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DESARROLLO

URBANO
NORTE Y SUR DE
MÉXICO
México es un país que cuenta con una amplia
zona fronteriza (3,152 km) al norte de su
territorio, donde la movilidad y los
intercambios comerciales son de los más
dinámicos que se identifican incluso a nivel
internacional.

Al Sur también existe una zona fronteriza


(1,149 km), que aunque es más reducida, no
es menos importante en cuanto a las acciones
que se desarrollan en ella.

¿Qué clase de políticas públicas se hacen o se


han hecho en materia de desarrollo urbano
con relación a estas zonas?
:
De acuerdo con el Manual Específico de la
Dirección General de Desarrollo Urbano y
Suelo 2008, sancionado por la Oficialía Mayor
de la , una de las atribuciones que realiza la
Dirección de Operación Urbana es:

• Dirigir la asistencia técnica en coordinación con


las autoridades estatales y municipales, que se
brinda a las Comisiones Intersecretariales de
Puertos y Servicios Fronterizos del norte y sur
de México, Binacional México-Estados Unidos y
México- Guatemala, en materia de desarrollo
urbano nacional y binacional, para definir y/o
mejorar los programas que se derivan en
materia de urbanización y suelo en beneficio de
las comunidades más vulnerables.
Se entiende por asistencia técnica (en coordinación con las
autoridades estatales y municipales), aquella que se brinda
a las Comisiones Intersecretariales de Puertos y Servicios
Fronterizos citadas, ambas lideradaspor la Secretaría de
Relaciones Exteriores (SRE), para identificar que los
procesos de planeación urbana en las zonas fronterizas de
nuestro país se ejecuten conforme a la política nacional que
rige en la materia, la cual enarbola SEDESOL a través de la
DGDUS; así como en el propósito de fomentar y estimular
que todos los centros de población del lado mexicano que se
ubican en dichas franjas del territorio nacional, cuenten con
su respectivo instrumento de planeación urbana, en especial
aquellas cuya dinámica urbana, económica, social y
demográfica es sobresaliente. Tal es el caso de las zonas
metropolitanas de Tijuana y de Mexicali, B.C.; de Reynosa –
Río Bravo, Tamps., así como de la ciudad de Nogales, Son.
La DGDUS también ha emitido
opiniones con respecto a la
localización, construcción o
adecuación de puertos o proyectos
fronterizos, en distintos momentos
y de acuerdo a la dinámica
regional que presente la zona
donde pretenda desarrollarse el
mismo; conforme a los flujos
comerciales o demográficos que se
registren allí. Asimismo, se han
emitido diversos dictámenes
técnicos de uso del suelo para
evaluar la procedencia o no de
algunas instalaciones portuario-
fronterizas.
La participación que ha tenido la
DGDUS en materia de desarrollo
urbano nacional y binacional,
misma que no es nueva, ha
permitido influir en el diseño y/o
definición de ciertos proyectos,
que son o resultarán medulares
para el desarrollo de las
ciudades y/o localidades que se
ubican sobre las zonas
fronterizas y que por ello vale la
pena destacar lo que se ha
logrado en ellas.
En cuanto a la zona fronteriza
del sur del país, donde la
densidad de población es muy
baja, lo que primordialmente se ha
realizado es la ubicación de puertos
para un control del territorio, del
flujo de personas, comercio y de
vehículos lo más estratégico
posible; así como el
reordenamiento de actividades y
usos del suelo que tienden,
generalmente, a la informalidad. Lo
cierto es que en dicha zona
escasea la planeación urbana y los
instrumentos normativos de la
misma. Asimismo, prevalecen los
cruces informales y la inseguridad
es la tónica más común del área.
En contraste, en la zona fronteriza del norte del
país se registran 42 cruces formales y podrían
agregarse más con el tiempo. De entre estos últimos,
vale la pena destacar el nuevo cruce ferroviario que se
localizará en la zona poniente de la ciudad de
Matamoros, Tamps., ya que es el primer cruce de este
tipo que se pretende realizar en nuestro país desde
hace más de un siglo.
En definitiva, los tiempos que hoy
vivimos no excluyen ningún tipo
de infraestructura vial, siempre
que la intensión sea dinamizar el
comercio y las actividades que
desarrolla la sociedad que habita
sobre la franja fronteriza México-
EEUU.

Asimismo, la planeación urbana


binacional va más allá de las
franjas fronterizas por favorecer
también la óptima movilidad al
interior de los centros de
población y aún fortalecer la
conectividad con otros centros de
población que se ubican en el
interior de los países colindantes.
Sea al sur o sea al norte del país, el contar con una
planeación de tipo binacional, con no pocas experiencias, ha
sido fundamental para alcanzar distintos objetivos en
común, entre los que destacan:

•Intercambiar experiencias, con el propósito de


ofrecer mejores alternativas para lograr mayor
calidad de bienestar social en la población que
demanda más y mejores obras y servicios de
carácter urbano,
•Coadyuvar a la articulación en la planeación y
administración urbana binacionales, facilitando
la tarea de conjugar esfuerzos para contar con
un desarrollo urbano integral y atraer la
inversión de la iniciativa privada para que
participe en el financiamiento, construcción y
operación de proyectos urbanos de alto impacto
social de beneficio común, y
Agilizar los flujos
comerciales para estas
zonas, fortaleciendo la
integración y la
conectividad regional
de los principales
centros de población
que se ubican a cada
lado de las respectivas
fronteras.
Por otro lado, existe la perspectiva de planear las ciudades
vecinas de manera coordinada, induciendo aquellas tendencias de
urbanización favorables, para un mejor funcionamiento de ambas
concentraciones. El caso Nuevo Laredo, Tamps. – Laredo, Tx., es
quizás el más emblemático en cuanto a esfuerzos de coordinación
e integración transfronteriza; muy especialmente en lo que se
refiere a la nueva infraestructura vial que se pretende instalar en
la zona, pero no menos sobresaliente ha sido para la
identificación, jerarquización y promoción de proyectos urbanos
de alto impacto social en ambos lados de la frontera, entre los
que se encuentran los cruces y puertos fronterizos.
Los “Dos Laredos” constituyen, en términos
territoriales, la integración funcional más evidente de
la franja fronteriza México-EEUU; sin ser el único
caso, ya que otras integraciones de este tipo lo son
Tijuana-San Diego, Ciudad Juárez-El Paso y
Matamoros-Brownsville que, junto a los “Dos
Laredos”, conforman verdaderas zonas
metropolitanas, incluso reconocidas, al menos en
México, dentro de los criterios oficiales de
delimitación para estas zonas. Por tanto, el proceso
de metropolización ha rebasado los límites político-
territoriales de nuestra nación y lo que pasa del lado
mexicano repercute del lado de los EEUU y al revés,
casi de manera automática. Entre los criterios de
política pública de nuestro país, figura el contar con
ciudades seguras, ordenadas, sustentables y
competitivas.

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