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POLITICA Y EDUCACION

La ncuciosa lectura del discurso de inl dis-


tinguido amigo Marcial Mora Miranda, que
precede estas líneas, riie mueve a escribir al-
.as breves reflexiones sobre políticá' edu-
cacional. Ellas van dirigidas, de manera pre-
ferente, a la juventud y a los maestros, ya
que de su clara, firme y bien orientada ac-
titud frente a los problemas que preocupan
al país, especialmente el educacional -y que
t a n brilIanternente son analizados en el dis-
curso de Marcial Mora-, depende en gran
parte el progreso y la tranquilidad efectivos
d:! Chile en los momentos en que la Humani-
dad se agita por tanto acontecimiento de
complejo origen.
S i e m p r ~he pensado que si se hiciera una
suscinta enumeración de los asuntos relativos
a,l bienestar y seguridad de los pueblos, nin-
g ~ ipodría
i ~ superar en importancia al de :a
educación del individuo. La educación es Ia
piedra básica en el edificio de toda sociedad,
y es tal la importancia de su preferente
atención, que si esta atención especial es des-
cuidada, disminuida o torpemente realizada,
se pone en peligro la existencia misma de la
colectividad.
De acuerdo con el pensamiento tan difun-
dido de Ortega y Gasset, podemos dtcir que
si una nación es grande y respetada por el
valor positivo de las obras y organismos que
aseguran su existencia, necesariamente la edu-
cación y la institución docente que la im-
parte tienen que ser buenas. En tales condi-
ciones, la fortaleza espiritual, moral y física
de una nación se produce íntegramente; y si,
por el contrario, un pueblo es políticamente
vil, es vano intento esperar algo. edificante de
la escuela más perfecta.
Estas interesantes ideas se renuevan y to-
man fuerza cada vez que se reconoce que
hiiichos de los deprimentes acontecimientos
que han conmovido nuestra vida política en
los Últimos tiempos -acontecimientos qfie
han constituido grave prueba para la existen-
cia misma de la organización d e ~ o c r á t i c a
chilena, especialmente e n el asgecto moral
que ella comprende- tienen su raíz en los
vicios y mezquindades de políticos que esca-
laron situaciones de elevada jerarquía y que,
posteriormente, olvidaron el cumplimiento de
la doctrina y del programa de acción que ju-
raron realizar. Es penoso reconocer que 103
que así piensan tienen fundada razón para
hacerlo; pero seria injusto no reconocer tam-
bién la presencia de políticos de cualidades y
aptitudes sobresalientes, distinguidos por su
nobleza, cultura, idealismo, lealtad y los prin-
cipios que en todos sus actos ponen el sello
del honor.
El señor Mora Miranda manifiesta en su
discurso que la educación pública no ha me-
recido en estos últimos tiempos la atención
preferente que ella debió recibir de políticos
y gobernantes que tenían la obligación ele-
mental de cuidar con esmero la enseñanza
fiscal y que a todas luces, deliberadamente,
permitieron que se debilitara, anarquizara y
perjudicara la condición del Estado Docente.
Este no es un cargo infundado; muy por el
contrario, tiene toda la razón Marcial Mora
cuando pone este signo de alarina en el es-
píritu de todos los holnbres de .pensamiento
libre de Chile. Para comprobar ' este hecho
basta citar algunos ejemplos de cómo se h a
descuidado la enseñanza del ~ s t a d oen bene-
ficio de la enseñanza particular que, como
todos saben, en Chile es casi totalmente de
índole confesional. Mientras se dice que no
existen fondos para crear escuelas con el ob-
jeto de dar educaci6n a más de un millón de
infantes, adolescentes y adultos analfabetos,
mientras se niegan los dineros necesarios
para crear las plazas de profesores que faltan
en las escuelas existentes, lo que permitiría,
además de una mayor matrícula de escola-
res, absorber Ia cesantía de más de mil qui-
nientos profesores titulados que esperan nom-
bramiento desde hace uno, dos y tres años,
cuclndo en los liceos no existen laboratorios
de química y física por falta de fondos y en
los establecimientos de enseñanza industrial
y técnica se trabaja' casi sin materiales y con
maquinarias con más de cincuenta afios de
uso, a la enseñanza particular, vale decir con-
gregacionista, se le otorgan recursos econó-
micos por intermedio .de diversos ministerios
que alcanzarán al término del presente año
a la suma aproximada de quinientos millones
de pesos, convirtiéndola de inanera innegable,
de enseñanza colaboradora de la función edu-
cacional del Estado en competidora del Es-
tado Docente.
Es de esperar que la gravedad y proyección
de una situación semejante harán meditar
profundamente a los hombres de espíritu li-
bre y 'de avanzada en Chile y que en una
acción común con políticos que, como Marcial
Mora Miranda, merezcan plena confianza por
su permanente e invariable adhesión a los
principios doctrinarios que siempre respeta-
ron, han de permitir en un futuro no lejano
la realización de una política educacional que
asegure para nuestro país la existencia de una
institución docente de gran calidad y pres-
tigio. Claudio Salas F.
PROLOGO
La derrota, la desilusión, el desengaño ami-
lanan, destruyen al pequeño, mientras desta-
can y agrandan al hombre de valer. Ellos son
el reactivo que, como el agua regia, distinguen,
sin lugar a error, el oro fino, del brillante oro-
pel. La derrota oficial de su pre candidatura
sometió a Marcial Mora a esta dura prueba
que escasos políticos podrían superar. De ella
ha salido más grande y más digna del respe-
t o y admiración de sus conciudadanos.
La síntesis de su actitud y de sus ideas es-
tán en el discurso que pronunció en el banque-
te que le ofrecieron sus partidarios en el Esta-
dio Nacional el 17 de noviembre del año que
corre. Un grupo de radicales h a querido edi-
tarlo en la esperanza que su difusión lleve a
todas las asambleas del partido el convenci-
miento que el Movimiento Doctrinario no se
equivoca en las criticas que formula en contra
de la pobre actuación de su directiva mkdma,
ni en haber designado a Marcial Mora como el
hombre capaz de encarnar sus propósitos y as-
piraciones.
Marcial Mora quiso que su discurso fuera la
expresión más pura de los ideales del Movl-
miento Doctrinario Radica1 y de ahí que, en un
gesto de reIiunciamiento austero dijera: "Yo
quiero anunciar a esa ,Directiva, desde esta
tribuna y con el asentimiento de Uds., que yo
no concurriré a esa Convención como candi-
dato de mi partido ni de ningún otro partido;
que la colocaci6n de mi nombre en la terna del
radicalismo debe dejar de constituír un pro-
blema para e! señor Presidente del. Partido y
su mayoría cenista, porque yo hago renuncia
formal a figurar en ella".
Se había perdido ya la costumbre, en nraes-
tro país, de presenciar actitudes así y los triun-
fadores oficiales en la elección interna, temían
que el Movimiento Doctrinario, y Marcial Mo-,
ra personaImente, intentaran dividir al radica-
lismo. No, y Mora lo dejó establecido en cIaias
frases concisas: " . . .esa voluntad equivocada
de la directiva se h a lppuesto y 'yo -sin ab-
dicar en lo más mínimo a estos conceptos, ni
ceder una pulgada en mi actitud- me siento
obligado a acatarla y les pido a Uds. que tam-
bién la acaten, como un supremo sacrificio
por la unidad del partido".
Libre así de todo inter6s personal, colocados
sus contradictores en la imposibilidad de atri-
buirle ningún designio de divisionismo, Mar-
cial Mora pasó a exponer sus ideas sobre lo que
debía ser el Partido Radical y lo que debe ser
la.polítfca radical. El discurso a que sirven de
prólogo estas líneas, y que invitamos a todos
los radicales a leer y meditar, las da a conocer
en toda su altura y profundidad.
El acontecer político es el resultado de la
permanente interacción de tres factores prin-
cipales: las circustancias, las ideas y la capa-
cidad de los hombres a quienes se confía la
alta misión de realizar las segundas a través
de los obstáculos que les oponen las primeras.
El Partido Radical -la más poderosa colecti-
vidad política de nuestro pais- no puede esca-
motear la responsabilidad que le cabe en el.
desgobierno en que vivimos. Sólo le queda un
camino para supervivir, evitando a Chile tras-
tornos de incalculables consecueltcias: recono-
cer sus errores y enmendar valientemente los
rumbos seguidos en los úitimw añof.
Las circunstancias han sido escepcionalmen-
te favorables desde el término de la guerra;
las ideas y los métodos estaban clarainente
indicados en su programa y su filosofía; pero,
lamentablemente; los hombres elegidos han
estado muy lejos de poseer las cualidades y
calidades que sus electores les atribuyeron. Se
confundió la fácil vocinglería chabacana con
el amor al ideal; el gesto amatonado con la
decisión; la hueca vanidad con el espíritu de
sacrificio; y los resultados han sido los que
necesariamente debían ser: palabras en vez
de orientaciones; amenazas en lugar de hechos;
intrlguillss vanales camufladas de agudas
concepcione; polltlcaa generales. El país y el
Partido Radical han pagado .caro estas confu-
siones y, si se sigue en ellas, el precio irá au-
mentando hasta convertirse en abrumador. Eii
ese instante, nuestro propio sistema institu-
cional estará en grave peligro de derrumbarse,
socavado en sus cimientos por la ineptitud la
incompetencia y la complicidad.
Marcial Mora nos hace ver, en qu discurso,
con ~ e r i d i a n aclaridad. Califica, primero, sus
palabras, de "canto del cisne" y se rectifica cle
inmediato para compararlos con el graznido
de los gansos que salvó al Capitolio -último
sitio en que se había refugiado el espíritu de
Roma ante la acometida de los galos- de caer
también en poder de los bárbaros. La p~blica-
ción y difusión de este discurso se hace en lc
esperanza que él despierte en todo radical el
anhelo de lucha, y convirtiéndolos en émulos
del Manlio legendario, impidan que se derrum-
ben los Últimos bastiones en que aún palpitan
nuestros ideales. Podremos así -tal los roma-
nos- recoilstruir, espiritualmente y moral-
mente nuestro partido, en forma que sea prez
da cierta de esperanzados días gloriosos para
la tierra en que nacimos.
Santiago Labarca L.
DESUSADO Y REVELADOR

