PERSPECTIVAS Y DESAFÍOS

DEL TRABAJO CON HOMBRES

QUE EJERCEN VIOLENCIA HACIA
LAS MUJERES EN LA PAREJA

Enero de 2010
I. INTRODUCCION

Durante las dos últimas décadas se constatan en Chile

impor tante avances en la respuesta pública en violencia
de género que se ejerce hacia las mujeres en la pareja y la
familia, a saber : incorporación y cambios de la legislación
en violencia intrafamiliar, inclusión de la problemática en
políticas de un mayor número de sectores como División de
Seguridad Pública, Ministerio de Salud, Comisión Nacional de
Control de Estupefacientes, así como mayores mecanismos de
protección a las víctimas administrados desde el sector justicia
y policías. Se ha triplicado la red de Centros de Atención a
mujeres víctimas de violencia y se extienden a más regiones
las Casas de Acogida, impulsadas por SERNAM. En materia de
prevención, se implementan anualmente campañas públicas de
sensibilización a la población y se cuenta un mayor número
de iniciativas en atención a hombres que ejercen violencia1.

Frente a los avances señalados, sin embargo, prevalece un

conjunto de nudos relacionados con disponibilidad y gestión
eficaz de recursos, comprensiones disímiles acerca de la
problemática, y especialmente, en articulación de los diversos
sectores que integran la cadena de la respuesta pública en
la materia, y de éstos con iniciativas implementadas por
organizaciones de la sociedad civil. Estos factores que dan
cuenta de la falta de un enfoque de respuesta institucional
y comunitaria coordinada, determinan variados déficit y
dificultades que se constatan desde la práctica en la suficiente,
opor tuna y eficiente respuesta hacia las víctimas, mujeres e
hijos/as, como en iniciativas de trabajo con los hombres que
ejercen violencia hacia sus actuales o ex parejas.
En el trabajo con hombres que ejercen violencia, se cuenta una
mayor cantidad de iniciativas implementadas con pocos fondos
públicos disponibles y otras autogestionadas por grupos de
profesionales y algunas organizaciones de la sociedad civil. En
su mayoría, de reducida cobertura, delimitadas a población de
territorios locales específicos y con financiamientos de cor to
plazo, la implementación de estas iniciativas se realiza bajo
diversos enfoques: algunos con énfasis en la atención clínica
1 Mepeo de iniciativas de trabjo con hombres que ejercen vio-
lencia. Corporación DOMOS, 2009
y la perspectiva biomédica y otras que combinan el trabajo
de atención clínica individual con la de grupos terapéuticos
y con la perspectiva re-educativa y de transformación de la
masculinidad hegemónica.
No obstante la ley 20.066 del año 2005, establece la
implementación de centros de atención para hombres que
ejercen violencia contra las mujeres, como par te de las
medidas de sanción, es recientemente, a finales del año
2009, que se ponen en marcha los primeros dos de cinco
centros pilotos para la atención de hombres que ejercen
violencia imputados por este delito. Dichos centros serán
administrados desde el Ministerio de Justicia y dependerán
de Gendarmería de Chile.
Por otra par te, en el discurso público de diversos sectores
gubernamentales implicados en la política de “violencia
intrafamiliar”, en el de algunas organizaciones de la sociedad
civil que trabajan con mujeres víctimas de violencia, como
de nuevos colectivos y organizaciones que abordan el
trabajo en masculinidades, se reconoce la necesidad de
intervenciones con los hombres que ejercen violencia y en
programas de prevención hacia la población masculina en

3
general. Sin embargo, se identifica un impor tante desafío
en la focalización de la inversión pública en determinados
perfiles de agresores, en el diseño de modelos y programas
sustentados en la perspectiva de género y derechos humanos
de esta problemática, en la temporalidad de las intervenciones,
las estrategias e instrumentos de medición de resultados e
impactos, así como en la ar ticulación de los organismos que
intervienen con los hombres con los dispositivos que trabajan
con las mujeres sujetos de su violencia.
En este escenario, la necesidad de un avance más efectivo
hacia una política pública que ponga al centro la protección
de las mujeres y la respuesta institucional coordinada, resulta
aún más elocuente. Par ticularmente con el advenimiento de
nuevas autoridades políticas, parlamentarias y gubernamentales
durante 2010, resulta opor tuno incrementar en cantidad y
profundidad el conocimiento, debate, balance y aprendizaje
de enfoques, estrategias y experiencias de intervención con
hombres que ejercen violencia hacia las mujeres en el contexto
de la familia y la pareja.
A la luz de experiencias internacionales, se convocó a un
espacio de conocimiento de experiencias, de debate crítico
y propositivo para avanzar hacia una efectiva inclusión del
trabajo con y hacia los hombres en la política pública de
violencia contra las mujeres en Chile, que permita desde
una perspectiva de realización de los derechos humanos y
de cambio sociocultural para la equidad entre los géneros,
un avance más sostenido para el periodo venidero.
El seminario internacional “Hombres y Violencia hacia las
Mujeres”, se realizó la mañana del día 4 de noviembre de
2009, en el auditorio de la Defensoría Penal Pública, Centro
de Justicia de Santiago. Participaron 190 personas, un 20% de
ellas procedentes de regiones del norte y centro-sur del país.
El público estuvo principalmente integrado por profesionales
y técnicos/as de centros de atención y casas de acogida a
mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, dependientes de
SERNAM, que implementan organizaciones de la sociedad
civil y municipios; funcionarios/as municipales de Casas de la
Mujer y centros de salud, funcionarias/os del Ministerio de
Educación, ONGs y colectivos de hombres que trabajan en
el ámbito de género y violencia, integrantes de diplomados
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y estudios en género, así como alumnos de pre-grado de
cuatro universidades; representantes de Carabineros de Chile,
Ministerio de Salud y Ministerio de Seguridad Pública.
Participaron como especialistas internacionales en trabajo con
hombres que ejercen violencia: Rafael Soto González de la
Asociación de Hombres por la Igualdad de Género –AHIGE–
Programa GANDHI: Atención Social y Psicológica para
Hombres, de Málaga España; Miguel Ramos Padilla, Sociólogo,
docente de la Facultad de Salud Pública y Administración de
la Universidad Cayetano Heredia, hasta octubre de 2009,
Director de la división de la Familia del Ministerio de la Mujer
y Desarrollo Social de Perú, promotor de la Red “Hombres
que renuncian a su violencia” y Clara Luz Castillo, Directora
Ejecutiva de Counterpoint Counselling and Educational
Cooperative Inc. Organización que presta consejería y
servicios educacionales para hombres abusadores y mujeres
sobrevivientes de violencia en Toronto Canadá, entrenadora
internacional del Duluth-Domestic Abuse Intervention Project.
Junto a ellos/a representantes nacionales del SERNAM y
Ministerio de Justicia.
El seminario se realizó como parte del proyecto de DOMOS
apoyado por el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas
para la Mujer, UNIFEM Cono-Sur Brasil, “Enfoque socioeducativo
de trabajo con hombres y política pública: Ampliando el paradigma
en el abordaje de la violencia contra las mujeres” y contó con
el auspicio de La oficina Técnica de Cooperación Española,
La Defensoría Penal Pública, la Embajada de Estados Unidos,
la empresa Laboratorio Bagó Chile y el Domestic Abuse
Intervention Project de Canadá.
Como patrocinadores par ticiparon el Ministerio de Justicia,
División de Defensa Social, Servicio Nacional de la Mujer
SERNAM, el Obser vatorio de Género y Equidad, la Red
Internacional MenEngage, E.M.E Cultura y Salud y el Colegio
de Asistentes Sociales A.G que contribuyeron con la difusión
de la iniciativa y su imagen institucional en los materiales del
seminario.
En el proceso de organización se generó un valiosa posibilidad
de ar ticulación entre el seminario y un entrenamiento de
profesionales, técnicos/as y agentes sociales en el modelo
de respuesta comunitaria coordinada bajo el enfoque de la
experiencia de Duluth, en virtud de lo cual, se aunaron ambas
iniciativas para su organización conjunta entre la Universidad
Academia de Humanismo Cristiano, Escuela de Trabajo
Social, el Colectivo de hombres “Masculinidades Autónomas
no Opresivas y Sensibles”, MANOS y la Corporación
DOMOS.
A continuación se expone la síntesis de contenidos de las
presentaciones de los dos paneles del seminario y del espacio
de preguntas y respuestas compartido entre el público y los/a
invitados/a. Posteriormente se presenta la síntesis del diálogo
intersectorial entre representantes de sectores públicos y
organismos de la sociedad civil, que tuvo lugar la tarde del día
en se realizó el seminario. Finalmente se esbozan propuestas
y proyecciones a par tir de estas iniciativas.
5
SEMINARIO “HOMBRES Y
VIOLENCIA HACIA LAS
MUJERES”

I. Intervenciones Panel
Inaugural

Directora Ejecutiva Corporación DOMOS, Carolina Peyrín


Bravo

El debate sobre la violencia hacia las mujeres en la pareja y

la intervención con los hombres que la ejercen, así como la
prevención de esta problemática con la población masculina
es de alta complejidad, pero de evidente necesidad.
La alta convocatoria lograda para este evento, da cuenta de la
necesidad de ampliar el paradigma y de trascender nuestras
propias fronteras ideológicas, corrientes teóricas y diversidad
de prácticas para poder afrontar un problema tan profundo y
de tan amplia magnitud y devastadoras consecuencias como
la violencia de género que se ejerce hacia las mujeres en el
contexto de la familia y la pareja.
Se trata de un problema del país, que nos atañe a todos:
mujeres, hombres, familias, gobierno, justicia, sector privado, a
los actores políticos en general, a la sociedad en su conjunto.
Hay un desafío de mejorar la calidad en la respuesta a las
víctimas; necesitamos desafiarnos en el diseño e implementación
de nuevas estrategias, extrayendo las lecciones de las mejores
prácticas y las deficiencias en los sistemas institucionales que
han abordado la violencia intrafamiliar los últimos cinco años,
a fin de avanzar con pasos más sostenidos en la erradicación
de la violencia de género en el periodo venidero y en el
contexto de la responsabilidad que competerá a las nuevas
autoridades que asumirán el año 2010.
coordinada, ejes que serán transversales a los contenidos que
se compartirán durante esta mañana de seminario, durante el
diálogo intersectorial que se realizará por la tarde y durante
los dos días y medio que se destinarán al entrenamiento de
profesionales en el modelo de Duluth.
Para DOMOS la necesidad de abordar el trabajo con los
hombres, tanto con los que actualmente ejercen prácticas
abusivas hacia sus parejas actuales o pasadas, como el necesario
desarrollo de estrategias y programas de prevención con la
población masculina, tiene sentido desde un enfoque de
derechos humanos, igualdad de opor tunidades y protección
a las mujeres. Otras perspectivas asumen este desafío desde
el enfoque del cambio de las masculinidades de referencia,
otros desde la equidad de género. No obstante la base del
encuentro entre diversas perspectivas, es la convicción de
que ello es necesario para tener una sociedad más justa,
más democrática, más inclusiva para los hombres y mujeres
de nuestro país.
Ministra del Ser vicio Nacional de la Mujer, Carmen

Andrade Lara

Este evento es necesario y opor tuno. La pregunta es qué se

La alianza entre una organización especializada en el trabajo
con mujeres como DOMOS, un grupo de profesionales y
activistas en el ámbito de la masculinidad y la violencia como
colectivo MANOS y el ámbito académico representado por
la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, representa
una necesidad de primer orden para avanzar en este campo:
Mayor articulación, mejorar la respuesta pública y comunitaria
hace en un momento en que estamos en proceso de instalar,
de manera más amplia y ojalá con mayor cobertura territorial,
programas de atención para hombres que ejercen violencia.
En el auditorio están presentes mujeres de larga trayectoria
por los derechos de las mujeres y también gente joven que
se está interesando y que está tomando este tema, que más
que un tema profesional es una causa de vida: luchar por

6
los derechos humanos de las mujeres y de los hombres. Veo
también a unos amigos que conocí recientemente y que están
desarrollando un centro de atención en la comuna de Puente
Alto y que están haciendo una labor pionera, interesante, con
mucha entrega y mucho compromiso.
Quiero simbolizar también en DOMOS, una organización
con vasta trayectoria, que estuvo en los tiempos difíciles y
sigue en los tiempos democráticos, junto a muchas otras
mujeres y organizaciones de la sociedad civil que han sido
sistemáticas en este largo camino por erradicar la violencia
de género en Chile.
El trabajo con hombres que ejercen violencia, no sólo es
una exigencia para responder al mandato de la ley 20.066,
sino también es una necesidad en el marco de una sociedad
que apuesta por la re-educación, por la responsabilización y
en esto hay un primer punto de debate: De qué se trata el
trabajo con hombres agresores. Se habla de rehabilitación,
yo hablaría de reeducar y de responsabilizar.
En Chile, efectivamente tenemos poca experiencia en la
materia. Hay algunos programas que han sido financiados
por el Plan de Seguridad Pública del Ministerio del Interior.
Hay iniciativas locales, hay iniciativas de iglesias, y por cier to,
todos ellos han tenido las vicisitudes de no contar con
financiamientos permanentes y por lo tanto, algunos programas
han logrado establecerse en el tiempo, otros han dejado de
funcionar o funcionan con recursos muy precarios.
Se necesita aprender de estas exper iencias, poder
sistematizarlas, poder desarrollar modelos y enfoques pues no
hay uno único. Se requiere dialogar las distintas experiencias
y problematizarlas. Es necesario dejarse interpelar por los
nuevos programas, por los nuevos hallazgos, por las nuevas
dimensiones teóricas. Hay experiencia internacional que
nos puede ayudar en este desafío. Países como Estados
Unidos, Canadá, Australia. También en nuestra América
Latina tenemos experiencias en México, en Argentina; hay
un interesante trabajo de masculinidades en El Salvador y
a lo mejor muchos otros que nos entregan algunas pistas
para poder orientar y enfocar este trabajo con hombres
que ejercen violencia.
Una de las cosas básicas que se establecen desde estos
programas que tienen mayor experiencia y trayectoria, es
que el trabajo con hombres que ejercen violencia no es
un tratamiento para una enfermedad. No estamos frente a
una patología que debiera tratarse desde el punto de vista
biomédico, sino más bien frente a un problema social y cultural,
y por lo tanto, más complejo. Se aborda desde una perspectiva
socioeducativa, un cambio de actitudes y conductas que están
basadas en patrones culturales del patriarcado.
Lo que nos muestran programas que han trabajado con
hombres agresores, es que los resultados son muy alentadores.
Sé que aquí también hay definiciones técnicas que establecen
que obviamente hay mejores resultados cuando se interviene
tempranamente, cuando son situaciones que se dan por primera
vez y es mucho más difícil intervenir cuando la violencia se ha
asentado como un patrón de comportamiento. Pero aún así,
entendiendo que hay diferenciaciones, las estadísticas indican
que de aquellos hombres que completan el proceso, sólo entre
un 15 y un 20 por ciento vuelve a reincidir en conductas de
violencia. Son cifras alentadoras que nos plantean el desafío
de lograr una adecuada instalación del modelo.
El Ministerio de Justicia ha acordado con el Servicio Nacional
de la Mujer par tir con la instalación de algunos centros, en
Santiago y en algunas regiones del país para atender a hombres
que ejercen violencia. Esto es el primer paso en un proceso
paulatino. Lo que se espera es llegar a tener una red de
centros de atención en el país, del mismo modo que tenemos
una red para atender a mujeres que han vivido violencia. Es
impor tante que estos centros establezcan buenos vínculos,
buenas redes con los centros que atienden a las mujeres y
también con el resto de la red pública que aborda el tema de
la violencia, para que en el mediano plazo podamos contar
con un sistema integrado que pueda ofrecer protección y se
centre en la prevención.
Por ello un seminario como este resulta oportuno, porque se
requieren equipos técnicos que se vayan incorporando en el
trabajo de estos centros, se requiere que podamos definir –por
lo menos en términos generales– un cierto enfoque conceptual,
metodológico, un sistema de seguimiento. Se requiere que
logremos hacer dialogar esta perspectiva de trabajo con los
hombres, con los equipos que trabajan con mujeres.
7
Para quienes hemos trabajado con mujeres que sufren violencia,
nos toca internalizar profundamente el reconocimiento del
derecho de los hombres que ejercen violencia a tener
las posibilidades de reeducación, de resocialización y de
responsabilizarse. Yo creo que es un camino en que el que
tenemos que avanzar todas.
Jefa de la División Jurídica del Ministerio de Justicia, Mirtha

Ulloa
Actualmente, las cifras de maltrato, femicidio y otras formas
de discriminación y violencia alarman a la sociedad. El 97%
de los chilenos y chilenas lo considera un tema de central
importancia. El año 1995, las denuncias fueron de 38.200; el año
2007 alcanzaron a 108.538, es decir, un 284% de incremento.
De estas denuncias, el 90% tuvieron a la mujer como víctima.
El fenómeno revela el notable sesgo de género que impera
en estos delitos. Las Naciones Unidas lo han calificado como
un crimen encubier to, el más numeroso del mundo.
Chile ha firmado los pactos internacionales para prevenir
y evitar la violencia en contra de las mujeres. Sin perjuicio,
claramente es necesario ampliar el acceso a la justicia por
parte de las mujeres. La Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y de la Relatoría sobre Derechos de las Mujeres
revela que a menudo las mujeres víctimas de violencia no
logran tener accesos expedito, oportuno y efectivo a recursos
judiciales cuando denuncian los hechos. Esta situación, sin duda,
debe ser erradicada del país porque es inaceptable.
Es necesario expresar que queremos reducir la violencia y el
femicidio en contra de la mujer a una cifra cero, sobre todo,
cuando las autoridades han sido aler tadas por las mujeres
respecto de que están sufriendo maltrato. Entre las medidas
que el sector justicia trata de imponer, se encuentran la
implementación y el apoyo a las casas de acogida para mujeres
víctimas de violencia intrafamiliar, a cargo de SERNAM, pero
que hemos apoyado con funcionarios de SENAME y con la
Corporación de Asistencia Judicial. Otra medida es el impulso
que se va a dar a estos programas de atención a hombres
agresores y que se comenzarán a desarrollar en diciembre
de este año.
Trabajar o hacer un esfuerzo con las mujeres para detener
la violencia no es suficiente y es hora de que el Estado se
8
empiece a responsabilizar de la intervención con los hombres
para un mejor manejo de estas situaciones. Los hombres que
trabajan sus agresiones y que pueden controlar sus impulsos,
son sin duda mejores personas, son mejores parejas, son
mejores padres para niños y niñas.
Desde el Ministerio de Justicia, además de lo señalado,
estamos también interesados en la capacitación. Es así que
ha patrocinado la primera y segunda versión del diplomado
“Violencia masculina y abordaje multidisciplinario” de la
Universidad Academia de Humanismo Cristiano, que está
formando profesionales aptos para la integración de los
futuros programas de atención a hombres que ejercen
violencia hacia la mujer. Creemos también que hemos tenido
una labor impor tante en el trabajo de perfeccionamiento de
los tribunales de familia que, como todos sabemos, tuvieron
una situación inicial bastante crítica. Sin embargo, se logró
tramitar un proyecto que perfecciona la tramitación y que
aumenta tanto los funcionarios de los tribunales como los
jueces, permitiendo mejorar y llevar a un mejor acceso de
las mujeres a la justicia.
También se ha trabajado en publicaciones y en 2009, se
encuentra disponible a todos, la tercera edición de la revista
del Plan de Igualdad de Opor tunidades entre hombres y
mujeres, titulada “Violencia de Género” (página web del
Ministerio de Justicia, en el banner PMG de Género).
En Chile, del Bicentenario, debemos trabajar por una mejor
justicia para todos y todas y por un mejor país para hombres
y mujeres.
II. PANELES TEMATICOS

