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Historia del Trabajo Social.

Continuación hasta la COS incluída

El modernismo marcó un cambio profundo en todas las estructuras de la sociedad en


lo tecnológico, lo político, lo social y lo económico. Hubo, como ya se dijo, un cambio en
el eje de importancia poniendo al hombre en el centro del universo, desplazando la idea de
lo trascendental por el desarrollo del presente como meta.
Principales transformaciones económicas:
Recordemos que desde el s.XI al XV, la estructura económica predominante fue la
feudal, una sociedad fundamentalmente agrícola y una organización artesanal, fueron las
características de la producción. Las clases sociales sobresalientes eran la nobleza y el
clero.
A partir del s.XIII se produce la crisis de “agotamiento” y en el siglo siguiente la
peste negra. Ambas situaciones provocan el éxodo rural .
Durante el s. XV se suceden las transformaciones de las herramientas agrarias que
permiten la tecnificación del campo, a la vez en las ciudades los artesanos comienzan a
trabajar para otros. Se producen así transformaciones económicas que llevan al llamado
“capitalismo inicial”. No es un marco teórico sino que aparece como un conjunto de
prácticas concretas.
En el s.XVI aparece el llamado “capitalismo comercial y financiero”, cuyos
exponentes máximos son Inglaterra y Holanda. Es un capitalismo de gran escala con
mercado especulativo de capitales. El mercantilismo es el sistema económico predominante
en casi todos los países europeos.
Como modo de producción aparece la manufactura, por lo que los artesanos se van
convirtiendo en obreros. Las máquinas, aunque rudimentarias, van cobrando importancia
por lo que las personas que las trabajan no son propietarias cada vez en mayor medida. La
burguesía enriquecida (habitantes de los burgos sin privilegios pero tampoco sometidos al
poder feudal) aparece como una nueva clase social, económica y política.
Las transformaciones económicas repercutieron en la esfera social. Se comienza un
periodo de acumulación de capital destinado a la producción (construcción de fábricas y
maquinarias), ello conlleva la reducción del consumo a través de una explotación mayor de
los trabajadores de todas las edades, incluidos los niños y las mujeres.
De la economía mercantilista que centraba los valores en la acumulación de metales
preciosos, se pasa a otro tipo de economía que basaba sus postulados en el orden social
siguiendo los esquemas de las ciencias naturales. Apoyada en la idea de la existencia de un
orden natural que rige el sistema social se entronca la concepción de los fisiócratas. En el
s.XVIII se considera la economía como “ciencia del orden natural...capaz de descubrir las
leyes naturales constitutivas del orden evidentemente más ventajoso para los hombres
reunidos en Sociedad (Quesnay, médico y biólogo). Para ellos, en resumen, los fenómenos
económicos obedecen a un orden natural y esencial de las sociedades políticas. Este
esquema económico sirvió de base a la llamada Escuela de Manchester (Adam Smitd,
David Ricardo, Thomas Maltus). Estos se denominaron luego “economistas clásicos” y
constituyeron el fundamento teórico de la economía capitalista. Este modelo de economía
se puede resumir bajo los siguientes postulados:
• Cuando una persona trabaja para sí, sirve más eficazmente a la sociedad que si trabaja
para un interés social.
• El interés personal (afán de lucro) es el móvil de la actividad económica, este interés de
los sujetos económicos se equilibra entre sí y logra los más bajos precios y los costos
más adecuados.
• La libre competencia es un principio fértil de prosperidad y civilización.
• Las leyes del mercado basadas en el libre juego de oferta y demanda son el vehículo
visible que rige la economía y a la larga producen sin dudas la prosperidad social y las
condiciones más ventajosas para el interés general.
• El mercado siempre se autorregula, todo intervencionismo estatal entorpece la actividad
económica. El papel del estado es defender la actividad económica autónoma.
Se conforma así un modo de pensar y obrar en economía cuyos principios, individualismo,
utilitarismo, libertad económica y de competencia, favorecen la acumulación de capital, el
proceso industrial, la creación de mercados mundiales, y, en la actualidad a la globalización
de la economía.
La evolución científico-tecnológica y su impacto en la producción, en la economía y en
el modo de vida
La evolución científica y tecnológica se dió, en sus principios, como un proceso
pausado a partir del s.XV. Se menciona la creación de la imprenta como el inicio de cierta
aceleración.
Durante el s.XVIII, si bien la industria es especialmente de bienes de consumo, el
trabajo ya se va organizando de otra manera. La familia deja de ser la base del sistema de
producción para pasar a ser la fábrica la unidad de este sistema. En ella intervienen un
conjunto disciplinado de muchas clases de trabajadores que atienden las máquinas
productoras, lo que exige coordinación y disciplina en el trabajo. A partir de esta situación,
tanto artesanos como campesinos alquilan su fuerza de trabajo por un salario.
El artesano independiente no puede competir con el capital de las fábricas ni con su
organización, la fábrica lo contrata como mano de obra, los campesinos también dejan la
producción rural para emplearse en las empresas manufactureras.
