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Encuentro de Baladre en Cantabria.

25, 26 y 27 de septiembre del 2009


Baladre: para situarse más allá de la Renta Básica de los/las iguales (RBis)
Documento de reflexión 2 Propuesto por José Iglesias Fernández

Baladre ante el capitalismo

En el capitalismo, ninguna persona puede decir que adopta una actitud ecuánime, imparcial, neutra. O
explota o es explotada, o es opresora u oprimida, o es dominante o sometida. Forzosa e ineludiblemente,
todo sujeto ha de ejercer o sufrir una de estas situaciones. Como ámbito, Baladre nace como un espacio
de debate desde el que combatir la explotación, la opresión, y la dominación, pero también están entre sus
objetivos, a medio y largo plazo, la transformación del capitalismo en una sociedad sin clases y sin
jerarquías.
Para lo uno y lo otro, para la defensa de las personas explotadas, las oprimidas y las sometidas, así
como para la lucha contra el sistema, uno de los instrumentos que los colectivos y las personas que lo
componen aceptaron reivindicar como idóneo, entre otros, fue la Renta Básica de los iguales (RBis).
Baladre ante la RBis

Así que partiendo de un claro anticapitalismo y una voluntad transformadora, surgen nuevas cuestiones
respecto a la RB. Nuestra madurez y exigencia de la coherencia política nos lleva a preguntarnos por tres
aspectos sobre la misma:

 ¿No está la RBis que defendemos fuertemente dominada por los valores y las
actuaciones reformistas puntuales que se hacen en materia social en (el Estado
de clase) del sistema que criticamos?
 Baladre ya he revisado ampliamente el papel de la RB como instrumento de
transformación social (lo hizo al pasar de la RB a la RBis). Aun así, ¿no ha
llegado la hora de revisar el papel que ha de jugar la RBis dentro de las
actividades de los colectivos para que no absorba todas o la mayoría de
nuestras energías? Para que, sin abandonarlo como instrumento puntual,
recompongamos su actuación, de forma más acorde con nuestra filosofía y
objetivos, cómo ya hemos hecho en situaciones anteriores?
 La crisis actual, ¿no supone un momento muy adecuado para revisar las propias
actividades en curso que realizan los colectivos y pensar si forman parte de un
proceso, con fases y objetivos de medio y largo plazo, para transformar el
capitalismo?

Antes de buscar respuesta a esos tres apartados, recordemos como nuestra definición actual establece
que la Renta Básica de los iguales (RBis) consiste en el derecho de toda persona, por el hecho de haber
nacido, a recibir una cantidad periódica que cubriese sus necesidades más básicas. Todavía precisamos
que este derecho de los ciudadanos y ciudadanas ha de ser individual, universal, incondicional, con una
cuantía monetaria igual o superior al umbral de pobreza.1 Además, sostenemos la necesidad de crear un
fondo de RBis, que estará constituido por un porcentaje que aportará cada beneficiario para proporcionar
más bienes colectivos a la sociedad, y será gestionado de forma horizontal y directa por los mismos. La
RBis ya es reivindicada como un patrimonio propio por muchos movimientos sociales. Es decir, no se
1
Hace tiempo que nos imitan, tanto cuando hemos propuesto que el término a utilizar tenía que ser el de Renta
Básica (RB), como cuando hemos ampliado las características de la Renta Básica de los iguales (RBis) para
enriquecer el instrumento. Hemos de decir que nos sentimos congratulados con esta decisión. Estas adopciones
conceptuales indican que nuestras intuiciones se mueven en la dirección correcta, si es que no nos equivocamos
todos, propulsores e imitadores. Anotamos que Rubén M. Lo Vuolo y Daniel Raventós hayan asumido finalmente
que el ingreso a reivindicar como cuantía en la RB “sea al menos de la misma cantidad que el umbral de pobreza, en
su versión excelente”. Ver http://www.sinpermiso.info/articulos/. Esto puede ser que contribuya a que otros
partidarios de la RB se muevan en la dirección que siempre hemos propuesto.

