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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO.

TEMA:
TEOLOGÍA EN LA ECONOMÍA: MORALIDAD Y DINERO, ¿ESTÁN
RELACIONADOS?

INTEGRANTES DEL EQUIPO:


BLANCAS ALVA MIGUEL ANGEL.
PINEDA NICOLÁS JOSÉ MANUEL.
POBLETE LANDERO ALONSO.
SEGURA GRIFALDO HÉCTOR.
VÁZQUEZ OJEDA ARTURO.

ASIGNATURA:
INTRODUCCION A LA ECONOMÍA.

PROFESOR:
PABLO TORRES SALMERÓN.

FECHA:
12 DE ABRIL DEL 2010.
INTRODUCCIÓN.

Ante la problemática que presentan los sistemas económicos actuales se requiere


de una herramienta que nos permita analizarla y solucionarla a través de la razón.
Mediante esta abordaremos de una manera integral los hechos económicos.
La economía y la moral, son perfectibles, es decir, están en constante evolución
por lo que deben estar abiertos a nuevas teorías que la mejoren, en este
documento se argumentará una de las teorías que pueden mejorar a la economía.

DEFINICIÓN DE LOS TÉRMINOS Y ALCANCE DE LAS IDEAS A


EXPRESAR.

Se pretende clarificar la relación que tiene la teología y la economía mediante


temas claves que expongan explícitamente sus vínculos.

Es necesario que antes de abordar el tema se tengan precisados los conceptos


centrales que se manejarán. Para ello definimos los siguientes conceptos:
 Teología: Es un conjunto de técnicas y métodos de naturaleza humana que
pretenden alcanzar conocimientos particulares sobre las entidades divinas
 El poder del mercado: Es el grado de competencia y se refiere al grado de
control de uno o varios agentes sobre los precios.
 Coeficiente de concentración: Es el indicador que mide el poder de mercado.
 Intrasubjetividad: Se refiere a las motivaciones y a la responsabilidad de
modelar a través de las decisiones individuales.
 Institución: Es un sistema público de reglas que defienden posiciones con
derechos y deberes, poderes y oficios. Estas reglas consideran acciones
permisibles y prohibidas, castigos y defensas contra violaciones.
 Ciudadano: Miembro de una sociedad, normal y plenamente cooperador, a lo
largo de toda su vida.
 Concilio: Documento realizado por los obispos y el Papa en el que se exponen
posturas doctrinarias de la iglesia católica.
 Bienes primario: Aquellos bienes necesarios para la realización de un
ciudadano (libertad, ingresos, derechos, autorespeto, riqueza).

IMPLICACIONES ÉTICAS DE LA MICROECONOMÍA.

Microeconomía y ética: una vía para su articulación.


Tenemos que asumir al mercado como un dato de la realidad económica actual,
en este análisis se pretende orientar y estudiar las decisiones y conductas que se
toman en el ámbito económico.
Mediante la interpretación vigente de los mercados detectaremos los valores
implicados, y los márgenes de la libertad que existen, ya que le principal objetivo
de la ética es percatar los juicios de valor sobre los actos libres.
El mercado y la democracia son consideradas “instituciones suicidas” ya que no
satisfacen las necesidades para las que fueron diseñadas, si no se les regula
desde el exterior tienden a una autodestrucción; para evitar esto se necesitan de
correctivos éticos.

La teoría de la producción y de los costos.


Para la economía convencional la racionalidad del productor es la maximización
del interés propio (beneficios), el productor combina los factores de la producción
en diferentes proporciones para poder dar ciertos niveles de producción, siempre y
cuando ésta combinación le dé un costo mínimo total.
La empresa no puede ser entendida sin su referencia a la técnica que ocupa para
producir; se distinguen 3 modelos de sociedad, según el tipo de instrumento
técnico dominante:
-El modelo mecánico: Útiles muy próximos a la actividad humana; pies y manos
(fuerza y habilidad).
-El modelo energético: Referido a las sociedades industriales que transforman la
energía de la naturaleza para su beneficio. Conlleva a “Crecimiento” y “Progreso”.
-El modelo informacional: Las nuevas máquinas nacen de los descubrimientos y
necesidades de las sociedades industriales; y tanto su materia prima como su
producto son “la información”.
Al tener mayor producción en menor tiempo significa un dominio en el mundo pero
también conlleva a una pérdida en el dominio del propio destino humano.
La sociedad sufre una reducción en sus márgenes de libertad debido a la
publicidad hacia el consumidor.

Tecnología e instituciones.
Podemos mencionar 3:
-Desarrollo tecnológico.
-Desarrollo social.
-Crecimiento económico.
Marx menciona:
“Hay un final feliz al identificar el desarrollo social con el desarrollo tecnológico, ya
que el desarrollo tecnológico irá acompañado de un cambio en el comportamiento
humano”.

El equilibrio general y los factores sociales.


Según el economista Michio Morishima, la teoría económica se sostiene en el
análisis matemático y el análisis científico social.
El equilibrio general de estos dos aspectos supone la fijación de los precios en el
mercado a través del regateo (libre juego de la oferta y la demanda), sin embrago,
hay industrias que la fijación de los precios se debe a los avances tecnológicos.
La competencia perfecta.
La competencia perfecta es la condición primordial para el equilibrio económico.
Competencia perfecta es aquella situación en la que ningún agente económico o
demandante puede influir en la determinación de los precios del mercado.
- Entre menos sea el número de competidores en el mercado, el tamaño de
los productores será mayor.

La competencia perfecta implica que existe libertad de ingreso de otros agentes al


mercado.
- Debe existir homogeneidad.
- Debe existir transparencia en el mercado.

El sujeto de la decisión o agente económico.