No estoy tan sólo emocionado; estoy admi-


rado de esta manifestacibn que ustedes me
ofreceil en esta tarde llena de presagios.
La muItitud se aparta, por lo general, del
derrotado; los dirigentes mismos se someten,
casi siempre, a los designios de la mayoría, si11
;detenerse a meditar eómo se generó, cómo esta
constituída y hacía dónde se encamina.
Aquí se reúnen hoy masas fervorosas y jefes
abnegados a manifestarme adhesión, afecto,
acuerdo y conformidad con mi actitud; acaso
a escuchar algunas palabras de orientacióil
y de esperanza.
Es algo desusado y extraño, algo revclnilue
Cc que una incontenible inquietud alienta el,
el espíritu de todos los hombres y mujeres de
riuestro 1i:ulido y de otros sectores de la opi-
ni611ylllrlica, que sienten que nos enconlramüs
frente a un gran peligro y que estamos siendo
víctimas de un gran error.
LUCHA OFIGHQLMENTE TEñLlMINADA
Yo me resistí cuanto pude a aceptar este
despliegue de fuerzas democráticas y doctrina-
rias junto a mí, abanderado de una lucha ya
oficialmente, terminada. Pero el anhelo de us-
tedes fué más fuerte que mi voluntad. Y no
tengo otra manera de agradecerles esta cor-
dialidad y confianza con que me rodean y me
honran, que habzarles con ruda entereza, pa-
ra mostrsrles hasta el fondo de mi pensa-
miento en estos momentos de desasosiego y
disconformidad que vive el Partido Radicd.

UNA AMBICION LEGITIMA

Se ha dicho, para empequeñecer nuestra


actitud -la de ustedes y la mía- que nuestra
negativa para reconocer la legitimidad del
triunfo oficialbta en nuestra pasada lucha
interna es'el producto y la consecuencia de
mi desenfrenada ambición personal.
Ustedes saben que no es así, astedes sienten
que esa especie es falsa y malintencionada.
Yo jamás he ambicionado por ~ a n i d a dla
Presidencia de la RepUblica; la he ambiciona-
do y la ambiciono para mi partido y para la
izquierda de Chile; la ambiciono papa cual-
quier hombre del radicakmol siempre que
tenga convicción, valentía y firmeza para res-
tablecer el contenido ideológico de nuestra
acción inicial del año 38; la ambiciono para
qirfen despierte confianza, seguridad y fe en
las huestes doctrinarias del radicalismo y en
el pueblo.

Ustedes creyeron que ese hombre podía ser


yo, y ustedes demostraron al darme el claro
triunfo que me fue arrebatado, que la mayo-
ría inequivwa-de nuestros correligionarios así
lo pensaba.
Pero ustedes y yo queremos a nuestro Par-
tido aun por encima de toda legítima ambi-
ción, y tenemos fe en su porvenir y confianza
en nuestra rectiiicadora acci6n doctrinaria.
POR LA UNIDAD DEL PARTIDO
Poz eso, si no hemos reconocido, irni recono-
ceremos la legitimidad de una candidatura
oficializada por I r presión y h
in.tervenci~ninterna, no hemos querido, en
cambio, quebrantar la unidad de nuestro Par-
tirllo, ni rebelarnos contra las demasíad de una
directiva ofuscada que, a nuestro' juicio, nos
arrastra por los tortuosos senderos de la de-

UNA SANCION MORAL EJEMPLARIZADORA

Hemos mantenido simplemente una actitud


que queremos que sea una sanción moral con-
tra el atropello y la intervención ejercidos en-
tre correligionarios, vale decir entre herrnan~s
en la doctrina y las aspiraciones de blen pú-
blico. Esperamos que esta sanción sea una .
garantía de que semejantes hechos, desmora-
lizadores para el radicalismo, no vuelvan a
repetirse j amas.

