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Ilustración de portada
Por Raúl Estuardo Magaña Benítez
“Hombres trabajando”
-mujeres también-
construyendo sueños
y pavimentando esperanzas.
Fertilizando lunares
que florecen en los nudillos
en tiempos de paz.
Sudando hasta apagar
las brazas del infierno
por devolverle la sonrisa
al más triste del mundo.
La creación
Al quinto día
Dios despertó con un té,
y mirando a su alrededor
bebió de su taza
y dijo para sí:
“no más de lo mismo”
y el quinto se hizo sexto.
Despertóse temprano
-Dios por supuesto-
y miró su obra
meditabundo.
Antes del ángelus
cosiendo cerrados
sus ojos y boca,
Él pensó “¿y hoy qué hice?”
Prometeo
Al pie de la montaña,
Prometeo esperó la orden
de avanzar sobre
los 67 desconocidos
que no eran él,
y que Dios desconocía.
Después sintió
-Prometeo, claro-
la soledad del
cable de tendido eléctrico
después de la partida
del Dichosofui.
Paraíso en inventario
“San Pedro,
“Porque estamos
en inventario”
“y entonces
¿Qué pasa?”
“Es Eva,
se lo ha llevado todo:
la virtud, la sinceridad,
la amistad, la sensualidad
y la sexualidad,
por el momento.”
“¿Y Adán?”
“El sólo se ha
llevado sus quejas:
¡Pobre Eva!”
Línea final
Once muertos
trece cruces en la curva
sólo nueve estadísticas
y Dios sigue disfrutando
de las cosas pequeñas.
Ideas desparramadas
fotos urbanas
carne roja término medio
sangre de hormiga
recorre mis venas.
Conozco el silencio
de las oscuras cifras
que pintan de rojo la consciencia
pero de noche
telefoneo a Dios a su móvil.
El gran ausente
Viendo un anuncio publicitario…
Dios se ha levantado
de su silla.
Se ha dormido por falta de cafeína.
Lo sé
por que olvidó
(en lo alto del tejado de un hotel)
su taza de café.
Si no
¿qué otra excusa tendría
para haberse ido?
Inconsciente
“Gott ist tot” - Nietzsche
Mamacita, acompáñeme,
vamos a ver el milagro de
las ratas creadoras,
y al final del espectáculo
tal vez
me de un beso
que apague la luz y
cierre el telón.
Versos de Amor
La muerte me persigue,
pronuncia mi nombre solamente,
y me conoce
a mi nada más.
Y cuando yo pierda,
di con fuerza
el nombre de mi alma,
para que esta no se pierda
y tu pecho me tome
como en un lecho de muerte.
Di con fuerza
el nombre de mi alma
y tu voz
será cual faro del cayo,
y mi puerto
tus labios.
Suspiros
Extraño tu mirada
heredada de tus muertos,
profunda,
penetras mi alma,
campante.
Y en tu ausencia
asisto al almacén
con religiosidad
y tomo de la mano a
los maniquíes.
Te miro a través
de la jarra de Pilsen,
fragmentada, deforme,
olvidada.
Bebo tu nombre,
on the rocks,
puro,
y me emborracho.
Ruptura
Gracias
por cerrar la puerta al salir.
No creas que no iré
tras tu estela de vainilla,
y te rogaré por piedad.
Te visitaré con
la nueva de turno
y te dedicaré los besos
en una serenata
llena de fluidos y gemidos.
Y verás los
fuegos artificiales
que quemaré en tu honor
con el fuego de
tus regalos y tus recuerdos.
El boquete en
las paredes de mi pecho
de los fragmentos de
nuestras caricias,
será inaugurado como
“El museo del odio”.
Pero yo te amaré
y tú llegaras a
entender pero caerás
y lloraremos
hasta levantarnos.
Amnesia
Ya no sé su nombre,
no reconozco su nariz.
Lo he perdido todo
desde el día en que desapareció
de mi álbum.
Me pregunto a veces:
¿En cuántas fotos de desconocidos
estará mi cara?
…y enloquecimos.
Existencia
Lunes
Con pretensiones de sábado:
difícil vida y
difíciles los días
Suena un nombre
en mi cabeza.
no conozco sus
silabas, ni sus vocales,
pero retumba en el alma.
Llamo su nombre
pero no pronuncio palabras,
maulló como el peor de los perros
y no entiendo al hombre.
Sueños
Un feto contento
con sombrero de paja,
danza sobre la carcasa
de San Pedro:
De los inocentes será el cielo.
En la cocina
mientras cortaba zanahoria
se acercó por detrás
mi amor platónico
y me besó el cuello.
Me di la vuelta
y le clavé el cuchillo
en el pecho.
entonces sonó el timbre,
era mi amante.
Epifanía
He matado,
he ayudado a matar:
quise ser Buda,
y mientras llevaba
las píldoras a mi boca,
me encontré con Dios pero
no me detuvo
y de la mano de simios alados,
cruce la línea.
Despertares
El cartero
rayó la luz del sol
con
la
que
pintaba
historietas
en el lienzo inacabable
de estas paredes blanquecinas que
me circundan.
Muerte espontánea
Quiero comer
la esencia
de tu vida,
porque no
quiero morir ahora.
Leo lo anterior y
resuena en mis ojos
“quiero morir ahora”
y mientras escribo
pierdo fuerzas
y temo no poder
terminar este
poe…
Agradecimientos