Este tipo de producción se acelera a partir del aprovechamiento mayor de la energía
a través de la invención en 1748 y aplicación práctica de la máquina de vapor a partir de
1785 y de las invenciones en la industria textil.
Otro impacto en la producción y en las comunicaciones que conllevó un sinnúmero
de cambios en la vida cotidiana y de relación fue la aparición de ferrocarril en 1829.
Los inventos, los descubrimientos y las investigaciones derivadas unas de otras
produjeron cambios de importancia en la producción de bienes de capital y de servicios. Así
se puede decir que la segunda mitad del s.XIX constituye el apogeo del capitalismo con
grandes cambios que se producen en el devenir de una generación. Se inicia una etapa de
gran producción y de acumulación intensiva de capital.
En el aspecto social, se produce una mayor separación entre los que poseen los
bienes de producción y los que aportan la fuerza del trabajo a partir de la llamada
revolución industrial. Ello da lugar a la división de la sociedad en dos clases bien
diferenciadas, una poseedora de los bienes de producción y otra pauperizada que no tiene
acceso a las necesidades básicas; según la Encíclica Rerum Novarum de León XIII,
“gozando casi todas las ventajas que los inventos modernos proporcionan tan
ambundantemente; la otra, en cambio, compuesta de indigente muchedumbre de obreros
reducidos a angustiosa miseria”.
De este modo, la máquina que pudo ser instrumento liberador del trabajo, fue, a la
vez, el instrumento de condena a una explotación y esclavitud mayor. Ello no fue condición
de la industrialización en sí misma, sino el resultado de relaciones entre los hombres.
Los descubrimientos e inventos que abarcaron otras áreas que llamamos de servicio
y mejor nivel de vida del ser humano, se rigieron en gran medida por los mismos cánones.
Ello impidió que llegaran sus beneficios a la gran masa de trabajadores en la medida de las
nuevas necesidades creadas.
En cuanto a la educación, la instrucción básica a los estratos más bajos de la
sociedad llegó en forma tardía y con menores contenidos. La educación de excelencia
estaba también reservada a los niveles más altos de la población. En el área de salud y de
vivienda se dieron las mismas situaciones.
Las transformaciones políticas: del absolutismo al despotismo ilustrado y al estado
liberal-burgués
Durante el periodo objeto de análisis se produjeron también transformaciones en
cuanto al régimen político. Con el feudalismo, Europa dejó la idea del Imperio y se dio
lugar al surgimiento pausado de la idea de naciones. Estas se van forjando a partir de los
siglos XV, XVI y XVII.
Las monarquías emergentes apoyan más el gobierno autónomo de las ciudades
donde ha surgido la burguesía como contraposición a los señoríos feudales. En las ciudades
encuentran una forma de obtener fondos y soldados para sus milicias reemplazando así a la
soldadesca feudal.
Las monarquías absolutas se consolidan. Siguen el esquema económico mercantil
con el objeto de obtener metales preciosos y lograr los dinero a través del comercio. Esto
supone desde el punto de vista político un claro nacionalismo, la autarquía de los estados y
las rivalidades entre los paises.
Ya en el s.XVII las monarquías se consolidan y sostienen el carácter de absolutas y
hereditarias de derecho divino por lo que el rey no responde ante nadie por sus actos. Entre
otros autores de la época, Tomás Hobbes expresa este pensamiento en su obra “Leviathán”
(1651). En Inglaterra y Holanda a su vez empieza a tomar fuerza la concepción y práctica
de la representatividad parlamentaria, reducida a la aristocracia y alta burguesía.
Por otra parte, en estos siglos aparece la ciencia en el sentido moderno del término.
Ello supone el rechazo de los argumentos de autoridad y un nuevo modo de conocer, es el
periodo de auge de la experimentación. En esta sociedad se dan una serie de cambios
científicos y filosóficos que desembocan en la “ilustración”, permitiendo que la burguesía
tome conciencia de su poder y de sus posibilidades de particiapr en el gobierno. Los
gobiernos absolutistas, a fin de evitar revueltas, toman ciertos principios de la ilustración,
comienza la preocupación por el bienestar social de los ciudadanos y por sus derechos
civiles con el lema “todo para el pueblo” pero “sin el pueblo”, en una suerte de concepción
paternalista para resolver las situaciones.
En el s.XVIII se publica LA ENCICLOPEDIA o DICCIONARIO DE LAS
CIENCIAS, ARTES Y OFICIOS realizada por más de cien pensadores franceses bajo la
dirección de Diderot y D’Alambert, que recoge todo el saber humano de la época.
En este siglo es en el que más fuerza toman las ideas revolucionarias de la burguesía
y estallan en la Revolución Francesa, que consolida jurídicamente una situación de hecho:
la burguesía es dueña de la economía y por lo tanto, del poder político.
