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m0 c 2
E=
v2
−1
c2
Ecuación cuya representación gráfica es:
E = ± p 2 + m02
Hasta aquí consideramos partículas con cualquier velocidad, pero siempre nos
hemos referido a observadores sublumínicos s. Intentaremos ahora extender nuestros
análisis al conjunto de sistemas inerciales, incluyendo, de ser posible, aquellos que, con
relación a los sistemas ordinarios, viajan con velocidades superlumínicas. En realidad,
las expresiones sublumínico y superlumínico tienen, ellas mismas, un significado
relativo, pues nosotros, para un observador taquiónico S, formamos un sistema
superlumínico. Para extender la relatividad especial a nuestro objeto de estudio,
necesitamos postular que todos los observadores inerciales (sublumínicos o súper
lumínicos) son equivalentes. En particular, suponemos que, como nosotros, también los
observadores taquionicos tienen a su disposición instrumentos de medida, partículas y
todos los demás elementos propios de nuestra física. Obviamente, los bradiones, así
como los objetos en reposo con relación a nuestro sistema de referencia, serán taquiones
para los sistemas S, y viceversa. Por lo tanto, c continuará invariable en todos los
sistemas inerciales, aun los súper lumínicos.
Lo dicho puede resumirse en el principio de dualidad, que requiere la existencia de
una perfecta simetría entre sistemas sublumínicos y súper lumínicos.
Así pues una partícula taquiónica elemental, tendría las siguientes
peculiaridades:
- Un taquión clásico se nos aparecerá viajando más lentamente que la luz, pero
exhibirá características de tipo cuántico.
- Con los taquiones la paradoja es aún más notable: cuanto más rápido se mueva
el perseguidor, mayor será la velocidad con la que el perseguido se
alejará.
17 de enero de 2006
G.Pujante
BIBLIOGRAFÏA: