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El presidente de Colombia pretende solucionar el problema de la violencia y el crimen con más policías. Reconocidos sociólogos y antropólogos sostienen que el problema comienza a ceder a medida que desaparezca el desempleo. No hay políticas de gobierno de orden social para crear fuentes de trabajo, todo fue dejado a voluntad del poder económico.
El presidente de Colombia pretende solucionar el problema de la violencia y el crimen con más policías. Reconocidos sociólogos y antropólogos sostienen que el problema comienza a ceder a medida que desaparezca el desempleo. No hay políticas de gobierno de orden social para crear fuentes de trabajo, todo fue dejado a voluntad del poder económico.
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El presidente de Colombia pretende solucionar el problema de la violencia y el crimen con más policías. Reconocidos sociólogos y antropólogos sostienen que el problema comienza a ceder a medida que desaparezca el desempleo. No hay políticas de gobierno de orden social para crear fuentes de trabajo, todo fue dejado a voluntad del poder económico.
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En el país el gobierno puede poner un policía o un soldado en
cada esquina, pero la violencia en los campos y ciudades no cesará. No es esa la solución. El presidente de la república esta totalmente despistado y seguirá estándolo mientras no entre en razón y entienda que las soluciones tienen que ser sociales. El principal problema del país es el hambre y la miseria de los colombianos, de ahí nacen los otros. “Los jóvenes están participando más en los delitos que se cometen en el país, porque hay más oferta laboral en la vida criminal que en la legalidad”.La juventud ha perdido el oriente en Colombia. Sus niveles de esperanza hacia el futuro no son los mejores, “el deterioro del mercado laboral continuará como consecuencia, entre otros factores, de la fuerte desaceleración de la economía nacional”. Políticas reales de empleo o estimulo al empleo por parte del gobierno no hay, han hábiles salidas públicas del presidente y algunos de sus ministros para aparentar preocupación por el problema que dejaron en manos de la empresa privada, a su voluntad y capricho sin nada que les presione.
El mandatario de los colombianos ha anunciado que nombrará
varios centenares de policías más en ciudades como Cali y Medellín para acabar con la violencia. Los estudiosos de nuestra sociedad señalan que eso no solucionará el problema, no se ataca la raíz. Puede que logren capturar uno que otro delincuente, pero el problema continuará. Según un antropólogo forense, ex director de Medicina Legal, Máximo Alberto Duque, “los jóvenes encuentran hoy mayor oportunidad para delinquir que hace 50 años. En las Bandas Criminales de narcotráfico, paramilitares, guerrilla y delincuencia común, los colombianos localizan una opción para conseguir los recursos que en el mercado legal. Los jóvenes con baja escolaridad se ven obliga a vincularse, para sobrevivir, al crimen y adoptar el delito como una alternativa de vida. Ni siquiera las restricciones al porte de armas han funcionado para disminuir el ambiente de fechoría, porque los jóvenes están buscando otras alternativas en las que no necesiten armas que les pueden aumentar las penas al momento de ser capturados". El joven de hoy se ve bombardeado todos los días de noticias en donde el gobierno no habla sino de lamentaciones y promesas. “La tasa nacional de desempleo que en octubre subió al 11,5 por ciento, seguirá en aumento. El número de desocupados sobrepasó los dos millones 500 mil. La pérdida de trabajo de los jefes de hogar y la búsqueda de empleo sin lograrlo. El gobierno propone establecer un salario mínimo diferencial para trabajadores menores de 22 años (menos sueldo y seguridad). El desempleo en Colombia sigue imparable, hace un año la desocupación estaba en el 10,1 por ciento hoy pasa del 12%. El deterioro del mercado laboral es consecuencia de la profunda desaceleración de la economía y el deterioro de actividades como la industria y el comercio, que son intensivas en la generación de empleo. Actualmente entre formales e informales, están ocupados 19 millones 418 mil ciudadanos colombianos. Las cifras entregadas por el DANE solo revelan un porcentaje parcial del número real de desempleados que hay en el país”. No hay una sola frase falsa, todo es verdad. El gobierno de Uribe y los poderes económicos son insensatos e irresponsables frente a los verdaderos problemas del país.
El antropólogo forense indicó que el país se tiene que volcar
con oportunidades para los jóvenes para darles la posibilidad de elegir y evitar que sigan ingresando cada vez más jóvenes al mundo del delito. Para que el joven abandone el crimen tiene que haber cantidad y calidad de nuevos puestos de trabajo que le permita escoger entre lo que se gana en el delito o se puede ganar en lo legal. Hay que comenzar por el salario mínimo, por el que el gobierno lucha todos los años sea incrementado lo más bajo posible. Si no hay diferencia positiva, indudablemente que si no entusiasmará ni estimulará los jóvenes para dejar el crimen, seguirán en él. En contraste con ese ambiente se crimen e inseguridad en la vida surgen las ganancias exorbitantes del poder económico como reto a los desocupados. Los bancos son un ejemplo. Con los mismos empleados y bajísimos salarios de años anteriores, hace monstruosas ganancias que ya no cuentan por millones sino billones. Eso gracias a la especulación monetaria que les permite el Estado. Es el desequilibrio social nacional, que genera el crimen, pero que no quiere modificar el gobierno de Uribe, por aquello de que son más importantes las ganancias monetarias que las sociales. Las oportunidades económicas en Colombia no son para los colombianos, la mayoría se las levan los capitales extranjeros que las giran al exterior y que no repercuten en la realidad nacional.
El crimen en el país no se acaba con más policías o soldados. El
principal paso a dar es creando fuentes de trabajo, por millones, donde el joven pueda escoger y hallar como frenar la miseria económica en que vive. El desempleo que genera miseria es el origen de la criminalidad en el país. El desempleo lo crean los poderosos. No se puede gobernar para proteger solo para los fuertes económicamente porque surge el delito como fuente de trabajo y alternativa para salir de la miseria. Es una respuesta social obvia y natural. Colombia necesita un gobierno diferente al de Uribe, un mandatario que sea para proteger ricos y pobres por igual.