Las instituciones jurídicas del estado se modifican a partir de la revolución francesa
y sus antecesoras inglesa y de independencia norteamericana y aparece lo que se denominó
el Estado liberal-burgués. De este estado se requiere neutralidad y dejar que “el orden
natural” ordene y organice la sociedad, la función del estado se limita a dejar actuar a los
ciudadanos y a las actividades privadas. Con el objeto de no restringir las libertades
individuales, su actividad queda reducida a una intervención mínima con funciones
policíacas que defiendan el orden, la propiedad, la vida e integridad física y moral de los
ciudadanos. En este periodo, en la díada poder político y poder económico, prevalece con
fuerza éste último.
El liberalismo político, expresado por intelectuales de los siglos XVII y XVIII lleva
implícita la teoría del contrato social, con lo que desplaza la teoría del poder dividno. El
contrato se refleja en la ley básica de los estados: la Constitución.
Transformación del modo de ser en este contexto
Durante la edad media, la preocupación y la tendencia del hombre estaba dirigida a
la trascendencia y su fin último que era la eternidad y su salvación eterna. Todo el arte, la
literatura, las costumbres cotidianas, etc. estaban teñidos de esta actitud.
A partir del renacimiento el teocentrismo y la idea de lo trascendente se separan. El
humanismo conlleva el antropocentrismo. Quienes defendían estas ideas provenían de los
burgos (ciudades) por lo que se llamó la ideología burguesa. Siendo el hombre el centro de
la escena y no teniendo ya la calidad de súbdito sino de ciudadano aparece el
individualismo a la vez que se deja de lado el ser social y con ello el principio de
solidaridad. De este modo se asume un hombre abstracto, sin pertenencia ni comunidades,
soberano en el seno de una libertad sin dirección ni medida, con instituciones reducidas a
asegurarle inmunidad frente a los egoísmos o para lograr sus propios beneficios...al decir de
Emmanuel Mounier en su obra El Personalismo. Podemos afirmar, que en este esquema de
pensamiento, el hombre “individuo” queda aislado y en soledad frente a una sociedad que
se organiza sobre los pilares de la economía liberal.
El sindicalismo: tal como lo conocemos en la actualidad, el sindicalismo aparece como
defensa de los operarios (proletariado) frente a los abusos del capitalismo e industrialismo
desenfadados. Comienzan sus actividades como mutualidades modificando en forma rápida
su accionar como asociaciones de resistencia y para mejorar las condiciones de trabajo,
salario, etc. Surgen también dentro de ellos distintas ideas y posturas políticas.
A la vez que el sindicalismo surgen las ideas socialistas y anarquistas cuyo
exponente máximo son Engels y Marx, y la concreción del socialismo del estado en la
revolución rusa de 1917.
En esta evolución histórica y en su contexto económico, político, social y filosófico
surgen nuevos precursores de lo que sería más adelante nuestra profesión. En el continente
europeo, la ayuda continuaba a cargo especialmente de la iglesia; en los países sajones,
luego de las divisiones religiosas (anglicanismo, calvinismo, luteranismo), la ayuda
comenzó a secularizarse encarando los estados las prestaciones. Nos referiremos
brevemente a algunos precursores sin desconocer que existieron otros que actuaron en
forma más anónima:
San Vicente de Paul: Nació en Francia el 2 de abril de 1581 en una zona rural del suroeste
de Francia. Era el tercer hijo de una familia de campesinos muy humildes como sus
congéneres. De espíritu vivaz, su padre lo envió a estudiar a la ciudad de Dax. De acuerdo a
los relatos, allí el adolescente sintió vergüenza por su origen campesino y humilde, al punto
de no recibir a su padre en el colegio. Hizo sus estudios en teología y en otras ciencias y en
su juventud se mantuvo dando clases mientras continuaba sus estudios. Tuvo acceso a los
altos estratos dentro de la Iglesia y en títulos políticos y diplomáticos. Su vocación lo llevó
a trabajar a favor de los pobres, de los enfermos, de los presos, etc.
En Clichy la Garenne, a una legua de París, tuvo su primer experiencia como
párroco en una zona semi-rural. Hubo un breve periodo en que volvió a los altos niveles,
pero logró volver a una parroquia ya en Chatillón-le-Dombes. Desde su puesto se ocupaba
de las necesidades materiales y espirituales de sus ferigreses sin diferenciar si concurrían o
no al templo. Según la leyenda, se le informó de una familia que estaba de alguna manera
aislada sin posibilidad de atención ni de provisión de víveres. Solicitó ayuda de la caridad
de los ferigreses, cosa que obtuvo, pero ello le hizo prever que la caridad debía ser
organizada para que fuera útil a quienes lo necesitaban. A raíz de ese acontecimiento en
1617, convocó a damas de familias estables creando la primer “cofradía” o grupo de
hermanas que tenían como misión visitar los hogares de las familias en estado de
necesidad. Con ellas organizó lo que él llamó “pequeño método” que consistia en “visitar a
los pobres en su propio domicilio para conocer sus necesidades, descubrir sus males físicos
y espirituales y ayudarlos, haciéndose su igual, a curarse y a lograr el perfeccionamiento
corporal y espiritual”. Trató de organizar la limosna para que ésta no fuera accidental y se
transformara en una ayuda efectiva. Uno de los propósitos de la cofradía era acercar el rico
al pobre, lograr que se conocieran y que se juzgaran mutuamente sin injustos prejuicios.
