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Maricori, de la mentira compulsiva a la injuria

Hay mentirosos compulsivos. Algunos lo son impulsados por sus desvaros amatorios (los maridos infieles asumen que sus mentiras son piadosas). En otros, los desvaros tienen su origen en las lesiones de autoestima que cargan. Pero hay un tercer tipo, mucho ms peligroso, pues, no desvaran sino que mienten convencidos que deben hacerlo para mantener, o alcanzar, cierto estado de cosas. Jefes polticos de la derecha y grandes empresarios son sus ms connotados representantes. Sin descartar izquierdistas trapaceros que asumen la poltica como un medio de vida. En todos ellos la mentira est cargada de perversidades porque siempre afecta el destino de mucha gente. El caso de la Machado resultaba fascinante pues, sin duda, niega sin desmayo. Tanto es as que uno se diverta buscando razones para tal prolijidad. A mi se me haban ocurrido tres. Ser qu piensa, como dijo Platn, que la mentira es sobrada en los dioses, pues no necesitan de alguno? Ser, ms bien, qu imagina que todo lo que decimos los comunistas es falso, pues, somos enviados del demonio para acabar con su sociedad occidental, cristiana y de consumo? O ser qu, desde el podio de clase donde siempre ha estado montada, imagina que la gente que est abajo no puede diferenciar la verdad de la mentira? Pero, ya no hay fascinacin posible luego de or, lo que dijo, antes en Miami, y ahora en Madrid. En la primera ciudad seal que, la Asamblea Nacional est dirigida por traficantes

de drogas, en la otra, que hay una Misin convertida en operacin encubierta de prostitucin infantil. No se trata de pedir, en medio de un duelo de improperios, la cabeza de la Maricori. Slo lo que todo ciudadano, que sienta que se ha ultrajado su pas, pedira al Tribunal Supremo: que la diputada sea convocada a presentar las evidencias de lo que afirm fuera de Venezuela. JM. Rodrguez

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