A las 21,00 horas, cuando el Viento habia amai- hnado mucho, Stirling y Hunter junto con tunos pocos hombres intentaron ir a reco- ger a Duncan ya su cabo. Esperando Stra vez tener problemas, se sintieron viados al encontrar un mont6n de estacas cn la. carretera, Era la. seal convenida. Detenido el vehiculo, Stirling se desliz6é por la arena y llamo a Duncan. Este le Contesté casi inmediatamente, Duncan le Gijo que se habla encargado de la. esta Giga “de radio’ colocande conveniente- ‘mente una carga de 14 Kgs, de TNT. Cuando abandonaban la estacida de radio hhabian visto las. explosiones e incendios causedos por Stirling y sus hombres alre~ edor del puerto: “Parecta aquello”, dijo Duncan, “como si toda una columua de visternas hubiese explotado”. Leno de euforia, Stirling decidié bus car_ mis objetivos. antes de regresar al esierto y encontré otros dos tanques de ‘gasolina. Después de destruirlos se. mar ccharon;” sin embargo, se metieron de ca- beza en una emboseada de la que escapa yon solamente por la serenidad del con- ductor, quien ‘acelers el yehiculo y 10 Janzé éotre una cortina de fuego de ame- twalladora, que atravesaron sin. sufrir ni una baja.” AL dia siguiente el grupo per- manecié escondido entre os arbustos.y por la noche emprendieron la vuelta 2 Yalo. Habla una cosa que Stirling no com- prendia, {Por qué en el puerio no habia hhingiin Barco?” La respuesta era bien simple. E] carecer de comunicacionss le hhabla impedido saber que el 21 de enero Rommel habia lanzado, de repen- te, um atague que cogié por sorpresa al Octavo Ejereito. En una semana lege hasta Bengasi y de hecho habia recupe- yado ls mayor parte de Cirenaica. EL Octave Ejéreito retrocedis sus antiguas posiciones ea Gazala. 6 La carretera a Bengesl: También existian rlesgos. menores. fdas estas noticias por Ja BBC, Stirling decidig’ que la aproximacion a Yalo de- beria-hacerse con precauci6n, pues los alemanes podian ya haber enviado una olumna a'este lugar. De hecho el capitén Timson y la Patrulla G2 del LRDG permnectan alli destruyendo depésitos y colocendo trampas mortiferas. Fue por asualidad que los dos grupos’ no se dis pararan entre sl. Después de pasar oche en Yalo, los dos grupos reunidos partieron a la mafana siguiente hacia Si- Na, y desde alli Stirling y sus hombres se Girigieron a Kabrit. Pero ya nuevos pla- hhes se estaban madurando en su cabeza. EL mis importante de estos planes era efectuar una incursién contra Bengasi, ugar de gran importancia, puesto que era Ja base de operaciones de Rommel y si puerto de abastecimiento, En el Cuartel 6 General de Fl Cairo se sabia que Auchin Teck ‘no ‘podia montar una ofensiva slgunos meses a causa de la lentitud dos preparatives y ereacién de las reset ecssaras, que por tanto deberta pel manecer inactive en Gazala. En esta situacién Stirling razonaba a auncue tardase algunas semanas en. pr parels, wna eperacion realizada entre Piy'el’13 de marzo. marecia la pena vatse a cabo, De esta manera se ulti Ton detain yfoerom designs 1s Tha eerie de objetivos en la zona’ de Bea Stirling con Paddy Mayne y un grup de hombres se encargaria de los campa de aviacién de Berka y Benina; un oficial ‘subalterno’ recién llegado llamado Dodd Se encargaria del campo de aviacién em Sloma; y Bill Fraser, del de Barce. Stirgy ling también tenia Ia osada idea de tomasl) tunor hombres de la Secci6n Especial d Lanchas © introducirse en el puerto de Bengasi. El general Marriott, con quien discuti6 esta idea, pensaba que este plan fra précticamente imposible de realizarse. Bengasi, decia, no iba a ser semejante a Buerat;) seguro que habria alambradas, que la carretera estaria bloqueada y que fxistian sustaneiales dispositives defensi vos en profundidades. Sin embargo, des pués de un cierto tiempo aecedié a poner 2 Stirling en contacto con un oficial del Servicio de Informacién llamado Gordon Alston que conccia perfectamente cuanto se referia a Bengasi. Alston accedié a in venir en la opefacién y lo mismo Sucedié con dos oficiales del Servicio Es pecial de Lanchas Iamados Davia Suther land y Ken Allot. Por ultimo, Stirling re clut6 fos servicios de un hombre de nego- cios belga, capitén Bob Melot, que ala Saz6n trabajaba para el. Servicio. de. In formaciéa inglés —-hablaba perfectamente ol arabe, ya dos soldados senusis, Como siempre, seria necesaria la coope racién del LRDG y Prendergast accedié a que Jhon Olivey ¥ ta Patrulla rodesiana Se encargasen del transporte del grupo de incursionistas. En esta. época la. patrulla ‘actuaba en la zona de Siva, que se habla convertido en un centro de gran activi- dad. Constantemente el LRDG. enviabs patrullas en mision de “igilancia de ca Freteras™. transportando espias que deja ban por ia carretera de la costa, efectuan do reconocimientos en Soluch y Sceleidi ma 0 recortiendo el desierto al Sur de Yalo. Bombays y.Lysanders, Wellingstons y Hudsons aterrizaban y despegaban de las pistas del campo de aviacidn constan- temente, Este antiguo y famoso oasis ‘munea habia conocido tal ruido ni pre senciado actividad semejante La columna partis al amanecer del dia 15 de marzo; ‘Stirling y su grupo. viala ban en un Ford utlitario, modificado ara que pareciese un coche de mando alemén, y Alston y Sutherland en uno verdadero que habia sido capturado me ses antes. El LRDG conocia el. camino asi con los ojos cerrados: saliendo de la Gepresion de Siva a través del campo. de minas en la. base del escarpe, pasaba el camino por un letrero que decia: “Entra usted en una zona de fiebres malarias”, ¥ a continuacién por lo que habia sido fan antiguo lugar donde solianaterrizar Jos pilotos del viejo Royal Flying Corps durante la primera guerra mundial; se segula después la senda de Sollum’ du ante 130 Km.; después el desierto se extendia por la vertiente meridional de las montalas de Jebel antes de continuar a través de Tarik el Abd; a continuscién, hacia. el Usdi Qattara y las alturas que dominaban la Nanura de Bengasi. Estable 25 Km. de la costa, Stirling lego hasta Meloty envio @ los dos senusis para que efectuasen un reconocimiento. Mien tas tanto, Paddy Mayne y un grupo se ditigieron ‘al campo de aviacién de Berks, que esté a pocos kilémetros al Sur de Bengasi. El "resto del” grupo” deseans6 bajo los drboles disfrutando del agua cris talina de los pozos ‘cercancs. La escena ‘era completamente. paciica. La tarde siguiente estuvo lena de acon- tecimientos, porque los senusis habian regresado informando de que la carretera principal a Bengasi estab expedita ens fotalidad. Stirling, acompaado de Als ton, Allot y dos de sus