Según creía, esto los llevaría a sostener el verdadero espíritu de la caridad. Entre sus
reflexiones afirma que “no puede haber caridad si no va acompañada de justicia”.
Al tiempo agregó a las cofradías a otras mujeres de más humilde condición
económica que dedicaran todo su tiempo al ejercicio de la caridad, que se llamaron Siervos
de los Pobres y que luego se constituyeron en la congregación religiosa llamada Hijas de la
Caridad o Hermanas de la Caridad. Estas religiosas actuaron al principio como enfermeras
visitadoras y auxiliares sociales en forma permanente ya que el párroco les ordenaba
posponer los ejercicios de oración cuando se requería su atención.
Su llamado a todas las clases sociales tuvo gran éxito, se fundaron treinta cofradías
rápidamente integradas por mujeres de las más diversas clases sociales que interactuaban
entre sí y acudían donde fueran necesitadas. Se las preparaba para asistir a pesar de
rechazos, injurias, contagios, etc. siempre haciéndose igual al que la necesitaba. Recibían
del párroco lecciones teóricas y prácticas de las tareas a realizar y del espíritu con que
debían acudir.
San Vicente también dio importancia a los aspeactos administrativos de la ayuda
organizando archivos, despensas, recursos, etc.
Tiempo después, y ya funcionando en forma estable las cofradias de mujeres, creó
cofradías de hombres que trabajaron especialmente con los pobres válidos, ya que las de
mujeres estaban destinadas a los inválidos, los enfermos, los ancianos y los niños.
Este método se extendió a toda Europa y su objetivo iba más allá de proporcionar la
ayuda material en determinado momento, sino dar instrucción en todo sentido: intelectual,
religiosa y moral.
El religioso consideraba que toda persona puede desarrollar sus potencias dentro de
sus capacidades y lograr su propio avance cuando aparece la ocasión propicia. También
consideraba que la mendicidad conduce a los vicios y fomenta la pobreza, por ello restaba
la ayuda material a quienes se negaban a dejar esta práctica.
En su quehacer abrió asilos nocturnos entregando a los necesitados el alimento
necesario y algo de sustento mientras encontraban trabajo. Propició la creación de talleres
para que los niños, los convalecientes y los mendigos aprendieran un oficio según sus
aptitudes. Fundó hogares para niños abandonados haciéndose cargo de los mismos las
Siervas de los Pobres, etc.
Para él mereció especial atención la situación de los presos en las galeras. Se hizo
nombrar capellán y a través de ello se dedicó a mejorar las condiciones de vida de los
galeotes, atender sus necesidades materiales y psicológicas, siempre impregnado por su fe.
En resumen, como antecesor de la ayuda organizada podemos hacer incapié en su
organización administrativa, en el estudio de las necesidades de cada familia o persona
necesitada, en la concepción que tenía sobre lo que hoy llamamos potencialidades humanas
y simetria relacional dinámica, y en la formación de las personas que con él colaboraron,
siempre teniendo en cuenta el periodo en que vivió y trabajó.
Thomas Chalmers: Nació y vivió en Escocia entre 1780 y 1847. Fue un importante
precursor de la asistencia social organizada. Economista y escritor, fundó la Iglesia
Presbiteriana de Escocia. Pasó por varias parroquias y por su renombre fue llamado a
Glasgow. Allí en la Parroquia de San Juan, ubicada en uno de los barrios más pobres de la
ciudad, observó que la forma en que se llevaba a cabo la ayuda era costosa y que se
producía despilfarro sin lograr los fines perseguidos. En su esquema de trabajo sostenia que
“todo ser humano lleva en su interior las posibilidades de ayudarse a sí mismo”. Se opuso a
los impuestos legales y obligatorios para restringir la indigencia, antes que eso prefirió las
contribuciones voluntarias que, según él tenían la ventaja de establecer la solidaridad.
Para llevar a cabo su obra, a principios del s. XIX, dividió a su parroquia en 25
distritos, en cada uno de ellos vivían entre 70 y 100 familias. La ayuda se distribuía a través
de un “curador de buena voluntad” quien además de conocer las necesidades de cada grupo,
debía aconsejar a los adultos, trabajar con ellos las propias necesidades y la importancia de
la escolarización de los niños. Se trataba de lograr que los grupos se ayudaran entre sí para
su promoción y si no era suficiente se otorgaba la ayuda material.
