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Periodismo Cívico, Una Aproximación Teórico-Crítica Desde La Experiencia
Periodismo Cívico, Una Aproximación Teórico-Crítica Desde La Experiencia
Facultad de Comunicación
Presentado por
Julio César Mateus Borea
para optar el título profesional de
Licenciado en Comunicación
Asesora:
Dra. María Teresa Quiroz Velasco
INTRODUCCIÓN 6
1.1.1 Finalidad 8
1.1.2 Objetivos 9
2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA 20
2.1 Orígenes del Periodismo cívico 20
2.3.2 Objetivos 34
3.4 Recomendaciones 53
4. REFERENCIAS Y FUENTES 58
4.1 Libros 58
4.2 Artículos 60
5. ANEXOS 63
de la ONG Calandria de enero a julio de 2006. El proyecto en mención fue parte de una
estrategia institucional más grande, liderada por el programa de Comunicación Política al que
pertenecí.
define como “un actor de la sociedad civil con presencia pública, especializado en
preocupación por la pérdida del interés de los ciudadanos en los temas nacionales y la pérdida
Desde la puesta en marcha del primer proyecto de Periodismo cívico, hace 7 años en
desarrollo del país. Así mismo promover su rol como actor social desde iniciativas de
A fines de 2005 fui invitado a coordinar el proyecto que iniciaría el siguiente enero, en
electoral incierto (el candidato Ollanta Humala crecía con una fuerza incontenible, la agenda
sociedad civil, que se comprometan con los problemas sociales y políticos más importantes del
En base a lo trabajado anteriormente, hubo que articular una gran red de periodistas de
diversos medios en 8 localidades del país (Ica, Chimbote, Iquitos, Pacasmayo, Trujillo,
por Calandria. Luego del diagnóstico, realizado en conjunto con los líderes de los “grupos
impulsores” (que es como se denominan los colectivos de periodistas para el trabajo en este
proyecto), vino la etapa de planificación e implementación de una serie de planes por ciudad,
papel tiene en una sociedad que se pretende democrática, lejos de ser absuelta, se ha instalado
en mis motivaciones profesionales. Bien dicen que una buena investigación, como un buen
proyecto, deja más preguntas que respuestas, más dudas que certezas; esta experiencia, como
exponemos a lo largo de estas páginas, son una invitación a repensar el ejercicio del periodismo
desde la incertidumbre, más que una propuesta o una receta en sí misma; esto es lo que, a
El proyecto, denominado “Periodismo para una Democracia Deliberativa 2006”, era una
seis ciudades peruanas alrededor de proyectos de Periodismo cívico que permitieran una
amplia discusión pública en torno a dos temas de interés nacional: las elecciones presidenciales.
Periodismo cívico gracias a la incorporación y participación de los periodistas en una red que
con un intercambio más fluido y útil para la calificación de su rol como comunicadores sociales.
1.1.1 Finalidad
se comprometan con los problemas sociales y políticos más importantes del país, conduciendo
democracia a partir de los equipos locales de periodistas ya formados, los docentes y/o
Estrategia 2: Incorporación de criterios del periodismo cívico en las rutinas de producción periodística
Conformación del 11 periodistas son los que forman parte del grupo impulsor.
Grupo Impulsor Ellos pertenecen a medios de comunicación locales
También participan miembros de otras instituciones como el
Diario Últimas Noticias y la ONG InterQuórum
CHIMBOTE
Conformación del 16 periodistas son los que forman parte del grupo impulsor.
Grupo Impulsor Ellos pertenecen a medios de comunicación locales
También participan miembros de otras instituciones como
Universidad Privada San Pedro, Cámara de Comercio y
ATUSPARIA
ICA
Conformación del 12 periodistas son los que forman parte del grupo impulsor.
Grupo Impulsor Ellos pertenecen a medios de comunicación locales
También participan miembros de otras instituciones como
Foro Ciudadano, Radio Continental, Radio Latinoamericana,
Radio Huacachina, Radio La Achirana
AREQUIPA
Conformación del 40 periodistas son los que forman parte del grupo impulsor.
Grupo Impulsor Ellos pertenecen a medios de comunicación locales
También participan miembros de otras instituciones como
ONG Humanidad Libre, Municipalidad José Luis Bustamante
Rivero y Municipalidad Provincial de Arequipa.
CUSCO
Conformación del 17 periodistas son los que forman parte del grupo impulsor.
Grupo Impulsor Ellos pertenecen a medios de comunicación locale
TARAPOTO
Conformación del 7 periodistas son los que forman parte del grupo impulsor.
Grupo Impulsor Ellos pertenecen a medios de comunicación locales
También participan miembros de otras instituciones como
CEDRO y Radio San Antonio.
TRUJILLO
Conformación del 6 periodistas son los que forman parte del grupo impulsor.
Grupo Impulsor Ellos pertenecen a medios de comunicación locales
También participan miembros de otras instituciones como la
Cámara de Comercio.
