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PECULIARIDADES DE LOS TAQUIONES SI EXISTIERAN

Se dice muy a menudo que, según la teoría de la relatividad, nada puede


moverse a una velocidad mayor que la de la luz. En realidad esto no es del todo cierto.
Lo que afirma el segundo postulado de la teoría de la relatividad, es que ninguna
partícula que se mueva ahora, con una velocidad menor que la de la luz, puede ser
acelerada hasta alcanzar (o sobrepasar) la velocidad de la luz. No hay ninguna razón,
sin embargo, por la que no puedan existir partículas que se muevan a velocidades
mayores que la de la luz, a condición de que siempre se hayan movido a estas
velocidades.
En otras palabras, la velocidad de la luz actúa más como un telón que como una
barrera. Al otro lado del telón están las partículas que siempre se mueven más deprisa
que la luz. Estas partículas hipotéticas se denominan taquiones. A nuestro lado del
telón están las partículas que se mueven más despacio que la luz, a las que nos
referimos como bradiones o tardiones. Todo lo que la relatividad nos dice es que es
imposible cruzar el telón, de uno u otro lado.
La existencia de los taquiones y, en el caso de que existan, qué propiedades
tienen son problemas abiertos. Si los taquiones existieran en realidad y si se pudieran
usar para enviar señales, tendríamos un medio de comunicación virtualmente
instantánea con cualquier punto del Universo.

El desafío es mostrar que el problema puede ser puesto, en forma pertinente en


el marco de la física contemporánea. Para ello, vamos a revisar los postulados de la
relatividad especial, y considerar las partículas sublumínicas y súperlumínicas,
empezando por las primeras. Contrariamente a la física clásica la teoría de la
relatividad postula que las mediciones del espacio y del tiempo no son independientes
entre ellas. No es posible describir el universo en términos puramente espaciales, pues
la simultaneidad es relativa al observador; lo que para uno sucede en cierto instante,
para otro constituye una serie de acontecimientos que tienen lugar en instantes
diferentes.
Las distancias espaciales y temporales entre dos eventos en la vida de un objeto
varían según el punto de vista de observadores diferentes. Ni el espacio ni el tiempo
pueden considerarse, por separado, parámetros físicos estrictamente objetivos, por lo
que se vuelve necesario construir un nuevo concepto de distancia. Partiendo de
cantidades relativas a cada observador, la relatividad especial enseña a definir
cantidades absolutas, de suerte que dos eventos cualesquiera aparezcan separados por
una distancia espacio-temporal ∆s del mismo valor para todos los observadores.

La distancia espacio-temporal ∆s se define por la relación


∆s = c * ∆t − ∆x
2 2 2 2
que generaliza el teorema de Pitágoras para cuatro dimensiones.
Es fácil advertir que para un bradión ∆s =0; para un luxón ∆s2 〉 0 y
2
para un
2 〈
taquión ∆s 0. Para los bradiones, que recorren poco espacio en mucho tiempo
predomina el signo positivo de c 2 * ∆t 2 . Los taquiones recorren mucho espacio en
poco tiempo: para ellos predomina el signo negativo de ∆x2 . En el caso luxón el
intervalo es cero. A continuación, cuando sea conveniente, utilizaremos c como unidad
de medida de las velocidades.
La relatividad especial no puede ser concebida mediante sistemas sólo definidos
por sus coordenadas espaciales y temporales. Es preciso, además, considerar un espacio
dual, definido por coordenadas de energía E e impulso p. Pasando de espacio –tiempo
al de energía-impulso, podemos anticipar que la cantidad E2-p2 tendrá el mismo valor
en todos los sistemas inerciales; es decir:

En el caso de un bradión….. E2-p2 = m02


En el caso de un luxón…….. E2-p2 = 0
En el caso de un taquión……E2-p2 = -m02

Los bradiones y taquiones libres están sujetos a relaciones diferentes: los


primeros pueden tener impulso nulo, en cuyo caso poseen la energía mínima E 0 = m0c2,
nunca igual a cero; los segundos, por su parte, pueden tener energía total nula, y
entonces aparecen con impulso mínimo: p = p0 = m0c que a su vez, nunca se anula.
Más allá de esto, recordando que v = p/E se comprueba que, los taquiones dotados de
velocidad infinita(taquiones transcendentes) transportan energía nula. Luego, ni aun
estas partículas podrían transmitir energía con velocidad infinita.