El agente económico es un sujeto humano que toma decisiones de carácter
económico.
En la microeconomía existen 2 tipos de Agente económico:
- Oferentes: Quienes producen y venden bienes económicos o servicios.
- Demandantes: Quienes compran y consumen.

El agente económico presenta:


- Motivación para hacer una elección económica.
- Información referente a lo económico.
- Dimensión económica.

Es necesario hacer la distinción de agentes económicos según el número de


individuos implicados.
Monopolio.
Se caracteriza por la existencia de un solo productor o vendedor de un bien en un
mercado.

Oligopolio.
Se da cuando hay pocos vendedores en un mercado. La racionalidad del
oligopolista tiene como objetivo maximizar sus beneficios. (El oligopolio tiende a
ser monopolio).
Puede haber colusión (cuando los economistas cooperan entre sí), o puede haber
competencia entre sí.

El poder de mercado: Implicaciones éticas.


La dimensión económica del agente da lugar a reflexiones éticas, se refiere al
poder económico que unos ejercen sobre otros.
En la competencia monopolística el “arma” fundamental en manos de agentes es
la posibilidad de modificar las preferencias de los consumidores a través de la
publicidad.
(La reflexión ética está presente).

Bien económico.
Cualquier cosa que se busca por creerse que satisface, directa o indirectamente,
necesidades o deseos del hombre y que es escasa, con respecto a esas
necesidades o deseos es un bien económico.
El bien económico es definido por 2 aspectos fundamentales:
- Dimensión cualitativa: Capacidad de satisfacer necesidades o deseos
(utilidad).
- Dimensión cuantitativa: Disponibilidad limitada (escasez).

Estos hacen que un bien sea objeto de transacción en el mercado al ser dotado de
un precio.

ECONOMÍA DEL BINESTAR, TEORÍA ECONÓMICA Y TEOLOGÍA.

El puente entre la microeconomía y la ética social constituyen la economía del


bienestar. La economía del bienestar, asume a la microeconomía y plantea las
cuestiones fundamentales que ésta deja sin resolver. Esto podría generalizarse a
las decisiones que un individuo toma con una inmediata implicación ética.
La Economía del Bienestar
En el apartado anterior se analizo la microeconomía que afirma la existencia de
dos dimensiones de la racionalidad económica: la racionalidad de los agentes
económicos conduce al propósito de maximizar su propio interés y el resultado
objetivo de la misma, o racionalidad del mercado, que tiene como término ideal la
eficiencia económica o equilibrio general. La necesidad del hombre siempre lo
haya llevado a experimentar el confrontamiento del problema mas no la solución
generando así un bienestar propio, sin embargo lleva consigo la búsqueda del
equilibrio. La escasez está definida como la disponibilidad limitada de un bien con
respecto a la demanda del mismo originando el nacimiento del “individuo
envidioso”.
Sin embargo, esto no implica renunciar a una crítica antropológica y ética, de la
homogeneización de los intereses humanos en la categoría.

Escasez y necesidades
Podemos mencionar la formulación de los “derechos humanos” y la noción de
“calidad de vida”, la envidia relativiza a las necesidades, pues éstas serían
siempre producto de una comparación entre personas o grupos.
Con lo que el hombre está en la búsqueda de la perfección, pero al mismo
generando más incógnitas en la búsqueda de nuevas soluciones.
Escasez y eficiencia.
Esta escasez se formula como una curva que representa las posibilidades de
producir diversas combinaciones de bienes en un momento dado, la frontera de
posibilidades de producción, implica la exigencia de asignar eficientemente los
recursos disponibles con la tecnología disponible. La asignación eficiente se da
cuando no se puede aumentar la producción de un bien sin reducir la del otro; la
frontera de posibilidades de producción representaría entonces la serie de
combinaciones de diversos bienes que puede producir una economía,
aprovechando al máximo su tecnología y sus recursos productivos. La escasez es
el problema y cuya solución o al menos parte de ella es la eficiencia.
Sin embargo puede abordarse desde dos perspectivas diferentes. Por “ser
eficiente” se puede entender el alcanzar la mayor producción posible (out-put
variable) o la cantidad de factores productivos (in-put dado).
Estos dos enfoques nos remiten nuevamente a las concepciones “necesidades”,
de “escasez” y de “progreso” propias de las sociedades occidentales modernas.
Siendo el bienestar un hecho del “ser eficiente” la resultante de la solución al
problema.
Estas dos dimensiones(eficiencia y escasez) son el objeto de estudio de la
“economía del bienestar”, que constituye un puente entre la racionalidad
económica y la racionalidad ético-política, pues asumiendo la noción de equilibrio
general como distribución óptima de los recursos (racionalidad económica) intenta
trascenderla preguntándose por la justicia de tal resultado (racionalidad ético-
política), por eso se denomina también “economía normativa” y hace
necesariamente referencia al papel de las entidades no económicas -instituciones-
en la dinámica de la economía real.
Sin embrago encontramos varios factores los cuales dan como resultado la
adaptación del hombre a tener una “calidad de vida” mejor, dando control de su
bienestar.

Cuestiones fundamentales de la economía del bienestar.


Desde otra perspectiva, la economía del bienestar ya no trata de los objetivos de
los agentes individuales sino de cuestiones relacionadas con los objetivos
sociales, que la microeconomía deja sin respuesta. Para ello, la economía del
bienestar maneja el instrumental propio de la microeconomía, pero el carácter
cuantitativo-individualista que trascienden al ámbito de la teoría económica
convencional. En un intento de lograr el bienestar llegamos a un nuevo debate de
ideas en el que ahora es participe la microeconomía en un carácter cuantitativo
individualista.
Para la teoría económica, ha sido más sencillo definir el bienestar
individual, recurriendo a la categoría de utilidad, que definir el bienestar colectivo,
con el fin de poder cuantificar el valor subjetivo, aunque no han podido salir de la
trampa que impide manejar categorías cualitativas al definir el bienestar colectivo
consolidando una posible solución.