PRIMER PANEL: ABORDAJES CON HOMBRES QUE

EJERCEN VIOLENCIA HACIA LA PAREJA.
EXPERIENCIAS EN ESPAÑA Y CANADÁ

 Respuesta Comunitaria Coordinada en Toronto, Canadá

(basada en el modelo de Duluth)

Clara Luz Castillo: Directora Ejecutiva de Counterpoint

Counselling and Educational Cooperative Inc., organización
que trabaja en consejería y servicios educacionales para
hombres abusadores y mujeres sobrevivientes de violencia.
Trabajadora Social registrada en Ontario, Canadá. Fundadora
y facilitadora de diferentes grupos de apoyo para mujeres
refugiadas de habla Hispana. Ha dirigido talleres en materia
de educación, capacitación y prevención de la violencia
intrafamiliar en los Estados Unidos y Chile. Co-facilitó
por 11 años el único programa en español existente en
la ciudad de Toronto que da servicios a los hombres que
son enviados por abuso a mujeres con la metodología del
Modelo de Duluth.
En las últimas dos décadas hemos visto un aumento significativo
en los casos de violencia contra las mujeres, en las relaciones
de pareja heterosexuales. En Canadá, casi un 30% de las
mujeres que viven en relación de pareja heterosexual ha sido
agredida en algún momento de su vida. En Estados Unidos se
estima que casi 2 millones sufren violencia física al año.
Al igual que muchas organizaciones de inspiración feminista
que trabajan en el tema de violencia, entendemos por ella
lo que señala la declaración de las Naciones Unidas. En ella
se define como violencia de género a “todo acto de violencia
basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual,
psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos,
la privación arbitraria de la libertad tantos si se produce en la
vida pública como en la vida privada”.
Buscando nuevas respuestas y nuevas soluciones, se han
desarrollado diversas estrategias para responder a la urgente
necesidad de parar la violencia contra las mujeres. Y para ello,
hemos incluido en el marco de la intervención comunitaria,
programas educacionales para los agresores, donde Counter
Point está inser ta.
Counter Point es una organización feminista, sin fines de
lucro, que ofrece consejerías y ser vicios educacionales para
hombres abusadores y sus parejas (esposas o ex esposas y
sus nuevas parejas). Es una organización que forma par te de
la respuesta comunitaria coordinada que existe en Toronto
para terminar con la violencia contra las mujeres y los
niños y es par te del Consejo de Abuso contra las mujeres
en Toronto. Somos par te de este modelo de respuesta
comunitaria coordinada, que se basa en el modelo de Duluth,
pero con una realidad diferente. O sea, Duluth es un pueblo
pequeño que está en Minnessota, y Toronto es una ciudad
tremendamente multicultural.
Ofrecemos programas educacionales para hombres agresores,
que son estrictamente derivados del sistema penal o judicial.
Para las mujeres ofrecemos un programa de apoyo, que es la
consejería y grupo de apoyo, talleres educacionales y servicios
derivacionales. Cuando un hombre es encarcelado o cuando
es referido a nuestro programa, nosotros inmediatamente
comenzamos a trabajar con ella y se le ofrece un servicio de
derivación con otras organizaciones, de las cuales ella puede

9

recibir servicios para los niños, para ella y también para que
reciba el apoyo económico o legal. En Toronto hay un sistema
que permite una ayuda financiera para las madres solas o
mujeres solas, mujeres de bajos recursos.
Nuestros servicios son impar tidos en inglés y en español,
porque Toronto es una ciudad tremendamente multicultural
y ofrecemos servicios a hombres que vienen de distintos
países, que hablan distintos idiomas, y se les pone intérprete,
como también a personas que son sordas mudas. Servimos
anualmente a un promedio de 550 hombres que son enviados
por el sistema judicial. De estos, hay un número altísimo de
hombres latinos, de hombres que hablan español. Y por ende,
trabajamos con un promedio de 650 mujeres.
Entendemos que la violencia de los hombres hacia las mujeres
es un problema sistémico y que se basa fundamentalmente
en la desigualdad de poder que existe entre el hombre
y la mujer ; es decir tiene una intención relacionada con
tomar o retomar su poder, su privilegio y su lugar en la
jerarquía familiar, lo que está sustentado por su creencia, su
socialización: esos mitos, esos valores, esas normas que se
han ido impar tiendo por miles y miles de años. Todas estas
creencias son sustentadas por todos los organismos de la
sociedad. La violencia es aprendida y como tal, se puede
aprender a no ser violento.
El Consejo de Abuso de la Mujer, es una organización que
está integrada por representantes de diferentes comunidades,
agencias e instituciones y es quien toma la coordinación de
10
esta respuesta coordinada. Esta respuesta coordinada es un
esfuerzo intersectorial para cambiar el clima de tolerancia
de la violencia doméstica, es decir promueve que la violencia
es un crimen y que tiene cero tolerancia.
El Estado tiene una responsabilidad grandísima en cómo
hacer al agresor responsable de sus acciones. En definitiva,
el eje central de este trabajo es reeducar al agresor, pero
con la visión de la seguridad de la víctima. Ahora, ¿cómo
esta organización pudo traer a las distintas organizaciones a
la mesa a conversar y hacer acuerdos?: a la policía, la gente
que trabajaba con los abogados, a las trabajadoras de casas
de refugios, a las trabajadoras sociales, a los trabajadores de
la salud, a los profesores, a sobrevivientes de violencia.
El poder coercitivo del Estado debe estar restringido a las
actividades ilegales del agresor. Es decir, cuando el Estado
impone controles al agresor, debe ser el mismo Estado el que
debe asegurarse que estas condiciones se respeten. Pero no
se puede responsabilizar a la mujer de esas acciones. Como
chilena, me parece tremendamente alarmante que a estas
alturas estemos en el número 47 de mujeres que han sido
asesinadas. O sea, acá hay una responsabilidad colectiva, una
responsabilidad de todos.
En definitiva, no podemos victimizar a la víctima, pues los
golpes y el abuso crea diferencias de poder que tiene que
ser tomadas en cuanta en cada intervención.
Al centro está la organización para mujeres y la fiscalía,
la cor te criminal, la organización que controla la liber tad
provisional del agresor, tenemos la cárcel, la policía y los
programas para hombres. Cada uno comparte la información.
Es importante que si la policía interviene, y es llamada, que se
haga el repor te. El hombre es encarcelado, se toman todos
los datos. Cuando esta persona comparece en la cor te se
entrega toda la documentación.
Nosotros somos responsables de las mujeres abusadas.
La fiscalía, la cor te, las organizaciones que controlan a los
hombres, los programas de hombres, la policía y la cárcel
tienen que informar a la víctima de los pasos que se están
dando. Es decir, si la policía decide llevar a este hombre a la
estación de policía y los cargos que tienen son suficientes
para encarcelarlo, es la policía la que va a llamar a la mujer
y le va a decir “señora, su esposo va a ser encarcelado, él va
estar detenido”. Si la mujer tiene miedo y no sabe cuándo va
a ser puesto en liber tad, de nuevo la policía le va a informar
“su marido va a ser puesto en liber tad”. Y si la mujer llama a
la cárcel, ésta tiene la obligación de darle la información si el
hombre sigue preso o no. Aquí el centro es la mujer, ella es
la exper ta de su propia realidad y nosotros trabajamos para
ella. Este es el nuevo concepto que se ha ganado en Toronto,
contrario a una actitud paternalista, “no usted no sabe, usted
no sabe inglés, usted es mujer de color”.
El sistema se activa con una llamada al Nº 911, puede
ser un vecino, pueden ser los hijos, la misma mujer que
llama indicando que su pareja la está agrediendo. La policía
inter viene. Generalmente son dos policías los que llegan,
uno toma a la mujer y el otro al hombre. Anteriormente,
la mujer era la que tenía que poner los cargos, la que tenía
que firmar “él me agredió, él me golpeó, él me abofeteó,
él rompió”. Hoy cuando llega la policía y hay elementos
visibles de la violencia, son ellos los que ponen los cargos.
Entonces, el hombre es arrestado e inmediatamente la mujer
recibe ayuda. Ella es asesorada por una persona que trabaja
directamente con la policía; si la mujer necesita salir de la casa
para llevarla a una casa de refugio, si necesita atención médica
para llevarla al hospital. Se hace una evaluación del agresor con
el repor te de la policía y después el hombre comparece a la
cor te. Si este hombre no ha tenido antecedentes anteriores,
por ningún caso criminal, se le va a dar la oportunidad de una
intervención temprana. El hombre está condicionado, por no
tener historial criminal, de par ticipar en un programa como
en el que yo trabajo.
En Toronto hay 12 agencias que ofrecen estos servicios. En ellos
el hombre tiene que aprender el programa, tiene que pagar una
fianza. Si la mujer decide que él regrese a la casa, ella puede
escribir una carta donde le dice que él puede volver. Pero, esa
carta puede ser revocada en cualquier momento, cuando el
hombre demuestre un comportamiento violento o agresivo. Si
el hombre no se retira, ella puede llamar a la policía. El hombre
tiene que andar constantemente con la carta, si no la tiene y
la policía viene puede ser arrestado de nuevo.
Si el hombre es enviado a Counter Point tiene 48 horas para
comunicarse con nosotros. Si no se comunica en este plazo,
nosotros le enviamos de inmediato una car ta indicando que
él no ha cumplido con la expectativa de la corte y se le pone
una orden de arresto.
El hombre pasa una entrevista telefónica de 30 a 45 minutos:
Se indaga si tiene problemas psiquiátricos si el problema es
de alcoholismo, etc. y si el realmente está en condiciones de
asistir al programa. Después él viene a una orientación que
es de grupo, firma documentos, entrega información de la
víctima y las sesiones son pagadas. Y esto va de acuerdo con
sus ingresos. A veces hay hombres que tienen la asistencia
social y no tienen dinero, pero pueden pagar el mínimo de 1
dólar, es una responsabilidad. Se le asigna a un grupo, una vez
a la semana, por 16 semanas. Los temas que se incluyen, por
ejemplo “sin violencia ni entorno amenazante”, el respeto, la
confianza, el apoyo, la honestidad, la camaradería y la relación
de pareja. Luego aplicamos el instrumento “diario del control”,
que si él lo integra de una forma cotidiana, puede hacer un
cambio.
En cuanto a servicios a la víctima hay un contacto telefónico
con ella, mínimo una vez al mes. Hay consejerías, se trabaja en
un plan de seguridad y plan de apoyo y también se le otorga la
vivienda. Entonces, cuando todas estas instituciones se juntan
como el Ministerio de la Vivienda, el Ministerio de Salud, la
mujer que viene escapando de la violencia doméstica, tiene
prioridad, para la guardería, para la vivienda. Puede estar en
una casa de refugio máximo tres meses.
11
 Programa GANDHI: Servicios de Atención Social y
Psicológica para Hombres, Málaga España
Rafael Soto González: Diplomado en Trabajo Social y
Experto Universitario en Drogodependencias, con formación
en el Curso Base de la Escuela de Proyecto Hombre. Estudió
el “Curso de Formación en Técnicas en Psicoterapia”, de
la Asociación de Psicoterapia y Crecimiento Personal de
Málaga. Conectado con la Asociación de Mediación para la
Pacificación de Conflictos, formándose y colaborando en el
medio escolar y en el penitenciario. Coordinó un grupo de
crecimiento personal con perspectiva de género para hombres
con FHIVIS (Fundación de Hombres para la Igualdad y contra
la Violencia Sexista) en Málaga. Simultáneamente participa
en diversos proyectos con la Asociación de hombres por la
igualdad de género (AHIGE). En esta asociación colabora
desde 2006 en el PROGRAMA GANDHI (Atención social
y psicológica para hombres), un proyecto que atiende a
hombres, ya sea quienes acuden voluntariamente para
conocer otra visión de la masculinidad que les facilite su
vida y sus relaciones de pareja, hasta los derivados del
ámbito judicial por delitos de violencia de género.
AHIGE era sólo un grupo de reflexión de hombres que
había nacido alrededor de otro grupo de mujeres y de
otras personas que trabajaban por la igualdad. Para mí
era muy impor tante que la visión de la violencia no fuera
solamente médica o clínica. Había un planteamiento y una
reflexión profunda sobre cuál es el contexto social, cuál es
12
la estructura que genera esa violencia. Y para mí también fue
muy importante, que antes de hacer un trabajo profesional o
técnico, hubiese un trabajo de concientización. En la asociación
no se entiende lo profesional si no hay un trabajo personal,
donde ese trabajo tiene una contribución a lo social.
¿Qué significa ser hombre aquí y ahora, por qué somos como
somos, por qué vivimos la sexualidad que tenemos, por qué
entendemos la relación con el poder de una forma determinada,
por qué cambiamos ciertas cosas cuando tenemos pareja, por
qué nos relacionamos así con nuestros hijos e hijas?.
Desde estas preguntas surgió un mensaje muy claro: “las
ganancias del cambio hacia la igualdad”. Hasta entonces,
muchos de nosotros habíamos vivido el planteamiento
igualitario como una pérdida de privilegios. Lo que se nos
juntaba detrás era la cantidad de prejuicios, de dificultades
que nos planteaba el modelo de socialización que habíamos
recibido. También un panorama y un horizonte, que al ser
desconocido asustaba, pero que nos ha dado una mirada
muy nueva e interesante. La cantidad de elementos que no
estaban en el guión de ser hombres, que al incorporarlos,
crece esa palabra y en un tiempo crece nuestra vida.
Algunos de los proyectos que tenemos son simplemente
avanzar en la formación y capacitación sobre nuevas
masculinidades, emociones y hombres, distintos talleres: la
paternidad presente y responsable, la juventud y la igualdad.
Porque vamos descubriendo que a pesar de lo que quisiéramos
o creyéramos, la juventud no tiene tan claro ese planteamiento,
ya que no hay un referente positivo igualitario. Era inevitable
para nosotros llegar al tema de la violencia de género, no
solamente como denuncia o como reflexión, sino también
en el trabajo directo. Fue muy interesante que en el equipo
inicial haya personas que trabajaron con mujeres durante
mucho tiempo, que provenían de la psicología social o que
tenían sólo formación en género. Yo había trabajado 13 años
en tema de prisión o en drogodependencia, y cuando conocí
la perspectiva de género de repente entendí muchas cosas.
Como si hasta ese momento hubiera mirado por el agujero
de una puer ta y no hubiera abier to la puer ta para entender
que ocurría.
La opor tunidad para trabajar surgió de un convenio con
el ayuntamiento de Málaga. Así han sido muchas de las
situaciones en España. Han sido corporaciones locales, de
distintas institucionales no necesariamente nacionales, porque
la primera intención en el tratamiento con hombres agresores
fue dirigirse a los centros penitenciarios, que es donde estaba
la realidad más urgente. Las instituciones penitenciarias en
España llevan mucho tiempo entendiendo la necesidad de que
la prisión sea un lugar de re-educación y armonización de la
persona para la vida en liber tad. Y en el tema de violencia de
género, al menos inicialmente, se están colocando los medios.
Son programas muy costosos y que podríamos sacarle muchos
defectos, pero que sin embargo están siendo iniciativas que
a poco tiempo ya están funcionando.
Han sido muchas corporaciones y ONGs privadas las que
hemos asumido par te del trabajo, porque la inter vención
no podía demorarse mucho tiempo; y se acumulaban en los
servicios penitenciarios los cursos que estaban previstos para
los hombres. Eran cursos que no eran sustitutivos de penas. Y
era muy interesante, porque tenían por sí mismos una entidad
y al mismo tiempo no lo vivían como una excusa para no
hacerse responsable de lo que les ha ocurrido o de lo que han
hecho. Entonces, las instituciones privadas hemos ido a apoyar
a los servicios sociales penitenciarios que eran los que estaban
haciendo los cursos de intervención con agresores.
El perfil que nos pedían era trabajar con jóvenes que no habían
tenido ninguna denuncia, lo que respondía a ese temor inicial
de trabajar con los hombres agresores, en el que no se quiere
ni usar dinero que no sea previsto para mujeres, ni se quiere
entrar en el planteamiento de rehabilitación. Por ello se dice
que es un perfil muy complicado, para no caer en ninguno
de los errores que se han cometido antes.
Para nosotros fue significativo encontrarnos en un congreso
en Málaga con Luis Bonino, que nos explicó lo siguiente
“los hombres –de acuerdo a los estudios que él manejaba–
hablaban que el dos y medio por ciento de los hombres en
España ejercía la violencia física, un 7 y medio por ciento la
violencia psicológica, por eso tenemos un 10% de hombres
violentos”. Y hablaba que sólo un 2 por ciento tenía una serie
de requisitos, de capacitación y actitudes que le podían ubicar
como igualitario o comprometido con la igualdad. A nosotros
nos asombró que no se hablara del 88%.
Nosotros vemos la violencia como la punta del iceberg de la
desigualdad y de una situación social muy concreta, que está
muy bien definida. Hay personas que se han visto afectadas
antes que nosotros, y han sido mujeres las que han definido
cómo nos daña esa estructura social. Como se usa la diferencia
para el dominio y genera una cantidad de prejuicios sociales
tremendos y que muchas veces están disfrazados en muchos
argumentos.
Nosotros entendimos que trabajar con los hombres
denunciados era urgente. Porque la denuncia nos invita al
trabajo, la denuncia pone de manifiesto la violencia invisible.
También trabajar no sólo las nuevas masculinidades, sino
también la violencia de los hombres en general. Porque muchas
situaciones de violencia no se denuncian y a los hombres
que tú les dijeras “tenemos un programa para maltratadores,
¿queréis venir? Muchos dirían “mientras no me pilles, no”.
Pero es diferente que un hombre encuentre una situación
problemática en su vida y que encuentre que otros hombres
están trabajando, ya que puede en alguna medida pensar la
necesidad que tiene. Hay momentos muy impor tantes de
crisis que tienen que ver con separaciones, con accidentes
laborales, con problemas de dinero, los cesantes, la situación
de enfermedad, problemática con los hijos, que permite que
los hombres se incorporen a este trabajo.
La práctica nos dice, que muchos hombres que llegan con un
problema relacionado con lo económico, después manifiestan
que estaban ejerciendo violencia de alguna manera. Y al mismo
tiempo estamos sacando una etiqueta a unos pocos hombres
que aparecen como “los malos”. Me gusta citar a Kalih Gibrán
que decía en el libro del profeta: “A menudo escucho hablar
de aquel que se equivoca, de quien comete un delito, como si no
fuera una persona como vosotras, siendo un extraño en vuestro
mundo. Y yo digo que no se amarillea ni cae una hoja del árbol,
sin el consentimiento del árbol todo”.
Me parece una realidad muy clara en este tema, donde las
personas no nos vemos afectadas si no tenemos un familiar,
si no tenemos una problemática donde somos par tícipes.
13
Nosotros hicimos una dinámica que hemos practicado mucho
con los hombres: Frente a la palabra maltratador u hombre
que ejerce violencia nos encontrábamos que muchos hombres
en seguida se situaban fuera. Ni siquiera con la denuncia
clara y hechos probados se situaban ahí. Paradójicamente,
los hombres que venían voluntariamente se situaban más
cerca. Cuando poníamos la palabra machista, se situaban
mucho más lejos que con la palabra maltratador. Y cuando
poníamos la palabra igualitaria o igualdad, nos encontrábamos
con que todos estaban al centro. Esto nos indica que muchas
personas que no tienen una problemática legal no consideran
que ejerzan violencia.
La palabra machista perdió el contenido, porque se cree
que el machista es aquel señor con el cigarro encendido, la
barba medio crecida, que se rasca los genitales y le manda
una palabra indecente a una señora que pasa. Evidentemente
muchos hombres ya no hacen esto en público. Pero sí hay una
serie de aspectos de la organización de la vida en casa, de la
organización del trabajo, donde seguimos reproduciendo la
estructura patriarcal, la estructura sexista de la sociedad.
El Programa es de atención social y psicológica para hombres,
donde colocamos lo social delante de lo psicológico. Hay
evidentemente un montón de herramientas, dinámicas de
psicología que son muy impor tantes conocerlas y utilizarlas,
pero con perspectiva de género. Cuando el hombre, por
ejemplo, no sabe pedir ayuda, esa es una habilidad social que
puede tratarse psicológicamente, pero que tiene un origen
muy concreto, en la dificultad de mostrar la debilidad y cómo
está penalizada la debilidad entre los hombres. Nada más hay
que escuchar un par tido de fútbol, cómo se valora al que
hace una entrada muy seria, y cómo el que no aguanta es un
poco menos hombre.
Al programa se accede desde servicios sociales, dispositivos
de mujer, centros de salud, demanda voluntaria y vía judicial.
Hay lugares comunes que tratamos con todos: la no violencia,
la responsabilidad, la igualdad, la corresponsabilidad, otra visión
de la paternidad. Mantenemos como lo urgente el cese de la
violencia, y al mismo tiempo, entendemos como lo importante,
el compromiso con la igualdad. Esto es fundamental. Recuerdo,
hace años, un hombre en la prisión me hablaba que estaba
14
haciendo un trabajo con el sociólogo en el grupo, y él
valoraba muchísimo los avances de este señor, de cómo estaba
participando, y me asombró conversar con el interno, que me
lo encontré paseando con un libro americano, sobre el arte de
la persuasión y la diplomacia. Había convencido al sociólogo
de todo lo que el señor quería escuchar. Lo hacía con una
gran habilidad, por lo que aprendí mucho de ese señor, más
que del sociólogo. También aprendí del sociólogo, en cuanto
a no dejarme embaucar por todo lo que quiero escuchar.
Llegan hombres que necesitan ir modulando y necesitan ir
expresando la ira de otra manera.
Actualmente estamos incorporando la evaluación sobre
ambivalencia y alguna más sobre el tema de sexismo, porque
la que teníamos de Echeburúa no nos funcionaba mucho, ya
que cuando la hacían se sacaban un diez. Es decir, los hombres
sabían perfectamente lo que tenían que decir. En este sentido
son más relevantes los instrumentos cualitativos, el lenguaje
corporal, más que un instrumento psicológico.
Una semana se trabaja individualmente y otra en grupo. La
primera evaluación nos da un perfil y detalle e individualmente
trabajamos objetivos consensuados con los hombres. Se asume
algunos que son innegociables y él tiene que decir cuáles
son sus dificultades. Las sesiones individuales sirven para ir
proveyendo lo grupal, en cuanto a cómo van los objetivos y
para hacer un seguimiento. Las grupales están divididas en
trabajos más teóricos, formativos, más educativos, de apoyo
y confrontación acerca de lo emergente, de lo que ocurre.
Comenzamos trabajando sobre la posición de la pareja
sana, y nos encontramos que están hablando de lo personal;
tenemos un rol playing, algo más determinado. Al contrario,
lo emergente nos lleva a parar, a usar la pizarra, a usar algún
medio para ahondar en eso que estaban viviendo. Los hombres
que pueden hablar de sus dificultades, sus debilidades con
otros hombres encuentran la posibilidad de un cambio.
Nos encontramos con hombres que vinieron por vía judicial y
que terminan el proceso obligatorio de 6 meses y conseguimos
que se queden por ocho meses y medio. Nos encontramos
con hombres que terminan el proceso obligatorio, y siguen
en el voluntario y tienen una fuerza increíble porque han
pasado por un proceso muy fuer te de cambio.
Es necesar io tener en cuenta la impor tancia de la
coordinación. Al principio nos dimos cuenta que las mujeres
les daban “el alta” a los maridos cuando ya “estaba mejor”,
porque muchas mujeres no estaban conscientes de lo que
les ocurría y por eso invitamos a las mujeres a que también
asistieran a trabajos para ellas, y las perspectivas de cambio
mejoraban.
En ocasiones hemos tenido que denunciar a hombres que
estaban con nosotros, porque otros hombres del grupo
dijeron: “ayer este hombre dijo que a esta me la llevo por
delante”. Se habló con él e identificamos señales, llamamos
y se denunció. Luego del enojo del hombre pasaron un par
de meses y ahora lleva cuatro meses desde que ha vuelto. Es
de mayor seguridad que le pongas el límite, te perciba sólido
y claro. Impor tante fijarse en temas de límite, peligrosidad,
coordinación. Nosotros inter venimos familiarmente y lo
hacemos con las profesionales que trabajan con mujeres. Y en
alguna ocasión, hacemos un plan de co-parentalidad porque,
por ejemplo, ya ha habido una separación y el hombre va a
un proceso y hay dificultades para entenderse.
Trabajamos en la no violencia personal más allá del control.
Trabajamos en la autoestima del hombre, entendiendo
que la autoestima no es que la mujer me valore y aprecie
por encima de cualquier cosa; que no es el poder sobre la
mujer. Trabajamos también el planteamiento de una nueva
per tenencia, porque es muy fuer te la sensación de “estar a
la intemperie”, cuando el hombre decide que no va a estar
con los hombres en el bar, en ese grupo social; la sensación
de traición a toda la tradición del abuelo, el padre, etc.
Tenemos que establecer vínculos sociales y políticos muy
fuer tes porque el aislamiento va acabando con la eficacia de
los programas. El movimiento neo machista y en contra de la
mujer es tremendo, es muy fuerte, tiene una gran organización,
tiene muchísima gente muy formada y que está en muchas
fotos y hablando. Dicen cosas muy atractivas y también tienen
la palabra igualdad en la boca.
Por último, Luv Ulman dice que son cuatro las solidaridades:
nosotros entendemos que la primera es con la mujer, que
recibe la violencia de una forma más clara, más directa y más
tremenda; la otra es con el hombre que vive la triple violencia,
contra la mujer, contra sí mismo y contra otro hombre; la
solidaridad con la personas que trabajan para erradicarla y en
pro de la igualdad, sean técnicas no técnicas, profesionales o
no; y la solidaridad con la sociedad en general, que también
necesita de un cambio y que necesita entender que con la
igualdad ganamos todos.
15
 Preguntas del Público y Respuestas de los/a arremete en autodefensa. Entonces por el aprovechamiento
Expositores/a Primer Panel de esa circunstancia, se produce la agresión por los dos lados.
Cuando viene la policía, el hombre tiene rasguños, marcas, y
Clara Castillo, Toronto Canadá
 se producen los cargos por ambos lados lo que es lamentable.
Estamos preocupados del alto porcentaje de mujeres que
⇒ Sobre la metodología.
están siendo cargadas por la policía y por ello las políticas se
En relación con la metodología que se usa en el Programa,
tienen que estar renovando permanentemente.
es un método de educación para adultos, con la metodología
de Paulo Freire, con la que entramos a un diálogo y a crear
La respuesta coordinada requiere de la par ticipación y de
la contradicción en el par ticipante; donde par timos de la
una guía de procedimiento de las mejores prácticas en que
base de su propia experiencia. El programa dura 16 semanas
tiene que haber una filosofía y principios en común, porque
y el par ticipante no puede perder más de dos sesiones. A
como individuos, no podemos ver la violencia hacia la mujer
la tercera sesión es eliminado, es decir, tiene que volver
solamente desde la propia perspectiva; tiene que haber un
nuevamente a las cor tes.
consenso. Cuando la policía inter viene lo hace desde sus
propias creencias y valores; lo mismo con los otros servicios
Tenemos un modelo donde hay un hombre y una mujer y
donde la mujer o el hombree van a pedir ayuda.
por eso con Luis Aravena co-facilitamos el grupo, porque
yo y Luis no pensamos igual, tenemos diferencias. Luego, en
⇒ De la evaluación del Programa.
la metodología que usamos yo puedo estar en desacuerdo
Durante la par ticipación del hombre, inmediatamente se le
con Luis y así hemos planteado el modelo que estamos
pide la información de la mujer. Él tiene que firmar un contrato
entregando.
donde proporciona información de la mujer, cuando ésta
no es provista por el sistema judicial. Se ubica a la víctima,
⇒ Sobre resultados y reincidencia de los hombres.
se le da la información y se le pregunta cuáles han sido los
Cuando hay intervención policial y hay arresto, hay un sistema
cambios; si ella continúa viviendo con él o no, o si hay cier ta
que te está exigiendo y diciendo que esto no está permitido.
relación mediante los hijos. Si él la está acosando. Ella es la
El abuso físico se reduce en una cantidad considerable. Sí está
que evalúa. Si hay avances es ella la primera en reconocerlo
muy sutilmente la otra forma de violencia que es la psicológica,
y lo va a decir. Las trabajadoras que trabajan con las mujeres,
la emocional. Los hombres van refinando sus métodos.
lo hacen muy estrechamente con los facilitadores de grupos
Como hay cero tolerancia, los hombres dicen “pero qué te
para ir evaluando en conjunto. Porque una vez que el
pasa, que te estoy haciendo, pégame…” Entonces, empieza
hombre termina el programa se va a enviar un repor te al
un acoso a la mujer y llega un momento en que la mujer lo
oficial, de aprobación o a la cor te, y ahí se va a definir si el
hombre tiene que repetir el programa, si la mujer está en
situación de riesgo o cualquier recomendación que nosotros
podamos hacer.

⇒ De los equipos.
Hay trabajadores sociales, psicólogos, etc. de todas las áreas
del trabajo social que han sido entrenados. Las personas que
vienen a trabajar con grupos tienen que tener una experiencia
mínima de tres años y por lo menos estar expuestos a la
metodología que nosotros usamos. Porque son grupos de 23,
24 hasta 28 hombres, por lo que se requiere de muchísimas
habilidades.

16
⇒ Del vínculo del modelo con las casas refugios.
Las casas refugio son par te de esta respuesta comunitaria. Si
necesitamos comunicarnos con la sobreviviente que está en
una casa de refugio, toda esta comunicación es completamente
confidencial. Mensualmente hay una reunión de todo el
consejo donde traemos cier tos problemas y los temas más
puntuales que nos preocupan, como por ejemplo, que las
mujeres estén siendo sancionadas injustamente y eso significa
que son removidas de sus casas, que se tienen que ir a una
casa de refugio, y hay una serie de limitaciones.
⇒ Del estudio Voces de las Mujeres.
Hicimos un estudio de cómo incorporar las voces de las
mujeres en el proceso de aprendizaje de los hombres.
Nosotros salimos a la comunidad y le hicimos una consulta a
las mujeres: si su pareja viniera al programa de hombres, ¿qué
les gustaría que ellos aprendieran?. Lo que nos dijeron ellas
fue acerca de la sensibilidad, lo que es amor, autoconfianza,
seguridad, cómo ser buen padre, aceptar las circunstancias
de la vida; si él pierde el trabajo, o se le muere un familiar u
otra situación, ¿por qué tiene que descargarse con su pareja
o sus hijos?.
Rafael Soto, Málaga España
 las historias de acosar a la mujer para que ella te dé primero,
⇒ Del modelo de Echeburúa.
Tiene un mérito grande el haber empezado a trabajar cuando
nadie lo hacía. Y se interesaba en un tema que aún no daba
dinero. Tiene la dificultad de que el modelo es totalmente
clínico.
Desde la experiencia en prisiones, el foco en las habilidades
sociales daba pie a acceder a nuevas formas de delito, porque
si no hay valores, si no hay planteamientos más profundos,
todas las habilidades puedes ser aplicada de una forma muy
negativa. Cuando dices con esa persona vamos a trabajar el
control de ira, y es una persona obsesiva e hiper controladora
consigue que las explosiones tarden más y sean mucho más
fuerte. El modelo de Echeburúa se ha usado prioritariamente
en prisiones, y tienen la dificultad de que cuando trabajan
muy clínicamente no llegas donde el trabajo educativo tiene
que llegar.
⇒ De la violencia cruzada.
Desde la experiencia en prisiones en España, cuando he
estado en reuniones con hombres que han ejercido violencia,
la mayoría aparecen con su carpeta, con todos sus papeles
muy bien ordenados, con toda su historia. En prisión se estaba
encontrando gente con muchos medios y mucha capacidad
con la población general delincuente, y le están enseñando
muchas cosas. Me voy encontrando con gente que te van
diciendo cosas como “no vuelvo a tener una relación estable”
“no puedo tener bienes en común con mi pareja, porque si
ella me denuncia se me acaba todo”. Y nos encontramos con
aunque no haya habido nada, denuncia tú primero.
17
SEGUNDO PANEL: ABORDAJES CON HOMBRES QUE
EJERCEN VIOLENCIA HACIA LA PAREJA.
EXPERIENCIAS EN PERÚ Y POLITICA PUBLICA EN
CHILE

 EL PROGRAMA DE HOMBRES QUE RENUNCIAN

A SU VIOLENCIA, Perú

Miguel Ramos Padilla: Licenciado en Sociología y Maestro

en Demografía. Profesor Asociado e Investigador de la
Facultad de Salud Pública y Administración de la Universidad
Peruana Cayetano Heredia. Coordinador del “Programa
de Hombres que Renuncian a su Violencia”. Durante 2009
fue Director General de la Dirección General de la Familia
y la Comunidad del Ministerio de la Mujer y del Desarrollo
Social. Es consultor de organismos internacionales y
nacionales en temas relacionados a género, masculinidades,
personas adultas mayores, violencia familiar, salud sexual y
reproductiva, derechos sexuales y reproductivos, población
y desarrollo. Autor de numerosas publicaciones, entre los
que destacan: “Guía Educativa Masculinidad y Violencia
Familiar”, 2007; “Masculinidades y Violencia Conyugal.
Experiencias de vida de hombres de sectores populares de
Lima y Cusco”, 2006; “La Masculinidad en el Envejecimiento.
Vivencias de la vejez de varones de una zona popular de
Lima”, 2005.
Para poder entender este programa considero necesario
plantear les algunos aspectos conceptuales que son
fundamentales. Hace varias décadas Simone de Beauvoir,
famosa filosofa, literata francesa, decía no se nace mujer, sino
se hace mujer y con esto quería decir que todas las formas de
pensar, vestir, compor tarse, roles que juegan en la sociedad,
no son innatos sino construidos a lo largo de la socialización
que se inicia en el nacimiento. Por lo mismo podemos decir,
no se nace hombre sino se hace hombre, porque recién
nacidos son identificados por sus genitales y como varón la
sociedad en su conjunto se pondrá en funcionamiento para
hacer de él lo que la sociedad considera que es ser varón. Se
le trasmitirá una serie de convicciones acerca de ser varón,
como compor tarse, como hablar, vestir, los roles que tendrá
que jugar y se reprimirá otros, que no constituyen ser varón en
nuestra sociedad. Se le trasmitirá la convicción de que forma
parte de un colectivo masculino con rasgos de superioridad y
de autoridad, de control, respecto de un colectivo femenino,
al que también se le trasmitirá un rol de subordinación y de
servicio frente al colectivo masculino.
¿Cómo es que los hombres vamos aprendiendo este rol de
autoridad, dominador, protector en el ámbito publico?. Una
de las formas más importantes es lo que se ha denominado la
represión de los sentimientos considerados de vulnerabilidad
y debilidad. Así la expresión del dolor, del miedo también de la
ternura, del afecto, la compasión, del deseo de ser protegido,
son sentimientos considerados de debilidad y se contraponen
con el ejercicio de al autoridad y de la dominación. Se reprimen
estas necesidades y sentimientos a través de la ridiculización:
los niños pequeños aprenden que ser comparado con una
mujer es ser desvalorizado, porque la mujer vale menos que
ser hombre o alguien que supuestamente se parece a una
mujer, como un homosexual. Y, ¿qué es lo que se permite
expresar a los hombres sin ser ridiculizados?: la cólera y la
rabia; entonces a fuerza de reprimirse y durante muchos años
se consigue una especie de coraza que no nos permite vernos
a nosotros mismos y menos el percibir las necesidades, los
sentimientos, las emociones de otros cuerpos.
Un tema fundamental en todo esto es el de la homofobia.
Como decía un teórico de la masculinidad, Michael Kidman,
el verdadero temor de los hombres es ser desenmascarados,
en cuanto a que no llenamos los requisitos de verdadero
hombre. No es tanto, dice él, el odio hacia los homosexuales

