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HIRIART
Diario infinitesimal
LOS INVISIBLES
SOCIALES
96
LETRAS LIBRES
DICIEMBRE 2014
Es una pena decirlo, pero Aristteles ha perpetrado algunas de las pginas ms negras de la infamia filosfica. Si
hubiera sido Perico de los Palotes o Francis Fukuyama, el
asunto no tendra importancia. Pero el culpable es el luminoso Aristteles, el Filsofo por antonomasia, el autor del
primer libro de lgica y de la tica a Nicmaco, insuperada
obra maestra sobre la materia. Entonces, qu le pas al
maestro?, por qu rod hasta esas pginas repugnantes?
Es lo que vamos a ver ahora.
Las pginas a las que me refiero constituyen su defensa
de la esclavitud y figuran en los captulos iv-vii del primer
libro de su Poltica.
No voy a reproducir en detalle los argumentos en defensa de que algunos humanos son por naturaleza esclavos; ms
que malos, son psimos y no despiertan la mayor conviccin. As tiene que ser: si hubiera buenos argumentos para
eso, viviramos en un universo diferente al que vivimos.
El esclavo era considerado jurdicamente como un instrumento. Haba instrumentos inanimados e instrumentos
animados, y segn la definicin romana eso es el esclavo,
un instrumentum vocale, instrumento que habla. Todos los
instrumentos son propiedad del amo. Y, dice el Filsofo,
es justo que as sea.
Ahora viene por qu los esclavos lo son por naturaleza
(y no por convencin, lo que hara injusta la esclavitud); un
todo, como la casa familiar (oikos, de donde oikonomia, manejo de la casa), tiene siempre algo que es superior y algo
que es inferior. Esta jerarqua aparece por todos lados, en
las plantas, en los animales, hasta en las piedras inanimadas (esto ltimo, dice, es asunto complicado y lo explicar en otra parte). En el humano, el alma, que es superior,
manda al cuerpo, que es inferior. Los esclavos, desarticulados como son de pensamiento, son ms cuerpo que otra
cosa y un alma ajena debe mandar sobre ellos. Aqu hay que
aclarar que la inmensa mayora de los esclavos eran brbaros que no hablaban siquiera el griego, y Aristteles marca
la infinita distancia que, para l, separa al salvaje brbaro,