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Holcim.

Holcim, una cementera que hace 50 años ni más ni menos, luchó en la pequeña
localidad jiennense de Torredonjimeno, por hacerse un hueco entre las principales
fábricas que no abundaban entonces, por lo que no costó mucho conseguirlo.
Miles de familias y decenas de generaciones de trabajadores han estado empleados en
esta fábrica durante toda su vida en Torredonjimeno.
Personas de distintas localidades de Jaén.
En un principio, se mostró como un gran reto, pero no costó mucho adaptar la
cementera a la que era una diminuta localidad entonces. Los ciudadanos estaban
encantados, cientos de puestos de trabajo, una industria que poco destacaba estaba, fue
un gran apoyo para convertir a Torredonjimeno poco a poco en una ciudad.
Sin embargo, la suiza fábrica, que tanto bien había hecho por cientos de personas,
Holcim ya venía preparando la operación desde comienzos del segundo semestre,
cuando empezó a desviar el grueso de sus ventas hacia la planta jienense de Mengíbar.
Así, la planta de Torredonjimeno pasó de producir en la primera mitad de año 1.200
toneladas por día a una producción de apenas 600 toneladas.
Para disminuir la gravedad del cierre de la cementera, se han puesto en marcha
numerosas prejubilaciones y traslados por parte de un cuantioso número de
trabajadores, que por tanto se tendrán que mudar de sus respectivas localidades,
abandonando una vida entera, sus amigos, sus familias y todo por un puesto de trabajo,
acarreando con sus familias.
Esta situación se hace más que grave en Torredonjimeno, donde Holcim era un pilar
sumamente importante para la economía de la ciudad, y más aún en este momento,
cuando la importante crisis no ha hecho más que empezar y lo ha hecho mostrando su
lado más duro.
‘¿Qué será de nuestro pueblo?’
Era uno de los lemas usados por los toxirianos durante las múltiples manifestaciones
multitudinarias que se han realizado para evitar el cierre de la cementera, sin éxito
alguno.
Albergan la posibilidad de que cuando la crisis pase, la cementera se abra de nuevo,
vuelva a ser el potencial económico de la ciudad y que todos los desempleados vuelvan
a sus cargos y por qué no, puestos nuevos también. Son meras ilusiones que no se
llevarán a cabo.
Los suizos son ejecutivos que tienen cientos de empresas dispersas de Holcim, por toda
Europa. ¿Qué inconveniente supone el cerrar una fábrica en una pequeña ciudad al sur
de España?
Aún la crisis no ha hecho mella importante en sus capitales, pero qué hay de malo en
enriquecerse un poco más, aunque eso conlleve el despido de cientos de personas.
Personas egoístas. Personas calculadoras.
Para opiniones, los colores.

Los más optimistas albergan la esperanza de que pronto se creen nuevos puestos de
trabajo, para aquellas familias que cobrando el paro no abarcan las necesidades a fin de
mes.
‘Nuevos empleos, en Torredonjimeno.’

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