propias hombres junto con dos de la Seccidn Especial de Lanchas, se ditigieron en su coche de mando escoltades. por Oliver y el LRDG. ‘Acelerando el coche por Ja dura super- ficie de la carretera, Stirling y sus com- pafieros pudieron ver a grupos de arabes Que regresaban a casa terminada la jor- nada de trabajo; pero, exceptuando estos transeuntes, la carretera estaba completa imente desierta. No habia signos de_tro- pas y el informe ‘de los senusis resulte Ser completamente cierto. Fl coche legs fen seguida al barrio drabe, en los subur- bios de la ciudad y Stirling disminuyé la velocidad; continuando todavia sin set Gescubierios, alcanzaron las calles donde vivian los europeos y los accesos al puct= to, Escogiendo un punto a casi un kilé- metro del mar y fuera de la valla protec- tora de alambre, Stirling detuvo el coche entre unos edificios derruidos por los bombardeos. A continuzeisa, con Alston, Alot y dos hombres, se dirigié por las calles laterales ea direccién al puerto, So plaba un fuerte viento y el aire era frlo tana completa oscuridad rodeaba la zona y no habia ni-una sefial de movimiento. Llegaron al agua sin ningin contratiempo, ‘Cuando Allot vio lo movido que estaba el mar expres6 sus dudas sobre si la ca- ‘hoa podria mantenerse a flote. Ciertamen te, no se podian alcanzar los barcos que estuviesen anclados a més de cien metros de distancia. Sugiriendo que la eanoa de bia armarse en caso. de que el tiempo amainase, Stirling partié para efectuar un ligero reconocimiento por el puerto, Ex- cepto a un borracho, mo encontré absolu- tamente 2 nadie, pero, sin embargo, des cubrié una entrada lateral al’ puerto que ‘no estaba. muy vigilada. ‘De vuelta a la orilla del mar se enteré de que Allot tenia problemas con la ca ‘Noa —ciertas partes no ajustaban, por lo que no podia armarse—. La situacién em Peord a causa del fuerte viento, estre- Hlando las olas contra el dique del mue Ile, evantando ‘montones de blanca es puma, No habia otto remedio que aban- donar la empresa, por Jo que el srupo, de ‘mala gana y deprimidos, emprendi6 el re- ‘reso en el coche. De esta manera la primera incursién sobre Bengasi habia fallado, De vuelta a la base avanzada, entre las colinas, las ‘noticias que all recibieron fueron’ igualmente deprimentes, Dodds hhabla encontrado las defenses que rodea ‘ban al campo de aviaeién de Slonta tan cficaces que no habia podido atravesarlas Alston equivocs el camino y no pudo llegar a Berka. Bill Fraser consiguid en waren Barce, pero sélo encontr3 un avin y algunos talleres de reparacién mé- viles’ que inutiizé, “Las dnicas noticias ® ‘animosas fueron las que trajo Pad Mayne, quien informé que junto con dos cabos habian destruido 15 avion cerea de Berks. Pero encontré dificult des al volver extravidndose a causa dl estar el plano equivocade, Mas tarde ¢§ cribis: “EI dia y Ja noche posteriores a la cursién no pudimos encontrar el punt de reunién.. Habjamos estado caminané desde las 01,30 horas hasta las 19,00 ras de la noche siguiente sin poder contrar el condenado lugar por ningun parte. Deblamos haber cubierto 80 Km, primero yendo al maldito aeré dromo, y después en el camino de vueltay No tenia ninguna utilidad. seguir di do vueltas en la oscuridad, Yo me hab hecho ala idea de efectuar una march de 400 Km. hasta Tobruk, ¥ pensando esta forma nos dirigimos’al campam: senusi mas cereano. para conseguir de agua y si era posible, una manta. [Los senusis al’ principio sospecharo pero una vez que estuvieron seguros que éramos_ingleses cambio la situaci6 completamente y nos dirigieron a una d las tlendas, metiendo dentro nuestro equ poy. preparindonos lechos con un Sin poderse dormir, en la oscurid Paddy Considers su incapacidad para ‘contrar el camino de regreso al punto de reunién con Stirling y el LRDG. Per fentonces sucedié algo’ extraordinatio: "Y ahora prestad atencién a lo que gue y nunca desconfigis de la suerte, cf sualidad 0 como querdis. Uamarlo, hombres que nos esperaban en el punt de rounién (ellos deberian de partir a ‘maflana siguiente) habian conseguido un fallina que habfan cambiado por ciert Cantidad de azicar. Como deseaban gu sarla, enviaron aun intérprete rabe 4 Tba con ellos para. que se la cocin En aguella zona habla unos treinta 0 renta campamentos.esparcicdos env Cinco kilémetros y él, precisamente, fue fescoger aguel en que nosotros nos enc trabamos “descansando —de esta, mane nnos evitamos la penosa caminata de Kilometros ‘a través del_desierto. Aldi siguiente la columna partio hacia Si Gonde legs sin novedad. A pesar de q In destruccisn de aviones realizada habf sido un notable éxito, la operacién result ser mucho menos fruetifera de lo a Stirling habia esperado. El recuerdo los bareos anclados a solamente 100 tros de distancia le atormentabs. Si sol mente el tiempo no se hubiera puesto et contra suya una vex mds... si la canoa no nubiese resultado un fracaso... Lo extraor- dinario del caso fue que la misma incur- Si6m, es decir, el llegar a Bengasi y salir de all, juzgada en El Cairo como una verdadera locura, se habla demostrado perfectamente factible. » Definitivamente, Stiling se propuso regresar nuevamente ‘A pesar de que el LRDG tuviera a su cargo, de momento, el transporte de los wmponentes del SAS, seria completamen- te imexacto pensar que ésta fue su tinica © principal misién. Por eada patrulla que cooperaba con Stirling, una docena de ellas realizaba una multitud de misiones, ‘muchas sin importancia, pero otras de ran envergadura y que implicaban largos viajes. Por ejemplo, e] 30 de marzo, una de lag patrullas mandada por el capitén do Ia acolén: Un sargento conductor. honorable Robin Guidon partié de Siva ¥ bordeando a Yalo por el Sur, que ahora ‘estaba ocupado por los alemanes, recorsis 350 Km, a través del desierto en un solo dla; una marca vercaderamente notable desde cualquier punto que se enfoque. Al ‘ia siguiente relovaroy ala patrulla Nue- va Zelanda en su aisiGn de Vigilancia de carreteras, Su tarei era la de comuni- car al cuariel general el paso de cuah Quier vehieulo que eitculara por ellas. De estos datos el Servicie de Inteligencia del Octavo Fjéreito podia deducir las intencio- nes del enemigo. El general De Gui and, jefe del estado mayor de Montgo- ‘ery, escribia en una carta que los infor- ‘mes proporcionados por el LRDG en es- ta mision de vigilancia de carzeteras “re~ sulié altamente predsa_y proporcioné luna confirmacién de primera clase de todas las informaciones Testantes relativas ‘Arena dura y lana: La patrulla puede apresurarse. A pesar desu utilidad para el