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EL PAÍS, jueves 16 de octubre de 1997

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con fal~ahtitriiIdad;;'¿F':':"" ;
Este hombre que, después de
obtener el Nobel, se ha negado a
recibir más premios, lleva sobre
sus hombros la gloria de su n<;>m-
bre con extrema sencillez, ajeno
a cualquier clase de énfasis. Por
eso proclama a menudo que con-
sulta los diccionarios y las gra- GORKA LEGAR¡:;EJI

máticas, llegado el caso, cuando Gabriel García Márquez.


escribe, él que es uno de los más
geniales y purisimos cultivadores tremo escribir desahuciado sin dos en la corte del faraón: reci-
de la lengua española. (Pureza y dubitación alguna, deleitándose bían y eternizaban la pal'abra de
purismo son nociones distintas, en esa hache arbórea y magnífi- su dios. La escritura sigue siendo
claro está). Este hombre alboro- ca. Debe de ser tambien un mirí- hoy fuente de poder. Pese a la
tó nuestros círculos inteleCtuales fico gozo dictar al niño inerme apoteosis de los medios audiovi-
cuando en el mes de abril, en la aquello de "haya o no haya ma- suales, el hecho cierto es que nun-
ciudad mexicana de Zacatecas, dera de haya dice mi aya que allá ca se ha escrito tanto como hoy,
pidió, ante. el Rey y el presigente en La Haya madera de haya se' poco import;a el canal de transmi-
de la República, una reforma ra- halla". Lo -será, desde luego lo sión: libro, folleto, periódico, pu-
dical de la ortografia. Hasta reci- será para el dómine infatuado y blicidad, ordenador, Internet...
bió insultos o, al menos, descali- narciso. Pero no será ciertamente Democratizar la escritura es re-
ficaciones por par- el gozo de García partir el poder; simplificar -pa-
te de quienes no. es- Márquez, a pesar sito a paso, poco a poco pero sin' f
tán dispuestos a al- de que,ha prestigia- pausa, no se trata, ojo, de cam-
El poder de las do mucho más
terar el statu qua,
seguramente
que se hallan muy
cómodos en él.
por- leyes, el poder nuestra lengua que
todos los policías
biarlo todo de la noche a la ma-
ñana-, democratiz'ar, digo,
nuestra ortografia es también re-
I
del que manda, del idioma que tan- partir el poder, ay: en el fondo es
Esa reforma la to se conturbaron ahí donde duele, sépanlo o .no los f
I
pedía un homore no es nada sin al leer su discurso defensores del statu qua. ¡
que se ha leído to- de México pensan- Entretanto, García Márquez
das o casi todas las la escritura do que los bárba- sigue laborando y quizá no está
gramáticas y sabía, ros estaban a pun- muy lejos el día que dé a las pren-
por tanto, lo que to de asaltar su .ciu- sas una nueva obra. Ahora se
decía. Porque no dijo no a la Qr- dadela casta y gramatical. han cumplido 50 años de la pu-
tografia, sino q esta que se nos ha Entre la ejemplar humildad blicación de su primer relato, La
impuesto desde el siglo pasado del escritor -ejemplar entre tercera resignación, que apareció
merced a una orden de Isabel 11, otras razones porque no niega sus en las páginas del diario El Es-
"la reina castiza", ya se ve que propios méritos- y la reivindica- pectador, de Bogotá, el13 de sep-
casticísima a tenor de lo que can- ción de una nueva ortografia exis- tiembre de 1947. Con este moti-
ta su ortografia, que es la que te mucha más coherencia de lo vo su familia ha hecho una pre-
hoy seguimos sufriendo, o que que puede parecer. La vanidad es ciosa edición nó venal del relato,
sufrimos algunos y sufrirán mi- ansia de poder; la escritura es po~ que conmemora la salida, al mun-
llones de analfabetos que con der. El poder de las leyes, el poder do de las letras de uno de los
ella dificilmente podrán acceder del que manda, no es nada sin la grandes escritores de la lengua.
al uso culto de la lengua. Debe de escritura. Por eso los escribas fue- y también de los menos, de los
ser. seguramente, un placer ex- ron muy pronto seres privilegia- nada vanidosos.

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