1
trata de cambiar el contenido de la RBis, sino de incorporarla más profundamente a un proceso de
transformación del capitalismo. Ya estamos apuntando a la necesidad que, en Baladre, nos vayamos
sensibilizando con la idea de diseñar alguno o varios de estos procesos.
Ahora bien, siendo críticos con el sistema, siendo políticamente realistas, ¿podemos esperar que el
capitalismo conceda a la ciudadanía tal derecho, satisfaga tales necesidades, cuando la existencia del
capitalismo se fundamenta precisamente en mantener la explotación, la opresión y el dominio de las
poblaciones? ¿Puede el capitalismo conceder este derecho que permite a cualquier ciudadano/ciudadana
ignorar el mercado de trabajo, ámbito dónde ejerce el poder (dominio y opresión) sobre las personas que
buscan un empleo asalariado, dónde decide quién trabajará o no, y explotando seguidamente a aquellas a
las que contrate? El Estado capitalista, legislador y gestor de la asistencia social, ya aplica programas
sociales de ayuda a personas y colectivos en ‘situación de riesgo’, pero siempre desde programas de
alivio, reformistas, buscando que no se altere la pax capitalista, como mecanismos de control del orden
social. Lo que no hará, y no hemos de olvidar su naturaleza de clase, será conceder la RBis a la población
para que esta, especialmente los antisistema, puedan dedicarse, al menos sin trabas económicas, a poner
en peligro los mecanismos de explotación y poder del capitalismo. De hecho, la pobreza, la exclusión, la
marginación, la desigualdad, pero también los abusos del poder y los recortes de derechos en sus diversas
manifestaciones, son permanentes exponentes de la injusticia social del sistema a lo largo de todo el
periodo que lleva de existencia.
Por tanto, nada cambiará, y menos con propuestas formuladas desde dentro, desde la filosofía del
capitalismo. De hecho, hemos de admitir que la mayor parte del contenido de la RBis puede ser
incorporado, con adjetivos diferentes pero similares 2 por el Estado capitalista en sus diversas
prestaciones de asistencia social. Por ejemplo, ¿cuántas de sus ayudas sociales no son individuales,
universales (no contributivas)?, ¿cuántas de ellas (pocas) no tienen contrapartida, o están relacionadas con
algún fondo, como el de pensiones, el del subsidio de paro, las rentas mínimas de inserción, etc.? Sin
embargo, a la hora de poner el dinero sobre la mesa, cabe señalar que el Estado capitalista no es generoso,
ya que la mayoría de las cuantías están al borde del umbral de pobreza severa, dedicadas a los más
excluidos (pobres, sin techo, etc.) y son gestionadas por burocracias oficiales. De hecho, lo que queda
únicamente como elemento distintivo y transformador en la RBis es la eliminación de la exigencia de no
pasar por el mercado de trabajo. Yo diría que esta es la característica fundamental, esencialmente
anticapitalista de la RB, ya que al eliminar la necesidad de tener que pasar por el mercado de trabajo para
sobrevivir y con la cuantía a percibir como mínimo igual al umbral de pobreza, destroza el mercado de
trabajo capitalista. Este elemento es el que más nos impulsa a continuar con la reivindicación de la RBis.
La verdadera trasgresión que podemos hacer como antisistemas es negarnos a trabajar, a ser explotados, y
dedicar nuestras energías y nuestro tiempo liberado a combatir el sistema.3 Para que la RBis sea algo más
que una asistencia social, sea un instrumento de transformación, hemos de entenderla como un
instrumento parte de un proceso de lucha por un sistema social y económico alternativo. Sólo si
integramos la RB en las múltiples variantes de un proceso transformador avanzaremos en nuestra tarea.
Baladre ante la acción local

Es enorme el caudal de experiencia acumulada por los colectivos que frecuentan el ámbito Baladre
sobre la acción en los barrios de pueblo y de pequeñas y grandes ciudades.4 La experiencia de estos
grupos es fruto de su lucha por la justicia y por una sociedad satisfactoria para todos y para poner en
común las actividades relacionadas con las problemáticas que sufre un variado número de grupos de
personas empobrecidas: drogadicción, paro, cárcel, sida, desalojos, alcoholismo, abusos sexuales y
maltratamiento de género, familias desestructuradas y niños de la calle, agresión y discriminación contra
inmigrantes, es decir, son unas situaciones de pobreza que les impide a estas gentes de forma personal
abordar estos problemas, los que a su vez se vuelven contra ellas para mantenerlas en unas condiciones de
extrema pobreza; se da el llamado círculo de la pobreza. No hace falta añadir que muchas de estas
personas son víctimas al mismo tiempo de varias de estas carencias y maltratamientos.

2
Renta básica de emancipación (vivienda para jóvenes), renta básica para la tercera edad, renta básica de inserción
(Euskal Herria, País Valenciá), etc.
3
Léase el Documento 1. José Iglesias Fernández. De cómo el anarquismo disney sale en defensa de la explotación
capitalista. Espero que la ‘editorial’ Baladre / Zambra se anime a publicarlo.
4
Recordemos las reflexiones y acuerdos tomados en las Jornadas sobre intervención de los movimientos sociales en
barrios y municipios de Morón.

