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Pero destacados analistas en información de inteligencia cuestionan tales informes. Para ellos,
el movimiento islamista Talibán, que dominó Afganistán entre 1996 y 2001, responsabiliza de
su desalojo del poder al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.
La cooperación entre el Talibán y Al Qaeda, red que se atribuye los atentados que acabaron
con 3.000 vidas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, es mucho menor
de lo que era hasta entonces, cuando Bin Laden y gran parte de sus fuerzas estaban
refugiadas en Afganistán.
Allegados al diplomático Richard Holbrooke, enviado especial del presidente Barack Obama
para Afganistán y Pakistán, aseguran que Talibán no permitiría a Al Qaeda volver a instalar
bases en territorio de ese país en caso de ganar la guerra, según informó el diario The Wall
Street Journal el día 5.
Este argumento se basa sobre la convicción de que Talibán responsabiliza a su alianza con Al
Qaeda de su pérdida de poder.
Los líderes talibanes "prometieron no permitir nunca más a los extranjeros --en especial a los
arrogantes e insensibles árabes-- de vuelta en Afganistán", escribió McCreary.
El mulá Mohammad Omar, líder del Talibán, "fue dejado en ridículo en diciembre de 2001 por
sus propios comandantes por invitar a los ‘árabes’ y otros extranjeros" a refugiarse en
Afganistán, lo cual "derivó en su huida a Pakistán".
"La premisa según la cual Afganistán se convertiría en un refugio seguro para Al Qaeda en un
gobierno futuro es alarmista y refleja falta de comprensión de (la etnia) pashtun, así como
conocimiento superficial de la historia afgana reciente", sostuvo.
"No entiendo cómo pueden decir eso", dijo a IPS el ex encargado de Medio Oriente de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) Paul Pillar. "La relación entre el Talibán y Al Qaeda entes
del 11 de septiembre era, en muchas áreas, mucho más intensa que la actual."
En la guerra civil entre el régimen del Talibán y sus enemigos de la Alianza del Norte, que
transcurrió entre 1996 y 2001, "los árabes y el dinero de Bin Laden" jugaron un papel muy
importante en el vínculo, según Pillar.
"Puede inferirse que muchos grupos tienen hoy vínculos con Al Qaeda, pero no veo ninguno
tan estrecho como el que la unía a Talibán antes del 11 de septiembre", agregó el analista.
En 1997, unos 300 árabes entrenados por Al Qaeda combatían junto con los talibanes al norte
de Kabul, según indicó el editor de información internacional de la cadena McClatchy, Roy
Gutman, en su libro "How We Missed the Story" ("Cómo perdimos la noticia"), publicado en
2008.
El apoyo militar y financiero de Bin Laden ganó relevancia en los últimos años del régimen del
Talibán. En la última etapa del conflicto, entre 1.500 y 2.500 combatientes árabes y de otros
puntos de Asia central luchaban contra la Alianza del Norte, cuyo comandante, Ahmed Shah
Massoud, los consideraba sus enemigos más duros y comprometidos.
Para su ofensiva contra las fuerzas de Massoud en 1998, el Talibán contó con unas 1.200
camionetas todoterreno traficadas desde Japón y compradas con dinero aportado por Bin
Laden.
En cambio, Al Qaeda se encuentra hoy en serias dificultades financieras y cuenta con pocos
combatientes en Afganistán. La situación en filas del Talibán es la contraria: no le falta dinero ni
milicias.
Al Qaeda está "financieramente en su momento más débil en varios años" y "su influencia se
desvanece", dijo el martes a la cadena de radio y televisión británica el experto en terrorismo
del Departamento del Tesoro (ministerio de hacienda) estadounidense David Cohen.
Además, muy pocos de los "combatientes extranjeros son, como solían ser antes la mayoría,
árabes o naturales de Asia central --uzbekos o chechenos--, indicó Seth Jones, de la
Corporación Rand: el grueso de ese contingente se forma hoy por pashtunes de Pakistán, y no
hay evidencia de su afiliación a Al Qaeda.
(FIN/2009)