CONVICCION PROFUNDA
Mi obstinación y la de mis partidarios ha
estado inspirada tan sólo en la m á s profunda
convicción de que los procedimientos emplea-
dos y el hombre impuwto por la directiva má-
xima -cajas condiciones personales nos me-
recen el mayor respeta- no coinciden con los
que el radicalLmo necesitaba para enmendar
sus errores poljticos, para recuperar la estima-
ción de sus viejos aliados y .para conglomerar
a su alrededor las fuerzas democráticas de
avanzadas y populares, con, las cuales habria
marchado, sin temores, a l a 'conquista de un
triunfo seguro y promisorio.

SUPBEMO SACRKFICIO

Pero esa voluntad equivocada de la dírecti-


va se ha Wpuesto y yo -sin abdicar en lo mas
mínimo a estos conceptos, ni ceder una puiga-
da en mi actitud- me siento obligado a aca-
tarla y les pido a ustedes que también la aca-
ten, como un supremo sacrificio por la unidad
del Partido.

LO MAS VALIOSO Y EFECTIVO

En el triunfo como en la derrota, siempre


podremos hacer algo más valioso, más efectivo,
y más grande por nuestros ideales y por nues-

12
ira patria, estando unidos y formando un cuer-
po compacto y disciplinado, que debilitándonos
y aanpequeñeciendonos en una acción desarti-
culada Y confusa.

EA CONVENCION Y EL TEMOR DEL ACTUAL

La Coiivención que se ha llamado de Gentro-


Izquierda, y que muchos llaman, acaso con ma-
yor acierto, de partidos de Gobierno, se veri-
ficará en corto tiempo mas.
Nuestra directiva esta azorada e inquieta,
pQsque qviere asegurar a toda 'costa en ese
toriieo el éxito de un candidato oficial, y le
dessgradri y teme a Ba pastulaclon de otros
uoanbres.

UN DERECHO INAMBTIIBLE Y UNA


BENUNCIA FORMAL

Mas de dieciseis mil votos libres y limpios


obtenidos en la lucha interna, m e dan un de-
recho. inamovible a figurar en In terna del
radicalismo, como genuino candidato ,de las
fuerzas doctri'narias y populares del partido.
Po quiero anunciarle a esa directiva desde
convicción de que los procedimientos emplea-
dos y el hombre Impuesto por la directiva m&-
rima -cuyas condiciones personales nos me-
recen el mayor respeto- no coinciden con los
que el radicalismo necesitaba para enmendar
sus errores políticos, para recuperar la estima-
ción de sus viejos aliados y .para conglomerar
a su alrededor las fuerzas democráticas de
avanzadas 7 populares, con,las cuales habria
marchado, sin temores, s la 'conquista de 'm
triunfo seguro y promisorto.

SUPREMO SACRIFICIO
Pero esa voluntad equivocada de la directi-
va se ha impuesto y yo -sin abdicar en lo más
minimo a estos conceptos, ni ceder una pulga-
da en mi actitud- me siento obligado a aca-
tarla y les pido a ustedes que también la aca-
ten,como un supremo sacrificio por la unidad
del Partido.

LO MAS VALIOSO Y EFECTIVO

En el triunfo como en la derrota, siempre


podremos hacer algo más valioso, más efectivo,
y m á s grande por nuestros ideales y por nues-
Cra patria, estando unidos y formando un cuer-
po compacto y disciplinado, que debilitándonos
g empaqueñeciendonos en una acción desarti-
culada ? confasa.

%A CONVENCION Y EL TEMOR DEL ACTUAL


"GEN"

La Convención que se ha llamado de Centro-


Izquierda, y que muchos llaman, acaso con ma-
yor acierto, de partidos de ~obierno,se veri-
ficará en corto tiempo más.
Nuestra directiva está azorada e inquieta,
porqne quiere asegurar a toda 'costa en ese
toriieo el éxito de un candidato oficial, y le
desagrada y teme a la postialación de otros
nombres.

UN DEEECHO INAMOVIBLE Y UNA


RENUNCIA FORMAL

M á s de diecisgis mil votos libres y Hmplos


obtenidos en la lucha interna, me dan un de-
recho, inamovible a figurar en la terna del
rzdicalismo, como genuino candidato ,de las
fuerzas doct;rinarias y populares del partido.
S o quiero anunciarle a esa directiva desde
esta tribuna y con el asentimiento de ustedes
- q u e representan genuinamente al movlmlen-
to doctrinario puro y a quienes me debo por
enter- que yo no concurriré a esa Conven-
ción como candidato de mi partido, ni de nln-
gun otro partido; que la colocación de mi nom-
bre en la terna del radicalismo debe dejar de
constituir un problema para el señor presl-
dente del partido y su mayoría ~enista,porque
yo hago renuncia formal a figurar en ella.

NUESTRA VERDAD

Mis adversarios, pues, han estado equivoca-


dos, y ahora, después de haberme eliminado
voluntariamente como candidato mi Única
finalidad es tradncir en palabras lo que bulle
en estos instantes en las mentes encendidas
y desesperanzadas del pueblo radical. Decir,
con autoridad moral, mi verdad, nuestra ver-
dad, en un esfuerzo supremo por iluminar los
oscurecidos rincones de la política continuis-
t a y disipar lar tinieblas que no dejan ver a
nuestros dirigentes los senderos que pueden
conducirnos a la cumbre.
CRECIENTE . CONTRADICCION

La crisis que afecta al Partido Radical tiene


su nacimiento en la creciente contradicción
entre su ideario político, econóniico y social
Y SUS ctctuaclones prácticas como partido de
Gobierno.
Era natural que hace trece años, cuando la
victoria del Frente Popular entregó el Gobier-
no en manos de las fuerzas de avanzpdas, esta
contradicción surgiera en las filas radicales.
Nuestros organismos de base estaban habiha-
dos a actuar como elementos de oposicion y
planteaban sus principios y reivindicaciones
en el más absoluto terreno abstracto, como
habitual y lógicamente lo hacen todas lasl.
oposiciones políticas.

