Está en la página 1de 1

En algunos tratados sobre tcnica, al analizar la posicin interna que debe tomar el analista en su labor, son diferenciados, ante

todo, dos aspectos. Por un lado, el analista debe abrirse en su sensibilidad y en su intuicin psicolgica frente al material del analizado; identificndose con l, debe hacer de su inconciente un cuerpo de resonancia para el inconsciente de aqul. Por otro lado tiene que hacer uso de su intelecto, el que concibe conscientemente lo que sinti el inconsciente, lo liga y lo separa, analiza y sintetiza, diferencia lo esencial de lo secundario, tiene presente, en lo posible el proceso de enfermedad y de curacin como totalidad, y deduce y elabora de ah la intervencin teraputica, o sea, la interpretacin a dar, y la conducta a seguir (tampoco esta parte intelectual de la labor del analista es nunca tan exclusivamente cerebral como podra aparecer por esta diferenciacin esquemtica. Siempre se entrelazan la actividad intelectual y la intuitiva). Este doble proceso experimenta una complicacin por el hecho de que no slo el objeto sino tambin el sujeto del trabajo el analista debe ser observado psicolgicamente. El analista tiene, pues, que adoptar una vez ms la misma doble posicin que toma frente al analizado, y eso frente a s mismo. Ese oscilar entre el olvidarse de s y el recordarse a s, entre su entrega al analizado y el control de s mismo, por un lado; el oscilar dentro de cada una de estas dos posiciones entre la posicin de recepcin intuitiva y de discriminacin intelectual por el otro lado; este oscilar entre ser instrumento pasivo-sensible (sobre el que tocan el analizado y el analista mismo) y ser doblemente oyente crtico-racional, esto pertenece a las funciones tcnicas bsicas del analista, y su observacin y su desarrollo son de importancia correspondientemente bsica.

Heinrich Racker

También podría gustarte