Conformación del
Grupo Impulsor
tienen su partida de nacimiento en los Estados Unidos a finales de la década de los 80 e inicios
de los 90. Fue concebido inicialmente como un ensayo de la prensa por encontrar nuevas
formas de interrelacionarse con el público. Se reconoce como “el primer movimiento generado
conjuntamente desde el propio sistema de medios y desde el mundo académico que pone en
tela de juicio los fundamentos mismos del lugar institucional de la profesión de informar”
fundadores del Public Journalism, a lo que denominó “las seis grandes crisis de la prensa
descenso escandaloso en los niveles confianza del público a la información que recibía de los
norteamericanos, que en 30 años desde 1965 habían descendido a la mitad. En segundo lugar,
política: la pésima cobertura de los medios de las elecciones presidenciales de 1988 había
ocasionado que la gente pensara en ellos como parte del problema de la política nacional antes
una angustia y ansiedad endémicas en las redacciones porque había llegado “el fin de la era de
la credibilidad absoluta”. En quinto lugar, una crisis espiritual; para Rosen la coyuntura estaba
Esta suma dio como resultado los primeros proyectos de Periodismo cívico
reconocidos como tales: “Your Vote Counts”, lanzado durante las elecciones 1990 por el diario
Wichita Eagle, en Kansas, que permitió elaborar con la participación de los lectores una agenda
ciudadana sobre temas que debían ser discutidos por los candidatos; y “We the people”, proyecto
concertado por el principal diario y la televisora pública de Wisconsin para cubrir las elecciones
primarias entre Bill Clinton y Jerry Brown en 1992. Rápidamente, un grupo de medios públicos
y privados formaron redes y alianzas para seguir estas iniciativas, mientras que periodistas,
activistas y académicos se reunían a lo largo del país para fundar organizaciones que puedan
universidades). Dos que han logrado mantenerse y crecer hasta hoy son: The Pew Center for Civic
Journalism (Pew Center), definido como una “incubadora para experimentos de Periodismo
cívico que permita a nuevas organizaciones crear y afinar nuevas formas de incorporar a la
gente en la vida pública”; The Public Journalism Network (PJNet), “una asociación profesional de
Queda claro el sentido fundacional de esta corriente, que desde sus orígenes apuesta
por abandonar la idea de que los periodistas y sus públicos son espectadores de los procesos
sociales y políticos. Como señala la Declaración de Principios del PJNet, se logrará cambiar el
sentido al “conectar realmente la teoría y la práctica del periodismo con la teoría y la práctica
de la democracia”, como veremos con más detalle en la parte 2.3 de esta fundamentación.
profesión y se siente cada vez menos oficio. Esto no ha impedido, sin embargo, construir a lo
manuales, textos, ensayos sobre sus géneros y formatos, conceptos y herramientas –cada vez
con fronteras menos marcadas producto de las tendencias sinérgicas- e incluso intensos
debates sobre su acción en los marcos de la Democracia y la Ética (Cfr. Gargurevich, 2002).
Sin ánimo de ahondar en los detalles curriculares o pedagógicos, podemos partir del
reconocimiento del Periodismo como un producto más cultural y menos científico. Esto
constituye, por cierto, un reto que involucra procesos educativos –profesionales o técnicos-
Así como el Periodismo, es complejo encontrar una definición clara sobre el periodista
-más allá de “aquel que ejerce el periodismo”-, o incluso de quiénes lo ejercen. Es ilustrativo
leer las 2 acepciones que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española “1. Persona
las Ciencias Sociales en general, cuando no, cada vez menos, autodidactas formados en la
práctica misma. Las relaciones entre el mercado y la formación, como las de oferta y demanda,
sobre la relación del Periodismo con la sociedad. (Sociedad Interamericana de Prensa, 1997;
como “un sistema de clasificación de la realidad que trata de proporcionarnos una imago mundi”.
Por consiguiente,
“por el acto periodístico (...) se responde a la pregunta ¿qué pasa por el mundo? con un
conjunto de noticias e informaciones que realmente no refieren todo lo que pasa por el
mundo, sino lo más importante de lo que pasa por el mundo, en la actualidad (...) En el
continente periodístico se acomodan sistemáticamente los hechos conceptuados como
más importantes mediante dos operaciones matrices del Periodismo, que son las
operaciones de selección y valoración”.
La teoría periodística a la que nos hemos referido y la práctica periodística tradicional a la que
haremos mención, no están basadas en una idea única y final, sino en la suma de nociones que
presenta alguna literatura especializada. Recoger conceptos e ideas servirán para contrastarlas
luego (parte 2.2.2) con la fórmula del Periodismo cívico, lo que ayudará a comprender mejor su
razón de ser. Vamos a centrarnos en tres ejes: 1) los protagonistas y las fuentes; 2) la
con la neutralidad y la independencia. En esencia, esta idea se convirtió en una doctrina que
apunta al distanciamiento del periodista de la realidad, del “yo enunciador”, y sugiere que es
posible, así, lograr un discurso aséptico y libre de cualquier subjetividad. La procura de este
“notarial” que da cuenta de la realidad como si fuera la realidad misma (el dogma informativo
como una mitificación que pone al periodista en el papel de “humilde mensajero”. Dicho mito
Miguel Ángel Bastenier, profesor de la Escuela de Periodismo del diario español El País,
es tajante cuando señala que “la objetividad no existe y no hace ninguna falta que exista,
porque si fuera así todos los diarios, al menos los que cumplieran con sus objetivos
profesionales, darían prácticamente la misma versión de los hechos, todo habría ocurrido de
forma inapelable, al margen de que luego se editorializara de la forma que fuese.” (2001: 25)
En la otra orilla, Javier Darío Restrepo (2001), que fue Defensor del lector en el diario
periodista que hace gala de no creer en nada; en cambio, aporta razones de credibilidad el que
manifiesta honestamente en qué cree; 2) que la objetividad mecánica sólo produce esa
información simplista que reproduce los dos puntos de vista enfrentados, y se lava las manos
diciendo que las conclusiones corren por cuenta del lector; 3) esa objetividad es la que impide
“Estructurada en el modelo montado sobre los seis interrogantes, qué, quién, dónde,
cuándo, cómo, por qué, conocidos como las 6 W, muy pronto quedaron aun más
recortadas al qué, dónde y quiénes. El cómo y sus posibilidades narrativas y explicativas
sobre los sucesos fueron aplazados, bien sea porque realmente no interesaba o por la
falta de suficiente cultura en los periodistas para dotar a su trabajo de los componentes
que lo harían más profundo, aunque quizá menos objetivo” (Miralles, 2002: 38).
que plantea el periodismo de investigación y la crónica periodística, que ayudan a generar más
equilibrio informativo porque utilizan una variedad mayor de fuentes, una estructura menos
rígida y porque a fin de menos pueden seguir temas más profundos, pero estos formatos son
Para el Periodismo cívico es preciso reconocer que las noticias, lejos de constituirse en
noticia y lo que no, en el contexto cotidiano del periodista (De León: 2003).