2
Barrios (o comunidades) 5 en los que Baladre, a través de los Colectivos (o personas) participantes,
tiene presencia y un fuerte conocimiento de estas realidades sociales. La presencia de Baladre en el
ámbito de lo local se expresa esencialmente en y a través de:
Araba: Abetxuko (Luís); Barcelona, Mesa Cívica por la RBis; Burgos, Cantabria, (Miguel); Canarias:
Orotava La, Iniciativa por la Orotava (IpO), Asamblea Canaria (Momo), Gran Canaria, (Koldobi),
Fuerteventura (Jesús Giráldez); Cuenca; Galicia: Ourense, (Lauriña); Vigo, Coia y Grupo de Acción Social
(GAS); Granada; Logroño; Madrid, San Cristóbal; Málaga: Encontraste, Palma La-Palmilla, Zambra; Morón
de la Frontera, Salamanca; Valencia: Alfafar, Colectivo El Parke; Coma (La), (Luís), Xátiva, La Canyota;
Vizcaya, Baracaldo, Berri-Otxoak y Argitan (Centro Asesor de la Mujer); y Zaragoza.6

Tomo uno de estos barrios y sus grupos más conocidos, aunque en torno a ellos actúan un buen número
de colectivos. Es impresionante el conjunto de temas, actividades y reivindicaciones que abordan, lo que
nos da una pauta de lo que más abajo quiero resaltar en este documento de reflexión: la necesidad de un
proceso de transformación que incorpore todo este mundo de actividades frecuentemente inconexas.

 Baracaldo, Berri-otxoak y Argitan (Centro Asesor de la Mujer). Algunas de sus


actividades, buena parte de ellas conjuntamente con otros grupos afines:
“Concentración por unos servicios sociales dignos. XIV Marcha contra la Pobreza
y el Gasto militar. Desayunos solidarios. Acto de apoyo a la "XIV Marcha Contra
la Pobreza y el Gasto Militar". Concentración "Por unos presupuestos solidarios,
por los servicios sociales". Parodia con "Superheroes" para denunciar los
recortes de las ayudas sociales. Apoyo a la huelga general en Euskal Herria.
Concentración frente al Ayuntamiento con enseres, para denunciar la
congelación de las partidas destinadas a las ayudas sociales y por una mejor
atención. Concentración de las plataformas contra la parálisis burocrática en la
tramitación de las prestaciones sociales. Concentración Contra la precariedad
laboral. Concentración a las puertas de un piso municipal vacío. Campaña contra
la precariedad laboral en Baracaldo: "procesión de Santa Precaria". Inicio de la
campaña de Información de las ayudas económicas del Ayuntamiento de
Barakaldo. Acto de protesta bajo el lema "El Ayuntamiento tanga a los afectados
por la crisis". Jornadas por el derecho a una vivienda digna. Concentración por
unos presupuestos solidarios y por los derechos sociales. 7 La gente que
participa en Berri-otxoak se define a si misma como “Además de las
relacionadas con las denuncias que surgen a través de la Oficina de Información
(personas a las cuales se han vulnerado sus derechos básicos), demanda de
mayor presupuesto para cubrir las necesidades básicas de las personas sin
recursos, apoyo a personas concretas que luchan por acceder al pago del
alquiler, a la sanidad, a la vivienda..., denuncia de los sueldos millonarios del
alcalde y concejales - cuando están congelando las ayudas para las personas
empobrecidas de nuestro pueblo-, campañas de información sobre la ley y los
derechos de las personas, tanto a nivel de calle como por medio de la Oficina,
sobre la Renta Básica (incondicional, universal e individual), a nivel de la
Comunidad Autónoma Vasca, trabajamos junto a Gaztetxes, otras plataformas
contra la exclusión social y grupos sociales, demandando vivienda digna,
aumento de las partidas presupuestarias para las Ayudas de Emergencia Social
(AES), reducción del límite de edad para cobrar la renta básica del Gobierno
Vasco (de 25 a 23 años ) y aumento de la cuantía de la Renta Básica.
5
Toni Valero señala acertadamente que “en nuestra opinión la Comunidad, no es algo ya fijado y estable sino es un
concepto en continua construcción”. Pero esta afirmación es aplicable lo mismo a los barrios, a los municipios, a los
pueblos, a las pequeñas y grandes ciudades, como a cualquier otra unidad de sociedad humana: toda experiencia ha
de estar en permanente construcción. De aquí la necesidad de remontar la acción local e insertarla en un proceso de
transformación más amplia, tanto en el tiempo como en el espacio. Estas agrupaciones humanas no sólo deben
crecer y extender las raíces en un proceso hacia dentro, hacia el interior, sino que es indispensable que el mismo
proceso se proyecte hacia fuera, hacia el exterior y aparezcan brotes, que se conviertan en troncos, en ramas, etc.
6
Pido disculpas de antemano a aquellos colectivos que haya dejado sin mencionar.
7
Este conjunto de actividades se ha realizado entre enero y junio del 2009, lo que da una visión de la capacidad
movilizadota de estos grupos.

