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OSIFICACIÓN
Osificación intermembranosa:
Osificación osteocondral
La diáfisis que una vez fué una masa sólida de cartílago hialino es sustituída
por hueso compacto en el centro del cual la cavidad medular se llena de
médula ósea roja. Cuando los vasos penetran en las epífisis, de forma un
centro de osificación secundario, a partir del cual el proceso de osificación es
similar al producido en el centro primario (*). Estos centros de osificación
secundarios suelen aparecer en el momento del nacimiento, con la diferencia
de que se forma hueso esponjoso y no se desarrolla una cavidad medular. En
los extremos de las epífisis queda una porción remanente de cartílago
constituyendo el cartílago articular y entre las epífisis y la diáfisis se
mantiene la placa epifisaria, también cartilaginosa a partir de la cual el hueso
irá creciendo durante el desarrollo del niño hasta desaparecer en la edad
adulta (*)
La placa epifisaria constituye pues el lugar a partir del cual el hueso puede
crecer en longitud durante la infancia y adolescencia. En ella se distinguen
varios tipos de estructuras o zonas que se extienden sin solución de
continuidad (*):
- Epífisis
- Metáfisis. Tiene forma tronco cónica. En los niños está la fisis o cartílago de crecimiento, entre la epífisis y
metáfisis
- Diáfisis
Crecimiento
Los largos crecen en dos sentidos: longitud y espesor. En longitud depende de la fisis y en espesor debido al
periosteo. El periosteo está adherido al hueso en los adultos, contrario a lo que ocurren en la infancia.
Articulaciones
Sínfisis. La unión se produce por una sustancia fibrosa y cartilaginosa, carentes de movimiento en si,
permiten pequeña elasticidad.
La cavidad articular es el espacio existente entre la articulación de dos huesos. Desde el punto de vista
radiológico es transparente, si hay lesión con derrame pueden separarse las superficies. La superficie
articular son las dos superficies oseas por donde los dos huesos se ponen en contacto. Normalmente muy
lisas. El cartílago articular es el tejido conectivo que recubre las superficies oseas. Este cartílago disminuye la
superficie de fricción entre las dos caras articulares facilitando su desplazamiento. Muy resistente a las
presiones. No tiene recuperación y se alimenta del líquido sinovial.
Cápsula articular
Es un manguito fibroso que rodea a la articulación y le da consistencia. Se consideran dos partes: externa;
muy fibrosa e irrigada e interna; recubierta por la membrana sinovial, membrana que recubre por dentro
toda la estructura de la articulación. Poco irrigada pero tiene muchas células que segregan el líquido sinovial.
Funciones del líquido sinovial: lubricar la articulación, buen conductor del calor, con el frío se hace más
denso, medio de nutrición del cartílago, absorbe los detritus articulares y sirve de medio de eliminación,
tiene unas características químicas que impiden el desarrollo de gérmenes salvo que haya infección.
No están en todas las articulaciones. El rodete es una especie de anillo que puede rodear a una superficie
articular para que sea más profunda. Le da mayor estabilidad. Es un anillo fibroso. Menisco: Estructura que
tiene la función de almohadillar las dos superficies para conseguir una mayor estabilidad y para amortiguar
la presión producida por un golpe sobre esa zona. Lo que fija una articulación es la tensión de los músculos
que actuan sobre esa articulación. Las articulaciones tienen limitaciones de movimiento: limitación osea,
limitación ligamentosa, limitación producida por partes blandas, limitación muscular.
El crecimiento en longitud de los huesos largos se da por el cartílago de conjunción y en espesor por
crecimiento aposicional de capas de tejido óseo a partir del periostio. Cuando el hueso ya no crece
más, el cartílago de conjunción desaparece.
Cada uno de los componentes individuales del sistema esquelético crece por mecanismos
diferentes, los huesos largos de las extremidades (húmero, radio, cúbito, fémur, tibia y peroné)
tienen placas de crecimiento o fisis en cada extremo, cada una contribuye en grado variable a al
crecimiento longitudinal de cada hueso individual, así como al de la extremidad mediante un
proceso denominado osificación endocondral.
Los extremos de cada hueso largo están formados por la epífisis, estas están cubiertas por un
cartílago articular y forman las articulaciones. Al principio las epífisis son completamente
cartilaginosas y van osificándose de forma progresiva con el crecimiento, el cartílago articular tiene
también potencial de crecimiento, lo que contribuye al desarrollo de la epífisis.
El anillo pericondral que rodea a las fisis, así como el pericondrio que rodea a las epífisis y el
periostio que rodea la región metafisaria y diafisaria el hueso, contribuyen al crecimiento por
aposición o crecimiento circunferencial.
Los huesos que no tiene fisis, como la pelvis, escápula, carpianos y tarsianos, crecen por aposición
de hueso procedente del pericondrio y el periostio que los rodean. Otros huesos, como los
metacarpianos, metatarsianos, falanges y vértebras crecen por una combinación entre osificación
endocondral y por aposición.
Los traumatismos, infecciones, defectos nutricionales (raquitismo), errores innatos del
metabolismo, así como otros procesos metabólicos pueden afectar a cualquiera de estos procesos
de crecimiento, provocando una alteración característica en una función concreta del crecimiento.