Génesis de la economía del bienestar


Nace con las ideas de:
Adam Smith (1723-1790)
La respuesta al problema de armonizar la racionalidad colectiva, pues recurre a la
famosa expresión de la “mano invisible” con la que designaba el mecanismo de un
mercado altamente competitivo en el que forma que su producto tenga el mayor
valor posible.
No nos dirigimos a su humanidad sino a su egoísmo y nunca les hablamos de
nuestras necesidades, sino de su provecho”, pasando por autores como North,
para quien el objetivo central de Smith no era el de exaltar el egoísmo sino el de
dilucidar el problema de la cooperación humana.
León Walras (1834-1910)
La producción, el intercambio y la distribución de todos los mercados en una
economía nacional, demostrando, la posibilidad de un resultado racional de todos
los agentes económicos.
Cuando se habla del bienestar paradójicamente se piensa en el egoísmo, pero en
realidad se refiere a la reacción económica colectiva (bienestar colectivo).
Vilfredo Pareto (1848-1923)
El óptimo paretiano se refiere a la mejor combinación posible de bienes de
consumo producidos (eficiencia en la producción) y, a la vez, la mejor distribución
(eficiencia en el intercambio.

Las diferentes perspectivas han dado una mayor visión de la economía del
bienestar.

Los dos teoremas de la economía del bienestar.


El óptimo paretiano se sintetiza en dos teoremas:
1er Teorema de la economía del bienestar:
Una economía competitiva alcanza un punto de la curva de posibilidades de
utilidad.
Toda asignación correspondiente a un equilibrio de competencia perfecta es
óptima en sentido paretiano.
El alcance del punto máximo de la producción con una buena distribución de los
productos e intercambio.
2º Teorema de la economía del bienestar:
Una economía competitiva puede alcanzar todos los puntos de la Frontera de
Posibilidades de Utilidad, siempre que la distribución inicial de los recursos sea la
correcta.
Cualquier asignación óptima en sentido paretiano puede ser obtenida por un cierto
equilibrio de competencia perfecta, tal que los recursos iniciales sean
oportunamente distribuidos entre los individuos.

Las funciones del Estado.


1ª Establecer el marco jurídico de la economía de mercado.
2ª Influir en la asignación de los recursos para mejorar la eficiencia económica
a través de la ley, hasta un cierto tipo de planificación como es el caso de la
“política industrial” o los diversos tipos de “programación económica”.
3ª Determinar la política de estabilización macroeconómica, básicamente con el
objetivo de atenuar los ciclos económicos, controlar la inflación, garantizar el
empleo y promover el desarrollo
4ª Establecer programas que influyan en la distribución del ingreso, principalmente
a través de los impuestos y el gasto público.

La redistribución del ingreso.


Se dan dos modos de redistribución del ingreso, por parte del poder público:
tomando parte de los ingresos de los agentes económicos. Los impuestos
excesivos sobre el ingreso pueden desalentar la inversión y conducir a la
economía a reducir el ingreso producido, mientras que una gran oferta de bienes y
servicios públicos gratuitos pueden desequilibrar
El hecho de que el estado intervenga en la producción y distribución conllevo a la
generación de reglas para controlar y aumentar la eficiencia del mercado
(producción y distribución).
En el segundo teorema cabe resaltar el hecho de un balance entre producción y
distribución, en un beneficio colectivo.

Métodos para el tratamiento teológico de la economía.

Con el desarrollo de los sistemas económicos, el crecimiento de los mercados


financieros, el ascenso de las democracias y la globalización de la información en
el mundo actual, el debate sobre la economía se ha generalizado, durante la
historia de la humanidad, las iglesias históricas han hecho reflexiones teológicas
acerca de la economía, actualmente existen varios teólogos que se han sumado a
dicha reflexión histórico-económica. En tal debate económico, la teología a tenido
partido desde tiempos remotos.
Para analizar tal estudio teológico expondremos 4 métodos explicados a grandes
rasgos que asocian o crean lazos íntimos entre la economía y la teología.

Primer método: los “Clásicos” de la teología de la liberación


Iniciamos con el análisis de un método que terminó por ignorar la economía a
pesar de que su origen mismo tuvo raíces profundamente económicas. Nos
referimos al método de los autores “clásicos” de la llamada teología de la
liberación.
Entre las principales posturas de esta teología de la liberación están:
 La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política,
social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del hombre.
 Eliminar la explotación, las faltas de oportunidades e injusticias de este
mundo.
 Garantizar el acceso a la educación y la salud.
 La liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica
latinoamericana.
 La situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el
designio histórico de Dios y la pobreza es un pecado social.
 No solamente hay pecadores, hay víctimas del pecado que necesitan
justicia, restauración. Todos somos pecadores, pero en concreto hay que
distinguir entre víctima y victimario.
 Tomar conciencia de la lucha de clases optando siempre por los pobres.
 Afirmar el sistema democrático profundizando la concienciación de las
masas acerca de sus verdaderos enemigos para transformar el sistema
vigente.
 Crear un “hombre nuevo” como condición indispensable para asegurar el
éxito de la transformación social. El hombre solidario y creativo motor de la
actividad humana en contraposición a la mentalidad capitalista de
especulación y espíritu de lucro.
 La libre aceptación de la doctrina evangélica, es decir, primeramente
procurar a la persona unas condiciones de vida dignas y posteriormente su
adoctrinamiento evangélico si la persona quiere.
Los seguidores de la llamada teología de la liberación están convencidos de que
podría existir una utopía, y se basan en que tal utopía se lograra con acciones
movilizadoras de origen liberador, las cuales nos permitirán tener una cosmovisión
suprema, y nos darán una verdadera condición humana.