estado mayor del eiteito, este” servicio era ex- fremadamente duro para lus. tropas. Es condidas en sus agujeros bajo las redes ‘so camuflaj, s6lo se sentian seguros en Iss horas de oscuridad. Existia el peligro, bien de ser descubiertos por las patrullas ‘enemigas que acampaban fuera de la ca- Fretera, como de ser traicionados por los beduines, Algunas veces éstos recurrfan 1 chantaje, pidiendo dinero y alimentos © cambio. de guardar silencio. En cierto ‘ocasién, al negarse los hombres de Gur- bien porque no Jo entendiese, 0 quizi sospechando una tramp, el oficial no bi- Después. de ser relevados en su misibny Gurdon y sus hombres se dirigieron 3- Gia Siva en compatia del capitan Melot, fl oficial de informaciOn dos. jrabes ue iban 2 espiar en la zona del Sur de Bengasi. Gurdon hizo el viaje de 690 Km. fen dos dias, otro hecho verdaderamente notable, y regresé a la base ain mas pido. Focos dias despus recibis fuera. misiga: evar a une part SAS de nuevo a Bengasi. Esta partida la componian Stirling, Fitzroy Maclean el ‘jel primer ministre, Randolph Chur De nuevo Bengus Fitzroy Maclean formaba parte del gru- po. de incursion que iba a efectuar el olpe de mano porque habia ya comple- ado. su aprendizale y, ademds, era un exeelente linglista’ que pada’ resultar ‘muy itil al equipo. Randolph Churchill, tin nuevo recluta del Cuartel General de EI Cairo, ni siquiera habla empezado su entrenamiento; pero, con su bien conoci '9 poder de persuasi6n, se las habla inge- piado para conseguir un lugar en el coche demas de Stirling, los otros miembros de is partida eran Gordon, Alston y tres. ca bos, Rose, Cooper y Seckings, que forma- ban parte dal SAS desde que fue fundado. Decididas & no fracasar en esta ocasién + causa del bote, Stirling habla enc ido @ Maclean de este asunto; y Mac. an se las arreglé. para agenciarse varias areas. de reconocimiento de os Royal Engineers que se inflaban con un par de fuelles, ‘Stifling las acept6, pero InsistiO que deberia realizar algun entrenamiento, por lo que durante varias noches realiza Fon varias pruebas en el Gran Lago Sa- lado. Como prueba definitiva, Stirling su girid que Maclean llevase los botes al anal de Suez, para. probar si era capez de colocar minas simuladas en los. bar cos ingleses alli anclados, sin ser dese biertos. La operacién tuvo el mismo éxi- t que a que habian realizado en al campo de aviacién de Heliépolis, Al dia siguiente Stirling se apresuré a pedir a las autoridades portuarias que les devolviesen Jas minas. Ala Armada Real no le hizo aquello ninguna gracia, ‘Una mafiana, a mediados de mayo, la patrulla de}é Kabrit en el coche de mam do de Stirling, dotado de soportes espe eiales para recibir cuatro ametralladoras, dos delante y las otras dos detrés. La primera visita fue al Servicio de Infor macién de la Armada en Alejandria, don de les proporcionaion pianos, fotografias greasy ls ultimas informaciones junto con una maqueta de maders de Bengas Seatados, en silencio, delante de ésta, ios hombres que iban a'realizar In incursion intentaban fijar en su memoria los deta Ties. geogrificos que les eran necesarios, percatindose de la existencia de un es tueche paso de cascotes por debajo de! rompeolas del puerto. Burlados Jos centi- nelas, este lugar parecia ideal para desde alli lanzar los botes. Pero, como iban a Conseguir entrar en la cludad? ,Resul feria tan féeil_como la ultima vez? EL Servicio de Informacién opinaba que si Se aproimaban por la earfetera de Benina es decir, desde el Este— no habria nin- gin problema, El puesto de control situa: jo en esta Tula habla sido retirado recien- jemente. Después de comer, el grupo se apifté en ‘coche y se dirigieron a Marsa Matruh, pasando una sefial establecida hacia pocos hos por el club-automévil egipcio en el que se lela: ““Bengasi-I.000 Km.” Al dia Siguiente, partieron de Marsa Matruh para ubrit Ios dos dias de distancia que les Separaba de Siva, que Maclean estaba de- Seando conocer, por las historias ofdas en infancia sobre esta ciudad, El lugar no le defraudé , posteriormente, recordaba cl gozo que experiments a la vista de los poaos de agua’ fresca que manaba desde [a tierra bajo las palmeras. Siguiendo el jemplo de su padte, hacia un cuarto de Siglo, él se zarnbulld en uno de ellos y Cuenta que esta experiencia “fue como bax arse en agua de. soda Esperando al grupo en el cuartel gene~ ral del LRDG, situado en unos edificios estaba Robin Gurdon, por lo que las re: tiniones concernientes a la operaciOn ern- pezaron inmediatamente, El 18, por la tarde el grupo partis de Siva en’ direccién a Bengasi y durante 105, siguientes dias, continuaron la marcha Gesde el amanecer hasta que anocheeta. El tiempo era calurosoy_utilizaban las ropas imprescindibles, agradeciendo la bri- fa" que producla el’ movimiento. de los Vehiculos. Pero cuando el sol se ocultaba, Ja temperatura bajaba rdpidamente y de ‘nuevo tenian que ponerse la ropa. Por Gesgracia, 1a mayoria de los hombres. de accién no suelen ser brillantes escritores ¥ el sentimiento de las vastas extensiones y la grandeza de las jornadas pasadas en fl desierto, se han perdido 0 se han recor ado fragmentariamente, Por suerte Mac- {ean es ambas cosas, ¥en su famoso libro Eastern Approaches” (Rutas orientales) nos ha dejado una real impresign de estas oches en el desierto: “Preparar las comidas no nos costaba mucho’ rato: Arriba: Una rueda reventada: La patrulla ‘aprovecha la ‘ocasién para comer Abajo: Gasolina y arena proporcionan luna excelente cocina. Guisado de carne de lata, té y algunas veces un trago de ron. Coeinébamos uti- Hizando ua fuego hecho mediante un bie don leno. de arena en que echébamos tasolina que después arcia con una lls ma estable durante un tiempo sorpren- Gentemente largo. Después de comer, lle- abamos muestras cantimploras con ‘agua Gel tanque, dejdndolas preparadas para el Siguiente dia y nos sentbamos alrededor del fuego, envueltos en nuestros chaque- ‘Algunas veces, después de recibir las comnicaciones por radio, utilizabamos Ta"emisora en menesteres més. frivolos, escuchando musica de jazz, a Tommy Handley, 0 el noticiario ‘de las ocho en punto que emitfa Londres... El continente europe nos parecia que estaba muy lejos. Yo me preguntaba cuindo lo veria de nuevo y ‘cémo estarfa cuando consiguié- ramos verlo otra vez. Pronto el fuego se extinguirla y todos busedbamos un lugar de arena blanda, en el que extendiamos nuestro saco de dor- mir. Dormiamos profundamente. bajo las estrellas, con una” Brisa frla acariciando fuestror rostros. Antes del amanecer, el cocinero, afanindose