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Cenacoloes
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Obra Cenaculo Familar: una nueva profecia para la iglesia de hoy y los
sacerdotes casados
1A
Esta certidumbre nos viene de la Sagrada Escritura. Entre los numerosos textos escogemos
los más significativos:
1. "Aquí está mi siervo (Jesús) ... He puesto en el mi espíritu para que traiga la justicia a
todas las naciones... Verdaderamente traerá la justicia. No descansará ni su ánimo se
quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra. Los países del mar estarán atentos a
sus enseñanzas... Yo el Señor, te llamé y te tomé de la mano, para que seas instrumento de
salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo, luz de las
naciones." (Is 42, 1-7).
2. "Ese día reinará el Señor en toda la tierra. El Señor será el único, y único será también
su nombre" (Zac 14,9).
3. "Todas las naciones del mundo y todos los hombres se volverán a Dios. Lo respetarán
sinceramente y dejarán todos sus falsos dioses, que los engañan y los hacen caer en el
error. Alabarán al Dios del universo con rectitud" (Tb 14,6).
4. "Entonces vendré yo mismo a reunir a todos los pueblos y naciones, y verán mi gloria"
(Is 66,18).
5. "... (Jesús) si una caña está inclinada no la romperá; si una lámpara es débil no la
apagará. Hará así, hasta cuando habrá hecho triunfar su Justicia; y El será para todos
los Pueblos una esperanza" (Mt 28,18-21).
6. "Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, a las gentes de
todas las naciones, y háganlas mis discípulos" (Mt 28, 18-20).
8. "También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas,
ellas me obedecerán, y formarán un solo rebaño, con un solo pastor" (Jn 10,16).
9. El mundo entero se convertirá a Jesús solo cuando los cristianos, superadas sus
escandalosas divisiones, regresarán a la unidad: " Te pido que todos ellos estén unidos;
que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos (los cristianos) estén en nosotros,
para que el mundo crea que tú me enviaste (Jn 17, 21). Ciertamente que Dios le ha
cumplido a Jesús porque su oración siempre es eficaz. "Quitaron la piedra, y Jesús,
mirando al cielo, dijo: -Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre
me escuchas, pero lo digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú
me has enviado (Jn 11, 41-42).
10. También los judíos finalmente se convertirán a Jesús y lo aceptarán como el Mesías:
"Ahora pregunto: Será que los judíos, al tropezar, cayeron por completo? De ninguna
manera! Al contrario, al desobedecer los judíos, los otros han podido alcanzar la
salvación, para que los israelitas se pongan celosos. Así que, si el tropiezo y el fracaso de
los judíos han servido para enriquecer al mundo, a los que no son judíos, ya podemos
imaginarnos lo que será su plena restauración!" (Rom 11, 11-12). Los judíos se
convertirán a Jesús cuando todo el mundo se convertirá a Jesús: "hermanos, quiero que
sepan este designio secreto de Dios, para que no presuman de sabios. Los israelitas se han
endurecido en parte, pero sólo hasta que hayan entrado todos los que no son de Israel.
Cuando esta suceda todo Israel alcanzará la salvación" (Rom 11, 25-32).
11. Refiriéndonos a la Era Áurea del Cristianismo en la cual Jesús será conocido y aceptado
como único Salvador de todo el mundo, merece una acentuación particular cuanto afirma el
Apocalípsis. Bajo la forma de impresionantes y difíciles simbolismos resalta los inauditos,
terribles y sanguinarios esfuerzos de Satanás y de los hombres sus símiles y aliados para
ganarle a Jesús y su Iglesia. En un tiempo de la historia humana, pero, Jesús actuará en
forma extraordinaria y ganará sobre la acción demoníaca por mil años= (por un tiempo
muy largo los hombres serán dóciles discípulos de Jesús y de su mensaje evangélico).
Después de este tiempo, Satanás podrá otra vez pervertir a los hombres, pero muy pronto
seguirá el fin del mundo actual, el Juicio Universal y la separación final y eterna entre los
Ciudadanos del Cielo y los condenados. El texto así dice: "Vi un ángel que bajaba del cielo
con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. Este ángel sujetó al dragón, aquella
serpiente antigua que es el Diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al
abismo, donde lo encerró, y puso un sello sobre la puerta para que no engañara a las
naciones hasta que pasaran los mil años, al cabo de los cuales habrá de ser soltado por un
poco de tiempo... cuando hayan pasados los mil años, Satanás será soltado de su prisión, y
saldrá a engañar a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog,
cuyos ejércitos, numerosos como la arena del mar, reunirá para la batalla. Y subieron por
lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento del pueblo santo, y la ciudad que el ama.
