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30 ANOS DEL JUICIO A LAS JUNTAS MILITARES RECUERDOS DE LA HISTORIA Los periodistas Pablo Llonto, Miguel Sintas y Juan Candal rememoran el trabajo realizado para distintos medios durante el histérico proceso que significé un primer paso en el camino de obtener justicia ante los delitos de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado. POR LEONARDO CASTILLO a sociedad argentina asistia hhace 80 afios a un proceso judicial inédito en la histo- adel mundo. Los integran- tes de las Juntas militares, ‘que aplicaron el terrorismo de Estado centre 1976 y 1988 fueron sentados en el banquillo de los acusados, en el contexto deuna democracia que trataba de conso- lidarse ante las amenazas golpistas y una crisis econémica generada por las politicas de endeudamiento impuestas por la dictadura Entre abril y diciembre de 1985, los jueces Jorge Torlasco, Ricar- do Gil Lavedra, Leén Carlos Arslanién, Jorge Valerga Araoz, Guillermo Ledesma y Andrés J. DiAlessio, integrantes de la Camara Nacional ‘de Apelaciones, ‘escucharon los testimonies de los sobre- vvivientes y familiares de las victimas del plan sistematico desarrollaco por el régimen, en el marco de un debate oral y ppublico eonocide come “Juicio a las Juntas’ ‘Aquellas vivencias del horror pade- cido en los centras clandestines de detencién se difundieron y documen- taron gracias al trabajo de los periodis- tas gue cubrieron ese juicio para mediosnacionales y_ extranjeros. Radios, prensa grafica y canales de television cubrieron las alternativas de un proceso que conmovieron al mundo. Hoy, tes cronistas recordaron esa experiencia de dar testimonio en tiempos dificles. Pablo Llonto, Miguel Sintas y Juan Candal, periodistas que rho superaban entonces los 40 afios, repasaron para Fl Cruce un aconteci miento que se convirtié en un hito institucional ‘A-poco de asumir el presidente Ratl ‘Alfonsin ordené mediante la sancién del decreto 168 el procesamiento de las ‘tres primeras Juntas militares que ‘gobernaron el pais luego del golpe del 24 de marzo de 1976. En principio, el ‘Consejo Superior de las Fuerzas Arma das abrié una investigaci6n que no produjo ningun resultado y, en conse cuencia, a mediados de 1984, la ‘Camara Federal tomé la causa y proce 86 al general Jorge Rafael Videla, al almirante Emilio Eduardo Massera y al brigadier Orlando Ramén Agosti, quienes ‘conformaron la primera Junta. También resultaron acusados Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini y Omar Domingo Rubens Graffigna, de la sequn dda, y Leopoldo Fortunato Galtien, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo, respon sables dela teroera, El juicio comenzé el 22 de abril de 1985 y los medios graficos y radiales ‘organizaron sus coberturas, en tanto que la prohibicién de televisar en directo el debate determiné que los canales se limitaran a entregar ME MARCOLA DECLARACION DE ADRIANA CALVO, ‘QUE FUEDETENIDA EMBARAZADA Y TRAS SER OBLIGADA A PARIREN UN FORD FALCON LA OBLIGARON A LIMPIARLO”. (MIGUEL SINTAS) restimenes de los prineipales testimo: nios oftecidos. “Era un joven periodista que trabaja ba en el diario Clarin, y mi jefe de entonces, Joaquin Morales Sold, me dio la tarea de cubrir el juici, "Tenés {que informar, pero sin opinar’, me dij. Bebia limitarme a contar en ‘un estilo neutto, evitando adjetivaciones y ‘comentarios, Se me hizo dificil, porque ‘mi intencién era tomar partide por las Victimas’, ecuerda Llonto. Este afio, Llonto,hoy ebogado quere lante en varias causas de lesa huma nidad, publicd el ibro El Juicio que no se vio, en el que repasa todas esas historias que entonces no trascendie- ton, entre otras cosas porque. ‘no pudieron verse por television debido a las presiones que los militares ejercie ron en ese sentido” “Quise poner el énfasis en contarlas sLenuct 6 ese juicio, Ellos muchos de los genocida: libertad y gozaban de poder dentro de la a de las Fuerzas A farantes, sobrevivientes que 4 persona llegaban por su iban muy tarde, después extenuantes a veces te sefiala fancaban alas 16 y minaban a la madrugada, comienzo de las audiencias despertaba una gran expectativa entr Ja cludadania, la dirigencia politica y los tabajadores de prensa que ban a narrar las alternativas de este juicio. Tales de Sintas, que hacia un aio desempefiaa como redat tor en la agencia de s Télam y in dia recibié la comunicacién de que tomarfa parte de la cobertura “Me convocé unos dias antes el presidente de la agencia, Mario Monte- verde, y me dijo si me animaba a cubri jamente le dije que si FLenuct jentia que estaba frente a una gran tunidad en términos profesiona: ‘Sintas, quien habia militado duran los afios de la dic de derechos hum temas judiciales. “El hacia la informa. oy yo iba a todas les cuenta que lo qu e, esas palabras fuerzas para comprometerme Radio Belgrano, bajo la clon democratica uno de los medios piblicos que reflejaba, con una progra~ macién progresista © innovadora, el clima que se vivia en la ‘primavera alfonsinista’, Con una linea editorial ‘comprometida con la defensa