Ministerio juvenil “Guerreros de luz”

Reflexiones juveniles

CULTURA, COSTUMBRES, Y PRINCIPIOS BÍBLICOS 2ª PARTE

Otra vez nos encontramos listos para dialogar sobre tu vida y sobre asuntos que te
inquietan y te quitan el sueño varias veces. Si recuerdas, en el estudio anterior
comenzamos a desarrollar un tema que para muchas congregaciones es vital y que
ha traído un sin fin de problemas. Problemas en los cuales te encuentras tu muchas
veces sumido querido joven. La raíz de estos problemas casi siempre son
cuestiones de opiniones sobre cosas dudosas u objetables sobre distintos puntos de
vista de los miembros.

Claro que muchas otras veces es por asuntos de diferencia en la doctrina o por el
"Diotrefismo" reinante aún en las iglesias, pero creo sin temor a equivocarme, que
en la mayoría de los casos, no es tanto ésta la razón como lo son asuntos de
opiniones distintas. A veces son opiniones de costumbres, a veces de tradición,
otras de culturas, lo cierto es que daña y que duele mucho cuando no se llega a un
acuerdo y que los jóvenes nos encontramos muchas veces entre estos dos frentes
de batalla y queremos tomar una postura propia que no sabemos cuál sea la mejor.

Es una pena que habiendo tanto material y aporte bíblico sobre el tema, los
enseñadores no lo aborden preparando a la iglesia para prevenir estos conflictos.
Quisiera que entremos de lleno a un pasaje medular sobre el respecto que lo
encontramos en Romanos 14:1 en adelante. Allí leemos así: "Recibid al débil en la
fe pero no para contender sobre opiniones." Aquí nos encontramos desde el vamos
con la palabra que tanto nos preocupa: "opiniones". ¿Qué es una opinión?. Bueno
podríamos decir que es el punto de vista personal sobre determinado asunto.

No es un dogma, no es doctrina, ni siquiera es un principio, es "mi punto de vista,

es lo que yo sostengo" y aquí aparece una palabra que va siempre de la mano con
la opinión el "YO". YO creo, YO digo, a MÍ me parece, pero YO pienso y frases
semejantes a estas que se levantan como un muro ante las discusiones a nivel
congregacional. Alguien dijo que: "Las opiniones son lo que YO sostengo, mientras
que las convicciones son lo que me sostiene a mí". Hoy en día hace falta menos
opiniones humanas y más convicciones en los principios bíblicos. En la iglesia de
Roma a la cual fue dirigida esta carta se fusionaban dos culturas con tradiciones
muy fuertes, la Judía y la Romana. De ambos grupos Dios había rescatado perdidos
y había hecho un sólo cuerpo: Su Iglesia como bien lo narra en Efesios 2:14-18
donde se menciona que Cristo derribó la pared intermedia e hizo La Paz.

Pero aún quedaban las antiguas tradiciones y costumbres del pasado que no era
fácil olvidar para una sana convivencia en la iglesia. El caso específico era que
algunos creyentes judíos, acostumbrados hasta entonces a abstenerse de comer
carne de cerdo y otras consideradas inmundas por la vetusta ley de Moisés, no
podían soportar el hecho de que los cristianos gentiles coman estos tipos de
alimentos sin prejuicio alguno, y allí surgían las disputas. Pablo aclara en el
versículo 14 su convicción y deja en claro que luego de la cruz ya no es necesario
abstenerse de esos alimentos porque, como el mismo Señor le dijera a Pedro en la
azotea de Jope en Hechos 10:15: "lo que yo limpié no lo llames tu inmundo", pero,
para colaborar con la unidad de la iglesia, aconseja a ambos grupos y en especial a
los gentiles en el versículo 15-22, a abstenerse si esto es causa de tropiezo para los
judíos y a relegar el comer estos alimentos en privado y no delante de ellos en una
manera irónica y provocadora.
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Como así también exhorta a los judíos en el versículo 4 a no juzgar a sus hermanos
romanos. Y termina en el capítulo 15: 1-2: "Así que, los que somos fuertes
debemos soportar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos.
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Porque ni aún Cristo se agradó a sí mismo". Un pasaje análogo lo encontramos en
1ra Corintios capítulo 8 donde también se fusionaban dos culturas, la judía y la
griega y el principio bíblico es exactamente el mismo en el versículo 13: "Por lo
cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para
no poner tropiezo a mi hermano". Hemos hecho un "vuelo de pájaro" sobre estos
excelsos capítulos que denotan el PRINCIPIO a tener en cuenta sobre los asuntos
de opinión, costumbres y culturas de otras generaciones. Y como verás es el
PRINCIPIO ESCRITURAL y no mi opinión lo que lleva a un buen término una
discusión de este orden. Hoy en día hacen falta jóvenes que tengan como meta en
la vida el: "no agradarse a si mismo" y ser así otro pacificador más de la lista de los
bienaventurados.

Y también hacen falta ancianos y líderes que se dediquen menos a juzgar

apresuradamente y a escuchar y comprender más a sus jóvenes. Ahora tu me
dirás: bien Pablo pero, ¿esto significa que debo permanecer callado ante las
injusticias en mi iglesia viendo como líderes persisten en una negativa constante
ante las propuestas de los jóvenes?. Si el asunto en cuestión es, como acabamos
de citar, una simple opinión de un tema secundario, calla y espera en el Señor sin
dejar cerrada la posibilidad de que tal vez seas tú el que este equivocado y que tal
vez la idea del otro al final sea la mejor y ocúpate en cosas primarias, de verdadero
valor como el evangelismo en tu barrio, el discipulado en tu iglesia, el estudio
bíblico en tu casa y la santidad de vida en el trabajo o colegio.

Si el tema va tomando a través del tiempo una dimensión mayor y tu prevés que
puede traer serias consecuencias a la iglesia tienes todo el derecho a hablar con
amor y exigir que se usen los principios bíblicos y la doctrina para aclarar la disputa
y no las costumbres o tradiciones de alguien. El mismo apóstol Pablo cuando
percibió la hipocresía con la que estaba actuando Pedro en Gálatas 2:11 le resistió
cara a cara porque era de condenar manifiesta él. Y dice el versículo 14 que se lo
dijo (casi lindando con la ética) "delante de todos". El consejo que el mismo apóstol
le da a su hijo Tito también es a hablar si es necesario: "corrige lo deficiente" dice
1:5, "tápales la boca" dice el 11, "repréndelos duramente" el 13, "pero tú habla" en
2:1, "exhorta" en 2:6, "insiste con firmeza", en 3:8, y así sigue. Claro que Tito
tenía autoridad delegada por el mismo apóstol Pablo en las iglesias pero bueno,
como un consejero me dijo una vez: "si no tienes la manija, tienes las rodillas,
¡Ora!".Si es necesario puedes pedir consejo o aún intervención a algún pastor
maestro de otra congregación con una postura imparcial. Y si aún las diferencias
persisten, no caigas en la murmuración ni dejes que alguna raíz de amargura brote
dentro de ti y que por ella tú y muchos otros sean contaminados, continúa orando y
andando en amor en espera de que Dios te guíe a la decisión a tomar. Siempre lo
nuevo es muy tentador.

Aún dentro de las distintas modalidades evangélicas hay "ondas nuevas", nuevos
ritmos de música, nuevos autores de libros, nuevas moda de ropa, etc y a veces
nos parecemos a las vacas que estiran su pescuezo por entre el alambre del vecino
para comer del campo ajeno. Es que siempre el pasto del vecino parece mejor
¿verdad?. No le temamos a lo nuevo pero tampoco nos dejemos seducir por lo
nuevo porque a veces conlleva una trampa. Conozco muchos jóvenes que han
abandonado sus iglesias porque la iglesia del vecino parecía mejor, había más
amor, eran más unidos y todo lo que tu ya sabes y al cabo de un tiempo se dieron
cuenta que también allí había problemas y tal vez peores, entonces se cambiaron a
otra y luego a otra y luego a otra comenzando así un "tour" de iglesias que no le
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condujo a nada, le privó del privilegio de conservar sus amistades y de cultivar un

testimonio estable que le abra camino en su ministerio.

¡No te apresures!. "La paciencia tenga su obra completa", espera, ora, dialoga,
comprende, no juzgues, y vuelve a orar. Y por sobre todas las cosas: "Vestios de
amor que es el vínculo perfecto" dijo Pablo en Colosenses 3:14. Alguien dijo: en
cosas de opinión, libertad, en asuntos de doctrina, severidad, pero en todas las
cosas, caridad. "Nada hagáis por contienda o por vanagloria, antes bien con
humildad considerando a los demás como superiores a él mismo". No vendas tus
convicciones pero tampoco defiendas tus opiniones.