Pero cayó fuego del cielo y los quemó por completo. Y el diablo, que los había engañado,
fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habían sido arrojados el monstruo y
el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por todos los siglos" (Ap 20, 1-10).
Los hombres que después de la Era Áurea del Cristianismo se pervertirán serán numerosos:
entonces se realizará la profecía de Jesús: "Cuando el Hijo del hombre venga,
encontrará todavía fé en la tierra?" (Lc 18,8).
1B
Cuando Dios llama a un hombre a ser su profeta lo inspira en modo tal que los hombres
contemporáneos, puedan entender el mensaje divino, aunque sea de manera imperfecta. En
el tiempo bíblico pues, se vivía en un mundo de campesinos y pastores y se combatía con
arcos, escudos, flechas, lanzas y espadas, el lenguaje de los profetas se adaptó a este
entorno cultural. Pero nosotros, para entender el pensamiento de Dios debemos adaptar los
textos bíblicos a nuestra cultura y sobre todo pensar en las armas con las que se hace la
guerra hoy: tanques, aviones, bombas nucleares… Sin esta adaptación no podemos
entender la sublime noticia de la paz y del bienestar mesiánicos.
La paz universal mesiánica, fruto del amor hacia Dios y hacia el prójimo,
traerá inmensos beneficios para todos: se respetará la naturaleza, se
favorecerá el desarrollo de todos los Pueblos, el dinero desperdiciado en la
construcción de las armas será utilizado para que acaben el hambre en el
mundo, las enfermedades, las diferencias sociales. Como consecuencia la
vida humana será más larga y feliz:
"Dice el Señor:
"Yo seré bondadoso con Sion, la ciudad que estaba toda en ruinas.
Convertiré las tierras secas del desierto en un jardín, como el jardín que el
Señor plantó en el Edén. Allí habrá felicidad y alegría, cantos de alabanza
y son de música" (Is 51,3).
2
La Era Áurea del Cristianismo, era de amor entre los
individuos y entre las Naciones, era de paz y de
bienestar, coincidirá con la era Áurea de la Familia,
creada a imagen y semejanza de la Familia Trinitaria de
Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo; y
redimida con la muerte-resurrección de Jesús Esposo de
la Iglesia.
2A
Las cuatro características del amor son: don, retroalimentación del don,
unión y felicidad; se identifican con Dios uno y trino:
No nos es difícil entender que las Tres Personas que constituyen la Familia
creada y eterna de Dios son felicísimas: de echo todos experimentamos
con evidencia inmediata que la felicidad nos llega del bien
conscientemente poseído: la vista, por ejemplo, es un bien: si poseemos un
órgano visual sano somos felices porque podemos admirar todas las bellezas
que nos rodean. Es claros que entre más bienes poseemos, más felices
somos: así, por ejemplo, si además de los ojos sanos tenemos también un
oído sano somos más felices que si poseemos solo los ojos sanos. En esta
línea tenemos sin duda, que admitir que Dios, el Que tiene todos los bienes y
es en sumo grado felicísimo, es la plenitud de la felicidad, es la felicidad.
Dios-Amor, Dios Familia Trinitaria felicísima, por amor gratuito y de
privilegio, decidió comunicar su felicidad a el hombre y lo creó Familia a
su imagen y semejanza: cada uno de nosotros, sea hombre o mujer, es
miembro de una familia por lo menos como hijo u hija si no como esposa o
esposo, como madre o padre. Fijemos nuestra atención sobre la familia
humana para entender un poco su semejanza con la Familia Trinitaria de
Dios. Haciendo algunas reflexiones:
1. Se mata al ser más impotente: qué puede hacer un ser tan pequeño
apenas dado a la vida contra un adulto?
2. Se mata al ser más inocente: qué mal ha echo el neo concebido para
merecer le pena capital?