18
sino este temor de que los otros no avergüencen, nos humillen
diciéndonos que parecemos “unas mariquitas” o afeminados.
Ese miedo se va enraizando de manera muy profunda en los
hombres y nos va a exigir permanentemente que estemos
demostrando a los demás que somos bien machos, como si
la hombría fuese una cualidad que está siempre en peligro de
perderse. Esto constituye una pesada carga para nosotros los
hombres y es la base de muchísimas de las violencias.
Si bien la violencia se puede ejercer sobre la base de actos muy
concientes, muchos de estas violencias no son premeditadas
porque están absolutamente naturalizadas, sobre todo la
violencia emocional, psicológica; entonces como dice otro
psicólogo impor tante, la violencia aparece como resor te
desde lo mas profundo de los cuerpos, prácticamente hay
un componente de automatización. Entones el asunto no
es simplemente dominar las mentes de alguien que esta
equivocado, o sea, decirle a los hombres “mira estas son tus
creencias, este es el sistema patriarcal, tu violencia esta basada
en que tu crees que eres superior a las mujeres y eso no es
así y todos somos iguales”. Es decir, no es simplemente un
problema de iluminar conciencias equivocadas e informar a
los hombres respecto a sus creencias, es un proceso mucho
mas profundo porque el enrizamiento de estas creencias
está en los cuerpos.
Las realidades de los hombres están muy lejos al estereotipo
y a los objetivos de lo que es ser un verdadero hombre de
acuerdo a la cultura patriarcal, machista, hegemónica. Entonces
se intenta llenar esa brecha a través de violencias contra las
mujeres, contra otros hombres más débiles y contra nosotros
mismos. Es lo que se denomina la “triada de la violencia
masculina”.
En cuanto al Programa, de acuerdo a un estudio que dirigí
el año 2000 sobre la magnitud de la violencia contra la
mujer de par te de la pareja en el Perú, encontramos que en
Lima metropolitana el 51% de los hombres ejercía violencia
física o sexual en contra de su pareja, sin contar la violencia
emocional (una de cada dos mujeres) y en el Cuzco era
el 69% (dos de cada 3 mujeres). Entonces yo decía: hay
una cultura que esta justificando el uso de la violencia y
existe una institucionalidad que lo está permitiendo, pero
nosotros los hombres somos los principales responsables y
hay que cambiar esto. Nadie en ese momento se imaginaba
trabajar con hombres en el Perú (años 2001-2002). Conocí
la experiencia de los programas de re-educación en Toronto,
quedé muy motivado, pero me cuestioné hasta qué punto
mi país estaba preparado para un modelo de respuesta
comunitaria coordinada, cuando ni siquiera remotamente se
preguntaba la posibilidad de trabajar con hombres, cuando
todas las instituciones estaban trabajando de manera no
coordinada, cuando la ley contra la violencia familiar y
sexual consideraba que casi el 99% de la violencia contra
la mujer era falta y no delito. Según la ley de Perú para que
sea delito, la victima tiene que tener de diez o más días
de recuperación y entonces no hay sanción, simplemente
medidas de protección que no se cumplen.
Luego visité la experiencia de México, del colectivo de
hombres por relaciones igualitarias “Coriac”, donde se
trabajaba en un contexto similar al peruano en cuanto a los
mismos problemas de la institucionalidad. A diferencia del
modelo de Duluth, me llamó la atención que los hombres
iban voluntariamente. Los hombres llegaban en una situación
de crisis, pidiendo ayuda porque la esposa y los hijos lo
habían abandonado y quería recuperar su hogar. Me pareció
interesante también que el objetivo de este programa
no era solamente parar la violencia física y sexual contra
las mujeres, sino que al parar esa violencia, los hombres
también “se sientan bien”. Los hombres pueden parar
la violencia física, sexual, pero no mejorar las relaciones
equitativas de género y la violencia emocional es enorme.
Entonces nosotros apostábamos a cambios en los hombres
para avanzar a relaciones equitativas y también queríamos
que esto fuera un semillero de preparación de hombres
comprometidos socialmente a trabajar con otros hombres
para crear un efecto multiplicador.
El programa esta diseñado para trabajar un año mínimo. Son
tres niveles, de cuatro meses cada uno; abier to al ingreso y
salida de acuerdo a la propia evaluación de evolución de
los hombres. También trabajamos con facilitadores, hombres
que ingresaron a un grupo con problemas de violencia y
luego de pasar todo el proceso de renuncia del ejercicio
de violencia, quieran comprometerse socialmente. Hay otro
19
grupo también de profesionales que ingresaron al programa y
también hicieron todo el proceso personal y se convir tieron
en facilitadores.
En el primer nivel, el objetivo es que los par ticipantes
detengan la violencia física / sexual. En segundo lugar, que
se responsabilicen de sus actos. Se trabaja con el tema de
creencias culturales, que se comprometan a erradicarla, y
que resuelvan los conflictos de manera no violenta. Para
esto tenemos técnicas parecidas al modelo de Duluth. Por
ejemplo, en Duluth se habla de “tiempo fuera”, acá se llama
“de retiro”, al reconocimiento de señales previas al ejercicio
de la violencia, de pensamientos muy ágiles que se pueden
identificar y registrar en una pizarra. Ejemplo: “es que ella me
quiere mangonear, qué se ha creído”, etc. Están cuatro meses
sin identificar otros sentimientos más que cólera o rabia.
Luego empezamos a ver y observar cómo se pone el cuerpo
antes de ejercer violencia, lo que permite a los hombres
observarse y tener señales para parar y decidir hacer retiro,
lo que es consensuado previamente, en momentos en que
no hay conflictos, porque sino se convier te en una agresión
más; por ejemplo: si el hombre da media vuelta y se va, eso
es una agresión más. Además debe haber un compromiso
de que el hombre llegue a una mínima tranquilidad, haga
ejercicio de relajación y vuelva a conversar con la pareja,
dándole opor tunidad de escucharla, cuando no está en ese
momento, que nosotros llamamos de “riesgo fatal”.
Cuando termina el primer nivel, para la violencia física / sexual,
pero se siguen sintiendo muy mal y dicen: “yo ya aprendí a
parar la violencia, pero cada vez que ella levanta la voz o no
sé dónde está y se demora, tengo ganas de pegarle, pero
me reprimo porque ya se que no puedo pegar y sé cómo
hacerlo ahora”. Pero no ha logrado cambios, porque sigue
sintiendo que pierde poder, que ella podría dominarlo y ese
temor es muy grande.
En el segundo nivel, se busca que los hombres no solo
detengan la violencia, sino que también se sientan bien. Se
identifican la gama más amplia de emociones y sentimientos
de los hombres; que descubran qué sienten, por ejemplo, en
ese momento en que ella no llega. Más que cólera o rabia,
hay otros sentimientos que no estaban identificados, como
20
el miedo y la vergüenza. Luego trabajamos hacia atrás, con
toda su historia, su infancia y ahí empiezan a salir historias de
cómo aprendió a ser hombre, situaciones de mucho dolor y
humillación y a través de la experiencia empezamos a trabajar
las creencias. En ese momento ellos ven que no es tanta la
molestia porque tú me levantas la voz sino porque yo tengo
un proceso de aprendizaje de lo que es ser hombre que fue
muy doloroso; luego me siento responsable de mis propias
emociones y sentimientos y des-culpabilizo a la pareja. Cuando
logramos eso empezamos a trabajar un proceso que nosotros
denominamos de “resignificación”, es decir, una forma de
ser hombre mas autónomo, mas afectivo, mas democrático.
Mucho de los hombres que han pasado el segundo nivel,
dicen: ”no se qué pasa, la gente esta cambiando” porque mi
vecino antes nunca me saludaba y ahora se acerca y me habla,
mi hija que nunca me abrazaba, me empieza a abrazar, mi
esposa esta mas cercana…”. Los hombres se van sintiendo
bien por sus cambios y no solamente lo consideran como
una represión.
En el tercer nivel, se intenta fundamentalmente trabajar
el tema de la negociación y de cómo podemos lograr
una resolución los conflictos de manera no violenta. Aquí
enseñamos que no todo es negociable, que hay aspectos
que forman par te de la liber tad de cada persona, espacios
propios y espacios en conjunto de la pareja. Acá logramos
fundamentalmente que alcance la mutua satisfacción. Para
muchos hombres es muy difícil, porque ven que la pareja
no dice nada entonces entienden que esta conforme y van
adelante, mientras la pareja no exprese cólera, para ellos
todo esta bien. Para lograr empatía con otra persona tienes
que ser sensible contigo mismo, por eso es tan impor tante
el segundo nivel.
El programa hizo una primera evaluación de su trabajo el
año 2008. Se hicieron entrevistas a las mujeres de hombres
egresados del programa y a hombres que estaban en el
segundo nivel. Cier tamente en todos los casos después de
un año y medio, las parejas expresaron que los hombres no
solamente habían parado la violencia, sino que las relaciones
eran totalmente distintas, eran más equitativas. El programa
ha tenido solo una promoción que ha pasado por los tres
niveles, manteniendo permanentemente el primer nivel, dado
el carácter voluntario del trabajo de quienes facilitamos. Han
pasado 500 a 600 hombres, pero no tenemos la capacidad de
seguir trabajando los otros niveles por falta de recursos.
No todos los hombres que terminaron el tercer nivel se
convier ten en facilitadores. Actualmente los que están
trabajando en Lima son hombres que han egresado del
programa; además se hace un trabajo permanente de difusión;
todos los días recorren Lima, van a los centros, les llevan
información y de esa manera llegan a los hombres.
Los que han llegado al segundo nivel, paran la violencia física
/ sexual, pero siguen violentando emocionalmente. Aplicamos
40 entrevistas al azar a hombres que habían deser tado del
programa. En el primer nivel, hombres que habían estado
6 o 7 semanas, decían que les había bastado para parar la
violencia física / sexual y eso les era suficiente. Otros decían
que había disminuido la violencia, esto lo corroboramos con
cinco entrevistas al azar con las mujeres.
Ahora estamos trabajando en for talecimiento de redes en
masculinidad contra la violencia y el Programa Nacional
de la Violencia Familiar del MINDES, crea en el año 2007,
el centro de atención integral, como experiencia piloto para el
tratamiento de agresores y hombres psicólogos que pasaron
por el programa fueron contratados. Ellos han replicado el
primer nivel del programa en este centro de atención.
En estos momentos hay retrocesos en este ámbito desde
la política peruana. Primero es necesario una escuela de
capacitación y acreditación de facilitadores con enfoque de
género desde el Programa Nacional que garantice que no
se abran experiencias donde cada quien llega con su propia
perspectiva psicologisista, de traumas, que impera mucho en
el Perú. Tenemos que avanzar en una respuesta comunitaria
coordinada entre el estado y la sociedad civil, tal como
lo ha mostrado Clara con el modelo Duluth, porque si lo
hombres son enviados obligatoriamente a estos espacios de
re-educación y no van si no les da la gana y no pasa nada, me
parece el efecto es peor, porque una deserción de un hombre
que va voluntariamente, no tiene la misma connotación de
un hombre que ha sido enviado obligatoriamente y burla
el sistema sin consecuencias. Hay que crear las condiciones
para lograr alcanzar lo que se ha alcanzado en otros países,
como el caso de Duluth en Toronto y gran par te de Estados
Unidos.
21
 PERSPECTIVAS Y DESAFÍOS DEL TRABAJO CON
HOMBRES EN LA POLÍTIC A DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR, Servicio Nacional de la Mujer, SERNAM
Chile
Cristián García Bustamante: Psicólogo, especializado en
psicología clínica transpersonal, Licenciado en Psicología,
pos título en “Estudios de género, desarrollo y planificación
con especialización en políticas públicas para la equidad de
género”. Con experiencia en temáticas de infancia en cargos
de dirección y atención directa tanto en la línea de infractores
de ley, así como en la línea de protección de derechos. Ha
sido encargado regional del área de tratamiento y laboral
en el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes
(CONACE). Actualmente es el Encargado Nacional de la
Unidad de Prevención de Violencia Intrafamiliar Contra la
Mujer, del Servicio Nacional de la Mujer.
Hay un consenso sobre la importancia del trabajo re-educativo
con hombres en nuestro país, pero siendo un trabajo muy
significativo, es débil en términos de la ofer ta programática
y de las posibilidades de sistematizarlo y generar un modelo
chileno para trabajar con hombres que ejercen violencia. Por
eso es interesante una capacitación en el modelo de Duluth,
para conjugar lo teórico con lo práctico.
Me gustaría plantear tres cosas en par ticular y una tiene que
ver con circunscribir desde donde SERNAM ve el trabajo re-
educativo con hombres agresores. Para ello es impor tante
contarles lo que estamos haciendo como SERNAM, hoy día
y en los últimos años. En el año 2006, nosotros contábamos
con 30 centros de atención a mujeres victimas de violencia
domestica y hoy día tenemos el triple de centros. Hoy día
contamos con 25 casas de acogidas a través de todo el
país, en varias regiones hay más de una casa, lo que nos ha
permitido que cerca de 200 usuarias hayan pasado por estas
casas junto a sus hijos. Hemos ido haciendo coordinación con
otros actores, y hay un porcentaje significativo de mujeres
de casas de acogida que sale con capacitación en distintos
oficios, muchas de ellas han conseguido trabajo, otras han
nivelado estudios. Las redes protectoras han aumentado
significativamente.
22
Es el estado en su conjunto el que tiene que hacerse cargo
de la violencia contra la mujer ; SERNAM es un organismo
coordinador de políticas públicas. Que exista violencia de
género contra la mujer en este país, en todos los países
del mundo no es solo un problema de un sector, es un
problema político y publico y por ello firmamos convenio
con nueve repar ticiones públicas, para ir generando una red
de protección. Un ejemplo: en un momento un matutino
señaló un aumento de un 40% de la violencia intrafamiliar,
ahí llamaron a la Ministra, para cuestionar qué pasa porqué
el aumento. El punto es que si hay más denuncias, hay más
visibilidad de la problemática. El 40% del aumento en lo penal
se vincula a que ahora el Ministerio Público visibiliza delitos
y conductas de hombres que ejercen violencia, que antes no
eran contabilizadas como tal, lo que se debe en gran par te
al esfuerzo hecho por el Ministerio Público pero también
porque SERNAM ha capacitados en todas las regiones del
país a fiscales, a los/as consejeros técnicos, los que apoyan la
unidad de victimas y testigos y esto tiene que ver con que
funcione realmente la intersectorialidad.
Respecto de trabajar con hombres que ejercen violencia,
cuando me tocó ir a Guatemala y las mujeres que estaban
en la exposición decían, “pero porqué ustedes no tienen
programas con hombres agresores” y las mismas mujeres lo
piden. Obviamente hay matices, con quién trabajar, quiénes son
más re-educables. Nosotros hablamos de re-educacion, no de
terapias, esto no es un problema psicológico, aún cuando puede
haber aspectos de tipo cognitivo como los que mencionaba
Miguel, pero entendemos que es un problema sociocultural,
de hegemonía patriarcal y se manifiesta finalmente a través
de la violencia y necesitamos como estado tener una ofer ta.
Como gobierno tenemos una mirada de re-educación, de
reinserción, de dar opor tunidades ya que hay que tener en
cuenta que hoy nuestro país tiene las más altas tasas per
cápita de personas en la cárcel.
En atención a lo anterior hemos venido trabajando con el
Ministerio del Interior, para que dentro de los fondos que
apoyan gestión municipal se incluyan programas que trabajan
en esta línea; es una buena iniciativa pero dependen de las
voluntades políticas de turno. Hicimos orientaciones técnicas
con perspectiva de género, desde la mirada de las victimas;
después estuvimos trabajando con el Ministerio de Justicia y
nos alegra que hoy se abra la posibilidad de institucionalizar
el trabajo re-educativo con hombres que ejercen violencia.
Como SERNAM estamos muy comprometidos en seguir
trabajando más fuertemente con el Ministerio de Justicia, para
incorporar elementos que creemos deben estar.
Consideramos que el hombre debe responsabilizarse de su
conducta infractora, del delito cometido.
Por otra par te, nos parece impor tante que esto sea una
sanción alternativa y no una alternativa a la sanción, que
lleve a una sensación de impunidad; acá lo primero es la
protección de las victimas.
Hay varias interrogantes al respecto: ¿si un hombre no va a
un taller, qué pasa con él?, ¿cómo hacemos el seguimiento?,
¿cómo evitamos que vaya a ejercer violencia contra la mujer
nuevamente?. Desde la protección a las mujeres, entendemos
que muchas veces la mujer logra empoderarse y deja al
agresor, pero él puede hacer pareja con otra persona y eso
va generando otras relaciones de violencia.
Respecto de la red comunitaria, es impor tante que a medida
que construimos y vamos haciendo el trabajo práctico, ir
sistematizando para crear conocimiento y un modelo basado
en los modelos teóricos imperantes, teniendo en cuenta la
realidad, es decir, no es lo mismo trabajar con hombres que
ejercen violencia en España, en Sudán, etc. si bien deben
haber patrones comunes, los seres humanos tenemos la
diversidad de formas de manifestarnos, por tanto debemos
generar un modelo que involucre una ver tiente de carácter
mas chileno.
Finalmente una reflexión acerca de cómo pasar de la
masculinidad hegemónica a una distinta en la que los hombres
ganan con el cambio de su compor tamiento patriarcal. No
es fácil responder esa pregunta, pero si creo que al descubrir
que he ejercido violencia y alguna vez fui víctima de ella,
puedo ser capaz de sanarme y puedo integrar todas mis
penas, dolores y miedos, eso es notable. Es necesario trabajar
esos aspectos.
23
 PROYECTOS PILOTOS DE ATENCIÓN PARA HOMBRES
QUE EJERCEN VIOLENCIA CONTRA LA MUJER,
Ministerio de Justicia
Sergio Henríquez Galindo: Abogado de la Universidad de
Chile, Magíster en Derechos de la Infancia, la Adolescencia
y la Familia de la Universidad Diego Portales. Diplomado
en Responsabilidad Penal de Adolescentes de la Pontificia
Universidad Católica de Chile. Diplomado en el Nuevo
Proceso Penal por la Universidad de Chile. Curso
Internacional de Derechos Humanos de las Mujeres por el
Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José de
Costa Rica. Curso “Técnicas Psicosociales para la Atención
de Víctimas de Violencia Intrafamiliar” por la Corporación
DOMOS. Abogado del Departamento de Menores de la
División de Defensa Social del Ministerio de Justicia,
encargado del Plan de Igualdad de Oportunidades entre
Hombres y Mujeres, y parte del equipo de implementación de
los Programas Pilotos de Atención a Hombres que Ejercen
Violencia contra la Mujer.
Una primera pregunta –que fundamenté frente a distintas
autoridades principalmente el Ministerio de Hacienda– se
vincula a la inversión en centros de atención de hombres
que ejercen violencia hacia las mujeres. Al comparar con
otras experiencia no existía mucha información porque son
incipientes, sin evaluación de impacto y breves los tiempos;
sin embargo reunimos la información necesaria para poder
fundamentar porqué desde las políticas publicas debemos
preocuparnos de este tema.
Las cifras de violencia, de maltrato, femicidio y otras
manifestaciones de discriminación y violencia iban en aumento.
El 97% de chilenos y chilenas consideran el problema de la
violencia intrafamiliar como un tema de central impor tancia.
Se analizaron gráficos que muestran que el nivel de denuncia
VIF aumentó en un 284% desde el año 1995 al 2007, lo que
no quiere decir que la violencia haya aumentado, sino más
bien que las políticas públicas han permitido visibilizar el
fenómeno y fomentar la denuncia, pero hay que hacer algo
con eso. Además tenemos el mandato de la Presidenta de
24
la Republica al Ministerio de Justicia como a SERNAM para
el diseño de un programa de atención de hombres que
ejercen violencia hacia la mujer. Desde el punto de vista legal
y como otra justificación está la implementación de centros
de atención para hombres que ejercen violencia contra las
mujeres, a partir de la Ley 20.066 que claramente la establecía
como una sanción.
En febrero de 2008 se reunieron diversas instituciones:
Ministerio Público, ONG’s como Pronovif, Ministerio de Salud,
del Interior, Fundación Paz Ciudadana, entre otras, con las que
se fue generando conocimiento, debates, discusión, examen de
experiencias comparadas, para dar como resultado el diseño
de un programa que fue validado por ambas instituciones.
Enrique Echeburúa fue uno de los primeros exper tos
internacionales que conocimos en su visita a Chile el año
pasado, y que nos expuso su experiencia con los programas
en España. Para nosotros fue una orientación frente a las
dificultades y peligros que íbamos a enfrentar y nos fue
dando más argumentos para ir justificando la necesidad de
tratar a los hombres que ejercen violencia contra la mujer.
Sin perjuicio de todas las observaciones que se puedan hacer
a su forma de intervenir, el modelo que utilizó para evaluar
sus propios programas, tuvo impacto. La noticia que salió en
el mercurio señalado que sus programas tenían un 80% de
éxito en hombres que terminaban su tratamiento. De los
hombres que entraban a sus programas, el 48% rechazaba
el tratamiento, y del 52% restante que permanecían, había
una tasa de 81% de éxito al terminar el tratamiento, la que
se disminuía a los 3 meses siguientes a un 69%. Se tomó
en consideración, entre otros, a Andrés Quinteros, Donald
Dutton en su libro “el golpeador : un perfil psicológico”. Algo
nos revela su experiencia, también fue perito en el caso de
O. J. Simpson.
Lo que quiero destacar es la tasa de reincidencia en cuanto
a los hombres que habían sido tratados y los que no habían
sido tratados, comparando dos grupos de 50 hombres.
Durante la vigencia de sus medidas judiciales mantuvieron
una tasa de reincidencia de un 4% en ambos gr upos;
no había o no se obser vaba mayores diferencias, pero
terminada la medida judicial, quienes se habían sometido al
programa de tratamiento, habían mantenido la tasa del 4%,
y quienes no se había sometido al tratamiento, lo habían
subido a un 40%. Esto es solo uno de los argumentos
que ocupamos para validar este programa, también los
instrumentos internacionales, la obligación que nos da la
CEDAW, la convención Belém Do Pará, que obliga al Estado
de Chile a realizar todas las gestiones y mecanismos que
sean necesarios para poder prevenir o erradicar toda forma
de violencia contra la mujer.
El objetivo principal de los centros es proteger a la mujer,
¿cómo?. Ya hemos recibido comentarios en este proceso y los
vamos a seguir recibiendo, de que aquí los hombres se están
beneficiando porque están recibiendo el tratamiento, entonces
está el peligro de considerarlos como enfermos y no como
responsables de sus actos. Yo creo que efectivamente le va
a traer una mejoría en su calidad de vida, pero el nor te de
nuestro programa, va a ser siempre la protección de la mujer,
porque en la medida que intervenimos con los hombres, sus
parejas actuales o las que vayan a tener en el futuro son las que
se van a ver beneficiadas porque va a haber una disminución
o una erradicación de la violencia.
Van a depender de Gendarmería de Chile. Nuestro sistema
normativo y orgánico nos da cuenta que la institución que
mejor contempla entre sus fines y su ley orgánica, este tipo
de asuntos es Gendarmería de Chile, por supuesto bajo el
acompañamiento, la asesoría y la mirada de la Subsecretaría de
Justicia y el equipo que ha estado trabajando en este tema.
Los proyectos pilotos, están diseñados por supuesto para
continuarse en el tiempo, pero también para ser evaluados en
distintas formas de trabajo y por tanto, no debe esperarse una
atención para toda la demanda que es enorme en cada región.
Van a instalarse en la 2º, 3º, 5º, 8º y Región Metropolitana. En
esta última sólo en las comunas per tenecientes a la Fiscalía
Nacional Metropolitana Centro Nor te.
Dos programas van a comenzar a funcionar en el mes de
diciembre (5º y Región Metropolitana), y en el mes de
enero del 2010, comenzarán a funcionar los demás (2º, 3º y
8º regiones).
En las regiones 2º, 5º y metropolitana estarán compuestos
por : un coordinador/a psicólogo/a, un trabajador/a social, un
secretario/a, un auxiliar de aseo y un administrador/a de casos.
¿Por qué en estas regiones hay un administrador de caso y
en las demás no?. Vamos a tener dos modelos de interacción
de estos programas con el sistema judicial, por ejemplo: en
el caso de las regiones que contienen un administrador de
casos, vamos a tratar de implementar una lógica de tribunal
de tratamiento de violencia intrafamiliar. Similar al tribunal
de tratamiento de drogas, en los que hay audiencias de
seguimientos periódicas en tribunal. En otras regiones entonces
podemos tener otra forma de interactuar con el sistema para
poder evaluar como funciona en cada región.
Atenderá a hombres mayores de 18 años, que sean derivados
del sistema judicial penal, por ser imputados o condenados
por delitos vinculados a la violencia contra su pareja mujer
en el contexto intrafamiliar. Se estima que no deberían ser
menos de 30 plazas por centro.
Entonces habrá un modelo de tribunales de violencia
intrafamiliar donde hay un administrador de casos, audiencias
periódicas, también un modelo de ofer ta programática más
general, que se va a evaluar en dos regiones y aspectos
comunes que tienen todos estos proyectos: una fuer te
coordinación interinstitucional con todos los sectores, tanto de
las ONG’s como del sistema judicial, del Ministerio Público, la
Defensoría Penal, el Ministerio de Salud, todos los que tengan
que intervenir. Capacitación, especialización, seguimiento y
evaluación. Por supuesto tenemos que desarrollar y resolver
25
muchos problemas, que ahora ni siquiera podemos visualizar,
porque no lo hemos implementado, y que van a ir surgiendo
en el camino, pero es la naturaleza propia de los proyectos
pilotos y que estarán seguramente sujetos a cambio en
cuanto a su orientaciones técnicas, a los circuitos que tiene
que seguir un hombre que ejerce violencia contra la mujer
y que entra en estos programas y que van a ser motivo de
modificaciones progresivas hasta que podamos asentar un
modelo definitivo en el tiempo.
 Preguntas del Público y Respuestas de los/a
Expositores/a Segundo Panel
Sergio Henríquez, Ministerio de Justicia Chile
 Estamos focalizando en hombres que ingresan al circuito
⇒ Sobre el enfoque y la metodología de trabajo con hombres
que ejercen violencia en los centros
Sobre la perspectiva clínica, no nos hemos casado con ninguna
perspectiva. En la experiencia comparada hay de todo; por
ejemplo, si van a Nueva York a visitar el programa de trabajo
con hombres que ejercen violencia, este consiste en una
supervisión de control de que el hombre cumpla con las
medidas judiciales y recomienda no tener intervención de
ningún tipo, porque eso no resulta. Tienen desde eso hasta
cier tas intervenciones psicológicas, cognitivas conductuales,
que seria lo que resultaría más, las socioeducativas y de
género. Nosotros queremos instalar lo que funcione mejor
y por eso los pilotos que van a funcionar de manera distinta
según región.
El trabajo con las redes sociales, es un tema muy presente,
porque lo que observamos de la experiencia comparada es
que los hombres que tienen redes sociales pobres, tienden a
ser mucho más violentos o a subir en escalas de violencias.
La pregunta de quien es responsable de la agresión, si
un hombre maltrata a su pareja está claro donde esta la
responsabilidad, incluso en el tema de la violencia cruzada,
lo que vemos es que hay una provocación del hombre y se
genera esa situación. Ahora sí es responsabilidad también de
la sociedad y del estado, porque este suscribió convenciones
internacionales de derechos humanos y está obligado a hacerse
cargo de un problema que es del 50% de la población.
26
Son inter venciones que se van a dividir entre psicólogos,
no sé si abogados, pero serán intervenciones individuales,
grupales, con diferentes metodologías. Reitero, nosotros no
nos casamos con la metodología cognitiva conductual, aunque
es la más popular porque es la mas fácil de medir, pero hay
que mirar todas las formas y las antesalas mas exitosas para
poder intervenir y la naturaleza del programa piloto es mirar
como funciona para ir cambiando. La idea es ir validando el
programa y en referencia a con casos exitosos expandirlo
a otras regiones y engrosar el personal para poder otorgar
una mayor cober tura.
⇒ Sobre fórmulas legales para mantener a los hombres en
estos programas.
penal, por tanto las vías de ingreso son coercitivas. Hay una
vía de ingreso que puede ser numerosa por las suspensiones
condicionales de procedimiento, pero cuya consecuencia por
incumplimiento es simplemente reanudar el procedimiento.
Como la estadística nos muestra, las condenas muchas veces,
por la gravedad de los delitos, son muy bajas. Entonces se
podrán encontrar casos en que se condenó a un hombre y
la condena fue una multa, entonces qué es mas gravoso, ¿un
tratamiento por un año y siempre bajo la condición de que si
no cumple se reanuda el proceso con la probable condena que
va a obtener? o ¿la condena de multa que pagará fácilmente?.
Hay que revisar también el carácter ontológico de la sanción,
las sanciones penales, sobre todo en el derecho penal no se
miden por el nombre, sino en cuanto a su impacto y en la
real afectación de la liber tad y el derecho.
⇒ Sobre las organizaciones que trabajan con mujeres que
fueron consultadas.
Cuando iniciamos el diseño, nos juntamos en una mesa con el
Ministerio Público y en esa mesa estaba Pronovif. Tratamos de
acercarnos a algunas organizaciones e instituciones importantes
pero no hubo respuesta, lo que no nos extrañó, porque hablar
de este tema no es muy simpático porque se cuestiona de
que en vez de dedicarnos a trabajar con hombres que ejercen
violencia contra la mujer, no nos dedicamos a trabajar con las
mujeres, que son las victimas, no es un tema fácil y ha sido
todo un trabajo de convencimiento, dialogo, de levantar el
tema por ejemplo, desde la academia..

⇒ Sobre criterios de focalización en regiones.
Hay estadísticas de ingreso de VIF, de demandas, de
suspensiones condicionales y condenas, todas las cuales
fueron observadas en el Ministerio de Hacienda. Nosotros
habíamos postulado cuatro programas y lo sorprendente es
que Hacienda asignó recursos para cinco. Eso significa que
el discurso está dando resultados.
⇒ Sobre tiempo de permanencia en el centro penitenciario
y participación de la pareja.
Estamos sujetos a las reglas legales. En cuanto a la intervención
técnica, cuyas orientaciones se están terminando y según
la experiencia comparada, debiera durar entre dos meses
a un año. Creo que depende del diagnostico que se haga
del sujeto. Estimamos que podría ser en promedio un año,
pero es algo que tenemos que ver con la metodología que
se va a implementar en cada centro. Nosotros no estamos
en centros penitenciarios, no trabajamos estos programas
en medios cerrados. Sobre la par ticipación de la pareja, no
par ticipa directamente en el programa; lo que está pensado
es una coordinación con programas que atienden a la victima
y le dan protección y asesoría; por ejemplo, los centros de
SERNAM, las casas de acogida. La coordinación será entre los
equipos, junto con la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos
del Ministerio Público y con el/la administrador/a de casos,
que también tendría ese papel de coordinación, para saber
y contrastar información, porque la mujer es quien mejor
puede repor tar el avance de la intervención.
Miguel Ramos, Perú

⇒ Sobre tipificación de la violencia sexual dentro de la familia
en la ley peruana.
A partir del cambio del código penal se incorpora por primera
vez el delito de violencia sexual al interior de la pareja, del
matrimonio, considerando a la mujer como sujeto de derecho
en el tema legal. En lo práctico y cultural se mantiene la
situación anterior, o sea, muchos hombres siguen considerando
el tema sexual como un asunto de honor y de su propiedad.
Cuando he preguntado en los centros de emergencia del
Ministerio de la Mujer, cuántas denuncias hay de violencia
sexual al interior del matrimonio, casi no hay; casi el 99% de
las denuncias por violencia sexual en los centros de atención
de emergencia de la mujer, son por delitos de violencia sexual
a menores de edad, a niños a niñas, adolescentes, pero no
al interior de la relación de pareja. Son rarísimos los casos
en los cuales hay denuncias sobre violencia sexual dentro
de la pareja.
⇒ Sobre lo que ocurre con la mujer víctima mientras trabajan
con el hombre en el primer nivel y el monitoreo de control
de riesgo, especialmente en casos de violencia física/
sexual.
Reconozco que esa es una de las debilidades. Nosotros
queríamos desde el principio trabajar como lo hace Coriac
en México; trabajar simultáneamente con una institución de
mujeres. En Perú lo intenté a través de una institución pero no
prosperó. Viendo la historia del movimiento feminista del Perú,
los primeros grupos de mujeres que se reunían trabajaban
mucho el tema del empoderamiento, el desarrollo personal,
pero hace mucho tiempo que no lo hacen. Las mujeres de
los grupos feministas que hay en Perú, en las ONG’s, hacen
principalmente acompañamiento jurídico a las mujeres, y en
el caso de una institución que se llama DEMUS, le otorgan
contención psicológica en el proceso judicial, pero no hay
un trabajo como el que hacemos nosotros con los hombres
de empoderamiento y de crecimiento personal. Tenemos
que avanzar hacia eso, pero no tenemos la capacidad, ni
tampoco somos par te del Estado, porque hacemos esta
experiencia desde la Universidad. Intervenir inmediatamente
y proteger a la mujer forma par te de la responsabilidad del
estado, de la policía, la fiscalía y no se hace o se hace aún
inadecuadamente.
27
⇒ Sobre los niveles de intervención y el paso de un nivel
hacia otro.
Por otro lado, uno de los requisitos para que los hombres
pasen del primer al segundo nivel es una entrevista con
la pareja, pero si la pareja ya no quiere saber nada de
esta persona es difícil. En los casos en que hemos logrado
entrevistar a las parejas, las mujeres plantean que sí ha
dejado de violentar físicamente o sexualmente, pero sigue
la violencia emocional. Nos dicen “ahora el problema es que
se ponen en una posición de superioridad”; por ejemplo,
“yo cuando le reclamo algo el me dice te estás poniendo,
mira tu cara como se está poniendo, así yo me ponía antes
de ir al programa”, y la mujer se empieza a enfurecer por
esta actitud. Entonces ya aprendió a no pegarle, pero asume
violencia emocional y muchas veces utiliza el programa para
hacerlo, entonces esas cosas las trabajamos muy fuertemente
del primer al segundo nivel. Del segundo al tercer nivel no
hacemos entrevistas, sino mas bien cuestionarios que ellos
tienen que desarrollar ; en la medida que ellos van de manera
voluntaria, hacen estas evaluaciones que nos permiten ver
cuál es el proceso que ellos están siguiendo y si están listos
para pasar al tercer nivel.
⇒ Sobre su opinión respecto del plan piloto de implementación
en Chile para trabajar con hombres agresores.
Creo que junto con ir a un programa tiene que haber una
sanción para los hombres, que no necesariamente puede
ser cárcel, sino por ejemplo, a través de trabajo comunitario
obligado y no en cualquier cosa, sino en trabajo físico, limpieza
pública, en jardines a través de los municipios, que podría
28
ser más que un cargo de tantas horas ahí sentado. Hay que
trabajar una respuesta comunitaria coordinada que garantice
que esto funcione que proteja a la mujer y que los hombres
puedan cumplir y si no cumplen que no quede impune.
⇒ Sobre el perfil de los hombres que atienden en Perú.
Van hombres de todas las clases y sectores sociales, de todos
los niveles educativos y no hay ningún problema, porque
nuestro programa no es un programa desde la discusión
conceptual, sino que desde la experiencia de cada hombre y
ahí todos los hombres nos igualamos. Ahí no se ve la diferencia
de si tú tienes un master o primaria o secundaria, ahí todos
los hombres nos igualamos en nuestra propia experiencia.
Cristian García, SERNAM Chile

⇒ Sobre el trabajo con hombres que ejercen violencia desde
los centros de SERNAM.
Desde SERNAM no vamos a desarrollar un programa de
trabajo re-educativo con hombres, porque es el Ministerio de
Justicia el mandatado a hacerlo, pero si vamos a colaborar en
que se pueda dar un buen trabajo en esta línea. Yo mencionaba
el ejemplo del Ministerio Público, o por ejemplo, el de la
Cor te Suprema con los tribunales de familia, con quienes
hemos firmado un convenio bastante inédito, en que vamos
a completar prácticamente la totalidad del país con juezas y
jueces de familia capacitados, consejeros técnicos, etc., y eso
creemos nos ha permitido que haya una mayor sensibilización
de la problemática de la violencia contra la mujer y que haya
una mirada desde el género. Lo mismo estamos dispuestos ha
hacer con el Ministerio de Justicia, donde podríamos –sujeto
a definición de la Ministra– capacitar a los equipos, para que
puedan tener las herramientas necesarias para el trabajo
re-educativo con agresores.
Se ha visto también a nivel internacional que cuando se
trabaja con hombres que ejercen violencia más grave o que
pudiera terminar en femicidio, las posibilidades de que haya
re-educación son menores, a diferencia de cuando se trabaja
con hombres que ejercen violencia menos grave, que son
la mayoría. El perfil debiera por un lado atender a mayores
probabilidades de re-educación y por otro, a que si existe
riesgo vital o violencia, el tema es bastante más punitivo y si
en la cárcel hay programas re-educativos está muy bien.
⇒ Sobre el porcentaje de mujeres que vuelve a vivir con
los agresores luego de egresar de las casas de acogida,
en consideración a la necesidad de vivienda e inserción
laboral.
El porcentaje de mujeres que vuelve con el hombre que ejerce
violencia, es de aproximadamente un 30% de las que ingresan
a casas de acogida; de ellas aproximadamente el 80% lo hace
porque quiere volver definitivamente con el agresor (una de
cada cuatro mujeres), pero paralelo a eso, la mayoría de las
mujeres que han egresado de las casas de acogida, incluso
muchas que han deser tado, se van a vivir con terceros, con
familias cercanas, incluso hay muchas de ellas que arriendan
una nueva vivienda y que no vuelven a vivir con el hombre
que ejerció violencia. Tenemos un convenio con el Ministerio
de Vivienda que apunta a que tengan acceso prioritario y más
expedito a vivienda, porque muchas veces es el marido en el
que compró el inmueble y por tanto ella no puede postular
nuevamente a un subsidio.
⇒ Sobre el trabajo paralelo con los hombres agresores,
mientras las mujeres se encuentran en las casas de
acogida.
Hoy día sí va a haber la posibilidad de los centros que
trabajarán con los hombres que ejercen violencia. De ser
efectivo el piloto puede transformarse en una política pública,
porque debiéramos atender no solo los efectos, sino también
abordar las causas, y en las causas esta el ejercicio de la
masculinidad hegemónica y todo lo que ello conlleva para
muchísimas mujeres en nuestro país y en el mundo entero.
DIALOGO INTERSECTORIAL
El diálogo intersectorial denominado “Políticas Públicas
en Violencia hacia las Mujeres en la Familia, desafíos del
Trabajo con Hombres”, se realizó durante la tarde del día 4
de noviembre de 2009, en la sala auditorio del Centro de
Desarrollo de Estudios Alternativos, CENDA.
Con el objetivo de profundizar en el debate y los desafíos
de la inclusión del trabajo con hombres en la política pública
de violencia intrafamiliar en Chile, fueron convocados a
este espacio, representantes de sectores públicos, panelistas
internacionales y nacionales, organizaciones patrocinadoras y
organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el ámbito
de género y/o violencia. Los sectores públicos convocados
fueron: SERNAM, Ministerio Público, Defensoría Penal Pública,
Ministerio de Justicia, División de Seguridad Pública, Ministerio
de Salud, CONACE y Policías (Carabineros de Chile y
Policía de Investigaciones). Asimismo fueron invitados una
representante de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica
y Sexual, un representante de la Red MenEngage que trabaja
en el tema de masculinidades, una integrante del Observatorio
de Género y Equidad, una representante de la Fundación
Dyti “Del Dolor a la Esperanza”, organización aliada de
DOMOS creada por el entorno social y familiar de una mujer
víctima de femicidio el año 2007 y una mujer representante
del programa “AsociaRSE”, que implementa DOMOS para
promover la autonomía económica de mujeres víctimas de
violencia doméstica.
De los sectores públicos convocados, no asistieron por
dificultades de último momento en la agenda: SERNAM,
Minister io Público, Minister io de Salud y Policía de
Investigaciones. Adicionalmente asistió una Fiscal de la Cor te
de Apelaciones de Santiago, y la Encargada de un Centro
de Atención a mujeres víctimas de violencia de la Comuna
de Peñalolén, dependiente del SERNAM. Junto a los/as
representantes de sectores acompañaron este diálogo el
sociólogo exper to en masculinidades y coautor de la guía de
prevención para trabajo con hombres elaborada por DOMOS,
José Olavarría y los especialistas de Perú y España, junto al
Director de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad
Academia de Humanismo Cristiano.
30
La iniciativa fue altamente valorada por los/as asistentes, ya
que no son frecuentes los espacios de diálogo e intercambio
de visiones y experiencias entre los propios sectores
públicos con competencia en materia de VIF y de éstos
con organizaciones de la sociedad civil, para abordar las
dificultades y desafíos en la materia, especialmente en cuanto
a coordinación intersectorial en la ruta de la respuesta
pública que deben seguir las mujeres víctimas de violencia,
así como los hombres que son denunciados por estas
prácticas.
A cada uno/a de los/as representantes se les había solicitado
previamente presentar en un tiempo de diez minutos su
perspectiva y experiencia en el trabajo con hombres que
ejercen violencia, para dar paso al intercambio sobre visiones,
aprendizajes, nudos críticos y buenas prácticas derivadas de
las experiencias sectoriales.
A modo general, cabe destacar que en este diálogo se
refrenda la existencia de enfoques comprensivos disímiles en
el abordaje de la violencia hacia las mujeres en el contexto
intrafamiliar, par ticularmente en la integración y aplicación
de un enfoque de género y de sujetos de derechos. Las
fronteras organizacionales de cada sector, sumado a la falta
de recursos humanos suficientemente calificados/as y de
recursos económicos / materiales, junto a la sobrecarga
de trabajo para equipos reducidos, continúa destacándose
como una de las dificultades principales para un trabajo mas
coordinado y ar ticulado en función de respuestas adecuadas
y opor tunas a las víctimas y ofensores.
A continuación se presenta una síntesis de lo expuesto por
cada par ticipante, incluido lo que cada uno/a planteó en el
diálogo posterior a cada presentación:
Sergio Henríquez, Unidad de Defensa Social, Depto.
 Son 30 plazas y es un piloto que tiene recursos para ir
de Menores, Plan de Igualdad de Opor tunidades entre
Hombres y Mujeres, Ministerio de Justicia
El Programa Piloto que estamos iniciando “Atención de
hombres que ejercen violencia contra la mujer”, se llama
así, porque no funciona un programa que busca reinser tar
socialmente o cambiar conductas violentas cuando se llama
a una persona “esencialmente agresor”. En segundo lugar,
se acota técnica y estratégicamente que es contra su pareja
mujer y no sólo contra la pareja. La razón es que hacer una
inter vención en parejas homosexuales significa una mayor
especificidad y competencia para abordar ese tipo de
fenómeno. Asimismo, se define que es para mayores de 18
años, porque si fuesen adolescentes se requiere una doble
especialización. Tuvimos que convencer a mucha gente sobre
la validez del tema, lo logramos, y nos dieron los recursos;
en mi opinión así se construye políticas públicas.
Hay otras cosas anexas, por ejemplo: cuando el hombre
que ejerce violencia contra la mujer tiene un consumo
problemático de drogas o alcohol. En los tratamientos de
drogas, el 50% o más son personas imputadas o condenadas
que llegan a dicho programa por registro de violencia
intrafamiliar. Entonces, ¿qué es primero?, ¿mandamos al sujeto
a los dos programas de tratamiento en violencia intrafamiliar
y de drogas?, ¿o al de drogas primero y luego al de violencia
intrafamiliar?. Hay estudios que indican que hombres que
tienen problemas de alcoholismo y de violencia, reducen sus
niveles de violencia si se soluciona el alcoholismo; pero no
es así con otras drogas.
Por otro lado, está el tema de la salud mental: ¿en qué contexto
debe par ticipar el MINSAL, cuándo y cómo?. Se indica que
no es per se un problema de salud mental; sin embargo,
puede estar asociado a un problema de salud mental si hay
un consumo de droga y alcohol u otra patología mental. En
tal caso, ¿cómo se interviene cuando hay un problema de
salud mental en hombres que ejercen violencia hacia la mujer?.
Estamos trabajando en orientaciones técnicas y guías clínicas
de salud para ello.
Por lo anterior sabemos que se hará chico el programa.
midiendo y validando instrumentos, porque como indiqué en
el seminario tendremos modelos distintos de funcionamiento
según regiones. El modelo de tribunal de tratamiento de
Violencia Intrafamiliar es más caro que el modelo general;
pero queremos ver si genera mayores niveles de adhesión
al programa, porque por ejemplo, implica un control judicial
periódico, mensual, con audiencia ante el juez que no tiene
el otro modelo.
Sabemos que podemos contar con la ayuda de varias
instituciones, entre ellas CONACE. Ya hemos tenido reuniones
con la fiscalía regional y la corte de Apelaciones de Valparaíso,
con Defensoría y Fiscalía Nacional, Fiscalía Centro Nor te y
fiscalías regionales que están interesadas en acoplarse en
este proyecto.
Desde la validez de este proyecto, es necesario tener en
cuenta criterios que maneja Hacienda. Hacienda puede
asignar dos mil o tres mil millones de pesos para construir
una cárcel, una serie de consultorios e inmuebles, pues ahí
tiene que asignar recursos por una sola vez. Pero asignar
cien millones de pesos para un programa como este es más
complejo, porque saben que es gasto permanente. Debe
entenderse la rentabilidad económica de la acción educativa.
Nosotros competimos, por ejemplo, contra la vacuna de la
influenza porcina que el próximo año se va a masificar ; con
la infraestructura, los recursos para jardines infantiles. Por eso
destaco que solicitamos cuatro programas y nos asignaron
recursos para cinco, lo que es muy buen indicador.
Nosotros tenemos un principio básico: creemos en que el
ser humano puede transformarse. Tenemos un problema
grave de hacinamiento y seguimos haciendo cárceles. Y
aquí hay una apuesta al cambio del ser humano. Pero no
querernos inter venir con todos los hombres que ejercen
violencia contra la mujer, y para eso hay diagnósticos que
descar tan cier tos perfiles de quienes no son tratables. Por
ejemplo, los psicópatas; aquellos que no reconocen la violencia
31
en ningún momento. Es extremadamente impor tante contar
con psicólogos calificados en el diagnóstico.
En general, tratamos de no atribuir características específicas
de un delito a una persona, hombre, mujer, niño, adolescente.
Por ejemplo, un hombre que egresa de una audiencia donde
ha sido derivado a un “programa para delincuentes o para
agresores”, no ayuda mucho al trabajo que queremos
realizar.
No veo grandes discrepancias entre lo que hemos planteado
unos y otros. Creo que solo políticas de retribución no sirven.
Podemos tipificar el femicidio, aumentar las penas, pero vemos
que el magnicidio fue tipificado con las penas más altas y
siguió el magnicidio. Quizás la solución es dar más trabajo,
educación, prevención, una educación no sexista, de género,
mejor salud. Pero es cier to, la mujer no puede esperar que
los hombres cambien.
Creo que es una buena forma de plantear política pública,
como lo que se está haciendo con el programa de drogas,
y estamos tratando de imitarlo para que tome fuerza. Falta
más diálogo, es un tema emergente, pero esperamos tener
más instancias donde seguiremos conversando.
Alejandra Castillo, Departamento de Estudios y Proyectos,

Defensoría Penal Pública
Estamos realizando un estudio sobre construcción de la
defensa, según imputado o imputada, defensor o defensora. No
compartimos la perspectiva que plantea el endurecimiento de
32
las penas, sino la re-educación. Hay que tratar de establecer
un sistema de sanciones adecuadas, ya que en este problema
hay elementos específicos de lo afectivo-sentimental.
Estamos trabajando en el contexto de VIF porque es lo más
nuevo y consideramos que tenemos un enfoque de género que
no han incorporado en la misma medida el Ministerio Público
y el Poder Judicial. Es un tema que viene a cambiar gran parte
de la legislación penal. Evidentemente los delitos sexuales
o abusos sexuales, son relevantes, para eso trabajamos con
procesamiento de datos y análisis. De los estudios cualitativos,
salió un resultado que refleja que en el autor del delito no
son solo hombres, y ahora hay proyecto de ley que quiere
extenderlo a las mujeres, lo cual es un absurdo.
Cuesta internalizar que la finalidad del derecho penal hoy, no
es encarcelar a todos porque no es efectivo. La efectividad
de la eliminación de la violencia y la delincuencia, es la re-
socialización y la re-integración social. Entiendo que ustedes
busquen que se cumpla la Ley y hay resquicios legales que
permiten que el hombre salga libre. Pero la finalidad es
preventiva general y también de re-inserción.
Marisol Torres, Encargada de la Unidad de Tribunal de

Tratamiento en Drogas, Comisión Nacional de Control
de Estupefacientes, CONACE
Estamos en el desafío de abordar un tema para el que no
tenemos experticia, encontrándonos con un problema de salud
mental, asociado a un imputado por un delito específico, que
no es cualquier delito, que tiene determinadas características.
Nos preguntamos ¿dónde está la intervención troncal?, porque
nosotros somos complementarios. En salud, no hay lineamientos
suficientes, sino más bien una distinción de nivel nacional y
local. Desde el nivel nacional hay un lineamiento de violencia
de género, pero en la actualidad no hay una orientación, una
norma técnica que diga cómo intervenir con este hombre
imputado como lo hay en drogas y en patologías.
El Ministerio del Interior estaba trabajando en la temática
a través de Seguridad Pública y se generó una ar ticulación.
Con Justicia estaba la inquietud de poder trabajar con los
hombres agresores e insistimos y conversamos sobre la mejor
metodología. Hace dos años estamos probando y este año
 encontrándonos con que en las regiones, no evidencian la
necesidad; atienden indistintamente a un agresor o a una
persona que ha ejercido violencia con drogas. Creemos que
deben aplicarse intervenciones específicas.

En la Región Metropolitana, encontramos que en cuatro

centros le dan importancia al diagnóstico, incluyendo en esto
lo biomédico. Junto con el diagnóstico, es necesario tener
una definición metodológica para la inter vención y tener
acciones concretas. Otros cinco centros que se definen como
complementarios derivan.

Los centros dependen del CONACE y son la ofer ta para la

población general. Dentro de ellos están estos 49. La otra
debíamos evaluar la metodología en tratamiento de drogas,
mitad se declara complementaria, es decir recurren para
pero es necesario se defina quién se va a hacer cargo a nivel
que se hagan cargo de esta temática a la red que existe en
central de trabajar con este grupo de personas. Estamos
los municipios, en los centros de salud municipal. El plus del
definiendo lineamientos en la mesa de trabajo con MINSAL,
Tribunal de Tratamiento, es que no solo se hace cargo de
Seguridad Pública y Ministerio de Justicia.
mejorar la calidad de vida desde una perspectiva de salud
mental, sino que también apoya la temática de seguridad
Desde nuestra experiencia de abordaje desde lo local con los
pública, porque con ello se disminuye la presencia del delito.
municipios y la implementación de proyectos con Seguridad
El modelo era lineal en cuanto a que se asignaba el delito
Pública, en la Comuna de Peñalolén, por ejemplo, hicimos
por el consumo, pero estamos viendo que trabajar con los
reuniones con el Alcalde, ya que esto no funciona si no
agresores nos saca de esa relación causal y nos sitúa en una
hay compromisos políticos reales que hagan efectiva la
relación circular, lo que es complejo con equipos clínicos.
implementación de lineamientos nacionales en lo local. El
Alcalde puso a disposición sus programas, hizo que Defensoría
El equipo jurídico ya está sensibilizado y sesiona mensualmente.
(a través de las URAVIT) se sumara a esa mesa de trabajo
Tenemos un criterio jurídico, hay un fiscal y un defensor.
colocando allí el tema del tratamiento de droga, ar ticulando
Tenemos 28 magistrados y 18 tribunales en el país aplicando
la ofer ta local con lo que necesita la víctima.
la metodología e integrando la comprensión del tema de
drogas, pero les inquieta la suscripción en VIF con la omisión
En siete zonas del país entramos con Tribunales de Tratamiento
del tratamiento de droga. Se trata de no excluir a las personas
de Drogas, con equipos interdisciplinarios que trabajan
con consumo problemático de drogas. La visión sobre qué
asesorando a magistrados, fiscales y defensores, para darle
es primero y si somos complementarios, se da sólo si ambas
contenido a la medida de tratamiento, y hacer seguimiento
instancias compar ten esa visión de complementariedad.
judicial mensual de esos casos. Entonces, con la población
general que atendemos en planes de tratamiento, hemos
Paola Tapia, Jefa de Planificación y Control de Gestión,

invertido planes específicos para esta población en 49 centros
División de Seguridad Pública, Ministerio del Interior
en el país. Esta problemática de violencia intrafamiliar nos
ha permitido obser var en estos 49 centros, cómo están El Ministerio del Interior a través de la División de Seguridad
haciendo el trabajo, dónde trabajan explícitamente con el Pública, situó desde su inicio el tema de violencia intrafamiliar
delito. Le preguntamos ¿cuáles son sus prácticas para la como de interés a nivel delictual y criminal, con lo cual le dio
intervención del delito?, ¿hacen o no distinciones para abordar un estatuto especial. Durante estos nueve años, se ha ido
la temática de las adicciones?. Respondieron 36 centros, profundizando la convicción de que el delito de violencia tiene