en su tarea, nos gti taba: "| jEL desayuno esté listo!” Inme distamente todos nos caladbamos las bo- tas y el dia comenzaba de nuevo. Des- puss de un desayuno a base de gachas, falchichas y algunas veces lonchas de ba- ‘e6n que el ejército proporcionaba en la- tas de conserva, la" jornada continuaba al principio sintiendo el aire frio en nues tos. rostros, .pero 2 medida que el sol avanzaba hacia el c&nit, se repetia la ope- acién de ir despojindonos de nuestra El desierto era a veces blando y a ve fees rocoso, unas veces llano y otras ondu- Jante pero, excepto por ocasionales man chas de hierba raquitica, el desierto esta- bba siempre desnudo de vegetacién, Fl tinico signo de vida eran las gracio- sas gacelas huyendo en [a lejanfay un Beaufighter franoss que volaba por en- cima de nosotros, ignorando la identifica: ida. enemiga que Ilevaba el coche de Stirling. Al Oeste de Gazala —donde los alemanes¢ ingleses se enfrentaban en ‘aquellos momentos en la frania costera— Ja rutina diaria se invertia y la columna Viajaba por la noche y descansaba durante el'dia. Normalmente se encontraban para Scultarnos rocas © arbustos que ayudaban 4 camuflarnos; lo que era imposible de evitar eran las moseas que atormentaban 42 los hombres, mientras intentaban dor mir en cualquier cobijo que encontraban. a Sub Ft) big bata E.G 1 PTO de Libia. NIGERIA eS eS Los slemanes deosven gle: Salo isos cannes por dapat sritsta El calor era casi insoportable. A unos 130"Km, de Benga, a través de ta ox rretera existia un atajo, ruta de caravanas, Senomiaado Trigh-el-Abd. Apenas era una Senda marcada. por los esqueletos de hombres y camellos que habian perecido alo largo de ella durante muchos siglos. Conociendo los alemanes que esta ruta Geberia ser cruzada por cualquiera que pretendiera aproximarse a la costa, la ha- Bian sembrado de bombas que ea gran riimero estaban medio escondidas en 1a arena. El plan de Gurdon era alcanzar festa zona con as primeras luces det dia ¥y encargarse de las bombas a medida que fueran apareciendo. Este plan. results efectivo y después de media hora de fansiedad, la columna atravesé la zona pe- Tigrosay se dirigis hacia Ia costa ‘en direccién noroeste. Después tuvieron que atravesar una 20- na donde se habia luchado y_tuvieron ‘gue afrontar los Fiesgos que envolvia esta Operacion. Esparcidos por la arena esta- ban los resios de cartos de combate y camiones, algunos de ellos con los restos Se sus tripulaciones en su interior. En. contraron también restos de aviones de- Fribados. Después cambi6 el paisaje dan- do paso a colinas y pdramos cubiertos d arbustos y drboles canijos y pronto ap recié Jebel-Akhda:, la montaa verde, Ja. patrulla supo que estaban sol a unas pocas horas de distancia de abi Esta zona montafioss, frecuentada los senusis y sus rebafos de camellos ovelas, disponia de agua y_ proporcion excelente proteccién ala base avant ‘que Ia patrulla establecié alll. Como ya hha mencionado, los senusis odiaban a Io itallanos, por Io que éstos procuraban huh de esta’ zona e igualmente sus aliado ‘alemanes. Escogiendo cuidadosamente ‘camino por sendas de cabras y cau fa columna alcanzé un sitio apropiado tun escarpe situado a unos 30 Km. de Per ‘gasi al otro lado del llamo, Era el 20 d y la incursiéa estaba programad realizarse en la noche Tas Mamaradas, mientras la RAF. bor deata Bengasi, Aquella iba a ser su lth ‘ma visita hasia que Stirling y sus home de la ciudad. Ala manana siguiente realizaron. los preparativos de rigor: po y-el bote de goma se infld, ¥ de desinflarlo se empaquets 'y se dejé listo para su transporte al lugar de la accién, Estas operaciones no se realizaron en el ambiente: tranquilo que Stirling hu- biese deseado, sino rodeados de un grupo de locuaces arabes. Uno de ellos hablaba tun excelente italiano y pronto sospecha- fon que pudiera ser un agente enemigo. Sin embargo, cuando decidieron eliminar- lo habia. desaparecido. misteriosamente. Otro de los trabajos que tuvieron que cealizar fue el desembalar los explosivos, las bombas y las minas adhesivas, colo car los detoniadores y graduar los disposi- tives de relojeria, Aunque sabido y ruti nario para el SAS este trabajo siempre tenia que ser hecho culdadosamente con mucha meticulosidad, porque los ex- plosivos no respetan a nadie. En esta Seasion sucedié que se escuché un soni- 0 patecide a un disparo de pistola y vieron al eabo Seekings agarrindose do- Jorosamente la mano. Un detonador habia salido defectuoso y habla explotado mien~ {ras lo manejaba. Aunque no estaba heri- do de gravedad, por supuesto no podia acompafar al grapo que iba a efectuar Ia Incursién, y ast Randolph Churchill —que pensaba dejarlo con Gurdon y el LRDG— convenei6 a Stirling para ocupar el lugar Gel herido, Nadie dudaba de que sila easién lo requeria, el recién legado acy tuaria con gran valor, aunque todos espe- vo meats 4 cma raban que la famosa voz de Churchill no se oyera en un mal momento, Poco después de las 17,00 horas Stirling y sus cinco hombres, Alston, Maclean, ‘Churchill, el cabo Rose y el cabo Coopers se dirigieron a Bengasiescoltados_ por Gurdon y dos vehiculos del LRDG. En ia creciente oscuridad la columna efectué su ‘marcha lentamente hacia el fondo de un ‘cauce saltando por el abrupto terreno y teniendo que efectuar grandes rodeos pa- ‘marcha. era tan Ienta que tardaron cinco horas en recorrer 20'Km. de distancia que habia hasta. la. carretera ‘Una vez en la carretera los vehiculos del LRDG se volvieron y Stirling, des- ppués de despedirse brevemente, encendis fas luces desu coche y se ditigié hacia Bengasi. Una vez que el coche alcanz6 lerta velocidad empezaron a notar que el camino hacia el fondo del cauce habla producido sus efectos y se dieron cuenta de que una de las ruedas estaba fuera de Tinea. ‘Ante el alarmante sonido que el coche producta, Stirling, maldiciendo su suerte, etuvo el coche fuera de la carretera. Du. ante un rato los dos cabos se metieron debajo del vehiculo y estuvieron urgando, pero no pudieron hacer nada. Dindose Cuenta de que su operacién tenia que fefectuarse ala fuerza en las seis horas a1 de oscuridad que quedaban, Stirling Jes fordend subir sl coche de nuevo y em prendieron la marcha; el ruido era toda- ‘mis alarmante, Fitzroy Maclean con- sideraba que aquello era como ir en un coche de bomberos a apagar un incendio ‘masque una incursién clandestina y lenciosa. Sin embargo, nadie parecia darse cuenta, y el Gnico signo de vida eran Jas hhogueras de los campamenios drabes que brillaban como estrellas en la oscuridad No encontraron ni barricadas