Cabe destacar que este método hace hincapié en el apego sumamente íntimo
entre ciencias sociales y la ciencia teológica, ya que toda ciencia social esta
apegada a la investigación de aspectos sociales con lo cual la teología no queda
excluida de tal estudio.

No se pueden negar las aportaciones del método “clásico” de la teología de la


liberación a la teología en general y a la teología moral en particular.
Su referencia a la praxis y su inclusión de la mediación socio-analítica son ya
contribuciones imprescindibles para cualquier teología que pretenda ser coherente
con la vida cristiana e inteligente con respecto a la realidad social. Sin embargo la
apuesta definitiva, originada por las dos causas antes mencionadas, a una teoría
social omnicomprensiva y que alienta la concepción de una utopía factible en la
historia (la marxista) le cerró la posibilidad de acudir a una teoría económica y a
una teoría ética diferentes que le permitieran su uso metodológico y, por eso
mismo, provisional, y que dejara abierta la posibilidad tanto de respetar la
evolución propia de las teorías científicas, como de tomar distancia con respecto a
las teorías éticas.

Segundo método: la crítica teológica de la economía política

El método que analizaremos ahora también parte de la realidad vista


desde la perspectiva de los empobrecidos por el sistema económico mundial, es
decir aquellos a los que el sistema económico no favorece al contrario los excluye
del “gran banquete”, para este método es necesario analizar tal empobrecimiento
desde la perspectiva espiritual la cual sostiene que:
El empobrecimiento de grandes masas de la población mundial es resultado de la
perversión de la espiritualidad operada por las fuerzas contrarias a la vida.

A la luz de esta espiritualidad pervertida se justifica el empobrecimiento de


grandes masas de población, se descalifica la espiritualidad de los pobres por
considerarla peligrosa o falsa y con ello se descalifican también sus esfuerzos por
encarnar su fe en proyectos e iniciativas liberadores. Entonces el trabajo de una
teología que quiera salvar la vida humana no se puede reducir a un simple análisis
de ideologías, es necesario analizar las motivaciones espirituales del sistema
dominador para poder proponer motivaciones espirituales liberadoras, lo cual
significa que se trata de una tarea propiamente teológica.
Este método tiene cierta controversia o incoherencia ya que, donde esperaríamos
encontrarnos con el análisis económico, con la mediación socio-analítica o con las
especificaciones próximas que proponen otros autores, nos encontramos con la
teología y la espiritualidad (esta última le da un toque muy abstracto a la
conclusión a la que llega la critica teológica de la economía de este método).
Por lo tanto ya hay un conflicto latente en esta corriente teológica: el que se da
entre diferentes tipos de conocimiento, o de racionalidades, en este caso las
científicas y la teológica.
Dicho método supone que si todo, realidad y teoría económica, tiene un origen
teológico-idolátrico, solo queda, que la economía sea subsumida por la teología ,
por lo tanto queda en cuestión la cientificidad de la teoría económica o
simplemente es una teología idolátrica disfrazada de ciencia.
A grandes rasgos se considera a la teoría económica como una teología idolátrica,
con lo cual se propone y sugiere que se deseche tal teología idolátrica y se adopte
una teología anti idolátrica, se establece de igual manera que al elaborar tal
teología anti idolátrica se base en la praxis, y no de análisis descriptivos, ya que tal
“teoría económica” deberá ser elaborada no sólo por los economistas sino por la
sociedad entera que es el sujeto real de la actividad económica, se rechaza
entonces la idea de que la sociedad se convierta en una sociedad de Homo
economicus.

Tercer método: la fundamentación teológico-bíblica de la moral económica

Enrico Chiavacci, en su Teologia Morale e Vita Economica, partiendo de la


necesidad de adaptar un plan que cubra las exigencias de una moral económica y
que a la vez responda a los problemas actuales, establece que aquellos que
toman las decisiones económicas las toman de una manera poco analítica y
calculadora, ya que al tomar dichas decisiones favorecen a unos pocos y afectan
al resto, lo cual no era su intención principal mas sin embargo lo cataloga como
una forma antiteologica-moral de llevar acabo sus funciones y por lo tanto en la
toma de sus deciciones

Chiavacci llega a la conclusión de que en un mundo en el que existe un mercado


“unificado”, la justicia distributiva desaparece, Chiavacci propone la creación de
una ley reguladora la cual imponga, tanto a particulares como a gobiernos, la
exigencia de hacer opciones que consideren el bien común de la humanidad
presente y futura, ya sea por vía directa o actuando sobre las estructuras
existentes.
Se rechaza la idea de maximización del interés propio, ya que al hacerlo deberá
haber un sacrificio que muchas veces termina en un sacrificio moral, como lo
muestra la teoría de la corrupción, o muchas veces se nos crean necesidades que
no son del todo necesidades humanas si no necesidades impuestas por parte de
aquellos cuya “maximización del interés propio” se a convertido en su principal
sentido de existencia
Con la llegada del capitalismo poco a poco se fue forjando un “capitalismo de estado
“ya que el poder y la riqueza están muy ligados y con ello los gobiernos pasan a ser
gobiernos subordinados al poder económico, gobiernos que pierden su finalidad
de promotores del bien común para convertirse en marionetas del poder
económico, con lo cual se plantea tres conclusiones:

1ª La obediencia a las leyes civiles en materia económica ya no puede


ser el punto cardinal de la moral económica;

2ª La justicia distributiva ya no se puede dejar en manos de los


gobiernos, es un deber inherente a todo el cuerpo social y por tanto una
dimensión de los deberes individuales;

3º Es imperativa la participación política de los particulares con el fin de


liberar a los poderes políticos de su subordinación al poder económico.