2B
"Las esposas deben estar sujetas a sus esposos como al Señor. Porque el
esposo es cabeza de la esposa, como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual
es su cuerpo; y él es también su Salvador. Pero así como la iglesia está
sujeta a Cristo, también las esposas deben estar en todo sujetas a sus
esposos. Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a la iglesia y dio su
vida por ella. Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del
agua acompañado de la palabra para presentársela a sí mismo como una
iglesia glorificada, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa y
perfecta. De la misma manera deben los esposos amar a sus esposas como a
su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo. Porque nadie
odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace
con la iglesia, porque ella es su cuerpo. Y nosotros somos miembros de ese
cuerpo. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su
esposa, y los dos serán como una sola persona. Aquí se muestra cuán
grande es el designio secreto de Dios. Y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
En todo caso, que cada uno de ustedes ame a su esposa como a sí mismo, y
que la esposa respete al esposo" (Ef 5,22-33).
Jesús y la Iglesia (Comunidad de los cristianos) son como uno, como uno
son el cuerpo con la cabeza y los miembros del cuerpo humano, como una
sola planta son la vid y los sarmientos. En el mismo tiempo Jesús y la Iglesia
quedan distintos como distintos quedan la cabeza y los miembros, la vid y
los sarmientos.
Las dificultades no faltan porque cada Iglesia quiere conservar su identidad, poniendo así
un gran obstáculo entre el deseo de unidad y el humilde, desinteresado y constructivo
diálogo. No obstante todo esto el Espíritu Santo actúa para que todas las Iglesias se
convierten y reformen. También la Iglesia Católica no debe silenciar la voz del Espíritu que
solicita ser coherentes con la afirmación conciliar:
Con el bautismo el cristiano se vuelve templo del Espíritu Santo. Con las luces, las
inspiraciones, las imposiciones, las prohibiciones, las laúdes, los reproches y las
exhortaciones del Espíritu Santo el cristiano inicia, continua y termina su camino
terrenal hacia la casa del Padre. La fidelidad absoluta a la voz del Espíritu debe ser
una peculiar norma del cristiano; esta fidelidad el cristiano la expresa siguiendo su
convicción interior que se identifica con la voz de la conciencia. La conciencia
cierta también si es errónea obliga siempre:
Evidentemente, puesto que la conciencia cierta puede ser también errónea, tiene que
ser comprobada y formada para ser verdadera. Esto exige un cuidadoso examen de
la Revelación divina, de los pronunciamientos del Magisterio Eclesiástico, de la
opinión de las demás Iglesias cristianas, de los teólogos, de los fieles y también de
los que no son cristianos porque también ellos están bajo la acción del Espíritu
Santo en virtud de la Redención universal de Jesús.
B. Papado y Papa
"Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Algunos dicen que
Jeremías o algún otro profeta. Y ustedes, quién dicen que soy? –les preguntó, Simón Pedro
le respondió: - Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Entonces Jesús le dijo: -
Dichoso tu Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo conociste por medios humanos, sino
porque te lo reveló mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre
esta piedra voy a construir mi iglesia y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará
atado en el cielo, y lo que desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo"
(Mt 16,13-19).
"A partir de entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que él tendría que ir a
Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo harían
sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría. Entonces
Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo diciendo: - ¡Dios no lo quiera, Señor!
¡Esto no te puede pasar! Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: - ¡Apártate de mí,
Satanás, pues eres un tropiezo para mí! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como
las ven los hombres." (Mt 16, 20-23).
"(En la ultima Cena) Los discípulos tuvieron una discusión sobre cual de ellos debía ser
considerado el más importante. Jesús les dijo: - Entre los paganos, los reyes gobiernan con
tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les da el título de bienhechores. Pero ustedes no
deben ser así. Al contrario el más importante entre ustedes tiene que hacerse como el más
joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve. ¿Pues quién es más importante,
el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿Acaso no es el que se sienta a la mesa?
En cambio yo estoy entre ustedes como el que sirve… dijo también el Señor: - Simón,
Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo;
pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fé. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí,
ayuda a tus hermanos a permanecer firmes. Simón le dijo: Señor, estoy dispuesto a ir
contigo a la cárcel, y hasta morir contigo. Jesús le contestó: - Pedro, te digo que hoy
mismo, antes que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces" (Lc 22, 24-34).