En consecuencia, y de acuerdo con Victoria Camps, citada por Restrepo (Íbid), “lo que
el buen informador debe proponerse, no es tanto ser objetivo cuanto creíble. Habida cuenta
un día para otro. Esa construcción de la credibilidad resulta más exigente que el viejo
imperativo de la objetividad porque demanda un esfuerzo sin pausa para buscar y obtener la
polares (a favor y en contra), cuando en realidad puede haber tantas como sujetos directa o
regular de una parte y una contraparte, un agresor y un agredido, uno que golpea y otro que se
Las fuentes privilegiadas son los representantes de los poderes político y económico y
los técnicos que configuran una élite mediática. La prensa tiene su perito en narcotráfico, su
experto en Educación, su consultor en temas jurídicos. Martini (2006) sustenta este privilegio
que remite al nivel de la autoridad de la fuente en tanto constituye una instancia legitimadora
Como sostiene Martini (2006: 63) respecto a la elegibilidad de las fuentes, “la primera
premisa es que la fuente sea confiable, y esté legitimada como creíble, por su lugar en el espacio
público, y se la mas adecuada para informar sobre el hecho.(...) lo que vale es la proximidad al
poder o al lugar donde se producen los hechos sobre los que hay que informar”. Resulta obvio,
sin embargo, el solo reconocimiento social del que goza una persona pública no es suficiente
Lo que cuestiona el Periodismo cívico aquí es que “los ciudadanos rara vez salen como
como una realidad distante cuyas funciones competen a otros. Solamente los líderes de opinión
tienen un espacio y desarrollan una relación simbiótica con los medios: suministran el material
atractivo para el consumo de masas” (Miralles, 2002: 24). Como señala Alfaro (2006: 250), “en
la vida política y social el ciudadano está oculto y sólo emerge con visibilidad cuando es un
menos con propuestas. Pertenece al mundo de la pasividad como un espectador que no cuenta,
En tal sentido, los medios crean una ciudadanía invisible que ocupa, más regularmente,
cuentas- ciudadano. “Sigue atribuyéndoseles mayor relevancia a las noticias que surgen de
fuentes oficiales o de especial notoriedad y, entre tanto, se subestima la verdad generada por lo
individuos anónimos o por los que no buscan notoriedad”. (García Posada, 2000: 106)
a otros saberes que también son parte de la vida pública. Como señala García Posada (Íbid), el
periodismo tradicional olvida que “no sólo son importantes y trascendentes los grandes
eventos de la vida social. También lo son los microeventos y episodios de la cotidianidad, que
expresar cómo temas considerados relevantes por los medios ocupan el mismo lugar en las
agendas, pero además, “las personas no sólo reciben información a través de los medios sobre
determinados temas o asuntos que ocurren en el mundo y son considerados prioritarios, sino
que también aprenden de ellos la importancia y el énfasis que les deben dar.” (Rodríguez Díaz,
2004: 15)
parte del tiempo para decirle a la gente qué pensar, pero es sorprendentemente exitosa para
decirle a sus lectores acerca de qué pensar”. Miralles (2002: 40), a partir de ahí, concluye que
“1) la agenda no orienta particularmente la intensidad de las actitudes de las audiencias hacia
los temas seleccionados del acontecer, y 2) la preocupación central son los efectos que produce
auge desde la aparición de Internet, distintos mecanismos para relacionarse con sus audiencias,
entendidas no como ciudadanos, sino como receptores que complementan el espacio llenado
por otras técnicas de investigación cuantitativas (sondeos, encuestas, cuestionarios). Así, las
Internet en ciertos ámbitos de la sociedad, presentan espacios a través de los cuales establecen
una “conexión directa con sus consumidores” 1. Pero el interés común o la agenda pública
como conceptos son más complejos como para depender exclusivamente de encuestas o
sondeos de opinión virtuales. Para Camps (1996: 151), “el interés común no posee un
determinando el contenido del interés común”. En el mismo sentido, Pepi Patrón (2005: 262)
sostiene que los “espacios públicos” son el puente entre el cliente y el ciudadano: son
1 El “Periodismo 3.0” es un concepto creado para dar cuenta del fenómeno tecnológico y su relación con el
Periodismo cívico. Está basado en la premisa de que se rompen las barreras físicas que hacían pensar a los
inspiradores del Periodismo cívico que la verdadera democracia sólo sería real en las comunidades locales. El
“Periodismo 3.0” propugna la socialización de la información periodística a través de una conversación virtual en
la que los participantes intervienen en el propio mensaje a través de blogs, foros de opinión, chats, wikis y demás
herramientas de Internet. (En línea) http://periodistas21.blogspot.com/2004/08/periodismo-3.html o Cfr. Meso,
2005
pública”.