Es interesante hacer notar que la crítica de Chiavacci a la teoría económica


coincide en lo fundamental con la de los teólogos latinoamericanos. El autor
reconoce que postulados antropológicos o morales diversos pueden dar lugar a
teorías económicas diversas y como consecuencia a valoraciones morales
diversas. La moralidad de las decisiones económicas queda así condicionada por
la racionalidad económica que las explica. Esta circularidad sólo se puede romper,
1) demostrando que una teoría determinada no es la única pensable o posible y 2)
demostrando que sus postulados morales básicos son inaceptables. Según este
autor, la dificultad para aplicar este discernimiento a la teoría dominante en la
actualidad está en que se presenta a sí misma como “neutral”, por estar basada
en postulados antropológicos “naturales”, lo cual la ha convertido en una especie
de “credo” o “vulgata” que le permite presentarse como la ciencia económica.

Cuarto método: la aproximación ético-teológica a la economía

Michel Falise en su obra Une pratique chrétienne de l’économie ubica su


reflexión sobre la economía en dos niveles, el de la ética y el de la fe. El método lo
encontramos en la “mirada ética” que nos ofrece un panorama de la realidad
económica actual, el cual nos sirve de apoyo para la elaboración de una teología
moral de la economía que, sin renunciar a los horizontes utópicos, responda a los
problemas morales de los cristianos en este campo.

Falise nos dice que se trata de:

“una lectura de la realidad económica que pone al descubierto la


presencia de libertades y de valores y, por consiguiente, también la presencia
posible y eficaz de una preocupación ética”,

Con lo cual llega a la reflexión sobre “cómo un ejercicio ético de la economía


puede ser también, para un cierto número de creyentes, un ejercicio cristiano de la
economía”..

Falise hace dos grandes observaciones:

o la realidad es compleja, interdependiente y difícilmente totalizable;


los valores y sus percepciones no son homogéneos, por ello es
necesario delimitar su concreción en el caso particular y cómo y
hasta qué punto están implicados;

o la finalidad “ayudar a los seres humanos a ser más conscientes de


las implicaciones éticas de sus libertades y de sus opciones,
ayudarles a descubrir el sentido de lo que hacen: hacerles más
responsables precisamente por ser más conscientes”;

Para generalizar se llega a un método el cual no se deberá adoptar como formula


ya que se corre el riesgo de simplificar y a con ello despreciar el verdadero néctar
de dicho método ético, en el que distinguiríamos los siguientes momentos:

1º El del análisis que detecta actores, espacios de libertad y alternativas


reales,

2º El de la detección de valores implicados en las decisiones posibles,


así como los conflictos entre los mismos,

3º El de la jerarquización de valores y

4º El de la búsqueda o postulación de principios.

Este método es resultado de un análisis de los hechos económicos reales


(economía descriptiva) Falise postula como un hecho la existencia de libertades
individuales y colectivas en las realidades y en los dinamismos económicos. Pero
el análisis de las libertades revela que en las decisiones económicas también
encontramos valores y de este modo, se detecta el lugar de una ética económica
en las decisiones que constituyen la economía,

Los valores se inscriben en el seno de una cultura y por ello se diferencian en el


espacio y evolucionan en el tiempo; se articulan en torno a una determinada
concepción del ser humano y están jerarquizados,.”. Sin embargo, y tomando en
cuenta que los valores también se encuentran en el ámbito económico , siempre
implican cierto grado de conflicto en torno a los fines del esfuerzo económico, sus
límites y su prioridad respecto a otros ámbitos de la vida humana.

Para Falise, hay valores con un gran impacto en la vida económica que no
dependen del sistema en que ésta se inscribe. Hay valores como la sobrevivencia,
el mantenimiento del nivel de vida adquirido o el mejoramiento de las condiciones
de vida de la población, que se encuentran en todo sistema. Otros, como la
defensa nacional, los valores religiosos o los derechos humanos, están siempre
más o menos presentes en cualquier sistema. En todo sistema actual se apela a
los valores de justicia, libertad y eficacia, la diferencia está en el modo en que se
pretende alcanzarlos y en la jerarquía que se establece entre ellos. En todos los
sistemas hay desviaciones con respecto a los valores declarados y su evolución,
en cuanto a la importancia que se les concede y el modo concreto de ponerlos en
práctica.

Falise ve a la ética como la conciencia de los valores, es la conglomeración de los


valores adoptados.
Las relaciones de la ética con la fe son múltiples. La ética, a través de los valores,
plantea el problema fundamental del ser humano y su destino, y en esa búsqueda
la fe tiene algo qué decir. A su vez, la fe inspira una concepción del ser humano
que se concretiza en valores y a través de la ética transforma la realidad. Pero no
se trata de elaborar una ética específicamente cristiana en cuanto a sus
contenidos, sino una ética común a todos los seres humanos, ética que para los
cristianos será la mediación concreta de su fe.
La economía apela a la ética y ésta ya está implicada en aquélla. A su vez, la ética
culmina con una apertura a la fe mientras que ésta ilumina y orienta a la ética y, a
través de ésta, repercute en la realidad económica.

