2. Et mundo depende de los maestros
Frank Smith
Todos sabemos que los chicos aprenden todo el tiempo. Si
queremos que aprendan, simplemente debemos dejarlos observar,
porque ellos aprenden constantemente, al igual que lo hacemos
los adultos, que no cesamos ni un instante de aprender. Podemos
resumir una teoria del aprendizaje y de !a educacién en tan sdlo
siete palabras: uno aprende de las compajiias que cultiva. Todos
sabemos que nuestros hijos se pareceran a sus amigos, por eso nos
preocupamos tanto por Jas amistades, por las compafiias de nues-
tros nifios. Nunca of que un padre dijera: “mira, yo no me preo-
cupo por la pandilla con la que anda mi hijo”.
Ff aprendizaje no es una actividad intelectual. Es una actividad
es una consecuencia de la interaccién social, una conse-
Cuéficia de las relaciones sociales. Todos-los nifios aprenden a ha-
blar, Jas excepciones son realmente muy escasas. Tiene que haber
algtin problema muy dramatico —social 0 fisioldgico— para que no
aprendan. Y todos los chicos aprenden a hablar exactamente co-
mo lo hacen los seres que los rodean, los de la casa en que nacie-
ron, sus familiares. Es un acto de identificacién, no es un acto de
aprendizaje. En efecto, cuando el nifio nace, quienes lo rodean lo
ven y le mandan el siguiente mensaje: “Hola, carifio, sos uno de
nosotros”. El bebe los mira y les responde: “Hola, viejos, soy uno
de ustedes”. El lenguaje no es parte de su herencia bioldgica ge-
nética. Mucha gente se sorprende de la dificultad que existe para
aprender un fenguaje distinto al materno y por eso sostienen que
el lenguaje es una herencia bioldgica, que est en nuestros genes.
No es asi. Uno puede tener una ascendencia china impecable
hasta la ultima gota de sangre, pero si crece en un medio de ha-
31bla inglesa, uno crecera hablando inglés. Si creciera en un am-
biente de habla hispana hablaria espafiol. Cada pedacito del idio-
ma debe aprenderse. No hay otro remedio, hay que aprenderla. ¥
no sélo se tiene que aprender cada detalle del idioma sino que
también hay que aprender qué hacer con el idioma y qué hace el
idioma. Eso tampoco estd en nuestras genes. Sin embargo, fos ni-
fios aprenden a hablar con increible facilidad. ¥ lo logran porque
se unen aun club. Es tan simple como eso. sCémo se determina
qué lenguaje aprendera el nizio? Mediante el club al que se une.
“Hola, vieios, soy igual a ustedes”. Esta es [a manera en que ad-
quirimos nuestra identidad, es como adquirimos el conocimiento
de fo que somos.
~/ El aprendizaje no es una cuestién de adquisicién de conoci-
. miento, es una adquisicion de identidad- Y la identidad se adquie-
re a través-de otras personas; se aprende quién es uno, de las re-
laciones que uno mantiene. Es indtil mirarse en e} espejo del ba-
fio y preguntarse gquién soy yo? Se aprende quién es uno de ja
compafifa que se mantiene, de los clubes que uno integra. No sé-
lo se aprende lo bueno, también se puede aprender fo malo. Se
aprende de lus clubes que uno integra, de Jos que no integra, de
los que rechaza, de los que nos rechazan. Se aprende de lo que fa
genie piensa de nosotros, de lo que nos cuenta. De ahi (a impor-
tancia de Jas historias, de Jos relatos, de los cuentas.
Cuando un nifio nace, todo lo que desea saber son das cosas:
cual es Ja historia de este mundo al que ha nacido y cual es el per-
sonaje que habra de interpretar, cual eg el ral que le corresponde.
¥ fas Fespuestas a estos interrogantes le van a llegar a través de re-
(aids: Tados son cuentas, historias. Ef mundo esté hecho de cuen-
tas y las cuentos nos dicen quiénes somos. Establecemos nuestra
identidad a través de las personas que nos cuentan estas historias,
implicita o explicitamente. “jHola, carifio, sos uno de nosotros!
jHola, viejos, soy uno de ustedes!”
Adquisicién del fenguaje oral
Es maravilloso unirse a un club de lenguaje, porque at igual
que sucede en todos los clubes, hasta que uno no es miembro no
sabe bien cudles son las actividades de ese club, no tiene idea de
lo que acontece detrds de sus paredes. De ta misma manera que
32un alumno no sabe qué pasa en Ia sala de profesores hasta que ac-
cede a ella, los chicos no tienen ni idea de para qué sirve el idio-
ma hasta que se unen al club de} ienguaje. Lo primero que la gen-
te hace es mostrar al nifio lo que se puede hacer con el lenguaje
oral: una multipticidad de cosas demasiado complejas como para
ser reducidas a una simple lista, pero que los chicos aprenden
realmente répido. Luego, en un club de lenguaje oral la gente
acepta al nifio como uno de ellos, a pesar de ser un miembro nue-
vo, a pesar de no tener demasiada habilidad en las actividades del
club, a pesar de ser bastante ignorante de las cosas que fa mayo-
cia de la gente hace en el club. Lo que hacen en el club es ense-
ftar al nifio lo que se puede hacer para que lo pueda hacer sin ayu-
da; le muestran cémo hacerlo y cémo mantenerse interesado en
la actividad det club. Los miembros del club no ensefian, ayudan,
colaboran con el nifio, son sus maestros, sus mentores, sus guias.
Le ayudan a decir lo que quiere decir, y le ayudan a comprender
lo que quiere comprender. Eso es todo, eso es aprender, esto es lo
que hacen las compafias que uno mantiene.
Un bebe comienza a emitir sonidos y alguien te dice: “;Oh!,
te gustaria que te cambiaran ios pafiales, yno es cierto?” La gente
les habla a los nifios mucho antes de que ellos puedan decir algo
comprensible. La madre, por ejemplo, mantiene una conversaci6n
constante con su bebe, informdndole acerca de lo que sucede a su
alrededor e incluso acerca de todos sus movimientos: “Mira! jhay
un avi6n alla arriba!”. No solamente informan al bebe del hecho
de que hay un avién alla arriba, sino que también fo levantan, mi-
ran el avion, se lo sefalan, lo ayudan a comprender lo que estén
diciendo.
Pera la milagroso y lo peligraso es que los chicos no tienen
que estar personalmente involucrados en el aprendizaje para que
éste ocurra. Pueden aprender por identificacién con to que suce-
de alrededor de ellos. Veames un ejemplo: Dos adultos estén sen-
tados a 1a mesa de desayuno. Uno le dice al otro: ’Pasa el café,
por favor”. Y el nifio, que esta muy ocupade volcando su avena o
su jugo en el piso, puede hipotetizar: “Ah! ‘Pasa el café, por fa-
vor’ quiere decir vueica ese liquido oscuro en mi taza”. Toda la si-
tuacién esta alli, representada en esa frase: “Pasa el café, por fa-
vor”, Si la otra persona se levanta y saca una tostada, e! chico ra-
zona: “jAh! cometié un error”, y no hay riesgo.
33