ni puestos de control. Al poco rato pudieron ver he Gia Ia derecha [a alambrada alrededor del aerddromo de Regima y el grupo dedujo ‘que Bengasi no podia estar ya lejos. Este deseubrimiento les produjo cierto. alivio, porque aparte de Jo ruidosa, el viaje ha. bla sido muy frfo, pues el aire nocturno les ateria a pesar de los chaquetones jerseys que llevaban puestos. Al fin sucedi6 lo que se temfan, Al sa- lir de una curva Stirling observ6 una luz roja en medio de la carretera a una dis- tancia de unos cien metros. Dando un frenazo, detuvo el coche justamente de- lante de una pesada barrera de madera después observé que un centinela provi to de una pistola ametralladora se acer ccaba a Maclean que ccupaba el asiento a su lado. Més lejos, protegiendo a los cen- tinelas, se podian ver los callones de va Pantanos: Otro peligro del desierto. Flas ametralladoras, y estaba claro. q solamente mediante "un engafio. podi salir triunfantes de aquella situacién. Us encuentro a disparo limpio era una locus se identifiase, yor", respondié en. italiano, mucha prisa". Por un momento el centie rela miré con suspicacia e inspeccioné el coche. Seguramente, parecia que él debia hhaberse dado cuenta de que los uniformes ceran ingleses en vez de italianos. ‘argo, tas unos momentos de_ silencio saludé marcialmente -y' les indies: ducido." Dando un chirrido el fcontinué sa camino a Bengasi El siguiente episodio que les sucedid| podia haber salido en cuslquier pelieul policiaca. Un coche veni fl vehiculo de la policta militar, avisada por el puesto de control para que reco osiese al extrafio velfeulo que habia I Ja marcha y dejar que le pasase, pero Yehiculo no intent6 adelantar y’se mane: Bengasi, después girar répidamente y me- terse por una calle lateral, apagar las. Iu ces _y esperar. Lo que sucedié fue que el otto coche pasé de largo y el sonido de su motor se perdié en la lejania Pero las cosas se empeoraron porque pronto las sizenas empezaron a sonar, y Como la RAF habia accedid a no cfec- tuar ninguna ineursién aquella noche, 0 cabia duda de que habfan dado la alarma general. Esta impresién se confirms a me~ ida que prosenciaron eémo eran lanza as bengala tras bengala que explotaban en el aire, Su vehiculo les. comprometia, ahora, mis que servitles de ayuda, por lo que Stirling decidié abandonarlo, des- ‘nude de recoger todo el equipo, colocan- So una bomba en el maletero” graduada pera explotar a la media hora, y se dick Bieron hacia Bengasi por entre las ruinas Gel barrio drabe. Aunque pudieron escu- char eémo la gente corria a Jo lejos, nadie bstaculizé su marcha y parecia que iban a llegar basta la orilla del mar sin ningun problema. Al pasar por una pared errui- ea una estrecha alle se tropezaron de pronto con un carabinero italiano. Mac~ Iean de nuevo eoluciond la papeleta: “ZA. {qué se debe todo este ruido?”, pregunté; el carabinero respondi6: “Oh, solamente otra de esas malditas incursiones aéreas inglesas.” ‘Aparentando no desear marcharse Mac- lean le pregunté si no era posible que los ingleses intentasen algin ataque por tie- rra a la ciudad; e! earabinero le respon di6 que aquello no ea muy probable, uesto que su. efército habia »retroce” ‘ido casi hasta 1a frontera egipcia. Des- idiéndose del carabinero, la patrulla. si- {ui6 su camino hasta que lo perdieron de Vista, Después Stirling indie que deseabs pararse y reconsiderar los hechos. Si en fie los carabineros existia Ia creencia de ‘que las sirenas y cohetes se debian sola- ‘mente a una alerta sobre un ataque aéreo, Quiz habfan' sido demasiado pesimistas Stinling y sus hombres. ;Por qué no ir al coche, quitar la bomba y de esta manera ahorrarse la caminata para acudir al pun to de reunién con Gurdon y el LRDG? Cuando Mlegaron al coche hablan pasado ya 25 minutos, por Jo que répidamence Ja cogieron y ia lanzaron por encima de una tapia, Poco después explots, EL puerto estaba a kilémetro y medio de distancia, por Io que las Srdenes de Stirling fueron que Randolph Churchill y fl cabo Rose se llevaran el coche y 10 escondieran, mientras que él, junto con ‘Maclean, el cabo Cooper y Alston sirvien- doles de guia, lievarian los botes y explo: sivos, De esta manera se marcharon. y Pronto se podia ofr el eco de sus pisadas por las. calles del barrio europeo; se Sentian tranquilos y sin miedo. alguno. Maclean se encontré a un centinela en las alambradas que protesian el puerto y ‘aceredndose a él Ie dijo que el coche de su patrulla habla tenido una averia y que estaban buscando un lugar donde “pasar la noche, 2Podla indicarie algin sitio? El centinela les dijo que no sabia; pero, por fortuna, tampoco tra muy observador ¥ de esta’ manera la patrulla prosiguié hasta encontrar un sitio por el que atravesar. a alambrada. Al final lo encontraron, y des- ués de introducir en él el equipo prosi- Suleron por entre grdas y ralles de ferr0- arril en direceién al mar. Cuando llega von, se alegraron extraordinariamente que el punto que previamente hablan elegido, era exactamente como se indicaba en la magueta que habfan estudiado en Alejan difa, Ahora, Stirling decidi6 dividir la pa trulla temporalmente, levindose a Alston onsigo para reconocer el puerto, mientras Maclean’ y el cabo Cooper inflaban el bote. No habia Iuna, pero tas estrellas brilla: ban, por lo que ia visiblidad, por desgra- cia, era bastante buena, La superfici agua, en versidn escrita por Maclean, ‘como una hoja de papel de pla corta distancia, al parecer, podian verse El beduino: Amigo algunas voces, otras enemigo. Vehiculo blindado pesado aloman Sd kfz234/3, Velocidad: 83 Km/hora. Autonomie: 599 km. Tripulacién: 4 hombres, {Armamento: Un eafién L/24 de 7,5 em. de calibra y una ametralladora de 9,92 mm. Vehicul blindado ligero sleman Sikgz-222 Ihora. Autoromia: 229 km. Tripulacion: 3 hombres, ot Un canon de 20 mm.y une amctalndore de 732 mn 95 las moles de los barcos meciéndose silen- ciosamente anclados en’ el puerto. Los fuelles producian un silbido y, lo que era eor, 9 hinchaban el bote; Maclean efectus una répida comprobacién de las conexiones y comenzé a bombear de nue- vo; una voz procedente de uno de los ‘buques le interrumpié deseando saber lo que pasaba, “Militares™, respondié; pero €l propietario de la vor no se quedé satis- fecho ¢ insistié en saber lo que pasaba. Con vor tranquila Maclean le grito: “Na- da que te importe”, tras lo cual se quedé ‘anguilo, Mientras tanto el bote segula sin hin ccharse, y seguramente deberia de haberse pinchado desde que lo inspeccionaron aquella’maflana; Ia nica solucin era ‘aer el otro bote que estaba