En esta premisa se basa el Periodismo cívico que, a su vez, critica la falta del
proceso normado y legitimado. Como señala Martini, “para sistematizar los diferentes criterios
que operan en la noticiabilidad se puede recurrir a dos variables básicas, el efecto del
cualidad del acontecimiento en términos de trabajo periodístico y de percepción por los sujetos
Como propone De León luego de investigar por algunos meses la rutina periodística de
organización noticiosa. El Periodismo cívico pone en cuestión estos criterios, en tanto son
influidos por una serie de factores asociados, como ya hemos visto (relaciones comerciales,
No terminamos sin compartir una cita que encaja como síntesis perfecta para
confirmar la presencia –antagónica, diría de lo que a lo largo de esta sección hemos llamado
tan fácilmente la práctica periodística liberal o tradicional, y que no es más que el cúmulo de
Periodismo:
Esto no hace sino confirmar que el Periodismo cívico no es una fórmula lírica luchando contra
como si se tratara de una mercancía. Es pertinente, entonces, compartir las preguntas que se
por “marketing político” y la atención a las necesidades y valores por la lectura de las
dentro de la sociedad donde cumple una función pública y se deja llevar por los designios del
mercado?
El Periodismo cívico puede definirse, más que como un modelo, una práctica profesional o
una corriente ideológica, como una sugestiva invitación a traspasar las fronteras del periodismo
registro de los hechos que otros producen. Como señala Jay Rosen (1996: 83), uno de los
fundadores de esta corriente, “ya tenemos información, ahora lo que nos hace falta es
democracia”. Rosen hace una pregunta clave: “¿para qué nos ocupamos de informar a un
público que quizás ni siquiera existe?”. Lo primero que se debe hacer, sostiene, es construir ese
funcionando, en la cual los asuntos comunes son continuamente reconocidos y discutidos. Por
ello se piensa que es suficiente con presentar noticias, añadir algunos testimonios, publicar
medios que ubicaba al receptor como un ente pasivo dispuesto a absorber cualquiera
información. Ciertamente este modelo fue desarmado hace muchos años –entre otros, por los
cuesta alejarse de ese paradigma instrumentalista. Desde fines de los 80, en Latinoamérica,
Martín-Barbero (1987) y otros teóricos, acusaron nuevos valores y sentidos que podían
modernas. Armand y Michelle Mattelart (1990: 15) reflexionan al respecto de este cambio
cuando sostienen que “en el horizonte se perfila otro paradigma, el del reconocimiento del
sujeto y la pertinencia de una teoría que parte de las percepciones de aquel, de su subjetividad,
que acoja las oscilaciones de sentido, que capte la comunicación como un proceso dialogante
medios y en particular del Periodismo como actores políticos que inciden en la vida pública.
Sin entrar de lleno en el debate complejo del cómo se da esta incidencia, hoy existe un
consenso en torno al papel de los medios de comunicación en las democracias. Casi recrean
una relación de interdependencia (nadie hoy imagina política sin medios o viceversa).
de la democracia se apoya, en último término, sobre la opinión pública y sobre una opinión
que sea verdaderamente del público, que realmente nazca en el seno de los que la expresan”
(2003: 88). Roncagliolo, sin embargo, habla de un proceso de “desdemocratización” que da pie
a una paradoja contemporánea: nunca la democracia estuvo más extendida y a la vez, nunca
fue menos intensa: “vivimos tiempos en los que la democracia (política y electoral) crece en
las mediáticas (2005: 8). En este terreno se instala el debate en torno al rol de los medios de
comunicación en general y el ejercicio del periodismo en concreto, más que la influencia que
A decir de Christopher Lasch (1995: 81), “la democracia requiere debate público, no
público, gran parte de esa misma información será irrelevante –o en el mejor de los casos- o
manipuladora en el peor”. Suponiendo entonces que algunos medios han conseguido erigir un
“(Los periodistas) Creemos que nuestra meta es articular claramente una filosofía
pública para el periodismo, que ayude a los periodistas a profundizar su trabajo en las
comunidades a las que sirven y que incentive a esos ciudadanos a cooperar más
dinámicamente con los periodistas. (...) Creemos que la democracia se beneficia cuando
los periodistas escuchan a los ciudadanos”.
En la misma línea, The Pew Center for Civic Journalism define el Periodismo cívico como:
Tomando como punto de partida esta concepción (el qué), el Periodismo cívico propone
algunos objetivos (el cómo). Es importante insistir, a efectos de comprender mejor estas ideas,
2.3.2 Objetivos
El primero de sus objetivos es fortalecer el espacio público para mejorar la calidad de vida
participativa como el sello ideológico que hegemoniza sus acciones. Esto es, como el
Ya el Informe dirigido por Sean MacBride, publicado hace más de 25 años, hacía
definía como un proceso en que el individuo pasa a ser elemento activo y no un simple objeto
representación social en la comunicación. (UNESCO, 1980: 289). El Informe advertía que “se
requiere de una gran variedad de fuentes de información y de opinión para que el ciudadano
pueda documentar juiciosamente sus decisiones en los asuntos públicos. Esta diversidad
constituye uno de los pilares de todo el sistema de comunicación en una sociedad democrática,
Como para no perder vigencia, el último Informe del Programa de las Naciones Unidas
documento señala que coexisten varios poderes fácticos en la sociedad, pero son la empresa y
los medios y los medios de comunicación los más importantes para garantizar su desarrollo.
