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A Grisell

Dejaste tu aroma en mí, y esta fría madrugada no dejo de pensar en ti; es bien cierto que ya no te
quiero, nunca lo hice, no te engañe tu muy bien lo sabías ¿Ahora recuerdas?, como olvidar tu
carita tímida diciéndome –Lo nuestro es prohibido, está mal ante la sociedad- Olía tu miedo a
kilómetros y como un león al inocente cordero te tenía en mis manos; extraño deslizar mis dedos
por tu cabello rizado, acariciar tus caderas y besar tu vientre plano. Siempre te dije que un día iba
a hablar de ti, y hoy cariño, creo que es el día. Siempre te importo lo que iban a pensar de ti y a mí
todo me ha dado igual, te mentiría diciéndote que no me duele al recordar tus lágrimas caer por
esas mejillas rosadas, no te quiero… porque te amo; a diferencia de ti yo si luche por esto, por ti
me volví un poco normal, por ti regale sonrisas por doquier, por ti no me molestaba las cosas que
antes me hacían estallar, yo le robe al cielo una estrella por ti, te llevaba en mi pecho cerca de mi
corazón; nunca te dije lo que eres para mí, nunca te lo mencione; tú tocabas mi mano y sonreías,
me moría por dentro y el verte era resucitar, recuerdo tus piernas temblando cuando te bese,
siento haber arruinado esa inocencia impecable, esa inocencia que me a quebrantaba, esa ternura
tuya; jamás nadie se te pondrá comparar, eso tenlo por segura. Nadie me enseño como amar, lo
siento si te lastime, pero creo que debes regresar a tu vida normal, déjame sola yo lo comprendo;
y está bien, hoy hablaré de tí, mañana tal vez seas una desconocida que conozco bien. Me dices
adiós y te veo partir con la cara agachada, los hombros caídos y el alma hecha pedazos. No
corazón pon tu mejor sonrisa, ponte un labial color carmín que combine con el blanco de tu piel,
usa esos tacones que te regale, el vestido rojo que te sienta bien y sal a conquistar el mundo, Dios
te cuide en cada paso que des, yo me quedo en mi ventana viéndote partir, con una sonrisa casi
nula y los ojos llorosos, No te preocupes mañana todo pasará, estaré bien lo prometo; tú te vas,
pero me dejas el recuerdo, el recuerdo de lo dulce de tu piel, las cicatrices en mi espalda por tus
uñas salvajes, el labio roto, por ese día en el lago que no contaré, me dejas a la niña y te vas hecha
mujer, me dejas lo mejor y lo bueno de ti ¿Qué más podría pedir?, ¡Que te quedaras toda la vida,
así es!, me muerdo los labios para no salir corriendo a buscarte y decir –Lo siento, regresa ¿Acaso
no vez que te amo?, que sin ti la vida se me hace aburrida, me aterra pensar que otros labios te
han de besar, que a esos ojos color miel jamás los volveré a ver, extrañare tu nariz chata y tus
dulces pecas en tu rostro cálido, tu cabello castaño y hasta ese diente separado lo extrañare, eres
hermosa, contigo todo, sin ti nada. Tiro mi orgullo a la basura y salgo corriendo; te confronto –
Mírame a los ojos y dilo, acepta que ya no quieres nada, di que todo fue en baldé, y que te
arrepientes, dilo y me iré, solo dilo- Aprietas los puños y te hechas a llorar te abrazo y te digo –Ya
mi amor, ya pasara- me susurras despacio –Nunca me dejes- y sabes que odio las promesas, pero
por ti todo, sin ti nada, ahora lo entiendo y te respondo –Si mi cielo nunca te dejaré, es una
promesa que voy a cumplir-

Hoy estas durmiendo en mi pecho y yo terminado el poema, que te dije te iba a hacer.

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