Finalmente, de la ecuación E2-p2 = -m02 podemos deducir la ecuación que, describe el


comportamiento de los taquiones :

m0 c 2
E=
v2
−1
c2
Ecuación cuya representación gráfica es:

Consecuentemente, los taquiones- de existir – poseerían la sorprendente propiedad de


aumentar su velocidad cuando su energía total disminuye, y viceversa. Por eso, cuando
su velocidad tiende a infinito, su energía total tiende a cero. Por otro lado, para
disminuir la velocidad de un taquión hasta el límite inferior c se necesitan fuerzas
limitadamente grandes. De esta forma, c continúa siendo una velocidad límite que no
puede ser franqueada ni viviendo desde arriba, ni desde abajo. Si para los bradiones la
velocidad de la luz representa un límite superior de las velocidades que pueden alcanzar,
para los taquiones representa el inferior. Es bueno recordar que estamos analizando
partículas sublumínicas y superlumínicas, pero sólo hemos considerado, hasta aquí,
observadores ordinarios, que se mueven a velocidad sublumínica

La distinción entre materia y antimateria sólo se aplica a los bradiones (cuando


consideramos observadores sublumínicos. En los taquiones la cualidad de materia y
antimateria depende exclusivamente del observador.

Vale la pena destacar que el principio de reinterpretación permitiría postular, en el


marco de la relatividad especial, la existencia de una antipartícula para cada partícula.
En Efecto, la relación fundamental E2-p2 = m02 lleva a la conclusión de que el valor de
E aparece en una expresión de doble signo:

E = ± p 2 + m02

Consideremos un taquión T que, con relación a nosotros observadores S0 viaja


a lo largo del eje de las x con velocidad V, mayor que c. Consideremos igualmente a
otros observadores s, también en movimiento a lo largo del mismo eje, con velocidad
variable u. Cambiando de observador, T puede volverse cada vez más veloz y llegar a
ser visto como un taquión trascendente por un observador particular Sc=tcXc para el
cual
c2
u= . Notemos que otra idea intuitiva –que la velocidad relativa de un objeto
V
disminuye si corremos cada vez más rápido detrás de él- sólo se ve confirmada por la
relatividad especial para los bradiones. Un fotón se moverá siempre a la misma
velocidad, no importa cuál sea aquella a la que lo persigamos. Y con los taquiones la
paradoja es aún más notable: cuanto más rápido se mueva el perseguidor, mayor será la
velocidad con la que el perseguido se alejará.

Hasta aquí consideramos partículas con cualquier velocidad, pero siempre nos
hemos referido a observadores sublumínicos s. Intentaremos ahora extender nuestros
análisis al conjunto de sistemas inerciales, incluyendo, de ser posible, aquellos que, con
relación a los sistemas ordinarios, viajan con velocidades superlumínicas. En realidad,
las expresiones sublumínico y superlumínico tienen, ellas mismas, un significado
relativo, pues nosotros, para un observador taquiónico S, formamos un sistema
superlumínico. Para extender la relatividad especial a nuestro objeto de estudio,
necesitamos postular que todos los observadores inerciales (sublumínicos o súper
lumínicos) son equivalentes. En particular, suponemos que, como nosotros, también los
observadores taquionicos tienen a su disposición instrumentos de medida, partículas y
todos los demás elementos propios de nuestra física. Obviamente, los bradiones, así
como los objetos en reposo con relación a nuestro sistema de referencia, serán taquiones
para los sistemas S, y viceversa. Por lo tanto, c continuará invariable en todos los
sistemas inerciales, aun los súper lumínicos.
Lo dicho puede resumirse en el principio de dualidad, que requiere la existencia de
una perfecta simetría entre sistemas sublumínicos y súper lumínicos.
Así pues una partícula taquiónica elemental, tendría las siguientes
peculiaridades:

- Un taquión clásico se nos aparecerá viajando más lentamente que la luz, pero
exhibirá características de tipo cuántico.

- La extensión del electromagnetismo a los taquiones provee una conexión


interesante entre estas partículas y los monopolos magnéticos.

- En el marco de la relatividad general, los taquiones- de existir- podrían


suministrar información sobre el interior de los agujeros negros, que no dejan
salir a las partículas que se desplacen a velocidades menores o iguales que la de
la luz.

- Los taquiones pueden desempeñar un papel esencial como intermediarios de las


interacciones entre partículas elementales, y también ocupar un lugar destacado
en la mecánica cuántica.

- Los taquiones dotados de velocidad infinita (taquiones transcendentes)


transportan energía nula.

- No podrían transmitir energía con velocidad infinita.

- Poseerían la sorprendente propiedad de aumentar su velocidad cuando su energía


total disminuye, y viceversa. Por eso, cuando su velocidad tiende a infinito, su
energía total tiende a cero.

- Con los taquiones la paradoja es aún más notable: cuanto más rápido se mueva
el perseguidor, mayor será la velocidad con la que el perseguido se
alejará.

17 de enero de 2006
G.Pujante

BIBLIOGRAFÏA:

DAVIES P. (1985): La frontera del infinito Ed. Salvat, Barcelona


TREFIL J.S. (1980): De los átomos a los Quars Ed. Salvat, Barcelona
COSMO EDUCA (2005): “Discusiones sobre el límite de velocidad” Relatividad
especial.www.iac.es/cosmoeduca/relatividad/especial/9/htm.
RECAMI E. WALDYR A. RODRIGUES JR. VASCONSELOS M. E. (2005)
“Taquiones” Cienciahoy, www.ciencia-hoy.retina.ar/hoy30/taquion.htm

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