3
Trabajamos principalmente en cuatro campos más: la denuncia del alarmante
gasto militar, las campañas contra las ETTs y trabajo precario, la carencia de
vivienda y proponemos que el que no tenga no pague”.8

Por toda esta experiencia acumulada, los colectivos que transitan por Baladre han llegado a una
coyuntura en su madurez política y social que han de abrir caminos, avanzar diseños, hacer que sus
actividades cotidianas formen parte de un proyecto de transformación hacia una sociedad sin clases y sin
jerarquías.9 No sólo hay que enraizar nuestras actividades en la comunidad, o el barrio y, frecuentemente,
contra la alcaldía (las autoridades municipales o regionales), sino que hay que hacer que florezcan hacia
el exterior, en un proceso de transformación más global de lo local. Nuestro vecino ha de ser también la
comunidad de al lado, el barrio de al lado, el municipio de al lado, la ciudad de al lado, así como nuestro
más próximo adversario han de ser las alcaldías que representan estas unidades de convivencia.
Reivindicaciones separadas en ciertos temas, conjuntas en otros.
El propio Baladre, como ámbito de encuentro, debe trascender también esa definición que todavía
sostiene de su identidad: es una coordinación estatal que contiene colectivos de todo el estado, con
diferentes sensibilidades, pero con una voluntad común: la de denunciar la desigualdad, la pobreza y la
marginación en cualquiera de sus formas. Los colectivos que participamos en la coordinación de
Baladre lo venimos haciendo tanto en luchas sociales puntuales y/o a nivel local, como a nivel global, en
movilizaciones estatales e internacionales tales como las Marchas contra el paro, contra la Europa del
Capital o contra el Fondo Monetario Internacional. Esta definición está en la línea de la denuncia del
sistema, necesaria, pero ha de promover, con el mismo ahínco que denuncia, la transformación del
sistema, para lo que debe buscar posibles alternativas al sistema. Los tiempos, la coyuntura del
capitalismo, lo están exigiendo de nosotros, si pretendemos que Baladre sea ese ámbito donde se han de
abrir los caminos de los procesos transformadores.
Baladre ha de situarse más allá de la RBis, más allá del capitalismo

Baladre ya lo viene haciendo cuando dice y practica el RBis y mucho más. Son muchas las
experiencias, en su mayoría de índole local (comunidad, barrio, municipio, pueblo) que están en marcha,
así como muchas otras propuestas que irán llegando. 10 Ahora bien, esta visión del capitalismo y del
contenido de la RBis nos obliga a reubicar en estas realidades y proyectos el instrumento que sostenemos,
divulgamos y reclamamos su implantación, si queremos mantener nuestra coherencia antisistema. A partir
de ahora, habremos de pensar e insistir más en que la RBis sólo es (que no es poco) un instrumento idóneo
para que los movimientos sociales puedan utilizarlo contra el sistema, pero siempre dentro de un
proyecto de actuación, dentro de un proceso de cambio / transformación del sistema capitalista. Este
proyecto/proceso de transformación comienza a ser indispensable, como en su día fue necesario darle
contenido de izquierdas a la propuesta de la RB, convirtiéndola en RBis.
Ya hemos dicho, pero no está de más repetir, que la RBis sigue siendo un instrumento interesante y útil
de transformación y que seguiremos manteniendo las características estructurales y de opción política
que definen la RBis como un instrumento que ha de garantizar tal derecho, pero pensando que la idea es
presionar sobre el sistema para que atienda las carencias de los grupos empobrecidos. Aunque nosotros la
planteemos y la utilicemos como un instrumento antisistema (más que una reivindicación). Pero, a su
vez,) siendo críticos, realistas y consecuentes con nuestros argumentos, el capitalismo no legislará una
RBis tal como la definimos arriba, pero sí que actuará como un elemento de presión para que el Estado
capitalista vaya respondiendo con ayudas parciales a las personas, más bien a las familias, con
cantidades que sabemos no se aproximarán a los umbrales de pobreza severa, y desde luego exigiendo a
los beneficiarios de la misma, algún tipo de contrapartida laboral o actividad social.
Ahora bien, el que aceptemos que la RBis puede ser un buen instrumento para luchar contra el sistema,
a la hora de buscar alternativas al capitalismo, no menos hemos de tener muy claro que nos hemos de
situar en un ámbito que esté fuera del sistema, o acabaremos por hacer un análisis correcto del mismo,
pero proponiendo soluciones e instituciones copiadas del propio capitalismo. Esto nos lleva a proponer y
8
En http://www.nodo50.org/berri_otxoak/
9
En cierto sentido, y como ampliaremos más abajo, sus actividades locales forman parte del punto de partida o
inicial para la puesta en marcha de proyectos de transformación social
10
Hemos incluido un ejemplo en el texto. Pero, si repasásemos la historia de los colectivos que frecuentan el ámbito
Baladre, encontraríamos miles de estas luchas, miles de tantas experiencias impulsadas.