AGUIRRE CERDA Y RIOS:


UNA MISMA NOEtMA DE CONDUCTA

La maciza labor de Pedro Aguirre Cerda fué,


precisamente, convertir al Partido Radical de
combativo elemento de oposición e n eficaz
agente de Gobierno, y satisfacer sus aspiracio-
nes doctrinarias, sin provocar alteraciones re-
vol~eionariasen la organización y constitu-
ción de la Re~ública.
E1 Gobierno de Juan Antonio Ríos continuó
esta misma llnea política.

ACClON DEL GOBIERNO : COMBINACIONES


TRANSWCCPBNALES

La oposición que se h a alentado en las filas


del Partido Radical contra la actual Adminis-
tración, s e ha fundamentado, precisamente,
eii no haber mantenido iguales normas de con-
clucta.
Bien es c!erto que la elección del actual Pri-
mer Mandatario necesitó de la intervención
del Co;~gr;resoNa,cional y que en él fué Indis-
penseir:e colltar con los votos del Partido Libe-
ral; perc ello no pudo n i debió significar un
coirip~omiso que marcara por seis años uza
accijn de ide010gía derechista, porque a tal
precio tanto daba ganar como perder esa eleq-
ción en el Parlamento.
La verdad es que desde el primer momento
la acción de este Gobierno se señaló por su fal-
t a de confianza en el apoyo, en la capacidad
de realización, en la pujanza de las fuerzas de
avanzada. Desde el primer instante prefirió
encontrar su respaldo en la combinación trans-
~ccionaly no eri el apGyo entusiasta y leel
qz;e le habría diSpensado el pueblo si hubiera
visto que el programa que se levantó como
bandera de combate era íntegra e inflexible-
mente llevado a la práctica.

ACCHOM DIRECTA DE LAS MASAS:


FEBEEIECB) DI3 1950

La Coiicentración Nacional marcó l a cumbre


de esta política de com~lacenciascon las fuer-
zas de la reacción. Su falta de apoyo en la opi-
nión nacional llego a. tales extremos, que fué
barrida por la acción directa de las masas, en
febrero de W0. Esa jornada no alcanzó a sub-
vertir el orden institucional y a quebrantar
Iiuestra. democracia solamente por el alto gra-
do de cultura cívica y de responsabilidad de-
mocrática que han alcanzado los dirigentvs y
las bases de las .agrupaciones gremiales y sin-
dicatos de empleados y obreros.

FINALIDAD DESVIRTUADA
Su reemplazo por la combinación que aun se
encuentra en La Moneda, significó evidente-
\~oluclonsrias en la . organización y constita-
ción de la Eeeo~blica.
E1 Gobierno de Juan Antonio Ríos continuú
esta misma línea, política.

ACCIOM DEL GOBIERNO: COMBINACIONES


TRANSBCCPBNALES

La oposición que se h a alentado en las filas


del Partido Radical contra la actual Adminis-
tración, s e ha fundamentado, precisamente,
en no haber mantenido iguales normas de con-
ducta.
Bien es cierto que la elección del actual Pri-
mer Mandatario - necesitó de la intervención
del Coilgreso Na.ciona1 y que en él fué Indis-
peaseisle contar con los votos del Partido Libe-
ral; pero ello no pudo ni debió significar un
coinp~omiso que marcara por seis años uzn
acción de ideología derechista, porque a tal
precio tanto daba ganar como perder esa elec-
ción en el Parlamento.
La verdad es que desde el primer filomento
la acción de este Gobierno se señaló por su fal-
t a de confianza en el apoyo, en la capacidad
de realización, en la pujanza de las fuerzas de
avanzada. Desde el primer instante prefirió
encontrar su respaldo en la combinación tracs-
acuionnl y no eil el apGyo ei~tusiasta.y leal
ql;e le habría dispensado el pueblo si hubiera
visto que el programa que se levantó como
bandera de combate era integra e inflexible-
mente llevado a la práctica.

ACCPOM DIRECTA DE LAS PrlASAS:


FEBRERO DE 1950

La Concentración hIacianal marcó la cumbre


de esta política de complacencias con las fuer-
zas de la reacción. Su falta de apoyo en la opi-
ni6n nacional llego a tales extremos, que fué
barrida por la acción directa de las masas, en
febrero d e U O . Esa jornada no alcanzó a sub-
vertir el orden institucional y a qnebrantar
~ i u e s t r sdemocracia solamente por el alto gra-
do de cultura cívica y de responsabilidad de-
mocrática que h a n alcanzado los dirigentes y
las bases de las ,agrupaciones gremiales y sin-
dicatos de empleados y obreros.

FINALIDAD DESVIRTUADA
Su reemplazo por la combinación que aun se
encuentra en La Moneda, significó evidente-
mente un progreso; pero, estuvo y está lejos
de satisfacer los anhelos doctrinarios del Par-
tido Radical y las aspiraciones de los partidos
de izquierdo y del Pueblo de Chile, sobre todo
porque la finalidad perseguida al llevarla al
Poder ha sido posteriormente desvirtuada.

NO HA ViVIDB; H A VEGETADO,
Pareciera sí, que no obstante haber sido eli-
minada del Gobierno,' la Concentración Na-
cional hubiera marcado con sir sello el espl-
ritu de los dirigentes radicales. Se tornaron
conservadores, no en el sentido politdc~de la
palabra, sino en su contenido filosbfico.. En
estos iintmrms anos por la acción de sus diri-
gentes, el Partido Radical no h a vivido, el
por vivir se entiende la acción, el movimien-
to, la actividad, el progreso: el Partido Radi-
cal slrnplemerite h a vegetado.

AUN QUEDA MUCHO POR REALIZAR

Yo comprendo que un partido se torne coa-


servador cuando ha cumplido íntegramente
su ideario programático; pero no comprendo
que adopte tal posición cuando todos los ata-
ques que se dirigen se fundamentan, precisa-
mente, en Io mucho que aun le queda por
realizar.

NOSOTROS PENSAMOS EN EL PUEBLO

Todo lo que con asombro hemos visto ocu-


rrir dentro del Partido Radical en estos ulti-
mos meses, no es sino la traduccion al campo
electoral de la misma política que el Gobierno
h a tenido en su gestión. Componendas, trail-
Sacciones, compensaciones, misteriosos conci-
liábulos de los grupos dirigentes arreglando la
política nacional bajo la fórmula del derecho
romano; doy para que me des. Nadie ha pen-
sado en el pueblo, ni en su reserva de fuer-
zas vitales. No ha pensado nadie de los que
.tienen la responsabilidad de dirigir al Par-
tido Radical con la autoridad sin contrapeso,
que les da la disciplinada mayoría oficialista
de sus organismos máximos. Nosotros si, nos-
otros los doctrinarios pensabem'os en el pue-
blo y lo veíamos, con dolor, alejarse del Par-
tido Radical.
mente un progreso; pero, estuvo y está lejos
de satisfacer los anhelos doetrinarios del Par-
tido Radical y las aspiraciones de los partidos
de izquierda y del pueblo de Chile, sobre todo
porque la finalidad perseguida al llevarla al
Poder h a sido posteriormente desvirtuada.