"Arrestaron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía
de lejos. Allí, en medio del patio, habían hecho fuego, y se sentaron alrededor; y Pedro se
sentó también entre ellos. En esto, una sirvienta, al verlo sentado junto al fuego, se quedó
mirándolo y dijo: - También éste estaba con él. Pero Pedro lo negó diciendo: - Mujer, yo
no lo conozco. Poco después, otro lo vió y dijo: - tú también eres de ellos. Pedro contestó: -
No hombre, no lo soy. Como una hora después, otro insistió: - Seguro que estaba con él.
Además es de Galilea. Pedro dijo: - Hombre no sé de qué hablas. En ese mismo momento,
mientras Pedro aún estaba hablando, cantó un gallo. Entonces el Señor se volvió y miró a
Pedro, y Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: - Hoy antes que el gallo cante,
me negarás tres veces. Y salió Pedro de allí y lloró amargamente" (Lc 22,54-62).
Pedro por revelación del Padre identifica en Jesús el Mesías, el Hijo del Dios viviente, y
luego se alía con Satanás en el intento de alejar a Jesús de la pasión y de la muerte
redentora; Jesús lo escoge como roca sobre la cual construir su Iglesia y él se muestra
hombre muy frágil: por miedo reniega tres veces de su Maestro divino, también si con
mucha fuerza había contestado que por Jesús estaba dispuesto a sacrificar su vida. El
miedo es uno de los defectos dominante de Pedro, defectos que el primer Papa no pude
vencer tampoco después de la bajada del Espíritu Santo como claramente nos muestra San
Pablo en su carta a los Galatas:
"Pero cuando Pedro fue a la ciudad de Antioquia, lo reprendí en su propia cara, porque lo
que estaba haciendo era condenable. Pues primero comía con los no judíos, hasta que
llegaron algunas personas de parte de Santiago; entonces comenzó a separarse, y dejó de
comer con ellos, porque tenía miedo de los fanáticos de la circuncisión. Y los otros
creyentes judíos consintieron también con Pedro en su hipocresía, tanto que hasta Bernabé
se dejó llevar por ellos. Por eso, cuando vi que no se portaban conforme a la verdad del
evangelio, le dije a Pedro delante de toda la comunidad: - Tú, que eres judío, has estado
viviendo como si no lo fueras; por qué, pues, quieres obligar a los no judíos a vivir como si
lo fueran?" (Gal 2,11-14).
Los dos aspectos de Pedro investido de un peculiar ministerio eclesial y de Pedro hombre
expuesto a todas las debilidades humanas van siempre simultáneamente considerados y
tenidos presentes sea por haber una recta concepción y no unilateral del Papa, y así evitar
el pernicioso riesgo del culto de la personalidad; sea para aceptar como providenciales y
constructivas algunas posiciones críticas del Pueblo de Dios sobre opiniones, decisiones y
actitudes del Papa.
1. Quien edifica la Iglesia es Jesús – "Yo voy a construir mi iglesia" (Mt 16,18) – por
medio de su Espíritu: "recibirán poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, en
toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra"
(Hechos 1,8).
Por lo tanto el Papa antes de definir una verdad tiene la obligación de cerciorarse que la
Iglesia Universal ya la confiese. El estudio histórico nos puede revelar que en algunos casos
particulares el Papa no ha cumplido con este deber y que por lo tanto una verdad que se
cree definida no es realmente definida, es una falsedad. Tal vez uno de estos casos es "la
definición infalible" que niega el sacerdocio ministerial a las mujeres.
Si, por una hipótesis imposible, las Tres Personas Divinas dejaran de amarse, se rompería
su unidad y se desintegraría el mismo Dios; si por una hipótesis imposible, Jesús no amara
más a la Iglesia y la Iglesia no amara más a Jesús, Jesús y la Iglesia romperían su unidad de
esposos.
Pero hay que tener en cuenta la situación difícil en que se encuentran muchos
novios. La solución se da en el matrimonio cristiano en dos tiempos: cuando los
novios están listos para el matrimonio, pero hay serios motivos que los obligan a
aplazar la celebración de la boda "coram Ecclesia", cásense en secreto "coram
Deo" intercambiando el mutuo consentimiento. Así son de verdad esposos porque
los ministros del Sacramento del matrimonio son los dos cristianos que lo contraen,
y pueden tener actos íntimos. Es evidente que apenas cesen las causas deberán
celebrar el matrimonio "coram Ecclesia".
E. Anticonceptivos
El acto íntimo es un don maravilloso hecho por Dios a los cónyuges. Fundamento
del acto íntimo es el amor total exclusivo y definitivo que une los dos cónyuges.
No es verdad afirmar que el acto íntimo de los cónyuges tiene dos simultáneas
finalidades: unidad y procreación. Es verdad – al contrario – decir que el acto
íntimo de los cónyuges tiene normalmente una única finalidad, la de la unidad, y
que tal vez a esta finalidad se añade una segunda finalidad, la de la procreación.
Este dato de hecho nos impone la siguiente afirmación: en el acto íntimo de los
cónyuges debe siempre subsistir la finalidad de la unidad; al contrario la finalidad
de la procreación, por motivos graves, se puede eliminar imitando en esto al
naturaleza.
Estos graves motivos se dan cuando los dos cónyuges, en razón de la paternidad y
maternidad responsables, deciden no procrear. La particularidad es que en el acto
íntimo, por motivos justos, se puede eliminar la procreación, lo que nos hace
deducir lo siguiente:
Cuando dos cónyuges responsablemente deciden no procrear deben usar los así
dichos "métodos naturales" para evitar la concepción; pero si no es posible servirse
de éstos métodos naturales pueden usar los "métodos anticonceptivos artificiales"
para defender los altos valores de unidad que Dios ha ligado al acto íntimo de
los cónyuges. No pudiendo los cónyuges conseguir todo el bien del acto, escogen
justamente la parte de bien que ellos están en grado de conseguir.
F. Absolución colectiva
"A quiénes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quiénes no se
los perdonen, les quedarán sin perdonar" (Jn 20,23). El modo de ejercer la sublime
misión de misericordia Jesús quiso dejarlo a la discreción pastoral de su Iglesia. Y la Iglesia
lo ha entendido plenamente en el curso de dos mil años de historia, en efecto, lo ha
modificado varias veces: de la confesión pública de los pecados graves en los primeros
siglos, a la confesión individual inicialmente solo devocional entre los Monjes irlandeses
del siglo sexto, luego adoptada por todos los cristianos en el Concilio de Trento.
Hoy está vigente la obligación de la confesión individual, pero los cristianos la abandonan:
este abandono, en muchos casos es señal de condescendencia hacia el pecado, pero es sobre
todo uno de los signos de los tiempos que interpela la Jerarquía y la invita a profundas
intervenciones innovadoras: cierto no es justificable la abolición de la confesión
individual, por los beneficios espirituales que aporta a los penitentes; su practica, pero,
hay que dejarla libre y obligatoria solo para algunos pecados graves como el aborto.
G. Sacerdotes casados
Sin duda uno de los principales signos de nuestros tiempos es el impetuoso e imparable
empujón del Espíritu Santo a que la Iglesia Católica pueda superar la instintiva sospecha
sobre el sexo, herencia de una cultura no bíblica ni evangélica, y abolir la ley canónica
que impone a los Sacerdotes de Rito Latino la obligación del celibato.
La abolición del celibato obligatorio favorecerá la multitud de Sacerdotes Casados que con
sus esposas e hijos serán modelo familiar y estímulo eficaz de las familias cristianas para
comportarse a imagen de la Familia Trinitaria de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu
Santo, y del amor que une a los Esposos por excelencia: Jesús y la Iglesia.
San Pablo en su primera carta a los Corintios nos dice, como todos los Apóstoles, o casi,
estaban casados y que sus esposas los acompañaban en sus viajes apostólicos: "Tenemos
todo el derecho … de llevar con nosotros una esposa cristiana, como hacen los otros
apóstoles y los hermanos del Señor y Pedro" (1 Cor 9,5). En las Cartas Pastorales, como
condición indispensable a la Ordenación de un Obispo-Presbítero, se exige que el
candidato esté casado una sola vez y haya mostrado ser prudente y buen padre de familia:
"si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?" (1
Tim 3,5).
Antes del cuarto siglo, no existía ninguna ley canónica que prohibiera a los casados recibir
el Sacramento del Sacerdocio o que prohibiera el matrimonio a los sacerdotes que eran
célibes al momento de la Ordenación. En vía ordinaria Sacerdotes y Obispos eran
casados; solo algunos escogían el celibato. Los documentos de este tiempo hablan con
naturalidad y simplicidad de las esposas de los Obispos, por ejemplo, sabemos que San
Gregorio de Nazianzo, nació en el 319, era hijo de un Obispo, y fue él mismo Obispo,
heredando de su padre la Diócesis de Nazianzo.