4
considerar muy en serio la indispensable necesidad de diseñar procesos y otros instrumentos, así como
tener todavía más notorio y visible cuales han de ser los mínimos comunes que han de constituir las
bases sobre las que establecer las alianzas. Desde hace tiempo, en Baladre, la RBis ya era un instrumento
contra el capitalismo, pero desde ahora tendremos que explicarla como un elemento que se incorpora a
un proyecto de cambio, a una alternativa que transcienda más allá de la reivindicación de esta propuesta. Si
no corremos el riesgo de repetirnos concentrándonos en la misma, cuando lo que interesa es explicar un
modelo alternativo de sociedad, sin clases y sin jerarquías, en el cual la RBis sólo juega un papel de
instrumento idóneo, de herramienta eficaz, para que ayude a que se produzca el cambio. Aquí está el
objetivo de este documento, así como afrontar el desafío que implica asumir el diseño de procesos. No
hacerlo, continuar ignorando esta exigencia, es apoltronarnos en la denuncia de lo malo que es el sistema,
pero sin atrevernos a dar el paso que exigen los diseños de propuestas contra el capitalismo.
En consecuencia con todo lo expuesto, aquí se nos presenta el nudo gordiano a romper: ¿qué vamos a
proponer como modelo matriz de sociedad alternativa y qué procesos se han de diseñar en el que incluir
la RBis como tal instrumento? Desde una visión crítica, la eficacia del contenido de la RBis queda
expuesta, pero la necesidad de pensar en un diseño matriz sobre el que podamos debatir las alternativas
al capitalismo queda totalmente abierto al debate.
Nota final. En el escrito que sigue, que ya conocéis, planteo algunas ideas para ir avanzando hacia la
reflexión acerca de los procesos que pueden conducir a ir más allá del capitalismo. Es cuestión de
situarlos ahora en el marco de este escrito y comenzar a debatirlo si consideráis que sirve para algo.
Espero respuestas, tanto en el punto de incorporar las actividades a los procesos como en la posibilidad de
que se adopte el proceso matriz que incluimos en el documento siguiente.

José Iglesias Fernández


Barcelona, septiembre del 2009

5
Más allá del capitalismo: lectura para enmarcar las medidas dentro de un proceso de transformación social
Documento de reflexión 3 Propuesto por José Iglesias Fernández

Nota preliminar

Este material ya se circuló en las “Jornadas sobre intervención de los movimientos sociales en barrios y
municipios”. Morón de la Frontera, 12-13-14 de junio del 2009
Sería conveniente releer este Apéndice para poder enmarcar el debate sobre qué procesos diseñar para la
transformación social. Aquí proponemos uno de esos procesos (un borrador) que ha de formar parte de las
alternativas al capitalismo, que comienza en el Barrio, se expande por el Municipio, orienta la acción
hacia la Alcaldía, que tiene como objetivo final acabar en una sociedad sin clases y sin jerarquías, como
podría ser la sociedad comunal uno de los modelos a considerar.
Ambos forman parte de un nuevo libro mío. Crecimiento, no. Capitalismo, tampoco. Nuevos argumentos,
y algunos viejos, contra la propuesta del decrecimiento. Este proyecto fue ampliado, incluyendo ahora un
análisis crítico del consumo responsable. Próxima publicación. No reproducir, sólo son para uso interno de
los colectivos y personas de Baladre.
Más allá del capitalismo: un criterio que nos puede orientar en la búsqueda de alternativas

Firmemente, el decrecimiento no es una alternativa. Y cómo no es la primera vez que reflexiono sobre
el tema, tengo que volver a copiarme para explicar el criterio que a mi me ayuda a clasificar todo aquello
que frecuentemente oímos a grupos de izquierda o a personas progresistas, llamar alternativas a simples
medidas o presentar programas políticos que en ningún momento contienen o son alternativas al
capitalismo, incluyendo la propuesta del decrecimiento. Lo curioso del caso es que, mucho de lo que se
clasifica como o llaman alternativa, más bien refuerza el sistema en vez de combatirlo. Para verificar
hasta donde cualquier alternativa,11 o modelo de organización social que se proponga va contra el
capitalismo, aquí podemos valernos de un criterio esencial que sirva de unidad de verificación.
Características mínimas que se han de dar en el proceso hacia una sociedad utópica:

Qué su sistema de propiedad sea colectivo, comunal, no privado. Eliminada la propiedad privada de
los recursos productivos y naturales, el poder que ejercían los propietarios y el poder del Estado de
clase que protegía los intereses de los capitalistas se desvanece. Esta exigencia sobre la propiedad, y sus
consecuencias sobre el poder, permiten reconstruir los demás sectores más determinantes de la vida
comunal:
Qué su sistema de producción esté en régimen comunitario; que no explote al hombre ni despilfarre recursos.
Qué su sistema de distribución sea equitativo; libre acceso a los bienes que satisfacen las necesidades básicas.
Qué la gestión del poder sea horizontal; no jerárquica ni despótica. A debatir la forma de gobierno, de república
Qué su sistema de valores y afectos proponga y potencie el bien común: justicia, igualdad, fraternidad.
Qué mientras como ciudadano, él respeta la res pública, o el espíritu comunitario de la sociedad, la comunidad
le respeta su derecho individual a la intimidad, al disfrute de su res privada.

