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2014/12/29

EKONOMIA | Análisis | Política industrial europea

EKAI GROUP

LA ENCRUCIJADA EUROPEA
Europa se encuentra en un momento importante, en el que debe optar
entre el modelo económico oligárquico bajo el liderazgo de Wall Street
y el modelo de desarrollo socio-económico impulsado por los BRICS.
Para los autores, los líderes políticos deben «desactivar la política de
sanciones contra Rusia e integrar Europa de forma inmediata en el
corredor económico Pekín-Moscú-Berlín». Además, recalcan que deben
«iniciar la negociación de un tratado Unión Europea-BRICS que
clarifique la apuesta de Europa por su tejido productivo, por su
economía real y por el desarrollo social y económico».

El plazo se agota. La oportunidad de Europa de optar entre el modelo


económico oligárquico bajo el liderazgo de Wall Street y el modelo de desarrollo
socio-económico impulsado por los BRICS no va a estar esperándonos mucho
tiempo.

Entre otras razones, porque nosotros mismos hemos puesto el reloj en marcha,
a través de la guerra económica contra Rusia a la que nuestros líderes se están
dejando arrastrar y que ha supuesto ya un rápido realineamiento de Rusia hacia
China, India y Latinoamérica y un inmediato reforzamiento del eje China-Rusia.
De esta forma, nosotros mismos estamos poniendo en grave peligro las
estrategias del sector más avanzado de nuestra industria, que suponían también
nuestra mayor oportunidad para salir de la crisis financiera y para apalancar
nuestro desarrollo a medio y largo plazo.
La industria avanzada europea venía apostando por una progresiva integración
con los BRICS, en un contexto de clara complementariedad, en el que Europa -a
la vez que reactiva su capacidad de avance social y económico- asumiría el papel
de aliado tecnológico de un bloque de países comprometido en dar continuidad
a un proceso acelerado de desarrollo.

1
La guerra económica contra Rusia y el Proyecto de Tratado TTIP de libre
comercio con Estados Unidos son los instrumentos fundamentales que la
oligarquía occidental está utilizando para detener este proceso de confluencia
entre Europa y los BRICS que, asentado en el eje Pekín-Moscú-Berlín, amenaza
todavía hoy con derribar el histórico dominio geopolítico del poder financiero
central.

A pesar de la extraordinaria debilidad de su clase política, Europa todavía está a


tiempo de optar. La industria europea ya había decidido cuál era su apuesta.
Ahora se trata de impedir que nuestros responsables políticos, que
supuestamente deberían ser los fundamentales defensores de los intereses
generales europeos, destruyan nuestras expectativas de futuro.
No nos engañemos, sólo la alianza estratégica con los BRICS es un proyecto de
futuro para Europa. Un futuro basado en una clase política comprometida con
los intereses generales y en el que los poderes económicos son sometidos a los
mismos. En los que se apuesta en serio por el progreso, por el desarrollo socio-
económico. En los que se evita que los intereses oligárquicos financieros
destruyan las expectativas de futuro, financiaricen la actividad económica,
controlen los medios de comunicación y coloquen a la sociedad, a la clase
política y a la economía al servicio de los intereses de una reducida cúpula de
poder fáctico.
El modelo de desarrollo occidental de las últimas décadas, vampirizado por la
oligarquía, ya no es un modelo de futuro. Es incapaz de competir con el modelo
de los países emergentes. Y ésta es la única razón de la creciente agresividad
política y militar occidental contra los BRICS.

Un modelo de desarrollo oligárquico no es, en realidad, un modelo de


desarrollo. Ésta es la razón que subyace detrás del origen de la actual crisis
financiera. Y también de que, transcurridos siete años, los problemas
estructurales de Occidente continúen más o menos como estaban.
Como la industria avanzada europea, los líderes políticos deben responder al
desafío histórico que la situación actual plantea. Esto significa, antes de que sea
tarde, desactivar la política de sanciones contra Rusia e integrar Europa de
forma inmediata en el corredor económico Pekín-Moscú-Berlín. Y, cuanto antes,
iniciar la negociación de un tratado Unión Europea-BRICS que clarifique la
apuesta de Europa por su tejido productivo, por su economía real y por el
desarrollo social y económico. Una apuesta por superar décadas de decadencia
en manos de la oligarquía transatlántica.

2
La apuesta por los BRICS es también una apuesta en la que Europa debe
recuperar las bases democráticas de su configuración política, identificar,
expulsar o procesar a los representantes de la oligarquía en nuestra clase
política y reactivar nuestra apuesta por posicionar activamente a Europa en el
mundo como un referente de apuesta permanente por la elevación de los
niveles de educación, cultura, formación, tecnología avanzada, civilización y
democracia.

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