de los derechos humanos, la emisora le dio una gran importancia al desarrollo del juicio. Asigné a tes cronistas. Jorge Lanata, Daniel De Luca y Juan Candal uien hoy trabaja en Radio Nacional y revivi6 en esta nota parle de esa expe- “Como las audiencias empezaban a las I6y se extendian hastala madruga- ala radio decidié asignar a tres perio- distas que trabajabamos en tres turnos haciendo informes y cortando audios. Era una experiencia muy fuerte, y se relataban cosas terribles, Hubo incluso colegas que pidieron ser relevados de las tateas porque no aguantaban las, cosas que escuchaban’, asegura Candal LOS TESTIMONIOS DEL HORROR "A mi me mareé mucho le declara- cién de Adriana Calvo de Laborde, que fue detenida embarazada y tras ser obligada a parir en un Ford Falcen la obligaron a limpiarlo. Era una de las cosas mas aterradoras que presencié en mi vida, La cara de los jueces, los fiscales, el piblico. Era algo muy fuerte asislir a lo que hablamos llegado durante la dictadura’, rememora Sintas. Por su parte, Candal trae al presente cl testimonio de Pablo Diaz, sobrevi- viente de la Noche de los Lapices, el hecho en el que fueron secuestrados estudiantes secundarios de La Plata {que militaban en la UES, una organiza- cién de superficie cue adherfa 2 la corganizaci6n Montonezos. "Diaz conté su seouestro, el calvario de su cautiverio, la tortura y el dolor de ‘convivir con la desaparicién de sus ‘compafieros. Fue algo. desgarrador, temmible, Impacté tanto a los jueces que debieron pedir un cuarto intermedio para reponerse, Mucha gente en la sala “DEBIA LIMITARME ACONTARENUN ESTILO NEUTRO, EVITANDO ADJETIVACIONES. SE ME HIZO DIFICIL, PORQUE QUERIA TOMAR PARTIDO POR LAS VICTIMAS" (PABLO LLONTO) ‘se quebré y resulté dificultoso terminar con la declaracién’, asevera Lonto recuerda’ el dia en que el escritor Jorge Luis Borges concurmié a una de las audiencias y presencié la declaracién de Victor Basterra, sobre viviente de la ESMA. ‘Siento que he salido del infierno, estos hechos, narra dos por este hombre, que llegé a natu talizar la tortura no pueden quedar impunes’, sentencié el escritor en un articulo que escribié para la agencia cespaticla EFE. ‘Siempre se habla del coraje de Alfonsin en impulsar el juicio, de los camaristas y de los scales Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo, pero los verdaderas héroes de aquel proceso fueron los testigos. Debian poner el ‘cuerpo y recordar todo lo que vivieron. Ellos lograron que se hiciera Justicia’ enfatiza el hoy ietrado. El aparato represivo de Is dictadura no habia sido desmantelado y los cronistas lo sintieran en carne propia, “Los servicios nos tenian fichados a todos y nos lo hacian saber. Un dia me lamaron y me dijeron a qué jardin iba uno de mis hijos, o6mo se vestfa y la hora ala que entrabe’, recalca Sintas. LOS ACUSADOS, LAS ‘ADRES Y LA SENTENCIA La actitud desafiante con que los tepresores afrontaban las acusaciones cconstituyé un hecho que atin sorpren: de, “A excepcién de Videla, que era representado por un defensor oficial, el resto tuvo a su disposicién un ejército de abogados de los estudios mas pprestigiosos de Buenos Aires. Recuer do que en el alegato final, Massera hizo uso de la palabra y parecia que estaba proyectandose politicamente, Todo lo que habia hecho habia sido para ganar una guerra, Ese era el argumento que siempre aparecfa en el discurso de los defensores’, describe Candal. Llonto have referencia en un epise. dio que considera como “injusto" los jueces obligaron alas Madres a quitar ‘se los pafiuelos durante las audiencias. “Ea parte del climaen el que se dio ese Juioio, propio de la Teoria de los Demo niios’ que habia instalado el radicalis ‘mo’, sostiene, La sentencia se emitié el 9 de diciembre e incluyé las condenas de Videla y Masser, a prision perpetua, Viola recibio 1? afas; Lambruschini 8 y Agosti 4. El resto’ de los acusados quedé absuelts, ‘Hebe de Bonafim (presidenta dela Asociacion Madres de Plaza de Mayo) debié sacarse el pafiue lo al principio y el dia que el Tribunal leyé las sentencias, Esas fueron, junto con las absoluciones, unas de les ‘machas que tuvo el juicio’, reflexiona, "El dia de la sentencia vivi un gran alivio. Sent que, a pesar de todos los condicionamientos que hubo, se habia, logrado algo histérico para el pats y el mundo, Tuve la misma sensacién cuando Strassera pronuncié la frase ‘Nunca mas" (titulo del informe de la Conadep) en su alegato’,afirma Sintas. Candal evoca, en un episodio, el espinity que tuvo aquel juicio, “Me acuerdo del testimonio de una madre, ‘quien conté cémo habfan secuestrado a su hijo de la casa en la que vivia y todo lo que debié recomer para que nadie le diera respuesta alguna sobre ‘su paradezo, Un defensor le pregunts de forma muy seca: ‘jUsted sabia qué hacia su hijo, Era grande, tenia 24 afios, pero me hubiera gustado que hubiera tenido Ja oportunidad de defenderse, como tienen estos hom bres que estén sentados ah’ De eso se tralaba todo eso. Habla que hacer justicia y se logré” « sLenuct a

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