Según la percepción general, “los medios son caracterizados como un control sin control, que
cumple funciones que exceden el derecho a la información” (PNUD, 2004: 165). Fuera de
es que nadie desconoce como un poder que sostiene la gobernabilidad del país, capaz de
Periodismo cívico tiene alguna vinculación con lo que hoy conocemos como “responsabilidad
voluntario por parte de los medios de su rol dentro de la comunidad) y “compromiso social”
(aparentemente ligado a la creación voluntaria de formas que coadyuven al desarrollo del país).
entorno. El Periodismo cívico aspira a convertirse en una estrategia para hacer de los
ciudadanos lo que Ignacio Ramonet reclama como el “quinto poder”. Un poder que lleve a
cabo una “ecología de la información”, un proceso democratizador que rompa con los
calidad informativa. Como señala, “la libertad de los medios de comunicación no es más que
implica una ‘responsabilidad social’ y su ejercicio está por lo tanto sujeto en última instancia al
“tiene que ver con la búsqueda de un despertar de sensibilidades desde los medios,
conociendo y comprendiendo mejor a la ciudadanía como su público. Y a la vez se
emprende la gran tarea olvidad de contribuir a gestar lo que nos une o desune, aquello
que concierne a todos y que requiere del ejercicio deliberativo para llegar a consensos,
sin olvidar que las diferencias existen y que hay que entenderlas y aceptarlas. En estos
pilares se erige esta línea de incidencia para hacer del periodismo una presión que
convierta al desarrollo en un tema imprescindible de la agenda pública”. (Alfaro 2006:
250).
Esto plantea, de consuno, un cambio de actitud en el periodista, que renuncia a ser testigo
esfera pública, la aclaración del interés público y el reconocimiento de las diversas expresiones
de la democracia en esos espacios para lo público que se han ido convirtiendo los medios de
comunicación y que este modo de hacer y pensar el periodismo, quiere fortalecer (Miralles,
2000: 218)
la sociedad, e inicia el compromiso de crear agendas recurriendo a los niveles más básicos de la
ciudadanía democrática. Esto supone un cambio profundo en las prácticas periodísticas, como
señala McMillan: “Existe una relevancia de las historias generadas en la vida local (en oposición
llamar la atención sobre los contenidos que hacen alusión a la vida pública; y el enfoque se
orienta especialmente a los procesos, más que a los acontecimientos.” (1998: 171).
2Desde hace algunos años, algunos medios de comunicación latinoamericanos han iniciado esfuerzos en este
sentido a través de la publicación de Códigos de Ética, la creación de la figura del Defensor del Lector y del
Televidente, etc. (Cfr. Restrepo, 2003)
sus objetivos giran en torno a la idea de reconectar a los ciudadanos a la vida pública, yendo
más allá de la limitada misión de contar noticias y registrar hechos, sino propiciando un espacio
amplio e intenso de deliberación entre quienes debieran ser los actores de cualquier democracia.
Es, en suma, una herramienta política de acción frente a la pasividad a que el sistema de
La sistematización de las experiencias de Periodismo cívico (cfr. Miralles, 2000; Zavala, 2003;
Alfaro, 2006) ha permitido establecer una metodologías y fases para las intervenciones. Cada
cantidad de periodistas con que se trabaje. No obstante, tomaremos las fases que nos presenta
Prada Penagos (2000: 76) para ayudarnos a entender mejor en qué consiste un proyecto:
o Fase 1: Identificación del problema. Se plantea cuál es el problema que afecta a una
o Fase 3: Agenda ciudadana. Se definen las aristas del problema y las posibles
soluciones. Se proyectan actividades para iniciar el diálogo con la ciudadanía tales como
o Fase 5: Socialización del problema. Esta fase, en realidad, estará presente en todas
en el problema se definen las acciones que pueden llevar a una solución. Se asignan
responsabilidades.
El grado de incidencia que se logre al final estará supeditado a los factores ya mencionados
(cantidad de periodistas y/o medios involucrados), pero también a cómo las autoridades
políticas decidan atender y utilizar estas propuestas, habida cuenta que su razón de ser no son
solamente la publicidad mediática que se les brinde, sino su utilización política. Como anota
Germán Rey, “aunque aún existe un uso funcional de la comunicación, se está pasando a su
gestión pública. (…) La construcción de la agenda pública es sin duda uno de esos escenarios
Medellín y lideradas por Ana María Miralles (Cfr. 2000 y 2001) en Colombia, la idea fue
recogida en el Perú por Rosa María Alfaro (Cfr. 2006) y el entonces Programa de Sociedad
Arequipa el primer mes del 2002 y se llamó “Ponle seguro al Taxi”, enfocado en el problema
de inseguridad urbana de asaltos en taxis de la ciudad, que afectaba tanto a los usuarios cuanto
a los propios taxistas. Como expone su coordinador, “la iniciativa fue presentada a los
comunicadores como una oportunidad para explorar juntos en la necesaria renovación del
descentralización, procesos electorales y salud. Los balances de los proyectos son variados y
distintas ciudades donde se realizan los eventos y que trabajan articuladamente para la
casos donde los medios no tenían interés en participar pero sus periodistas si se
comunicación, lo que incluye su capacidad de convocatoria y los recursos con los que cuente
para hacer sostenible los proyectos e intervenciones. (Alfaro, 2006: 253) Revisaremos algunas
“Lo que sí queda es la certeza de que es posible desde esta estrategia contribuir al
compromiso de los medios y sus periodistas con el montaje de lo público mediante la
deliberación, especialmente la desarrollada en los ámbitos locales y regionales. Así se
forman nuevas sensibilidades que posteriormente se pueden recuperar”. (Íbid.)