NO HA VNIDO; H A VEGETADO,
Pareciera si, que no obstante haber sido eli-
minada del Gobierno,' la Concentración Na-
cional hubiera marcado con su s d o el mpi-
ritu de los dirigentes radicales. Se tornaron
conservadores, no en el sentido ríalítico de .la
palabra, sino en su contenido filosófico., En
EXü3 O l 3 7 i l B OS por 1á acción de sus diri-
gentes, el Partido Radical no h a vivido, si
por vivir se entiende la acción, el movimien-
to, la actividad, el progreso: el Partido Radi-
cal simplemente ha vegetado

AUN QUEDA MUCHO POR REALIZAR

Yo comprendo que un partido se torne con-


servador cuando h a cumplido íntegramente
sú ideario programático; pero no comprendo
que adopte tal posición cuando todos los ata-
ques que se dirigen se fundamentan, preeisa-
mente, en lo mucho que aun le queda por
realizar.

NOSOTROS PENSAMOS EN EL PUEBLO


Todo lo que con asombro hemos visto ocil-
rrir dentro del Partido Radical en estos últi-
mos meses, no es sino la traduccion al campo
electoral de la misma política que el Gobierno
h a tenido en su gestión. Componendas, tran-
sacciones, compensaciones, misteriosos conci-
liábulos de los grupos dirigentes arreglando la
política nacional bajo la fórmula del derecho
romano; doy para que me des. Nadie h a pen-
sado en el pueblo, ni en su reserva de fuer-
zas vitales. No ha pensado nadie de los que
tienen la responsabilidad de dirigir al Par-
tido Radical con la autoridad sin contrapeso,
que les da la disciplinada mayoría oficialista
de sus organismos máximos. Nosotros sí, nos-
otros los doctrinarios penshbamos en el pue-
blo y lo veíamos, con dolor, alejarse del Par-
tido Radical.
POSTULADOS ABANDONADOS PDR
ACTUAL DIRECTPVA
Para nuestra directiva h a sido una sor-
presa, para nosotros no, ver cómo frente al
Partido Radical y a su candidato oficial se
alza, con auténtico respaldo de las clases po-
pulares y de valiosas fuerzas políticas y -orga-
nieacicnes del trabajo, u n Cuarto Frente QUO
postula como candidato al prestigioso politiro
de izquierda, senador Salvador Allende y que
agita como bandera de reivindicaciones socia-
les y económicas la prolongación de la que nos-
otn-os tuvimos e n octubre de. 1938, y que aban-
donada por el oficialisirmo radical, ha sido re-
cogida tambiSa par su sector doctrinario.

PEZOPQSP'X~S DE CONTINUIDAD H DE
JUSTIFPCACIOM
Si se analizan con serena frialdad las ac-
tusciones Últimas de l a directiva de nuestro
partido, nos vemos obligados a pensar que ec-
tua obcecada por el propósito de dar satisfac-
ción al deseo de llevar a la Moneda a quien
represente la continuidad de la.actual línea
política, para buscar en su elección la justifi-
cación de los errores de estos seis años.
VNECAS QUERELEAS

No creemos que los hombres que hoy ti,~ n e n


en sus manos la responsabilidad .de dirigir el
Partido Radical hayan olvidado sus priricipios
doctrinarios hasta el pbirto en que e l partido
ya no se atreve a exigir el cumplimiento ni el
respeto de ellos y cede fnansainente ante szrs
eventuales aliados politicos y permanentes ad-
versarios en doctrina. Sus Únicas querellas han
sido por deleznables problemas adrninistrati-
VOS,

DRAMATICA CONCLUSION

Creemos más bien que la necesidad que s3


han impuesto de obtener para el candidato el
apoyo de fuerzas que aseguren su victoria, los
&liga a dolorosas concesiones en las prirci-
píos, y que su espíritu de radicales sufre tan-
to como el nuestro al adoptar actitudes reñi-
das con su credo. Porque si así no fuera y si
realmente l a actual, directiva radical creyera
que en la forma en que actúa cumple los pos-
tulados programaticos del Partido Radical; si
sinceramente creyera que está realizando la
obra de progreso social, económico y político
a que la obliga el programa del Partido, ten-
dríamos que llegar a la dramática conclusión
de que existen dos partidos radicales. El de
ellos, que ha buscado la manera más fácil. de
subsistir, trocando las combativas armas de1
empuje renovador y de la terquedad doctri-
naria, por los blandos resortes de la transjc-
ción y el cómodo arreglo, y el nuestro, lrre-
ductible en sus principios Cdeológicos, siempre
dispuesto aI sacrificio y a la lucha, e indiso-
lublemente unido a la causa del pueblo.

LO QUE NO DEBE OLVIDARSE

El radicalismo advierte y no se conforma


con que se siga desvirtuando su programa,
con que se amortigüe su acción doctrinaria
y se debilite su personalidad democrática, re-
volucionaria y rebelde, a trueque de compla-
cer voluntades omnímodas, de mantener com-
binaciones híbricas, de equilibrar situaciones
momentáneas de interés limitado a grupos o
personas que no .alcanzan a abarcar lo na-
cional.
Por temor a ser calificado de sectario o in-
tramigente no puede el Partido Radical aben-
donar las posiciones que conquistó tras largas
luchas y sacrificios, ni por temor a perder el
Poder puede olvidar que su puesto en nuestro
desenvolvimiento histórico es el de abandera-
do de las fuerzas populares.

RECONQUISTAR CONFIANZA

Si queremos reconquistar la confianza de !a


ciudadanía y continífZr en el Poder, tenernos
que cambiar fundamentalmente rxuestra poli-
tica de los últimos años. Nada de complacen-
cias, ni de transacciones, ni d e timideces. TE-
mmos que gobernar con un programa claro,
constructivo de izquierda, para afianzar nues-
tras coiiquistas ideológicas: sociales, economi-
cas, educacionales; para poner en manos de
hombres de firme criterib izquierdista e l ma-
nejo y la dirección de nuestras creaciones de
avanzada, hoy desvirtuadas y estirilizadas por
la acción reaccionaria; para darnos un nue-
vo inlpulso hacia la conquista de un mayor
progreso y de' un mejor porvenir, con solucio-
nes de izquierda honestas, practicas, ajenas a
toda clase de odiosidades y de intereses mez-
quinos y encaminadas a procurar el bien co-
mún dentro de un espíritu de justicia y liber-
tad.
HNDE@PSHON, DESENCANTO, DUDA.