Más allá de cualquier consideración, no podemos no decir que el Sínodo no tenía el poder
de emanar ésta ley por que ninguna ley humana puede declarar impuro un acto
natural ni prohibir a unos cónyuges casados los actos que son propios del matrimonio,
instituido por Dios. El Concilio Ecuménico Vaticano II habla de los actos íntimos de los
esposos de otra manera: "El amor de los cónyuges se expresa y desarrolla de manera
particular con el ejercicio de los actos que son propios del matrimonio; como
consecuencia los actos con los cuales los cónyuges se unen en casta intimidad son
honorables y dignos y, hechos de manera verdaderamente humana, favorecen la mutua
donación, y enriquecen recíprocamente en gozosa gratitud a los esposos mismos"
(Gaudium et Spes n. 49).
En el Concilio de Nicea (año 325) los españoles querían imponer la ley de Elvira a toda la
Iglesia.; pero el Obispo Panuzio, logró convencer a los Padres Conciliares para no seguir el
ejemplo español basándose en tres argumentos:
Lamentablemente luego, la Iglesia Latina rechazó el espíritu del Concilio de Nicea así el
Papa GregorioVII, en el siglo XI, impone a los Obispos y Sacerdotes casados abstenerse de
los actos conyugales y abandonar a sus esposas. Desde el Primer Concilio del Letrán (año
1129) no fueron ordenados más hombres casados: la ordenación fue privilegio de hombres
libres de vínculos con mujeres es decir viudos y solteros.
La historia del celibato eclesiástico pone en claro muchos defectos humanos en
contradicción con la ley natural y evangélica. Aún dejando todo juicio sobre las personas a
Dios, El es el único que puede entrar en los corazones; la Iglesia contemporánea está
llamada a reconocer con humildad estas sombras y reparar el pasado secundando a la voz
del Espíritu que pide abolir la ley del celibato obligatorio para los clérigos: el tiempo y las
modalidades para llegar a esta meta se pudieran dejar a cada una de la Iglesias Diocesanas:
sería mejor proceder por leyes locales y no por leyes universales, para respetar así las
distintas sensibilidades y madurez.
Si el compromiso por el Reino de Dios exige todavía que parte del clero sea célibe, el
Espíritu Santo no hará faltar a la Iglesia curas célibes: dejemos a El la plena libertad de
elección y a nosotros la ilimitada confiada sumisión a sus elecciones; nos sometemos con
gozo al Espíritu que quiere una multitud de sacerdotes casados para la próxima Edad de
amor y de paz fundamentada en la santidad de la familia.
En el pasado se trabajó e insistió para tener un clero célibe para el Reino de Dios. En el
futuro tendrá que insistir y trabajar para tener también un clero casado para el Reino de
Dios: la esposa que comparte la tarea pastoral con el esposo sacerdote no es un
obstáculo e una ayuda, un complemento. Habrá un ministerio de pareja con eficacia
incalculable.
Hasta que el Papa mantenga la actual ley de obligatoriedad del celibato eclesiástico los
Obispos y los Curas de Rito Latino tienen el derecho divino de casarse válidamente y
lícitamente en secreto: el matrimonio secreto consiste en el consentimiento matrimonial
recíprocamente expresado por los dos contrayentes. El razonamiento teológico en defensa
de la "Nueva Estrategia" es el siguiente:
PUNTUALIZACIONES:
2a. La "Nueva Estrategia" no es un cisma. De hecho los Obispos Casados y los Curas
Casados secretamente son celosos de su título de católicos. Ellos aceptan la Iglesia
católica, reconocen su Jerarquía, quedan sometidos a Ella, excepto en los puntos en los
cuales Ella se despega de la voluntad de Dios: "Es nuestro deber obedecer a Dios antes
que a los hombres" (Hechos 5,29). Los Obispos Casados y los Curas Casados de Rito
Latino están sometidos al Papa, pero como Pablo se oponen a Pedro cuando, en conciencia,
opinan que El se equivoca.
PRIMER ANEXO
En 1917 la Virgen apareció el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre a tres pastorcitos
de Fátima: a Lucía, Francisco y Jacinta de 10, 9 y 7 años. Les confió un mensaje que se
realizaría en parte en el futuro inmediato, y en parte en un futuro más lejano.