33
sexo y tiene género, por lo que toda la acción pública tiene
que cualificar esa variable. Eso se ha materializando en líneas
específicas de trabajo: por ejemplo, el análisis estadístico está
diferenciado por hombres y mujeres, y también en estudios
más específicos asociados a violencia intrafamiliar y delitos
sexuales, que es un grupo que llamamos más vulnerable
(niños, adultos mayores, y mujeres en par ticular).
Esto ha generado una base con la que esperamos a mediano
plazo conformar un observatorio. Asociado a esto, tenemos
una línea de trabajo con los municipios a quienes hemos
transferido capacidades para que generen una ofer ta pública
preventiva y reparatoria. Hace dos años entró un proyecto
sobre atención a hombres agresores y que luego derivó en el
nombre de hombres que ejercen violencia contra las mujeres
en el contexto de pareja. A partir de sus buenos resultados, se
amplió esa línea de proyectos a varios municipios que están
trabajando en la temática con diversos modelos y enfoques
de intervención. Sin embargo creemos que, aunque diversa,
la experiencia representa para el Ministerio del Interior un
espacio de aprendizaje y de sistematización de un área que
es bastante incipiente.
Patricia Rojas, Coronel Directora Dirección de Protección
 se generó la violencia.
Policial de la Familia, Carabineros de Chile
En nuestra institución, una par te del abordaje de violencia
intr afamiliar se relaciona con nuestr a misión como
funcionarios públicos y otra par te a nivel interno en
cuanto a la existencia de dicha problemática en nuestros
funcionarios. Así nos preocupamos de elaborar un protocolo
34
interno de aplicación en todos nuestros organismos, en
que se define, una vez tomado el conocimiento de una
situación de violencia familiar en una familia de la institución,
cuáles son los pasos que se deben seguir y quiénes deben
inter venir para tratar tanto a la víctima como al agresor ;
y ahí nos encontramos con que nuestros profesionales no
están capacitados específicamente en cómo trabajar con el
agresor. Por ello con el protocolo afinado, pedimos fondos e
indagamos sobre quien nos podía ayudar para capacitar en
el 2010 al personal que tiene que abordar el tratamiento
con nuestros funcionarios. Asimismo, tenemos una prefectura
en que se está derivando a los casos de carabineros donde
hay violencia intrafamiliar para ser atendidos en el centro
de hombres libres, de Puente Alto.
Por otro lado, hemos firmado un convenio donde par ticipó
el Ministerio del Interior, para el trabajo con víctimas
colaterales en situaciones de violencia intrafamiliar. Como
Dirección somos la puer ta de entrada del procedimiento
y el conocimiento de la situación que ha afectado a una
familia y damos el aviso al resto de los organismos que
tiene que dirigir sus acciones para abocarse a la atención
de los niños/as víctimas de esta pareja o matrimonio donde
Surgen preguntas como: ¿en cuánto tiempo hacer estas
evaluaciones?, porque cambiar conductas son periodos largos,
y por lo tanto un programa podría ser de un año para luego
poder medirlo. Nosotros estamos viendo que medimos
cinco o seis años y hay resultados bastante impor tantes de
lo que se ha hecho.
Podemos apor tar har ta información estadística. Por ejemplo,
estamos haciendo un trabajo con SERNAM para orientar
la ofer ta de sus centros y localizarla en términos de la
derivación. No sólo para casos que están judicializados
o con sanción, sino para aquellos en que hay denuncia y
retractación en el proceso o salidas alternativas. Estamos
tratando de derivar desde las bases de datos a los centros
de SERNAM, para no tener que esperar que se judicialice
el caso o reciba una sanción, porque sabemos que mientras
esperamos la violencia va a seguir.
 Rafael Soto, Programa GANDHI: Servicios de Atención
 Lo que queremos encontrarnos en años, es que estas dos
Social y Psicológica para Hombres, Málaga España
En España, las instituciones penitenciarias, tiene desde hace
algunos años el empeño de que se cumpla el mandato
de rehabilitación y se empezaron a plantear programas
para muchos temas: drogo dependencia, seguridad vial, etc.
Entonces, en el tema de tratamiento de agresores, el primer
paso en el marco del cumplimiento de la Ley de Violencia
de Género, fue trabajar con hombres a nivel penitenciario.
El modelo inicial fue el de Echeburúa, que se está viendo
insuficiente por las personas.
Yo me he encontrado en distintas jornadas para capacitar a
personas, que los hombres aprenden rápido lo que hay que
responder en las evaluaciones para que parezcan verídicas.
Entonces, nos encontramos con hombres que no vuelven
a ejercer violencia, que no reinciden, aunque no siempre
es porque estén tomando una dirección hacia la igualdad,
sino que están aprendiendo a seguir haciendo algo que
no constituye un delito. Parece positivo que más de once
mil personas en un par de años hayan pasado por cursos,
pero tenemos la aprehensión que sean vacunas, porque se
corre el riesgo de aprender millones de teorías, pero de no
profundizar la intervención.
Por otra parte, había un montón de asociaciones, ayuntamientos
y distintos organismos públicos que iniciaron un trabajo con
hombres porque se percibía urgente. Ahora hay una mesa en
el Ministerio de Igualdad, donde estamos acudiendo distintos
representantes de hombres y se está planteando que exista
una homologación o un estándar, o al menos directrices más
claras para contener 102 programas.
De salud se llega a justicia y luego a protección, porque nos
parece muy arriesgado trabajar sin información suficiente a
nivel judicial. En los casos que llegan judicializados podemos
trabajar con más información, pero en gente que llega
voluntariamente no siempre tenemos todas las historias, o
gente que llega de salud tampoco han profundizado en este
tema.
iniciativas, la más ligada al ámbito penitenciario y la que ha
par tido desde el ámbito social, se vayan uniendo. Y que los
estándares que estamos trabajando sean más profundo,
sostenidos en el tiempo y se puedan evaluar.
Somos par te de la Comisión de Violencia. Por ejemplo, en
Málaga, la diputación provincial, ayuntamiento de Andalucía,
en distintas instituciones y grados, tienen una reunión mensual
para trabajar en forma conjunta. Explicamos nuestro programa
y nos informamos de los otros. Nosotros trabajamos con
hombres, y quizás la pareja ya está trabajando en el dispositivo
de mujeres o la derivamos, porque nos encontramos con que
la mujer en muchos casos está desprotegida o inconsciente
de la situación que vive.
El planteamiento del trabajo con hombres quiere llegar desde
un Ministerio hacia los demás, lo que permite la proyección
y ampliación. Y queremos que los proyectos que estamos
trabajando lleguen a salud, porque muchos hombres llegan
derivados de drogo dependencia y aplicar la variable de
género a ellos da resultados.
Respecto del seguimiento a los hombres, escuchábamos que
un 20% permanecía en los programas y nos preguntamos
¿cuál sería un buen resultado para hombres que no vienen
obligados?. Superamos ese 20%, pero es no se llega con
frecuencia al 50%. Sí consideramos positivo que 40 hombres
entre 2007-2008 estuvieron más de 6 meses. De los derivados
del ámbito judicial, hicimos un grupo de 10 personas, uno
siguió el tratamiento en los grupos voluntarios. Por ahora,
de la gente que tenemos en estos meses, ninguno ha tenido
algún tipo de denuncia. Pero esperamos los 6 meses.
Nosotros tenemos un protocolo que cuando hay cualquier
alarma nosotros denunciamos. Hemos denunciado a hombres
y han vuelto a trabajar con nosotros, porque ha habido
una relación y un límite, que también genera posibilidad de
tratamiento.
35
 Miguel Ramos, Programa de Hombres que Renuncian a

su Violencia, Perú

Hasta el año 2002 no había trabajo con hombres en Perú,

no había conciencia en la sociedad civil, ni conciencia en
el estado de la necesidad de trabajar con hombres. Yo ya
tenía más o menos una cer teza del que el tema había que
abordarlo desde la perspectiva cultural y de género. Exploré
experiencias y la que me impresionó mucho fue la del modelo
de Duluth, que conocí en su aplicación en Toronto, a través
de Luis Aravena. El problema al que me enfrentaba, era que
el grupo de re-educación del modelo de Duluth, forma parte
de un engranaje, donde toda la sociedad civil y el estado
funcionaban de una manera sumamente coordinada. Luis
Aravena enfatizaba que el objetivo es parar la violencia física
y sexual. Se da una opor tunidad a los hombres y la sociedad
les da señales claras de que no va a permitir la violencia hacia
las mujeres; es decir, en buena hora si los hombres cambian,
pero los derechos de las mujeres no pueden esperar los
cambios de los hombres.
La sociedad peruana estaba a años luz de la experiencia
de Toronto, en la medida que había una ley de protección
contra la violencia familiar y sexual que ponía el 99% de
los casos en una situación no de delito, sino de falta y las
medidas de protección no funcionaban. Los sectores del
estado, operaban cada uno por su lado. Entonces, en ese
contexto yo veía que rea imposible, porque cualquier medida
para exigir que los hombres vayan de manera obligatoria
a estos programas iba a fracasar, en la medida que los
hombres le decían a la mujer “voy a este programa, lo voy
a pasar y ahora qué”. Luego hay que trabajar mucho para
que todas las instancias del estado y la sociedad civil puedan
tener conciencia de que hay que desarrollar una respuesta
comunitaria coordinada.
Eso me dio la opor tunidad de conocer las experiencias del
colectivo de hombres por relaciones igualitarias de México,
que trabajan en un contexto muy similar al peruano, con
hombres que se acercaban de manera voluntaria, en situación
de crisis, vienen diciendo “mi esposa ya me dejó, mis hijos
me han abandonado, quiero recuperar mi familia, quiero
recuperar mi pareja”.
Otro aspecto diferente al modelo de Duluth, es que se trabaja
fundamentalmente con facilitadores hombres, que han pasado
el proceso luego de haber ingresado muchos de ellos como
agresores. Y cuando yo entré a este programa decía “yo no soy
violento, a mi esposa yo nunca le he pegado” Pero descubrí
que tenía distintas formas, sutiles, naturalizadas del ejercicio
de la violencia. Entonces, tuve que hacer trabajo personal. Tuve
un año de terapia individual con una psicoterapeuta feminista,
para trabajar mi proceso y luego pasé ocho meses seguidos.
Mi principal herramienta para trabajar con otros hombres, era
precisamente mi proceso de cambio. Porque si no hago trabajo
personal, inmediatamente entro en colusión y complicidad con
los agresores, es decir, si alguien me está contando un hecho
de violencia y para mí eso es un hecho normal, simplemente
lo voy a dejar pasar. Y eso es una complicidad. Entonces, la
garantía para trabajar con otros hombres es la experiencia de
yo haber renunciado al ejercicio de la violencia, a la autoridad
y al poder, que es el tema central.
Cuando estuve en México, me dijeron “el grupo con los
que vas a tener más problemas son los psicólogos”. Hay
pocos psicólogos que sí aceptaron el proceso y ahora son
excelentes facilitadores. Muchos psicólogos quieren aprender
la metodología; yo los invito al programa para que participen y
les señalo que tienen que hacer trabajo personal y cuestionan:
“¿pero cómo voy a ir yo como paciente?”.
Nuestro objetivo junto con parar la violencia es lograr
relaciones equitativas de género, para lo cual se requieren
cambios reales de los hombres. Porque la violencia física o

36
sexual es la par te que denota la mayor debilidad del sistema
patriarcal de dominación masculina, pero es en la violencia
emocional donde está asentado los pilares del sistema
patriarcal, siendo la más sutil y naturalizada. Por eso en el
segundo nivel del programa trabajamos el proceso de cambio
en los hombres.
Creo que el modelo de Duluth trabaja mucho en creencias y
funciona, en tanto funciona todo el sistema, que controla, que
no permite la impunidad, donde las medidas de protección
funcionan, se aplican las sentencias; si ocurre otra vez tienen el
doble de condenas, etc. Podemos trabajar el modelo e Duluth
enriqueciéndolo; podría ser obligatorio siempre y cuando esté
en el contexto de una respuesta comunitaria coordinada y
desarrollar un segundo nivel voluntario y desde la experiencia,
para hombres que quisieran seguir su proceso.
Sobre la necesidad de trabajar con hombres, cuando visité
comisarías, me encontraba con muchas mujeres que estaban
haciendo la denuncia y me llamó la atención que ellas decían
que no querían que sus parejas fueran a la cárcel, sino que
lo amedrenten, que lo metan adentro y le den una paliza.
También hay presión de las mujeres en sectores campesinos
y populares para que se trabajen con sus parejas. Nunca he
visto una iniciativa de hombres para que se haga un grupo
de re-educación a hombres, todas par ten de mujeres. El 95%
de quienes me llaman para el trabajo son mujeres, para que
trabajen con sus parejas. Con los niveles de prevalencia en
Lima, del 51% solamente de violencia física y 99% de violencia
emocional, hay un clamor muy grande por trabajar este tema.
Es decir, la probabilidad de que una mujer se encuentre
nuevamente con un agresor es inmensamente alta.
El 80% de mi trabajo es de prevención, reforzando redes de
masculinidades y lucha contra la violencia. Es necesario que un
hombre se ponga adelante, porque la sociedad ve que es un
problema de hombres, que le atañe a hombres y mujeres.
Marta Jimena Pinto, Fiscal Judicial de la I. Cor te de

Apelaciones Santiago
El poder judicial es un gran ausente en este tipo de reuniones,
de mesas de trabajo, coloquios o seminario. Yo vengo por
interés personal y no representando al poder judicial. En el
Poder Judicial no hay mirada de género y una política en
inter vención en violencia. Lo que implica que en una de
sus áreas que son los Tribunales de Familia, el 25% de los
ingresos, de un total de 14 mil causas, vale decir un promedio
de cuatro mil causas corresponden a VIF. Y tenemos la otra
área del Poder Judicial que son los Tribunales Orales y de
Garantía, que están cada vez más colapsados por el problema
de violencia.
A mí me toco fiscalizar el caso de Catherine Casas Calderón
que el año 2007 falleció víctima de femicidio a manos de su
marido. Este caso apareció en los medios de comunicación
porque su marido era un guardia de seguridad de los tribunales
del crimen. Los periodistas pensaron que había un nexo,
porque la mujer había ido dos veces a hacer denuncia a
carabineros y ellos la habían enviados dos veces con par tes
muy completos (más de tres páginas y 15 indicadores de
violencia), solicitando medidas de intervención inmediata, y
sin embargo no había pasado del mesón en dos tribunales.
Entonces, la fiscal ordenó una investigación especial. Todo
lo que logré recabar, lo plasmé en un informe que siendo
público nunca salió a la luz pública.
Hay una triangulación en la ley de violencia intrafamiliar, ya
que el caso debe ser denunciado primero a los tribunales de
familia, los que hacen una calificación de peligrosidad para
aplicar medidas precautorias y también de gravedad del caso
para derivarlo al Ministerio Público. Hice un estudio sobre 400
casos derivados por los cuatro tribunales de Santiago; pesquisé
qué pasó con ellos en el Ministerio Público y se judicializaron
37
catorce en lo penal; dos resultaron en sentencias, porque las
otras caracterizaciones aplicaron criterios de no investigar, y
ambas sentencias fueron de salidas alternativas.
Este año fiscalizo el Juzgado de la comuna de Pudahuel. Hasta
el año pasado, el Ministerio Público le devolvía prácticamente
todo. Al punto que el juez interpuso una acción constitucional
para que el Tribunal Constitucional lo apoyara en decir que un
juez que tiene antecedentes de un delito, tiene inmediatamente
que hacer la derivación y no esperar la audiencia declaratoria
y de juicio. Porque si estamos frente a un delito, el que debe
investigar es el Ministerio Público y no un juez de familia.
Entonces se inventó un concepto nuevo, en las audiencias de
control de detención, en los delitos que son de violencia pero
que entran al sistema con otra carátula: lesiones, amenazas,
desacato, violación de morada, el Ministerio Público defiende
los casos diciendo “delito de tal en contexto de violencia”,
porque con otro delito consigue mayor pena. El punto es que
no se trabaja en la judicialización del fenómeno de la violencia
intrafamiliar, no se le dice al sujeto imputado y condenado
después, “Ud es un agresor”, sino la condena es por una
medida precautoria o por muchísimas medidas precautorias.
Es un problema tan sumergido, que el poder judicial no puede
entregar estadísticas en que diga qué pasó. Uno que otro
tribunal está registrando “lesión VIF”. No se divide por sexo,
por rango de edad, a menos que sean delitos sexuales.
Luego las preguntas son: ¿cómo no tenemos políticas públicas,
existiendo tantas mesas de trabajo?, donde no se logra llegar
a que las autoridades se quedan a la hora de las críticas.
Y quienes llevamos las críticas y las transmitimos a los
sistemas, somos mandos medios o bajos y no llegamos con
la información arriba. Los avances no llegan masivamente,
porque no tenemos una mirada pública, pese a que tenemos
plena conciencia de que es un problema social.
Gloria Maira, Red Chilena contra la Violencia Doméstica

y Sexual
Nuestra mirada es desde la sociedad civil y desde la realidad
de las mujeres. Para nosotras es violencia contra las mujeres y
no violencia intrafamiliar, ya que sino no distinguimos quiénes
son los sujetos, se establece un manto, donde cualquiera tiene
38
la misma posibilidad de recibir o ejercer violencia. Hay que
ver cómo avanzamos en la legislación y en la política hacia
poner en el centro a los sujetos sometido a ciertas conductas
que implican violaciones de derechos y no a definiciones de
delitos respecto del espacio donde éstos suceden, ya que el
espacio determina condiciones par ticulares, pero no explica
el fenómeno per se.
Respecto de lo que ha señalado la representante de Defensoría,
sobre un contexto par ticular en se da este tipo de violencia,
pero tampoco hay iniciativas para trabajar con agresores
que no tienen un vínculo familiar y que se permite acceder
al cuerpo de una mujer, violarla y muchas veces asesinarla,
como si ese evento no tuviera nada que ver con el tipo de
situaciones que se vive en el contexto de la familia.
Creo que hay que hacer fuer temente algo en materia de
prevención. Acá falta el sector educación, por ejemplo, pues en
la medida que no se asuma el problema como un programa de
trabajo permanente en las relaciones entre hombres y mujeres,
sea cual sea el contexto en que se dan dichas relaciones será
muy difícil avanzar en el mediano y largo plazo.
Otro aspecto es el del lenguaje “hombres que ejercen
violencia”. Se entiende lo de la estigmatización, pero el tipo
causa lesiones a una mujer, es un delincuente; de hecho si
lo hace un vecino es un delincuente. Entonces, porqué en
el contexto intrafamiliar le bajamos el perfil, cuando nuestra
legislación considera que son delitos, lo que implica que
desdibujamos a la persona que tenemos adelante.
Otro actor que falta es el Ministerio de Salud, que es quien
recibe las derivaciones del Tribunal de Familia para efectos
de atender a estos hombres. Hay un trabajo impor tante que
hacer en estos centros pilotos, aunque sea obligatorio y sí
haría una distinción, en cuanto al tipo de conducta y hasta
dónde la rehabilitación. Si estamos hablando de delitos es el
ámbito penal el involucrado y no están otros ámbitos, como
el civil y el de familia, donde es otro el circuito.
En la medida que no haya acceso real a la Justicia, y el agresor
quede impune, el mensaje que se está dando es volver a
naturalizar el problema, y en esa lógica no hay programa que
sirva para romper ese esquema.
Comprendo perfectamente la discusión que hay en el derecho
penal y la respuesta penal no es la única, si no está inser ta
en una respuesta más global y la falta de efectividad de las
medidas cautelares así lo está demostrando.

Cuando hablo del término de delincuente, no estoy hablando

de la puer ta giratoria. Estoy hablando del tipo de fenómeno
que estamos tratando, que social y culturalmente lleva miles de
años sumergido. Porque no es lo mismo una puer ta giratoria
en un robo que en el caso de violencia contra la mujer. Hay
casos de reincidencia en femicidio, entonces se está dando un
mensaje muy fuer te respecto de naturalizar el problema que
se quiere resolver y que las lesiones que él cometió, los delitos
que él cometió tienen poca o nula pena. Es un problema que
debe abordarse desde la complejidad que tiene.