en el coche En su camino de vuelta Maclean y Coo. er se encontraron a Randolph Churchill Que estaba intentando meter’ el vehiculo bajo la protecciéa de un edificio medio derruido ‘ante una concurrencia de curio sos drabes. Después de recoger el bote volvieron a través de la alambrada hasta fl mar, pero no, hecho més que empezar ‘a hincharlo cuando se dieron cuenta de que también estaba pinchado. Cuando Stirling y Alston volvieron se en- contraron las malas nuevas. Aquel ir y venir: habla terminado por agotar las ho- as de oscuridad y solamente les quedaba media hora. Durante unos momentos dis ccutieron si” debian poner las bombas en los railes del ferrocarril, pero decidieron al fin que el objetivo no era lo suficien- Temente importante como para ser consi- derado como una incursién de importan cig en el puerto. La operacién debfa con- siderarse fracasada. Fue un momento amargo, No habia tiempo para sentarse a reflexionar porque si todos Jos vestigios de la visita tenian que ser borrados, los botes y el equipo tenfan que ser recogidos ¥ transportados al vehiculo. En clerto sitio Maclean se encontré. cara a cara con un soldado as ceari de la Somalia italiana, y de nuevo tuvo que utilizar sus dotes lingiisticas. y su asiucia para marcharse sin levantar sospechas. A partir de entonces el episo- io comenz5 a parecerse a una pelicula de Hitchcock porque cuando se diriglan ‘con sus petates hacia a alambrada la. pa: trulla deseubrié de repente que su niime- ro habla aumentado de cuatro a seis. Dos centinelas armados hablan emperado seguirles. :Qué podia hacerse? El dispa- ratles significaria alarmar a todas las t1o- pas en aquella zona; y, por otro lado no Se podta intentar el atravesar las alambra- as como hablan entrado. Lo tinico qt odian hacer era dirigirse a la puertd principal y confiar en que podrian inven far alguna cosa para salir del apuro. En momentos como este, todo lq haya estado en un callejon’sin salida be por experiencia que la mente trabaj con gran rapidez y se ven las cosas cot tuna claridad meridiana. Por el contr el tiempo parece eterno y un solo pas parece que se tarda en darlo, un perio Cuando’ el grupo legs a la puerta, Mi lean informé que era un oficial del tado Mayor y le pregunts si era respons sable de la seguridad del puerto. Cuand el sargento estilpidamente dijo que Maclean empezé a sermonearle en alta, {Cémo' era posible, se. pregun que él y su patrulla pudieran danzar po el puerto tranquilamente? quello Verdaderamente vergonzoso. Porque bi podian ellos ser saboteadores enemigos. Sargento pensaba que esto era Un pook exagerado; pero, para su_tranquilid ‘Maclean le informé que por esta vez Basaria por ato, aunque debia de alerts 2 sus centine Después de esto Maclean y su grup atravesaron la puerta con paso decidida Era ya de dia cuando la petrulla de in ccursién IlegS al coche y desde luego tod las oportunidades de volver, répidamente al punto de reunién se hablan_perdidol Randolph Churchill y el cabo Rose hab onseguido introducir el coche en un ed ficio medio derruido y utiizando cuante tenfan'a su alrededor hablan podido conderlo perfectamente. Pero, dénd® ib esconderse Ja patrulla? Por fortuna hhabitaciones que habla en el piso de a ba estaban vacias, y con suerte pod ermanecer en ellas durante todo el d En el coche tenlan comida suficiente, Sus hogares pera desayanar. Observan: fl otro lado ‘dela. carretera, Stirling lo ‘calizS la zona donde lot alemanes tenia is cuarteles e incluso vio entrar y sal 2 los oficiales y a los enlaces que parti on mensajes, La incertidumbre no. podi ‘ser, mayor. Pero el dia transcurrié sin novedad ‘Turnéndose, los sels hombres continu 8 mm. Esta amotralladora m fa tan effcaz, que en las po capturar alguna y suis municiones, las patrullas del desierto las proferian 4 Sus propias ametralladoras Lewis. ron obesrvando mientras que ¢l resto dor- mitaba. Para Stieling, aquel fue un dia aciago. Dos veces habia llegado hasta el puerto y por dos veces los botes le habian, fallado, {Por qué seria esto? ,Qué es Io que habla sucedido? jExista ‘algiin mis: lerio en, os botes que 1 no habia podido adivinar? El sol Ileg6 a su cénit y des: pués empezé a deelinar hacia el Oeste Hasta que le llegé el turno a Randolph Churchill en el lugar de observacién, cer- ca de la hora del té, no sucedis nada, pero a esta hora se ov que alguien subia fhs escaleras ya continuacién aparecié un marinero italian, Al encontrarse con Churchill y su barba de seis dias ve mar: cch6 corticndo, pero nadie pola adivinar sivera con intenciones de comunicarlo 2 Jas autoridades, Sin embargo, durante dos hhoras los seis hombres permanecieron en tena. con Tas pistols y granadas en la ‘mano preparados para dispensar a cual- ule? futuro Intruso un reeibimiento ade- cuado. No vino nadie, y legaron a a conclu- sign de que el marino debla haber entrado ‘a robar. Pero sintieron gran alivio cuando lieg6 la oscuridad de la noche. ‘Tranquilizados nuevamente, Stirling com- ujo al grupo desde su escondite a cfec- tuar una visita a Ia ciudad. Estaba todavia apesadumbrade por tener que marcharse sin causar ningun dafo, y al llegar al borde del mar se entusiasmé al encontrar dos Jenchas torpederas atracadas al mue- Ile. Sin dudarlo, decidié que aquello bien merecia la pena arriesgarse y répidamente ‘mandé.a sus hombres al. coche para bus- car algunas bombas. Pero fue indtil. Cuando. volvieron habian puesto centine™ las y bastante mds aleriados que en oca slones anteriores. Definitivamente, Stifling favo que rendirse ante la fatalidad y to- mando la carretera de Benina se marcha- ron por el mismo camino que habian le fade, De nuevo ‘Maclean tuvo que inge- hidrselas para pasar la barrera, tras lo cual el coche tuvo que marchar durante Gerta distancia entre dos yehiculos de un convoy. A las 06,00 horas aleanzaron el unto de reunién con Gurdon con un dia Ge retraso, cuando el LRDG se disponia ya a marcharse después de desayunar. ‘A la hora de estar alll iniciaron el re- reso a Siva, que, unos dias més tarde, Aleanzaron sin incidente, No sucedid Io tmismo en el viaje de Siva a El Cairo, ues, yendo a velocidad, suftieron un act Sidente, voleando el coche y resultando Maclean con fractura de clavicula y bra- zo; Churchill se rompi6 una vértebra y tuvo que ser evacuado al hospital y el cabo Rose tuvo doble fractura del brazo. Stirling se rompl6 Ia mufieca, To cual le Impidié conducir a partir de entonces. Retumiendo aquello fue el desastroso. fin de una incursién fracasada. Pero Stirling no se dio. por vencido y juré volver de ‘Buevo a Bengasi. Odiaba