Entre muchas previsiones obscuras y terrificantes, la Virgen hizo brillar una luz de
esperanza: "Al final mi Corazón inmaculado triunfará, la Rusia se convertirá y en el
mundo habrá un tiempo de paz". Para sellar la veracidad de sus profecías María
Santísima el 13 de octubre hizo el grande milagro del sol: en el lugar de las Apariciones en
aquel día se reunió una inmensa muchedumbre (70.000?). Llovía y hacía frío. Hacía el
mediodía, Lucía mandó cerrar las sombrillas y la muchedumbre obedeció. A mediodía,
como siempre apareció la Virgen que se entretuvo con los niños. Terminado su charla con
los niños "la Virgen despidiéndose de sus amiguitos, abrió las manos en las cuales parecía
encarcelada toda la luz del sol, Lucía tradujo aquel gesto con un grito:
- Mirad al sol! La lluvia cesó. Las nubes se abrieron y apareció el prodigio: todos vieron el
sol como a un disco de plata dar vueltas y emanando rayos de luces amarilla, verde, roja,
morada que coloreaban las nubes, los árboles, las rocas, la tierra, la muchedumbre
deslumbrada.
El sol se paró, luego se puso a rodear otra vez emanando rayos de luces. Se paró
otra vez y luego empezó de nuevo su danza. Todos contemplaban en silencio, y con
escalofríos en la piel. Luego se tuvo la sensación de que el sol se despegase del
cielo y se precipitara sobre la muchedumbre. Un grito inmenso se levantó:
¡Milagro! ¡Milagro!
Luego, aterrorizados, todos cayeron de rodillas en el lodo, rezando con fervor el
acto de contrición, mientras muchas plegarias salían de los corazones: Dios mío,
misericordia!
¡Dios te Salve! ¡Yo creo en Dios! ¡Virgen del Rosario! ¡Perdón y piedad!
El fenómeno del sol, en tres tiempos, duró como diez minutos. Todos lo vieron, creyentes e
incrédulos, ignorantes y doctos, periodistas, libres pensadores, que estaban allí para
demostrar la falsedad de las apariciones de Fátima. El cielo tornó a la normalidad. El sol
retomó su lugar y su esplendor. Todos se levantaron absortos, se tocaron la ropa que antes
estaba mojada y ahora estaba seca y limpia. Nadie tuvo la mínima duda. "La Virgen
mantuvo su promesa".
Las profecías de la Virgen ya se han cumplido casi todas. ¿Pero a causa de sus pecados, el
mundo contemporáneo no tendrá que soportar sufrimientos antes de que se cumpla la
última profecía de Fátima: "al final mi Corazón inmaculado triunfará; la Rusia se
convertirá y el mundo vivirá un tiempo de Paz"? ¿Y la Iglesia Católica se hará, en
parte, responsable de estos sufrimientos si no enfrentará seriamente y con humildad
su propia reforma?
Los hechos desconcertantes e imprevisibles de 1989 que han señalado la caída del
comunismo, la fin de la guerra fría y dado la libertad a muchos Pueblos oprimidos,
representan la aurora que preanuncia como próximos (los tiempos de Dios, pero, que no
son nuestros tiempos) la conversión de la Rusia y el tiempo de paz que coincidirá con la
Era Áurea del Cristianismo. Esta Aurora nos induce finalmente a escuchar la invitación de
despedida de la Virgen:¡"Los hombres no ofendan más a nuestro Señor, que ya es tan
ofendido"!
Favorecer, con una sincera y radical conversión, el parto de la nueva Era de modo que sea
lo más indoloro posible es la misión de nuestra generación. Haga, por eso, el Señor
surgir pronto muchos profetas, apóstoles de esta era, y los hombres de nuestro tiempo
escuchen sus voz. Amén.
SEGUNDO ANEXO
Soy el más pequeño hombre, el más pequeño cristiano, el más pequeño cura del mundo. –
Pero "Para avergonzar a los sabios, Dios ha escogido a los que en el mundo tienen por
tontos; y para avergonzar a los fuertes, ha escogido a los que el mundo tiene por débiles.
Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es decir, a los
que no son nada, para anular a los que son algo. Así nadie podrá presumir delante de
Dios (1 Cor 1,27-29).