La propuesta del decrecimiento no cuestiona la propiedad privada de la riqueza productiva. Tampoco


propone producir bienes y servicios para ser distribuidos libre y equitativamente como bienes comunales.
No propone un cambio en la forma de gobierno ni garantiza que este sea horizontal, entre iguales. La
idea del bien común como filosofía de la comunidad no aparece, o al menos con la fuerza y el papel que
en la composición de las características juega.

11
Esta misma regla sirve para saber si los ámbitos de autonomía que proponemos se organicen (comunidades,
colonias, comunas) pueden ser embriones de una futura sociedad alternativa.

6
No hace falta decir que este no es el único criterio posible para saber si formulamos alternativas
contra, o simplemente medidas que actúan de tiritas cuando el capitalismo tiene una herida, pero mientras
no me ofrezcan otro, al menos a mi me ayuda a que no me den gato por liebre, como en el caso del
decrecimiento, el consumo responsable, la banca ética, el comercio justo, los micro créditos, las empresas
con responsabilidad social corporativa, el impuesto Tobin, y un largo etcétera.

Más allá, y más acá, del capitalismo: una alternativa podría ser la sociedad comunal

Al pensar en alternativas al capitalismo, creo que ha llegado la hora de que nos planteemos la
posibilidad de caminar hacia una sociedad comunal como un modelo de sociedad sin clases, una
comunidad hacia la que orientar los procesos de transformación social.12 En una definición muy general
de los factores mínimos que tendrían que estructurar este modelo comunalista de sociedad habría que
retomar los seis puntos que componen el criterio crítico como unidad básica de medida mencionado en el
epígrafe anterior. Pero, también, a modo de ilustración, podríamos deducirla de la síntesis de tres
pensadores de diferentes corrientes, que nos ayudan a ir precisando las características fundamentales de la
sociedad comunal:

Aristocles Podros “Platón”. Los hombres son capaces de mantener relaciones políticas entre ellos y
formar sociedades. Las sociedades son posibles si cada ciudadano es capaz de mostrar respeto por los
otros ciudadanos, y por no apropiarse de todo aquello que el otro necesita para su desarrollo personal,
de acuerdo con su habilidad y capacidad física para hacerlo. Es decir, lo justo consiste en que cada
ciudadano deje los suficientes medios materiales y el suficiente espacio político para que todos los
miembros de la sociedad puedan relacionarse entre ellos cómo iguales.
Karl Marx. El individuo es un ser social. Los seres humanos viven en sociedad. La producción y la
reproducción de la vida material mediante el trabajo y la procreación es una relación natural y social.
La relación entre sociedad y naturaleza es un intercambio que se desarrolla históricamente a través del
trabajo humano que crea y trasforma al mismo tiempo las relaciones sociales entre los seres humanos:
las relaciones de clase.
Piotr A. Kropotkin. El instinto de sociabilidad ayuda a los hombres a tener conciencia de la ayuda y el
apoyo mutuos, y también a tener conciencia del placer que se puede hallar en la vida social. La ayuda
mutua se ha creado sobre la conciencia de la solidaridad humana y de la dependencia recíproca de los
hombres. Los pueblos (primitivos, bárbaros, medievales) convivían en sociedades caracterizadas por
compartir todos los recursos y satisfacer sus necesidades de forma comunitaria, colectiva, practicando
la ayuda mutua, una de las bases de las sociedades sin clase.
La sociedad comunal y el municipalismo como ámbito de partida y llegada del proceso
La esencia de la sociedad comunal podría deducirse de esa capacidad que tenemos los seres humanos
para mantener relaciones políticas y vivir colectivamente en formas comunitarias. Las relaciones han de
ser justas, entre seres que, siendo diferentes, practican la igualdad entre ellos. El hecho de que el ser
humano sea un ser social por naturaleza, dedicará su capacidad creativa a producir y reproducir la vida
mediante las relaciones sociales de igualdad entre los mismos. La solidaridad humana se materializará en
la ayuda y el apoyo mutuo, colectivo, comunitario, sin la presencia de clases ni diferencias naturales que
puedan alterar la esencia misma de la sociedad comunal. 13 Repetir y recalcar que el poder, tanto el del
Estado como institución monopolizadora del mismo, como el de los individuos, grupos, corporaciones,
estamentos y clases, ha de ser (es) uno de los primeros mecanismos letales, antisociales, que se ha de
hacer desaparecer en el transcurso de este proceso de transformación.
Por tanto, en este transcurso de transformación social, yo propongo como ámbito de materialización de
este proceso partir del municipio (o municipalidad), orientando la transformación desde una filosofía
municipalista. El municipio contiene, en sus límites geográficos, la suma de todos sus barrios. Y es
realmente el barrio (o barrialidad), la unidad geográfica y de convivencia humana mínima, que tiene la
ventaja de ser el ámbito habitacional más próximo a mostrar la calidad y cuantía de los bienes y servicios
municipales que ofrece la alcaldía, pero también donde se descubren las carencias que pueden existir en
los bienes y servicios públicos, así como la ausencia de otros que son indispensables para la comunidad

12
En este momento, me encuentro metido de lleno en el diseño y materialización de esta propuesta.
13
Sobre la amplitud y complejidad de este tema, ver José Iglesias Fernández. República, ¿sí o no? Modelos de
sociedad, formas de gobierno y municipalismo. Virus editorial 2009.