el fracaso. Noda delante, excepto el desierto y el enemigo: Una patrulla abandona la base, Defensa de Malta La primavera de 1942 fue un perfodo de ansiedad para os aliados y_especial- ‘mente para Winston Churchill. Desde fe- brete habia venido observando cémo em peoraba la situacién en Malta, el bastion Sritdnico en el Mediterrineo, y urgié 2 Auchinleck para que lanzase una ofensiva fn el desierto, ‘Auchinleck segufa replicéndole que no podia atacar hasta que sus hombres y sus ‘quipos estuviesen al completo, haciendo ase Churchill le preguntara con sareasmo que para qué le servian los 650,000 hom: es de que ya disponia. El 20 de abril el eral ‘Dobbie transmitié a Churchill ‘lesde Malta el siguiente mensaje: “Lo peor puede suceder si no podemes repo- Pr puestras. necesidades vitales, speci Sian tet 7 menicease 7 i> et que ser muy pronto... es una cuestion de supervivencia.” Auchinleck a pesar de ‘estas noticlas continué sin actuar, argu: yendo que el riesgo era demasiado gran de Churchill volvis a. insistir sefialando que Ta perdida de Malta seria “un desas- fre de primera magnitud para el Imperio Britinico y con toda seguridad fatal en Jo sucesivo para la defensa del Mediterré neo”. Para fortalecer su peticién, contando fon el pleno apoyo del gabinete y de la junta de jefes de Estado Mayor, le comu- hicd a Auchinleck que si el ataque no se hhabia efectuado antes de mediados de ju- ni, cuando, aprovechando los dias que ‘no ‘habla luna, un convoy de 17 buques iba a realizar el aprovisionamiento de Malta, no tendria més remedio que qui- tarle el mando. Auchinleck se sometio a sus demandas, pero ya era demasiado tar- de; €1 26 de mayo Rommel lanzo una de sus ofensivas relmpago. estableciéndose tuna lucha durante einco dias, tras los cua- ‘imaging errneamente que Rommel habia quemado su ultimo cartu- cho, Fue en esta coyuntura cuando Chur- chill comunicé a Auchinleck el siguiente mensaje: “No hay necesidad de que in- sista en la Importancia vital de la. feliz Ilegada de nuestros convoyes a Malta, estoy convencido de que dispondré 10, necesario para proporcionar la proteccién ‘grea y particularmente que los Beaufigh- ters puedan actuar desde campos de avia- cign tan al Oeste como sea posible.” Con este precedente, al volver 2 El Cai +o, Stirling fue citado’al Cuartel General, donde fue entrevistado por el jefe de ope aciones militares. Ua convoy de buques mereantes, se le dijo, intentaria Megara Malta con su precioso cargamento en la segunda semana de junio. Debesia utilizar- fe cualquier método para reducir y neu- tralizar la amenaza_aétea enemiga y la colaboracién del SAS se necesitaba urgen- femente. {Qué podia hacerse? Stirling no tardé mucho en preparar su plan y este era nada menos que asaltar ocho acrédro- ‘mos enemigos en la noche del 13 al 14 de junio, De estos aerédromos dos estaban on el drea de Bengasi, tres alrededor de Derma y Martuba, situadas en la costa 2 unos 160 Km. al Oeste de Tobruk; uno en Barce y el ultimo en Heraklion, en la isla de Creta, La operacién, como se vers, era com- plicada y el tiempo escaso. En la base de Kabrit Ia actividad duraba de la ma- flana a la noche, modificéndose los planes a medida que s¢ recibian los informes del Servieio de Informaciéa, La incursién en Dema, a cargo del teniente Jordan de los Franceses Libres, presentaba problemas de especiales caracteristicas porque aparte de los que ofrecia por su distancia, se sa bia que esta zona, de terreno montuoso, estaba atestada de refuergos alemanes ¥ 101 fn 1 idioma alemdn que se usaba vi garmente, su comandante, capitin Het Bert Buck, recluté a dos suboficiales al manes que hablan servido en la. lesi6 extranjera francesa y que confesaban se fantinazis. Estos hombres se. llamabat defendida por unidades estableciias en posiciones defensivas. Por fortuna, Stirling Supo la existencia de una unidad denomt ada el SIG —Unidad Fopecial de Inte Frogatorio de Prisioneros—_ que estaba formada por un grupo de judios alemanes procedentes de Palestina. Estos hombres, Bruckner y Esser y aunque se portabaa arriesgindose casi hasta la muerte, tenian maravillosamente, los otros miembros ‘que ir voluntariamente a retaguardia de SIG nunca confiaron en ellos y cotsidera [las Iineas alemanas usando unifome del ban su adquisicion un gran error. Prontg Afrika Korps, Su entrenamiento ea com- yeremos hasta qué punto sus sospechs pletisimo y como debian, incluso, pensar estaban justificadas. Stirling fue el primero en solicitar Io servicios del SIG y a Buck le encanté encuentro eon Stirling La idea que pro paso fue que el SIG le proporcionase 1 ehiculos del Afrika Korps para transpor Hombres, del LRDG y compateros de las Los modelos que usaban los ar a a patrulla francesa a los acrédro: mos de Derng, Esto, Buck pensaba, era muy fécil de conseguir y sugirié que los ‘dos. grupos se reuniesen en Siva el & de unio. Sin embargo, Stirling, que sabia por ‘speriencia el tiempo que se tardaba en preparar un golpe de mano, sugirié una echa anterior y'asi fue acordado, El 6 de junio los hombres que iban 2 efectuar el golpe de mano partieron, es soltados durante los cuatro primeros' dias por el LRDG. Después los hombres de! SIG ‘se pusieron los uniformes alemanes para dirigirse a Derna, Todo habia salido {pedir de boca excepto por un_detalle importante: el Servicio de Inteligencia les habia comunicado la contraseta vigente Gurante ol mes de mayo (que ora Fiume), pero no pudo enterarse de la que se Util zaria durante el mes de junio. Pste de talle podia fécilmente complicar el asunto, pero 2 pesar de ello no hubo alteraciones fn los planes y la columna se dirigié al Norte en direccién a Jas montafias. “Buck iba con uniforme de soldado y Bricker y Esser con ol de suboficial; los france- tes libres escondidos en Ia caja de. los ‘camiones debajo de una lona. Todos iban fuertemente armados 20 sdlo con pistolas ¥y fusiles, sino también con afiladas bayo- hetas y granadas. Durante toda la mafana los camiones continuaren avanzando y lo mismo hicie- on hasta las cuatro de Ja tarde. A esta hhora al salir de una curva, Buck diviss tun. puesto de control con ‘centinelas de servicio, Deteniéndose delante de la. be- rrera, Buck demandé que abrieran la mis- ‘ma; ‘por un instante parecia que el cen- tinela aria lo que le pedia. Luego dudé y-les pldié la contrasefa, a lo que Buck eplicé que habfa estado realizando una ‘misién en el desierto antes de que 12 con- trast anterior, Fimo, hubier sido cm jada. Realizando su papel a la perfec: ciga, Buck apabullé al centinela recordin. dole sus deberes, pero fracasé