Los analistas culturales insisten en que los testimonios deben iniciarse reconociendo desde
contexto en que surgen las ideas. Toca decir, entonces, que escribimos estas conclusiones a
sobre la validez de un movimiento tan polémico como necesario. Partiré de cuatro ejes para
Hemos comprobado in situ que coordinar un proyecto demanda habilidades extra académicas
y rico aprendizaje, más aún cuando la acción no se concentró en Lima, de donde conocemos o
inferimos algunas dinámicas periodísticas, sino en regiones distintas y disímiles del país, de las
tienen los medios de comunicación pequeños, muchos de ellos sin licencia de funcionamiento.
Coexisten en este nivel los medios que buscan ejercer un periodismo más responsable y
aquellos que alquilan sus espacios a cualquier postor: nos tocó escuchar “programas
periodísticos” donde “periodistas” despotricaban al más bajo nivel imaginado sobre cuestiones
mente al personaje “El Sinchi”, de la celebrada obra de Vargas Llosa, “Pantaleón y las
como la radio son puestos con altoparlantes en plazas y mercados, sirviendo como púlpitos
incuestionables y cumpliendo funciones distintas a las que las teorías contemporáneas de los
medios proponen. Falta, en ese sentido, que los periodistas formados profesionalmente,
conozcamos y nos aproximemos a este tipo de experiencias, que transfiguran el concepto que
uno adquiere de los “medios de comunicación” como una entidad única y monocorde.
Otra de las cuestiones que nos tocó ver fue cómo algunos periodistas de medios de
comunicación durante los períodos electorales son contratados por candidatos, sin duda
dichos espacios. Esta práctica, de uso muy extendido, genera una disyuntiva, incluso moral,
sobre si estos periodistas deben o no seguir laborando en los medios luego de que participan
estos casos?, ¿qué es, finalmente, la credibilidad de un medio sino el ejercicio independiente de
sus periodistas y propietarios?, ¿puede ser la información una mercancía?, ¿qué es lo público?
diferenciados en los hombres y mujeres de prensa: a) los líderes periodísticos con interés
los que desde lo masivo definen sus posiciones e intereses políticos particulares. Todos en
contacto de una o varias maneras con la ciudadanía. Es definitivo que aquellos que han
participado de las convocatorias hechas desde Calandria para participar en los proyectos de
Periodismo cívico son los que sienten un déficit tanto en su formación cuanto en su desarrollo
personal: “nadie nos enseña a llegar y relacionarnos a la gente”, comentó un periodista iqueño
en una reunión de evaluación. Además, el trabajo no sólo se dio con periodistas en todos lo
defecto y virtud.
Finalmente, nos queda claro cómo la agenda nacional de los medios es la que marcan los
medios limeños (que se ufanan de alcanzar todo territorio nacional cuando ello corrobora la
idea de centralismo tan marcada). Los medios locales, dentro de sus limitaciones, son igual de
desiguales: hay quienes se esfuerzan por desarrollar temas propios y generar, a su manera, una
industria periodística que vive de auspicios en lugares muy pequeños y eso es un germen
resultados. Es necesario, sin embargo, complementar esa información con algunas ideas más
profundas y a tres niveles distintos: al de los ciudadanos que tomaron parte del proyecto
En cuanto a los lugares de intervención, se trabajó con más zonas rurales por iniciativa de cada
credibilidad del periodismo con la ciudadanía. En los talleres de evaluación se cree que gracias
del Comité de Emergencia de la Sociedad Civil, en el que participan muchas de las personas
involucradas en Periodismo Cívico. Este comité prueba que el proyecto ha fortalecido el tejido
solución. Así, es más fácil trabajar una campaña de seguridad ciudadana o de limpieza, temas
que involucran a las mayorías, que temas electorales dada la desilusión y apatía generalizada de
la población hacia sus políticos. Esto se asemeja al caso colombiano (Miralles, 2001) donde los
temas trabajados fueron relacionados a la ciudad y marca más distancia del caso
norteamericano, donde precisamente el surgimiento del Periodismo cívico se dio luego de una
sesgada actuación de los medios de comunicación en un proceso electoral. Aún así, esto genera
una gran contradicción habida cuenta de la insatisfacción masiva de los ciudadanos con los
medios en cuanto a la información política que reciben (GOP-ULima, 2007). Como si el hecho
de recibir información insuficiente o mala por parte de los medios fuera un hecho de la
A nivel metodológico, las intervenciones de Calandria (Zavala, 2003; Alfaro, 2006), a diferencia
de las ocurridas en Estados Unidos (Pew Center; Rosen 1996) o en Colombia (Miralles 2000 y
a la comunicación popular con elementos lúdicos: “macroánforas”, que son unas ánforas
grandes y llamativas donde los ciudadanos pueden colocar sus ideas sobre los temas
requeridos; “grafichangas”, que son paredes dispuestas en espacios de gran afluencia para que
escriban sobre ellas lo que sienten sobre determinados asuntos; “consultas ciudadanas”;
“electoclaun”, uso de personajes (mimos y clauns) para llamar la atención; ferias populares,
caravanas y juegos.