San Juan Bosco: Italiano, nació y realizó toda su obra en los alrededores de Torino. Nació
en 1815 y murió en 1888. Era el hijo menor de una familia humilde de campesinos. Fue
huérfano de padre desde muy pequeño. Desde niño mostró su vocación religiosa y hacia los
niños y adolescentes. Siendo él mismo uno de ellos, hacía piruetas y ejercicios de magia
para entretenerlos. El norte de Italia, y especialmente Turín, eran en esa época ciudades
industriales con grandes diferencias sociales y económicas, era la época del auge de la
industrialización en la ciudad. Comenzó su oficio religioso como capellán en un rrefugio
para jóvenes mujeres solventado por una dama de alto nivel. Los domingos, día de
descanso llevaba al predio a un grupo de niños y adolescentes que hoy llamaríamos “en
situación de calle” para brindarles en principio lo que él llamaba sana recreación que les
permitiera dejar la calle. Como no pudo sostener las dos actividades, con ayuda de algunos
industriales, logró alquilar un galpón donde estableció el primer “Oratorio Festivo”, en él
creó una escuela nocturna para los mayorcitos. A pesar del anticlericalismo reinante en esa
época en el Piamonte, él llegó a los más altos niveles económicos logrando contribuciones
para ocuparse de los niños y adolescentes y, según predicaba a los poderosos, sacarlos de la
calle con los peligros que ella encierra. Al oratorio y escuela nocturna debió agregar
alojamiento para los niños abandonados. En un primer momento los escolarizó en colegios
de la zona para luego crear sus propias escuelas. En la necesidad de dar a los jóvenes
instrumentos para la vida laboral creó talleres de aprendizaje para zapatero, sastre, luego
tipografía, imprenta, etc. En 1856 ya alojaba a 150 niños y jóvenes. Los que asistían
durante la jornada diurna ya sumaban 500. En su prédica insistía que se debe amar a los
niños en forma comprensible para ellos, desarrollar su sentido de la responsabilidad,
apreciar sus esfuerzos. Consideraba que los niños se deben “educar jugando y aprender
gozando”. Se lo llamó el apostol de los niños y de la inserción social de los jóvenes. Fundó
la congregación salesiana y su paralela femenina, la de las Hijas de María Auxiliadora,
aplicando el mismo sistema de oratorios con contención afectiva a través de la recreación y
de talleres de aprendizaje de oficios. Es de tener en cuenta que su fin primordial fue
religioso. El decía que los muchachos necesitan una escuela y un trabajo para asegurar un
porvenir, y, por su edad, necesitan esparcimiento y desgaste de energias, por ello se orientó
a las escuelas profesionales y a los oratorios festivos.
Charles Booth: Investigó sobre la pobreza, sus estudios fueron publicados en Londres en
1886 en su libro “Life and Labour of de People in London”. Estudió a la población en los
barrios y en los gremios; investigó sobre las condiciones de trabajo, horarios y salarios
laborales, el tipo de vivienda que tenían los operarios. Sus conclusiones fueron que un
tercio de la gente vivía en la línea de pobreza o por debajo de ella. Estas investigaciones
ayudaron a cambiar la idea que existía sobre el origen y la naturaleza de la pobreza,
pasando a considerarse un problema social. También colaboró a modificar el sistema de
ayuda para hacerlo más eficaz.
William Booth: Fue el fundador del Ejército de Salvación. En 1890 publicó un libro con
propuestas de acción con algunas consideraciones diagnósticas de situación. Lo tituló “La
oscura Inglaterra y cómo salir de ella” aparece cierto esbozo de organización del trabajo
social. En su proyecto aparecen tres grandes áreas de acción como son la creación de
colonias dentro de la ciudad para brindar ayuda a quienes habían fracasado, colonias
agrícolas en las zonas provinciales que permitieran a los colonos encontrar empleo y ayuda
financiera, y colonias en el extranjero con fines similares (que nunca llegaron a crearse).
Federico de Ozanam: Nació en Milán, Italia, en 1813 y murió en Marsella, Francia, en
1852. Estudió y trabajó en la Sorbona de París. Representa al intelectual católico que
defendió sus creencias frente a las posturas ateístas de su época, representó el nuevo
pensamiento social católico defendiendo la justicia en las relaciones laborales y humanas,
pregonó contra la esclavitud y la diferencia entre ricos y pobres; sostenía que se debía
sustituir la limosna por la justicia social. No desdeñó la caridad con el sentido que le
aplicaron los primeros cristianos. Afirmaba que con limosna y paternalismo no se puede
alcanzar el progreso social, para ello era necesario tener la libertad como medio y la caridad
como fin. Con ocho amigos de la Universidad creó una institución laica que llamaron
Conferencia de la Caridad y luego de San Vicente de Paul (conferencias vicentinas), que
tuvieron gran repercusión y se extendieron primero por Francia y luego por todo el mundo.
El método de trabajo comenzó con visitas y ayuda domiciliaria, junto con el
acompañamiento, pero en poco tiempo ampliaron su acción creando guarderías, escuelas de
reinserción de delincuentes, atención a refugiados e inmigrantes; todo ello introduciendo
cierto grado de organización y racionalidad.