en su in- tento y para complicar la situacidn legs un mayor que pidié a los “alemanes” que fentrasen en el cuerpo de guardia para discutir el caso delante de un vaso de vino. Aceptando la invitacién, Buck expli- 66 que su misién era llevar los vehfculos al aller de reparacién que habla en Derna on Ia mayor rapidez. posible; pero el ‘mayor, francamente disgustado, repetia aes Gedenes ran cla ade je no supiera la contraseha podia pasar. Finalmente Brickner simulé. perder la calma y amenazS con informar @ su uni dad que los centinelas italiancs habian obstaculizado una misién importante. Al fin el mayor les permitié pasar. ‘Saltando a su Vehiculo y ya dispuesto a arrancar el coche se les aproximé un abo alemdn, Buck presintié nuevos obs fdeulos; pero el alemén lo tinico que {queria era serles de utilidad. Les dijo que Jo mejor era que continuasen haste un Duesto militar de aprovisionamiento, que estaba a kilémetro y medio de distancia ¥ pasasen allt 1a noche. Debian tener cui- ado con los saboteadores enemigos que procedentes del desierto disparaban com- tra los vehiculos Media hora después Buck y sus hom- bres se hallaban formando coia entre sol dados de la Luftwaffe y del Aftika Korrs, 108 esperando su turno para cenar un plato de lentejas y dumplings (pasta rellena de carne) mientras los franceses permanecian ‘escondidos en los coches, Pero no fda dose demasiado, una hora después la co- Jumna abendoné el campamento y se de- tuvo once kilémetros mis alld, siguiendo la carretera. En este lugar pasaron la noche tranguilamente. ‘Al dia siguiente era 13 de junio y los golpes de mano estaban plancados para Tievarse a cabo aquella noche. Nocesaria mente el préximo paso era el conseguir Ta contrasefia, y com este fin los dos sub- oficiales de ia Legin Exiranjera fueron enviados @ un puesto alemén cereano para Preguntar audazmente por ella Para alivio de Buck y Jordan lo consi guieron faciimente: el santo y seta era Siesta y la contrassfia Eldorado. A me iodia “Buck condyjo la columna a un lugar distante ocho kilémetros del aer6. dromo de Derna, el cual iba a ser el punto de reunién. A continuacién lo que hicieron fue llevar a Jordan y sus hom bres a que efectuasen un reconocimiento de la zona y el modo que lo redlizaron fue mantenerlos ocultos mientras tranqui- lamente cireulaban ea el coche cerca del Iugar, limiténdose si campo visual al que les. permitia ‘un pequefio orificio practr ado en la lona que los cubria. Jordan, naturalmente, queria reconocer los cuatro aerddromos ‘(dos en Derma y dos en Martuba)y pero” Buck ju2g6 demasiado arriesgado él intento y solamente fueron Fecanocidos los dos primeros. Poco antes de anochecer regreseron al punto de re- tunién sin novedad. En cuanto Megaron Jordan organizé ta operacién. El cabo Tourneret y cuatro hombres se encargarian de uno de los campos de Martubs; Jordan y el cabo Bourmont con cuatro hombres cada uno de lor de Derna, Ambos grupos irfan en fl mismo vehfouio conducida por Brick- fer que dejaria primero a Jordan y des- pués al otro grupo, Jordan tenia la impresiOn de que iban muy despacio, y, efectivamente, en reco- ret ocho kilémetros tardaron ‘una hora. Después Buckner detuvo el vehieulo cer- ca del cine de Derna diciendo que el ‘motor estaba muy caliente y que habia perdido la lave de la caja de herramien- fas Con este motivo se bajé del coche y se dirigé al cuerpo de guardia, al pare- Ger para. conseguir otra llave; "pero no hhabla hecho mds que penetrar en el edi- feio, cuando Jordan oyé ruldos de pisa- das y ea un momesto el vehiculo estuvo 104 rodeado de soldados. “Fuera todos franceses”, gritaron, y para sus adents Jordan maldijo su suerte y se dio cuent fque sus sospechas estaban justificadas fue les habian traicionado, Pero los franceses no estaban_dispue: tos a tomar las cosas tranguilamente. Ung}| de ellos lanzé una bombs de mano y otros comenzaron a disparar sus metralle tas, Los alemanes se dispersaron y Jon dan, libedadose de los que le habian obli ado a bajar del vehicula, salid huyendo, ‘A los pocos segundos hubo una gran ex plosién y mirando hacia atrés pudo ve ‘que el camién estaba eavuelto en liam: Uno de los miembros del SIG atrapad9 dentro del camién habla lanzado u ‘granada contra los explosivos que lleva ben. Dos horas después Jordan. legab al punto de reunién, donde le informs Buck del fonesto resultado, Qué se podia hacer? Con toda segut dad_que los que habian sobrevivido ng acudirian a aguel lugar sino al punto d reunién establecido con el LRDG. As pues, los dos hombres se marcharon Seguida y antes del amanecer lograra reunizse con el LRDG. Durante siete di estuvieron esperando 2 algun. rezagac pero no llegé ninguno, Més tarde supieral fue todos habian sido muerios o cap Briickner vol6 a Berlin, donde el Fil rer le recompensé con la Deutsche Kre Mientras Jordan y sus hombres estaby en Derna, Stirling, Peddy Mayne y el lente Zirmheld condujeron a sus hombr 4 los tres principales aerddromos de Ber Gurdon del LRDG. Con Stirling iban la files cabos Cooper y Seekings y el srupd ibaa ple. Su objetivo era el aerédron de Benina, wtilizado por los alemanes co mo base de reparacion, ¥ (como habla ‘observado el dia anterior) e) lugar estab Hleno de talleres y hangares. El aerédro ‘mo carecia de alambradas a su alrede ¥ utilizando la oscuridad de la noche Gian introducirse sin ser vistos. Entoné foyeron el ruldo de aviones y, para Gesgracia, Stirling se dio cuenta de quay & pesar de la promesa de la RAF dk permanecer inactivos aquella noche, hi bian liegado alli para efectuar un ataque contra el campo. Pronto las bombas em pezaron a caer y las explosiones haci estremecerse todo el campo. Su precisisal fra. escasa y consiguieron alcanzar_pocot Blancos; pero, aparentemente satisfechos, Jos aviones se marcharon. TIncorporindose ilesos, Stirling _y sus hombres se aproximaron a Jos hangares, por cuyos alrededores podia.divisarse = fos centinelas patrullando. Aprovechando la ocasién les hizo sefas a los cabos ¥ se introdujeron en un oscuro hangar que escubrieron y que estaba Meno de ma uinaria y equipo de reparacién. Traba- Teatro de ta Oper Seataas po ls Bom fn sri de Yo42 Jando répidamente durante el tiempo que el centinela que vigilaba en la parte exte- Hor, se alejaba hasta el final de su reco- rrido, el grupo colocé las bombas, 9 a continuacién se trasladaron al. siguiente hhangar, que estaba iluminado. En este lugar, situando a Jos cabos de vigilantes en las puertas, Stirling rode6 el edificio olocando mis bombas, alguna de ellas

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