La concepción ética de Falise nos abre una posibilidad que no estaba


suficientemente explicitada en otros autores. Leyendo las obras de los teólogos
latinoamericanos queda la impresión de que toda la cuestión de la economía se
está dirimiendo en un terreno en el que sólo caben dos actores, los teólogos
cristianos y el sistema de mercado. Algo semejante sucede con el pensamiento de
Chiavacci. Los filósofos de la moral que actualmente están proponiendo teorías
éticas de carácter crítico parecen no tener nada positivo que decir en este debate,
pues cuando se menciona a alguno de ellos se ignoran sus propuestas éticas. Los
filósofos del mundo liberal son simplemente ignorados. Nos parece que estas
omisiones, aparte de que manifiestan una percepción del pensamiento liberal
como homogéneo, se deben a la falta de claridad sobre la autonomía de la razón
ética y sobre su carácter mediador en múltiples direcciones: entre la utopía y los
proyectos históricos, entre la teología y la praxis cristiana, pero también entre la
Iglesia y el mundo. Para nosotros, sólo es posible una ética de la economía
aplicable, si es el fruto de un diálogo social incluyente de todas las voces de los
implicados, en cuyo conjunto la de los cristianos es una más.

JUSTICIA EN LA ECONOMÍA.

Ya se ha confirmado que la realidad económica es muy compleja y que no existe


una teoría económica que explique en mundo de la economía en su totalidad. En
un intento por llegar a una teoría que responda a las necesidades de establecer
las basas de la justicia económica se propone utilización de la teoría de justicia de
John Rawls, también llamada justicia como imparcialidad.

Se ha optado por la teoría de justicia como imparcialidad porque por una parte va
mucho más allá de la economía del bienestar y por otra se deslinda del
libertarismo y sus fundamentos: individualismo y economicismo.

Instituciones básicas y justicia.


Es fundamental que existan coincidencias en la concepción de las instituciones
que hace la teoría de justicia como imparcialidad y la teoría económica
institucional de North, porque basándose en la tesis de North existe continuidad
entre mercado e instituciones y esa continuidad permite vincular al mercado con
la justicia de las instituciones, y uno de los propósitos de este texto es clarificar la
relación ética-económica.
La noción de instituciones propuesta por Rawls coincide con la de North. Para
Rawls, una institución es un sistema público de reglas que defienden posiciones
con derechos y deberes, poderes y oficios. Estas reglas consideran acciones
permisibles y prohibidas, castigos y defensas contra violaciones.
La existencia de una institución supone su carácter público. El carácter público de
las reglas asegura que los implicados saben cuáles son sus limitaciones y que
conductas son permisibles, en este sentido las instituciones son base para
determinar expectativas mutuas entre los individuos, saber que conductas son las
esperadas de los demás (reducen la incertidumbre en la convivencia humana).

Hay instituciones que vienen de la cultura y otras que se concretizan en un marco


jurídico, estas últimas son las que constituyen la estructura básica de una
sociedad. La justicia como imparcialidad no tiene por objeto las instituciones que
vienen de la cultura, su objeto son las instituciones limitadas por un marco jurídico
a las que llama instituciones formales. Estas instituciones formales básicas de una
sociedad están constituidas por: La constitución de un país, su legislación y sus
políticas más trascendentes.
Debido a que las instituciones formales son resultado de las decisiones políticas
podemos hablar de una ética política, y si nos referimos a instituciones formales
que regulan la vida económica estamos hablando entonces de una ética política
de la economía.

Reflexión en torno a la economía.


Cuando Rawls hace una reflexión sobre cuál será el sistema económico más justo
concluye que no existe una respuesta única, pues afirma que su justicia como
imparcialidad no depende del sistema de propiedad en el que se aplica. Los
sistemas económicos regulan la producción, distribución, ahorro social y los
bienes públicos, la clasificación común es por el tipo de propiedad de los medio de
producción: socialismo o economía privada (capitalismo).
Para Rawls el uso de mecanismo de mercado, específicamente de la formulación
de precios atreves del juego oferta-demanda, pueden ser común en ambos
sistemas, entonces la diferencia entre una economía de propiedad privada y
socialista es de proporciones: En el socialismo la distribución de los recursos
productivos es mucho más débil. En ambos casos tendrían que tomarse
decisiones sobre los recursos que habrán de dedicarse a asegurar el bienestar de
generaciones posteriores y la dirección de la inversión pero tales decisiones
pueden ser bien o mal tomadas en ambos casos, entonces ¿Qué sistema
responde mejor a los requerimientos de la justicia? La respuesta va mucho más
allá tanto de la teoría económica como de los principios de la justicia, depende en
gran parte de las tradiciones, instituciones y fuerzas sociales de cada sociedad y
sus circunstancias históricas particulares, por lo que, según Rawls, se puede
presumir que tal cuestión no tiene una respuesta general. Esta afirmación es afín a
la afirmación de Juan Pablo II de que “la Iglesia no tiene modelos para proponer.
Los modelos reales y verdaderamente eficaces pueden nacer solamente de las
diversas situaciones históricas, gracias al esfuerzo de todos los responsables que
afronten los problemas concretos...”

Defensa de los bienes públicos.


