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El desarrollo de la nación y el avance imparable de su economía, con nuevas y modernas leyes, han
posibilitado
do un progreso escalonado en la vida de los españoles, y por ende de los andaluces y andaluzas,, que
nos acerca cada día más a los niveles de vida alcanzados en países tan próximos a nosotros como son, por p
ejemplo,, Francia, Alemania o Inglaterra.
El paso de una economía centralizada y sin expansión -con fronteras cerradas y sin posibilidad alguna de
intercambio comercial- hacia una nueva economía de mercado libre, libre con grandes reformas en nuestra
agricultura y en su forma tradicional de producir
ir, ha hecho cambiar nuestros sistemas de producción,
producción creando
una economía competitiva y generando riqueza a la nación.
Sin embargo, ese avance imparable también está cambiando nuestro hábitos de vida a la vez que
modifica
odifica nuestro entorno, con sus espacios abiertos, agrestes campos y bellos paisajes.
Así, observamos como en los últimos años se ha incrementado, de forma generalizada, la idea de
producir a cualquier coste. Por supuesto all coste que nos referimos es al ocasionado
do all medio ambiente y a los
ecosistemas naturales y, por supuesto, al medio rural en el que nos encontramos.
La idea de producir más y mejor y de poseer mayor riqueza, está propiciando el asentamiento en el
medio rural de actividades perniciosas para los ecosistemas naturales, con la remodelación
remo ción de los paisajes
paisaje y la
eliminación de los hábitats de las especies. Todo ello permite que se restringa
restring el uso y disfrute de los espacios
abiertos,, que se produzcan
produ n daños
daño irreparables
irreparable a los ecosistemas y a la vida silvestre;
silvestre pues no en vano se e
construye en zonas no permitidas, se levantan vallas y cercas por doquier, se invaden cauces públicos, se
apropian manantiales y fuentes, se talan árboles centenarios, se roturan montes, se instalan cadenas y
barrotes en caminos y,, en definitiva, se ponen puertas al campo.
Da la impresión de que el orden democrático establecido no funciona, y que genera caos y un cierto
desorden,, aunque debiéramos creer que eso no es así. Quizás lo que ocurra ocurr es que estamos
est mos creando
demasiadas
demasiada leyes para tan poca justicia, por lo que las mismas debieran ser objeto de una mayor atención por
parte de las administraciones y una aplicación correcta de ellas.
Hoy día vivimos inmersos en una sociedad “moderna” ” ocupada en aumentar sus niveles de vida y
comodidad,, ajena a los fuertes contrastes y oscilaciones económicas que,, de forma global,, se vienen
produciendo en el mundo.. Una sociedad que padece de períodos regulares de estrés y dependencia,, de
enfermedades psicológicas y de comportamiento.
comportamiento
Atravesamos una época de profundas y grandes reformas que, de manera estructural,, afectan de forma
preocupante a nuestro patrimonio natural y a nuestra biodiversidad.
Actualmente,
Actualmente muchos de los problemas medioambientales que encontramos en nuestras zonas rurales
vienen propiciados, precisamente, por la aparición de leyes que fueron dictadas para garantizar la igualdad en
el ejercicio del derecho de propiedad,, como ocurrió con la Ley 6/1998, de 13 de Abril, sobre Régimen del Suelo
y Valoraciones (LS/98), la cual estipulaba que el suelo que no había sido incorporado al proceso urbano, y en el
que no concurrieran razones para su preservación, podría ser considerado como suelo susceptible de ser
urbanizado.. La potestad de decidir qué suelo es urbanizable y cual no abría las puertas de par en par a las as
irregularidades urbanísticas, y eso es lo que está ocurriendo.
Todas esta leyes nacen con una clara vocación,, cual es la de velar por los problemas relacionados con la
conservación de nuestro entorno agrícola, el forestal, la flora y fauna silvestres y sus hábitats, la conservación,
uso sostenible, mejora y restauración del patrimonio natural y de la biodiversidad.
Espacio a proteger