7
barrial o municipal. En cohesión o solidaridad con otros barrios del municipio, el barrio es el ámbito de
partida desde el cual deben nacer la mayoría de las reivindicaciones vecinales ante la alcaldía: los vecinos
adquirirán conciencia de que muchas de las carencias que encuentra en su barrio son frecuentemente
comunes al resto de barrios del municipio; la fuerza de la protesta conjunta podrá ser oída y modificada
más fácil cuando va seguida de una participación más cualificada y refrendada por un mayor número de
vecinos.14 El barrio, igualmente, es un lugar ineludible para construir las relaciones de vecindario, así
como la cohesión social imprescindible sobre la que se han de construir las relaciones sociales de apoyo
mutuo. La solidaridad vecinal ha de ser tan o más fuerte que la familiar.
Por tanto, el proceso que proponemos se compondría de tres fases: las dos primeras dentro de la
sociedad capitalista; y la última como vía hacia el modelo de convivencia comunal: 15

Dominio del sector privado. El proceso se iniciaría en el modelo actual de municipalismo de mercado, con
fuerte presencia de la privatización de los servicios municipales y con gestión vertical y representativa;
es decir, los bienes públicos (agua, luz, gas, etc.) se han convertido en mercancías, gestionados por
intereses privados, con la pérdida de los derechos ciudadanos adquiridos a lo largo de las luchas en las
sociedades clasistas. La gestión representativa de los componentes del gobierno de la Alcaldía da
preferencia a las políticas de capitalismo neoliberal.
Dominio del sector público. El proceso pasaría por la reconversión del sector privado en un municipalismo
de sector público, en el que el Ayuntamiento recobra la provisión directa de la mayoría de los servicios
públicos, y, en algunos casos, con formulas mixtas de gestión política desde la Alcaldía. Los
ciudadanos vuelven a recuperar los derechos a estos bienes y servicios. Se abre un debate sobre que
modelos de participación ciudadana en el Ayuntamiento que ha de practicarse durante la transición. La
gestión representativa de los componentes del gobierno de la Alcaldía ahora da preferencia a la oferta
de bienes y servicios con propiedad pública: capitalismo de intervención.
Dominio del sector comunal. A partir de este momento, el proceso ha de comenzar el recorrido hacia su
punto de llegada: el municipalismo comunalista. La sociedad comunal será la culminación en la cual
todos los recursos serán de propiedad comunal, así como el uso fruto de los servicios y mercancías que
generen estos recursos. Sólo serán autorizados los bienes privados considerados como riqueza no
productiva. Cada comunidad irá encontrando las características de su modelo, así como su forma de
gobierno, pero en ningún momento alterará los elementos que conforman el criterio crítico. Es decir,
ahora los ciudadanos y ciudadanas ejercen un control total de la vida comunitaria, en la cual las
necesidades y los recursos para satisfacerlas serán decididas y gestionadas de acuerdo con algún modelo
de comunalismo determinado por estos mínimos: propiedad comunal, producción y distribución entre
iguales, decisión y gestión horizontal, valores sociales sobre individuales, más lo que el lector le quiera
añadir en este sentido de apoyo mutuo, de igualdad y fraternidad. 16 Las diversas unidades comunales
irán encontrando entre ellas como mancomunarse con respecto al aprovisionamiento (producción y
consumo) de bienes y servicios (agua, luz, gas, u hospitales, institutos, o productos de otros países, etc.)
que una comunidad por si sola no tendrá medios y recursos para abordarlos aisladamente. Cada realidad
geográfica e humana encontrará sus instrumentos y marcará aquellas alianzas que puedan abordar la
solución desde estos niveles superiores de aprovisionamiento, pero sin abandonar la horizontalidad de
la gestión entre comunas en la mancomunidad.
Los sujetos sociales. Queda otro elemento, sin duda el más polémico y espinoso sobre el cual reflexionar.
¿Quiénes pueden o han de ser los sujetos sociales que realicen todo este largo proceso, en el cuál la fase
de salida hacia la construcción de la sociedad comunal/comunista tiene una carga fuertemente utópica?
En la mayoría de las revoluciones conocidas, “el partido ha sido una herramienta adecuada para el
derrocamiento de los regímenes reaccionarios debilitados, pero resultó ser inapropiado para la
construcción de la «dictadura del proletariado» en el sentido en el que la había concebido K. Marx, esto es,
un Estado temporal, que organizaba la transición al no Estado: su «extinción»”. Porque la cuestión que se