Me llamo Salvatore Paparo y nací en Cesarò (Sicilia – Italia), el 14 de agosto de 1929. A
los diez años me fui al Seminario Menor de Brote sintiendo el atractivo por la vida
sacerdotal. Me quedé los tres años de la Secundaria, luego me fui al Seminario Mayor de
Catania y me quedé otro dos años. Fascinado por las misiones, el 8 de diciembre de 1945
me admitieron en el Seminario de los Padres Maristas cerca de Turín. Pero los caminos de
Dios eran otros. En mayo de 1946 me enfermé gravemente. Una noche dos médicos
después de una revisión, dijeron a mis superiores que no iba a pasar la noche. Yo al
contrario me curé de manera inexplicable . Hundido en Dios, luz-calor extasiante, me fue
comunicado cuanto sigue:
Desde aquel momento la Era Áurea del Cristianismo domina mi existencia. Hablé con mi
Director espiritual y con mis superiores. Ellos me aconsejaron continuar con mis estudios
hasta la ordenación. "Nosotros, me dijeron, no obstacularizaremos la voluntad de Dios".
Me ordenaron sacerdote el 21 de enero de 1954, con la bendición de los superiores, dejé la
Sociedad de María y me acogieron en la Diócesis de Ivrea, provincia de Turín.
"La Era Áurea del Cristianismo, acabó la revelación, será también la Era Áurea de la
Familia. La obligación del celibato sacerdotal será abolida y las familias de los
Obispos Casados y de los Curas Casados serán faros luminosos para las demás
familias cristianas".
Después de varios sucesos hemos llegado al paso decisivo: La Familia Trinitaria quiere
que todo el clero conozca la Obra "CENACULO FAMILIAR" para que los llamados
puedan pertenecer y ser apóstoles y profetas. Y aquí tenemos que hacer una importante
reflexión:
"La Iglesia está fundada sobre el fundamento de los apóstoles y de los Profetas"
(Ef 2,20)
Para empezar, los Profetas del Cenáculo Familiar a la Iglesia Católica, de la que son hijos a
pleno título, proponen las Reformas explicadas en este Documento. O sea: La Reforma del
Papado; la aceptación de la conciencia individual; la opcionalidad del celibato
eclesiástico; el matrimonio cristiano en dos tiempos; la admisión de los divorciados
casados otra vez, sinceramente arrepentidos, a los Sacramentos de la Confesión y de la
Eucaristía; la legitimidad de los anticonceptivos; el uso de la absolución colectiva
dando en modo particular valor sacramental al rito penitencial al inicio de la Misa.
Estas reformas junto a otras que se serán oportunas y necesarias además de haber un valor
en sí mismas, adquieren un potente estímulo para las demás Iglesias Cristianas
favoreciendo así el camino, querido por el Espíritu Santo, del Ecumenismo hasta llegar a la
unidad de la Iglesia Universal. Logrando la unidad de los cristianos, los no cristianos,
fascinados de la vida de los discípulos del Señor, se convertirán a Jesús. Entonces se
realizarán las profecías evangélicas: "Formarán un solo rebaño, con un solo pastor" (Jn
10,16). "Que todos ellos estén unidos; como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también
ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste" (Jn 17,21).
A este punto yo, Sacerdote Salvatore Paparo, electo por Dios como humilde instrumento
para la realización del Cenáculo Familiar, me dirijo a Ustedes, amadísimos sacerdotes,
preferidos por Dios.
Acepten el Cenáculo Familiar – del cual estoy dispuesto a dar todas las informaciones
posibles – sean Ustedes sus miembros y Profetas, buscad de actuarlo en medio de vuestras
Comunidades cristianas.
La Familia Trinitaria de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo los bendiga y los
haga Profetas de la Obra "CENACULO FAMILIAR" a Ustedes y a todos los que
(también fieles laicos) conocerán este Documento.
Apresuras la era del amor y de la paz en que los hombres no lucharán más, no se entrenarán
más en el arte de la guerra, transformarán las armas en instrumentos de bienestar y
utilizarán las inmensas riquezas del creador para acabar con el hambre, las enfermedades,
las desigualdades sociales.
* Para adherirse al cenáculo Familiar los invito a escribir a esta direcciòn de correo
electrónico @: Opera Cenacolo Familiare