Está en la página 1de 1

A

fines del 2011 visit la iglesia Hermanos Unidos, que pastorea

el matrimonio Pantojas. Cantaron un coro que dice: "Mira lo que [Dios] ha hecho en m, toc mi mente, me san, justo a tiempo me salv..." Entonces record haber estado en ese mismo lugar cantando ese mismo coro unos tres aos antes. En aquel momento atravesaba una profunda depresin que pens que me hara enloquecer. Colocaba mi mano en mi frente mientras cantaba, esperando que Dios tuviera misericordia y me liberara. Muchas cosas han pasado estos ltimos aos. Ahora me encontraba libre y feliz, celebrando la vida y reconociendo la gracia de Dios sobre m. Unos das ms tarde visit la iglesia de Discpulos en Buena Vista. Cantaban "[Seor] no me dejes ir, deja que sienta tu gracia y tu amor". Record un da de aquel tiempo de depresin en que entr a mi auto y llor desesperadamente. Sent que no tena fuerzas para continuar. Me senta frgil e impotente ante mis circunstancias. Coloqu mi mano -el puo cerrado- sobre el asiento vaco a mi lado y clam: "Jess, necesito que ests a mi lado, que me tomes fuerte de la mano y no me sueltes aunque yo te suelte a ti. Por favor, no me sueltes nunca". Senta que desfallecera si l no me sostena. Ahora, al cantar "no me dejes ir" y recordar ese momento doy gracias a Dios por su fidelidad. No, no me dej ir. l nunca nos abandona. Gracias, Dios por tu amor y fidelidad! Los sacrificios de Dios son el espritu quebrantado; al corazn contrito y humillado no despreciars t, oh Dios. Salmos 51:17

También podría gustarte