14
Véanse los diversos documentos publicados por el colectivo que actúa en el Parke Alcosa, Alfafar-Valencia.
Acciones que se enmarcan, cuando no van más allá, del tipo de municipalismo que estamos proponiendo. Lo que
viene a demostrar la posibilidad de lo utópico, o de como la utopía es siempre una propuesta posible.
15
Aunque no es necesario recorrerlas por ese orden sucesivo. Lo mismo que la transición del capitalismo al
comunismo podría saltarse el socialismo o la dictadura del proletariado, la transición del municipalismo de mercado
podría saltar el municipalismo del sector público y entrar directamente en el comunal. Todo depende de la capacidad
política de los ciudadanos y ciudadanas para movilizarse en contra del actual.
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Ver José Iglesias Fernández. República, ¿sí o no? Modelos de sociedad, formas de gobierno y municipalismo.
Trabajo citado.

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presenta con más dificultad en esta propuesta de transición al comunalismo/comunismo es “¿cómo
vencer?, ¿cómo resistir, a diferencia de la Comuna de París, contra la reacción armada de las clases
propietarias; cómo organizar el nuevo poder para protegerlo frente al ataque violento de sus enemigos?
Ya no se trata de formular y poner a prueba la hipótesis comunalista/comunista, sino de realizarla.
[Hemos de replantearnos que] “el marxismo, el movimiento obrero, la democracia de masas, el leninismo,
el partido del proletariado, el Estado socialista –todas las invenciones del siglo XX– ya no nos sirven. En
el ámbito teórico, merecen sin duda seguir siendo estudiadas y tenidas en consideración; pero en el
ámbito de la práctica política se han tornado inservibles. [Tampoco] la solución no será el movimiento
popular informe o multiforme inspirado por la inteligencia de la multitud, como creen A. Negri y los
alterglobalistas, ni el partido comunista de masas renovado y democratizado, tal como esperan los
trotskistas y maoístas”.17

Sin embargo, incluso las gentes de estas organizaciones comienzan a cambiar. Incluyo la opinión de
uno de los importantes teóricos del trostkismo francés: “El movimiento alterglobalista reúne a cientos de
miles de personas y lanza los foros. Pero yo creo que todos esos hechos clave nos han llevado a un
momento utópico. Es decir, unas ideas de emancipación que no se confrontan a la aplicación práctica de
lo posible. De ahí que usen y abusen del término “alter”, “otro”, “otra”… “Otro mundo es posible”, “la
otra izquierda”, “la otra campaña”… Eso evita tener que definir, eso demuestra que no hay madurez. No
soy ni pesimista ni optimista. Creo que hay que pasar de esta etapa y definir la estrategia”. Entrevista a
Daniel Bensaïd: Ha llegado el momento de definir la estrategia. Foro Anticapitalista / octubre 2009.
Andrés Pérez / Público

Y también la de un defensor de la acción a partir de lo local y por movimientos sociales: “Puede


replicarse, con razón, que se trata de experiencias locales que difícilmente pueden resolver problemas tan
graves y vastos como la crisis alimentaria. Sin embargo, conviene no olvidar que las grandes
transformaciones, como señaló el subcomandante Marcos en el Coloquio Aubry en diciembre pasado, “no
comienzan arriba ni con hechos monumentales y épicos, sino con movimientos pequeños en su forma y
que aparecen como irrelevantes para el político y el analista de arriba”. Raúl Zibechi. Seguridad
alimentaria: abajo y a la izquierda. La Jornada.
Desde mi compromiso político, no pretendo eludir el tema. Sin embargo, algunas ideas sobre los
sujetos sociales que han de intervenir en el devenir de este proceso fueron ya apuntadas en ¿Hay
alternativas al sistema capitalista? 18 Sin embargo, en este momento pienso que esta es una de esas
cuestiones que más reflexión y debate popular exige. Con lo cual, espero a ver cuales son las reacciones y
comentarios que surgen. En cualquier caso, me parece acertada la que señala más abajo A. Badiou: “la
renovación ha de venir de aquellos sujetos sociales que combinen los procesos de pensamiento, siempre
de carácter global o universal, con la experiencia política, siempre local y singular, pero transmisible, de
la existencia de la hipótesis comunista, en nuestra conciencia y sobre el terreno”. 19

José Iglesias Fernández


Barcelona, 4 mayo del 2009

17
Alain Badiou. La hipótesis comunista. En http://www.newleftreview.org/?getpdf=NLR28302;pdflang=es
18
José Iglesias Fernández. Trabajo citado.
19
Alain Badiou. La hipótesis comunista. Trabajo citado

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