Por un lado, estas fórmulas pueden resultar atractivas y concitar la atención de muchos
actividades novedosas, como es el caso de Arequipa, en que organizó un gran mitin de cierre
de campaña en que los candidatos ocupaban el lugar del público y viceversa, se ha conseguido
una mayor participación de la población. Por ello, el proyecto requiere de nuevas metodologías,
existe una organización detrás –con tiempo y dinero para invertir en la preparación de estas
comunicación y periodistas es un esfuerzo participar de estos proyectos, más difícil les resultará
organizarlos por sí mismos incorporando estos mecanismos, aún cuando puedan haber
adquirido el know how y reconozcan su utilidad. Es necesario, por tanto, que cada grupo de
periodistas (llamados grupos impulsores por Calandria) desarrollen sus propias estrategias.
esta metodología no permite llegar a la “gran masa”, debido al escaso compromiso de los
provincia.
difusión de cartillas informativas así como de 5 ediciones del boletín “Ágora Electoral”, que
tuvieron un uso importante por los medios nacionales de Lima y de regiones. Estas
informativo. El Internet, que es una herramienta periodística vital, es de muy difícil acceso para
muchos periodistas locales de provincias y regiones (por temas de conectividad, pero sobre
todo de tiempo para buscar información), por lo que las cartillas informativas fueron
instrumentos importantes para poner en agenda temas distintos a los tratados en los grandes
intervenciones (según los informes consultados), hubo una tendencia de los medios a
Podríamos concluir que algunos sectores del periodismo (en los niveles locales en que
se desarrolló la acción) han ejercido mayor liderazgo en la convocatoria y puesta en público del
debate electoral con participación ciudadana, como discurso masivo de respuesta a la demanda
de la gente. No obstante, el discurso del Periodismo cívico sigue siendo aún concebido como
un proyecto de una ONG (con todos los prejuicios, positivos y negativos, que ello significa) y
que sea asumido como propio no sólo por los periodistas que transitan en sus proyectos a
título personal, sino por las propias organizaciones como herramientas en su quehacer
cotidiano. Así como es inevitable tener presencia en la red (un portal, una página web o un
blog), también los medios deberían considerar la organización de discusiones internas donde se
ponga en cuestión asuntos éticos, filosóficos y prácticos sobre los problemas y oportunidades
que encuentran en su ejercicio diario. En definitiva, lograr que lo urgente no quite espacio a lo
importante, y lo importante para cualquier medio de comunicación social es tener una idea más
profunda de lo que hace: un telos, una misión, una visión, unos valores, unos principios que
sean permanentemente discutidos y difundidos, de modo que el contrato con sus lectores sea
más coherente. Formar una filosofía propia, como lo proponían los precursores del
Si bien existe poco interés en los periodistas por formar parte de los grupos impulsores.
Entre las causas señaladas en los talleres de evaluación, figura la falta de tiempo por la
sobrecarga de trabajo y los intereses económicos de los propios periodistas, que han
convertido prácticas antiéticas en “normales” para la profesión periodística. Aún así, todos los
grupos impulsores coinciden en afirmar que gracias a las campañas de Periodismo cívico se ha
servido para sensibilizar a los periodistas sobre otra forma de hacer periodismo,
Universidad César Vallejo, a pesar no participar formalmente en las campañas, han incluido
Periodismo cívico como una materia que se imparte en el programa académico. Además,
en el Periodismo cívico.
Podemos enumerar algunas dificultades que encontramos durante la ejecución del proyecto:
cambia, pero no impacta en la estructura del medio sino en el programa o espacio que
está a su cargo.
o Asimismo, si bien se logró incidir en algunos candidatos sobre temas puntuales, faltó
darle mayor profundidad; en parte por la baja calidad de los candidatos y por otra,
o La relación con medios de Lima se limita a la cobertura del tema electoral (extraer y
intervención desde las localidades fue mayor que la que pudimos dar, especialmente en
algunas ciudades que demandan mayor interlocución y herramientas para el trabajo con
la gente.
o No se tuvo claro qué hacer y cómo actuar cuando hay candidatos que fueron o son
periodistas toman una opción política. El discurso del Periodismo cívico debería
o El periodismo cívico suele ser más eficaz cuando hay dilemas y lucha política. La
mejor la intervención. En ese sentido podemos afirmar que es muy importante conocer
Periodismo cívico para su reflexión cotidiana, pero en la práctica pueden sentir que es
más una actividad concreta que una filosofía. Sin embargo, se dio una interesante
fusión entre las metodologías que Calandria vino aplicando en pasadas intervenciones y
ferias.
redes sociales ha sido productiva. Sin embargo cuando intervienen varias instituciones
las ONG o cooperantes que están detrás. El reto es forjar un movimiento autónomo.
o La ciudadanía juzga la decisión política electoral desde otras categorías más bien
o Algunas veces la masividad que buscamos para incrementar el impacto de las acciones
o Hay más expectativas ciudadanas sobre elecciones locales que en las nacionales en
cuanto al uso de Periodismo cívico: los temas que interesan en las regiones no son los
bien es inspirada en el Periodismo cívico como movimiento, tiene claros matices propios que
la diferencian. Para empezar, se trata –como hemos repetido en esta parte- de una ONG que
la sociedad civil. Consideramos que es una primera diferencia de “entrada”, y que genera una
periodismo) y este, más “desde afuera”. Recordemos que Álvarez (1999:8) lo definía como “el
mundo académico que pone en tela de juicio los fundamentos mismos del lugar institucional
Lejos de invalidar lo propuesta, sin embargo, lo que Calandria hace es proponer nuevos
enfoque más ligados a su quehacer como actor de la sociedad civil: el Periodismo cívico se
convierte, en sí mismo, medio para generar incidencia política sobre temas de agenda. Mientras
a la gente parece no preocuparle la calidad del Periodismo, Calandria propone una doble
intención: llamar la atención de la gente (consumidores del producto informativo) sobre su rol
ciudadano (de exigir calidad en ese producto) y llamar a la reflexión de los medios de
comunicación sobre el rol que juegan en la sociedad (desde luego la propuesta de Calandria es
elaboración de Códigos de Ética participativos, por ejemplo). Por un lado, entonces, calificar a
los medios, y por el otro, calificar a la ciudadanía, son una tarea mayúscula en un contexto,
además, más caótico que aquél donde toda esta movida se inicio, hacia fines de los 80.
organizativos y sociales que les permiten continuar más allá del proyecto de Calandria, en ese
o Grupos intermedios (como Iquitos, Chimbote o Ica), que no cuentan con un grado de
organicidad como los avanzados, pero tienen mucha potencialidad porque están
perspectiva, deben ampliar el grupo a nivel regional y darle una perspectiva más
orgánica.