Para Rawls las razones que fundamentan la intervención del estado en el ámbito
de la justicia son dos:
1.-La racionalidad del individuo no conduce necesariamente al bien general;
2.-Aún cuando una sociedad este formada por individuaos justos, la magnitud
de las sociedades actuales no garantizan la confianza mutua requerida en la
economía pública.
Es necesario distinguir dos aspectos del sector público: La propiedad de los
medios de producción y el total de recursos producidos que se destinan a proveer
bienes públicos. Entre ambos aspectos no hay una conexión lógica pues una
economía de propiedad privada puede dedicar muchos recursos a la provisión de
bienes públicos y una sociedad socialista puede dedicar pocos recursos al mismo
fin. Para Juan Pablo II, la propiedad privada de los medios de producción tiene
también una función social, pues afirma que “la propiedad se justifica moralmente
cuando crea, en los debidos modos y circunstancias, oportunidades de trabajo y
crecimiento humano para todos”
Funciones del estado: Economía política.
Rawls considera que las funciones del estado en la economía son:
1.-El mantenimiento de las clases usuales de capital social,
2.-La promoción de oportunidades iguales de educación y cultura, lo que
refuerza la igualdad de oportunidades en las actividades económicas y la libertad
de elegir ocupación,
3.-La regulación de las empresas privadas,
4.-La prevención del poder de mercado y, por último,
5.-La garantía de un mínimo social.
Conviene resaltar que para garantizar el mínimo social el problema esta balancear
el mínimo social presente con las demandas de las generaciones futuras y luego
establecer un principio de ahorro social justo.
Aquí aparece otro pensamiento de Rawls afín a la iglesia católica del Concilio
“cuanto llevan a cabo los hombres para lograr más justicia, mayor fraternidad y un
más humano planteamiento en los problemas sociales, vale más que los
progresos técnicos, pues dichos progresos pueden ofrecer... el material para la
promoción humana, pero por sí solos no pueden llevarla a cabo”, para Rawls, lo
importante no es el nivel material de progreso, pues “es un error creer que una
sociedad justa y buena debe basarse en un alto nivel de vida material”, sino la
tendencia a que queden firmemente establecidas instituciones justas y garantizada
su base material, lo que implica no sólo fábricas y maquinaria, sino también
conocimiento y cultura, técnicas y habilidades, que hacen posible que existan tales
instituciones y que se preserve el valor real de la libertad.

Principios de la justicia.
Encontramos la siguiente formulación de los principios de la justicia como
imparcialidad:
1) Cada persona tiene un derecho igual de libertades básicas iguales, compatible
con un esquema de libertades similar para todos.”
2) Principio de diferencia.Las desigualdades sociales y económicas deben
satisfacer dos condiciones. a) Primero, deben vincularse a oficios y posiciones
abiertos a todos, bajo condiciones de justa igualdad de oportunidades; y b)
segundo, deben ser para el mayor beneficio de los miembros de la sociedad
menos aventajados.”

Afinidad con el criterio evangélico: Principio de diferencia.


La teoría de Rawls coincide también con la opción preferencial por los pobres que
hace la iglesia, según la expresión de Juan Pablo II “los individuos, cuanto más
indefensos están en una sociedad tanto más necesitan el apoyo y el cuidado de
los demás, en particular, la intervención de la autoridad pública”. Rawls propone
en su principio de diferencia, el propósito de su aplicación no es el de corregir las
diferencias en casos particulares sino el de establecer condiciones institucionales
que mitiguen las diferencias de largo plazo y que las aprovechen para ventaja de
los menos aventajados.
Reglas de prioridad.
Para Rawls, la postulación de prioridades es esencial a la justicia como
imparcialidad, por eso, ofrece las siguientes reglas de prioridad:
“Primera regla de prioridad (la prioridad de la libertad): La libertad puede ser
restringida sólo por razón de la libertad.

Segunda regla de prioridad: La prioridad de la justicia sobre la eficiencia y la


maximización del bienestar, la justa-real igualdad de oportunidades es previa al
principio de diferencia.

Los sujetos morales: raíces éticas de la justicia como imparcialidad.

La idea fundamental de la justicia como imparcialidad, es la de la sociedad como


un sistema justo de cooperación a lo largo del tiempo, de una generación a la
siguiente y se desarrolla con dos ideas complementarias, la de ciudadanos como
personas libres e iguales y la de una sociedad bien ordenada entendida como una
sociedad regida por una concepción política de la justicia.

Reciprocidad: la sociedad como un sistema justo de cooperación.

La idea de la sociedad tiene un profundo contenido moral ya que cumple con las
siguientes condiciones:
1) La cooperación es guiada por reglas y procedimientos públicamente
reconocidos que regula la propia conducta.
2) La cooperación implica la idea de reciprocidad ésta última ubicada entre la
idea de imparcialidad y la idea de la ventaja mutua constituyendo así un valor
moral.
3) La idea de cooperación social requiere de la idea de ventaja racional (bien) de
cada participante.

La sociedad política como un bien.


Una sociedad bien ordenada es un bien de dos maneras: un bien para las
personas consideradas individualmente y un bien social. Para el primer aspecto se
considera así porque las personas ejercen sus poderes morales, asegurando el
bien de la justicia y el respeto mutuo, además del reconocimiento de que son
ciudadanos libre e iguales.

Ciudadanos: la concepción política de la persona

Los ciudadanos se conciben como personas libres e iguales en virtud:


-De sus dos poderes morales: justicia y bien
-De sus poderes de razonamiento
-De que realmente tengan una determinada concepción del bien
-De que tengan las capacidades y habilidades requeridas para ser miembros
normales y plenamente cooperativos de la sociedad a lo largo de una vida.
Los dos poderes morales, el de lo razonable y el de lo racional, que integran la
concepción política de la persona, son fundamentales en la construcción de la
justicia como imparcialidad.

Lo razonable.
La idea de lo razonable como virtud moral implica aceptar las fuentes de un
desacuerdo razonable y las consecuencias para el uso de la razón pública.
Los cuatro aspectos de lo razonable son:
1) Cooperar
2) Aceptar los desacuerdos razonables: La aceptación de los desacuerdos
razonables, es parte de un ideal de ciudadanía democrática que incluye
también la idea de razón pública.
3) Autorrespeto
Es el bien primario más importante, es la voluntad de realizar en la propia
persona, y que sea reconocido por los demás que se realiza constituida por
dos elementos:
1) La confianza en la razonabilidad y la racionalidad.
2) El sentimiento seguro de nuestro propio valor
4) Poder educativo de las virtudes políticas: El cuarto aspecto es una
psicología moral razonable.

Lo racional.
Lo racional tiene que ver entonces con la capacidad para tener una concepción del
bien y se aplica también a la elección de medios adecuados, también abarca el
balance terminal de fines y su significado para un plan de vida global, así como la
manera en que se ajustan tales fines.

