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LA REVOLUCION SILENCIOSA

By: G jordan

Eran las tempranas épocas de la humanidad cuando el hombre baso


la búsqueda se su destino en las migraciones. Sin las migraciones
el hombre se hubiese extinguido y no hubiésemos tenido la
posibilidad e sobrevive encía en este planeta. Antes y después de
de la primeras civilizaciones el hombre migro debido a la búsqueda
de uno de sus mas ansiados e intrínsecos deseos: la sobre vivencia.

La sobrevivencia humana es uno de los instintos fundamentales del


ser humano sino el más importante, y esta basado en el
agrupamiento funcional (ser gregario) y en la ética de la
reciprocidad. No hay ser humano que no busque el agrupamiento
para sobrevivir porque sabe que la ética de la reciprocidad le hará
sentirse seguro en el grupo donde se encuentra.

La ética de la reciprocidad es el elemento ético que ha perseguido


el ser humano desde tiempos inmemoriales y consiste en dar para
recibir, es el mejor pasaporte y medicina que el ser humano ha
tenido. Desde la reciprocidad elemental hasta la más compleja
forma de dar y recibir el ser humano ha cultivado desde tiempos
tempranos hasta ahora. Esta es la ética que se ha sostenido en toda
la historia de la humanidad y por eso el hombre ha recorrido el
mundo en busca de su destino, pero siempre al lado de otros para el
cuidado mutuo o recíproco.

“Nadie es profeta en su tierra” reza un refrán antiguo que nos


libera de la idea de permanecer en el sitio natal, y “En la tierra que
fueres has lo que vieres” nos dice como como portarnos en los
lugares de destino, simples reglas que contienen una profundo
significado para la evolución humana. Reglas que quizás han
recorrido las nuevas tierras que hemos buscado los humanos a lo
largo de todas las épocas, desde el hombre anónimo del que
descubrimos sus restos en Africa o de aquel que dejo sus rusticas
herramientas en Bélgica o de aquellos que dejaron ciudades
desparecidas que llamamos ruinas.

En el fondo la nostalgia invade el destino humano, de un humano


que ha caminado y aun camina buscando algo sobre lo que no esta
muy claro, un destino incierto, lleno de dudas y temores que nos
han asaltado inmemorablemente hasta ahora. El complejo mundo
del humano, creado a partir de los inmensos deseos de
sobrevivencia de la especie, ha dejado a lo largo de su historia una
serie de huellas imborrables de sabiduría, inocencia, bondad y
maldad, contradictorios deseos e intereses, pero que nos han
servido de una prueba inminente de que el humano a pesar de ser
consciente de su fatalidad –cosa que no ocurre a las otras especies-
no se ha derrumbado sino ha persistido en la creación de sus
elementos vitales externos e internos. Así estas huellas
abandonadas a lo largo de su caminar básicamente inmigrante nos
hablan de su deseo de sobrevivir a pesar de las inclemencias de la
geografía y de su realidad vulnerable. Hablar del ser humano es
recordar con nostalgia sus primeros pasos envueltos en pieles de
animales, desnudo frente al frio, apegado a sus congeneres,
pidiendo reciprocidad y siendo a veces victima o dominador de la
naturaleza. Es recordar las primeras manos que tejieron ropas, los
primeros dedos que hicieron de herramientas agrícolas, es recrear
con nostalgia las veces en que se caía y se paraba como lo hace un
bebe de ahora, quien, sin embargo tiene miles de grandes ventajas
comparado con los homínido de hace 2 millones de años.

El elemento básico de la sobrevivencia humana han sido las


constantes migraciones, sin ellas quizá nos hubiésemos reducido
tanto que corríamos el riesgo de la extinción para lo que nisiqueira
los insectos mas básicos están diseñados. Pero mas alla de las
oleadas migratorias humanas el principio basico de la reciprocidad
ha impulsado la evolucion de las mismas.

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