En conclusión, los grupos convocados por Calandria para las campañas realizadas en estos
años son reconocidos en sus zonas y gozan de prestigio por su pluralidad e independencia.
Resulta urgente y necesario pensar en articular este grupo más allá de campañas específicas,
sino como una Red permanente, que podría denominarse Red Peruana de Periodismo cívico.
Ello va a potenciar las capacidades ya instaladas por el proyecto ejecutado hasta el momento y
entre las regiones, que es algo que demandan los periodistas de provincias: requieren un
En ese sentido es inevitable la creación de un portal web que, en primer lugar, otorgue un
reconocimiento público de aquellos periodistas y medios que participan. Allí deben publicar,
como la una Declaración de principios, que de cuenta de sus valores, filosofía y razón de ser.
Además, el espacio debe poner al servicio de la Red información relevante sobre experiencias
similares, foros de discusión, contacto con redes semejantes de otros países y un archivo de
Adicionalmente, será importante realizar un encuentro anual en alguna región del país,
donde, al tiempo de discutir los temas de organización, se invite a ponentes internacionales que
puedan reinyectar nuevas visiones al quehacer del Periodismo cívico. Los asistentes al taller en
la mayoría de las ciudades ven necesarios encuentros regionales para intercambiar experiencias
(oriente: Tarapoto e Iquitos; sur: Ica, Arequipa y Cusco; y norte: Chimbote, Pacasmayo y
Trujillo). Tras estos encuentros regionales, consideran necesario un gran encuentro nacional de
periodistas cívicos, con alguna de las ciudades participantes como anfitriona, para diseñar
En esta perspectiva, una de las demandas de los periodistas que han participado de
estos proyectos es no trabajar por redes temáticas (además impuestas por la organización como
autorregulación de los medios, etc., donde la temática sea un insumo pero no el eje. Ello
significa trabajar con planes específicos para cada zona y a nivel nacional definiendo bien su
ruta política, definir qué tipo de cambio se pretende lograr: entregar una propuesta de ley al
Congreso, presionar al alcalde para que realice reuniones de rendición de cuentas, etc.. En
periodistas en cada lugar para trabajar con ellos una vigilancia de los procesos elegidos desde
una mirada y acción periodística. Esta es una oportunidad también para que los grupos más
consolidados capaciten a sus pares y puedan interactuar dentro del mismo circuito. Además,
cívico para visibilizar los resultados y promover con ellos su replicabilidad en otros procesos
Otra estrategia interesante será crear incentivos como concursos, talleres, y producir
información ad hoc, al tiempo que se trabaja por incorporar cursos en las universidades que
incluyan el know-how del Periodismo cívico (como ya sucede en la Universidad César Vallejo,
por ejemplo; sería conveniente estudiar de qué forma esta perspectiva ha variado o no la visión
Generar una corriente y articular una red en base a ella son una tarea grande, pero no
imposible. No se empieza desde cero. Hay un capital ganado que es necesario utilizar en varios
niveles: al nivel de la incidencia política, al nivel más académico, al nivel empresarial (de los
trabajado desde la experiencia concreta y adaptado en buena medida para las realidades locales
y regionales. Como hemos repetido algunas veces, para que el Periodismo cívico sea un
movimiento de periodistas, son ellos quienes deben no sólo apropiarse del discurso, sino
plantear sus demandas en torno a cómo esta estrategia puede ayudar a mejorar su producción y
la relación con los ciudadanos, desde una perspectiva dialógica y de construcción conjunta con
ellos.
apostolado imperfectible. Su propagación debe ser, sobre todo, una excusa para repensar social
y políticamente el uso de los medios de comunicación en el Perú desde la academia, desde los
4.1 Libros
o Álvarez Teijeiro, Carlos (1999). Fundamentos teóricos del Public Journalism. Facultad de
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o Bastenier, Miguel Ángel (2001). El blanco móvil, curso de Periodismo. Grupo Santillana de
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o De León Vásquez, Salvador (2003). La construcción del acontecer: análisis de las prácticas
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o García Posada, Juan José (2000). “Dimensión ética del periodismo en la cultura
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o Miralles, Ana María (2001) Periodismo, opinión pública y agenda ciudadana. Editorial Norma,
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o Miralles, Ana María (ed.) (2000) Voces ciudadanas. Una idea de periodismo público. Editorial
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o Rosen, Jay (1996). Getting the connections right: Public Journalism and the troubles in the Press.
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o UNESCO (1980) Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo.
Fondo de Cultura Económica, México DF.
o Zavala Gianella, Claudio (2003) Ponle seguro al Taxi. Una experiencia de periodismo cívico.
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4.2 Artículos
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o Miralles, Ana María (1998) “¿Qué es el Periodismo Cívico?” En: Revista Foro Nª 35,
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o Restrepo, Javier Darío (2001). “La objetividad periodística: utopía y realidad”. En:
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o Restrepo, Javier Darío (2003) “En defensa del derecho a la información” En: Sala de
Prensa Nº 53 Año V, Vol. 2 (En línea) http://www.saladeprensa.org/art427.htm