Podríamos incluir otros precursores de la ayuda social organizada. En los que hemos
mencionado existían algunas características comunes, ellas eran:
• Motivaciones fundamentalmente religiosas.
• Cierta organización en la forma de llevar a cabo la acción de asistencia.
• Aparición de cierta técnica operativa.
A estos elementos debemos agregar otros a los que nos referiremos posteriormente, luego
de analizar otros antecedentes que conllevan aporte gubernamental. Respecto de ellos, se
puede afirmar que recién 200 años después se tuvieron en cuenta las propuestas de Vives en
el Tratado de socorro a los pobres:
Sistema de Hamburgo: Se estableció en esta ciudad alemana en 1765. En este sistema se
prohibió la mendicidad y dar limosnas a los que la practicaban. Se preparó una oficina
central de asistencia al menesteroso y se dividió la ciudad en distritos. Cada uno de los
distritos era supervigilado por tres personas destinadas a esa función, en forma gratuita.
Cada una de estas comisiones entrevistaba a los pobres, investigaban sobre su salud, sus
ingresos, modo de vida, determinando así las necesidades individuales de cada familia.
También se creó una escuela industrial que permitiera aprender oficios a los desocupados;
los niños y adolescentes eran preparados en escuelas elementales. Los enfermos fueron
trasladados a los hospitales para su mejor atención. Se subvencionó a los desocupados hasta
que encontraran trabajo, si se observaba ociocidad, se los desterraba de la ciudad. Este
sistema se mantuvo durante 13 años, luego decayó especialmente porque los
supervigilantes estaban sobrecargados y no lograban eficiencia. Si bien este sistema
pretendía evitar la mendicidad, se lograba descentralizar la ayuda bajo la dirección de estos
curadores. Un sistema similar se aplicó en Munich.
Sistema de Elberfeld: Se llevó a cabo a partir de 1853, fue un programa de ayuda asumido
por el gobierno de la ciudad. Se sostenía con impuestos y donativos privados. Se
establecían los modos de conocer la situación de los pobres en forma permanente, método
que hoy llamaríamos “observación participante”. Los responsables vivían en el mismo
barrio que debían atender, se informaban así de sus condiciones a la vez que los
controlaban. Era un trabajo voluntario. La ciudad fue dividida en 564 sectores, con una
población aproximada de 300 personas en cada uno de ellos. El responsable de la ayuda o
“limosnero visitador” era elegido cada tres años, esta tarea era muy bien considerada como
status político y podían ser reelegidos. Entre las tareas del funcionario, se establecía la
prevención de la pobreza, la rehabilitación del indigente, proporcionar ayuda médica,
colaborar en la búsqueda de trabajo y sólo cuando era estrictamente necesario, proporcionar
ayuda material. Para cada 14 sectores se nombraba un “supervigilante de distrito” y,
centralizaba la tarea un comité central de nueve miembros. Dentro del programa también se
establecía la supervigilancia de las cárceles y de las instituciones de asistencia cerrada. Los
visitadores debían reunirse cada 15 días para discutir los casos y a su vez luego las
propuestas se llevaban al comité central; de este modo existía un fuerte control y
centralización del sistema. Este sistema se mantuvo durante 65 años, se lo consideró eficaz
y se puso en práctica en otros municipios de Alemania.

En los antecesores que mencionamos podemos hablar del esbozo de una técnica
operativa de asistencia, tales como:
• Conocimiento de las necesidades de cada persona o familia necesitada,
conocimiento de las causas de desamparo y de las posibilidades que tiene la persona
o grupo de sostenerse a sí mismo, sus propias potencialidades.
• Propiciar la ayuda mutua y dentro del grupo o sector, lo que hoy llamarían trabajo
de redes.
• Propiciar la ayuda económica en los casos en que sea necesario.
• La visita domiciliaria como recurso para un mejor conocimiento de las necesidades
y del trabajo de apoyo e incentivación hacia los necesitados. Lograr a través de ella
la confianza de las personas a quienes se va a ayudar.
• Prevención de situaciones de mayor necesidad o conflicto.
• Creación del sistema de encuestas y registros de pobres y de recursos.
• En algunos sistemas, supervisión del trabajo.
Leyes de pobres: La pobreza y la indigencia, incluyendo la mendicidad, han sido un
problema que, en mayor o menor grado, se ha manifestado a lo largo de las etapas
históricas. Durante la edad media, la acción de la iglesia, el régimen de servidumbre y las
instituciones hicieron que no apareciera la miseria colectiva, además se daba limosna como
medio para remediar la pobreza individual, muchas veces sin lograr el objetivo.
A partir del siglo XVI se trató de reglar el socorro y la prohibición de la mendicidad
y la vagancia. Algunas de las reglamentaciones:
• Ley de Pobres de Carlos I de España y V de Alemania: se promulgó en los Países
Bajos (Bélgica y Holanda) en 1531 y luego se amplió al imperio germánico. Estaba
inspirada en las ideas de Juan Luis Vives. La mendicidad estaba prohibida por llevar
a la vagancia y al vicio y se la penaba con prisión, salvo para los inválidos y
ancianos incapaces. El trabajo se hizo obligatorio para los mendigos sanos, aunque
hubo tolerancia en casos de guerras, incendios, epidemias.