Pamela Navarrete, Par ticipante Programa Autonomía


Económica de Mujeres que Viven Violencia, DOMOS
como que no hicieron nada y aquí están preocupados de
Represento a un grupo de mujeres que hemos pasado por
rehabilitarlos, re-educarlos, para que no vuelvan a ejercer
mucho de lo que ustedes están hablando. Para mí un hombre
violencia. Pero qué pasa con nosotras, nuestros hijos, el daño
que ejerce violencia, es un delincuente. Hay personas que
colateral que hablaba la Coronel. Quién me dice a mí que
por cosas menores las encarcelan. Los carabineros hacen lo
a pesar del esfuerzo que haga para que mi hijo respete a
indecible por pillar a alguien y llega el momento de condenarlo
las mujeres, no repita estas conductas. Nosotras queremos
y no hay cárcel.
la intervención completa, porque el sistema sumerge estos
casos y si no es por fundaciones o corporaciones, llegamos a
Hice todo lo que tenía que hacer. En mi caso estaba tipificado
que nos dicen que hay otros problemas más graves del país
como intento de homicidio consumado. A mí me atacó con
y ningún apoyo psicológico. Nunca jamás me dieron apoyo a
un cuchillo y delante de mis hijos. Agredió a mis hijos de 2 y 5
mi hijo ni a mí. El único apoyo que recibí fue de carabineros,
años y cómo no pudo hacer nada conmigo, estaba asfixiando
que se preocuparon cómo estaban mis hijos, conversaban con
a mi hijo de 5 años. Si no hubiera mantenido la calma para
ellos; ellos fueron la figura de protección de mis hijos.
rescatar a mi hijo, lo hubiera matado. El había jurado hacerme
daño en lo que más quería. Carabineros incautó el arma,
Represento a un grupo de 50 mujeres agredidas y todas
tomaron fotografías, lo buscaron por todos lados. Fiscalía
tenemos la misma pregunta: ¿Por qué se sigue permitiendo
tomó medidas precautorias, hubo una formalización de
esto?. Hay muchas personas que pueden hacer mucho, pero
cargos, y él no tuvo condena y no tuvo ningún sentimiento
si no hay una legislación que sea clara y precisa, siempre
de arrepentimiento, de culpa y esto se considera una falta.
encuentran el porqué para no hacer lo que corresponde.
Para mí ha sido muy difícil retomar mi labor como mamá,
porque a pesar de que soy bien fuer te, esto me descolocó.
Natalia García, Centro de Atención en Violencia Intrafamiliar,

Porque es una persona que viene de buena familia, socialmente
Comuna de Peñalolén
correcta, pero en lo personal no lo era.
Me llamó la atención que se indicara en el seminario hoy que
Entonces se dice que hagamos denuncia y hacemos todo Chile es un país que está sensibilizado con la temática, sobre
lo que legalmente debemos hacer y al final ellos quedan todo con el trabajo con agresores y vemos en los medios que

39
se plantea: tolerancia cero, metámoslos a las cárceles. Y las
cárceles siguen siendo una réplica constante de aprendizaje
de nuevas prácticas de agredir o de otros delitos.

SERNAM realiza un trabajo preventivo con los Centros de la

Mujer. Nosotras hemos trabajado, por ejemplo, capacitando
a Carabineros, estamos en el programa de Tribunales de
Tratamiento de Drogas, estamos haciendo capacitaciones
en masculinidades, pero no podemos trabajar con personas
menores de 14 años. Es decir se les enseña por 14 años un
modelo hegemónico y tradicional y luego se plantea que al
5% de la población que viene a estas capacitaciones se le
cambie la forma de pensar.

Como se señalaba, el Tribunal de Tratamiento de Drogas debe

ser complementario y no una medida exclusiva, porque no
puede ser que una suspensión condicional de la condena
derive en un tratamiento de rehabilitación, cuando tenemos
al mismo agresor diciendo que él no le pega porque está en
un tratamiento. Entonces la persona deja de consumir, pero
después de un año seguirá siendo agresor en lo físico y durante
el tratamiento siguió agrediendo a nivel psicológico.
Es necesario capacitar a los distintos organismos, incorporando
el tema de género, en la Defensoría, en Carabineros. Estamos
hoy mismo capacitando a cien carabineros y encontramos
cuatro o cinco que se abren a otra forma de entender el
problema. La violencia de género o intrafamiliar es bastante
en Carabineros y hay testimonios de cómo se invisibiliza
dentro de la institución.
José Olavarría, Sociólogo exper to es masculinidades y
 a tanto a hombres agresores como a hombres en general,
género
Hace cinco años que este tipo de compor tamiento es delito
en Chile y hay dos figuras en la ley 20.066 que es necesario
rescatar : que el estado se obliga asegurar la integridad física
y sicológica de las personas; y lo segundo que el maltrato
es un delito.
No hace más de 10 años que se comienza a plantear qué
se hace con los hombres agresores; si esta es una cuestión
no solo de patología, sino de socialización, compor tamiento,
cultura, o como son formados los hombres; cómo se interviene
con aquellos que son los causantes del 95% de la violencia
hacia las mujeres.
Una primera respuesta fue recoger lo señalado por la OMS,
la OPS e informes mundiales y regionales sobre violencia,
sobre que las inter venciones con hombres agresores no
tienen éxito, porque los hombres que han pasado por el
tratamiento vuelven a ser violentos. Desde ese momento, no
hay ningún tipo de apoyo, tanto de organismos internacionales
como de oficinas públicas nacionales. Lo que indica Miguel y
lo que hemos conversado con DOMOS sobre la evidencia
de que es posible cambiar los compor tamientos violentos
de los hombres y la hay. Luego se empieza a plantear ¿es
posible que haya políticas públicas que vayan orientadas
como formados en una cultura que es violenta?, porque
todos podemos ser violentos sin ser conscientes de eso.
Esto no ha tenido respuesta porque no hay política pública
en Chile, ni en ninguna par te del mundo. Hay iniciativas, algo
más en España con la ley de igualdad. Lo que sí es evidente,
que crecientemente hay una demanda de establecer políticas
públicas respecto de este grupo. Y eso significa tener unificadas
propuestas de políticas.
Las iniciativas sectoriales pueden ser muy interesantes, pero
cómo transformamos esto para que por ejemplo el Ministerio

40
del Interior no sea quien haga la clínica de los hombres F r a n c i s c o A g u ayo , E . M . E C u l t u r a y S a l u d - R e d

violentos o vía Gendarmería Justicia haga la clínica. Porque se MenEngage
supone que es SERNAM quien tiene que definir una política
Hay mucha experiencia acumulada en Latinoamérica para
pública y también el Ministerio de Salud.
estos programas como el piloto que implementará justicia.
Ya que se ha señalado que las bases técnicas están en
Otro elemento es que todos estos procesos en el caso de
construcción, es impor tante dialogar y obtener miradas de
Chile –distinto a otros países– se vinculan a los Programas de
El Salvador, México, Argentina y en Chile de har ta gente que
Mejoramiento de la Gestión Pública, en el ámbito de género.
trabajan en el tema.
En la Defensoría hay, pero no en Justicia, ni en Carabineros,
ni en Fiscalía, ni en el Ministerio Público, porque como no
A través de la experiencia de trabajo en capacitación con
son par te del gobierno central, no están asociados a estos
gente del Ministerio de Salud, en el marco del programa
marcos.
de trabajo con adolescentes, puedo señalar que trabajan
fundamentalmente en atención individual, tienen una enorme
Vemos la gravedad de que con las tasas de denuncia existentes
necesidad de formarse en género, violencia y también en
casi no hay condenados por maltrato habitual. Y los fiscales
temas de masculinidades. El programa que vamos a hacer
plantean que defender un caso por maltrato habitual es
son talleres con adolescentes y puede ser una experiencia
perderlo. Entonces la mejor manera de defender a la víctima y
interesante porque se ha hecho con adolescentes hombres en
de alguna manera al victimario, es vía un delito mayor. Entonces,
otros contextos y tiene evaluaciones de impacto. Hay mucha
el tema se juega no tanto por el tipo de argumentación de
gente ahí, que le falta capacitación y tecnologías sociales para
la fiscalía, sino por el tipo de argumentación que acepta la
trabajar con hombres.
judicatura. Si no hay formación de género en los tribunales
y las fiscalías, difícilmente va a haber avance en el ámbito de
En salud hay metas por dar cier tas prestaciones y por eso
la administración de justicia.
les dan recursos. Entonces, no destinan tiempo para hacer
grupos, para trabajar con población más grande, porque tienen
Respecto de lo que planteaba Rafael acerca del surgimiento
que destinar su tiempo para cumplir estas metas. Entonces
de esta cantidad de programas, tenemos lo que ocurre en
está el desafío de avanzar más en intervención temprana, y
México, en que los hombres más violentos son los que han
en la población general, con mensajes que permitan llegar
pasado por programas, porque aprendieron como manejar el
a los hombres de la población general para poner fin a la
sistema. Entonces es central lo que se planteaba en cuanto a
violencia.
homologar los procedimientos, porque el tema no es como
más y más organizaciones trabajan con hombres.

41
DESAFIOS Y PROPUESTAS
Corporación DOMOS

Durante los últimos años se percibe una mayor conciencia
pública respecto de la violencia hacia las mujeres en el
contexto de la familia y la pareja. A ello ha contribuido la
difusión del concepto y hechos de femicidio, la existencia
de programas en más repar ticiones públicas y el accionar
permanente de organizaciones de la sociedad civil.
Pero el balance da cuenta de la paradoja entre el
perfeccionamiento discursivo, la ampliación de la respuesta
pública a diversos programas desde el nivel central a lo
local y las falencias en su adecuada implementación,
como en unidades de acción entre actores públicos y
de la sociedad civil.

U na de los principales déficit, se encuentra en el ámbito
de la prevención. Se requiere avanzar sostenidamente
en el diseño y aplicación de programas que apunten a
la prevención de la violencia de género desde el ámbito
educativo (niños, niñas, adolescentes) tanto a nivel pre-
escolar como escolar. Es necesario que el Ministerio de
Educación se integre a espacios y mesas de trabajo que
abordan la problemática de “violencia intrafamiliar” y
que incorpore contenidos y metodologías para tratar
específicamente las construcciones de género y de las
relaciones entre hombres y mujeres en sus programas
de afectividad, sexualidad y convivencia escolar ; en el
trabajo con centros de padres, educadores y comunidad
educativa en gener al, incluyendo entrenamiento
específico en este campo a docentes y personal de
educación, como se realiza en países como México.
La prevención temprana con niños/as y jóvenes de ambos
sexos, debe apuntar a desmontar los estereotipos sexuales
y fomentar modelos integrales de feminidad y masculinidad,
así como formas de relación basadas en el respeto, la
dignidad, la igualdad de opor tunidades y equidad entre
los géneros. En esta perspectiva debe subsanarse la falta
de trabajo ar ticulado e implementación de una política
de prevención sostenida, entre el Servicio Nacional de la
Mujer, el Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de
42
la Juventud, así como con entidades como JUNJI, Integra
y Fundación de la Familia.

O tros dispositivos relacionados con la prevención
como son las campañas públicas que intentan llamar la
atención sobre la violencia contra las mujeres, deben
implementarse con mayor periodicidad y ser evaluadas
en sus resultados e impactos, ya que para avanzar en
el cambio cultural favorable a la equidad de género y
a la erradicación de la violencia, no basta con llegar al
conjunto de la sociedad chilena una vez al año con una
batería de mensajes. Se requiere de muchas y diversas
estrategias en diversos niveles. Es necesario Inter venir
en lo público durante un periodo prolongado de tiempo
con un conjunto de hitos vinculados entre sí para ampliar
el marco de comprensión y llevar los mensajes a grupos
que no se sienten o involucrados o interpelados frente
a este problema, como por ejemplo: las empresas y
organizaciones laborales, los jóvenes y los hombres. Se
trata de deslegitimar por medio de la repetición, los
impactos del maltrato para que se genere un efecto
disuasivo de prácticas abusivas hasta el momento no
reconocidas como tal.

Un factor determinante en el avance requerido para
afrontar con mayor efectividad la violencia hacia las
mujeres, es la voluntad y decisión política de ar ticular
la respuesta pública, social y comunitaria en la materia,
bajo el objetivo central de protección opor tuna y
eficaz a las mujeres que la viven y la denuncian.
Transversalizar la atención a la violencia intrafamiliar para
que más organismos públicos del ámbito gubernamental
implementen programas o integren la atención de la
VIF a los existentes, no ha implicado una ar ticulación
suficiente. Por ejemplo, en cuanto a claridad de la ofer ta
en violencia intrafamiliar, tipo de tratamiento según
temática y nivel de complejidad de la misma. Se requiere
por tanto un sistema de informática coordinado, como de
un catastro permanentemente actualizado, de modo que
los distintos operadores judiciales y la red intersectorial
este comunicada respecto de las ofer tas de tratamiento
de centros, nivel de complejidad y riesgo, así como
resultados posibles de obtener.
 Un registro único es una herramienta base para avanzar
en esta respuesta coordinada, ya que ello permitiría
determinar la magnitud, prevalencia e incidencia de la
violencia contra las mujeres en el país. Teniendo en cuenta
la implementación de los centros pilotos de atención a
hombres que ejercen violencia desde el Ministerio de
Justicia, este registro único permitiría hacer visible el vínculo
de la víctimas con el agresor, las prestaciones entregadas a
la mujer desde los ámbitos de salud, centros de atención y
otros que operan a nivel local y las resoluciones emanadas
en cada caso desde el sistema judicial; así como los
resultados de las intervenciones aplicadas con los hombres
usuarios de los centros y de aquellos que son atendidos
en el sistema de salud público por derivación judicial.

D OMOS promover á en conjunto con mujeres
parlamentarias que han abogado por avances en materia
de violencia hacia las mujeres, una moción a la actual ley
de violencia intrafamiliar 20.066, que sitúe en el estado y
sus repar ticiones públicas la obligatoriedad de seguir las
acciones derivadas de la denuncia, de modo de abordar un
factor clave que en la actualidad deja en la desprotección a
las mujeres y que incide –entre otros– en el desistimiento,
como es entregarle a la víctima la responsabilidad de
sostener los procedimientos implicados en el circuito
judicial. Diversos antecedentes sobre la respuesta judicial
en VIF dan cuenta de que las mujeres víctimas no tienen
el lugar de reconocimiento de sujetos de una vulneración
de derechos humanos con características específicas,
como es la violencia de género y, carecen en su mayoría
de la claridad de defensa que requieren para sostener
sus procesos judiciales. Como indicara Clara Castillo
sobre la respuesta en Toronto “cuando el Estado impone
controles al agresor, debe ser el mismo Estado el que debe
asegurarse que estas condiciones se respeten. Pero no se
puede responsabilizar a la mujer de esas acciones. Cuando
hay inter vención policial y hay arresto, hay un sistema que
te está exigiendo y diciendo que esto no está permitido y
que hay tolerancia cero a la violencia hacia las mujeres”.

La capacitación es una condición fundamental para una
buena práctica en materia de violencia hacia las mujeres,
sobre todo, en las instituciones judiciales. Acá hay una
gran debilidad, porque la violencia de género no está en
los currículos de los jueces, con la relevancia requerida.
Los programas de capacitación hacia los estamentos del
sistema de justicia que deben conocer y actuar en casos
de violencia intrafamiliar hacia la mujer, deben ser más
amplios, profundos y sistemáticos, medirse sus resultados
concretos en mejores prácticas. Especialmente en detectar
a par tir del discurso de las personas, el nivel de riesgo en
que se puede encontrar una víctima, el nivel de peligrosidad
de un imputado y las consecuencias biopsicosociales
asociadas al tipo de medida que se pueden adoptar, para
el ofensor, para la víctima, los familiares y el contexto en
que se desenvuelven.
COLECTIVO MANOS: Masculinidades Autónomas
No Opresoras y Sensibles

Para trabajar con hombres generadores de violencia,
es necesario tener una postura clara de rechazo a la
violencia de los hombres contra las mujeres. Esto implica
estar presentes y aler tas para abrir las preguntas que
lleven a recorridos críticos y a procesos comprometidos
de denuncia frente a la justificación de la violencia y a los
climas de tolerancia a la violencia que se da contra las
mujeres.

No es la mujer la que debe velar sola, desde su
traumatización (acumulativa y relacional por la violencia
sufrida), por detener la violencia, por su protección
y porque se lleve a cabo la justicia y la reparación. Es
una tarea y una responsabilidad de toda la comunidad,
de todas las instituciones, de las redes y de todas las
personas, el ar ticularse y coordinarse en una respuesta
social– comunitaria coordinada e integrada. Esta respuesta
debe ser rápida y no promotora de la impunidad de la
violencia de los varones.

Las intervenciones re-educativas y re-socializadoras con
hombres generadores de malos tratos para las mujeres,
no deben ser respuestas aisladas o des-coordinadas con
el resto de los servicios, agencias e instituciones que están
involucrados en el circuito por el cual debe atravesar una
mujer que sufre esta violencia.
43

Para trabajar en violencia como interventores de hombres
que la ejercen, es absolutamente necesario primero
desarrollar un proceso personal. Abordar las propias
violencias, tanto de la posición de haber sido víctimas,
como también desde la posición de ejercedores de
violencia contra las mujeres y contra cualquier persona.
Para esto la herramienta de entrenamiento que ofrece
el modelo de Duluth, el “Diario del Control”, es una guía
que nos sitúa en la misma escena violenta, y nos señala
constantemente aspectos de los cuáles es necesario
responsabilizarse, para profundizar, asumir y transformar
los esquemas de género. Sin mirarnos y autoexplorarnos
en esta dimensión, no es efectivo ayudar a otros a realizar
este recorrido. Esto debe ser considerado a la hora de
implementar centros de atención que intervendrán con
hombres que ejercen violencia.
44

La violencia contra las mujeres es un problema de poder,
control, de dominación, de intentos de privarla de derechos
y de limitar o coar tar sus liber tades. No es igualable
a la agresión de las mujeres contra los hombres, que
es defensiva y reactiva frente a los intentos sutiles de
dominación o anulación de los hombres. La violencia
de los hombres tiene raíces profundas; estas violencias
no requieren del uso de la fuerza física para ejercer su
influencia. Es necesario seguir explorando aspectos de la
Rueda del Poder y Control (herramientas del modelo de
Duluth), pero también de los llamados “micromachismos”.
Es necesario conocer a fondo las diferencias entre lo que es
negociable y no negociable en una relación entre hombre
y mujer, profundizar en los derechos, las liber tades y en
nuestros ideas y deseos de poder y posesión para con
las mujeres. Nos quedó muy claro que es absolutamente
necesario escuchar la “voz de las mujeres”, poder
incorporarlas en nuestro trabajo de reflexión, sabiendo
que ellas observan con más claridad la violencia de la que
son objeto.