Chile no ha encontrado todavía a sn hom-


bre. Hay en el pueblo Indecisión, desencanto,
duda. Prueba de ello es el marasmo en que se
~ e b a t & las candidaturas ya lanzadas a la ea-
lle. Se advierte un grande y penoso esfuerza
y or despertar entusiasmo, fervor, 'mística con
c s d n uiza de ellas. Pero, las propagsndzs,
mientras más sostenidas y bombásticas, y ias
jirzs, mientras más repetidas y discurseadrzs,
aparecen cada vez más como trajes ajados, y
fuera de medida que y a nadie desea sol ve^ 3
vestir por su propia voluntad.
LA AMBPCION DE LOS ~HPLENOS
El hombre que ambiciona la gran mayoría
del pueblo de Chile, aun se puede encontrar;
pero, para ello se necesita que el Partido Radi-
cal y las demás colectividades que se autode-
nominan de Centro-Izquierda, abandoneil el
niinúsculo y risible juego en que están empe-
ñados, levantando nombres a destajo, de ur,o
a tres por cada partido, nombres respetables
y prestigiosos, pero sin contenido Ideológico
inacizo, inconfundible, valiente; parece como
si fueran centros estudiantiles que buscan su
reina de la primavera y no colectividades po-
líticas que deben darle a la nación un abande-
rado, un conductor y un estadista que la en-
tienda, que la -interprete, que se identifique
con ella y que la satisfaga en sus aspiraciones
de progreso, de bienestar, de perfeccionamien-
to de la democracia, de alta nivelación econó-
mica, de libertad sin desorden, de justicia sin
privilegios, de autoridad si11 abuso.

EXTRUCTURAR UN BBQGRAMA
Y ENCONTRAR RE HOMBRE

Chile no ha encontrado su hombre ni lo en-


contrari si no se abandonan las ambiciones de
círcizlo, las mezquinas rivalidades y los inter-
minables y aburridos juegos de estrategia pa-
litiquera.
Hzy que estructurar un programa en que sc
fijen con nitid'ez los puntos bástess de u.,;%
acción futura de gobierno; hay que inspirzh
ese programa. en sólidos principios que armo-
nicen a los partidas afines en s::s propi~itos
de redención y grandeza nacionales; hay qxe
prestarle la fuerza y la adhesiáin que concedc
una alta finalidad comhn destinada a ser rea-
lizsda con lealtad; hay, en una palabra, que
hacer un honrado programa de avanzada, aje-
no a toda demagogia engañosa y a todo espí-
ritu reaccionario, y que contenga las aspira-
ciones del pue-$10 y no la de los taumaturgos
de la política santiaguina, como condición pre-
via para encontrar al hombre a que la nación
aspira y espera.
Ese hombre debe:& tener los relieves incon-
fundibles y fuertemente grabados que fije ese
programa; deberá identificarse con ese pro-
grama y deberá ser distinto y único, sin ePe-
mentos comunes con nlngrino de los otros
candidatos ya proclamados. .
Un hombre que sepa) actuar siempre a la
altura de los problemas de nuestro tiempo, que
le merezca confianza y respeto a la nabión y
a las oernás naciones, y en quien el pueblo
tenga fe, esa fe de la que nace espontáneo el
espíritu de colaboración y sacrificio, que es lo
Únlco capaz de salvar a los paises a punto de
naufragar.
Tenemos que terminar con los equilibrios,
con las fórmulas acomadaticias, w n las debi-
lidsdes complacientes e interesadas, con los
vicios y l a s rutinas de nuestra política actual.
CORTAR DE WAZZ UN VICIO
Yo quisiera que el futuro representante de
nuestra democracia y del pueblo cortara de
raíz un vicio que se ha enseñoreado en nues-
tros hábitos electorales y que ensombrece cl
prestigio de ~ u e s t r aorganización democráti-
ca: la aceptación de la influencia sin contra-
peso del dinero en el prokeso eleccionario y la
búsqueda de casi fabulosos 'recursos rnoneta-
rios en todos los círculos e'conómicos y por
todos los procedimientos. No es posible que
los futuros Mandatarios de nuestra nación,
quienesquiera que ellos sean y cualquiera
que sea el campo de donde provengan, sigan
solicitando y aceptando -para formar sus cajas
electorales dádivas venidas de manos general-
mente extrañas a la política , y a veces hasta
extranjeras, hipotecando así la independen-
cia de su acción futura, que no debe tener tra-
ba alguna para servir con pureza tan sólo la
conveniencia nacional.
El futuro candidato de la izquierda de Chile
le hará un servicio inapreciable a nuestra mo-
ral pública y a la solidez de nuestra democra-
cia si es capaz de exponer su triunfo en las
urnas a trueque de borrar esta mancha igno-
miniosa.
DEBEMOS DAR EL EJEMPLO

Un legitimo mandatario de los anhelos y


d c la autoridad del nu&lo soberano, no puede,
ni Cebe llegar al Poder entrabado por corupro-
misos monetarios, que habrán necesari,=men-
te de obligarlo a considerar intereses creados
contrnpues%osal interés general de la nmiQn.
Y el Partido gadical debe diir el ejemplo.
MUESTRA OZLLGACION

Nuestra aspiración no puede ser l a de co!li-


prar en subasta la Presidencia de la Republi-
ca, ni de mantenernos en ella a costa de ir
haciendo cada día más borrosa y débil nues-
tra personalidad, a fuerza de concesiones y
transigencias que nos permitan subsistir, aun-
que sea en un inestable equilibrio que ha,ce es-
téril, desteñida y hasta cohtradictcria nuestrz
accioil gubernativa.
O vamos a la Presidencla de la Rrpúblicn
para mantener entera e incorruptiblemente
nuesfros principios doctrinarios bssicos y pa-
ra realizar honrada e intransigentemente
nuestro programa radical socialista, o volve-
mos a una patriótica oposición democrátics.
POR TEMOB A PELDER ALiADOS

Pera no podernon seguir por no perder aiia-


dos o por temor a que nos llamen sectarios o
intransigentes, retrocediendo en el campo de
los conquistas obtenidas en perseverante y
sacrificada lucha en favor de la libertad de
conciencia, de la educación estatal, de iins
efectiva separación de la Zghsia del Estado,
con sus lógicas consecuencias de igusldaci y
respeto para todos los credos; siri privilegios,
ni exclusivismos, ni ventajas para ninguno.