• Inglaterra: Tomás Moro (amigo de Juan Luis Vives), en su libro Utopia, puso de
manifiesto la situación de los pobres indigentes. La reina, Catalina de Aragón,
organizó las tareas del “limosnero oficial” aumentando los fondos para la caridad y
organizando las visitas a los domicilios. Luego de la confiscación de los bienes de
los monasterios decretada por Enrique VIII, la situación de los pobres se vio
agravada. Por ello se legisló para proteger a las insituciones laicas de beneficencia y
se reglamentó el trabajo.
• En la misma Inglaterra, se dictó en 1563 un reglamento referido a los aprendices y
hacía una distribución de trabajadores en distintas ramas de producción. Este
reglamento regulaba a la vez salarios y efectividad del trabajo. En cuanto a la
asistencia a los necesitados, la beneficencia se entregó a los órganos de
administración autónoma de modo que se ajustaran a las necesidades y
características de cada condado. Este sistema de beneficencia duró varios siglos.
• En 1601, Isabel I de Inglaterra, dictó otra ley, denominada Ley de Pobres, en que se
reconocía el deber del estado hacia los necesitados, ordenaba la clasificación del
trabajo para los capaces, creaba casas para mendigos y de aprendizaje para niños.
En esta ley también se establecían las penalidades para los que se resistían a trabajar
siendo enviados a las galeras o al destierro. Con esta ley se disminuyó el número de
mendigos.
• En 1834 se reformó la Ley de pobres, lo que permitió una evolución en la
organización de la beneficencia. Se establece el principio de subsidiariedad al fijar
que los montos con que se ayude a los necesitados debe ser menor que los del
trabajador de inferior rango y debe alcanzar sólo para cubrir las necesidad básicas.
La ayuda sólo debía darse en los hospicios dejando de lado la ayuda parcial que se
daba a quien permaneciera en su domicilio.
• En Francia, en el s.XVI, Francisco II de Francia extendió a todo el país la
organización del Consejo de Pobres que había creado Francisco I para París.
En la mayoría de los países europeos se dictaron leyes que tendían a establecer la
obligación del estado hacia los necesitados y a evitar la mendicidad. En la mayoría de los
casos la aplicación fue deficiente por falta de voluntad de los funcionarios, por falta de
organización y de personas que pudieran realizar la tarea.
Avances hacia la política social:
A partir del siglo XVIII, los problemas derivados de la industrialización y del
trabajo aparecen con mayor virulencia. La utilización de la máquina reemplaza al obrero y
surgen nuevos problemas laborales y de pobreza y marginación. Esta situación es
coincidente con la revolución ideológica que proclama los derechos del hombre, la libertad
de trabajo y la abolición definitiva de las corporaciones y gremios. Apareció una nueva
clase social: el proletariado que dejaba las anteriores actividades o tierras que habían
trabajado por generaciones. En esta situación, quienes aceptaban trabajar en las fábricas
debían hacerlo en las condiciones que imponían los patrones cuyo interés estaba centrado
en el negocio y la ganancia, en la producción de más capital para la expansión de su
industria. Era lícito ocupar a mujeres y niños por jornadas extensísimas, pagar salario en
especies o vales para que compraran en determinadas tiendas asociadas o relacionadas con
el patrón. No había disposiciones que permitieran a los niños concurrir a escuelas. En
Inglaterra muchos pueblos se transformaron en minas de carbón e industria del acero
contratando a los obreros en condiciones infrahumanas.
En este tiempo y en esa situación, Robert Owen (1771-1858), fue un reformador en
beneficio de los obreros. Hijo de un trabajador, no pudo estudiar, trabajó en una tienda y
siendo muy joven llegó a ser director de una importante hilandería de Manchester. En 1800
adquirió una fábrica de hilados de algodón en New Lanark en la que trabajaban más de
2000 obreros quienes en un principio debido al nivel tan bajo en que se encontraban, no
pudieron comprender que Owen trataba de mejorar sus condiciones hasta que en ocasión de
verse obligado a suspender los trabajos, siguió pagando los salarios. Limitó el trabajo de los
niños, disminuyó las horas de trabajo de los adultos suprimiendo las tareas nocturnas,
estableció la instrucción escolar, organizó el cuidado de los enfermos e inválidos, instituyó
la primera escuela maternal en Inglaterra y construyó viviendas para obreros. Limitó la
venta de bebidas alcohólicas, abrió cursos para adultos, creó servicios médicos y una
sociedad de socorros mutuos. Estas medidas adoptadas por Owen para la zona en que
estaba su empresa no hizo disminuir los beneficios de la misma. Su sistema fue imitado en
otros países.
En ese tiempo las clases trabajadoras empezaron a actuar mancomunadas frente a
sus patrones. Estas uniones de trabajadores fueron aprobadas por el parlamento inglés en
1824.