La razón pública como ejercicio de discernimiento.

La razón pública se puede entender de dos maneras, como el modo en que una
sociedad política formula sus planes, pone sus fines en orden de prioridad y
elabora sus decisiones, o como la capacidad misma de realizar tal ejercicio.
El ejercicio de la razón pública se ejerce de acuerdo a los siguientes criterios:
1) Que no se busque sólo el interés propio
2) Que se apele sólo a verdades claras ampliamente aceptadas por los
ciudadanos en general
3) Que cuando se incluyan razones de nuestras doctrinas comprensivas las
conclusiones se puedan justificar de modo adecuado a través de razones
públicas proporcionadas por una concepción política razonable

Justicia: una sociedad bien ordenada.


Una sociedad es bien ordenada es así si cumple con lo siguiente:

1) Uno acepta y los demás aceptan, los mismos principios de justicia.


2) La estructura está basada en la idea de una regulación social efectiva por parte
de la concepción de la justicia.
3) Sus ciudadanos tienen un efectivo sentido de la justicia y por lo tanto
generalmente cumplen con las instituciones básicas de la sociedad que
consideran justas.
La concepción de la justicia que caracterice a una sociedad bien ordenada debe
limitarse al dominio de lo político y sus valores.

Crítica del libertarismo.


Al libertarismo le falta el criterio de reciprocidad, por lo que no combina de manera
adecuada libertad e igualdad y permite por eso desigualdades socioeconómicas
que son excesivas a la luz de tal criterio.

El Estado como agencia privada.


La teoría libertaria, al considerar el Estado como una asociación privada, está
rechazando las ideas fundamentales de la teoría del contrato social y por eso
mismo no tiene lugar para una teoría de la justicia específica para la estructura
básica de la sociedad.

Posibilidad del liberalismo político.


En sociedades complejas como las actuales, caracterizadas por la coexistencia de
doctrinas sobre el bien conflictivas e inconmensurables entre sí, no es posible una
concepción común de lo bueno que sirva de fundamento para crear instituciones
formales justas
Si además reconocemos la existencia de doctrinas sobre el bien que son
razonables, en el sentido de que sus valores no políticos al menos no son
conflictivos con los valores elementales de la convivencia social, entonces el
liberalismo político es posible fundamentado en dos ideas básicas: el pluralismo
razonable de concepciones del bien inconmensurables, en el que se da la
diversidad social o cultural, y el consenso traslapado de las mismas sobre los
valores políticos elementales, en el que se da la homogeneidad de la vida política.

La justicia como imparcialidad que propone Rawls en el marco del liberalismo


político, llena sobradamente los cinco requisitos de una ética social que permite la
continuidad entre la microeconomía y la ética:
1º En la justicia como imparcialidad la racionalidad económica es sólo una
dimensión de la razón humana, la razón humana práctica tiene en el pensamiento
dos dimensiones distintas y complementarias: la razonabilidad y la racionalidad;
una parte de ésta última es la racionalidad instrumental y ésta incluye a la
racionalidad económica. Esto permite integrar la racionalidad económica en el
marco de la razón humana práctica completa y, por eso mismo, integrar la teoría
económica en el marco de la teoría ética

2º En la justicia como imparcialidad la persona tiene una dimensión racional que


lo constituye como individuo, con sus fines particulares y su propia concepción del
bien, pero también tiene una dimensión razonable que la constituye como
miembro de una sociedad, con un sentido de la justicia que la impulsa y la orienta
en la construcción de una sociedad concebida como un sistema justo de
cooperación, cimentado en la justicia de sus instituciones básicas o estructura
básica de la sociedad. La vida social se estructura por lo razonable o justo y,
además de ser un bien en sí misma, tiene por objeto permitir y promover la
realización de lo racional, es decir, de los bienes particulares propios de los
individuos, en la medida en que éstos no lesionen la razonabilidad de la vida
social. Esta concepción es incompatible con el individualismo metodológico, propio
del libertarismo o neoliberalismo, que concibe al individuo sólo como racional y a
la sociedad sólo como una red de acuerdos entre individuos, y supera el
economicismo, también propio de tal doctrina, que postula como último criterio de
convivencia social el de la eficiencia económica.

3º En la justicia como imparcialidad el mercado es una institución más en el


conjunto de las instituciones sociales que le permiten existir y por las cuales debe
ser regulado.

4º La justicia como imparcialidad pretende ser sólo una concepción política de la


justicia que tiene por objeto la estructura básica de la sociedad y que busca el
consenso de las doctrinas comprensivas existentes en una sociedad determinada.
5º En la justicia como imparcialidad la opción por los pobres se expresa en dos
de sus nociones esenciales: la del mínimo social y la del principio de diferencia .Se
trata por lo tanto de una opción por los pobres institucionalizada.

DISCUSIÓN Y COMENTARIOS.
Uno de los ejes de discusión gira alrededor de la factibilidad que existe en aplicar
las teorías que anteriormente se enunciaron.
Aunque el problema se analice, su solución depende de los obstáculos que el
contexto presente. En este caso el sistema económico dominante no lo permite.

CONCLUSIONES.
La moral permite un mayor entendimiento de campos económicos inexplorados. El
hecho de que en primera instancia no se perciba la relación que existe entre la
moral y la economía, no quiere decir que no la haya. Esta falta de percepción se
debe a que los economistas no reflexionan sobre la moral y quizá no quieran
hacerlo, pero sin un poco de entendimiento moral no podrán traducir los
problemas de desigualdad y caos social a problemas técnicos económicos. Es
decir, con un mayor entendimiento de la filosofía moral puede y debe ayudar a un
mejor desempeño de la economía en todos los niveles.

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