NO PODEMOS SEGUIR ABDICANDO A


NUESTROS PlRINCPjPIOS

30podemos seguir abdicando, poco a poco,


a principi~sque fueron la razón de ser de
nuestro nacimiento a la vida política del
país y que, después de haberlos incorporado
a nuestra realidad nacional, tenemos la obii-
gación de defenderlos y mantenerlos con
i~revocable decisión, si no queremos que ia
ciudadanía que luchb junto a nosotros por
13 conquista de esos principios, nos vuelva
la espalda para siempre.
Intransigentes y sectarios son quienes pre-
tenden imponer su ideolo$a con exclusión
de toaas las demás y quienes niegan la ver-
dad y Is razóiri a quienes no se someten sz su
dogma; pero no lo somos nosotros que de-
fendmos el libre desenvolvimiento de la
personalidad humana y el respeto m á s am-
plio pzra todos los credos y sus representan-
tes.

PRESENCIA RECUERDO

No podemos seguir permitiendo que nues-


tras creaciones económicas se desvirtúen en
sus resultados por ser entregadas a mer,te
directorzs de principios antagónicos a los del
radicalismo; no podemos seguir aceptando,
bajo ' pretextos aparentemente respetables,
que se desconozcan y conculquen los dere-
chos ciudadanos y humanos; no podemos
conformarnos con dar marcha atrás en los
avances alcanzados en el campo social y gre-
mial; no podemos y no debemos dejar que
día a día se vayan esfumando los contornos
de este conglomerado político poderoso que
es el Partido Radical, exponiéndolo a que
pierda en tal forma sus características doc-
trinarias del pasado y del presente su pre-
sencia y su recuerdo del coraz6n de la opi-
nión pública.

DEFENSA DE LAS INSTITUCIONES

Somos honda J sinceramente democráticos;


pero no creemos que para mantener nuestro
sistema de convivencia sean necesariamente
a que se borre para siempre varias leyes re-
presivas de excepción. Creamos, por el con-
trario, que la dictación de esta clase de leyes
no defiende la democracia, sino que la mata.
Nuestro régimen jurídico ha dado a las auto-
ridades amias sobradas para la defensa de
las instituciones, si ellas saben emplearse y
si se emplean respaldadas por la serenidad
y la justicia.

ATENTADO CONTRA LA LIBERTAD

La eliminación de miles de nuestros con-


ciudadanos del ejercicio de sus derechos poli-
ticos, sin otro delito que su ideología, cons-
tituye un atentaáo contra la libertad de con-
ciencia y pensamiento; es una flagrante vio-
lación de los derechos constitucionales; re-
presenta la negación del principio esenclal
de la democracia. La adopción de tal prin-
cipio en nuestra legislación constituiría una
mancha imborrable en la historia de nuestro
partido, s i no hubiera sido por la irreducti-
hle oposición que ella siempre ha encontra-
do en sus más importantes sectores. El doc-
trinarismo h a salvado el honor democrático
del Partido Radical con su lucha jamás ate-
nuada contra las disposiciones de la llamada
Ley de Defensa Permanente de la Democra-
cia, que agravada en su aplicación por el ser-
vilismo palatlno de funcionarios subalternos.
coloca a nuestras autoridades en trances tan
pocos alrosos como el que le h a creado 12
justiciera absolución del diputado don Eal-
tasar Castro.

PRINCIPIOS PRQGRAiPIATICOS
SOCIALISTAS

El Partido Radical, el verdadero y legiti-


mo Partido Radical que nosotros representa-
mos, no oculta ni hace misterios de los prin-
cipios programáticos de inspiración socialis-
ta que informhn un contenido económico y
mediante cuya aplicación quiere llegar a
implantar en el país el imperio de la auten-
tica democracia económica.
El Movimiento Doctrinario cree firmemente
que la acción moderadora y controlador del
Estado debe intervenir en todas las fases de
los diferentes procesos económicos para equi-
librar la disparidad de la fuerza que en su
libre juego existe entre el capital y trabajo.
Cree firmement,e que las riquezas de nues-
tro suelo debe ser patrimonio de la nación
al servicio de todos sus hijos. Cree que co-
rresponde al Estado, como ideal, la propie-
dad, y como realización inmediata, la tute-
la inás eficaz y severa sobre todos los servi-
cios de utilidad pública.

AMPLIOS DERECHOS DE ASOCPACION


Y SINDICALES

Los clcetrinarios no estamos dispuestos a


acepta: la negación de ninguno de estos
principios por conseguir apoyos electorales
así como no'estamos dispuestos, tampoco, a
qiie se prive a ningún sector de nuestra po-
blacion del niás amplio ejercicio de sus de-
rechos de as~ciacióny sindicales, porque se
pielzse, por los sectores interesados? que eilaz
anlenazan determiliados intereses.

UNA' DEMOCRACIA ALTIVA E


INDEPENDIENTE

,En el campo de nuestras relaciones inter-


ilacionales, los doctrinarios creemos que el
Partido Eaciical debe aspirar a fortalecer irna
soiitica de cordialidad con todos los pueblos
de la tierra y, en especial, con los de América;
política de pueblo pacifico, seguro de sí mismo,
sin arrogancia, pero tsmbién sin complejo::
üe inferioridad. Aspiramos a que nuestra
pditica interna y externa no se dejen influir
ni atemorizar por propagandas extranjeri-
zailtes, ni por gravitaciones económicas prc-
potentes, ni por infiltraciones ideológicas o
~:::~ti?i&les de ninguna especie. Aspiranios
desenvolveriios como una democraxia altiva
e indepeudiente que no acepta irnperialismos,
ni cree en ellos mientras sega imponer res-
petc e igualdad de trato a todos, en recipro-
cidad ael que nosotros debemos otorgarles a
t@Dx. Dentro de los nuevos conceptos que
rigen a la vida internacional, no es razonz-
ble que nos apartemos de las normas que 03-
servan las más poderosas naciones: mante-
ner relaciones diplomáticas y comerciales aun
cuando sus regímenes internos sean hasta
antagónicos. Si Estados Unidos o Gran Breta-
fi8 o cualesquiera otras naciones occidenta-
les mantienen una amistosa conviveilcia con
países como la Unión Soviética, la Repúbli-
ca Popular China, Cheboslovaquia, etc., no
vemos por qué, sin que haya motivos que afec-
tenten a nuestra dignidad nacional, no po-
damos nosotros mantener también con ellas
los contactos que nos permitan llamnrnc';
amigos, entendernos y sacar recíproco por-
vecho en los campos de la cultura y del co-
mercio.