En Alemania, los miembros de la Liga de los Comunistas encargaron a Federico
Engels y Carlos Marx la redacción de un programa que apareció en 1847 con el nombre de
“Manifiesto comunista”. Allí se exponen las ides fundamentales del comunismo: la historia
divida en dos clases, una explotada y sojuzgada y la otra explotadora y dominante. Lanzan
la idea del humanismo ateo que realizará el proletariado.
También en Alemania, durante el siglo XIX surgieron otras tendencias sociales. Una
de ellas abogaba por el regreso a los gremios de la Edad Media como defensa contra el
estado socialista, basada enlas ideas cristianas. Estas ideas tenían como documentos
fundamentales las encíclicas papales “Rerum Novarum” de León XIII considerada la carta
magna de los trabajadores cristianos y más adelante la “Quadragesimo Anno” de Pío XI
promulgada en conmemoración de la anterior. Según ellas, el estado tiene derecho a
intervenir para proteger a los más débiles sin llegar al extremo de tomar atribuciones
propias de la familia. El salario justo no puede estar sujeto a la oferta y demanda que lleva a
la explotación del trabajador. La propiedad individual debe tener una función social
haciendo de ella un uso justo.
En ese mismo país, el Canciller Bismark logra que el parlamento vote
favorablemente leyes de protección al obrero y reglamentación del trabajo, dentro de una
política liberal en cuanto a lo económico. De este modo a fines del siglo XIX se dictan
leyes sobre seguros de enfermedad, de accidentes de trabajo, de seguro de invalidez y de
vejez.
Sociedad de Organización de la Caridad (C.O.S.) de Londres
A mediados del siglo XIX, más precisamente en el ñao 1869 se fundó en Londres la
Charity Organization Society) con el propósito de centralizar la ayuda y evitar que la
misma fuera indiscriminada y de este modo favoreciera la permanencia en la situación de
miseria y mendicidad de quienes recibían limosnas.
Fue el pastor Henry Solly quien recomendó crear un organismo coordinador de las
actividades de beneficencia tanto de acción pública como privada. La primera
denominación de este ente coordinador se llamó “Sociedad para la organización del socorro
caritativo y la represión de la mendicidad”. Pronto cambió de nombre gracias a la
intervención de Octavia Hill, quien jugó un papel muy importante en la concepción y
coordinación de las prácticas asistenciales. Esta sociedad tuvo gran repercusión en los
países sajones y se crearon otras en varios países protestantes.
Se pusieron en práctica métodos que incluían encuesta con informes escritos y
discusiones para descubrir las causas de la necesidad y de este modo plantear la solución.
De este modo se avanzó en la investigación de las causas de la pobreza y en lo que luego
sería método de “caso social individual”, pero permitió a su vez comenzar a vislumbrar las
causas sociales de la pobreza.
En esta sociedad se acentuó por primera vez la necesidad de formar a quienes se
dedicarían a este trabajo social. En ella se encuentra la inspiración de Juan Luis Vives, de
San Vicente, de Tomás Chalmers y otros. Se establecieron ocho puntos básicos para el
ejercicio de la asistencia a los necesitados:
1.- Cada caso será objeto de una encuesta escrita.
2.- Esta encuesta será presentada a una comisión que decidirá las medidas que deban
tomarse.
3.- No se darán socorros temporales sino una ayuda metódica y prolongada hasta que el
individuo o la familia vuelvan a sus condiciones normales.
4.- El asistido será el agente de su propia readaptación, como también sus parientes,
vecinos y amigos.
5.- Se solicitará ayuda de instituciones adecuadas en favor del asistido.
6.- Los agentes de estas obras recibirán instruciones generales escritas y se formarán por
medio de lecturas y estadas prácticas.
7.- Las instituciones de caridad enviarán la lista de sus asistidos para formar un fichero
central con objeto de evitar abusos y repeticiones de encuestas.
8.- Se formará un repertorio de obras de beneficencia que permita organizarlas
convenientemente.
Si nos detenemos a analizar estos puntos, observamos que se dio importancia a la
investigación, a la encuesta escrita, a la discusión del caso permitiendo evaluar y preparar la
acción posterior, es decir permitiendo planificar de acuerdo a cada caso en particular. Una
cuestión importante a tener en cuenta es que se incluía al interesado en la intervención
como así también a quienes lo rodeaban y otras redes institucionales.
La C.O.S. no prestaba ayuda directa sino que era la coordinadora y organizadora de
las actividades de ayuda. El personal de la misma era voluntario y el mismo era instruído a
través de cursos teóricos y prácticos.
Esta institución se extendió a todo el mundo anglosajón permitiendo la
indivualización del pobre, tendiendo a abolir el pauperismo y la mendicidad. Ello favoreció
la promoción de reformas sociales.
Todos los acontecimientos históricos, el modo de pensar de cada época, la necesidad
de incluir al menesteroso, son los antecedentes de la asistencia social organizada.

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