FRENTE A UNA ENCRUCIJADA

El país se encuentra frente a una encruci-


jada. En septiembre del año próximo su elw-
torado será llamado para decidir, libre y de-
mocraticamente, el camino que desea seguir.
Tres son las rutas que pueden seguirse. La
primera de ellas marca. una curva de retro-
ceso hacia procedimientos, sistemas y prin-
@ f p i r qne
~ creíamos pae ñabían sido defin!-,
tivamente abandonados e n 1938, y respecto
de los cuales el pueblo h a manifestado rei-
teradamente su repudio en posteriores comi-
cios. Es el retorno a la Derecha E!conómica.
Es el rktorno a l predominio del capital sobre
d trabajo. Es nuevamente la oligarquía chi-
lena cn el Gobierno de la República. Basta re-
visar Izs listss de los nombres dc quienes di-
rigen la candidatura derechista para com-
prender la irrebatible verdad de estas afirma-
ciones y para comprender que es ilusorio el
sentido nuevo que pretende darle a sus pos-
tulacinnes ese candidato.
Otro camino nos lleva hacia el extravío de
la dictadura y de la fuerza como panaceas de
todos los males. Como consccirencia de la de-
sesperación de las masas, provocadas por las
debilidades y vaciIaciones en resolver sus pro-
blemas m á s apremiantes se h a n producido di-
visiones en un sector de partidos populares, y
se h a logrado elevar como caudillo de sus rei-
vindicaciones a un personaje que encarna. una
de las épocas más oprobiosas que registra Ia
República, época que no podemos recordar con
orgiiilo democrático los chiienos.
dC15mo es posible que después de la esperan-
za que iluminó el camino del pafs a raíz de la
victoria de 1938, hayamos retrogradaria hasfa
el extremo de que éstas sean dos de las rutk
que se abren a nuestro futuro?
Desgraciadamente, frente a esta pregunta
sólo cabe la confesión de nuestros errores, de
nuestras debilidades, de nuestras vacilaciones.
Ha sido el Partido Radical quien mantiivcr
la prepotencia de la Derecha en el campo eco-
nbmico, sin saber imponer inflexiblemente lcs
prlnclpios de democracia económica que con-
signa su programa; por eso la Derecha vuelve
a ser fuerte y amenazadora.
Ha sido el Partido Radical quien ha permi-
tido que se destruyan con leyes represivas de
excepción las conquistas polític'as alcanzadas;
por eso hay quienes no se atemorizan ante la
idea de lanzdrse en brazos de una desembo-
zada dictadura.

LO QUE LA MAYORIA REPUDIA

Y lo m i s doloroso al hacer este análisis es


que debemor decir: ;El partido Radical!. . . .,
pese a que sabemos que miles de radicales y
prácticamente la totalidad del electorado gno
lo acompaña en los comicios populares y que
es cinco veces m á s fuerte numéricamente que
sus asambleutas, repudía esta política y anhe-
la ver nuevamente al radicalismo como vale-
rosa vanguardia de las fuerzas populares.

iAUN ES TIEMPO. ..!


Yo no creo que sea tarde para reaccionar.
Aún es tiempo que el Partido Radical y quienes
dentro de la combinación de Gobierno quieran
lealmente acompañarlo, se abran, comprensi-
vos, a las aspiraciones y anhelos de los parti-
dos de Izquierda y del pueblo de Chile. La en-
vergadura y solvencia que alcanzaría un au-
tentico movimiento de izquierda, unido a la
organización, dlscipiina y n b e r o de los cua-
dros radicales, representaría la colaboración
decidida, generosa y leal de todos los elemen-
tos populares, bien diferente, por cierto, a los
vacilantes y condicionados apoyos que el Par-
tido Radical se ha estado esforzando en con-
seguir.
CAUSA IDEALHSTA E IMPEICECEDER4

Y ahora, antes de terminar este "canto de


,cisne" o acaso este graznido de ganso -no hay
que olvidar que los gansos salvaron a l Capito-
lio- quiero rendir un tributo de hondo y si!.!-
cero reconocimiento a todos vosotros, leales y
desinteresados amigos, valerosos y abnegados
hermanos de lucha. Vuestra inconmovible
adhesión a nuestra común doktrina y vuestro
generoso apoyo a quien ha tenido la honra de
ser vaestro abanderado e n un causa idealista
e imperecedera, nos habrán de dejar en el al-
ma la convicción de que hemos sabido cumplir
con nuestro deber de radicales y de que hay
en nuestros cuadros doctrinarios reservas pu-
jantes y sanas que habrán de salvar el- porve-
nir del partido.

Ha habido en esta lucha sóIo aparentes ven-


cededores y vencidos, y al decirlo así no me
refiero al discutido resultado de las cifras de
una elección, sino a l hecho de que mientras
esa contienda era para unos meta y finalidad
de su actividad para nosotros -para Uds. Y
a l servicio de la noble causa comtin, su inteli-
gente empeño y su trabajo esforzado.
Es justo que encabece la lista de honor de
diputado8 con mi entrañable amigo Luis BQS-
say, geiieralisimo de mi campaña, a quien y a
dos provincias han ungido, adelantándose a
la elección, como su más digno representante
en el Senado, por su intachable vida consagra-
da por entero a la Faasa del Fsrtido y del pue-
blo. -
Junto a él laboraron brillantes y arrojadas
-jóvenes mosqueteros de la doctrina., de co-
razón intrépido y de palabra de acero- Juan
Luis ~ a u r á smi
, -secretario general, y Julio Drz-
rkn, mi abogado del triunfo ante el Tribunal
de Honor. Y luego, Alejandro Ríos Valdlvin,
Oscar Bustos y Gilberto Tirado, mis colegas de
profesorado, incansables en su acción dc'pro-
paganda y de defensa de nuestra causa, asi
como Manuel Magaihaes, Orlando Sandoval,
'ar!os Raontané, Humberto Correa, Eliecer Mc-
as, Rolando Rivas, Manuel Moller, Julio Se-
ilveda, Oscar Quina, intrépidos luchadores
' la doctrina; Alejandro Vivanco, el hábil ex
esidente del Partido, que señalara a su paso
T el cargo u n camino para ser seguido por
ienes llegan a la más alta dignidad del ra-
dicalismo; Exeqniel Gonzalez, sereno, pero
irreductible doctrinario, limpio de toda mea-
quindad; Sebastián Santandreu y Raúl Era-
ñes, que fueron respetados y prestigiosos Pre-
sidentes de la Cámara de Diputados.

PARA CUMPLIR MEJOR


Uno a sus nombres el del talentoso y bri-
llante dirigente del Partido, Luis Alberto Cue-
vas, y de la esforzada pléyade de parlamen-
tarios -de entre los que quiero hacer especial
mención de mi valiente amigo Mario Riquel-
me- dirigentes y asambleístas que lo acorri-
paiiaron en su campaña y que al término de
ella, resuelta y espontáneamente, unieron sus
fuerzas a las nuestras para cumplir mejor la
tarea en que ellos también estaban empeña-
dos de salvar los amenazados principios doc-
trinario~del radicalismo.

EL DOCTRINARISMO NO SE SIENTE
NI HA SIDO DERROTADO

Todos ellos encarnan para el sector más


lioso, más combativo, más recio y sólido
~artido-~adieal-y,~ara~l~inrnensa' masa

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